Hugo García Michel's Blog, page 240
November 23, 2014
"... y de pronto todo el mundo me hace falta"
"Et soudain tout le monde me manque", se dijo Eli, uno de los dos personajes principales de esta espléndida y agridulce comedia francesa, cuyo título es precisamente esa frase y con la que este hombre de sesenta años, interpretado magníficamente por Michel Blanc, explica por qué se retiró de ser un contrabajista de jazz, en constantes giras, para establecerse y poner un negocio de telas: extrañaba su vida pasada, extrañaba a su segunda esposa, extrañaba a sus dos hijas adultas (fruto de su primer matrimonio), pero ese regreso no fue muy bien visto que digamos por éstas, en especial por la bellísima y complicada Justine (Melanie Laurent).Acabo de ver esta cinta, dirigida por Jenniffer Devoldère, y quedé encantado, como hacía mucho no quedaba luego de ver una película (creo que la anterior que causó ese efecto en mí fue Whatever Works de Woody Allen). Se trata de una absoluta delicia, un filme típicamente francés, pero con un ligero toque justo de Woody Allen, quizá porque Eli es de origen judío.
No contaré la trama, sólo diré que la historia se centra en la relación entre Eli y Justine, esa relación de amor y reclamo que hay entre padre e hija (ella ya una profesional en sus primeros años treinta) y que el humor que se maneja es de una finura maravillosa, con un ligero tono irónico que invade felizmente a la cinta toda.
Las escenas entre Blanc y Laurent son de antología, pero el resto de los personajes también resultan muy importantes y disfrutables en sus historias particulares.
Una gran película, de esas que hay que tener en el mueble de los DVD.
Published on November 23, 2014 18:07
November 22, 2014
De infiernos y buenas intenciones
En ocasiones, los dichos populares siguen siendo válidos y en este momento histórico de nuestro país, aquel que reza que el camino hacia el infierno está empedrado de buenas intenciones resulta más que vigente y real.Conozco a muchas personas que se encuentran sinceramente conmovidas e involucradas en el caso Ayotzinapa y que con la mejor de las intenciones participan en las marchas de protesta y emplean las redes sociales para promover su genuina indignación, su válido enojo. No tengo la menor duda de su compromiso, su buena voluntad y sus nobles sentimientos (y no hay el menor sarcasmo en mis palabras).
Lo que resulta avieso e imperdonable es que esa buena voluntad, esos nobles sentimientos, sean utilizados por intereses económicos y políticos que manipulan a gente bien intencionada, sin que ésta se dé cuanta cabal del modo como la están usando.
Puedo sonar ofensivo contra esas personas y por supuesto negarán que están siendo manejadas por oscuras y siniestras manos (siniestras, en los dos sentidos del término), cuyo único fin es sacar raja de esa indignación y ese enojo, pero también de la incertidumbre, de la inestabilidad y del miedo.
Lo que sucedió este 20 de noviembre, cuando una triple manifestación pacífica fue infiltrada por grupos violentos (que pueden ser pagados o no), provocando la intervención de la policía (habría sido una imprudencia que otra vez no interviniera), está siendo de nueva cuenta aprovechado por quienes sueñan con un virtual golpe de Estado para entronizarse en el poder. Sueño guajiro, pero en el que están empeñados y no se detienen ante nada para lograrlo (aunque saben que eso no va a suceder).
Se dijo, desde esa trinchera, que este 20 de noviembre se iniciaría la nueva revolución, como si ésta se diera por generación espontánea. Para que se produzca una revolución tiene que haber condiciones objetivas, no percepciones subjetivas.
La gran manipulación es cada vez más clara y no sé hasta donde dará la liga que con tanto afán siguen estirando algunos, envalentonados desde su ya no tan oculto escondite. Esa mano sí se ve.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
Published on November 22, 2014 18:54
November 21, 2014
Manassas / Manassas (1972)
Stephen Stills reunió a un grupo de grandes músicos (entre ellos el ex The Birds Chris Hillman) para producir un álbum doble asombroso, a la altura del Exile On Main Street de los Rolling Stones. Toda una revisión de la música estadounidense –folk, blues, country, bluegrass, rock- en una verdadera obra maestra, hoy día increíblemente ignorada.Mejor tema: “Johnny’s Garden”
Published on November 21, 2014 19:23
November 20, 2014
La saga de Antoine Doinel
Una escena de "Domicilio conyugal".El personaje de Antoine Doinel es el más importante de toda la filmografía de François Truffaut. La razón es muy simple: se trata del álter ego declarado del propio realizador, un personaje que retrata y reproduce su existencia emocional, su relación con las mujeres (incluida su madre), su modo de ser contradictorio e inseguro, sus ambiciones, sus ambivalencias, sus fantasías, sus ilusiones, sus frustraciones y, al final, su amor por la vida.A lo largo de dos décadas, de 1959 a 1979, en cinco películas (cuatro largometrajes y un corto que formó parte de la cinta colectiva El amor a los veinte años, de 1962), Truffaut nos transmitió sus sentires por medio de ese muy peculiar varón, en una saga tan divertida como entrañable y conmovedora.
Para interpretar a Antoine Doinel, el director eligió a un jovencito inexperto de catorce años, llamado Jean-Pierre Léaud, quien acudió a hacer el casting para el papel principal de su cinta debut, la laureada y casi mítica Los 400 golpes, y de inmediato fue elegido por su singular y espontánea personalidad. Truffaut lo adoptó de alguna manera y revivió al personaje tres años después, en Antoine y Colette, para retomarlo en tres ocasiones más: en 1968 con Besos robados (en la que vemos a un Antoine que salta de empleo en empleo y de amor en amor en sus primeros años veinte), en 1970 con Domicilio conyugal (en la que lo vemos ya casado y poniéndole bobamente el cuerno a su mujer) y en 1979 con El amor en fuga (en la que Doinel, ya treintón, rememora lo que fue su vida, se divorcia y se vuelve a enamorar).
Léaud fue como un hijo adoptivo para Truffaut. Simpático, bien parecido, carismático y con un muy especial encanto, el joven actor actuó en otras cintas del realizador (como en Las dos inglesas y el continente de 1971) o en las de otros directores (como en la estupenda Masculino femenino de Jean-Luc Godard, de 1968), pero siempre será recordado por su espléndido y único Antoine Doinel, una caracterización absolutamente clásica.
La pregunta que me hago es si François Truffaut habría filmado una sexta y hasta una séptima parte de la saga de haber seguido en el mundo.
Published on November 20, 2014 16:26
November 19, 2014
El cineasta que amó a las mujeres
"Hago películas normales para gente normal".
François Truffaut
Hay una escena inolvidable en Domicilio conyugal, la onceava película de François Truffaut, en la que el personaje de Antoine Doinel, quien ha abandonado a su mujer, Christine, por una japonesa de la que se cree enamorado, va a un restaurante a cenar con ésta y la cita resulta tan sosa que Antoine se levanta repetidamente de su mesa para telefonear a su aún conyuge y decirle lo aburrido que se encuentra y las ganas que tiene de verla. Es un momento tan absurdo como tragicómico, sobre todo cuando Antoine la dice a Christine: “Eres mi hermanita, mi hija, mi madre” y esta le responde del otro lado de la línea: “Hubiera querido ser también tu esposa”. Descubrí el cine de Truffaut con esta película, a principios de los años setenta. No recuerdo si la vi en el añorado cine Regis de Avenida Juárez o en la legendaria Cineteca Nacional de Calzada de Tlalpan y Río Churubusco. De lo que sí me acuerdo es del efecto que causaron sobre mí la elegancia, la sutileza, la liviandad, la ironía y la belleza en el estilo del realizador francés. Desde ese momento quedé enganchado con su cine y aunque su muerte, acaecida el 21 de octubre de 1984, hace treinta años, cortó abruptamente lo que era una fructífera carrera cinematográfica, quedó el legado de sus filmes, en su gran mayoría imperdibles, y de algunos libros, en especial esa joya en la que entrevistó largamente a uno de sus mentores: Alfred Hitchcock. Conozco casi completa la filmografía truffautiana (sólo no he podido ver cuatro de sus veinticuatro películas) y aunque algunas de sus obras no terminan de convencerme (en especial la a mi modo de ver sobrevalorada Fahreinheit 451 de 1966, en la que si algo se extraña es el toque del director), la gran mayoría me resultan fascinantes, en especial la saga de Antoine Doinel (el alter ego del propio François Truffaut, interpretado siempre por el singular Jean-Pierre Léaud), conformada por Los 400 golpes (1959), Antoine y Colette (1962), Besos robados (1968), la mencionada Domicilio Conyugal (1970) y El amor en fuga (1979). Otros largometrajes que resalto son Jules y Jim (1962), La piel suave (1964), La sirena del Mississippi (1969), Una chica tan linda como yo (1972), La noche americana (1973) y La mujer de al lado (1981). No obstante, si con una de sus piezas fílmicas me rindo a sus pies –y quizá lo haga más por razones de identificación personal que por motivos estrictamente cinematográficos– es con El hombre que amó a las mujeres (1978). Truffaut fue un gran amante de la mujer y se enamoró de algunas de las actrices a quienes dirigió, muy especialmente de Jeanne Moreau, de Catherine Deneuve, de Claude Jade y de Fanny Ardant. Con todas ellas tuvo affaires de distinta intensidad y duración. Además de eso, casi en cada uno de sus filmes las mujeres son el factor dominante, frente a los personajes masculinos, mucho más vulnerables, débiles y hasta ridículos. Pero fue en El hombre que amo a las mujeres que brindó un abierto homenaje a la belleza, la magia, la presencia, la inteligencia y la fascinación del sexo femenino. No sé si por eso el personaje principal fue interpretado por el actor Charles Denner, feo y escasamente carismático, en lugar del encantador y en momentos hasta un tanto femenino Jean-Pierre Léaud. Hay mucho más que hablar de este realizador parisino, pero el espacio es poco. De la mala relación con su madre y su padrastro; de los cine clubes que organizaba en su adolescencia; de las cientos (¿o miles?) de películas que vio en aquellos años; de su estancia en una prisión juvenil; de su labor como crítico despiadado en la mítica revista Cahiers du Cinema; de sus conflictos con la vieja guardia del cine galo (con excepción de su admirado Jean Renoir); de su relación de amor-odio con Jean-Luc Godard; de su participación en las protestas callejeras para lograr la reinstalación del director de la Cinemateca Francesa, apenas meses antes del movimiento estudiantil de 1968 en Francia, al cual prefiguró; y, por supuesto, de su importante papel como uno de los fundadores de la nouvelle vague, al lado del propio Godard, de Eric Rohmer, de Jacques Rivette, de Claude Chabrol, de Jean Pierre Melville. François Truffaut se fue hace tres décadas exactas y uno se pregunta qué tanto le faltó por filmar. Nacido en París en 1932, falleció cuando tan sólo tenía cincuenta y dos años. Nunca dejará de extrañarse al cineasta que amo a las mujeres.
(Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario).
Published on November 19, 2014 20:00
November 18, 2014
Un festival bestial
En México, la existencia de festivales de música se ha convertido en práctica común y forma parte de la cotidianidad de los melómanos o los simples curiosos. Sin embargo, hay de festivales a festivales y no todos ofrecen la misma calidad artística.El Bestia Festival es una especie de rara avis, ya que está dirigido a un nicho muy especializado y vanguardista de público. Si en su primera edición, en 2013, tuvo gran éxito al traer un proyecto tan radical como Moonchild, del jazzista neoyorquino John Zorn, en 2014 sus organizadores vuelven a apostar por el riesgo y presentan dos conciertos imperdibles.
El primero será este miércoles 19 de noviembre, a las ocho y media de la noche, en el Teatro de la Ciudad y constará de tres actos. En el primero, se presentarán el gran trombonista Ray Anderson en dúo con el tubista Bob Stewart, en una combinación jazzística alucinante. Luego aparecerá el enorme Mark Ribot, quien presentará por primera vez en México un solo acústico de guitarra, algo que no ha hecho en casi veinte años, por lo que se trata de una oportunidad muy especial. Finalmente, Han Bennink y Terrie Ex harán una serie de improvisaciones, integrados como dueto de guitarra y batería. Para redondear el concierto, Daniel Goldaracena fungirá como ingeniero de audio (Goldaracena pasó cerca de una década en Nueva York, trabajando con John Zorn).
Cuatro días más tarde, en el Centro Cultural Estación Indianilla, el punk tendrá su oportunidad con las actuaciones de dos agrupaciones internacionales que visitan México por vez primera: Neurosis y The Ex, a los que abrirán los proyectos mexicanos Monogatari y (sic).
Paralelo a estas actividades musicales, el Bestia Festival presentará en la Cineteca Nacional un ciclo de cine relacionado con la experimentación sonora, mientras que en el Museo del Chopo habrá clínicas con músicos internacionales aún por anunciarse.
Se trata, como podemos ver, de un festival propositivo y muy interesante, posiblemente el festival de música experimental que hacía falta en nuestro país.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
Published on November 18, 2014 03:30
November 17, 2014
La vie d'Adèle
Intensidad es el nombre del juego. Intensidad y fascinación. Intensidad, fascinación y sensualidad. Porque eso y más es La vida de Adele de Abdellatif Kechiche (2011).La idea de ver una película de tres horas de duración puede repeler al cinéfilo más empedernido, ese que ve de todo y se aventura a todo. No es mi caso. Sin embargo, debo decir que La vie d'Adele, lejos de parecerme pesada, fluye de manera sorprendente, a pesar de no ser un filme vertiginoso o fragmentado, sino todo lo contrario: se trata de una cinta de narración más bien pausada e introspectiva, en la que el manejo de los close ups es parte fundamental para entender y, sobre todo, para sentir las emociones de los protagonistas, en especial de las dos jóvenes amantes, Adèle y Emma, interpretadas por las extraordinarias Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux, respectivamente.
Amo el cine francés y obras como esta me hacen amarlo más. La historia del enamoramiento lésbico entre una muy joven estudiante y educadora y una artista plástica veinteañera jamás cae en el morbo, a pesar de la gran cantidad de escenas eróticas que contiene. Tampoco es que la dirección haga de esas escenas la típica andanada de imágenes sofisticadas y falsamente elegantes, llenas de filtros y erotismo light. No. Uno ve a las dos jóvenes hacerse el amor con naturalidad casi documental, pero sin ese mal gusto en el que luego caen algunas películas mexicanas que quieren ser muy crudas y terminan por resultar tremendamente burdas.
La cinta transcurre paso a paso, desde que la hermosa Adèle descubre que le gustan más las mujeres que los hombres, hasta que ve a Emma en la calle y terminan por conocerse en un bar. Luego viene la historia de su romance, hasta que aparecen los celos, los engaños y la ruptura, para dar paso a los meses o años que siguen, sin que la pareja regrese, pero con una final reconciliación abnegada de ambas partes.
Una gran película, quizá no del gusto de todos.
Published on November 17, 2014 21:33
November 16, 2014
#Renuncia Vela
La desfachatez tiene un límite y Carlos Vela lo rebasó. Por eso es que debe renunciar a la selección mexicana de futbol, como ya lo había hecho antes. Por eso es que el clamor popular ahora debe ser: “¡#Renuncia Vela!”.Yo no sé qué se piensa ese muchacho, quien con el mayor de los descaros vuelve a jugar con el tricolor (al que, repito, despreció por varios años) y tiene el cinismo de anotar dos goles. ¿De qué se trata? ¿De tender una cortina de humo ahora que la situación nacional está a punto de arder?
Porque leo y escucho los medios de comunicación contrarios al actual régimen y lo que descubro en sus dichos y sus encabezados, en sus opinadores y en sus portadas, es que México se encuentra irremediablemente al borde de una insurrección. Sus principales voceros en las redes sociales pintan un panorama tal (y además lo celebran) que, según deduzco por sus palabras, el levantamiento armado ya no debe tardar. Dicen ellos que TODO el país y que TODOS los mexicanos estamos a punto de alzarnos contra el mal gobierno (bueno, hasta donde entiendo yo no; no sé usted, estimado lector, ¿o ya tiene listas sus bombas molotov y su carabina 30-30?). En descargo de estos jovenazos, habrá que decir que ellos están convencidos de ser los voceros y los representantes de lo que llaman el pueblo de México y quizá por eso pierdan la proporción de las cosas (o tal vez sea su manera de interpretrar el Buen Fin).
Es en este contexto que entra la participación de Carlos Vela. ¿No sabrá el señorito que al anotar dos golazos y darle el triunfo a la selección está contribuyendo a la enajenación de nuestra gente? Porque con esa buena actuación, lo único que ha logrado es que se hable de la manera como realizó sus anotaciones, en lugar de que los ciudadanos sigan cuestionando al malvado Estado. Para colmo, no quiso ser entrevistado y tampoco hacer declaraciones sobre Ayotzinapa. ¿Por qué? Porque –digámoslo claro– seguro está coludido con la mafia en el poder, cuyos perversos tentáculos ya llegan hasta San Sebastián, donde el apátrida vive.
Por eso es inaplazable gritar, exclamar, aullar: ¡#Renuncia Vela!
(Publicado ayer en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
Published on November 16, 2014 16:17
November 15, 2014
Los treinta y dos de Alain
Aunque no pude verlo o hablar con él, porque andaba de fiestero, hoy pensé todo el día en mi Alain, ya que cumplió treinta y dos años (¡tengo tan presente el momento en que llegó al mundo! Hasta fotos tomé, ya que fue por medio de un parto psicoprofiláctico). Como escribí en facebook, Alain es una de las dos personas que más amo en esta vida (la otra, obviamente, es mi Jan). Me hace muy feliz verlo tan bien, al lado de la mejor de las compañeras que podría tener (la adorable Hally) y haciendo lo que le gusta y viviendo de ello. Maravilloso.De hecho, también fue mi aniversario número treinta y dos... como padre, ya que debuté como tal justo el 15 de noviembre de 1982, con el propio Alain, y otro 15 de noviembre, pero de 1969, escribí mi primera canción: "Please Be True", a mis catorce años de edad. Así que hoy cumplo también cuatro décadas y un lustro exactos como compositor. Chingón.
Published on November 15, 2014 18:22
November 14, 2014
Tom Robinson Band / TRB Two (1979)
Aunque opacado por el disco debut de este cuarteto de punks-gays o gays-punks híper politizados, el segundo opus es un trabajo lleno de frescura, provocaciones y diversión. Tom Robinson fue un músico con un muy especial joie de vivre y eso se nota en su forma de tocar y cantar.Mejor tema: “Alright All Night”
Published on November 14, 2014 19:14
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