Quetzal Noah's Blog, page 12

February 9, 2022

17.Coche

 

Recuerdo que me hablaste de un lugar donde servían buenos mezcales en Ensenada. A veces no sé si ésta historia ocurrió contigo o con alguien más. Lo que pasa es que una serie de sucesos y rostros familiares se repiten en mi cabeza como la cinta de una película. No lo digo porque no lo haya disfrutado sino todo lo contrario, quisiera recordar tu rostro con el mismo detalle con el que recuerdo las lágrimas de las finales perdidas por mi equipo. Sé que llegamos ahí porque te gusta la poesía. Eres una chica que revive con las historias de amor de los libros y si alguien te recita te estalla el deseo, la imaginación y tu piel a lo Juan Rulfo: se vuelve un llano en llamas.  Entre mezcales escuchamos a un trovador suavizar nuestros oídos con la nostalgia del romance. Yo pedí una cubeta de cervezas. Tú no querías beber mucho porque ibas a manejar. Me dijiste que querías disfrutar de mí toda la noche. Yo tomé tu mano. Te ofrecí en infinito entre las yemas de mis dedos. Un par de acordes misteriosos para que las armonías que producen el color de los tallos no dejaran de sonar en tus oídos cuando cierras los ojos. Te hice un juego para que te acercaras a que te dijera un secreto y lamí tu oreja. Me miraste como quien ya no ofrece resistencia a los placeres que el bondadoso destino quiere que disfrutemos para tener de recuerdo en las noches más frías. Mordiste tu boca. Yo sabía lo que tú esperabas que dijera ¿Quieres ir a otro lado? Pagué la cuenta y al llegar al estacionamiento mire no hubiera nadie y te recargué contra la cajuela de tu coche, te subí sobre ella y te besé el cuello mientras mis manos jugaban a explorar las islas remotas debajo de tu blusa. Un guardia se asomó y te apreté contra mí y te pedí que no te movieras para que pensaran de lejos que nuestro acto sólo se trataba de un cariñoso abrazo. Luego subimos al coche. Apretaste mi cara con tus manos y me devorabas en un absoluto idilio. Brincaste a mi asiento y te montaste sobre mí. Te dije que conocía un lugar mejor. Te paraste en seco y condujiste el coche a unos cerros un poco alejados de la ciudad. Cuando llegamos me preguntaste ¿Es aquí? Te mordí suavemente los labios. Te quitaste la blusa. Desabrochaste mi pantalón. Te bajaste las bragas de la falda. Nos pasamos al asiento trasero. Te sentaste sobre mí. Soy toda tuya, me dijiste. Vimos las luces de un coche que se acercaba. Miraste nerviosa y sorprendida. Creo que es mi esposo, me dijiste.

 

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Published on February 09, 2022 15:29

February 8, 2022

16. Gordita

 

 

 

Me llamo Andrea y tengo casi treinta años. Mis huesos gruesos y la sazón que tiene mi mamá para guisar hicieron que desde niña nunca fuera muy esbelta; bueno lo más esbelta que llegué a estar fue cuando me dio una diarrea por una infección que me dio por atascarme unos salbutes de cochinita en un pueblo de Yucatán. Yo siempre fui la Zoila, Tronchatoro, el tinaco, la vaca, la Peggy, el tanque, la elefanta y todos esos sobrenombres que nos llaman a las personas con sobrepeso. Mi mamá me echaba porras y me consolaba diciendo que yo era muy fuerte. Que un día sería la primera presidenta gordita, la gerente de un importante hotel. Mi mamá era muy optimista, las chicas gorditas como yo aparte de luchar con la tentación de la comida tenemos que luchar con la tentación de no dedicarnos mejor a poner un puesto de garnachas y retirarnos del mundo corporativo. Un día dejaron de importarme los apodos. Y es que yo veía que quién se ponía más triste era mi mamá y luego me llevaba al psicólogo y se gastaba una lana que la neta prefería que mejor se la ahorrara y yo ver si en un momento le ponía sus chingazos a uno de esos morros cagapalos. Lo bueno de ser gordita es que aprendes que la gente puede ser muy culera pero la gente que se te acerca es más real y buena que los grupos de amigos que en se desintegran en la secu y prepa y siempre andan hablando mal de ellos con ira, coraje y recelo. La mayoría de mis amigos siempre fueron raritos y talentosos. Por ejemplo, mi mejor amiga la Mariana, era una genio en las matemáticas. Ahora es ingeniera, era una niña que parecía una comadreja de cuatro ojos, lo bueno era que su papá tenía restaurantes y como yo la defendía siempre me invitaban a comer los fines de semana. Nos llamaban Timón y Pumba. Mi mejor amigo era Carlitos, desde chico era medio afeminado y los niños no se juntaban con él porque ya sabes…si los morros están puñetas es por culpa de las ideas de sus papás. El Carlitos sabía tejer ropa desde niño y quería ser diseñador, pero tiene algo mejor que sería la envidia de muchos vatos que se reían de él: es fotógrafo y tiene una agencia de modelos.  Una vez leí un tuit de una morra que dijo “las gorditas cogen mejor porque piensan que no volverán a tener esa oportunidad”. Jajaja…me reí mucho, pobre morra pendeja la que escribió eso. Las gorditas seguramente cogemos más porque somos menos mamonas, más accesibles y los vatos en las fiestas casi siempre se ponen calientes si te ríes de sus chistes malos, les dices que están guapos y ya te tomaste unas cuatro cheves con ellos. En cambio, he visto vatos en fiestas perder todo el tiempo con una morra flaca y mamona que nomás se anda inflando el ego porque no la pueden conquistar. Así que he tenido mis novios de todos colores, tamaños y sabores. Dicen que les gusta mi forma de ser.  Cuando salí de la prepa muchas morras de la secu que les daba pena juntarse conmigo me hablaron por primera vez. Se dieron cuenta que era a toda madre. Y bueno.  Ahora conozco mucha gente chida que hace cosas chidas y tengo contactos para hacer lo que quiera. Yo me volví escritora. Soy como Botero de literatura para gente poco agraciada físicamente.

 

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Published on February 08, 2022 17:58

15. Mochilero

Empacas tu talento, tu hogar, tu oficio, un libro que te guíe, la floreciente esperanza y uno que otro recuerdo de lo que eres y lo cargas sobre tu espaldacasi nunca llevas mapa porque prefieres que la vida te vaya dibujando la ruta ya que confías en su sabiduríalos autobuses son hoteles de paso, los hostales están llenos de genios, aves solitarias y musas que te seducen al ensueñolas ciudades son junglas de concreto y en los pueblos pequeños te dejas sorprender por los enigmáticos rinconesllevas las mejores fotografías en la memoria de tus palabras, viajas ligero porque hablar con distintas personas te libera de prejuicioscasi nunca piensas en los regresos y la cerveza y el café en solitario se vuelve tus íntimos amigos mientras piensas en tu siguiente parada.Quetzal Noah#EscribeMejorConQuetzalNoah

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Published on February 08, 2022 17:54

14: Amigo

Me topé con un viejo amigo de la secundaria. Han pasado más de quince años desde que nos graduamos. El tiempo nos avisa que la infancia es ahora un suspiro entre preocupaciones y la adolescencia una etapa de confusión. Platicamos de nuestras vidas. Nuestros caminos y de otros compañeros. Ya no somos los morros pendejos que hablábamos a la espalda de otro. Hoy nos miramos de frente y entendemos que la vida es dura. Hablamos de la carrera y el trabajo. No niego que la secundaria es una etapa maravillosa para algunos pero yo no la extraño. Brindamos por el presente. Hablamos de cuanto la cagamos y que ahora ya comenzamos a escucharnos como nuestros padres al hablar de décadas. Hasta hace unos días comencé a sentirme mal porque al mirar mi cabello aparecieron unos diminutos cúmulos de nieve. Mi amigo llevaba una gorra, también la nieve comenzó a visitarle el cabello. Estoy viviendo, soñando, haciendo planes y envejeciendo, es la cuota que uno tiene que pagar por estar vivo.

 

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Published on February 08, 2022 17:51

February 5, 2022

13. Canciones

ya no éramos las canciones que nos dedicábamos

nos volvimos rostros de indiferencia

decepcionados uno de la rutina del otro

intento de un presente fracturado por las nostalgias

las preguntas de siempre marchan

por el pico de la botella

en la ventana de la habitación

y la taza de café

¿qué nos pasó?

¿habría algo mejor por hacer?

nos pusimos a soñar con otras canciones

cada uno se volvió una melodía

que el otro era incapaz de escuchar

una que otra esquina nos recuerda

uno que otro viernes las ausencias

saben a derrota

y nos volvimos canciones

que no nos daban ganas de bailar.

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Published on February 05, 2022 15:25

12. Fiesta

Los lugares con fiesta me inspiran más que los lugares tranquilos. Los lugares tranquilos son para meditar. Yo medito y pienso todo el tiempo. La fiesta en realidad me desconecta. Y es curioso porque en medio de la fiesta pienso en algo que no supe decir en su momento. Pienso en una historia donde en medio del caos alguien encuentre sentido a su absurda existencia. Pienso en la felicidad que provoca la bebida a corto plazo y en la profunda tristeza que deja el desmadre al día siguiente. Si me hablas de fiesta recuerdo Mazatlán, Tulum, Los Cabos, Guanajuato, San Cristóbal de las Casas. Vienen a mis pensamientos las sonrisas de hermosas chicas que quieren dinero y otras sexo para desestresarse. Bajo las luces de los bares y las tornamesas veo pasar chicos que se desconectan del mundo y se inventan otra personalidad, como si estuviesen renunciado ya de sí mismos. La noches es para estar despierto aunque nada bueno pasa en ella después de las 2 am. Las lenguas se sueltan y los músculos se vuelven torpes. Lo desconocido se vuelve más amigable; aunque no recomiendo confiarse, una vez atravesado el umbral de la medianoche la consciencia se disuelve. Hay que estar preparados para todo. A veces perdernos una noche es aplastar el botón de reinicio.

 

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Published on February 05, 2022 15:06

11. Libros

Sucede que los tengo tengo por todas partes. Los olvido con frecuencia en el comedor, en los sillones y uno que otro en el baño. En los días calurosos me acompañan con una cerveza y en los de lluvia con un cafecito en el sofá. En mi cuarto están regados debajo de la cama; ya no me caben en el librero y los que hay en el closet huelen a humedad. Los tengo ordenados por colores, por autor, por género, por países. También tengo una colección de ellos que fueron entregados y firmados personalmente por el autor. En mis viajes suelo llevar pocas cosas porque sé que de regreso tendré la mochila llena de libros; porque están dispersos por muchos lados, y hay unos que nos van a encontrar donde menos lo esperemos. Es un placer discreto poco compartido. Una constante aventura entre el asombro, la parsimonia, la nostalgia y la esperanza. Porque un libro no sólo es la extensión de la memoria sino otra vida que al abrir las páginas y sumergirnos horas en sus letras nos atrevemos a vivir. A veces sólo necesitamos un libro para salvarnos.

 

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Published on February 05, 2022 15:02

10. Parque

En el último verano de la secundariafuimos a partirle la caraa los chicos de otra secundariajugué una final de fútbolmetí el mejor gol de mi vidame dieron permiso de afeitarmebebí muchos refrescoscon mis amigos en el parqueaquel parque estaba a unas pocas callesde la escuelatodas sus bancas de aceroparecen invitarte a descansarpara escuchar lo que quedó grabadoen el intenso suspiro de nuestra adolescencialo inocente y pendejo que erame provoca una risa reconciliadoracon mi yo del pasadoy fue en ese parquedetrás de uno de esos coches viejosestacionados y destartaladosdonde me despedí de mi infanciaporque brotó de mi el deseode fundirme entre los cerezosde la chica por la queno quería faltar ningún día a la escuelael día que nos dijimos adiósmis ojos se nublarony cielo se vistió de nimbostratostraté de sonreírpero el parquetambién lloró conmigo.Quetzal Noah#EscribeMejorConQuetzalNoah

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Published on February 05, 2022 14:58

9. Pinta

 

Pinta mi rostro con el pincel desbordante y fino suelto entre tus cabellos. Deja que mi pecho entero sea tu lienzo. La ruta para llegar a la magia que nos acaricia entre delirios y sueños comienza en mutuo susurro. Dejemos en evidencia los rincones más incógnitos del deseo. Los paisajes del camino son atisbos para contemplar sin prisa aquello que desde hace tiempo nos ha querido abrazar. Torrentes incesantes del color de la inocencia conjugan sus precoces intenciones sobre el puerto de nuestras dudas. Pinta tu insomne recuerdo. No dejes que la memoria reproche el instante. Consuma tus sentidos en mi terreno abierto y deja que tu brújula se extravíe.

 

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Published on February 05, 2022 14:54

January 31, 2022

8. Telescopio

Me lo encontré en un tianguis sobre ruedas en ciudad Obregón. Lo miré detenidamente una y otra vez. Trataba de viajar ligero ¿un telescopio? Recordé a un hombre que se ponía en las esquinas del Barrio Antiguo con un par de ellos. Les colocaba un letrero “Vea de cerca la luna. Cooperación Voluntaria. Si no puede cooperar véala GRATIS”. Le pregunté el precio a aquel comerciante se traía un montón de mercancías que traía de las casas de gringos ricos. Dame quinientos pesos, ya pa que se vaya. Tuve que ir a un cajero automático. Era domingo y al haber menos gente por las calles todo me parecía que estaba lejos. Con ese telescopio viajé a Los Cabos y me volví un astrónomo urbano. Llegué con él a Guadalajara, Querétaro, Ixmiquilpan, Puebla, San Cristóbal de las Casas, Palenque, Tulum y las playas de Oaxaca. Había viajeros que cargaban en su mochila paños con hilos, alambres, pinzas y piedras preciosas con las que fabricaban artesanías. Unos llevaban sus cámaras fotográficas y vendían sus colecciones o les hacían sesiones a los turistas. Otros llevaban la música y cargaban con guitarras, ukuleles y tambores. Pero yo, se podía decir que era un viajero de las estrellas, ya que mi trabajo consistía en mostrar las maravillas del espacio a los curiosos caminantes que se paraban frente a esa extensión de la vista que nos permite soñar y pensar en otros mundos. Yo cargaba con un artefacto capaz de revolucionar la imaginación y dejar el recordatorio de que hay cosas que se escapan de nuestro alcance cotidiano y que deberíamos acostumbrarnos a ver más hacia el cielo para apuntar alto. Mi telescopio se transformaba en una nave espacial y por segundos podía darle una vuelta a la luna para dicha y asombro de todo aquel que dejaba una cooperación. Recorrí pueblos y ciudades con él. De repente me sentía como ese pueblo gitano de Melquíades en Cien Años de Soledad que llevaba novedades a las mentes que se cerraron por acostumbrarse a la rutina. Un día regresé a casa y dejé el telescopio en el armario. De vez en cuando escuchó los murmullos de los viajeros asombrados cuando se acercaban y descubrían que probablemente algo más grande podía existir y quizás no estamos tan solos como pensamos.

 

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Published on January 31, 2022 15:02

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