Hugo García Michel's Blog, page 213

August 23, 2015

El primer disco de los Doors

Para Mag.
Pocos grupos en la historia del rock (quizá sólo The Jimi Hendrix Experience) han tenido un primer disco tan extraordinario como éste. Si en 1967 el Sgt. Pepper Lonely’s Hearts Club Band de los Beatles era la cumbre del arte luminoso, The Doors fue, ese mismo año, la cumbre de la oscuridad y la desesperanza. Álbum sui generis, su música y sus letras no se parecen en absoluto a cosa alguna que se hubiera hecho hasta entonces y, salvo posibles imitaciones, siguen siendo únicas. No era que el cuarteto angelino hubiese inventado el hilo negro, tan sólo supo fusionar en un estilo singularísimo el rock sicodélico con el blues, el jazz, la música de cabaret y la música clásica, todo ello aderezado con una poesía novedosa y peculiar. Hipnótico y seductor, provocativo y sensual, el estilo de los Doors debe mucho a las letras de Jim Morrison, pero también a la versatilidad de la guitarra de Robby Krieger, al extraordinario órgano (y al bajo tecleado) de Ray Manzarek y a la batería elegantemente precisa de John Densmore. Todo ello queda reflejado en The Doors (Elektra, 1967) de un modo que raya en la perfección. No hay aquí un solo tema débil. Cada canción es una pequeña joya, desde la inicial “Break on Through (To the Other Side)”, con su introducción jazzera, su hoy inconfundible riff de bajo y la voz morrisoniana cantando: “Sabes que el día destruye a la noche / La noche divide al día / Trata de correr / Trata de esconderte / Pásate de golpe al otro lado” o “”Encontré una isla en tus brazos / Un país en tus ojos / Brazos que encadenan / Ojos que mienten / Pásate de golpe al otro lado”. Una canción de amor-odio que es como un manifiesto de lo que Morrison y compañía se traían entre manos, de lo que el grupo representaría en adelante. “Light My Fire”, la pieza que volvió instantánea y mundialmente famosos a los Doors, es otra obra de arte. Escrita por Krieger, “Enciende mi fuego” (como se conoció en español) es un hito histórico. La introducción del órgano es hoy parte del inconsciente colectivo y la sugerente voz de quien más adelante sería conocido como el Rey Lagarto alcanza niveles de erotismo casi explícito y hasta ese instante nunca visto, mientras los largos solos de Manzarek y Krieger constituyen una invitación al getting high de las jam sessions. Por último, el corte concluyente, “The End”, es una larga prédica trágica de once minutos y medio, un desgarrado y tenso lamento edípico, un himno anticlimático y estremecedor que hiela la sangre por su crudeza y su violencia. Sin embargo, el resto del material es igualmente bueno y sin fisuras -sólo escúchense maravillas como “The Crystal Ship”, “Soul Kitchen” o “Take It As It Comes” (estas dos con sus respectivos mensajes: “aprende a olvidar” y “tómalo como viene”) o los covers de “Backdoor Man” de Willie Dixon y “Alabama Song (Whiskey Bar)” de Bertolt Brecht y Kurt Weill-, una colección memorable de canciones que a casi medio siglo de distancia sigue sonando extraordinariamente actual.

(Reseña que publiqué en el No. 3 de los Especiales de la Mosca, en septiembre de 2003)
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Published on August 23, 2015 18:30

August 22, 2015

¿Y el PRD, apá?

Para bien o para mal (quisiera pensar que para bien), dos de los tres partidos principales de México ya tienen nuevo presidente: Manlio Fabio Beltrones en el PRI y Ricardo Anaya en el PAN. Sólo falta el PRD que, más que nunca, está urgido de elegir a un líder fuerte, serio, hábil, inteligente, político y carismático. El problema está en de dónde demonios lo va a sacar.
  Después de llegar a ser incluso la segunda fuerza política del país, hoy día el de la Revolución Democrática parece un partido que deambula cual ánima en pena y sin que en su horizonte se vislumbren tiempos de recuperación y buena salud. Por el contrario, hay signos no sólo de enfermedad sino incluso de agonía, algo que su rival más inmediato y cruento, Morena, aguarda con colmillos afilados y saliva que escurre por su lobuno hocico de depredador.
  Ante esa situación de inanidad y con la caballada más flaca que jamás ha tenido, el PRD corre el riesgo de acudir a intentos desesperados de sobrevivencia y uno de ellos sería recurrir a quien los despreció de la manera más ostensible y soberbia, para rogarle piedad y misericordia e incluso perdón, ante la inminencia de una gradual desaparición.
  Se sabe que hay militantes perredistas que consideran seriamente esa posibilidad: la de buscar a su ex mesías, el rulfiano Anacleto Morones tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, para que los acoja en su seno o al menos acepte una alianza salvadora que impida la hecatombe del otrora principal partido de la izquierda (es un decir) mexicana.
  ¿Existe alguna otra probabilidad para que el PRD se recupere o tendrá que humillarse ante la sonrisa torva de quien lo ha desdeñado? ¿Tendrá que recurrir de nuevo en busca de la ayuda de su líder histórico, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, después de que su dirigencia prácticamente lo obligó a apartarse del partido? ¿Aparecerá de pronto y como de la nada una figura que cual superhombre o supermujer consiga el milagro de la resurrección?
  No veo por dónde venga el remedio. Negros tiempos se vislumbran para eso que muchos siguen llamando la izquierda mexicana.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
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Published on August 22, 2015 15:00

August 21, 2015

The Association / Greatest Hits (1968)

Aunque la inclusión en esta lista de un disco de grandes éxitos pueda parecer un poco tramposa, en el caso de The Association se justifica de alguna manera porque el grupo fue más productor de temas sencillos que de álbumes y esta compilación de rock pop sesentero es realmente estupenda.

Mejor tema: “Six Man Band”

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Published on August 21, 2015 13:42

August 20, 2015

Metallica, ¿el disco de la traición?

El mayor golpe de timón en la historia de Metallica. El disco que les significó perder a miles de seguidores a cambio de ganar millones… de fanáticos y de dólares. Metallica (Polygram, 1991) es sin duda el álbum más polémico de la agrupación, su entrada a las grandes ligas del superestrellato y su salida (por expulsión y autoexpulsión) de las oscuras sendas del metal subterráneo. Intoxicado quizá por los excesos experimentales de …And Justice for All, el cuarteto optó por dar un giro radical y dirigirse a lo básico. Había que simplificar su música, escribir canciones más cortas; si eso les redituaba una mayor comercialidad, no hallaron razón para rehusarse. Así, Hetfield, Ulrich, Hammett y Newsted volvieron a correr otro riesgo, pero esta vez en sentido contrario al que corrieron con Ride the Lightning. De pronto, el factor melódico cobró una mayor importancia y así surgieron composiciones más accesibles para el gran público. Sin perder su esencia metalera, conservaron parte de su fuerza thrashera, pero dieron evidentes concesiones. Surgieron así temas como “Enter Sandman”, “Sad But True”, “Wherever I May Roam” y sobre todo “Nothing Else Matters”, con las cuales escandalizaron a las buenas-malas conciencias de sus viejos seguidores, quienes los acusaron de traición de lesa metalidad. A la comercialidad de Metallica contribuyó sin duda el productor Bob Rock, quien dio al disco un sonido pulido, muy alejado de las “sucias” grabaciones de las cuatro obras anteriores del grupo. A pesar de la condena del sector más ortodoxo de los fanáticos de Metallica o tal vez por ello, este disco significó, de una u otra manera, una nueva provocación que influyó en el heavy metal y cambió la dirección del mismo -¿para bien, para mal?- de manera irreversible.

(Reseña publicada en el No. 2 de los Especiales de la Mosca, ejemplar dedicado a Metallica y aparecido en junio de 2003)
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Published on August 20, 2015 15:30

August 19, 2015

El cerebro de mi hermano

Terminé de leer esta magnífica novela corta de Rafael Pérez Gay, publicada en 2013 por Seix Barral. Es autobiográfica y narra la relación del autor con su hermano mayor, el intelectual José María Pérez Gay, quien falleciera pocos años atrás. Fina, exquisita, escueta, concisa, amena, con rasgos de humor a veces negro, El cerebro de mi hermano es un relato de feliz añoranza y de bella nostalgia por el ser amado que se ha ido. Un canto a la vida, a pesar de que la muerte es el tema central que pesa y se encuentra siempre presente.
  Debo decir que en lo personal el libro me tocó, porque me hizo recordar mi propia vivencia con mi hermano Sergio. Hay muchas similitudes entre la relación de los hermanos Pérez Gay y la mía con mi consanguíneo: la diferencia de edades (una década en mi caso, un poco más en el de Rafael), el gran cariño y la enorme empatía a lo largo del tiempo y la ruptura final entre ambos por razones ideológicas (en las que tuvo que ver, infelizmente, Andrés Manuel López Obrador). También está, claro, la muerte, aunque José María tuvo una larga enfermedad que lo fue deteriorando y Sergio falleció casi de súbito, sorpresivamente.
  De regreso a la novela (de hecho, no me queda claro si en sentido estricto es una novela), Pérez Gay la estructuró con rompimientos temporales y diversos recursos literarios que rehuyen la linealidad (¿se puede decir así?). Hay muchos apuntes sobre la familia y los allegados a ambos, hermosas remembranzas sobre el DF en los años sesenta y setenta, calor, color y, como ya dije, humor.
  Un libro entrañable.
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Published on August 19, 2015 18:30

August 18, 2015

Yuya y Mariel Mariel

¿Ha visto usted alguna vez a la youtuber (así se les dice) Yuya? Es algo así como el Werevertumorro en femenino, en bonito y con una mayor gracia. El caso es que Yuya posee una vocecita de niña bemba que de tan chillona puede llegar a ser irritante para ciertos oídos. No es su voz verdadera. La joven la imposta para sonar como adolescente bobalicona, al más puro Chabelo style.
  Después de escuchar Foto pa ti, el flamante disco de la cantante y compositora chilena radicada en México Mariel Mariel, lo primero que me pregunté fue: ¿es esa su verdadera voz o la imposta? Porque –compárela usted– ¡suena idéntica a la voz de Yuya! y uno no puede evitar la imagen de ésta al oír las once canciones que conforman el álbum.
  No se me malinterprete. No es que me disponga a destazar a Foto pa ti y a decir que se trata de otro producto del rockcito ñoño que tiene como principalísimas representantes a Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana y Carla Morrison. De hecho, asocio más a Mariel Mariel con la española Bebe en su propuesta musical, basada en una mezcla de pop, electrónica y hip-hop y no en las baladitas de las tres mencionadas atrás. Eso ya es una enorme ganancia y es algo que hace la diferencia.
  De hecho, estamos ante una grabación interesante. Aunque la voz aniñada de la cantante no me hace del todo feliz, debo admitir que encaja bien en la mayoría de los cortes del disco y que en varios momentos llega a sonar francamente sensual, como una especie de Lolita pop-rapera.
  Instrumentalmente, es un trabajo bien producido y los arreglos son impecables, sobre todo en la programación de percusiones electrónicas. Las composiciones resultan interesantes, con buenos hallazgos armónicos y melódicos y letras que van más allá del lugar común.
  Aunque no todos los temas poseen la misma calidad, hay algunos tan buenos como “Talento animal”, “Foto pa ti”, “La mercancía”, “Demonios y ángeles”, “Noche noche” y “Tírame un beso”.
  No deja de ser paradójico que la música femenina más interesante que se hace hoy en México provenga de dos chilenas radicadas en el país: Mon Laferte y Mariel Mariel.

(Publicado el día de hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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Published on August 18, 2015 10:00

August 17, 2015

Nevermind (DGC, 1991)

¿Sabían Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl que su segundo álbum habría de revolucionar el mundo de la música, al irrumpir con fuerza brutal y sacudir el anquilosamiento discográfico de principios de los noventa, para provocar el surgimiento de lo que se conocería como rock alternativo? Lo más seguro es que no. Sin embargo, estos tres músicos pusieron y propusieron todos los ingredientes para que así fuera. El arribo de Grohl a la batería resultó fundamental. Con su poderío sobrehumano y su precisión técnica, dio al grupo la base rítmica perfecta para que las composiciones de Nevermind -todas ellas, sin excepción- resultaran joyas musicalmente impecables. Pero no sólo fue eso. El disco es un reflejo exacto de la angustia existencial de la juventud de aquella época, sumergida en la desesperanza, la falta de oportunidades, el consumismo y la adicción a las drogas. Desde la inicial “Smells Like Teen Spirit” que a pesar de la ironía de su título se convirtió en un himno automático de los jóvenes de todo el planeta, Nevermind es una colección de doce composiciones de impecable estructura, con todos los elementos clásicos de la canción popular, pero sin una intención comercial preestablecida. Otro elemento básico está en la producción de Butch Vig, quien supo explotar los talentos del trío y construir un edificio sin fisuras, aunque bien iluminado y aireado (y airado también, por supuesto). Difícil resulta destacar alguno de los cortes, dado el nivel de cada uno. ¿Cómo decir que “In Bloom” es mejor que “On a Plain”, que “Come As You Are” supera a “Breed” o que “Polly” deja atrás a “Something in the Way”. Imposible. Sería altamente injusto. Disco catártico y salvaje pero armónico y melodioso, sus contradicciones lejos de oponerse, se complementan de manera magistral. Testimonio de un momento histórico, Nevermind es el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los noventa y no hay exageración al afirmarlo. Se trata de una obra maestra, revolucionaria, que combina los mejores componentes del rock y del pop y que posee una actitud rebelde y anticonvencional que ha trascendido con el tiempo, hasta alcanzar una estatura mítica. Y aunque visto sin apasionamientos podría ser algo tan simple como un gran disco de punk, la verdad es que el arte implícito y explícito que hay en él lo convierte, a todas luces, en un hito para la posteridad.

(Reseña publicada en el Especial de La Mosca No. 1, dedicado a Nirvana, en mayo de 2003)
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Published on August 17, 2015 10:00

August 16, 2015

Club de cuervos

Según Álvaro Cueva, se trata una obra maestra. Según René Franco es una soberana porquería. Yo me situaría en medio de ambas opiniones. Porque terminé de ver completa la primera temporada (no sé si habrá más) de esta serie mexicana difundida en exclusiva por Netflix y si bien no me pareció una genialidad, tampoco me pareció mala. De hecho, me divirtió.
  Club de Cuervos es la historia ficticia de un equipo de futbol de la Liga MX, un club de provincia, de un lugar ficticio quizá situado en el Bajío, y todo lo que sucede en su interior. Así, vemos todos los conflictos internos entre la familia dueña de los Cuervos, las transas de entrenadores y promotores en el trafico de jugadores, el ambiente en los vestuarios y los entrenamientos, las vidas privadas de los futbolistas, el periodismo deportivo y sus bemoles. En fin, un retrato a mi modo de ver bastante fidedigno de lo que es el panbol nacional.
  Bien actuada, con buenos guiones, bien producida, la serie gustará sobre todo a los aficionados al fut, pero también puede agradar a otros públicos, ya que hay romance, sexo, humor y otros ingredientes.
  De cinco estrellitas, yo le pondría tres a esta serie de Netflix.
  Vale la pena echarle un ojo y formarse su propia opinión.
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Published on August 16, 2015 15:18

August 15, 2015

Duarte y una charla en facebook

–Entonces usted está segura de que el gobernador de Veracruz es el responsable de los asesinatos en la colonia Narvarte –le comento en el inbox de facebook a una señora que tengo como “amiga” y que acaba de insultarme y decirme “¡qué bajo has llegado, ¿cuánto te pagan?!”, por atreverme a escribir en mi muro lo siguiente, tres días después de los crímenes:
  “Entre más transcurren las horas y más leo las reacciones de indignación en redes sociales por el execrable crimen de la colonia Narvarte (en el que también fueron asesinadas cuatro mujeres que muchos parecen olvidar), me doy cuenta de que más que un mero acto de venganza se trata de un hecho perfectamente calculado para causar los efectos políticos que ya está logrando entre la opinión pública. Así, ya se acusa: 1. Al gobernador de Veracruz (cuya culpabilidad sugiere sin pruebas un artículo del sitio Sin Embargo que muchos están reproduciendo); 2. A Miguel Ángel Mancera (porque el DF, se dice, empieza a convertirse en una entidad peligrosa para ejercer el periodismo con libertad); 3. Al gobierno federal (porque desde el famoso "Fue el Estado", hay que acusarlo de todo). He ahí a tres afectados directos como consecuencia de la matanza. Lo sé, estoy en plan de abogado del diablo, pero creo que no podemos dejarnos ir por el corazón y las entrañas, sino tratar de entender lo que hay en el fondo de todo esto. En una palabra, saber a quién beneficia el crimen. Seguro que a Duarte, Mancera y el gobierno, no”.
  –¡Claro que él es el responsable! No se necesitan más de dos dedos de frente para saberlo –me responde mi interlocutora.
  –Pero eso está en el plano de las deducciones subjetivas, de las suposiciones, no hay pruebas para asegurarlo –insisto y se enfurece más.
  –¿Qué no viste la portada del Proceso? Esa foto la hizo Rubén Espinosa y el gobernador se puso furioso porque lo ridiculizó: por eso lo mandó matar.
  –Bueno, eso es lo que piensa usted. Pero no es una prueba.
  –Eso es lo que piensa cualquier bien nacido y no vendidos como tú. Me das vergüenza.
  Ahí terminó la charla y la señora me bloqueó. Aun así, sigo pensando lo mismo.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
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Published on August 15, 2015 17:00

August 14, 2015

10 CC / Look Hear (1980)

Muchos creen que lo único que hizo 10CC fue la famosa y falsamente romántica “I’m Not in Love”. Craso error. Eric Stewart y Graham Gouldman fueron dos grandes compositores, con un sentido armónico y melódico original e insuperable. Una auténtica joya del rock-pop.

Mejor tema: “How’m I Ever Gonna Say Goodbye”

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Published on August 14, 2015 17:00

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