Óscar Contardo's Blog, page 222

March 13, 2017

La intolerancia del “feminismo” radical

Hace algunos días -a propósito de la celebración del día internacional de la mujer-, el diputado y precandidato presidencial de Evópoli, Felipe Kast, promovió un video sobre los derechos de las mujeres.

A raíz de este video surgieron algunas voces aludiendo una presunta incongruencia del diputado, por plantear su defensa a los derechos de la mujer y por su respeto irrestricto a la vida del que está por nacer.

La situación anterior produce problemas políticos que son graves: muchas personas que defienden un “feminismo” radical son intolerantes con los que piensan distinto e incluso con quienes matizan su postura e incorporan diversos puntos de vista.


El primer problema que surge es la auto-atribuida superioridad moral de quienes se dicen defensores de los derechos de las mujeres, en relación a decidir qué deben o que no deben pensar quienes suscriben algunos principios en comunes con ellos.


Por ejemplo, cuando señalan que no se puede decir que se defienden los derechos de las mujeres y a la vez oponerse al aborto, caen en una contradicción grave. En primer lugar, no existe el derecho al aborto, sino que es una mera aspiración de un grupo minoritario que no comparte lo que se ha señalado muchas veces, que el aborto es un mal social. En segundo lugar, si atribuyéramos que el derecho correspondiente es el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, este siempre tendría como limitación la existencia del derecho de un tercero, en este caso el del no-nacido. En tercer lugar, es tal la ideología, que niega incluso que sea importante que el que está por nacer sea mujer, con lo cual a ella se le estaría vulnerando su derecho más esencial: la vida.


Este último caso es especialmente preocupante. Por ejemplo, en China las políticas del hijo único, sumadas al aborto libre, han dado lugar al aborto selectivo por sexo, donde a las mujeres en el vientre materno se les mata ya no por tener una malformación, o ser producto de una violación o que ponga en riesgo la vida de su madre, sino que simplemente por el hecho de ser mujeres.


El segundo problema que surge, es que no existe ningún manual ni una lista taxativa de cosas que debe pensar alguien que defiende los derechos de las mujeres y quien se los atribuya siempre caerá en el error de no considerar que en las discusiones políticas hay diversos matices y aplicaciones prácticas distintas, que pueden hacer ver las cosas desde más de un punto de vista.


Lo anterior ha llevado a grupos de este denominado “feminismo” radical a pretender dirigir una determinada línea de pensamiento, cuando es natural que existan visiones distintas sobre el mismo tema.


La agenda común de remuneraciones dignas para las mujeres, de mejores condiciones laborales, del respeto a su dignidad, se puede opacar por visiones que pretenden hacer ver a los hombres como enemigos de las mujeres, cuando estos temas son esencialmente problemas sociales, que nos competen a cada uno y en cada dimensión de la sociedad.


La entrada La intolerancia del “feminismo” radical aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 13, 2017 05:00

Trump y la amenaza de los “hechos alternativos”

Para el próximo lunes 20 de marzo, la Cámara de Representantes de Estados Unidos tiene previsto realizar la primera audiencia acerca de la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales del año pasado. Pero también será la instancia para analizar la grave acusación formulada por el propio Donald Trump —a través de su cuenta personal de Twitter—, relativa a que el ex Presidente Barack Obama habría ordenado intervenir su teléfono durante la campaña.


Hasta la fecha, el gobierno de Trump no ha entregado pruebas que respalden esta denuncia que, a pocos días de que cumpla dos meses en la Casa Blanca, debe ser de las más graves que ha formulado.


Obama, rápidamente, ya desmintió dichas afirmaciones a través de un vocero. Y James Comey, actual director del FBI, pidió al Departamento de Justicia que negara las acusaciones de Trump contra el ex Mandatario, aunque sin éxito.


En el contexto de la historia y la política estadounidenses, que un Presidente en funciones realice este tipo de acusaciones en contra de su predecesor, es casi inédito. Sobre todo para un país en el que el fantasma del Caso Watergate —que le costó su segundo mandato a Richard Nixon— aún ronda los pasillos de la Casa Blanca.


De comprobarse que la acusación de Trump es real, esto tendría consecuencias devastadoras para Obama y su legado. Pero, del mismo modo, si la Cámara demuestra que no existen pruebas contundentes de ese supuesto espionaje, Trump deberá responder por haber difundida una mentira.


La relación entre Trump y la realidad ha sido compleja. Ya durante la campaña, los medios de comunicación se vieron enfrentados —con gran desconcierto— a que el entonces candidato republicano tenía la capacidad de afirmar cosas que no eran correctas. O de las cuales podía retractarse en cuestión de horas. Algo que muchos consideraron que no tendría mayores repercusiones, salvo por el hecho de que lejos de haber sido hechos aislados durante ese periodo, se volvió una constante al interior del nuevo gobierno.


El primero se produjo apenas dos días después de asumir la presidencia, el pasado 20 de enero, cuando una de sus asesoras más cercanas, Kellyanne Conway, en una entrevista televisiva se refirió a la existencia de los “hechos alternativos”. Un concepto que surgió a partir de las fuertes críticas al vocero Sean Spicer, luego que en una conferencia de prensa asegurara que los medios de comunicación habían mentido respecto de la baja asistencia de partidarios a la ceremonia de cambio de mando de Trump, comparada con la de Obama en 2009.


A este se sumó el episodio en que Trump afirmó que la tasa de homicidios en Estados Unidos estaba “aumentando horriblemente”, siendo que la situación era al revés. O que en las elecciones presidenciales habían votado tres millones de indocumentados, lo que explicaba la ventaja de Hillary Clinton en el voto popular. Sin olvidar cuando el Mandatario hizo referencia a un supuesto atentado terrorista en Suecia que jamás había ocurrido.


En tiempos en que el inquietante concepto de la “posverdad” parece haberse instalado con fuerza, resulta imprescindible que tanto las autoridades como los medios de comunicación —de cualquier país— tengan presente la responsabilidad que implica responder a la confianza de la sociedad. Distorsionar los hechos socava la credibilidad de las fuentes de información que incurren en eso, genera incertidumbre y desconfianza en la ciudadanía, e impide tomar decisiones correctas. Algo que escala en gravedad cuando esos “hechos alternativos” provienen del gobierno del país más poderoso del mundo.


La entrada Trump y la amenaza de los “hechos alternativos” aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 13, 2017 05:00

InDCisión

Fiel a su estilo y a su propia historia, la Junta Nacional DC apostó sobre seguro. No solamente eligió candidata a Carolina Goic de manera unánime, sino tomó el camino intermedio de postergar si van a primaria o no. Una indecisión calculada y el camino óptimo en estos tiempos, donde pareciera que el invierno se viene sobre la coalición de gobierno.


Esta vez no fue Castro y su ofensa tropical a Mariana Aylwin lo que estuvo en la balanza para postergar el modo como la senadora Goic representará a la DC. Ahora el pretexto fue el laberinto en que se ha convertido el proceso de refichaje de los partidos. Hábilmente, la DC logró cambiar el guión para la segunda temporada de la serie de televisión en que se ha convertido la decisión presidencial en la Nueva Mayoría.


Las reconocidas habilidades sociales de la senadora por Magallanes ayudaron también en esta historia. Una postergación fortalece su perfil de preferir el diálogo antes de la ruptura. Puede ella sacarse enorme partido diciendo que logró en la junta parar a los halcones que querían venganza, por la insólita ofensa del PC de apoyar al gobierno cubano. Pero si se hurga un poco, se verá que nuevamente son los malditos números y las leyes sobre las necesarias fuerzas para empujar hacia un resultado las que realmente pesaron.


Aunque pasó inadvertida, la junta nacional DC manifestó su preferencia por dos listas parlamentarias y por acá está la clave para desentrañar la junta. El sistema electoral cambió, ya no hay binominal, sino un sistema más parecido al proporcional, lo que implica que dispersar las listas tiene menor riesgo. Pero la DC por sí misma no logra repetir los resultados de la última elección, por lo que necesita otro partido que sea su compañero de lista. Para dicha negociación tendrá ahora en su mano la posibilidad de no inscribirse en las primarias e ir a primera vuelta, lo que no habría pasado si hubiesen elegido uno de los dos caminos. Logró la magia de estar al mismo tiempo afuera y adentro de la coalición oficialista.

Como el senador Guillier dijo que si no hay primarias, él no iría como candidato a primera vuelta, y por otro lado, hay cada vez más señales que la futura directiva del PS tiene un acuerdo con el senador por Antofagasta, tener en la mano la carta negociadora que implicaría que no se hacen primarias, es clave en la mesa donde se armarán las listas y pactos para la primera elección parlamentaria sin binominal.

El senador Guillier, al tratar de hacer un gesto de fuerza presionando por una primaria, se autoinflingió un daño enorme, pues obliga a quienes lo apoyan a pagar precios más altos para mantener dicha elección interna, y, por tanto, mayores concesiones a la Democracia Cristiana.


También, más allá de la exitosa operación comunicacional de instalación de Carolina Goic, todavía no se ha probado cuánto es su peso real. En la última encuesta CEP aparece solo con un 48% de conocimiento, y los sondeos presidenciales que se han hecho con posterioridad la muestran solamente a medio camino del ex Presidente Lagos. No pareciera que la candidata de la DC haya logrado posicionarse entre los votantes moderados que dejó en el camino el comando del ex presidente, al hablar de las “culpas de la transición” o presentarlo como el continuador de las reformas del gobierno.


Una pausa calculada hace muy bien. Si logra la senadora Goic ser más conocida y superar el margen de error de las encuestas, la mesa negociadora se vuelve realmente un carnaval para la Democracia Cristiana.


La entrada InDCisión aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 13, 2017 04:45

Almas pequeñas

Nadie, en su sano juicio, podría cuestionar el poder que tiene el fútbol. El dinero que mueve, el público que arrastra a los estadios e incluso su utilización como catapulta política dan cuenta de esto. Es, por lejos, la industria deportiva más exitosa, más transversal y globalizada que uno pueda imaginar. Sin embargo, eso no impide que proliferen voces contrarias a la actividad o al juego mismo, que tienden a considerarlo un ritual soso, absurdo, sin sentido.


Desde el mundo intelectual, no son pocos quienes han disparado contra la pelota y sus circunstancias. El escritor británico Rudyard Kipling -autor de El libro de la selva- definía a quienes disfrutaban del fútbol como: “Almas pequeñas que pueden ser saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan”.

El narrador y cinéfilo cubano Guillermo Cabrera Infante se despachaba la siguiente frase cuando se refería al fútbol: “Ese juego nefasto incita a la violencia porque es violento en sí mismo: se juega con los pies, y pocos movimientos hay tan feroces como el que supone dar una patada”.


Y ni hablar de Jorge Luis Borges quien nunca pudo hallarle sentido y patentó dos frases que han pasado a la historia. Una nacida de su corazón esteta: “(el fútbol es) un deporte estéticamente feo: once jugadores contra once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos”. La otra, rabiosamente intelectual: “El fútbol es popular porque la estupidez es popular”.


Y aún cuando uno pueda atisbar que esas palabras iluminan ciertas parcelas del fútbol, siempre he creído que nacen del desconocimiento profundo de lo que el fútbol es en definitiva. Y para eso no hay mejor frase que la que acuñó otro escritor, el argentino Eduardo Sacheri, y que me pareció leer como epígrafe de uno de sus libros: “Hay quienes sostienen que el fútbol no tiene nada que ver con la vida del hombre, con sus cosas más esenciales. Desconozco cuánto sabe esa gente de la vida. Pero de algo estoy seguro: no saben nada de fútbol”.


Escribo esto porque todavía no puedo librarme de esa emoción -alguien podría adjetivarla de estúpida-que me provocó la victoria del Barcelona, a mitad de semana, ante el Paris St. Germain por los octavos de final de la Champions League. No estaba particularmente involucrado con los colores blaugranas, pero grité los goles a partir de esa obra de arte de Neymar -permítanme la hipérbole-, a tres minutos del tiempo reglamentario, tiro libre perfecto.


He leído luego los comentarios y he visto varios videos que recogen las reacciones que tuvieron todos los que, de uno u otro modo, brincaron de alegría con la remontada del Barcelona: desde el festejo visceral de Messi -quizá exagero un poco- hasta el relato lacrimoso de un relator catalán, pasando por la celebración de Luis Enrique y la retractación de un periodista español que había dado por eliminado a los blaugranas luego del gol de Cavani. Quizá la más decidora de todas las reacciones fue la de los ex futbolistas profesionales, devenidos en comentaristas de televisión, Rio Ferdinand, Steven Gerrard, Gary Lineker y Michael Owen, quienes en el estudio televisivo y en plena transmisión perdieron cualquier compostura para saltar y gritar como niños de once años el gol que dio la clasificación a cuartos del equipo español.


El fútbol podrá ser estúpido, por momentos podrá ser poco estético y hasta incitar a la violencia, pero esos fragmentos de alegría, esos arrebatos emocionales que nos incendian el pecho y que nos devuelven a esa felicidad infantil -espontánea y pura-, justifican de sobra su existencia.


La entrada Almas pequeñas aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 13, 2017 03:58

¿A qué clase media pertenece usted?

Hace seis años escribí esto: “La principal fuente de los conflictos venideros no van a ser los choques entre civilizaciones, sino las expectativas frustradas de las clases medias que declinan en los países ricos y crecen en los países pobres”.


Mi argumento en ese entonces -y que ahora se ha confirmado- es que las clases medias en EE.UU., Europa y otros países de mayores ingresos verían empeorar su estándar de vida, mientras que en China, Turquía, Colombia y otros países emergentes la situación económica de los más pobres mejoraba. En ese mismo artículo señalé que tanto el aumento como la disminución de los ingresos generan expectativas que alimentan la inestabilidad social y política. La sorpresa, por supuesto, es que el aumento de los ingresos de la gente en los países pobres sea una fuente de inestabilidad. Más abajo vuelvo sobre esta paradoja. En ese artículo de 2011 también alerté de que “inevitablemente, algunos políticos en los países avanzados aprovecharán este descontento para culpar del deterioro económico al auge de otras naciones”. Y finalicé pronosticando que las consecuencias internacionales de este choque de clases, que entonces no eran obvias, acabarían siéndolo.

Bueno… lamentablemente, ya lo son.


En estos tiempos de Brexit, Donald Trump, Marine Le Pen, Geert Wilders, Podemos y otras sorpresas políticas proliferan los análisis que intentan descifrar las fuerzas que nutren “La Gran Furia”, ese profundo descontento que lleva a los votantes a escoger a quien sea con tal de que no se parezca “a los de antes”. La globalización, la inmigración, la automatización, la desigualdad, el nacionalismo y el racismo son solo algunas de las causas que más comúnmente se mencionan para explicar “La Gran Furia”. Pero me ha llamado la atención que los análisis no incluyen en su explicación lo que está sucediendo en Asia, América Latina o Africa. Una vez más, la narrativa dominante trata como si fuera mundial un fenómeno regional que ocurre principalmente en Norteamérica y en el Viejo Continente.


Los análisis ignoran que la clase media, esa que en Europa y EE.UU. está luchando para no perder su preeminencia económica, social y política está en pleno apogeo en el resto del mundo. Para una familia en India que, por primera vez, tiene ingresos que le permiten tener medicinas, casa, coche, televisión, teléfonos inteligentes y algo de ahorros, la defensa de la supremacía blanca que en EE.UU. motivó a muchos a votar por Donald Trump resulta ininteligible.

El apogeo de la clase media en países pobres es la principal revelación de un importante estudio que acaba de ser publicado por Homi Kharas, uno de los más respetados estudiosos de la cuestión. Sus cálculos indican que hoy 3.200 millones de personas forman parte de la clase media en el mundo, es decir el 42% de la población total. Para estos cálculos, los investigadores e instituciones como el Banco Mundial definen como clase media a las personas con ingresos diarios de entre 11 y 110 dólares al día. Este segmento ha venido creciendo rápidamente, pero a diferentes ritmos. Mientras que en EE.UU., Europa y Japón crece anualmente al 0,5%, en China e India suma un 6% cada año.


Globalmente, la clase media aumenta 160 millones de personas al año y de seguir a este ritmo, en pocos años, la mayoría de la humanidad vivirá, por primera vez en la historia, en hogares de esta categoría. Si bien las clases medias son hoy más numerosas que nunca en países como Nigeria, Senegal, Perú o Chile, su expansión es un fenómeno primordialmente asiático. Según Kharas, la abrumadora mayoría (¡el 88%!) de los 1.000 millones de personas que formarán parte de este estrato en los próximos años vivirá en Asia.


El impacto económico de todo esto es enorme. El consumo de la clase media en países de menores ingresos crece al 4% anual y ya equivale a un tercio del total de la economía global.


Naturalmente, los cambios que está experimentando la clase media tiene importantes consecuencias políticas. En Europa y EE.UU. estas consecuencias ya las vemos en los resultados de las elecciones, los referendos y en la proliferación de improbables candidatos que promueven agendas inéditas. En los países de menores ingresos, en los cuales la clase media crece a gran velocidad, también crecen rápidamente las expectativas y exigencias. Estos nuevos protagonistas sociales más tecnológicamente conectados, con más poder adquisitivo, más educación, más información y más conciencia de sus derechos son una fuente de inmensas presiones sobre gobiernos que no tienen la capacidad de satisfacer esas expectativas.


La clase media de los países ricos se siente amenazada y va a exigir a sus gobiernos acciones y resultados que mantengan sus estándares de vida históricos. Al mismo tiempo, la clase media de los países emergentes está más esperanzada que nunca y luchará para que su progreso continúe.

Como ya lo estamos viendo, estas agendas políticas divergentes son el origen de importantes fricciones internacionales. Y lo seguirán siendo.


La entrada ¿A qué clase media pertenece usted? aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 13, 2017 03:55

March 12, 2017

Perdona nuestros pecados: el Chile profundo

Hay cierto placer morboso en ver a Paola Volpato y Álvaro Rudolphy interpretando por primera vez en un buen tiempo a villanos en un culebrón. No es algo nuevo, pero tras tantas historias donde han representado perfectas parejas disparejas, es imposible no mirar a Perdona nuestros pecados como una suerte de versión infernal de todas esas telenovelas familiares que Mega ha explotado los últimos años. No es una exageración. Creada por Pablo Illanes y escrita por él y Josefina Fernández, la nueva nocturna de Mega desde los primeros minutos (donde Mario Horton aparece armado y sangrando al interior de una iglesia) presenta un relato que tiene como centro una trama viscosa y asfixiante donde el personaje de Horton (un sacerdote) aparece en un pueblo de provincia dispuesto a destruir a Rudolphy, capo político y económico de la zona, quien abusó de su hermana, llevándola al suicidio.


No hay desperdicio en esto. La teleserie es rápida y retorcida y explota los conflictos de clase al límite, jugando con los clichés de la triste aristocracia de provincia y con eso, su siutiquería y su pobreza moral. En apenas unos pocos capítulos, es posible ver a padres lanzar diatribas inquietantes sobre la vida sexual de sus hijas, alcoholismo, infidelidades, discursos clasistas y racistas y violencia en todas sus formas. En ese contexto, lo que podría ser el aspecto más polémico del asunto (el modo en que el cura Horton tendrá una relación con Mariana Di Girólamo, la hija escolar de Rudolphy) es solo un detalle más de la trama, retorcida y oscura.


A la antigua, estamos ante un relato de venganza que nos recuerda que los culebrones, por más niños que sumen al casting, son el menos amable de los géneros, el menos consolador, el más atroz. Carente de tiempos muertos, el relato de la vida en Villa Ruiseñor de Mega es áspero pero veloz, desconsolado pero entretenido pues Perdona nuestros pecados no se detiene nunca en su maquinaria de la crueldad y en su celebración del horror como aquello que le da sentido a la intimidad de las casas chilenas.


Por lo mismo, es interesante la elección de los años 50 como contexto. Se trata de un corte temporal que aumenta las posibilidades del drama al poner el abismo entre los escombros del siglo XIX y las promesas del XX como una caja de resonancia del drama: en algún momento, Rudolphy denosta los gobiernos radicales y añora un orden patronal perdido, un Chile del latifundio que es el soporte moral del terror que determina a los personajes y sus relaciones. Aquello es interesante porque es el reverso de gran parte de las telenovelas del canal. Salvo Amanda, que construye su propio y perfecto purgatorio diario, Mega siempre ha apostado por comedias esperanzadoras donde la familia chilena aspira a reconstruirse una y otra vez en tanto comunidad. Eso estaba en Pituca sin lucas y era el centro de Sres. Papis, relatos que estaban construidos con la promesa de una vida posible para una clase media capaz de identificarse con los personajes.


Acá no hay nada de eso pues el relato se construye a partir de la destrucción de las instituciones (la familia, la iglesia, la política), que se presentan corrompidas y viciadas, horrorosas en su descripción ficcional de una sociedad en crisis. Esta tensión es subterránea pero permea todo lo que vemos, encaminado como está a todas las formas de la catástrofe. En cierto modo, Perdona nuestros pecados es una teleserie política al plantear el centro del culebrón en la condición omnipresente y perversa del personaje de Rudolphy, que concentra los peores discursos de un nacionalismo rancio y campesino, de un Chile construido sobre el peso de la noche y tejido con una violencia ejercida sobre los cuerpos y el lenguaje. Aquello determina el show, que puede ser leído como un museo de horrores del siglo pasado, una chilenidad profunda que toma la forma de una máquina de la crueldad para determinar las reglas sociales de su orden aparente y que vuelve ahora como una ficción catártica, incómoda y adictiva.


La entrada Perdona nuestros pecados: el Chile profundo aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 12, 2017 06:55

Institucionalidad

EL RECHAZO del proyecto minero Dominga no debiera sorprender: es lo que ha venido sucediendo con muchos de los proyectos grandes en los últimos años. Ahí están Barrancones, que aprobado murió de un “telefonazo”, la central Castilla, HidroAysén o lo que sufre Alto Maipo.


Lejos están los tiempos del expresidente Frei que, ante las críticas de los medioambientalistas, ordenó que se hiciera la central hidroeléctrica Ralco, simplemente porque el país no puede prescindir de este tipo de iniciativas. Era la época en que Chile se consideraba la “joya de la corona latinoamericana”, que crecía, atraía inversiones y ofrecía oportunidades de prosperidad. Pero el país se cansó de eso y ahora todos hacen valer sus derechos, que es sinónimo de oponerse a todo y pretender que, sin que crezca la torta, nos den de todo.


Es indispensable proteger el medioambiente y los proyectos con incidencia significativa en éste deben mitigar sus efectos. Para ello hay una “institucionalidad” que formula las exigencias pertinentes, pero bajo el predicamento que las iniciativas tienen que materializarse: el emprendimiento es clave para el desarrollo y un derecho constitucional. Pero la famosa institucionalidad ambiental se ha transformado en el mecanismo para hacer fracasar los proyectos; el medio para canalizar lo que un columnista, ya retirado, llamaba la “energía satánica” que impera aquí: cada vez que alguien quiere hacer algo, todos se movilizan para impedírselo. Si Dominga hubiere sido aprobada, los detractores habrían apelado al Comité de Ministros, al que ahora tendrá que ir el inversionista. En cualquier caso, un pronunciamiento a favor del comité no valdrá de mucho, porque vendrán años de litigio en los tribunales. ¿Quién va a querer invertir así?; y sin inversión, no hay crecimiento.


Dominga se asienta en una zona postergada y que requiere de actividad. ¿Las razones para rechazar el proyecto?: una hipotética afectación al medioambiente, que se materializa en el imaginario colectivo en los pingüinos de la zona. Nadie ha precisado cómo serían impactados, si el proyecto está tierra adentro, en una zona semidesértica. La mera posibilidad no es razón suficiente, ya que entonces ninguna actividad se podría realizar, puesto que siempre algo puede suceder.


Mientras el senador Girardi se dedicaba a amenazar y descalificar a los “seremis” que tenían que votar (¿esa es la pega de un senador?), el pronunciamiento que emitieron, además de lacónico, no se entiende: los que poseen competencia en el área medioambiental estuvieron a favor, mientras que otros, cuyas reparticiones expresaron no tener comentarios que formular cuando fueron consultadas, votaron en contra. El seremi de Agricultura se opuso, pero ¿cómo es que se afecta allí la agricultura? Otro reconoció que la ley amparaba al proyecto, pero igual votó en contra. Quien lea los motivos del intendente para rechazar, simplemente no entenderá “ni jota” de lo que dijo.


Hablamos de “institucionalidad ambiental”, pero entonces ¿cómo es posible que los que rechazan un proyecto de US$ 2.500 millones no estén siquiera obligados a fundar razonada y detalladamente sus objeciones?


La entrada Institucionalidad aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 12, 2017 01:05

Orden y patria

HAY BUENAS razones para sentirse satisfechos, cuando no orgullosos, de nuestros Carabineros. No solo se trata de una institución importante para las personas por la relevancia que han adquirido los temas de seguridad ciudadana, sino también por su función en los lugares más apartados, colaborando en las tragedias o desastres naturales, y muchas veces, en diversas circunstancias, arriesgando su propia vida para proteger la de nosotros.


Evidentemente, y como en toda organización, no está ajena a las malas prácticas o a la corrupción de algunos de sus miembros, cuestión que en otros períodos de nuestra historia incluso llego a la ignominia de institucionalizar la práctica del abuso y el terror, como de hecho conocimos varios casos durante la dictadura militar. Pero pese a ciertos resabios que podrían subsistir de esos tiempos oscuros, hoy la gran mayoría de nuestros Carabineros, y a diferencia de lo que ocurre en otros países -pienso en Argentina o México por ejemplo- son personas honorables, que en precarias circunstancias han sabido resistir a la tentación del dinero o el poder.


Es por eso que me imagino duele a muchos la reciente denuncia de este caso de corrupción al interior de la institución, que involucra a 17 funcionarios en un millonario desfalco, y cuyos detalles y consecuencias recién estamos aquilatando. Pero más allá de la vergüenza o indignación inicial, hay dos cosas que deberían preocuparnos de sobre manera.


La primera, es que resulta difícil, por no decir inverosímil, la sorpresa con que han reaccionado algunos altos mandos de la institución. Carabineros de Chile, especialmente en su condición de policía militarizada, ejerce muy severos controles a sus efectivos, no solo respecto de las finanzas de sus miembros -léase ingresos, préstamos u otras operaciones- sino incluso al extremo de involucrarse en su vida personal y afectiva, como cuando deben solicitar permiso para contraer matrimonio. En ese contexto, y pensando que además comparten villas y condominios con otros efectivos de diverso grado y rango, es imposible haber mantenido hasta ahora este secreto solo en el reducido elenco de los implicados.


La segunda cuestión se relaciona directamente con la anterior, en el sentido de que volvemos a constatar el hermetismo institucional y los grados de autonomía que son incompatibles e inaceptables en un estado de derecho. Pienso en la dificultad para acceder a las reales estadísticas de prevención y combate del delito; a la imposibilidad para intervenir o modificar sus procedimientos; a su asegurado financiamiento y la opacidad para ejecutarlo; o a las huelgas de brazos caídos en manifestaciones públicas, especialmente después de decisiones o señales de la autoridad que los han incomodado; como evidentes ejemplos del fracaso de los gobiernos democráticos en la vigilancia de su policía.


De hecho, y sin querer exagerar, el último gobernante que realmente pudo exhaustivamente controlar a Carabineros, fue Pinochet.


La entrada Orden y patria aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 12, 2017 01:00

El Barrancones de Bachelet

EN EL CASO Barrancones, Piñera claramente se equivocó y más tarde hidalgamente reconoció el error. Hoy, por razones políticas que no se han explicitado, Bachelet detiene el proyecto Dominga por la vía del intendente, su representante personal. Este es el Barrancones propio de Bachelet cuya extrema ideologización le ha nublado ya la razón. El caso de Blanco en el CDE es solo otra señal más.


No cuesta mucho darse cuenta de que esta decisión es parte de la persecución bastante miserable que el gobierno y la izquierda están haciendo contra Piñera. ¿Por qué? Veamos algunos puntos.


1. En la sesión de diciembre del Consejo Regional de Coquimbo, se votó la aprobación de Dominga por 10 votos contra 2 y dos abstenciones. La opinión del consejo no es determinante, pero muestra el deseo e interés regional. Esta semana, el proyecto fue rechazado por el intendente.


2. En los seremis había inicialmente una clara mayoría para el proyecto y sorpresivamente algunos de éstos cambiaron la posición a último momento (Energía y Transporte), o se abstuvieron (lo que es insólito) en una votación manipulada desde Santiago, para que lo decidiera el poder político.


3. Entremedio de la voluntad técnica de aprobarlo y el rechazo al proyecto, la izquierda levantó una querella infundada contra Piñera.


4. La decisión del rechazo fue política y no profesional, apoyada técnicamente incluso por el Ministerio del Medio Ambiente, el Servicio de Evaluación Ambiental, y decididamente por Economía y Hacienda.


5. Matías Walker de la Nueva Mayoría acusó gestiones de Interior para que se votara en contra de la iniciativa. La actuación de los seremis mostró claramente dicha influencia.


6. El gobierno una y otra vez ha señalado la importancia del crecimiento y el empleo (sin crecimiento no hay desarrollo social dijo alguna vez) y esta decisión va exactamente en el sentido contrario, lo que es muy difícil de entender. El presidente del Consejo Regional, Teodoro Aguirre, sostuvo en diciembre que “es una manera de buscar el progreso, de otra manera nos quedamos estancados, sin posibilidades de crecimiento desde el punto de vista económico y de desarrollo de toda la región”.


7. Esto indirectamente afecta a Piñera porque la propia Nueva Mayoría ha levantado un caso inexistente sobre Dominga. Es la táctica del PC, y la creciente judicialización de la política.


8. Piñera lidera claramente las encuestas presidenciales frente a la Nueva Mayoría que está en desarme y apanicada de perder el poder y todas sus ventajas. Es tan mala la gestión del gobierno y está tan deteriorada la Nueva Mayoría que no saben cómo detener al candidato. El Estado se ha transformado en una empresa para lucrar.


9. Bachelet ya sentó el precedente de usar el aparato público para atacar a sus adversarios. Hay que recordar la intervención del SII para atacar a la UDI, y para defender SQM en que estaban involucrados muchos de la Nueva Mayoría.


10. La Fiscalía está claramente tuerta, solo mira por uno de los ojos, y la justicia con muy poca credibilidad.


11. El creciente deterioro de la economía es el caldo natural de cultivo del populismo, que ofrecerá soluciones mágicas a costa de mayores impuestos a los “ricos”, incluso al patrimonio, como lo hace el PPD y por ende Lagos que es su candidato, y será la fórmula de la izquierda para las elecciones.


12. Este es un claro ejemplo de lo que Büchi llamó incerteza jurídica. Tres años de trabajo e inversión (unos $ 35.000 millones se estima), de conversaciones y acuerdos con las autoridades pertinentes, y termina por una decisión política claramente arbitraria. Al final el único que se atreverá a invertir en Chile es el Estado, y eso es el paraíso para la izquierda.


13. Lo peor es que el proyecto finalmente va a prosperar, pero Bachelet se dio el gustito de apoyar al PC contra Piñera, y dar las peores señales posibles para los inversionistas tan necesitados hoy.


La fundación Océana ha sido opositora al proyecto desde siempre. Su directora señala: “Si se aprueba este proyecto sería una vergüenza para la institucionalidad chilena”. O sea, es un veto para la empresa haga lo que haga. Solo quiero recordar que Marcel Claude fue el administrador de dicha fundación en sus inicios.


En suma, Bachelet, al estilo chavista, ha mostrado nuevamente cómo se usa el aparato estatal para perseguir a sus adversarios.


La entrada El Barrancones de Bachelet aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 12, 2017 00:57

La justicia abusada

COMO SI el deterioro de las instituciones no fuera ya lo suficientemente profundo y los políticos no cargaran con un merecido descrédito, el diputado Hugo Gutiérrez decidió que la mejor manera de enfrentar el desafío electoral que hoy representa Sebastián Piñera, es una interminable espiral de querellas judiciales. Mientras Ricardo Lagos, Carolina Goic y Alejandro Guillier plantean la necesidad de discutir “ideas” y “proyectos”, el parlamentario comunista parece tener la convicción de que ese debate es innecesario, o está derechamente perdido, hasta el punto que la única opción posible para enfrentar al principal líder de la oposición, es arrastrarlo como sea a un laberinto judicial.


El PC, que alguna vez confió en la superioridad moral de sus principios y en la fuerza intelectual de sus convicciones, hoy no tiene nada que mostrar salvo esta compulsión crónica a presentar querellas infundadas, que no buscan esclarecer presuntos delitos, sino solo reforzar presunciones y alimentar desconfianzas, sin otro objetivo que horadar de cualquier forma la imagen del candidato que hoy amenaza su continuidad en el gobierno.


En rigor, Hugo Gutiérrez está usando y abusando del procedimiento penal sin importar las consecuencias, utilizando a la justicia para compensar debilidades políticas propias, que, no obstante, quedan todavía más en evidencia con esta obvia instrumentalización. Pero es a todas luces claro que a su autor los efectos de su ofensiva sobre el sistema político y en la calidad de la administración de justicia lo tienen sin cuidado: lo importante para él es el fin; los medios y los costos, es decir, su extraordinario aporte al cuadro general de desprestigio de la actividad política y de las instituciones públicas, le son sin duda indiferentes.


Respecto al tema de fondo, se podrá estar o no de acuerdo con las ideas y las convicciones de Sebastián Piñera; sentir o no simpatía hacia su personalidad y su manera de ser; cuestionar o no su forma de participar en la actividad política y de administrar simultáneamente su patrimonio: todo ello es perfectamente legítimo y propio de una sociedad democrática, donde los actores públicos están y deben estar siempre sometidos al escrutinio ciudadano. Pero utilizar a la justicia como lo está haciendo el diputado Gutiérrez, con el silencio cómplice de buena parte del oficialismo, no es sino la fría perversión de la competencia legítima entre adversarios políticos; algo que seguramente el diputado comunista no valora, por la sencilla razón de que en los países admirados por él -Cuba, Corea del Norte, etc.-, esa competencia democrática simplemente no existe.


Es tan claro que el objetivo de esta burda puesta en escena es meramente político, que su protagonista no ha necesitado reparar en un precedente que juega más bien en contra de sus posibilidades de vencer en sede judicial: en las más de tres décadas que Sebastián Piñera lleva dedicado a la política y a los negocios, ha sido sujeto de una enorme cantidad de querellas. Y hasta ahora los tribunales de justicia no lo han condenado por un solo delito.


La entrada La justicia abusada aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 12, 2017 00:54

Óscar Contardo's Blog

Óscar Contardo
Óscar Contardo isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Óscar Contardo's blog with rss.