Andrés Accorsi's Blog, page 133

January 9, 2015

09/ 01: ALL-STARS FUTURE SHOCKS

¿Te acordás de aquel libro que vimos en 25/06/12, que recopilaba todas las historias cortas de Alan Moore para la 2000 A.D.? ¿Un libro gordo, lleno de material en blanco y negro, de fines de los ´70 y principios de los ´80, con breves historietas casi sin personajes recurrentes que iban rápidamente a un final gracioso, irónico, o con un giro impactante? Bueno, este es MUY parecido, con dos variantes. La primera es que no se centra en un sólo autor, sino en varios nombres grossos que “hicieron las inferiores” en el popular semanario británico. Un verdadero seleccionado que desafía el verosímil, porque es casi imposible que tantos guionistas y dibujantes geniales hayan hecho sus primeros trabajos en la misma revista, y sin embargo es así. Y la otra diferencia es que, al sumar a más autores, de una o dos generaciones posteriores a la del Mago, el libro incluye historietas más actuales que llegan (a grosso modo) hasta 2000-2001.
Los relatos más extensos deben tener 5 ó 6 páginas, con lo cual abundan los guiones obvios, facilistas, que van al impacto barato, o directamente los chistes estirados para que duren tres o cuatro páginas. Y así como hay grandes dibujantes, también hay unos verduleros impresentables saboteando guiones que por ahí estaban buenos. Veamos qué se puede rescatar.
Las primeras siete páginas nos muestran tres historias de cuando Kevin O´Neill recién empezaba y era un dibujante apenas correcto. Los guiones son boludeces obvias. El debut de Brian Bolland es hermoso en cuanto al dibujo y bastante choto en cuanto al guión. La “primera vez” de Brett Ewins ya mostraba a un dibujante interesantísimo, que remaba con onda un guión de la B. “Together” marcó el debut de John Higgins, en un nivel altísimo, con un estilo más realista y más oscuro que el que veremos en sus trabajos más conocidos. Después vienen cuatro guiones tempraneros del maestro Alan Grant (uno de los íconos de la 2000 A.D.), entre los que rescato “Nigel Goes A-Hunting”, sobre todo por los magníficos dibujos de Jesús Redondo. El resto, nada, bizarreadas apenas graciosas.
A continuación nos esperan 10 historias cortitas de Peter Milligan cuando todavía era un principiante. Acá hay ideas más locas, textos más elaborados y, si bien ninguna es una joya que merezca pasar a la historia, hay cositas lindas, muy bien dibujadas por otros ídolos como Brendan McCarthy, el ya mencionado Higgins o un Steve Dillon que para 1985 ya era una bestia. El guionista que más material aporta al libro es Grant Morrison, con 13 historias cortas. Y acá ya aparecen un par de relatos realmente notables: “The Shop that Sold Everything” (con excelentes dibujos de John Stokes, quien luego sería el mejor entintador de The Invisibles), “Wheels of Fury!”, “Curse Your Lucky Star!”, “Fruitcake and Veg” (con un primerizo y ya promisorio Colin McNeil), la desopilante “Return to Sender” y un meta-comic livianito pero ingenioso, “Big Trouble for Blast Barclay”.
Neil Gaiman deja su marca con cuatro historias, de las que me gustó sobre todo “What´s in a Name?”, una gran sátira auto-referencial, dibujada sin onda por el plomazo de Steve Yeowell. Me gustó también una con guión de Mike Collins (que para mí era dibujante) y dibujos de Alan Davis, los dos dejando la vida en cinco páginas muy logradas. El debut de Glenn Fabry también, nos muestra a un artista impactante, con todo para ser crack. Richard Elson (a quien vimos en los TPBs de Journey Into Mystery) también aporta dos paginitas muy lindas.
De Mark Millar hay sólo dos historias, las dos buenísimas: “The Foreign Model” está muy bien dibujada y “Self-Awareness” no tanto, pero ambas me causaron mucha gracia. También hay un laburito tempranero de Simon Furman (el guionista estrella de Transformers) y uno de Simon Spurrier (hoy bastante encumbrado en Marvel) que está muy bien. Steve Moore (fallecido en 2014) también se anota con una historia muy redonda, muy linda, dibujada por un Frazer Irving que era grosso ya en el arranque. Y a modo de bonus track, un unitario con otros dos próceres de la 2000 A.D.: Pat Mills y Mike McMahon, una sátira al género superheroico con hermosa mala leche
Guerras contra alienígenas, contra robots, contra mutantes, contra pandillas, contra ejércitos de otra dimensión. Explosiones, decapitaciones, genocidios, canibalismo… y ni un sólo garche. ¿Será que las atrocidades que acabo de enumerar escandalizan a los ingleses menos que un par de tetas? Medio raro, no? En fin, un libro muy completo, con mucho para leer y con la gran oportunidad de conocer el “Year One” de un montón de autores alucinantes a los que seguimos a todas partes.
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Published on January 09, 2015 17:33

January 8, 2015

08/ 01: FAIREST Vol.2

Bueno, acá está el tomo de Fairest que me quedaba pendiente, así no rompo más las bolas por un tiempo con el universo de Fables.
Acá sucede algo que es inevitable cuando una revista exitosa genera un spin-off: Bill Willigham no puede escribir todo y empieza a abrirle el juego a otros guionistas, por afuera de su habitual esbirro Matthew Sturges. De los siete episodios que recopila este tomo, Willingham escribe uno solo, y los seis de la saga central (The Hidden Kingdom) están a cargo de Lauren Beukes (una escritora que creo que nunca había metido mano en un comic), con el co-creador de Fables como “consultor”.
Y está bueno que se oigan otras voces. Willingham es un confeso votante republicano, un tipo de ideas socio-políticas tirando a conservadoras, y tiendo a suponer que Lauren Beukes no las comparte, porque nos regala (entre otros hallazgos) algo que Fables no tenía y que toda serie grossa de Vertigo debe tener: una historia de amor fuerte, intensa, entre dos mujeres. La fórmula de Beuken es parecida a la que aplicó Willingham en el tomo anterior: tomar a una protagonista de cuentos de hadas poco o nada explotada en Fables, contar su origen y entreverarlo con una aventura potente, que le pegue un giro grosso al personaje. Beukes le pone todas las fichas a Rapunzel y no sólo logra darle relieve a un personaje que en Fables no pinchaba ni cortaba, sino que además introduce con éxito todo otro mundo de fábulas hasta ahora inexplorado: el de los mitos y leyendas japoneses, obviamente con los yokai a la cabeza.
Como si esto fuera poco, Beukes crea de la nada a varios personajes de los cuales uno tiene enorme potencial (Tomoko), le agrega carnadura a la siempre enigmática Frau Totenkinder y le da mucha chapa a Joel, uno de los 12 cuervos hermanos que habitaban en Fabletown. Acá hay un gran trabajo en la construcción de los personajes, de modo que en 120 páginas pasamos de preguntarnos quién carajo son Rapunzel, Joel y Tomoko, a preguntarnos cuánto falta para que vuelvan a aparecer. La aventura es zarpada, vibrante, llena de momentos tremendos. Hay amor, intriga palaciega, terror, comedia, combates típicos de películas de yakuzas, masacres y genocidios, todo muy bien combinado a un ritmo frenético, donde no sobra nada (bueno, por ahí Jack Horner está un toque al pedo).
Lo único mínimamente bajonero es que la historia recorre varios siglos, pero empieza y termina en 2002, es decir, antes del Vol.1 de Fables. O sea que, en términos del “big picture”, deja todo como estaba. No hay chances de que los personajes japoneses se sumen a Fabletown, ni de que le pase nada definitivo a ninguno de los protagonistas habituales de Fables que participan en The Hidden Kingdom. El resto, la verdad que se disfruta a pleno.
El unitario que escribe Willingham, por su parte, es muy menor y consiste en darle un toquecito más de chapa a Reynard y en reactivar el tema de los hombres-árboles creados por Geppetto. Tiene algún momento gracioso y ya está, es eso. A Willingham lo acompaña el siempre solvente Barry Kitson, muy realzado por un gran trabajo del colorista Andrew Dalhouse.
En la faz gráfica de The Hidden Kingdom lo tenemos a Iñaki Miranda, mil veces mejor que en aquel unitario que calzó en el Vol.15 de Fables. Este es un trabajo mucho más suelto, más plástico, que en sus mejores páginas me recordó a mis historietas favoritas de Paul Gulacy. Ojo, tiene algunos problemas. Por ejemplo, las caras de los varones. Sólo las de Joel Crow están buenas. Las de Bigby Wolf, en cambio, suelen ser chatas, inexpresivas, y además lo dibuja muy pendejito. Y además hay momentos en los que se nota demasiado que a Miranda le gustan las ilustraciones de las revistas de moda y las chicas aparecen muy en pose, muy en actitud de “mirá qué bien me queda la ropa”, por supuesto en dibujos repletos de detalles increíbles en la vestimenta y los peinados. El resto me gustó mucho. La referencia fotográfica está muy bien integrada, hay rigor en la documentación, imaginación a la hora de mostar bichos limados y por momentos está esa sensación de cosa barroca, sobrecargada, que genera ese clima de extrañeza al límite, de terror tan ido al carajo que casi causa gracia, tan típico de grandes mangakas como Suehiro Maruo o Junji Ito.
Si tu cuento de hadas favorito es Rapunzel, a) pedile al psiquiatra que te cambie la medicación y b) no dejes de entrarle a esta excelente aventura, más allá de que estés siguiendo o no la –a mi juicio imprescindible- saga de Fables.
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Published on January 08, 2015 17:24

January 7, 2015

07/ 01: ESCUELA DE MONSTRUOS Vol.4

En plenas vacaciones, me mando de nuevo a la escuela creada por El Bruno para la revista Billiken, cuyos recopila-
torios andan muy bien y ya están saliendo de a dos por año, que es lo que reclamaba la hinchada.
Este cuarto tomo rápidamente se convirtió en mi favorito, con un arma infalible: me hizo acordar a varias cosas que me apasionaban en la infancia. Cosas que por ahí, si las veo hoy, me parecen una garcha atómica, o no me mueven un pelo (porque casi no me quedan), pero que en su momento fueron un flash. Esas 10 o 12 páginas en las que los chicos de la escuela de Transilvania compiten en distintas pruebas con los alumnos de la escuela Pantano Negro me hizo acordar mucho a Laff A´Lympics (“Las Olimpiadas de la Risa”, en castellano): las locaciones exóticas, la forma en que se plantean los desafíos, las trampas que hacen los malos para ganar… todo me hizo volver a aquellas tardes de los ´70 en las que uno era pibe, la tele era en blanco y negro y tratábamos de enganchar algún episodio nuevo de Las Olimpiadas… (era difícil, había sólo 24) e hinchar por el equipo de Scooby-Doo.
Después viene la parte del baile, que es brillante. Tiene toda la onda de las películas yankis de escuela secundaria y en pocas páginas derrapa hacia la guerra de pasteles que coronara a tantos episodios inolvidables de Los Tres Chiflados. Lo único que a mí no me cierra, pero que de pibe no me hacía ruido para nada, es el recurso del robot idéntico a Tomás, que a nadie le genera la menor sospecha de que NO es Tomás. Lo vimos en AstroBoy, en el Superman de la Silver Age, en las aventuras de Hijitus… no lo inventó El Bruno. Pero juega bastante con eso y es lo único que no me copa.
Y después viene el partido de futbol, que de inmediato me retrotrajo a aquel memorable match entre animales animados (con árbitro humano) que aparecía en el largometraje Bedknobs and Broomsticks (conocido en los ´70 como “Travesuras de una Bruja”). Nunca vi la película entera, pero el tramo ese del partido lo daban siempre en los cumpleaños, cada vez que en vez de animadoras, payasos o magos había proyecciones de cine. Ahí El Bruno nos regala otras 10 páginas perfectas, con la dosis justa de emoción, de humor, de delirio, y un gran uso de las extrañas habilidades del bizarro elenco de la serie.
En el tramo dedicado al partido aparecen muchas de las poquísimas páginas de siete cuadros que tiene este libro. En casi todo el resto del tomo tenemos páginas de muchas viñetas, pocas veces menos de nueve y muchas veces once o doce. Son muchas las páginas divididas en cuatro tiras, que casi siempre tienen tres cuadros por tira. O sea que hay mucho para leer, no son 44 páginas livianitas de texto. Se habla bastante y, sobre todo, no hay relleno: todo el tiempo pasan cosas y el ritmo no decae nunca.
Del dibujo ya ni hace falta hablar. Estamos frente a un trabajo realmente impresionante por parte de esta bestia nacida en Brasil y fogueada artísticamente en el under porteño. Escuela de Monstruos atrapa con su estética moderna, linda, amistosa, con líneas bien marcadas y colores llamativos, y además con margen para meter (no tan de keruza) algunos elementos y algunos climas bastante oscuros, bastante tétricos para lo que es una historieta para chicos de hasta 9-10 años. Por suerte, El Bruno se sale con la suya y logra filtrar homenajes a películas de terror de distintas épocas sin llegar a un resultado que asuste a los borreguitos que lo leen o –peor aún- a los adultos que eligen qué libros comprarle a los borreguitos.
Si te gustan los comics con una premisa limada, con ambientaciones exóticas, donde la imaginación y la fantasía se llevan puesto lo que le pongas adelante, a fuerza de un humor un toque ingenuo pero para nada pavote, te vas a hacer adicto a Escuela de Monstruos y vas a disfrutar como disfrutan los pibes del monstruoso talento de El Bruno.
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Published on January 07, 2015 17:17

January 6, 2015

06/ 01: MULTIPLE WARHEADS Vol.1

Este es un ejercicio de libertad plena por parte de un autor. Brandon Graham nos demuestra en estas 208 páginas que no tiene límites, que se puede seguir yendo todavía más al carajo y aún así vamos a tener ganas de bancarlo en todas. Multiple Warheads tiene bastante en común con su libro anterior, King City (reseñado el 18/12/12): es una historia protagonizada por jóvenes que se cagan en todo, con una onda aventurera no muy enfatizada, repleta de chistes y juegos de palabras, y ambientada en un mundo muy deforme, lleno de lugares, criaturas, costumbres y objetos tremendamente bizarros, fruto de una imaginación privilegiada, volada al nivel de Moebius y Jodorowsky.
Los personajes principales son Nikoli y Sexica, una pareja joven que un día se van en su autito a cruzar el país, de vacaciones, a ver qué onda. El es mecánico y tiene implantada la verga de un lobo, por eso a veces se transforma en licántropo. Y ella es traficante de órganos, pero ya está pensando seriamente en retirarse. Por ese lado viene la cuota de peligro: Sexica está acostumbrada a tratar con gente bastante pesada que obviamente tiene muy buenas roscas con un gobierno corrupto que mira para otro lado mientras los órganos van y vienen. El país donde sucede todo esto es como una versión futurista-surrealista de la ex-Unión Soviética y por suerte Graham dedica muchas páginas a explorarlo, a contarnos detalles sobre su fauna, su gastronomía, su geografía. Es un recurso más, una fuente más de donde sacar infinitos chistes, infinitas situaciones limadas, en un comic absolutamente idiosincrático.
Con el correr de las páginas, gana protagonismo un sub-plot protagonizado por Blue Nura, una asesina a sueldo que trabaja para algunos de los clientes de Sexica. Sobre el último tercio, la historia de Nura desplazará bastante a la de la parejita de “jóvenes a la deriva” y será el momento más flojo del tomo, porque entre tanto chiste y tanta bizarreada, el conflicto se diluye mucho y nunca logra generar tensión. Parece simplemente un recurso para llenar páginas que -en vez de charlas graciosas o garches subidos de tono- nos muestre persecuciones y decapitaciones. Ya sobre el final, Graham mete varias historias cortitas, algunas en blanco y negro, entre las que sobresale una en la que narra cómo Sexica le implanta a su novio la chota del lobo. Es el tramo más porno de la obra, con penetraciones anales, lechazos y toda la fanfarria. Y además tiene una narrativa más clásica, con grillas menos disparatadas y composiciones más tradicionales.
La verdad es que, como historieta de aventuras, no sé si la recomendaría. Lo bueno es que el propio Graham hace hincapié en un montón de cosas que pasan por afuera de la aventura: las personalidades de Nikoli y Sexica, el vínculo entre ellos, la exploración y la contemplación de este mundo enrevesado y sus rarezas, los chistes (algunos muy tontos, otros muy groseros, la mayoría muy graciosos), y sobre todo en el clima. Un clima único, cautivante, basado en el principio de “acá puede pasar cualquier cosa”. Las motos pueden ser seres vivos, el agua puede tener fantasmas, el humo de los puchos puede cantar y así hasta el infinito y más allá.
Buena parte de la extrañeza de Multiple Warheads reside en el dibujo que- como señalábamos en la reseña de King City- tiene muy poco que ver con todas las tradiciones historietísticas norteamericanas. Claramente las influencias de Brandon Graham van para otro lado. Habría que hablar de Moebius, de Taiyo Matsumoto, de algunos dibujantes argentinos y españoles que hacían porno para la Kiss Comix… nada que ver con lo que se ve habitualmente en EEUU, ni en el mainstream ni en el palo alternativo. El estilo de Graham se podría definir como una post-psicodelia, menos estridente, más intimista, con una paleta de colores muy pegadita a la de Moebius y con la impronta de la línea clara circunscripta a los fondos, a los paisajes sobre todo. Estéticamente, Multiple Warheads es fascinante y sobre todo desafiante, por tener esa onda tan única, tan libre, tan personal.
A tal punto me copa lo que inventa Graham desde el dibujo (y desde la puesta en página) que me animo a recomendarle Multiple Warheads incluso a aquellos a los que no les interese en lo más mínimo el guión. Que no es choto, ni críptico, ni se queda en la mera machaca, pero tiene ese problema que es la forma en que se diluyen un poco los conflictos. ¿Qué sé yo? Son formas de encarar el relato. Y este MONSTRUO se anima a esto, a diluir la aventura y los conflictos en hectolitros de otras cosas, mucho más divertidas y más originales que las peleas. No sé si hay un Vol.2 de esta serie, pero si salió, trataré de entrarle cuanto antes.
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Published on January 06, 2015 18:04

January 5, 2015

05/ 01: DOG MENDONÇA AND PIZZABOY Vol.2

Segundo tomo de esta serie cuya primera entrega vimos el 20/01/13. Volvemos a la maravillosa Lisboa, a reencontrarnos con Dog Mendonça, Pizzaboy y sus bizarros amigos, en una nueva aventura de estos personajes co-creados por el portugués Filipe Melo y nuestro compatriota Pablo Parés para un largometraje que nunca se hizo. Una vez más, Melo desarrolla una historia para estos atípicos héroes, y un equipo de artistas argentinos asume la tarea de convertirla en un comic. Martín Tejada es el encargado de traspasar el guión de Melo al lenguaje de la historieta, Juan Cavia está cargo del dibujo y Santiago Villa a cargo del color.
Como en el Vol.1, no son pocos los momentos en el que los colores, los efectos y los climas que tira Villa sobre los dibujos de Cavia eclipsan por completo al trabajo de su compañero. Este es un comic en el que el color sale a matar, a pasarle por encima al dibujo. No digo que el trabajo de Villa sea malo; de hecho hay muchos momentos en los que es excelente. Pero le pelea demasiado el protagonismo al dibujo, que además en este tomo está bastante mejor que en el Vol.1. Sigo notando la fuerte influencia de Carlos Meglia y Humberto Ramos, y por supuesto de otros referentes más del palo de la animación. Y al mismo tiempo lo veo a Cavia más suelto, más jugado, probando cosas nuevas, sobre todo en la narrativa, que está mucho más cuidada que en el tomo anterior. Otra vez hay que destacar la labor de Tejada, porque es casi imposible imaginar esta aventura narrada en un soporte que no sea el de la historieta.
En el guión también se ven pilas renovadas por parte de Melo. De una aventura subterránea, que se resolvía prácticamente en las tinieblas, sin que nadie diera testimonio de nada, nos vamos a la otra punta: una epopeya mega-grandilocuente, a plena luz del día, con la inminente destrucción de la Humanidad como amenaza muy palpable. La vez pasada, Melo tomaba a sus villanos del cine de acción: nazis, mutantes y zombies. Esta vez va a una fuente igual de masiva pero con un perfil muy distinto: los villanos salen de la Biblia, de las profecías del Apocalipsis aún hoy presentes en la “mitología” católica.
Con estas apuestas fuertes, Melo demostró algo que yo ya sospechaba de antes: esta serie funciona porque los peronajes y la química entre ellos están perfectamente pensadas. No importa contra qué carajo peleen. Importa que esté ese equilibrio logradísimo entre la acción al palo, los chistes (boludos, groseros, bizarros) y los diálogos más afilados. Dog Mendonça and Pizzaboy es, ante todo una sátira, y como tal busca la complicidad del lector, el “dale que”, ese “relajate y gozá, que nos vamos a cagar de risa un rato”. Y eso le da total impunidad a Melo y su banda para joder con los nazis, con los curas, con demonios, mutantes, zombies, gárgolas, licántropos y hasta con la virgen de Fátima, que en Portugal es una institución religiosa muy relevante.
Como complemento, el libro (en la edición yanki, no sé en la portuguesa) ofrece las historias cortas que Melo, Cavia y demás realizaron para la antología Dark Horse Presents. Una es realmente breve y bastante pavota (la del monstruo del Lago Ness) y la otra, narrada en tres episodios cortos, es buenísima y está centrada en los inicios de Dog Mendonça. Acá también, a pesar de las pocas páginas, el guión propone varios climas muy distintos y el color de Santiago Villa responde con engamados y efectos nuevos y espectaculares.
Hay un tercer tomo en carpeta, que no sé si ya salió en Portugal, que está pensado como cierre de la saga. Y si no me equivoco hay también un videojuego basado en esta serie. Lo importante es que hasta acá, Dog Mendonça and Pizzaboy es un comic fresco, divertido, ingenioso, quizás no hiper-original, pero con una onda satírico-pochoclera sumamente disfrutable. Bien por Dark Horse, que habilitó edición bonita, barata y con mucho para leer, sin importarle demasiado que fuera un material de autores portugueses y argentinos totalmente desconocidos en EEUU.
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Published on January 05, 2015 17:30

January 4, 2015

04/ 01: FABLES Vol.18

El 09/12/14 cerraba la reseña del Vol.17 de Fables con la promesa de aguantar hasta 2015 para leer el siguiente tomo y la verdad que me costó cumplirla, porque quedé re-manija, atrapado en un momento increíble de la serie que escribe Bill Willingham, dibuja Mark Buckingham y se está por terminar de editar en EEUU.
Por segundo tomo consecutivo, Willingham concentra la trama en los hijos de Blancanieves y Bigby Wolf, y esta vez deja poco margen para todos los demás. De los otros dos hilos argumentales que veníamos viendo, uno desaparece por completo (el de Bufkin como líder de la revolución en Oz) y el otro (el del regreso a Fabletown tras la derrota de Mister Dark) apenas avanza, en las poquísimas páginas que le dedica el guionista. En realidad, cuando esto se publicó en revistitas, la historia de Bufkin apareció a modo de back-ups, de a tres o cuatro páginas por episodio, y supongo que eso se habrá recopilado en el Vol.19. Pero acá es TODO de los cachorros.
La saga larga, Cubs in Toyland, es una cátedra de imaginación y además de riesgo. Las cosas que le hace hacer Willingham a los protagonistas (Therese y Darien) y a los villanos son absolutamente extremas, muy zarpadas si pensamos que son chicos que todavía no tienen nueve años. Quizás lo mejor que tiene Cubs in Toyland sea que es casi una novela gráfica autoconclusiva, que –salvo por pequeños detalles que no son decisivos en la trama- se podría leer sin tener la más puta idea de que estos chicos son hijos de Bigby y Snow White y sin haber leído jamás un comic de Fables. Y además pasan cosas muy grossas, de las que no hay vuelta atrás. Seguramente el próximo tomo (que todavía no compré) explorará a fondo las consecuencias de lo que sucede en esta saga. O quizás no, viste cómo es Willingham… Por ahí cuelga a estos personajes un par de tomos para dedicarse a abrir o cerrar puntas por otro lado. Pero ya dio sobradas muestras de que acá se indaga SIEMPRE en las consecuencias de lo que se nos muestra, tarde o temprano, caiga quien caiga.
No quiero contar nada del argumento, porque es realmente muy fuerte, muy impactante, y no quiero que un spoiler le reste sorpresas cuando te sientes a leerlo. De hecho, para mi gusto la portada de este tomo cuenta DEMASIADO del argumento, mirá lo que te digo… Como postre, cuando se termina Cubs in Toyland, Willingham nos ofrece The Destiny Game, una maravillosa historia repleta de ideas alucinantes, que abre puntas a rolete (y quizás le aporta data al origen de Bigby Wolf), protagonizada por Ambrose (otro de los hijos de la extraña pareja) y –esto es una novedad- ambientada muchos años en el futuro, cuando este nene gordito y nerd es un cuarentón gordito, nerd y con una chapa infinita. Nunca leí que le preguntaran a Willingham con qué personaje de Fables se identifica, pero ya está, ya sé que si no responde “Ambrose” está chamuyando. Además de potenciar enormemente a este personaje, The Destiny Game incorpora también a los mitos artúricos, creaciones a las que DC le sacó mucho el jugo a lo largo de las décadas, pero que en Fables todavía no habían aparecido.
Por si no alcanzara con los magníficos diálogos, los brillantes bloques de texto, la acción, la rosca y los volantazos impredecibles, The Destiny Game tiene como atractivo extra los dibujos del maestro Gene Ha. Muy preocupado por el realismo, con un gran manejo de la referencia fotográfica, Ha deja la vida en cada viñeta, pone fuerte a la hora de graficar las escenas de acción y conjura unos climas memorables. Son apenas 34 páginas, pero las pongo entre lo mejor de la (no tan abultada) producción del co-creador de Top Ten. Y en todos los episodios de Cubs in Toyland lo tenemos al imbatible Mark Buckingham en otro trabajo increíble, que nos lo muestra afiladísimo en las expresiones faciales y zarpadísimo a la hora de imaginar un mundo que se parece poco al de los típicos cuentos de hadas. Es un placer, posta, ver cómo un tipo tan talentoso se queda tantos años al frente de una serie a la que le aporta todo lo bueno que había hecho hasta ese momento y mucho, muchísimo más.
Y no tengo más tomos de Fables sin leer. ¡Miento! Tengo el Vol.2 de Fairest, al que le voy a entrar este mes. Veremos, entonces, cuando retomamos la lectura de esta serie hipnótica y fascinante. Ojalá sea un paréntesis breve, pero tengo tantas series con las que tengo que avanzar, que no puedo prometer(me) nada.
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Published on January 04, 2015 16:21

January 3, 2015

03/ 01: REGULACION 0.75

Hoy me toca reencontrarme con el guionista uruguayo Roy, de quien ya vimos varios trabajos, y que parece estar obsesionado con el tema de la procreación. En su magnífica Vientre (reseñada el 21/03/13), Roy hablaba de una mujer que quería tener hijos y no podía, y de otra que quedaba embarazada sin haberlo buscado. Esta vez, en Regulación 0.75, nos cuenta las terribles consecuencias de tener hijos en una sociedad distópica, en la que el Estado vigila celosamente el incremento de la población y las sanciones para quienes procrean sin permiso son por lo menos drásticas.
Y si bien Roy pasa de la actualidad de nuestras ciudades y nuestra época a un futuro impreciso (no tan lejano), logra mantener el realismo: esa cuota de diálogos, gestos, actitudes que nos hacen sentir a los personajes como cercanos, como amigos o conocidos de siempre, aunque vivan en una época que no es la nuestra y en la que nosotros no querríamos vivir. Como en toda obra de ciencia-ficción, además de contar la historia es menester bajarle data al lector acerca de cómo funciona este mundo imaginado por el autor. En ese rubro, Roy la rompe, porque nos aclara todo acerca de esta distopía sin aburrirnos, sin interrumpir el flujo del relato, con gran habilidad para deslizar la información de forma muy orgánica, sin explicitar demasiado: sólo manejamos la data suficiente como para que el mundo y las aventuras que suceden en él nos parezcan verosímiles.
Regulación 0.75 es una obra cruda, violenta, sin concesiones, con protagonismo coral y con un conflicto no planteado entre buenos y malos, sino más bien entre individuos y sistema. Buena parte del protagonismo recae en los agentes del Departamento de Regulación, los encargados de hacer cumplir estas leyes tan estrictas. Y si bien los vemos cometer atrocidades indecibles, no se puede decir que sean los villanos. Por ahí hay uno medio pasado de sádico, pero Roy se esfuerza por mostrarlos, ante todo, como personas reales, creíbles, y como tales, sujetos también de este sistema inclemente, que al principio los tiene como victimarios pero en cualquier momento los puede convertir en víctimas. Creo que ese es el principal logro del guión: que nos podamos poner del lado de algunos de estos tipos a los que vimos matar y secuestrar bebés. Además, como ya es costumbre en los guiones del uruguayo, tenemos muy buenos diálogos y escenas mudas muy potentes, de alto impacto dramático.
A cargo del dibujo tenemos a la mendocina Lauri Fernández, una de las dos dibujantes que colaboraron con Roy en Vientre. Lauri ya había incursionado en la ciencia-ficción, en unas historietas cortas escritas por Federico Reggiani, que si no me equivoco se publicaron en la revista Clítoris. Acá, sin embargo, el estilo de la mendocina vuelve a mutar. Abandona un poco esa elegancia, ese fino exotismo que mostraba sobre todo en el tratamiento del claroscuro, y agarra para otro lado. En Regulación 0.75, Lauri Fernández ensaya un grafismo más tradicional, más terrenal, también, ¿por qué no?. Acá no hay magia ni lirismo: hay fuerza expresiva al recontra-palo, mucha atención por los detalles, climas espesos y bastante más machaca que en cualquier otro trabajo de la autora. Se mantiene, felizmente, el gran nivel en las expresiones faciales, y vemos una sensible mejora en un rubro que no era la especialidad de Lauri: la elección de los ángulos. El agregado de grises en el photoshop (en realidad, una tonalidad de gris azulado, muy acertada), realza mucho el dibujo, en cuyo trazo se nota un gran dominio del plumín por parte de Lauri.
Si te gusta una ciencia-ficción bajonera, cruda, con mala leche, con un planteo muy original, buenos personajes, buenos diálogos, un clima asfixiante y muy buenos dibujos, dale una posibilidad a Regulación 0.75. No sé si me pegó tan fuerte como Vientre, pero sin dudas me animo a recomendarla ampliamente, porque me pareció una historieta fuerte, osada, de gran calidad tanto en textos como en imágenes. Una frontera que -a medida que se multiplican las colaboraciones entre Roy y Lauri- se va haciendo más difícil de trazar, porque cada vez más se ve la comunión, el entendimiento, la simbiosis entre ambos autores.
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Published on January 03, 2015 17:15

January 2, 2015

02/ 01: MARADA THE SHE-WOLF

Vuelven las reseñas y arrancamos con un clásico ochentoso injustamente poco celebrado por las hordas de fans. Durante la primera mitad de los ´80, además de pasar a la historia por su trabajo con los X-Men, los New Mutants y demás pilares del por entonces muy compacto “universo mutante”, Chris Claremont escribió un montón de otras cosas, dentro y fuera del género superheroico. Y cuando se empezó a copar con aventuras de ambientación histórica con elementos fantásticos, encontró en John Bolton al socio ideal. Juntos realizaron la saga de Black Dragon (ambientada en el Medioevo) y la saga de Marada the She-Wolf, que tiene lugar en algún momento del Imperio Romano, entre el año 50 A.C. (ese que nos sabemos de memoria los fans de Astérix) y el año 50 D.C.. No quiero decir con esto que la saga de Marada abarque 100 años, sino que transcurre en años no muy precisos, dentro de ese margen. Esta es una historieta que primero se publicó “en fetas” en la revista Epic, y cuando se juntaron las páginas suficientes como para armar una “novela gráfica”, Marvel la republicó en ese formato, aunque lamentablemente quedaron afuera las aventuras en blanco y negro.
La verdad es que lo único que distingue a Marada de otras heroínas del género “espada y brujería” es la ambientación real, el hecho de que los personajes interactúen con un hecho de la Historia posta, que es el Imperio Romano. Todo lo demás, podría sucederle tranquilamente a Red Sonja, por ejemplo. Claremont mantiene esa “fachada” de la ambientación histórica, pero rápidamente se las ingenia para meter hechizos, demonios, criaturas bizarras, dimensiones místicas y demás elementos fantásticos que son los que en definitiva van a animar las tramas. A los tribunos, centuriones, legionarios y demás súbditos del César los vamos a ver poco y nada, en un rol más bien de decorado, sin mayor relevancia ni para los buenos ni para los malos.
Supongo que desde que nombré a Red Sonja te estás imaginando un comic re-cabeza, con el énfasis puesto en la machaca al estilo Conan y repleto de fan service, de tomas en las que una heroína con escasa vestimenta rebolea sus suculentas carnes de un lado al otro de la página. Bueno, nada que ver. Acá hay una cierta impronta de relato de Robert E. Howard y –para qué te lo voy a negar- hay alguna escenita medio zarpada que (en el contexto de principios de los ´80) alguna pija habrá parado. Pero nada de eso es lo principal. Claremont va en busca de una aventura fina, elegante, con bastante introspección y bastante énfasis en las relaciones, en los vínculos entre los personajes. Los hachazos, los flechazos y los espadazos no pueden faltar, pero no es por ahí por donde pasa la cosa.
La segunda aventura (desarrollada en las últimas 19 páginas del libro) agrega además un elemento interesante, que es la intriga palaciega. El argumento no es muy original, ni muy inspirado, pero los recursos del guionista para disfrazarlo de algo un poco más “gourmet” y menos pochoclero están muy bien. En la segunda aventura también se desenfatiza un poco el tema del misticismo, de los hechizos y conjuros que abundan en la primera parte, y todas las luchas son contra humanos normales, no contra criaturas demoníacas.
En los dos tramos del libro, se luce ampliamente el arte del maestro John Bolton. Incluso cuando Claremont lanza su clásico tsunami de bloques de texto, el británico se las rebusca para que sus imágenes no pierdan el protagonismo. Bolton se mata en las expresiones faciales (que no son precisamente su fuerte), en las escenas de acción, en la iluminación, en los fondos y sobre todo en darle plasticidad y dinamismo a los cuerpos, que no parezcan fotos ni estatuas, sino gente en movimiento. Y además de romperla en todo esto, demuestra que en los ´80 era uno de los verdaderos monstruos del color directo. Sin computadoras, con técnicas 100% clásicas, logra composiciones y climas que no tienen nada que envidiarle a los de los grandes maestros de la ilustración fantástica (obviamente con Frank Frazetta a la cabeza) y que además están puestos en función de la narrativa. Si te gusta Bolton (o el dibujo realista) esto te va a maravillar.
Esto es aventura clásica, bien old school, pero de gran nivel, de la mano de dos capos que estaban en un momento increíble. Y no, la novela gráfica de Marvel no trae TODO Marada, pero la nueva edición de Titan sí. Así que si eventualmente la veo a buen precio trataré de capturarla, para tener también las historias cortas en blanco y negro.
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Published on January 02, 2015 16:27

January 1, 2015

01/ 01: SEXTA TEMPORADA

Por sexta vez me pongo a escribir un texto para 365 un primero de Enero. Parece mentira, no? Pero es real. Hoy arranca la Sexta Temporada del blog, que se va a caracterizar, entre otras cosas, porque va a incluir el post número 2000, pasadira la mitad del año.
La Quinta Temporada, la que terminó ayer, pasa a la historia como la más exitosa desde que empecé este blog. Durante 2014 tuvimos el mes con mayor cantidad de visitas en los 60 meses que llevamos juntos (más de 31.000 en Marzo), y tuvimos los dos posts más leídos de los casi 1800 que llevo publicados (Liga del Mal y Lola). Además, por si faltara algo, durante 2014 el blog pasó el millón de visitas acumuladas desde el 1/1/10, y ya se acerca a 1.200.000.
Durante 2014 tuvimos 349 posts (dos más que en 2013), escritos en Buenos Aires, Santiago de Chile, Los Angeles, Rosario y San Luis, de nuevo con amplia mayoría de reseñas. Y la idea para 2015 es la misma: mantener la fórmula original del blog, la de las reseñas diarias, para poder bajar un poco el grotesco pilón de material que tengo acumulado sin leer.
Repaso un poquito esa montaña y me encuentro (entre otros ídolos) con Diego Agrimbau, Max Aguirre, David Ajá, Rafael Albuquerque, Quique Alcatena, Mike Allred, Horacio Altuna, Jim Aparo, Alfonso Azpiri, Brian Azzarello, Chris Bachalo, Kyle Baker, Dino Battaglia, Brian M. Bendis, Jordi Bernet, Marcelo Birmajer, John Bolton, Nicolás Brondo, Ed Brubaker, El Bruno, Mark Buckingham, Charles Burns, Kurt Busiek, John Byrne, Oscar Capristo, Mike Carey, Howard Chaykin, Pierre Christin, Chris Claremont, Edgar Clément, Damián Connelly, Diego Cortés, Magno Costa, Guido Crépax, Juan Díaz Canales, Andy Diggle, Chuck Dixon, Horacio Domingues, Garth Ennis, Steve Epting, Enrique Fernández, Fernando Fernández, Lauri Fernández, Lito Fernández, Ricardo Ferrari, Lautaro Fiszman, Álex Fito, Fola, Rafa Fonteriz, Matt Fraction, Thierry Frissen, Marcelo Frusín, Neil Gaiman, José Luis García López, Philippe Geluck, Steve Gerber, Dave Gibbons, Kieron Gillen, Paul Gillon, Carlos Gómez, Brandon Graham, Diego Greco, Paul Grist, Alfredo Grondona White, Juanjo Guarnido, Gene Ha, Tony Harris, Hergé, Beto Hernández, Jonathan Hickman, Adam Hughes, Adao Iturrusgarai, Geoff Johns, Jok, Joe Kelly, Karl Kesel, Robert Kirkman, Teddy Kristiansen, Andy Kubert, David Lapham, Michael Lark, Jeff Lemire, Rob Liefeld, Liga del Mal, Liniers, Alex Maleev, Doug Mahnke, Dave McKean, Shawn Martinbrough, Eduardo Mazzitelli, Carlos Meglia, Jean-Claude Mézieres, Mike Mignola, Mark Millar, Alan Moore, Angel Mosquito, Dean Motter, Jon J. Muth, Agustín Nakamura, Kevin Nowlan, Takeshi Obata, Tsugumi Ohba, Thomas Ott, Sean Phillips, Hugo Pratt, Federico Reggiani, Iván Reis, Rick Remender, Eduardo Risso, James Robinson, Paco Roca, J.J. Rovella, David Rubín, Gustavo Sala, Chris Samnee, Victor Santos, Rodolfo Santullo, Seth, Enric Sió, Dan Slott, Peter Snejberg, Scott Snyder, Fiona Staples, Cameron Stewart, J.M. Straczynski, Keiko Takemiya, Mariko y Jillian Tamaki, Ben Templesmith, Sergio Toppi, Carlos Trillo, Tute, Brian Vaughan, Matt Wagner, Mark Waid, Chris Ware, Lee Weeks, Len Wein, J.H. Williams III, Bill Willingham, Brian Wood, Robin Wood y Leinil Francis Yu.
Calculo que recién durante la segunda mitad de 2015 habrá alguna chance de que pueda leer algo de lo que se publique este año. Vamos a ponerle huevo para llegar.
Otra vez, y a pesar de algún problemita de salud, me tocó un año muy grosso, muy intenso, lleno de momentos inolvidables, de logros personales y colectivos, y encima coronado por una vuelta olímpica para mi querida Academia. A todos los que participaron de esta cruzada delirante durante 2014, ya sea como lectores, como seguidores del blog (clavamos ahí de los 500), o como “megusteadores” del Facebook (ahí son 2240), mi agradecimiento, como siempre, por el aguante y por seguir recorriendo de modo ecléctico y caótico el maravilloso mundo de la historieta.
Hay mucho más para explorar y para descubrir y va a ser muy placentero hacerlo en compañía de los que se quieran sumar a otra aventura de 365 días. ¡Feliz 2015 para todos!
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Published on January 01, 2015 10:35

1/ 1: SEXTA TEMPORADA

Por sexta vez me pongo a escribir un texto para 365 un primero de Enero. Parece mentira, no? Pero es real. Hoy arranca la Sexta Temporada del blog, que se va a caracterizar, entre otras cosas, porque va a incluir el post número 2000, pasadira la mitad del año.
La Quinta Temporada, la que terminó ayer, pasa a la historia como la más exitosa desde que empecé este blog. Durante 2014 tuvimos el mes con mayor cantidad de visitas en los 60 meses que llevamos juntos (más de 31.000 en Marzo), y tuvimos los dos posts más leídos de los casi 1800 que llevo publicados (Liga del Mal y Lola). Además, por si faltara algo, durante 2014 el blog pasó el millón de visitas acumuladas desde el 1/1/10, y ya se acerca a 1.200.000.
Durante 2014 tuvimos 349 posts (dos más que en 2013), escritos en Buenos Aires, Santiago de Chile, Los Angeles, Rosario y San Luis, de nuevo con amplia mayoría de reseñas. Y la idea para 2015 es la misma: mantener la fórmula original del blog, la de las reseñas diarias, para poder bajar un poco el grotesco pilón de material que tengo acumulado sin leer.
Repaso un poquito esa montaña y me encuentro (entre otros ídolos) con Diego Agrimbau, Max Aguirre, David Ajá, Rafael Albuquerque, Quique Alcatena, Mike Allred, Horacio Altuna, Jim Aparo, Alfonso Azpiri, Brian Azzarello, Chris Bachalo, Kyle Baker, Dino Battaglia, Brian M. Bendis, Jordi Bernet, Marcelo Birmajer, John Bolton, Nicolás Brondo, Ed Brubaker, El Bruno, Mark Buckingham, Charles Burns, Kurt Busiek, John Byrne, Oscar Capristo, Mike Carey, Howard Chaykin, Pierre Christin, Chris Claremont, Edgar Clément, Damián Connelly, Diego Cortés, Magno Costa, Guido Crépax, Juan Díaz Canales, Andy Diggle, Chuck Dixon, Horacio Domingues, Garth Ennis, Steve Epting, Enrique Fernández, Fernando Fernández, Lauri Fernández, Lito Fernández, Ricardo Ferrari, Lautaro Fiszman, Álex Fito, Fola, Rafa Fonteriz, Matt Fraction, Thierry Frissen, Marcelo Frusín, Neil Gaiman, José Luis García López, Philippe Geluck, Steve Gerber, Dave Gibbons, Kieron Gillen, Paul Gillon, Carlos Gómez, Brandon Graham, Diego Greco, Paul Grist, Alfredo Grondona White, Juanjo Guarnido, Gene Ha, Tony Harris, Hergé, Beto Hernández, Jonathan Hickman, Adam Hughes, Adao Iturrusgarai, Geoff Johns, Jok, Joe Kelly, Karl Kesel, Robert Kirkman, Teddy Kristiansen, Andy Kubert, David Lapham, Michael Lark, Jeff Lemire, Rob Liefeld, Liga del Mal, Liniers, Alex Maleev, Doug Mahnke, Dave McKean, Shawn Martinbrough, Eduardo Mazzitelli, Carlos Meglia, Jean-Claude Mézieres, Mike Mignola, Mark Millar, Alan Moore, Angel Mosquito, Dean Motter, Jon J. Muth, Agustín Nakamura, Kevin Nowlan, Takeshi Obata, Tsugumi Ohba, Thomas Ott, Sean Phillips, Hugo Pratt, Federico Reggiani, Iván Reis, Rick Remender, Eduardo Risso, James Robinson, Paco Roca, J.J. Rovella, David Rubín, Gustavo Sala, Chris Samnee, Victor Santos, Rodolfo Santullo, Seth, Enric Sió, Dan Slott, Peter Snejberg, Scott Snyder, Fiona Staples, Cameron Stewart, J.M. Straczynski, Keiko Takemiya, Mariko y Jillian Tamaki, Ben Templesmith, Sergio Toppi, Carlos Trillo, Tute, Brian Vaughan, Matt Wagner, Mark Waid, Chris Ware, Lee Weeks, Len Wein, J.H. Williams III, Bill Willingham, Brian Wood, Robin Wood y Leinil Francis Yu.
Calculo que recién durante la segunda mitad de 2015 habrá alguna chance de que pueda leer algo de lo que se publique este año. Vamos a ponerle huevo para llegar.
Otra vez, y a pesar de algún problemita de salud, me tocó un año muy grosso, muy intenso, lleno de momentos inolvidables, de logros personales y colectivos, y encima coronado por una vuelta olímpica para mi querida Academia. A todos los que participaron de esta cruzada delirante durante 2014, ya sea como lectores, como seguidores del blog (clavamos ahí de los 500), o como “megusteadores” del Facebook (ahí son 2240), mi agradecimiento, como siempre, por el aguante y por seguir recorriendo de modo ecléctico y caótico el maravilloso mundo de la historieta.
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Published on January 01, 2015 10:35

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Andrés Accorsi
Andrés Accorsi isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
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