Quetzal Noah's Blog, page 16
May 30, 2021
Sobre lo que ganamos cuando perdemos
En días pasados perdí un cuaderno con un montón de textos muy importantes para mí. En ellos indagué en exploraciones filosóficas sobre el apego, la enfermedad, el dolor, la muerte, la forma que toma el amor al evolucionar. Era un cuaderno donde experimentaba una escritura más atrevida, menos vulgar y sincera. Aparte de que fue un regalo de una lectora de San Luis Potosí. La pérdida de un cuaderno o un borrador con distintos escritos es una experiencia aterradora para un escritor. Y no tanto por quién encuentre el cuaderno o no. Sino porque es como perder a un compañero, como despedir a un amigo que sabes que no volverá, una irreemplazable ausencia. Uno no comprende el valor de su escritura hasta que se llega a extraviar una libreta o picar por error la tecla borrar en algún documento.
Tuve una experiencia similar cuando ingresé a la universidad. En aquel entonces intentaba escribir mi primera novela sobre un viaje en el tiempo. Como eran los primeros días de clases aún no compraba cuadernos y tuve la brillante idea de llevar uno donde mi proyecto apenas veía la luz de las letras de un joven entusiasta. Tenía la mala costumbre de colocar cuadernos y libros en la lamina bajo el pupitre. Nunca lo recuperé. Sólo se esfumó. Aunque pregunté por él nadie dió con su paradero ¿A quién le podrían servir unas páginas de un intento de escritor?
El dolor de aquella ausencia me desanimaba. Me hacía reflexionar si de verdad valía la pena retomar la pluma y llenar hojas y hojas las cuales no me estaban llevando a ningún lado. Abandoné los cuadernos por un rato y me puse a escribir desde mi vieja computadora.
Con el tiempo mejoré considerablemente mi estilo y encontré mi propia voz. La pérdida solamente me motivo a entender que cualquier camino está lleno de estas intermitentes y pequeñas ausencias que se convierten en un ejercicio de fortaleza y creatividad para continuar.
Ya lo he dicho antes: Hay que acostumbrarse a las pérdidas. Crecemos perdiendo. Caminamos perdiendo. Perder un diente, perder un amigo, un hermano, un tío, un primo, a los abuelos, a nuestros padres, un año escolar, un buen trabajo, el dinero, un teléfono, un autobús, etc. Un amigo perdió su cámara profesional en un pueblo mágico. Yo perdí mi telescopio en Puerto Escondido, mi gorpro en Barcelona, mi billetera en Tulum. Pero también perdí el temor a la soledad en Guatemala, perdí la pena a cantar en público en Palenque, perdí el miedo recitar mis poemas en Lima. Es curioso cuando nos damos cuenta que las pérdidas a veces completan otra parte de nosotros porque también le perdí el temor al qué dirán, al pulpo hecho de sacar mi libro y brillar en el paraíso del fracaso.
Un día un mochilero me contó que perdió su instrumento musical en un lugar de Sudamérica. Que le dolió mucho ya que el instrumento era su fuente de trabajo. Sin embargo, aquel viaje que hizo por seis países le hizo reflexionar en su travesía. Que por todo lo aprendido era justo que en un lugar se quedara algo de nosotros. Como una ofrenda. Como un desapego para ir caminando más ligeros y llegar más lejos.
Desde aquella historia me gusta pensar que cuando pierdo algo es solamente el lugar diciéndome: Estás aprendiendo algo chingón, tienes que dejar algo. Y bueno. Así me pasó en Guadalajara. En aquella ciudad encontré la feria del libro más grande de Latinoamérica. Tuve mi oportunidad de estar en la música independiente. Abrí mi blog y comencé una nueva novela que fue ganando seguidores. Tuve una de las entrevistas más chingonas con celebridades de la radio nacional. He estado en sus diarios. Cada vez que voy conozco gente muy talentosa e interesante que me invitan a sus proyectos. Guadalajara me dio mi primer fan que ahora es un gran amigo mío. Tuve romances y despedidas. He escrito mucho sobre Guadalajara. Tal vez sólo era momento de dejar algo por allá. Que la esencia de mis palabras viaje por toda la ciudad.
Quetzal Noah
May 19, 2021
Viajar por la Baja Sur
Hace 10 años tuve la oportunidad de cruzar en en ferry desde la había de Tompolobampo en Los Mochis, Sinaloa hasta la La Paz. En aquella ocasión recuerdo que el barco parecía más que nada un vagón de tren marginado. No había muchos turistas. La mayoría de los pasajeros eran personas que se dirigían a la pizca de uva en Ensenada.
Ahora en este mes de mayo del presente año crucé desde Mazatlán. El barco me pareció una experiencia que hay que darse si se tiene la posibilidad. Las salas de pasajeros tenían televisión y asientos amplios. Casi no me quedé ahí. Pues la recepción era grade, tenía videojuegos y un bar. En la parte de arriba un restaurante con ventanas que ofrecían una vista al océano muy inspiradora. La cubierta tenía bancos para disfrutar el recorrido. El trayecto para llegar a La Paz es de 12 horas. Si se tienen cincuenta pesos a la mano se puede rentar un sillón puff o una colchoneta y dormir cerca de alguna ventana de la recepción. Muy buena improvisación para un hospedaje ¿no? Recomiendo cargar suficiente efectivo para disfrutar de un par de cervezas por la noche para irse a dormir agusto.
Cuando llegamos a La Paz era de mañana. La inspección aduanal fue rápida y amable. Un autobús por cincuenta pesos te lleva hasta el centro histórico de la ciudad. Si algo se nota en este sitio es la tranquilidad. La vida no va muy aprisa. No parece que haya motivo para tenerla. Sus calles amplias entre casas y comercios de influencia gringa dan una interesante visión del panorama. Cerca del centro hay opciones de hospedaje económicas que no se encuentran en sitios web. Así que se pueden ahorrar unos cuantos pesos si se tiene tiempo.
Lo primero que se debe hacer una vez instalado es darse una vuelta por el Malecón disfrutando del mar y sus embarcaciones. Se puede rentar una bicicleta, scooter o una longboard a control remoto. La gente conserva limpio y seguro este paseo. Pues dentro de él no hay vendedores ambulantes ni restaurantes instalados sobre la playa. Las palapas están disponibles para todo aquel que las encuentre desocupadas. Hay gran variedad de restaurantes y bares. Yo encontré uno muy bueno para comer tostadas de camarón llamado El Parnazo. No hay que dejar de disfrutar una ballena Pacífico pues en ningún lado del país su sabor deleita tanto los sentidos como en este paraíso de calma.
Se puede llegar en bus a El Tecolote y Balandra. Así como explorar a pie sus cerritos con su chulisima variedad de cactus. Se puede rentar un kayac por unos cuatrocientos pesos para remar desde el Malecón hasta el manglar del Mogote. Vale la pena hacer brazo con el remo para visitar esa isla que te invita a meditar sobre el horizonte. No hay que perderse los atardeceres. Cabe de resaltar que la mayoría de los turistas que se ven por acá son gringos enamorados de México.
Aquí no acaba la aventura. Pues a unos cuarenta kilómetros se llega al Pueblo Mágico de Todos Santos. En un principio famoso por su Hotel California. Un encantador y peculiar sitio. Tan fresa como San Miguel de Allende y tan tranquilo como Valladolid. Alrededor del centro podemos encontrar en sus banquetas vegetación de la región adornando sus calles para placer visual de sus visitantes. Joyerías, talleres de artistas y mercados de finas artesanías le dotan de una variedad cultural que hace querer a uno venir a escribir un nuevo libro. Buscando en sitios web no pude encontrar un alojamiento por menos de mil pesos la noche. Así que decidí aventurarme esperando tener un poco de suerte; el cielo nos sonrió esa tarde, pues encontramos un hotelito con piscina en quinientos pesos la noche a menos de una cuadra del California. Hay que ir a contemplar los atardeceres a Playa Lobos y Cerritos que son un cuadro de nostalgia ante la belleza de la creación.
El recorrido continuó hasta San José del Cabo. Saliendo del pueblo el bus cuesta alrededor de doscientos pesos. Se hacen casi dos horas de camino. Qué mejor si se llega en jueves, ya que a la plaza Mijares de San José salen a exponer sus obras un conjunto de artistas de la región y viajeros, mientras se puede disfrutar de la música en vivo en un montón de restaurantes. Me pareció genial escuchar rock viejito por todos lados; es lo que aman los gringos que se pasean por estas calles. Hay que tener cuidado dónde se come; pues nos llevamos una decepción por unos tacos de arrachera que comimos en uno de estos lugares pipirinais que adornan la avenida que conecta a la plaza. Conocimos la Baja Brew; un bar con la mejor cerveza artesanal de la región. Por cierto el hotel salió en cuatrocientos pesos justo a una cuadra de la plaza. Moraleja: Si no hay hoteles baratos en los sitios web; es mejor llegar al lugar un explorar las posibilidades.
La ruta terminó en Cabo San Lucas. El sitio de más fiesta en toda la Baja Sur. Hace unos años la mayoría de la gente que se veía caminar por la Marina y su zona de discos eran gringos pensionados. Se ve que la promoción turística va en aumento pues esta ocasión paseaban un montón de jóvenes. No te dejes engañar: el tour en lancha para ver las formaciones rocosas y bañarte en la playa del amor, no te debe costar más de trescientos pesos si eres turista nacional. Así que acércate a los locales y compara los precios. Se pasa muy buen rato dejando volar la imaginación viendo las formaciones rocosas. Verás los lobos marinos muy cerca de las embarcaciones; y si tienes suerte hasta una ballena.
Quetzal Noah
April 13, 2021
Superhéroe
Superhéroe
Me reuní con los poetas un sábado en una vieja casona en el Barrio Antiguo que en ese entonces se llamaba “Art”. La fachada tenía un color azul con dos ventanas enormes; para entrar se tocaba una puerta de madera y alguien abría una rendija y se tenía que decir una contraseña. La casa estaba rodeada de enredaderas. En el primer piso había un estudio de grabación, el segundo era una sala de fotografía, y el tercero era mi favorito: un estudio de pintura, lleno de lienzos, caballetes, manchas de acuarelas por el piso y las paredes, cajones de madera, brochas, pinceles y muchos cuadros surrealistas.
A esa reunión llegó Miguel Ángel, quien escribía rap; nos acompañó Dary que recién llegaba de Europa; de ella nació la idea del grupo. Mientras charlábamos de nuestros textos vi por la puerta subir a alguien. Apenas pude percibir unos pies pequeños, irresistiblemente desnudos, fugaces y encantadores. Hice una pausa para ir al baño. Subí la escalera y di con el estudio.
Ahí estaba ella, sentada, con un vaso de vino en su mano. Todo de ella embonaba perfectamente en esa habitación: la postura de sus manos, la comisura de sus labios, la textura con la que su cabello se fundía con la luz y el color. Verla despertaba aquella pulsión creadora que hace sentir vivos a los artistas y poetas. Platicaba con un pintor; de inmediato supuse que era una de esas chicas grupies del arte. ¿No las has conocido? Son chicas que tienen la boca llena de peces y los ojos bordados con el hilo de las sorpresas; muchas veces se parecen al bosque, puedes caminar por sus hombros y sentir de un instante a otro el borde del precipicio. Son chicas que aman el arte, es decir, aman el arte y a los artistas; imaginan que son folladas por un pintor, un poeta, un músico, un escultor; andan detrás de ellos, no las ves en fiestas a menos que se trate de una reunión de gente con intereses sobre nuevas ideas y exploraciones un tanto filosóficas. Son atentas a toda conversación, se sienten derretidas por la inteligencia, porque esta virtud les ofrece un paraíso sin límites de tiempo o condiciones.
Ella veía con la impasible brisa de su iris cómo aquel pintor mal vestido tocaba el infinito con un pincel. Quería saber su nombre, su helado favorito, su día de la semana menos ocupado, el bar de su frecuencia, si comía hamburguesas o prefería las ensaladas. Me vi junto a ella siendo tan feliz por un segundo, imaginé que nos mudábamos a la playa y teníamos lindos bebés, con sus ojos azules y mi piel morena. De tanto encanto uno piensa que está en otra dimensión y se congela. Eso me pasó, me detuve, me regresé a la mesa con los poetas a fantasear de lo acontecido.
La semana siguiente nos reunimos en el mismo sitio. Dary regresó a Europa. Éramos pocos poetas, cada vez menos, y yo esperé a que la chica se fuera. Tal vez se bebió unas dos botellas de vino. Eran cerca de las siete de la tarde cuando salió. Yo esperaba en la entrada de la casa. Me acerqué, platiqué con ella, no hablaba tan bien español, porque era francesa. Tuvimos una de esas breves conversaciones con las que cualquier hombre poco agraciado como yo se puede ilusionar intensamente. Mientras caminábamos me dijo que se dirigía a la zona Tec. Pensé en irme en el mismo camión, pues me quedaba cerca. Anduvimos por la calle Morelos y nos detuvimos en la esquina de las pizzas. Subimos al 209. Reía mucho y yo estaba feliz. Viajaba con una chica francesa de ojos azules en un camión con rumbo al Tec. Era más hermosa que todas las chicas de Monterrey con las que había salido y no era presumida. Se bajó y nos despedimos. Regresé varias veces a tomar el camión por ahí para ir a la universidad con la esperanza de encontrarla. Le escribí un poema y se lo traduje al francés.
El sábado la vi de nuevo en el estudio. La encontré sentada leyendo un libro sobre historia del arte. Me acerqué y le dije:
-Ten, me dijeron que te lo diera.
Me miró y me preguntó:
-¿Qué es?
-Mi corazón -le respondí.
Abrió la nota y sus mejillas se sonrojaron. No podía creerlo. Todavía existían chicas que se sonrojaban con la poesía.
-Me gustan los escritores. Sobre todo, los poetas.
-¿Por qué?
-Pueden hacerte el amor sin tocarte. Te estremecen la piel con las palabras. No son humanos.
-Más que poeta; soy un superhéroe.
-¿Y cuál es tu superpoder?
Ella se rio. Hay un montón de estupideces que decimos los hombres que pueden hacer reír a la chica correcta.
-Puedo hacer que llueva. ¿Quieres ver?
Subimos por la escalera que daba a la azotea. Ella llevaba un vestido corto de color azul. El día estaba soleado. Cerré la puerta con cerrojo. Una mesa de madera estaba al centro y de fondo teníamos el Cerro de la Silla. Le pedí que se sentara en ella. Subí su vestido y coloqué mi cabeza entre sus piernas. Una prodigiosa lluvia se precipitó desde su pubis y nos empapó de felicidad.
El hombre del telescopio | Quetzal Noah
March 31, 2021
¿Dónde está tu felicidad?
Hoy escuchaba el podcast de una terapeuta y dijo algo que hace tiempo tenía muy presente: la gente infeliz consume demasiado. De inmediato me acordé de un familiar con un trabajo en un alto puesto corporativo, de esos que pagan tus cincuenta mil pesitos para vivir felices. Este familiar tiene una casa bonita, cada fin de semana llena su cochera de cosas que veía en el súper en oferta y no necesita: asadores, kits de parrilleros, cervezas importadas, juguetes electrónicos. Cuando no trabaja su actividad preferida es ir al centro comercial. No digo que uno no necesite ciertas cosas; yo por ejemplo hasta hace poco compré un coche y eso porque de verdad estaba gastando mucho en uber y en ir a hacer envíos; me demoraba bastante. Hoy romantizamos el capitalismo y nuestro narcisismo gastando en pequeñas cosas que llenan ciertos vacíos de nuestra vida con el lema de “lo merezco” y nos movemos convencidos de que pasamos gran parte de nuestro tiempo intentado alcanzar logros materiales. Inclusive la parte espiritual también es un tema interesante: recurrimos a terapias de autoayuda como el yoga, reiki y de más; para luego compartir fotos de nuestra supuesta evolución. El ego nos engaña fácilmente de ese lado. Yo también lo he sentido. Cada vez que me rompían el corazón lo primero que hacía era ir al centro comercial a comprar un poco de ropa para sentirme más guapo, después me iba a los mejores bares a seguirme perdiendo. En los momentos más tristes es más fácil comprar cualquier pendejada que vemos. Necesitamos el consuelo inmediato. Hemos dejado que la sensación de comprar nos produzca tanta satisfacción como una especie de mecanismo psicológico de defensa. En lugar de terapia acudimos al centro comercial. Nuestra terapia es gastar. Dejar que el dinero no nos preocupe por un rato y repetirnos: lo merezco. Somos tristemente afortunados de engañarnos con ese placebo inmediato. Si tuviéramos una idea convincente de la felicidad, no necesitaríamos esa feria de obsequios y objetos inanimados; pero seguimos asociando la felicidad a los logros materiales. Sigue siendo la gran trampa de este siglo. Yo he caído muchas veces en ella. Hay días en los que recuerdo no traer ningún centavo en el bolso, pero recorría la ciudad, iba sin estar preocupado de qué es lo que podría pensar la gente de mí con respecto al dinero. Mi ropa era de segunda mano, mi vida era la de un vagabundo recorriendo la ciudad como buscando una historia nueva y esa era la parte más espiritual. ¿Cómo rompemos con este ciclo de estar en constante insatisfacción? La gente se sigue entristeciendo porque no cultiva para nada su alma ni su pensamiento. Es tan sencillo como difícil definir nuestro propio concepto de éxito. Hay que pensar más allá de las comparaciones, dejar que la vanidad ajena siga su marcha y mantener un sentido crítico de lo que buscamos y lo que en realidad necesitamos. ¿Dónde está tu felicidad? ¿La has buscado en escribir, cantar, nadar, correr, caminar, dibujar, pensar, leer o simplemente hacer el bien?
Quetzal Noah
March 15, 2021
Fracasamos intentando ser alguien en la vida de quien no nos tiene en sus planes
¿Qué se sentirá gustarle a la más bonita de la escuela? ¿Qué se sentirá saber que ella te piensa antes de dormir? Debe ser uno de esos sentimientos reservados por la sabiduría divina. Desde que tengo memoria nunca me he enterado de que en realidad le guste a alguien. Sobre todo los chicos con pocos atributos físicos como yo nos hemos rendido ante dicha posibilidad y no queda más que desarrollar otros talentos como dibujar, componer canciones, tocar la guitarra, salir a correr, leer muchos libros, tratar de ser graciosos, tener charlas de temas interesantes, a falta del estereotipo de belleza hemos tenido que cultivar otras cualidades. Me pregunto ¿quién le gusta a ella? Si tengo la posibilidad de desviar su atención hacia mí con detalles, con palabras, con poesía, con este latente espíritu de recorrer con ella toda la ciudad y tener distintas historias en cada esquina donde nos devoraríamos a besos, pienso con optimismo que podría darle la felicidad que ella merece, sin embargo ¿Querría ella ser feliz? Me ha dicho de ese deleite casi surrealista que tiene al estar triste, lo disfruta, se ha enamorado de esos periodos donde se siente rota, su estado melancólico la pone creativa y con su sublime voz podría calmar a un ejército si se lo propusiera; estoy seguro de ello. Por la mañana tengo una leve resaca. No tengo ese arrepentimiento que comúnmente me acompaña después de beber. Tal vez es porque al revisar el teléfono no he perdido la dignidad en un mensaje sin respuesta. Me pongo a revisar mis notas, no se ha ido este hábito de dedicarle unas palabras frente a una hoja de papel, estoy en un proceso de desencantamiento, me estoy resistiendo seguirle inventando virtudes en actitudes que yo exagero. Por ejemplo, una tarde preparó una comida en su casa para mí, a partir de dicho acto he creído que es de naturaleza noble, que su corazón de piedra tenía actitud de mina, que mi paciencia y mis detalles terminaron por convencerla de que en realidad hacía falta en mi vida ¿cómo una musa? No, no lo creo, esa es una aspiración muy vanidosa y ridícula, más bien; veo en ella mi compañera y complemento, veo dos seres dotados de sensibilidad inspirados por el espacio, los cometas, creando teorías de esa sutil coincidencia por encontrarse a pesar de tantas variaciones del camino en este multiverso. Esta serie de ideas me ha llevado a perderme de su realidad y a veces me siento tan idiota por no saber lo que ella quiere; habría sido más sencillo decirme que no me quiere en su vida. Es un poco masoquista pensarlo, pero, tal vez le guste tener a un pendejo dispuesto a todo por ella ¿quién no ha ilusionado a una persona que en el fondo sabemos que no es indispensable en nuestra vida solamente para evadir nuestra extraña soledad? Me levanto de la silla, me preparo un café y reviso las noticias en el celular, ha subido un vídeo cantando un cover, me resisto a verlo, no quiero que nadie lo comparta, me caga que sea tan bonita, tan talentosa, tan independiente, me caga saber que no he aportado nada de valor en su vida. Me cruza instantáneamente el pensamiento de irme de la ciudad, tal vez ya es hora de ir arreglarme el corazón a la playa o a un pueblito. Abro la ventana del explorador para buscar ofertas de vuelos, la última vez que me fui así fue cuando estaba en Cabo San Lucas, tras tres semanas de pisar su arena fría como un auténtico vagabundo del dharma me dirigí al aeropuerto con una bolsa llena de monedad que junté mostrando a las personas que paseaban por la Plaza del Marlín la luna a través de un telescopio. Recuerdo en las pantallas de las aerolíneas que el único destino disponible para ese día era Guadalajara. Cuando sientes que un lugar ya te ha enseñado todo lo que necesitabas aprender es momento de continuar con el viaje. Acumulas ciertas energías en tu trayecto de las cuales tienes que desprenderte para que tu paso sea más ligero. No son en su totalidad buenas ni malas, lo que tienes que descubrir es la forma de mantener el equilibrio y la mente en el ahora. El celular vibró, era un número desconocido. No acostumbro a contestar el teléfono a no ser que se trate de un amigo cercano. Tal vez eran los del banco que me querían ofrecer una tarjeta de crédito.
CONTINURÁ
Principio de resistencia | Quetzal Noah
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January 26, 2021
Estoy bien Quetzal Noah
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January 20, 2021
¿Qué le contará la luna al sol? Quetzal Noah
¿Qué le contará la luna al sol?
¿Qué le contará la luna al sol?
¿Le hablará de la Tierra?
¿Le hablará de los dinosaurios?
¿Recuerdas los pasos lentos de brontosaurio y al cabezón del tiranosaurio?
¿Te acuerdas que vimos ese destello pasar tan lento desde aquí y acabó con millones de años de supervivencia?
Luego cuando se congeló el planeta y lo fuiste derritiendo pacientemente para que brotaran nuevas formas de vida.
Ah, es que ese planeta es tan inteligente, da imitaciones hermosas del universo, como las gaviotas y las sirenas,
los faunos y los aluxes, los dragones y las musas, y en ocasiones sorprendentes criaturas que evolucionan luego parece que retroceden.
Tal es el caso de los humanos, que, de ser monos devorados por fieras, comenzaron a comer carroña, creció su cerebro,
fueron andando en dos patas, se juntaron alrededor del fuego, tallaron la piedra, fundieron el hierro, fundaron la familia,
aprendieron a nombrar lo que les rodeaba, inventaron esa frecuencia de ondas combinada con matemáticas que se hace llamar música,
las celebraciones con el vino y luego la poesía, los edificios de piedra, que según ellos eran para estar cerca de sus dioses.
Es que tienen tanto esmero por descubrir que son especiales.
Descubrieron que la tierra da alimentos, y se quedaron en un sitio, para construir ciudades, templos y en su afán
por defenderse de los que no compartían sus ideas de creación fundaron la guerra y la guerra fundó naciones,
las naciones fundaron el orgullo, y al orgullo también lo llaman honor para no sentirse poco, porque en el fondo saben
que son tan pequeños en el inmenso río de cuerpos celestes. Temen dormir para siempre y se inventan otra vida.
También tienen a sus poetas, que son los que más conversan contigo y conmigo en búsqueda de respuestas,
esos peligrosos hechiceros que hacen que tú y yo queramos de vez en cuando, bajar como ya lo hicieron otros astros,
bajar un rato, a conocer la sabiduría de las pasiones que hace a los humanos seguir enamorados.
¿Qué le contará la luna al sol?
Me pregunto yo
¿También hablarán de fútbol? ¿O se contarán cosas de glaciares, hongos, montañas y mares?
El libro tinto para charlar con el que no vino | Quetzal Noah
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January 19, 2021
EL FIN DE LA ETERNIDAD QUETZAL NOAH (POEMA)
EL FIN DE LA ETERNIDAD
El crepúsculo entró en la habitación y corrí hacia la puerta
posé mi parpado sobre la perilla
…no creerás lo que vi
el fin de la oscuridad
comenzaba con una implosión
la luz se cansó de curvearse
y salía en distintas direcciones
de ella se condensaban diminutas partículas
desconocidas para mi enjuto vocablo
solo sé que no eran tardígrados
ni quarks
vi nacer una estrella gigante
creía que era la única
pero se fueron dispersando
no las podía contar
salían por millones
cada trillonésima de segundo
después vi surgir la materia
estaba inerte
su lugar en la infinidad del tiempo
parecía reservado
y una chispa surgió
¿será eso
lo que llaman el ánima?
y cuerpos de roca y carbón
viajaban en ese espacio
apenas iluminado
chocaban y giraban
después escuché una voz
decirme:
este será tu planeta.
Yo no lo elegí.
Era el fin de la eternidad.
Sobre la banca del parque | Quetzal Noah
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January 7, 2021
ELON MUSK ¿EL NUEVO MESÍAS?
Me gustaría citar una parte de la Biblia que habla del momento sobre el fin de los tiempos, dice algo así como que cuando se acerquen veremos señales en el cielo y la tierra. Si bien sabemos, que científicamente el Apocalipsis al que nos enfrentamos tiene que ver más con el aumento de la población, la crisis del agua, el calentamiento global, el hambre y las próximas migraciones de ciento de especies incluyéndonos a nosotros por la subida del nivel del mar y la sequía de miles de ecosistemas. Tenemos años tomando “conciencia” del calentamiento global, sin embargo, he visto que han aumentado los coches en las ciudades en los últimos años en lugar de las bicicletas, los ídolos de los jóvenes siguen promoviendo la vanidad excesiva que lleva a ese consumismo que nos está aniquilando: comprar y comprar prendas poco durables para estar a la moda, al parecer dejar de usar popotes no es una alternativa inmediata ¿estamos viviendo en nuestra burbuja como si nada pasara? ¿seremos capaces de actuar a destiempo? Tal parece que ya no, que hemos cavado nuestra propia tumba, sin embargo, queda una esperanza, alguien que se ha estado preparando para nuestra inminente catástrofe y ese es el señor multimillonario Elon Musk quien hace pocos años fundó Spacex una empresa que aparte de promover el turismo espacial busca llevar la primera colonia humana a Marte. Él mismo ha declarado que la mitad de su dinero (y vaya que tiene bastante) está destinado a ayudar a grandes problemas del planeta como el paso hacia energías renovables, y la prolongación de nuestra civilización, así como la supervivencia de las especies en Marte. Al ver sus actos no dejó de pensar que tiene una influencia directa de Carl Sagan que por cierto es influencia de Neil Degreasse a quien vimos en varios episodios en la Teoría del Big Bang, Sagan decía que en lugar de dedicar la investigación científica a producir armas que terminaran por destruirnos los líderes mundiales deberían enfocar los recursos en buscar la forma de habitar otros planetas porque probablemente este sea nuestro único hogar en el cosmos y no sabemos cuánto podría durarnos. Elon Musk ha tenido esta visión que tal vez muchos esperábamos, pero quién nos podría escuchar si no tenemos dinero ¿será genuino su interés en llevarnos a la humanidad a habitar de forma pacífica otro planeta para no cometer los errores que nos han llevado a dividirnos? ¿estamos frente a una nueva oportunidad de expandir nuestra raza y comenzar a contactar con otras civilizaciones? ¿será Musk el monarca absoluto de Marte? Imagino que en unos miles de años, si sus misiones se vuelven un éxito, no dudo que exista el culto a Musk como el hombre que salvo a miles de hombres y que un día ha de regresar en otra forma, así como Quetzalcóatl, Buda, Jesús o cualquier otro que ha sido llamado Mesías. Sin duda a Ray Bradbury le habría encantado presenciar este acontecimiento.
QUETZAL NOAH
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January 5, 2021
ENAMÓRATE DE TU VIDA QUETZAL NOAH
Enamórate de tu vida.
Deja que aquello que hace vibrar a tu corazón,
aquello que harías sin que te pagaran,
aquello en lo que eres bueno
te lleve y dé las señales del camino.
aquello que al hacerlo
hace un poco más felices a ti y a otros.
Enamórate de tu vida.
Hasta en el más mínimo detalle
no imaginas la incalculable belleza
que habita en todo fenómeno
cuanto te rodea
desde ese canto de pájaros
que se oyen junto a tu ventana,
de la música en el micro,
la taquería, y esa brizna
entre las hojas
sonando como a dulzura.
Enamórate de tu vida.
Nadie más podrá hacerlo por ti.
Hazte suspirar entre libros,
dedícate poemas
y canciones que te pongan
la piel chinita
del cuello hasta el dedo
más pequeño del pie.
Enamórate de tu vida.
Partiendo desde tu existencia.
Imagina el universo formándose
Para que tu existieras,
respiraras y tuvieras conciencia
de este momento
sin credos
sin temores
sin fronteras.
Enamórate de tu vida.
Hay tantos detalles y regalos
para ti en ella
como para resistirte.
Mágico y ebrio, Quetzal Noah
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