Óscar Contardo's Blog, page 131

July 14, 2017

Resolver conforme a derecho

AL MODIFICAR parcialmente la condena del tribunal oral en el caso de la brutal agresión cometida por un hombre contra su exconviviente, la Corte Suprema no hizo más que mantener el criterio que ha venido aplicando en muchos otros casos jurídicamente similares. Según este criterio, no sería posible condenar por un delito no consumado de homicidio sin que el autor haya tenido la intención directa de matar a la víctima al momento de agredirla.


Esta opinión es compartida en nuestro país por la mayoría de los penalistas, y va de la mano con la idea, también ampliamente compartida, de que no existiría un solo tipo de “dolo”, sino que habría un dolo directo -la intención de provocar la muerte-, un dolo de las consecuencias seguras -se prende fuego a una casa en la que, lamentablemente para el pirómano, está encerrada una persona-, y un dolo eventual, donde no se busca la muerte de otro pero se acepta la posibilidad de que se produzca. Al menos esta última forma de dolo sería incompatible, se dice, con la figura del delito frustrado y, por lo tanto, si no se acreditó algo más en el proceso, solo cabía condenar por lesiones graves.


Personalmente no estoy de acuerdo con las opiniones anteriores, pues me parece que no es posible ni útil distinguir jurídicamente -otra cosa puede valer para las ciencias psicológicas- entre distintas clases de dolo, y menos aún restringir la tentativa a los casos en que existe intencionalidad. También podría criticarse la forma en que la redacción del fallo expresa su doctrina, pues se afirma que “el autor en el segundo momento de la agresión había abandonado la intencionalidad homicida inicial”, lo que equivale a reconocer la presencia del dolo directo que después se pasa a negar. Incluso cabría decir que el fallo podría haber mantenido el criterio mencionado y no obstante haber resuelto este caso en forma diferente interpretando de otro modo los hechos o distinguiendo dos figuras que la ley también distingue, la tentativa y el delito frustrado, para aclarar luego que la exigencia de intención solo es aplicable a la primera.


Sin embargo, y con independencia de todo lo anterior, el fallo es valioso y positivo para el Estado de Derecho, pues uno de los principales valores que éste debe garantizar es la igualdad ante la ley y el control racional de las decisiones judiciales. Es muy grande la tentación de adecuar las decisiones a las presiones del momento, al clamor popular, a una causa que logra movilizar a muchas personas.


Existe el riesgo de que el juez actúe de cara a ese público y que al hacerlo abandone los criterios aplicados en otros casos jurídicamente similares. Cuando esto ocurre, la justicia se vuelve imprevisible y se entra en un mundo en el que todo podría suceder o, peor aún, donde ya no prima lo que dice el derecho sino la opinión que en ese momento aparece con más seguidores. Semejante falta de consistencia en las decisiones sería lo más parecido a la ley de la selva.


Lo anterior no significa que los jueces no puedan cambiar de opinión, sobre todo cuando un caso particular les presenta de un modo muy claro las desventajas de cierto criterio. Pero estos cambios de opinión han de obedecer a razones jurídicas -no a un contexto político o a situaciones singulares-, guardando la debida armonía con un sistema donde cada decisión se inserta en un programa coherente.


La víctima de estos horribles delitos y toda la sociedad están mejor protegidas cuando los tribunales hacen su trabajo sobriamente, procurando edificar con sus decisiones una praxis consistente y previsible, que se renueva a partir de sí misma en lugar de responder apresurada y directamente a las injerencias externas. Un juez probablemente hace bien en inspirarse en Salomón, pero no debería tratar de imitarlo, pues, en el Estado moderno, los jueces ya no son reyes. Así lo entendió en este caso la Sala Penal, que no encontró razones para abandonar su criterio, ni estuvo dispuesta a hacerlo utilizando una argumentación ad hoc. Esta es una buena noticia para todas las personas.


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Published on July 14, 2017 23:45

¿Una “grosería jurídica”?

LA COMUNIDAD nacional ha quedado atónita ante el fallo de la Corte Suprema que restó 8 años de castigo para el cuasi femicida Mauricio Ortega, aduciendo que no tuvo intención de causarle la muerte a su pareja Nabila Rifo, al golpearla repetidamente con dos pedazos de concreto en el cráneo, dejándola abandonada en la acera a merced de una fría noche de Coyhaique.


Se trata de un hombre de físico robusto que solía apremiar a Nabila, madre de sus dos hijos, con palabras amenazantes, además de hachas y armas blancas.


Que los jueces, con la excepción del ministro Milton Juica, hayan declarado que “no lograron hacerse la convicción” de que esa madrugada del 14 de mayo de 2016, Ortega salió en búsqueda de Nabila para arrebatarle la vida, ha sido entendido como carente de la más mínima empatía con el rechazo de la ciudadanía ante el brutal hecho, ofendiendo a la población. “Ha sido una grosería jurídica”, se pudo leer en las redes sociales.


La sentencia emanada del Tribunal Oral de Coyhaique enumera las lesiones ocasionadas por Ortega y que provocaron en una Nabila de 28 años, “compromiso de conciencia y riesgo vital”, aparte de la “pérdida total e irreversible de la vista”.

Para el Ministro Juica, la secuencia de hechos constituye una intención de quitar la vida a una persona, aprobando así la sentencia del tribunal austral y respetando la independencia de este.


Por su parte, el Fiscal de Alta Complejidad Oriente, declaró que el hecho acreditado es efectivamente lo que dice Juica, y que claramente hay dolo en el hecho de golpear a Rifo de la manera en que ocurrió. El fiscal Gajardo agrega que el dolo de matar se infiere, y que golpear reiteradamente en la cabeza causando fracturas, es intención de matar. Esto queda confirmado también en la declaración de la propia víctima, cuando dice “traté de hacerme la muerta”, para detener la violenta agresión.


La profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile Rocío Lorca considera extraño interpretar la intencionalidad de Ortega al golpear a la víctima con violencia extrema, basándose en un acto futuro, constituido por el regreso inmediato del agresor con una herramienta para arrancarle los ojos.

Lo más grave no es la rebaja de la pena, sino el mensaje que transmite el tribunal a hombres y mujeres que construyen sus vidas en nuestro país. Ese mensaje contradice todos los esfuerzos realizados para elaborar políticas públicas de acuerdo con los tratados internacionales suscritos por Chile, y para realizar un trabajo legislativo en consonancia con ello, todo lo cual también significó gasto para el erario nacional.


Como estableció Alf Ross, filósofo del Derecho, “perfeccionar la idea de justicia inherente a él, privilegia la norma jurídica”.La ciudadanía ha asistido, ya no a un intento de perfeccionamiento, y en cambio, a una interpretación rebuscada que para algunos no perseguía un mejor acto de justicia, sino la fijación de una pena que se deseaba rebajada.


¿Estamos asistiendo a una demostración de que el Derecho no ha sido capaz de generar sus propios ajustes frente a las necesidades de justicia material?


¿Se está defendiendo una igualdad jurídica, una justicia, que tiene solo lo masculino como referente?


¿Es el criterio jurídico, fragmentario?, ¿o tiene la capacidad de interpretar los hechos con integralidad en su mirada?


Los tribunales son parte del Estado, y así como la administración de este tiene el deber de escuchar la voz del pueblo, integrado por mujeres y hombres, los demás poderes también deben hacerlo.

Y hacer propuestas en línea con las demandas de más y mejor democracia y el deseo de creer en la justicia del propio país.


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Published on July 14, 2017 23:40

La sombra de Putin en EE.UU.

Para destituir a un Presidente de Estados Unidos que no está incapacitado física o cerebralmente, se necesita que haya cometido un delito o que haya obstruido la justicia. Por eso es tan difícil que la conexión rusa de Trump y su entorno desemboque en un “impeachment”.


Lo revelado esta semana tiene la apariencia escandalosa del delito, pero no lo es. La reunión del hijo del Presidente, Donald Trump Jr., con la abogada rusa Natalia Veselnitskaya, en junio pasado, en campaña electoral, que el primero aceptó porque creyó que la segunda le entregaría información contra Hillary Clinton, constituye un asunto gravemente político, pero todavía no un delito. Porque la Constitución y la norma que la codifica son muy puntuales en su definición de la traición, que tiene que ver con hacer la guerra a los Estados Unidos o asistir al enemigo. Tampoco es una colusión porque ese delito está reservado para los acuerdos oligopólicos, ni es obstrucción de justicia porque las investigaciones que encabeza el fiscal especial, Robert Mueller, sobre las relaciones del entorno del Presidente con Moscú son muy posteriores a la reunión de junio pasado entre el hijo de Trump y la abogada rusa.


Por último, ambas partes han dicho que ella no entregó información alguna sobre Hillary Clinton a Trump Jr.. Esto tampoco habría sido un delito, pero agravaría el escándalo considerablemente en caso de que se descubriera que mienten. Podría suceder, por ejemplo, si se revelara que la información “hackeada” al Partido Demócrata en plena campaña y divulgada por Wikileaks fue originalmente entregada por la rusa a Trump Jr..


Lo que sí está hoy más claro que ayer es que la Rusia de Putin y la campaña de Trump entablaron contactos políticos porque compartían un objetivo: la llegada del empresario al poder. Buscar información contra el adversario en una campaña es el ABC de la política, pero hacerlo con la expectativa de ayuda de un país hostil tiene una connotación política grave, y más aun en un líder nacionalista. “America First”, slogan que define al gobierno, se ha cargado de ironía cruel.


Lo que Trump había logrado a duras penas -relegar el “Russiagate” al segundo plano- va a ser un imposible durante cierto tiempo. La investigación de Mueller, que estaba muy venida a menos por las victorias del Partido Republicano en cuatro elecciones especiales y la ausencia de delitos, va a arreciar. Como arreciarán las investigaciones del Congeso, que estaban igualmente debilitadas y que ahora cobrarán lozanía haciendo desfilar a Trump Jr, y a los otros dos allegados al Presidente, el ex jefe de campaña Paul Manaford y su yerno, Jared Kushner, también presentes en la reunión con la rusa.


Todo ello tendrá un efecto paralizante en lo que a Trump más importa: el destino de su reforma sanitaria y su reforma tributaria en el Congreso. Ambas cosas están detenidas porque los republicanos no se ponen de acuerdo entre ellos. Hasta esta semana cabía la posibilidad de que el aura de invencibilidad de Trump -a pesar de su popularidad baja- los obligara a aprobar las leyes de alguna forma para evitar que en las legislativas parciales del próximo año los demócratas aprovechen un fracaso. Ahora, los republicanos que arrastraban los pies tendrán razones poderosas para seguir haciéndolo y los que no, se lo pensarán mejor.


El problema es que los republicanos tienen atado su destino a Trump, les guste o no. Por eso, no seré yo quien apueste a que estas nuevas revelaciones son el fin de Trump. Es un gato con más vidas de las que se creía.


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Published on July 14, 2017 23:38

Medios de pago, Servel y Banco Estado

Esta es una columna en tres actos que se concatenan al final.


Primer Acto.  El Banco Central de Chile acaba de emitir su normativa para que por fin en Chile puedan existir medios de pago no bancarios, las llamadas tarjetas de prepago.  La iniciativa de la parte final del gobierno del Presidente Piñera se convirtió en ley en este gobierno y el instituto emisor hizo su pega con una buena normativa.  Si las cosas se hacen bien en el próximo gobierno, debiéramos ver en dos años una importante inclusión financiera en los segmentos de menores ingresos y una mayor inclusión de los comercios pequeños, lo que permitiría ir dejando atrás el efectivo y reemplazarlo por transacciones electrónicas en todos los niveles. Los bancos están también preparándose para el nuevo escenario de competencia, invirtiendo en billeteras electrónicas.  Si la Superintendencia de Bancos también hace bien su pega y facilita el desarrollo de las transacciones digitales, el impacto social puede ser muy significativo.


Segundo Acto.  La nueva ley de partidos políticos eliminó el aporte de las empresas y la política solo puede financiarse con aporte de las personas.  El Servel es el servicio llamado a interpretar las leyes y implementarlas, algo que hasta ahora ha hecho en forma restrictiva. En el mundo digital de hoy es difícil entender la forma en que el Servel ha implementado el aporte a los partidos políticos.  Solo con efectivo, transferencia electrónica entre bancos o cheque; y se exige la firma del Tesorero en talonarios de papel timbrados por el Servel.  Además, lo más insólito, se prohíbe el aporte con tarjeta de crédito porque el dinero no va directo a la cuenta del partido sino que al adquirente (por ejemplo Transbank), y luego al partido cuando Transbank deposita al partido.  Si los bancos no abren la transferencia digital a sus cuentas corrientes desde las nuevas tarjetas de prepago, tampoco será posible aportar al partido político desde las nuevas tarjetas. Urgente que Consejo del Servel reinterprete el artículo 21 de la ley 19.884 de partidos políticos y permita las transferencias desde las tarjetas de crédito y permita a los partidos entregar un repositorio digital con la individualización de las transferencias en lugar del anacrónico talonario cuadriplicado y timbrado.


Tercer Acto.  Es destacable el Banco Estado haya sido el único banco disponible para abrir cuentas corrientes a los partidos políticos.  Sin embargo es muy reprochable que mantenga el muy abusivo cobro que realiza cuando recibe una transferencia electrónica.  En el sistema chileno, el banco originador de la transferencia debe pagar el banco receptor un pago que en el caso de Banco Estado es de $ 700.  Lo mismo ocurrirá con las transferencias desde las nuevas tarjetas de prepago a las cuentas del Banco Estado. Esto no tiene explicación. Banco Estado ha rehusado sumarse al acuerdo que alcanzaron todos los bancos privados para compensarse las transferencias electrónicas a $ 70. La Fiscalía Nacional Económica debiera tomar cartas en el asunto e investigar a Banco Estado por esta situación.


Si estos tres actos se ejecutan simultáneamente, esto es: el gobierno impulsa la inclusión social de pagos y la adhesión de los comercios pequeños, el Servel reinterpreta la ley y las transacciones electrónicas convergen a costos (que son muy inferiores a los $ 70 incluso), no solo tendremos una inclusión financiera y de pagos sin precedentes en Chile, sino que además, la política chilena tendrá una nueva forma de reconciliarse con el electorado.  Los partidos que cuenten con el favor de la población podrán verificarlo diariamente con masivos aportes de bajo monto de sus adherentes.


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Published on July 14, 2017 23:35

En contra de los cielos despejados

El diseñador inglés Gavin Pretor-Pinney fundó en 2004 la Sociedad de Observación de Nubes, sin mayores expectativas, pues sólo lo animaba el tremendo amor y respeto que sentía por las formaciones nubosas y por los fenómenos que las llevan a constituirse. Sin embargo, transcurrido poco tiempo, el asunto agarró vuelo y gente de todo el mundo comenzó a enviar sus fotografías de nubes a la página web de la organización. Para cubrir gastos, el fundador cobró una cuota y otorgó membrecía a quienes la pagaban. Luego vinieron las preguntas de los socios acerca de las obras necesarias para instruirse mejor sobre el tema. Fue ahí que Pretor-Pinney se dio cuenta de que “nada acababa de satisfacer los requisitos”.


Nació entonces la Guía del observador de nubes, “donde desfilan todos los encantadores y excéntricos personajes de la familia de las nubes”. Se trata de un libro simpático y bastante útil, que puede leerse de un tirón o como manual al aire libre, ojalá bajo nubarrones dramáticos (obviamente, Pretor-Pinney detesta los cielos limpios). Además de anécdotas, buenas fotografías y gráficos explicativos, además de cruces con la literatura, la pintura y las mitologías orientales, y además, todo hay que decirlo, de varios chistecitos fomes, la guía entrega una sólida perspectiva meteorológica. Y eso no es todo: “Lo que ofrezco es algo más serio: una celebración del pasatiempo de contemplar las nubes, despreocupado, sin propósito definido e intensamente vital”.


El libro consiste en un paseo equilibrado entre la ciencia, la sorpresa ante lo desconocido y cierto fanatismo que, a la larga, termina siendo bastante convincente. Partiendo por el cumulonimbo gigantesco que en alta mar les suelta los orines a los más recios navegantes –“se ha estimado que la energía contenida en una nube de esa clase equivale a diez bombas del tamaño de la de Hiroshima”–, pasando por la nube noctilucente, iluminada por la luz solar en plena noche, hasta llegar a la Gloria Matutina, que es la formación nubosa más linda y exclusiva del firmamento, pues sólo se deja ver en un confín remoto de Australia, aquí hay material de sobra para obnubilar al lector.


Entre los casos inolvidables citados por Pretor-Pinney, está el de William Rankin, un piloto estadounidense que sufrió una emergencia a 16 mil metros de altura en el verano de 1959 y se vio obligado a eyectarse de su avión. Rankin sobrevivió a una de las experiencias más insólitas en la historia de la humanidad: atado a un paracaídas de apertura incierta, atravesó de principio a fin un enorme cumulonimbo, cuyo núcleo, sin exagerar, era lo más parecido que uno pueda imaginar a un infierno en el cielo. Bajo condiciones normales, es decir, sin cumulonimbo de por medio, la caída de Rankin debió haber tomado unos 10 minutos. Sin embargo, “Rankin se había visto zarandeado arriba y abajo por la violenta turbulencia del cumulonimbo durante 40 minutos: una mera piedra de granizo con forma de piloto en el gélido corazón del Rey de las Nubes”.


Llamativo también es el dato referido a la condensación que producen las aeronaves que de niños llamábamos aviones a chorro: aquellas nubes rectas creadas por el hombre, “nuevos hijos bastardos de la familia de las nubes”, contribuyen bastante más de lo que uno piensa al calentamiento global. Ahora bien, en cuanto a lo que de verdad nos altera, debiéramos prestar atención a los estudios de un químico chino jubilado que vive en Nueva York. Me refiero a Zhonghao Shou, quien asegura que la aparición de ciertas clases de nubes constituye “una valiosa e infravalorada herramienta en la predicción de terremotos a corto plazo”. El 25 de diciembre de 2003, el venerable profesor Shou anunció que un sismo superior a 5,5 grados Richter sacudiría Irán dentro de los siguientes 6 días. El 26 de diciembre, un terremoto de 6,6 grados derrumbó la antiquísima ciudad de Bam y mató a 26 mil de sus habitantes. Moraleja: urge aprender a mirar nubes y a subestimar los cielos despejados.    


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Published on July 14, 2017 23:33

Pues, vaya

Tomo el título de la notable antología de Pelham Grenville Wodehouse, el exitoso escritor humorístico británico, doctor honoris causa de la Universidad de Oxford, columnista de The Globe y Vanity Fair, letrista de comedias musicales junto a Cole Porter, Berlin y Gershwin, deportista de destacada participación en torneos de boxeo, rugby, golf y criquet, creador de personajes tan adorables como Jeeves, el ayuda de cámara, o Wooster, uno más de aquellos ociosos y desorientados jóvenes de buenas familias, con mucho tiempo libre y un gusto exagerado por el trago y los juegos de azar, para elaborar una teoría. Futbolera, claro.


Digo: no sólo usaré el “Pues, Vaya!” para renovar la admiración por esos personajes que describen con fina ironía a la Inglaterra rural, aristocrática, inocente y optimista, de los años 30, llevados a la pantalla por Stephen Fry y Hugh Laurie en la sabrosa serie televisiva Jeeves and Wooster, donde se mostraba ese mundo “delicioso y calmo de desdeñosas y desaprobadoras tías, mayordomos severos aficionados a disparar, jóvenes medio pavos en feliz estado de soltería que se lanzan unos a otros pedazos de pan en los comedores de los clubes, pero se ruborizan y tartamudean en presencia de personas del sexo opuesto. Ese mundo en el cual las camas no son escenarios de pasiones y deseos carnales, sino unos muebles muy a propósito para ocultarte cuando te persiguen los acreedores”, sino también para la necesaria metáfora pelotera.


Esto porque aquel título, descomunal y prodigioso, refleja a la perfección mi desconcierto, mi aturdimiento y perplejidad ante un problema que considero sin solución… quizás desde su origen.

Me explico: ¿cómo podría Colo Colo salir del entuerto en el que está? Mi tesis es que la situación compleja -y real, como es evidente- no tiene que ver con supuestos humos o falsas credenciales de Pablo Guede, como ha pretendido decir cierta prensa local muy dada, normalmente, a la inquina personal. No. El problema de los albos no es que el argentino trabaje mal. Ni siquiera que tenga adentro del plantel un grupo de cabronazos encabritados en su contra desde hace rato, seguramente por el exceso de exigencias. El problema de fondo es el cruce entre doctrina y realidad.


El técnico que llegó a liberar al club de las siestas del Coto Sierra, a darle al equipo energía, dinamismo, velocidad, juego directo ojalá sin estaciones, está atrapado desde el primer día en un decorado donde pocas cosas tienen que ver con eso. No sólo por los nombres que debieran llevarlo a la concreción de su ideario (es obvio que Barroso, Fierro, Figueroa, Pavez, Valdés, Paredes y ahora Valdivia están muy lejanos de ese ideal estético), sino, seguramente, por su propio enredo personal, que nos ha terminado mareando a todos. Enredo, seamos justos, al que ha ayudado mucho el desorden permanente de un directorio (incluyo en esto a Meneses) que hace cualquier cosa menos dirigir.


Algo, externo o interno, llevó a Guede a bajar varios cambios muy luego, a matizar la apuesta, a aguarse y decolorarse indefectiblemente en pos de… ¿defender mejor, escuchar los sabios consejos del medio local, darle más “equilibrio” al equipo (lo pongo entre comillas porque me repugna su simplismo), aceptar los refuerzos impuestos por el directorio? Difícil saberlo. Entre otras cosas porque, entre tanta pelea y tanto escudo, pocas veces el argentino ha terminado hablando de fútbol.


El resultado lógico es el actual momento de Colo Colo, dentro y fuerza de la cancha: un tira y afloja permanente, un espacio sin libretos y por ende sin soluciones claras, y un entorno que ha terminado por avalar las soluciones de parche en vez de las de fondo. Un ejemplo claro: el doctor, el reponedor, el sanador, el jefe de la tribu al que se le pedía intensidad más que cualquier otra cosa, ha terminado más preocupado del tránsfer de un refuerzo que vuelve al club tras 11 años que de darle ritmo a un plantel avejentado. Quién lo iba a decir.


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Published on July 14, 2017 23:30

Estar a la altura

En la discografía chilena no existe álbum más triunfal y trágico que Las Últimas Composiciones (1966) de Violeta Parra. Lo tiene todo. Originalidad, temperamento interpretativo, poesía sublime y descarnada como retrato de un carácter volcánico y vulnerable, elementos conjugados en una musicalidad directa y a la vez compleja dada la maestría en guitarra, charango y cuatro. Incluye clásicos indemnes al tiempo tributados en el mundo entero como Gracias a la Vida y Volver a los 17, también ingenio lírico -Mazúrquica Modérnica-, relatos de amor desolador -Run Run se fue pa’l norte-, rabia y transgresión -Maldigo al alto cielo-, ternura y trascendencia -Rin del angelito-. Es tan monumental que cualquier intento de homenaje corre serios riesgos de palidecer ante el original.


Angel Parra, nieto de Violeta y uno de los guitarristas chilenos más celebrados de las últimas tres décadas, toma el desafío con algunas reglas: nada de desdibujar las canciones, sino más bien colorear, rellenar espacios e introducir ciertos ambientes oníricos. Hay escasas salidas de libreto. Los primeros segundos de El Guillantún se reinterpretan en clave rock, luego recula hacia los contornos originales, oscila entre ambas opciones y no cuaja del todo.


El músico ejecuta un magnífico trabajo en el área de su experticia. Mantos y mantos de guitarras ornamentan primorosamente. Los distintos estilos que Parra ha explorado los pone al servicio del material extraordinario de su abuela. Es un bello gesto. Todo lo que sabe en el instrumento se utiliza y en ese aspecto el disco es un goce. Su cometido instrumental y en los arreglos está a la altura del tótem que este álbum representa.


No se puede decir exactamente lo mismo de las voces.

En el papel, un buen casting. Está su hermana Javiera, que siempre ha tenido más actitud que caudal vocal, pero se defiende y funciona. En más de un verso logra una ligera transfiguración y se convierte en Violeta. Alvaro López intenta ir más allá y toma posesión de Run Run se fue pa’l norte. Es la mejor versión, le da una nueva envergadura al corte, conecta con el dramatismo que exige la letra.


El rendimiento difiere con Manuel García. Parece ahogado en Cantores que reflexionan. Alex Anwandter palidece aún más. Canta el Rin del Angelito como alumno en acto escolar preocupado de no olvidar la letra, imprimiendo escasos matices. Tampoco mejora en Mazúrquika Modérnica. Las canciones les quedan grandes a ambos y, sinceramente, ninguno de los invitados logra replicar la carga emotiva de las últimas composiciones de la artista más universal y trascendente que ha dado la música chilena.


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Published on July 14, 2017 23:28

July 13, 2017

Gratuidad y calidad

ESTÁ CLARO que la gratuidad no garantiza calidad. La educación, particularmente la universitaria, es cara. Las universidades que han avanzado en calidad lo han hecho hasta el momento a través del cobro de aranceles que cubren sus costos reales y la gestión adecuada de los recursos. Al eliminarse el cobro de aranceles, se deja la provisión de recursos en manos del gobierno de turno, que pasa a ser el que fija precios de transferencia por alumno y cupos que puede ofrecer cada carrera.


Ya las universidades acogidas a la gratuidad limitada a estudiantes provenientes de los hogares que están en el 50% más pobre han comenzado a experimentar dificultades financieras. Ahora, con el anuncio de la gratuidad a estudiantes del 60% más pobre, la situación se complejiza. Una razón es que dichos alumnos en la actualidad gozan de una beca por el arancel regulado y deben asumir la diferencia entre el arancel cobrado y el arancel regulado, generalmente a través de préstamos subsidiados. Desde 2018 en adelante el Estado pagará por ellos solo el arancel regulado, que en mi universidad es entre la mitad y dos tercios del arancel cobrado.


Asimismo, en una universidad altamente selectiva como la nuestra, los estudiantes tienden a concentrarse en los deciles más ricos de la población, quienes en una alta proporción tienen los puntajes de entrada más elevados. Es así como los estudiantes provenientes de los deciles de más altos ingresos están muy sobre representados. Por ejemplo, los estudiantes provenientes del 20% más rico de la población representan entre 40 y 50% del estudiantado, dependiendo de la facultad. Entonces, a medida que la gratuidad avanza, mayor es el impacto financiero adverso sobre los planteles.


Si llegáramos a la gratuidad universal, podría darse la paradoja que las universidades en gratuidad no tendrán los recursos que necesitan para ofrecer educación de calidad y se irán quedando con estudiantes que no puedan pagar, mientras que aquellos que sí pueden emigrarán a instituciones privadas sin fines de lucro no acogidas a la gratuidad, que sí tendrán los recursos para atraer a los mejores académicos.


Otro peligro que no se ha tenido en cuenta es el posible impacto de la gratuidad universal sobre la autonomía de las universidades acogidas. Por una parte, está la dependencia financiera del gobierno de turno, lo que podría atarlas de manos para contratar y mantener a buenos académicos. Segundo, gobernantes con agendas específicas podrán tratar de imponérselas a las universidades como condición para entregarles financiamiento.


¿Podemos combinar el objetivo que se persigue con la gratuidad con la preocupación por la calidad? Desde luego, pero con pragmatismo, dejando de lado la ideología. Por ejemplo, restringir la gratuidad a estudiantes del 60% más pobre y, para las familias no tan pobres, ofrecer una combinación de ayudas parciales y créditos contingentes al ingreso, con bajas (o cero) tasas de interés y un máximo de cuotas. Si esto suena a “subsidios a la demanda” combinados con el CAE reformado, es intencional.


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Published on July 13, 2017 23:30

Ajuste doloroso

LAS CUENTAS fiscales de Chile han estado en la noticia. Las autoridades estiman que este año el país tendrá un déficit fiscal del 3,1 por ciento del PIB, que se compara con un superávit fiscal del 7,8 por ciento del mismo tan solo diez años atrás. Este impresionante deterioro de las cuentas fiscales se produjo a pesar de que en 2011 y 2012 hubo superávits y se tradujo en un rápido aumento del endeudamiento público.


Tanto así que el ministro -anticipando que el mencionado menoscabo, conjuntamente con la baja tasa de crecimiento económico, se pueda traducir en una posible caída en la calificación de riesgo del país, como efectivamente ha sucedido- ha instruido a sus colegas a reducir el gasto de consumo en un 5 por ciento. Una trivialidad, pero una señal en la dirección correcta.


¿Por qué es tan fundamental la calificación de riesgo del país? Porque una menor calificación de riesgo tiende a subir el costo del crédito. Las calificaciones proveen una señal a los prestamistas del riesgo de no pago en que incurren. Una peor calificación implica un alza en el diferencial de tasas de interés entre, por ejemplo, un bono emitido por el gobierno de los EE.UU., y uno emitido por el gobierno o las empresas del país rebajado (Aronovich, 1999). La magnitud del alza dependerá, entre otras cosas, de las expectativas de corrección en la situación fiscal.


Es más, de acuerdo a los datos entregados por el ministro, este año los gastos fiscales aumentarán en un 4 por ciento, para alcanzar el equivalente de US$63.249 millones. Es decir, el gasto del fisco seguirá creciendo significativamente en relación al PIB, que solo aumentará en 2017 en aproximadamente un 1,5 por ciento.


¿Por qué preocuparse de la relación entre el gasto fiscal (público) y el PIB? Porque en Chile dicha relación está en el límite del rango observado en los países actualmente desarrollados, en momentos que éstos últimos gozaban del mismo nivel de PIB por persona que el actual nuestro. Aún más, hay indicios de que en nuestro país una expansión del gasto fiscal tiene, en definitiva, un efecto negativo sobre nuestro PIB per cápita.


¿Cómo se produjo el descrito y reciente deterioro fiscal? Se trata de una conjunción de factores, entre los cuales se destaca la baja en el crecimiento económico -en una parte no menor consecuencia de las reformas impulsadas por el actual régimen- que redujo la tasa de aumento de los ingresos fiscales. Igualmente responsable ha sido el incremento del gasto fiscal, en buena medida alimentado por las ambiciosas políticas redistributivas del propio gobierno, incluyendo los a menudo injustificables aumentos de personal y de remuneraciones.


Es altamente probable que en el corto plazo este desajuste fiscal se traduzca principalmente en una peor calificación de riesgo, mayores tasas de interés y aún menores niveles (relativos) de inversión y de crecimiento. Sin embargo, si no deseamos volver al desorden macroeconómico de mediados de siglo pasado, los próximos gobiernos deben realizar un ajuste fiscal mayor, que no podrá sino ser doloroso.


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Published on July 13, 2017 23:25

Educación Superior: una discusión decepcionante

*Esta columna fue escrita junto a: José Antonio Guzmán, Rector Universidad Los Andes; José Rodríguez, Rector Universidad Andrés Bello ; Cristián Nazer, Rector Universidad Finis Terrae; Federico Valdés, Rector Universidad del Desarrollo.


TRAS CASI un año desde su presentación, la tramitación del proyecto de ley de educación superior parece estar llegando a su fin en la Cámara de Diputados. Desde nuestra perspectiva como instituciones privadas -reconocidas por nuestros estudiantes por su calidad y aporte a la sociedad, y por la diversidad de nuestros proyectos educativos- hacemos una síntesis de esta iniciativa y su tramitación antes de que su discusión prosiga en el Senado.


Las características del proyecto se han mantenido más o menos estables tras las múltiples indicaciones. En particular, la persistencia en hacer de la gratuidad universal del pregrado el comienzo, centro y fin de toda discusión al respecto. Una obsesión que ha llevado a perder la oportunidad histórica de mejorar nuestro actual sistema de educación.


A esto se suma el debilitamiento de la autonomía de las instituciones, mediante el aumento del control estatal en elementos que le son ajenos, como el sistema de admisión y fijación de vacantes y aranceles. Además, el proyecto ha mantenido (y extendido) los privilegios de ciertas instituciones -algunas entre las de menor calidad del sistema acreditado- incurriendo en discriminaciones arbitrarias contra nuestros estudiantes. El paso del proyecto por la Comisión de Educación tuvo pocas consecuencias en estos ámbitos. Las audiencias, de las cuales participamos y seguimos, destacaron por su tono crítico. Sin embargo, muy pocos de los comentarios expuestos fueron considerados. Solo se admitieron las visiones de los rectores del Cruch y, en consecuencia, las indicaciones introducidas por el gobierno se limitaron a hacer eco de las presiones de sus universidades.


Un ejemplo concreto es que los aportes basales, que eran reemplazados en el proyecto original por un esquema de financiamiento más razonable y moderno, se mantienen. Pero el aspecto que más llama la atención, es que la comisión dedicó poco y nada de tiempo en discutir la situación y el impacto del proyecto en las instituciones privadas creadas después de 1981, que en su conjunto reúnen más del 70% de la matrícula.


¿Cómo puede una iniciativa que pretende ser una “ley marco” excluir a la mayoría de los involucrados? La máxima expresión de esto es la eliminación, sin reemplazo cierto, del Crédito con Aval del Estado que, si bien puede ser mejorable, es la única herramienta de financiamiento estatal disponible para todos, y que ha permitido ampliar la cobertura de la educación superior.


El paso del proyecto por la Comisión de Hacienda destacó por su premura. Es lamentable que una iniciativa enfocada casi totalmente en el financiamiento y que en régimen le costará al fisco cerca de 1,5% del PIB, se haya discutido en tan solo una semana. Por cumplir plazos irracionalmente cortos, se corre el riesgo de no realizar un análisis responsable y sopesado del impacto fiscal por quienes están llamados a hacerlo. Esto es aún más grave cuando la gratuidad universal está diseñada de tal manera que compromete fuertemente el gasto público futuro. Sin duda, este proyecto merecía una discusión mayor respecto de los recursos asignados.


Por desgracia, todo lo anterior hace improbable que el proyecto mejore en el corto plazo. De esta manera, nuestra esperanza está puesta en el Senado, donde esperamos se consideren las distintas visiones, se sopese de forma responsable el impacto en el erario fiscal, se eliminen discriminaciones arbitrarias y, ojalá, se pueda volver a reflexionar sobre cómo seguir trabajando hacia un mejor sistema de educación superior sin volver atrás en lo avanzado.


La entrada Educación Superior: una discusión decepcionante aparece primero en La Tercera.

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Published on July 13, 2017 23:20

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Óscar Contardo
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