Hugo García Michel's Blog, page 209

October 2, 2015

Rockpile / Seconds of Pleasure (1980)

Un álbum tremendamente fresco y vigoroso. El único trabajo discográfico de la banda encabezada por Dave Edmunds y Nick Lowe abreva de las fuentes originarias del rockabilly y del verdadero rhythm and blues. Cuando la new wave era lo que rifaba, Rockpile prefirió tocar algo mucho mejor.

Mejor tema: “If Sugar Was As Sweet As You”

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 02, 2015 15:56

October 1, 2015

Por siempre Keith

Pocos músicos sintetizan al mismo tiempo el lado oscuro y el lado luminoso del rock como Keith Richards, el alma verdadera de los Rolling Stones. Si en alguien se encuentra presente en toda su intensidad la famosa consigna de sexo, drogas y rock n’ roll es en él. Sin la menor duda. Experto en excesos, alma negra y bluesera, londinense con espíritu del Mississippi, músico y guitarrista a la vez tradicionalista e innovador, Richards se mantiene no sólo vivo sino vital, vital y activo y productivo a sus setenta y un años de edad y lo demuestra con Crosseyed Heart, su flamante álbum como solista, el primero después de veintitrés años, luego del Main Offender de 1992.
  Leer Vida (Global Rhythm, 2010), la autobiografía de quinientas páginas de Keith Richards, es un ejercicio fascinante y aleccionador, aunque también asombroso y terrorífico (y muy divertido: su cínico humor negro, absolutamente rocanrolero, no tiene parangón). Se trata de un verdadero tour de force de sobrevivencia dentro de un mundo –el del rock, como música y como espectáculo– tremendamente demandante y desgastante. En su lectura vemos con detalle la peculiar existencia de este joven (porque sigue siendo joven en su etapa septuagenaria), el transcurrir de este nacido en los años cuarenta del siglo pasado y cómo su destino lo llevó a convertirse en uno de los artistas más influyentes de dicha centuria y en parte esencial de una de las agrupaciones más importantes en la historia no sólo del rock, sino de la música popular del planeta.
  Los Rolling Stones son leyenda aún viviente, mito deslumbrante, realidad musical que a lo largo de más de cincuenta años sigue ahí, sumando ladrillos a su edificio cimentado en la música con raíces y en la honestidad artística más auténtica. Su legado es innegable. Tan sólo la tetralogía de sus discos Beggars Banquet (1968), Let It Bleed (1969), Sticky Fingers (1971) y Exile on Main Street (1972) habría bastado para consagrarlos por siempre, pero su riqueza es aún más amplia y todavía no se detiene.
  Como fundador, al lado de Mick Jagger, del proyecto de las Piedras Rodantes (que a principios de los años sesenta no tenía más propósito que el de ser un grupo de blues que tocara y difundiera los temas clásicos del género en pequeños clubes británicos), Richards fue siempre el ancla y la sustancia (Jagger era más la apariencia y la frivolidad). Al lado de enormes músicos como Charly Watts, Bill Wyman, Brian Jones, Mick Taylor y Ron Wood (pero también Ian Stewart, Nicky Hopkins, Billy Preston y Bobby Keys, entre varios otros), Jagger y Richards lograron conformar un dueto excepcional de compositores (“The Glimmer Twins”, gustaban apodarse) que dio a la humanidad canciones inmortales como “I Can’t Get No (Satisfaction)”, “Street Fighting Man”, “She’s a Rainbow”, “Gimme Shelter”, “Brown Sugar”, “Honky Tonk Women”, “Start Me Up” y tantas otras que forman parte de su exhaustivo y exultante repertorio.
  Crosseyed Heart, el nuevo disco de Keith Richards, suena como debe ser. No hay novedades ni busca sonar “actual” (si algo criticó siempre el guitarrista a Mick Jagger fue ese afán por querer adaptarse a las tendencias y estilos imperantes). En ese sentido, el larga duración pudo haber sido producido hace veinte, treinta o cuarenta años. La fidelidad de Richards por sus raíces musicales se refleja en las quince canciones que lo conforman. Rock, blues, country, reggae, interpretados con esa voz tan característica y con los varios instrumentos que ejecuta, además de su clásica guitarra en Open G (es decir, afinada en tono de Sol abierto).
  Para la grabación, este poco flemático inglés se hizo acompañar por la base de su segundo grupo después de los Rolling Stones, The X-Pensive Winos: el baterista Steve Jordan y el guitarrista Waddy Wachtel. El enorme saxofonista Bobby Keys alcanzó a participar en algunos temas, antes de su infortunado fallecimiento, y hay invitados de lujo como Aaron Neville, Norah Jones y Spooner Oldham.
  Destacan en el nuevo plato algunas piezas estupendas, desde la abridora y homónima “Crosseyed Heart” (un blues acústico, con nada más que la voz y la guitarra del buen Keith) hasta la funky “Amnesia” y desde la dylaniana “Robbed Blind” hasta la stoniana “Blues in the Morning” (imposible no pensar en el Exile on Main Street), la casi tomwaitsiana “Sustantial Damage” y la estupenda y rocanrolera “Trouble”.
  Un disco magnífico que parecería estar anunciando la llegada de un nuevo álbum de los Rolling Stones. Hay rumores sin confirmar al respecto. Ojalá que así sea.

(Publicado este mes en la versión impresa de la revista Nexos No. 454)
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 01, 2015 20:30

September 30, 2015

Giovanna (una pequeña historia italiana)

Giovanna Moya Rossi de niña, en una bellísima
fotografía de su padre, Rodrigo Moya.
Sucedió en 1973. Yo tenía dieciocho años y ella catorce. La conocí por mi hermano Sergio, ya que la invitó a participar en su película Qué tiempos aquellos de la que yo había escrito el guión. Se llamaba Giovanna y en aquel momento yo sólo sabía que era prima de Alejandra Moya (una joven muy guapa que también participaba en la cinta) y sobrina de la coreógrafa Colombia Moya (madre de Alejandra). Me enamoré perdidamente de Giovanna. Me fascinaba. Era delgada, blanca, de cabello oscuro, me parecía una preciosidad. Yo era muy tímido y apenas me atrevía a cruzar palabras con ella. Nunca me atreví a decirle cuánto me gustaba. En realidad aquello duró unos pocos meses, ya que al terminar la filmación no volví a verla y jamás se me ocurrió buscarla. El momento de mayor intimidad que recuerdo con ella fue una ocasión en que nos quedamos a solas por unos minutos en la combi de Sergio: ella en la parte delantera, yo atrás, una parte a la que no entraba mucha luz. Giovanna me miró y me dijo "pareces un fantasma". No sé por qué, pero aquello me encantó y a más de cuarenta años de distancia no lo olvido. Incluso usé esa frase en una canción que escribí, en una línea que dice "recuerdo oírte decir 'fantasma'". De hecho, le compuse una canción llamada "Dejaste abierta la puerta". Dos o tres años después, me enteré que se había matado en la carretera. Creo que iba con un novio y se volcaron en un coche. Cosas caprichosas de la vida: en los años ochenta entré a trabajar como redactor y reportero en la revista Técnica Pesquera que dirigía el gran fotógrafo y editor Rodrigo Moya. Resultó que era el papá de Giovanna y que seguido recordaba a su hija accidentada. Jamás me atreví a decirle al buen Rodrigo (curiosamente siempre nos hablamos de "usted") que yo había estado enamorado fugazmente de su hija. La madre de Giovanna era una catedrática italiana de la Facultad de Filosofía y Letras: Annunziatta Rossi (si no me equivoco, hermana del filósofo Alejandro Rossi). Tenía padres y tíos ilustres la Giovannita. Hoy tendría cincuenta y seis años. Era tan bonita, aún la recuerdo con ternura.

Giovanna, de túnica rosa (extremo derecho), en 1973, durante la filmación, en Las Estacas,
Morelos, de ¡Qué tiempos aquellos! La acompañan, de izquierda a derecha, Daria,
Alejandra Moya (de túnica amarilla), Sergio García y Tina French.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 30, 2015 20:30

September 28, 2015

Alison Mosshart contra Carla Morrison

Escucho el nuevo sencillo de The Dead Weather, uno de los proyectos de Jack White, al lado de Dean Fertita, Jack Lawrence y la fantástica Alison Mosshart, y no puedo sino quedarme estupefacto ante la potencia y crudeza de la música y la voz agresiva y sensual, rasposa y sugestiva, de la cantante.
  Escucho el nuevo sencillo de Carla Morrison y no puedo más que quedar atónito y de paso darme un manotazo de exasperación en la frente, no sólo por la vocecita aguda y aniñada de la bajacaliforniana, sino porque sino porque sin el menor rubor copió el estilo de la chilena Mariel Mariel en su disco Foto pa ti, ya reseñado aquí hace seis martes. El uso de las percusiones, los arreglos y hasta la forma de vocalizar son idénticas a las de la andina. Sin embargo, lo anterior es lo de menos y lo único que hago es apuntarlo. Cada quién sus fusiles.
  “I Feel Love (Every Million Miles)” se llama la pieza de The Dead Weather y “Un beso” la de la Morrison. Son absolutamente antitéticas. La primera, con Alison Mosshart en la voz, como ya señalé, es un rock puro, sucio, grasoso, sicalíptico, lleno de alma y sentimiento rocanrolero. Música llena de autenticidad y sustancia. La segunda, aparte de su escasa originalidad, es un popcito bembo, lánguido, insustancial, bobalicón. Ni siquiera logra la incipiente cachondería de los temas de Mariel Mariel (eso sí que no pudo copiarlo).
  Lo anterior me lleva a preguntar por qué las cantantes mexicanas “de rock” que están en boga, como Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana, Denise Gutiérrez o la propia Morrison no pueden cantar con la fuerza, el desparpajo y sobre todo el sentimiento de una Alison Mosshart y siguen apostando por la chabacanería del rockcito ñoño que tan empeñosamente representan.
  Ya sé que no se le pueden pedir peras al olmo, pero es una lástima que las nuevas generaciones tengan que conformarse con escuchar eso. Por ahí siguen Jessy Bulbo, Tere Estrada, Cecilia Toussaint, Ely Guerra, Leticia Servín y otras buenas cantantes, pero el público actual apenas sabe de su existencia, si no es que las desconoce por completo. Una pena.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 28, 2015 17:57

September 27, 2015

El patrón del mal

Terminé de ver los setenta y cuatro capítulos que conforman la serie colombiana (¿ o técnicamente será telenovela?) Escobar, el patrón del mal, sobre la vida de Pablo Emilio Escobar Gaviria, el mayor y más temible narcotraficante que haya existido no sólo en Colombia, sino en Hispanoamérica y quizás en el mundo entero.
  A decir verdad, se trata de una obra realmente estupenda, sin maniqueísmos, aunque sin exagerar tampoco en "el lado humano" de Escobar para justificar su enferma personalidad. A lo largo de la serie, conocemos la vida de este hombre desde su niñez temprana hasta su muerte, acaecida en 1993. Gracias a que son tantos capítulos, los guionistas pudieron detenerse en diversas etapas y momentos de la biografía criminal del poderoso traficante de cocaína, trastocado en terrorista capaz de poner bombas y autos bomba en todas partes, sin importarle segar la vida de cientos de inocentes. Para no hablar de los numerosos atentados contra políticos, policías, militares y periodistas.
  Lo más notable de El patrón del mal (producida por la televisora Caracol) es sin duda el actor que interpreta a Escobar Gaviria. El colombiano Andrés Parra hace a un Pablo Emilio no sólo creíble sino prácticamente idéntico, hasta en el timbre de la voz. Su actuación resulta impresionante, llena de matices que lo hacen ver auténtico tanto en sus arranques de ira criminal como en sus instantes de ternura como hijo, padre y esposo.
  Pero no sólo él: todo el numerosísimo cuadro de actores es fenomenal y uno llega a convencerse de que, por ejemplo, los sicarios al servicio del capo realmente son sicarios (ninguno parece sacado de las academias de actores de Televisa y Azteca y si, en cambio, de los barrios bajos de Medellín), así de bueno fue el casting. La recreación histórica está perfectamente documentada (en muchas ocasiones con pietaje original de los atentados, tomados de los noticiarios de la época), las locaciones son todas en exteriores y los efectos especiales son muy buenos.
  Una serie absolutamente recomendable que no se espanta con la incorrección política y con algunos muy saludables momentos de negrísimo humor.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 27, 2015 20:00

September 25, 2015

Justos y pecadores

Cuando el miércoles pasado, frente al Congreso de los Estados Unidos, el Papa Francisco habló contra la tentación del “reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos”, para añadir: “Permítanme usar la expresión, en justos y pecadores”, dio en el blanco en una situación que si bien no es nueva históricamente –vaya que no lo es–, sí resulta grave en el momento actual que vive el mundo en general y muchos países en particular, incluido, por supuesto, el nuestro.
  El que lo haya dicho el máximo representante de la Iglesia católica, la cual a lo largo de los siglos se ha distinguido precisamente por olvidar sus preceptos originarios para abrazar un maniqueísmo a ultranza (basta con recordar al Santo Oficio y sus horrores), hace que las palabras del Pontífice adquieran una importancia aún mayor.
  Fue un grande y conmovedor discurso el de este argentino que (él sí) es en verdad sencillo y carismático (quizá porque le va al San Lorenzo de Almagro y no al Boca o al River), pero que sobre todo ha mostrado un sentido común extraordinario y que tanta falta hace en todas partes, aunque en unas más que otras.
  En este mundo de redes sociales virtuales, mismas que fomentan precisamente ese reduccionismo simplista del que habló el Papa Francisco, es urgente abrirnos al otro y tratar de entender sus pensamientos e ideas, antes de condenarlas a priori. México es el claro ejemplo de esto y por ello la crispación existente, de la cual sacan raja tantos políticos que navegan con bandera de buenos y resultan ladinos y siniestros.
  Creerse dueño de la verdad y tratar de imponerla a los otros, al tiempo que se descalifica y se agrede al que piensa distinto, es algo que se ha vuelto cotidiano y que no conduce sino a una mayor cerrazón y a un odio rampante y peligroso. Esta tarde simplemente, en la marcha por el primer aniversario del caso Ayotzinapa, es seguro que surjan esas manifestaciones de rencor maniqueo que ojalá no se desborden como hace unos días en Guerrero.
  Que no reine el reduccionismo simplista apuntado por el Papa. Amén.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 25, 2015 22:04

Rare Earth / Ecology (1970)

Poderoso disco de soul interpretado por una banda de blancos. Gracias a la voz prodigiosa de Pete Riviera y sus estupendos compañeros, Rare Earth dejó una gran huella que hay que buscar en las profundidades de la historia, para descubrir qué buena y grasosa música hacía.

Mejor tema: “(I Know) I’m Loosing You”

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 25, 2015 17:27

September 24, 2015

Mi disco favorito de Bowie

Un gran gran disco. Aunque para muchos se trató de un retroceso, luego de las experimentaciones con Brian Eno en Berlín, Scary Monsters (1980) es a mi modo de ver uno de los mejores álbumes de David Bowie. Sofisticado, audaz, provocativo, altamente sensual, contiene varias de las mejores composiciones del británico y es una especie de rescate del glam pero con elementos del rock duro, el folk, el pop y la electrónica. En el disco colaboran además grandes músicos, como Robert Fripp, Carlos Alomar y Pete Townshend, por ejemplo. Se trata de uno de esos trabajos que pueden desconcertar en una primera escucha, pero que seducen y envuelven conforme se va penetrando en sus más íntimos recovecos. He aquí un variado desfile de magníficos temas, de canciones sin desperdicio que van de la erizante “It’s No Game (Pt. 1)” a la felizmente conclusiva “It’s No Game (Pt. 2)”, transcurriendo por cortes tan buenos como la festiva “Up the Hill Backwards”, la bizarra “Scary Monsters (and Super Creeps)”, la irresistible “Ashes to Ashes”, la glamurosa “Fashion”, la conmovedora y evocativa “Teenage Wildlife”, la desgarrada “Scream Like a Baby”, la exultante “Kingdom Come” y la irresistible “Because You’re Young” (con un Townshend en plenitud rocanrolera). Scary Monsters es -y sé que me arriesgo al decirlo- quizás el último gran disco de David Bowie, su último verdadero clásico.

(Reseña publicada originalmente en el Especial No. 10 de La Mosca en la Pared, publicado en abril de 2004)
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 24, 2015 21:10

September 23, 2015

Segunda presentación de "Matar por Ángela"

Esta vez fue en Bajo Circuito, el centro cultural que maneja mi gran amiga Talía Chavira. La mesa estuvo la mar de divertida y me acompañaron en ella los muy queridos Julio Patán, Eduardo Limón, Adán Ramírez y Enrique León. Una muy buena asistencia de amigos, familia y gente que no conocía. Al final, hubo una presentación fenomenal del grupo de blues de Angel Di Maggio. Realmente una gran noche la de anoche.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 23, 2015 20:00

Hugo García Michel's Blog

Hugo García Michel
Hugo García Michel isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Hugo García Michel's blog with rss.