Edilberto Aldán's Blog, page 80

November 10, 2013

El tercer personaje

Envoltorio de papaya El tercer personaje


A la esperaEl enfoque impositivo y moralizante de las campañas de lectura está condenado al fracaso, no veo cómo la idea de ser “mejor” pueda resultar atractiva para nadie, en especial para los más jóvenes, me cuesta trabajo reconocer aliciente alguno en la promesa de los libros como objetos que harán de los hombres mejores personas (cualquier cosa que eso signifique); debe ser que no considero la lectura como una práctica educativa, sino como un ejercicio de placer.Con esa perspectiva, entre las muchas cosas que se pueden decir de la lectura, es que es un aliado en la búsqueda de la inmortalidad. No conozco lector que no tenga una lista de libros que le gustaría leer, a los que crea que debe acercarse. Los hay quienes hacen listas, casi todos vamos acumulando en una pila los libros que pronto, algún día, vamos a leer; esas torres van creciendo y creciendo, acumulamos títulos con la idea de que el tiempo nos va a alcanzar para llegar a esas páginas, acumulamos sin tomar en cuenta a la muerte, con la esperanza de que en algún momento podamos llegar a ese libro que un día nos urgía leer y que a la semana siguiente ya le impusimos otros cuatro títulos arriba, tras visitar la librería, ese volumen va quedando más y más abajo, sin embargo, no se pierde la fe en que el día de lectura le ha de llegar.
Despertar el deseoEntre los títulos que componen mi pila de libros por leer estaba Un drama de caza, la primera novela de Antón Chéjov; compré el libro no sólo por ser Chéjov, la edición que hizo la Universidad Veracruzana en la colección Sergio Pitol Traductor, fue una recomendación inevitable, una garantía por la experiencia que ya había tenido con otras obras que el autor de El arte de la fuga había traducido.En estos días tendré que leer esa novela, lo que la trajo a la parte más alta de la pila de libros fue, otra vez, Sergio Pitol, el sexto ensayo de su libro más reciente (El tercer personaje. Ediciones Era, 2013) está dedicado al título de Chéjov, tras leer la recomendación sentí la necesidad de ir a ese libro, encontrar el placer que Pitol narra se hizo indispensable, pero seguí con el volumen de ensayos, el cual incluye el texto “Ordenar, destruir”, sobre la obra de Vicente Rojo.Escribe Pitol sobre Códice de Vicente Rojo: “Todo ha vuelto a quedar clasificado. Pirámides y volcanes se alinean clara y apaciblemente. El fuego se ha extinguido. Pero la paz recuperada dista mucho de ser la de los sepulcros. ¡El demiurgo puede sentirse satisfecho! Sigue existiendo un ritmo. De la luz y el color se desprenden una vibración precisa y delicada”… párrafos antes, caracteriza otras de las series de Rojo: México bajo la lluvia y Escenarios. Al terminar el texto me invadió el mismo impulso de leer a Chéjov, tenía que volver a ver la obra de Rojo.
Después del silencioOtra cita de El tercer personaje: “entiendo y comparto el apotegma de Wittgenstein. No hay nada mejor que el silencio cuando se trata de explicar una obra de arte. Pero al escritor, sobre todo al poeta, le está destinado un campo amplísimo de acción: su imaginación”. Eso era, lo que la lectura de Pitol logra es ofrecer la oportunidad de acceder al deseo, salir del mutismo desde el que se admira la obra y, al compartir, avivar el deseo de repetir la experiencia estética, o bien, animar hacia la novedad del placer.Un drama de caza está ahora en lo más alto de la pila de libros, en el caso de Vicente Rojo, ya he pasado un buen par de horas navegando en internet viendo algunas de sus obras, pero lo mejor es que he recordado el placer de recorrer Paseo de la Reforma caminando entre la instalación de algunas de sus esculturas, también la emoción sin palabras de estar frente a uno de los cuadros de México bajo la lluvia; en mi lista de pendientes me he impuesto como obligación buscar alguna exposición e ir.Ahora, atosigo a mis amigos comentando mis lecturas, no sólo eso, inevitablemente la conversación se desvía hacia Chéjov o Vicente Rojo, de ahí se bifurca, como formas de coral se extiende y ramifica, de un autor a otro, de un cuadro a más artistas… Me queda claro que eso ocurre cuando se comparte el placer, al rendirse a las dulzuras del diálogo que no tiene más propósito que presentarle al otro lo que a uno lo ha maravillado.
Algo personalUno de los motivos que ha hecho todavía más placentera la lectura de los textos de El tercer personaje es que me ha permitido descubrir lo que me molesta de quienes hoy intentan imponer su visión de lo que la cultura tiene que ser en Aguascalientes, por qué se vuelve algo personal llevar la contraria a esos grupos que declaran públicamente su empeño en hacerse de la dirección del IMAC, o el otro grupo que vende las actividades del ICA como la panacea para sacar de la miseria cultural a los aguascalentenses, es simple, ninguno intenta compartir, ambos quieren imponer, no sólo eso, hasta el momento no ha habido ninguna propuesta de cómo formar públicos.Compartir el placer es una estrategia para formar esos públicos. Acercar la obra y un intermediario a quienes optan por el entretenimiento banal, para que exponga los motivos de su gozo. Un tercer personaje al que motive el gozo, que lo mueva la satisfacción de conversar sobre lo que le ha hecho la obra, cómo ha cambiado su mundo, cómo ha enriquecido su realidad… en la medida que ese tercer personaje tenga la oportunidad de un auditorio al cual contarle su experiencia estética, no desde el pedestal de huacales del experto con título, sino desde la imaginación, no con la intención de adoctrinar sino de comunicar su visión, será posible despertar en el otro el anhelo de descubrir lo que está más allá de su entorno, ubicarse en el mundo a través de reconocer que no hay fronteras para el conocimiento, que basta escuchar, atender a quien recomienda para ampliar su percepción.No puede dejar de pensar en la función social que cumple el arte… Decir que ninguna, es evidentemente una provocación y también una forma del artista de no asumir su compromiso social, no con una ideología, no con una administración estatal o municipal, sino con quienes están a su lado. Es tan poco lo que hace falta, quizá por eso es que no se hace, no se requieren grandes instalaciones, ni recursos exorbitantes, basta con reconocer que el significado de entretener es más amplio que la simple distracción y que entre los creadores hay quienes tienen la capacidad de compartirlo. Quien crea, ese artista, no requiere de puestos públicos para hacerlo, lo que se le debe brindar es la infraestructura para facilitar el acceso de todos a su obra, su placer.
CodaLa tendencia humana de interesarse en minucias ha conducido a grandes cosas, escribió Lichtenberg, y sí. Ahí la obligación, uno de los caminos a seguir.@aldan
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Published on November 10, 2013 22:40

November 3, 2013

Imposiciones



Envoltorio de papaya Imposiciones
En el mismo lugar y con la misma genteJosé Emilio Pacheco y Joan Margarit recibirán el Premio de Poesía del Mundo Latino Víctor Sandoval, aquí, en Aguascalientes, además, en la jornada inaugural de esta reunión de poetas se entregará a Francisco Hernández el Premio Jaime Sabines-Gatien Lapointe 2013.La relación entre Aguascalientes y el Encuentro de Poetas del Mundo Latino se estrechó a partir de la institución del premio que lleva el nombre de Víctor Sandoval, el cual se entrega a dos autores, uno extranjero y uno mexicano, en 2007 se entregó al  colombiano Juan Manuel Roca y a Rubén Bonifaz Nuño; en 2008, al brasileño Lêdo Ivo y a Alí Chumacero; en 2009, al peruano Antonio Cisneros y a Hugo Gutiérrez Vega; en  2010, al español Luis García Montero y a Eduardo Lizalde; en 2011, al argentino Juan Gelman y a Tomás Segovia; el año pasado a la colombiana Piedad Bonnett y a Elva Macías.Todos esos poetas han estado en esta ciudad, en más de una ocasión, de hecho, en el Encuentro de Poetas del Mundo Latino han participado cerca de 400 poetas provenientes de más de 20 países, a la lista anterior de autores se podría agregar, con facilidad, otros 30 nombres, sin contar, la participación de los poetas nacidos en Aguascalientes. Es difícil pensar en una oportunidad similar para atender lo que esos escritores puedan decirnos sobre su obra, su visión del mundo, compartir la palabra pues.Estoy seguro que en las mismas fechas del encuentro (7 al 10 de noviembre) en algún punto de la ciudad, sino es que en más, se realizará un mega baile, de esos que no requiere de ninguna promoción en los medios de comunicación, pues la posibilidad de bailar hasta que el cuerpo aguante, sea el ritmo que sea, está por encima de los mecanismos habituales de difusión, no sólo no los necesita, incluso los desdeña.Durante esos días, también estoy seguro, por el Festival de Calaveras, habrá más de tres o cuatro ofertas de actividades culturales, quiero creer que para todos los gustos, y si la fiesta en homenaje a Posada no satisficiera el amplio rango de criterios, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes ofrecerá uno de sus conciertos de temporada, los museos seguirán abiertos, los centros de animación cultural continuarán con su desigual oferta, desde clases de macramé y danza regional hasta los insustituibles ciclos de cine, cuya programación es fácil de criticar si se hace desde la capital y sin considerar las dificultades de acceso a entretenimiento si se vive en un municipio como El Llano o Cosío o Tepezalá.
Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbrePara apuntalar esta idea de la variedad de la oferta cultural en Aguascalientes, se puede echar mano del reciente Encuentro de Ensayistas de Tierra Adentro en el CIELA Fraguas y la existencia de una (sí, sólo una) revista institucional de cultura, al mismo tiempo que se enumeran otras tantas expresiones que no pertenecen a la “alta cultura”, las pequeñísimas galerías que comienzan a surgir sobre todo en el centro, los bares y antros también del primer cuadro de la ciudad, las obras de teatro en el circuito comercial y los intentos por transformar otros foros en sitios adecuados para las puestas en escena, los jóvenes que cada fin de semana se apropian de espacios como el complejo Tres Centurias, el Museo de la Insurgencia, el trabajo que realizan promotores culturales en Pabellón de Arteaga, los clandestinos raves que se organizan por Calvillito, los torneos deportivos de barrio y los partidos de beisbol llanero…Hay que ser un imbécil (en su acepción literal) para acusar que la entidad sufre de “impermeabilidad cultural”… bueno, tampoco hay que ser muy inteligente para usar como metáfora una imagen que cuadra mejor a un fontanero y así caracterizar el estado de la cultura. También hay que ser muy imbécil para transcribir la agenda de actividades deportivas, recreativas y culturales para realizar una oda a la trascendental labor (titánica e incomparable, agregaría el redactor de comunicados oficiales) que realizan las administraciones estatal y municipales para llevar la cultura a todas partes; no, tampoco Aguascalientes es la Atenas de la República, variedad no significa riqueza, que las autoridades transformen la oferta cultural en las tertulias que harían en la sala de su casa o que califiquen la exhibición de réplicas como el paso indispensable para convertir la entidad en “referente cultural a nivel nacional”, es también muestra de una escasez de inteligencia y buen criterio.
Conservadores y populacherosEl conservador deplora el intercambio de ideas, los conceptos y valores estéticos del otro son una amenaza para el sistema cerrado en el que vive, ponen en peligro el puño de afirmaciones de su acervo intelectual, generalizando, es el tipo que finge éxtasis ante la interpretación de una pieza de Bach, propone acotar la lectura sólo a los clásicos, frunce la nariz ante las expresiones populares y se inventa un linaje extranjero cuando sus apellidos son Pérez, García o Prieto; por supuesto, la versión juvenil de estos conservadores son aquellos que hacen de la cultura pop su religión, siempre y cuando estas manifestaciones sean de Estados Unidos, Inglaterra o Francia.En esta improvisada categorización, los populacheros son quienes defienden a capa y espada la banalización de la cultura, los que presumen de vivir el pulso del pueblo en materia de entretenimiento y desdeñan sin conocimiento cualquier expresión que provenga de la tradición, que pueda ser calificada como patrimonio de una elite. Lo suyo es la masa, el ruido. Tienen en la punta de la lengua la justificación inmediata para legitimar todo aquello que se oponga a la cultura libresca, y si es posible agregar cierta preocupación por la naturaleza, la ecología, mejor. Son la encarnación del buenpedismo y la corrección política. Si los del primer grupo se refugian en la academia, los populacheros han encontrado su sitio perfecto como asesores de los gobiernos y convertido “pan y circo” en oferta de actos masivos. Están ahí, cerca del oído del gobernante para susurrarle que nada como llenar una plaza para ser querido por el populo, qué más da que sea un “artista” en franca decadencia o de una calidad cuestionable, llenará el butaquerio.Los extremos, invariablemente, se tocan. Ambos grupos levantan la mano y se ofrecen para salvarnos a todos nosotros, pobrecito público, que no sabe lo que requiere, lo que su cuerpo y espíritu necesita para estar mejor, para aprender a disfrutar de la vida.
UróborosDragón o serpiente, conservadores o populacheros, buenpedistas o cultos, los extremos siempre acaban por tocarse y llevar a un esfuerzo inútil, eterno, de constante batalla en el que ninguno de los extremos propone crear audiencias, generar públicos diversos y, desde los gobiernos, cumplir con la función primera, que es hacer asequible para todos todas las expresiones.Los extremos defienden las poquitas concepciones hechas que tienen sobre la cultura con tal ferocidad que logran engañar y convierten en joyas invaluables su gusto adquirido, pero eliminan la posibilidad de discusión, porque de lo que se trata es de imponer su visión cultural, no el diálogo incluyente.El tema da para muchas líneas más, debería estar en la agenda local. El cambio de administración en los municipios, la necesaria consolidación del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura, la indispensable revisión de lo que realiza el Instituto Cultural de Aguascalientes y, por supuesto, la obligación del Estado en esa materia podrían ser el punto de partida para deshacer el nudo en que se empeñan quienes hoy exigen ser tomados en cuenta para dirigir las instituciones culturales. No el gusto particular, la necesidad colectiva.
CodaDoble cita, a manera de conversación:Y no veo razón alguna por la cual la decadencia de la cultura no pueda continuar y no podamos anticipar un tiempo, de alguna duración, del que se pueda decir que carece de cultura.T.S. EliotAl fin y al cabo, muchos, por estar profundamente hundidos en la infelicidad, son felices en el fondo.Thomas Bernhard@aldan
Publicado en La Jornada Aguascalientes
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Published on November 03, 2013 21:13

October 26, 2013

Dispuesto a perder



Envoltorio de papaya  Dispuesto a perder


Nunca es la respuesta, sino la pregunta, la que incendia el edificio Edmond Jabès. En su blanco principio.
ExtraviarseEn el reciente Encuentro de Ensayistas de Tierra Adentro que tuvo como sede Aguascalientes, en la conferencia inaugural que Mauricio Montiel dictó en el CIELA Fraguas, proponía que escribir ensayos permitía al escritor extraviarse, definió al género como la oportunidad de permitirse un paseo por las zonas más diversas del conocimiento humano; por supuesto, hizo referencia a Montaigne para señalar que el origen del ensayo tiene como punto de partida la deriva por el interior de sí mismo.Extraviarse como propósito entonces; perturbador objetivo porque implica estar dispuesto a perderse, cuando todo indica que lo que se necesita es fijarse un punto de llegada, hallar una solución a algo. Para agregar elementos a la inquietud que provoca la definición, Montiel finalizó proponiendo que el ensayo más que dar respuestas, ayuda a afinar las preguntas.
EficientarProponer que el ensayo permite afilar las preguntas pareciera un contra sentido cuando todo demanda encontrar soluciones, y pronto; cuando nos hundimos en la urgencia de señalar que todo lo que hacemos se realiza de la manera más eficiente y eficaz. Definir así la tarea de escribir un ensayo, condena ese ejercicio a no ser tomado en serio, ¿para qué escuchar al otro si sólo va agregar dudas a mi discurso?, ¿para qué si lo que se requiere es solucionar?Cuando la realidad impone que el país, nuestra relación con el otro, no requiere más diagnósticos, que no es necesario darle más vueltas, tomar un sendero con la posibilidad de perderse pareciera que no es la mejor opción; es perder el tiempo.
DiscutirDe vez en cuando, aunque parezca grosero con el lector o una artimaña para alargar un texto, vale la pena acudir al diccionario para aclarar la forma en que usamos una palabra, discutir por ejemplo. Hoy que nadie quiere discutir porque implica una desavenencia, incluso se llega a confundir con una pelea que si no es bien llevada terminará en el uso de la fuerza para imponer una razón.De discutir, el diccionario propone una primera acepción que disipa este carácter violento, pues se emplea cuando dos o más personas examinan atenta y particularmente una materia; de hecho, proviene del latín discutĕre, resolver.Hemos olvidado que resolver nuestras diferencias es un arte, el de la conversación, nos sentimos tan obligados a solucionar como una forma de imponer nuestra razón, es decir, ganar a toda costa, que por todos los medios evadimos la discusión, y con ello, la posibilidad de atender exhaustivamente las razones del otro.La corrección política y achacar a la discusión un carácter necesariamente violento, logran un efecto contrario cuando se requiere llegar a una solución, obsesionados con la idea de solucionar, confundimos llegar a buen puerto con tener la razón. Nos encanta decir: Te lo dije… Yo sabía; no hay nada más placentero que imponer nuestro punto de vista, sin importar el resultado.Además, así se gana tiempo, así se acortan distancias.Pero quizá lo más grave de la decisión de evitar la discusión a toda costa, más allá de la necedad de la corrección política, es que nos impide colocarnos de frente al otro y pedirle su reflejo como una forma de analizar lo que pensamos, creemos, sentimos, pues nada nos deja tan desnudos que el escrutinio, nada nos evidencia más que la palabra ajena. Define Octavio Paz en Piedra de sol:—¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?,¿cuándo somos de veras lo que somos?,bien mirado no somos, nunca somosa solas sino vértigo y vacío,muecas en el espejo, horror y vómito,nunca la vida es nuestra, es de los otros,la vida no es de nadie, todos somosla vida —pan de sol para los otros,los otros todos que nosotros somos—,soy otro cuando soy, los actos míosson más míos si son también de todos,para que pueda ser he de ser otro,salir de mí, buscarme entre los otros,los otros que no son si yo no existo,los otros que me dan plena existencia,no soy, no hay yo, siempre somos nosotros
Pero lo hemos olvidado, no queremos ser nosotros, queremos tener razón y relegamos al otro al papel de un verificador que nos indica que estamos bien. No queremos perdernos, no estamos dispuestos a perder, de ahí los oídos sordos, de ahí la necesidad enferma de la confirmación a través del nombramiento oficial, del reconocimiento en papel, de la invitación o el premio. Nos interesa quedar bien, esa es la obsesión.

CodaPedro Alonso, vecino del señor Quijana, atiende extrañado el discurso con que se le explica que por la belleza de Dulcinea del Toboso, Don Quijote ha hecho, hace y hará los más famosos hechos de caballería que se hayan visto, ven y verán en todo el mundo. El labrador, explica Cervantes, conoció así que su vecino estaba loco, así que detiene la arenga y le explica que él no es ni Don Rodrigo de Narváez, ni el marqués de Mantua; aclara también a quien le habla que no es ni Valdovinos, ni Abindarráez, que simple y llanamente es el honrado hidalgo señor Quijana.—Yo sé quién soy –respondió Don Quijote–, y sé qué puedo ser.Y sí, hace falta, saber quién se es y qué se puede hacer, no hay otra manera de dialogar y así, inclusive, ganar perdiendo.
@aldan
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Published on October 26, 2013 14:41

October 19, 2013

Selfies

Envoltorio de papaya Selfies

MultitudesEn la presentación de las más recientes antologías de autores de Aguascalientes (Contorno del agua, narrativa y Contorno del fuego, poesía) a un lado del escenario se dispuso de una coqueta mesa para exhibir los volúmenes editados por el Instituto Cultural de Aguascalientes; poco antes de que iniciara la larga y aburridísima sesión de intervenciones donde los presentadores aprovecharon para hablar de sí mismos todo el tiempo que pudieron, me llamó la atención la cantidad de gente que se arremolinaba alrededor de la coqueta mesa, por un momento, apenas un instante, creí que eran compradores de libros, lectores que interesados en conocer el estado actual de la literatura de Aguascalientes, curiosos que a través de esos tomos se enterarían de quién sí y quién no es postulado para el canon literario de la entidad… Iluso, me equivoqué.Sobre la coqueta mesa se abalanzaban los mismos que están incluidos en los contornos de agua y fuego, los generosísimos antologadores decidieron que el mejor momento para repartir un ejemplar a cada autor incluido era ese, el de la presentación. Ya con los libros en mano los autores se dispersaron por el patio de la Casa de la Cultura, la mayoría aguantó estoico los primeros cinco minutos, después comenzó el discreto mutis.Me califico de iluso porque pensé que podían ser lectores, quienes al obtener el libro legitimaban el propósito de la antología: llevar a los ojos la obra de los autores seleccionados: pero no, sólo éramos autores verificando que sí estábamos incluidos, el público qué.
Mira mamá, sin manosUna asociación de arribistas celebra que su blog lleva varios años en la red, organizan un encuentro al que presentan pomposamente como el evento no va más de la cultura en Aguascalientes. Astutamente, titulan las actividades con adjetivos pomposos para darle seriedad al asunto, generan una campaña como para atraer al público interesado, cuando lo cierto es que se trataba de mesas redondas donde ellos hablaban de ellos mismos. A lo largo de la jornada se prodigaron elogios mutuos, eso sí, ordenadamente, en la mesa uno el Diletante A caravaneaba al Diletante B; en la mesa dos, el Diletante B enalteció los talentos del Diletante C, quien a su vez, en la mesa tres, realizó el panegírico del Diletante A; por supuesto, en la mesa de conclusiones, participaron todos los diletantes en una bonita coreografía de grupo corearon que eran lo máximo. ¿Importa?, por supuesto que no, todos tienen derecho a formar su sociedad de elogios mutuos, además, no fue con dinero público, y si lograron engañar a los patrocinadores, pues habrá que reconocer su poderosísima labia. Un detalle nada más, ese evento al que hoy se refieren estos arribistas como el no va más de la cultura local no tuvo público, así como se turnaban para elogiarse, subían y bajaban del escenario para acomodarse en las butacas y ser su propio público; en este caso las fotografías no mienten, en la mesa de clausura había más ponentes que asistentes en la sala.
DesencuentrosLa próxima semana Aguascalientes será sede del Encuentro de Ensayistas de Tierra Adentro, esta actividad ya ha generado una ridícula polémica. No, no se trata de una discusión acerca de los contenidos del programa, del estado actual del ensayo en México o la calidad de las ponencias, se trata de un penoso: quítate tú, para ponerme yo. Quienes se quejan de la organización cuestionan no los criterios con que fueron seleccionados los invitados a exponer o de qué van a hablar, chillan porque no se les invitó a estar en la mesa.Los argumentos para reclamar el no haber sido incluidos en el Encuentro, bien podrían servir para generar una discusión en torno a qué es ser ensayista, qué significa que provengan o pertenezcan a Tierra Adentro, qué es el ensayo y cuál es su estado en el panorama literario regional o nacional… pero no, esas serían ideas para atraer al público al diálogo, en el berrinche por la exclusión sólo hay una profunda falta de autoestima intelectual, un grito desesperado que busca afecto y ser reconocido por los organizadores, demandan que se les postule desde el programa oficial como ensayista.¿Qué es un ensayista? Antes que la definición me viene a la mente la obra de Montaigne, Bacon, Luigi Amara, Alfonso Reyes, Sergio González Rodríguez, Christopher Domínguez Michael, David Huerta, Octavio Paz, Julio Ortega, George Steiner, Sergio Pitol, Juan García Ponce, Fernando Benítez, Carlos Monsiváis, Salvador Novo, Gabriel Zaid… La memoria desordenada por las filias podría seguir llenando renglones, pero de lo que estoy seguro es que en la definición no entran quienes esgrimen que publican un artículo semanal en un periódico o periódicamente comparten sus cuitas a través de un blog; es posible que esté equivocado, pero ¿a eso le vamos a llamar obra?
En el mismo lugar y sin la misma genteLos Contornos del fuego y Contornos del agua se presentaron en la Feria del Libro de Aguascalientes, creo que de ahí no pasarán; en la misma Feria, la conferencia de clausura estuvo a cargo de uno de los poetas mexicanos más brillantes: Jorge Fernández Granados, lamentablemente, con una escasa asistencia, no por culpa del autor de Los hábitos de la ceniza, en general así les fue a quienes se presentaron durante esos días, sin importar la calidad de su obra, el resplandor de su discurso o la importancia de su presencia, el público de Aguascalientes no responde, no hemos logrado interesarlo y no le interesa. Contadas son las actividades literarias que logran convocar a más de una decena de asistentes.¿Las instituciones tienen la culpa?, por supuesto, pero también el público que prefiere la basurita enajenadora, aunque en este caso, lo que me interesa subrayar es la responsabilidad de quienes participamos en estas actividades como organizadores o ponentes, pues siempre nos escudamos echando la piedra a los otros, cuando en el fondo, nuestra actitud corresponde a la banalización de las artes, donde lo que importa es el nombre, el autor, no la obra, no el texto.Lo que une a estas escenas (la antología, el club de elogios mutuos, la Feria, el Encuentro) es un desapego absoluto de los autores por llegar al público, por convocar, sólo nos interesa el reconocimiento inmediato, somos como mascotitas que buscan la palmada.Podríamos, sólo por proponer, discutir si quienes están en las antologías representan el estado actual de la literatura en Aguascalientes; esgrimir a través de nuestros articulitos las ideas sobre el ensayo o sobre los méritos de un autor o grupo para ser leído o no; las posibilidades de cambio a través de la influencia que se puede tener en los lectores… podríamos, pero no lo vamos a hacer, en el fondo, somos el imbécil con un smartphoneque asiste a un concierto para tomarse un close up del rostro, una selfie. Nos encanta decir Yo estuve ahí, en qué, quién sabe, pero Yo estuve ahí.
CodaHay quienes censuran a los hombres el perseguir en demasía las cosas futuras y les exhortan a atenerse a los bienes presentes, puesto que no tenemos sobre lo que ha de venir sino un poder incluso mejor que sobre lo pasado. Quienes así opinan dan en el más común de los humanos errores, ya que de error califican una cosa a que la misma naturaleza nos encamina para servir a la continuación de nuestra obra; y además, graban en nosotros una imaginación falsa, más ganosa de nuestra acción que de nuestro conocimiento.Así comienza “Nuestros afectos nos llevan más allá de nosotros mismos”, el tercer texto de los Ensayos de Montaigne. Habría que leerlo.@aldan
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Published on October 19, 2013 15:26

October 5, 2013

Elogio de la distracción / Envoltorio de papaya





Elogio de la distracciónVariam semper dant otia mentemPocas cosas me parecen más productivas que la distracción. En “De la ociosidad”, Michel de Montaigne cuenta que una vez que decidió que su tiempo sólo lo dedicaría a pensar, se refugió en casa en busca del aislamiento necesario para que sus pensamientos pudieran concentrarse, tomar un sendero único y agotarlo, sin embargo, ocurrió lo contrario, sin una rienda que lo ciña, indica citando a Lucano: “El espíritu se extravía en la ociosidad, engendrando mil ideas diferentes” (Variam semper dant otia mentem).El ocio es productivo, por supuesto, si se emprende la misma tarea que Montaigne, quien al darse cuenta de que sin brida los pensamientos se lanzaban “desordenadamente en el vago campo de las fantasías”, no tuvo más remedio que ponerlos por escrito; ahí está la clave.Nuestra época es un campo fértil para la distracción, con el conocimiento infinito y las bibliotecas multiplicándose tan a la mano, a sólo un clic de cualquier smart phone deberíamos estar engendrando esas miles de ideas con que nos distrae el luminoso guiño de un enlace.

Ensoñaciones vacuas e inconscientesSin embargo, esa misma época, el entorno que nos obliga a rendir todo esfuerzo a la eficiencia y a la eficacia (sin importar que en el fondo la mayoría no sepamos cuál es la diferencia entre un término y otro), hace cada vez más difícil seguir el impulso de Montaigne y rendirse a la distracción, abrazarla. El simple hecho de elogiar la posibilidad de tomar un sendero distinto al que nos propusimos suena a herejía, es apostar a salirse del reporte, perder valiosísimos minutos, perder de vista el objetivo.En uno de los maravillosos capítulos de Moby Dick el ritmo de las olas mece a un muchacho y lo hace perderse en una “opiácea vaguedad de ensoñaciones vacuas e inconscientes”, pierde su identidad y deja que de su alma se adueñe el profundo e infinito mar... A lo largo de varias páginas Melville se dedica a narrar la ensoñación de ese marinero al que cada aleta que surge sobre la superficie del agua semeja la encarnación de esos pensamientos elusivos que se deslizan a través de él. Muchos párrafos adelante, Melville le dedica otro vasto capítulo a una distracción, a los múltiples blancos del mar. Lo que comenzó como la descripción de la obsesiva persecución de la gran ballena blanca, el impulso autodestructivo del capitán Ahab, se ha trasladado a otra parte, seguimos arriba del Pequod, pero ya no escuchamos a Ishmael, hace muchas páginas que ni siquiera aparece Queequeg el caníbal o Daggoo o el piel roja; Herman Melville nos ha llevado a otra parte... y creo que nadie puede quejarse, nadie podría reclamar que se ha desviado de la trama principal, que nos está contando otra cosa, porque decidirse por esos senderos, transitarlos, detallarlos, es saber contar.

Contar historias, otra vez“Esta historia me gusta. ¿Podrías llamarme cada cuatro o cinco días y contarme otra parecida?” cuenta Jonathan Franzen que le pidió David Foster Wallace poco antes de sumirse por completo en un estado de angustia y dolor que, al final, llevarían al suicidio al autor de La broma infinita.Franzen ya no tuvo oportunidad de contarle una versión más de la historia que le gustaba a Foster Wallace, una que desembocaba en la decisión de no dejarse llevar por la pesadumbre, hacia la destrucción, y que finalizaba remarcando que “su mejor literatura estaba por venir”.Pienso en el dolor del autor de Las correcciones las muchas ocasiones en que tomó el teléfono y no le devolvieron la llamada, en todas las versiones de esa historia que ya no alcanzó a escuchar Foster Wallace; no lamento (porque es inútil) las novelas que no escribió el autor de El rey pálido, más bien resiento que los cuentos que le había preparado Jonathan Franzen es posible que ya no alcancen nuestros ojos.Y me distraigo en esta escena porque fue una puerta que se abrió cuando estaba determinado a intentar probar que la mejor lectura es aquella que logra hacer de la distracción un arte. Que es ahí donde se cumple la intención del autor, cuando el lector se abandona a las ensoñaciones vacuas y descubre que mirar de reojo permite descubrir los otros caminos; que lo que hermana novelas como Rayuela, Los detectives salvajes o La vida: instrucciones de uso es, precisamente, que las conforma un andamiaje que facilita andar por escaleras sin una señalética molesta que indique que es el camino correcto; son edificios en los que se puede habitar abriendo y cerrando puertas, andando pasillos, sin esperar que alguien indique cuál es el destino obligado.

Coda Me distraje sí. Y me distraigo en estas historias porque mi intención original era... no importa, ya escribí el elogio. Ahora, aprovecho esta salida para agradecer a Mauricio Bares, dedicado editor de Nitro Press (www.nitro-press.com) el haberme incluido en la antología 2013 de Lados B, muchas gracias. Un honor.

@aldan
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Published on October 05, 2013 20:18

September 28, 2013

Que pase la desgraciada / Envoltorio de papaya


Estas ruinas que ves
En la reunión de evaluación más reciente del gobierno federal, miércoles 25 de septiembre, se realizó un conteo de los daños provocados por el huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel: 146 muertos; 35 heridos; 53 desaparecidos; 58 mil personas evacuadas; 29 mil en albergues; se ha declarado en emergencia a 312 municipios; más de 600 mil hectáreas de cultivo tienen pérdida total; 43 mil escuelas han suspendido clases; 2,150 escuelas han sufrido daños…El riesgo de enlistar estos daños es minimizarlos; me queda claro que apuntar que más de 830 mil personas se quedaron sin servicio de luz eléctrica no siempre ayuda a dimensionar los niveles de la catástrofe; ni siquiera mencionar que por la magnitud de la tragedia se instaló el Comité Nacional de Emergencias (que agrupa a todas las dependencias federales para coordinar su trabajo en este tipo de emergencias), lo que no se había hecho en más de 25 años. ¿Cómo lograr transmitir las proporciones de la tragedia para impulsar la solidaridad entre la ciudadanía?, porque al final de eso se trata, ¿no?, cuantificar para informar y saber qué están haciendo los gobiernos federal, estatales y municipales. Entonces, ¿cómo?, no a través de cifras, la televisión sabe mejor las fibras que al público le gusta que le toquen: el morbo y la cursilería.
Agárrense de las manosLas televisoras pueden difundir la información sobre la catástrofe, pero saben que a nadie le interesa, lo que su público requiere es la transmisión en vivo y en directo de la tragedia, nada tiene más raitingque alguien con el agua hasta la cintura; la entrevista con algún damnificado incapaz de articular palabra alguna por el llanto; al amparo de la frase que dicta que una imagen dice más que mil palabras, la televisión hace su negocio.A ese tipo de televidente, que es la mayoría, lo atrapa a través de la explotación del morbo, y para hacer que intervenga, participe, se solidarice, adorna la tragedia con cursilería, golpes y fondos musicales “dramáticos”, entonaciones engoladas, escenas que se repiten una y mil veces en las que se difunden las bondades de la participación, la alegría infantil al recibir una despensa, la sonrisa blanquísima de una estrellita de telenovela que carga una caja… por supuesto, se elabora un tema musical, bajo el esquema de We are the world, we are the children, para poder tararear mientras se depositan dos o tres pesitos en la cuenta bancaria en ayuda de nuestros hermanos y, sí, en el fondo es eso, sentir que hemos lavado nuestra conciencia.¿Está mal? No lo sé, no importa, mientras llegue la ayuda, mientras se impulse ese espíritu solidario, considero, el empleo de esos métodos es lo de menos. Si la masa requiere que le canten “agárrense de las manos, unos a otros conmigo, si ya encontraron su amigo, juntos podemos llegar donde jamás hemos ido” para ver al otro y ayudar, sea pues.El riesgo de la explotación del morbo y la cursilería para estos propósitos (eso también lo saben la televisión y los gobiernos) es que reducir a la buena vibra y el buenpedismo las acciones de solidaridad impiden ver más allá de la transmisión en vivo y directo de la tragedia; básicamente te obligan a no pensar, al urgir a la acción, desplazan para un después que nunca llega la necesaria reflexión sobre por qué pasan las cosas.
¿Y yo por qué?Por la banalización de la tragedia y el reemplazo del análisis por la urgencia de la acción es que se multiplican los casos como el del alcalde de Acapulco, Luis Walton, que mientras Manuel azotaba al puerto, él veía tranquilamente una pelea de box, para días después levantarse de hombros y decir “nunca pensamos que el fenómeno fuera de esta magnitud”. Por eso mismo Andrés Manuel López Obrador puede hacer la siguiente repartición de culpas: “No fue negligencia del gobernador (Ángel Aguirre) ni del presidente municipal, (Luis Walton), vamos a ver de arriba hacia abajo. Primero Televisa y Milenio y  Peña. Hay un sistema nacional para evitar desastres”; peor todavía, se cobija en un paranoico descubrimiento del boicot: “No voy a contrariar a los que llevan víveres para los damnificados. Pero pueden usarlo de pretexto para que no lleguemos (al Zócalo de la Ciudad de México), ojalá y para entonces, aunque falta mucho, ya todo lo que está enviando Soriana llegue”.Y sí, sí es posible que sea todavía peor, al final, el secretario de Gobernación ante la pregunta directa de si se abrirá una investigación para determinar la responsabilidad de los diferentes niveles de gobierno sobre la omisión de las alertas o si no fueron emitidas a tiempo, Miguel Ángel Osorio Chong, reduce el asunto a que se trata de demostrar cómo cada quien cumplió con lo que tenía que cumplir, ¿cómo?, “el procedimiento es que cada quien dé la cara”. Sí, otra vez la responsabilidad de la rendición de cuentas y la transparencia reducida a una hombrada, a que sean hombrecitos y asuman su responsabilidad.
Naco es chidoNo puede obviarse en el recuento de la banalización de la tragedia, que el televidente prefiera lo cursi y alimentar su morbo, la reyerta entre Laura Bozzo y Carmen Artistegui. La periodista, de la mano de periodistas de Proceso, evidenció cómo la conductora de Televisa monta el show caritativo y cómo emplea recursos públicos para fingir su solidaridad; eso es todo, algo que ya sabemos, pero que despertó la ira de los abajofirmantes de siempre, que de forma innecesaria han salido a defender a Carmen Aristegui en contra del furor con que la señorita Laura le gritoneó:“¿Sabe cuál es la diferencia entre usted y yo? Es que yo me embarro hasta acá de lodo, que yo arriesgo mi vida por este país que es mío, porque yo me siento más mexicana que cualquiera, amo este país, le debo la vida y daría mi vida por este país. Usted en su escritorio”, fue la línea principal de “argumentación” de Laura Bozzo, que remató con un reto ramplón: “Yo soy de pueblo, como usted dice bien naca, bien de pueblo pero amo a esta gente, soy la voz de esta gente y no voy a permitir que me insulte y se lo voy a probar porque acá tengo las imágenes donde grabé las toneladas de cajas que bajamos”.Otra vez, el asunto se vuelve una cosa de machitos, de a ver quién la tiene más grande, a quién quieren más, quién las puede. No cabe duda que la señorita Laura sabe su negocio, hace saltar las fibras del televidente común al buscar el amparo de la virgencita, al señalar que ella si se enloda.Lo que no deja de llamar la atención, es la reacción de los fans de Carmen Aristegui, ¿necesitaban que la periodista revelara los montajes de Laura Bozzo?, por supuesto que no, pero se sorprenden como si esa no fuera una constante en la televisión mexicana y, lo peor, es que su rechazo se queda en muestras de xenofobia.La indignación de los fans de Carmen Aristegui, por el método y las palabras que eligen para cuestionar a Laura Bozzo, se encuentran en el mismo lado que el morbo y la cursilería, sólo que con tintes de odio e irracionalidad; otra vez, se pasa por alto el quid del asunto, ya no se trata de clarificar el uso de recursos públicos, de lamentar la forma en que se juega con la tragedia de miles, de lo que se trata es de expulsar del país a la conductora de teledramas porque es tonta, fea, peor aún, peruana. Sin argumentos, se pasa al ataque personal y en ese nivel, no hay nada ya qué hacer.
CodaObnubilados por la necesidad de ser buena onda y estar en sintonía con la buena vibra, se subraya el aspecto más terrible de la tolerancia, más que el respeto a las ideas o actitudes del otro, las reacciones se basan en remarcar la diferencia con el otro. Para el diálogo necesario no basta proclamarse tolerante, es indispensable pensar en la integración. Dejar en respeto a la diferencia nuestra actitud, básicamente es lo mismo que pintar una raya para que el otro no pase, para que el otro no nos toque, no nos mezclemos, por tanto, no se le reconoce como interlocutor.@aldan
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Published on September 28, 2013 12:45

September 23, 2013

Presentación de Así se acaba el mundo en la Feria del Libro de Aguascalientes

La presentación de Así se acaba el mundo en la Feria del Libro de Aguascalientes:






Y aquí http://www.lja.mx/2013/09/compilan-cuentos-de-escritores-mexicanos-sobre-el-fin-del-mundo/ la nota de Tania García publicada en La Jornada Aguascalientes:

Así se acaba el mundo. Cuentos mexicanos apocalípticos es el libro que reúne 19 cuentos de escritores mexicanos“El resultado merece o podría estar en sus ojos, son autores que se dedicaron a contar el fin del mundo tal y como ellos lo sentían” comenta Edilberto AldánLa profecía del fin del mundo existente en diversas religiones y culturas, pero sobre todo aquella de la civilización maya que fijaba el 21 de diciembre del 2012 como el día apocalíptico, ha reunido a escritores mexicanos que a través de sus cuentos exponen esta idea.Así se acaba el mundo. Cuentos mexicanos apocalípticos es el libro compilado por Edilberto Aldán, que comprende 19 cuentos de escritores mexicanos que reflejan su visión de qué sucedería si se acabara el mundo.En entrevista para La Jornada Aguascalientes, Joel Grijalva, escritor, editor y en esta ocasión presentador del libro en el Foro Anita Brenner en la 45 Feria del Libro de Aguascalientes, señaló que el fin del mundo no refiere a la destrucción del planeta, sino el final de aquellos que conciben el planeta y crean un mundo; “al finalizarse el mundo, es la historia de las personas, la historia de la humanidad, en ocasiones coincide con la del planeta”.Destacó que lo más atractivo es cómo los personajes reflejan las posibles reacciones en el final del mundo, en donde se encuentran historias desde los más sobresaltados como aquellos contemplativos.“Es muy interesante porque hay historias de muchos estilos diferentes e incluso el mundo acaba de maneras muy distintas en cada una de las historias. Hay ocasiones en que el mundo se termina cuando alguien muere, hay ocasiones en que el mundo acaba de manera apocalíptica medio hollywoodesca, con lluvia de meteoritos”.Edilberto Aldán, escritor y quien reunió las obras de Así se acaba el mundo. Cuentos mexicanos apocalípticos, expresó que la selección de los participantes fue a partir del gusto como lector de juntar a grandes escritores en una misma pieza.“El resultado merece o podría estar en sus ojos, pues al no responder a ningún criterio de eres un buen escritor, naciste en la Condesa o naciste después del 85, son autores que se dedicaron a contar el fin del mundo tal y como ellos lo sentían”.Por su parte, Raquel Castro, autora de uno de los cuentos compilados, aseguró que fue un tema muy atractivo para escribir, “poder crear personajes que tengan más probabilidades que yo para el caso del fin del mundo”, comentó entre risas que fue una experiencia muy interesante, que incluso la inspiró para escribir tres cuentos.La escritora mexicana ilustró que obras como ésta pone en perspectiva no sólo el fin del mundo sino también el abismo en el estilo de vida, por lo que nos lleva a la reflexión la dependencia a las comodidades de la cotidianeidad “somos más vulnerables a que se nos acabe la comodidad tan apapachadora que tenemos”.Escritores como Alberto Chimal, Isaí Moreno, Arturo Vallejo, Miguel Cane, Óscar Luviano, Alejandro Badillo, entre otros, forman parte del libro Así se acaba el mundo. Cuentos mexicanos apocalípticos, el cual se puede encontrar en la editorial SM de la Feria del Libro de Aguascalientes.
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Published on September 23, 2013 11:29

September 21, 2013

Envoltorio de papaya/Que me hace tu maldad feliz


Elogio de la mentira
En el prólogo a “Kathie y el hipopótamo”, Mario Vargas Llosa define el teatro como ficción y, de nueva cuenta, elabora una defensa de la importancia de la mentira para el escritor:“Mentir es inventar, añadir a la vida verdadera otra ficticia, disfrazada de realidad. Odiosa para la moral cuando se practica en la vida, esta operación parece lícita y hasta meritoria cuando tienen la coartada del arte. En una novela, en un cuadro, en un drama, celebramos al autor que nos persuade, gracias a la pericia con que maneja las palabras, las imágenes, los diálogos, de que aquellas fabulaciones reflejan la vida, son la vida. ¿Lo son? La ficción es la vida que no fue, la que quisiéramos que fuera, que no hubiera sido o que volviera a ser, aquella vida sin la cual la que tenemos nos resultaría siempre trunca. Porque, a diferencia del animal, que vive su vida de principio a fin, nosotros sólo vivimos parte de la nuestra”.Escribo, de nueva cuenta, porque una revisión somera de Vargas Llosa del autor de La ciudad y los perros permite descubrir que esta “defensa” de la mentira es una constante, de su libro La verdad de las mentiras tomo el siguiente párrafo, que fácilmente podría ligarse con la cita anterior:“Las mentiras de las novelas no son nunca gratuitas: llenan las insuficiencias de la vida. Por eso, cuando la vida parece plena y absoluta y, gracias a una fe que todo lo justifica y absorbe, los hombres se conforman con su destino, las novelas no suelen cumplir servicio alguno. Las culturas religiosas producen poesía, teatro, rara vez grandes novelas. La ficción es un arte de sociedades donde la fe experimenta alguna crisis, donde hace falta creer en algo, donde la visión unitaria, confiada y absoluta ha sido sustituida por una visión resquebrajada y una incertidumbre creciente sobre el mundo en que se vive y el trasmundo. Además de amoralidad, en las entrañas de las novelas anida cierto escepticismo. Cuando la cultura religiosa entra en crisis, la vida parece escurrirse de los esquemas, dogmas, preceptos que la sujetaban y se vuelve caos: ése es el momento privilegiado para la ficción. Sus órdenes artificiales proporcionan refugio, seguridad, y en ellos se despliegan, libremente, aquellos apetitos y temores que la vida real incita y no alcanza a saciar o conjurar. La ficción es un sucedáneo transitorio de la vida. El regreso a la realidad es siempre un empobrecimiento brutal: la comprobación de que somos menos de lo que soñamos. Lo que quiere decir que, a la vez que aplacan transitoriamente la insatisfacción humana, las ficciones también la azuzan, espoleando los deseos y la imaginación”.

Miénteme másSiempre me ha llamado la atención esta defensa de la mentira que hace Vargas Llosa, me parece que la justifica el antagonismo que en la ficción existe entre verosimilitud y veracidad, que abona a desanudar entuertos y colocar en su lugar a quienes exigen a una novela o un cuento que refleje la realidad tal cual. Cada aportación que hace el autor de Conversación en la catedralla persigo gustoso pues sé que voy a coincidir y enriquecer la batería de argumentos necesarios para escribir lo que me gusta escribir. De hecho, por eso suelo establecer en mis perfiles públicos que me gusta contar mentiras. Sí, lo disfruto, quiero ser un mentiroso profesional.Lamentablemente, por la labor que realizo todos los días, esta defensa de la mentira se suele confundir con la razón de ser de un periódico. No ha faltado quien desdeñe el esfuerzo que se hace desde las páginas de este medio señalando que quien da salida a la información es un mentiroso. No hay mucho que hacer ahí, quienes lo señalan no suelen rebasar el primer impacto del título, tampoco leer más allá de las primeras líneas. Además, si al final se trata de complacer al lector, como gancho no está mal, es como decir aquí, público hipócrita, te damos lo que quieres.Creo que a todos nos gusta escuchar historias (lo he escrito en otras ocasiones) y las mejores historias son las que tienen como fundamento la mentira (tal como la caracteriza Vargas Llosa), sin embargo, esa sed de historias, lo que el público exige a los medios, fácilmente se desvirtúa porque el lector confunde objetividad y veracidad, le pide a los reporteros que se ponga de su lado, siempre y cuando esa coincidencia refleje que está de acuerdo con los prejuicios de quien lee.“No somos uno, no somos cien, pinches medios, cuéntennos bien” es la consigna que me ha perseguido durante toda la semana, ahora que en Aguascalientes los maestros se animaron a tomar la calle y protestar contra la Reforma Educativa; y como necesitan un cómplice del mal encarnado que es el gobierno, eligieron a los medios de comunicación. Para quienes han estado gritando que los contemos bien, quienes recogen las noticias, quienes las difunden, básicamente, somos patiños de los poderes fácticos que los quieren exterminar.Tenemos tanto miedo de quedar mal con la masa, que los medios asumimos la culpa y al asentir, aceptamos el papel que los inconformes nos dan. Hoy salí a contar manifestantes, y no, no eran uno, tampoco eran cien, mis pobres cálculos me dieron la cuenta de 150, pero al escribirlo ya los estoy disminuyendo y me hago acreedor a sus acusaciones sin fundamento.¿Para qué quieren los manifestantes que los contemos bien?, ¿para que el día de mañana se publique que son muchos?, ¿que llenaron la plaza?, ¿que desbordaron las calles? Cuantificar así una manifestación es la manera más pobre de presentar un argumento, justo porque se toma cantidad y no calidad; justo porque se parece a las “razones” con que hace poco el obispo de la ciudad defendió la corrupción del ex gobernador, lo perdona porque sólo robó poquito... Contar manifestantes se ha transformado en una forma más de apoyo, quienes difundimos las noticias estamos obligados a sobre valorar la cantidad y no las razones por las que alguien protesta.Nos piden pues, que contemos mentiras, y los periódicos, aunque la realidad política indique lo contrario, todavía no son ficción, o no deberían.

CodaEste remate es una invitación, hoy sábado, en la Feria del Libro de Aguascalientes, Raquel Castro presenta su primera novela Ojos llenos de sombra, la autora de la columna “País de maravillas” estará a las 16:00 horas en la Casa de la Cultura, no falten; y si pueden, el domingo, a las 17:00, quien esto firma, junto con Raquel Castro y Joel Grijalva, estarán presentando el libro Así se acaba el mundo, una antología de cuentos mexicanos apocalípticos. Será un placer conversar ahí.@aldan
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Published on September 21, 2013 09:46

September 14, 2013

Fulgor inasible / Envoltorio de papaya



Envoltorio de papaya Fulgor inasible

ChilangoDebido a la ciudad en que nací, no tengo ningún problema para entender a quiénes refiere, qué hacen y dónde, los tipos que aparecen en los siguientes versos: “Pachuco cholos y chundos / chichinflas y malafachas / acá los chompiras rifan / y bailan tibiri tabara”; por la edad que tengo sé que no es una canción de Café Tacuba y que el autor es Jaime López; por las mismas razones, no me genera ningún problema existencial si la quesadilla que pedí va con o sin queso; sí en cambio, me confunde cuando preguntan si nací en México, siempre es lo mismo, contesto que soy del DF y me devuelven un: por eso, en México.Con el tiempo he aprendido que no tiene caso enredarse en esas discusiones, levanto los hombros: aja, sí, los chilangos somos estúpidos que piden quesadillas con queso y a la menor provocación bailamos al ritmo de la Sonora Matancera; mientras que el resto del país le llame México al Distrito Federal lo aprovecho para hacer una referencia a On the road de Jack Keoruac, cuando Dean Moriarty le explica a Sal Paradise que la única diferencia entre las carreteras mexicanas y las estadounidenses es que los señalamientos están en “kilómetros y señalan la distancia que falta hasta Ciudad de México. ¿Te das cuenta? Es la única ciudad de todo el país, todo señala hacia ella”.También con el tiempo he dejado de hacer esa referencia, porque al señalar la anécdota le doy argumentos al otro para que subraye cuál es el principal problema de los chilangos, según los no nacidos en la Ciudad de México: que nos creemos el ombligo del mundo. Así que vuelvo a levantar los hombros, sólo que en esas ocasiones lo hago pensando en que si Kerouac lo escribió, algo de razón debe tener... ah, la soberbia chilanga.Por mi condición defeña soy incapaz de distinguir ese orgullo por la patria chica que, según los otros, nos define. No veo que a alguien nacido en la delegación Cuauhtémoc, Benito Juárez o Miguel Hidalgo, se le inflame el pecho porque su código postal empieza con 06 o a la menor provocación defienda que los problemas de tránsito más bonitos del mundo son los del cruce entre Reforma e Insurgentes. Tampoco me siento obligado a irle a los Diablos Rojos o a los Pumas porque son los equipos de la capital (de hecho, nunca digo La Capital), ni siento que traiciono mis raíces si me pongo una playera de los Rayados o las Chivas. Supongo que no soy un chilango común (ya le llamo chaskas a los esquites) y por eso no distingo esas expresiones de amor a la patria chica en los defeños, quizá no las tenemos, quizá la soberbia que dicen nos caracteriza se manifiesta en otros aspectos. Yo no los veo. Quizá es que sabemos que uno no elige dónde nacer, que simplemente, ahí nos tocó, como escribió Carlos Fuentes citando a Alfonso Reyes: “en la región más transparente del aire”.Y sin embargo, lo siento, el DF sí es el centro del país. ¿No?, basta leer las noticias, el desalojo del Zócalo de la Ciudad de México es la nota nacional, a eso me refiero, cualquier discusión al respecto merecerá mi levantamiento de hombros.
Alta traiciónQue la toma del Zócalo de la Ciudad de México y su “liberación” mantenga en vilo a miles es una muestra de que son los otros los que cargan al chilango de soberbia; lejos de la ciudad en que nací, no puedo darle mayor importancia al asunto si tomo el argumento de la autoridad para “liberar” la plaza; el día de ayer, horas y horas de transmisión fueron dedicadas no a la disidencia magisterial, porque ese no fue el motivo, sino al secuestro del espacio donde se realiza la “la celebración más importante de todos los mexicanos”, palabras del secretario de Gobernación.Ayer, el tema, reitero, no fue la protesta contra la Reforma Educativa, sino la defensa del derecho de los mexicanos a celebrar la Independencia atendiendo el grito del Presidente desde el balcón de Palacio Nacional. Incluso el secretario Miguel Ángel Osorio Chong, en su elogio del operativo policiaco con que desalojaron a los de la CNTE subrayó que lo motivó la necesidad de “liberar” la plaza para la realización del Grito, para que miles y miles puedan celebrar la noche mexicana frente a la Catedral Metropolitana y al día siguiente el paso del desfile militar.Cada año se repite la historia, cada año alguna organización, algún político, por supuesto, un redentor de los mexicanos, toma el Zócalo por estas fechas y negocia con la autoridad para dejarlo libre para la pachanga. El público somos espectadores de una película aburrida de la que ya sabemos el final; sólo que en esta ocasión, el gobierno no había insistido tanto en vender la idea de que defiende a “todos los mexicanos”, ni ha opuesto el derecho de manifestación en contra parte con el legítimo deseo de reventón, eso sí, elevado a derecho constitucional.¿Qué pasa si no se celebra el Grito de Independencia en el Zócalo? ¿La verdad? Nada, absolutamente nada y su cancelación, por ejemplo, llevaría a un análisis serio de las causas por las que la plancha capitalina está tomada.La reacción de quienes defienden a los manifestantes, los revolucionarios de Facebook y guerrilleros de Twitter, sobre todo, ha sido igual de patética que la actitud de la autoridad. Hoy la propuesta es la frase “vacío lo quieren, vacío se los dejaremos. No asistas al Grito”. ¿En serio?, ¿eso es para lo que alcanza?En los días siguientes lo que veremos, es la multitud de todos los años asistiendo a los festejos, miles y miles y miles gritando “¡Viva México!”, sin importar si es Peña Nieto el que jala la campana; otros tanto miles aplaudiendo con enjundia el paso de los bomberos, sin considerar si el jefe de gobierno es Miguel Mancera; pero, como ir en contra de quienes ejercen su derecho a la fiesta, al final, es ir en contra de la voluntad del “pueblo”, pues tendrán que buscar otro argumento para explicar las razones por las que la multitud asiste a esas “fiestas cívicas”.Y así, perderemos la oportunidad de discutir si lo que defienden los de la CNTE son privilegios o derechos, si es una reforma laboral o educativa, si…
CodaNo amo mi patria.Su fulgor abstracto    es inasible.Pero (aunque suene mal)    daría la vidapor diez lugares suyos,    cierta gente,puertos, bosques de pinos,    fortalezas,una ciudad deshecha,    gris, monstruosa,varias figuras de su historia,    montañas-y tres o cuatro ríos.José Emilio Pacheco.@aldan
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Published on September 14, 2013 00:10

September 13, 2013

El elefante en la habitación / Envoltorio de papaya

Envoltorio de papaya   El elefante en la habitación
EmoticonesEn relación a la columna de la semana pasada (Bullshit), el primer comentario que recibí fue del editor del suplemento Autonomía, quien me indicó que había olvidado señalar que la nota firmada por Meredith Artley en The Onion era una broma, a Francisco Trejo le pareció que era indispensable señalar que era un sarcasmo. No lo hice, no lo consideré necesario y si no fuera indispensable contextualizar la respuesta que Artley, a través de Twitter, remitió a la página de internet… no lo haría; subrayar que algo es un chiste, considero, demuestra una confianza absoluta en la capacidad del lector. Si no funciona, es culpa del autor, si funciona es un mérito de quién te lee, cualquier observación que se haga para pedir la limosna de una sonrisa equivale a poner un emoticón al final de una frase para distinguir el tono en que se está queriendo comunicar algo, o bien para expresar la emoción que acompaña a esas palabras.Un ejemplo de ese uso del emoticón sería escribir: Vete a la mierda  :p. Cuando lea eso, debo suponer que los dos puntos son unos ojos y la p una boca que saca la lengua en señal de broma, que la sentencia no es definitoria sino un juego; otra versión de la misma frase es GFYS… ntc, es decir: go fuck yourself… No te creas.Confieso que soy un discapacitado para el uso de los emoticones, por varias razones, la principal es que, a pesar de que la velocidad del intercambio que permiten las nuevas tecnologías, me niego a rendirme a esa síntesis, para lo que tenga que decirle al otro, bastan las palabras (frases completas, soy un necio, lo sé); además, el ingenio que demuestran quienes combinan diversos signos de puntuación y letras para establecer una emoción compleja, regularmente me desconcierta, sigo sin poder desarrollar la capacidad de traducir un signo de mayor en un ceño fruncido, así que pierdo más tiempo tratando de descifrar que >:( significa que alguien está enojado y así logro echar a perder la intención del otro.
DesmarcarseEn el texto de la semana pasada cité lo que The Onion hizo escribir a Meredith Artley: “No dude en llamar estúpida mierda, porque todos sabemos que eso es: estúpida mierda. Lo sabemos y lo sabes. También sabemos que usted (el lector) es lo suficientemente tonto o aburrido, o ambos, para hacer clic en esa estúpida mierda de todos modos, y que va a seguir haciéndolo, cada vez que lo pongamos delante de sus largas caras tontas”. Sigo sin ver la necesidad de señalar que es una broma, porque sí creo que ese es un mal de nuestro tiempo, lo haya o no escrito la responsable de los contenidos de CNN.comDe hecho, tengo la sospecha de que la misma Artley está de acuerdo con esa frase, pues su respuesta a The Onion fue una sucinta aclaración: “Yo no escribí esto... Pero acepto todos elogios y niego todas las acusaciones”; se lo tomó a broma pues, a diferencia de otros personajes públicos, en vez de demandar al medio, eligió reírse y, el que se ríe se lleva, porque no desmintió que darle un espacio inusitado a una bailarina, actriz, cantante o lo que sea que se contorsionó lúbricamente en una entrega de premios sea resultado de que a los lectores, a muchos, les gusta la basura o están muy aburridos. Cuando tienes que rendirte al imperio de la banalidad, es difícil desmarcarse de tal opinión. Eso es lo que suscribo y por eso cite a The Onion. Tú lector, nos dejas sin argumentos para intentar hacer un periodismo mejor y nosotros, quienes trabajamos en los medios, estamos aterrados ante la posibilidad de salirnos de nuestra zona de confort; siempre es más sencillo acusar de censura a los gobiernos, inventarse poderes fácticos, decisiones empresariales que alimentar con historias al público, formarlo.
Círculo viciosoLa confusión entre la crisis de los medios impresos con la crisis de contenidos inteligentes, dignos, que cumplan con la función social de los medios de comunicación ha sido el tema de esta columna en las últimas semanas, de nuevo de disculpo por mi insistencia; creo que una colaboración en un medio como La Jornada Aguascalientes debe ser una invitación al diálogo, no la perorata desde el pedestal de huacales.Hablar una y otra vez sobre el tema es resultado de la necesaria discusión de nuestra realidad, volver a la misma canción producto de que todos los días aumenta el número de textos que evidencian su intención de conseguir un Me gusta en Facebook sin importar que en su elaboración no se haya realizado la mínima investigación sobre el tema que se trate, o bien, en el afán de conseguir seguidores, se exalte la banalidad. ¿Ejemplos?, diariamente nos enfrentamos a ellos, basta echarle un ojo a nuestras primeras planas, a la atención que se dedica a un partido de futbol, al rudo intercambio de opiniones porque el América le ganó a los Pumas o la facilidad con que se envilece una palabra al considerar “tragedia” que la selección nacional de futbol haya perdido contra la de Honduras; puedo seguir acumulando muestras, no vale la pena, en el fondo, sería una señal de que también he fallado como lector, pues dedico demasiado tiempo a desentrañar qué importancia puede tener que se haya operado la cara Alejandro Fernández o dónde resbaló José José.
CodaAgradezco a Francisco Javier Chávez Santillán su atenta lectura de los Envoltorio de papaya; también a quienes en la página de Facebook de La Jornada Aguascalientes se han tomado el tiempo de colocar un comentario, pero sobre todo a quien me llamó intelectual de mierda, porque comprueba mi teoría de los analfabetas funcionales. @aldan
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Published on September 13, 2013 23:52