Silvia Zuleta Romano's Blog, page 15
February 6, 2020
Por qué me cuesta leer el español rioplatense
Seguimos hablando de cómo usa el español el escritor expatriado y a qué dilemas se enfrenta a la hora de escribir. Concretamente, quiero contarles qué me pasa con el español rioplatense. Si te perdiste la primera parte, puedes leerla acá.
Les comentaba que estoy a la búsqueda de algún referente. De alguien para quien la forma y los adornos del lenguaje no sean una prioridad. Alguien que se disponga a crear un artificio. Algo que no es natural, desde luego, pero que se pone al servicio de la historia. Y de pronto, todo esto me hace acordar a dos cuentistas rioplatenses que más o menos buscaban eso[1].
Los cuentistas y el español
Uno de ellos es Roberto Artl y el otro es Horacio Quiroga. ¿Qué tienen en común estos dos autores rioplatenses?
Que no lo parecen.
Y pienso que por qué los autores que más me gustan son
los que menos argentinos parecen en el habla. Entiéndanme, son muy rioplatenses
en sus historias e incluso en las palabras pero hay una especie de español
neutro que suma más que restar. Es como si la lengua se volviera invisible y
diera paso a la verdadera historia.
Para muestra un botón. Miren como narra Roberto Artl
“-¿Cuál es tu plan?
No conviene aun que te lo comunique. Ah, tendrás que
embriagarlo a tu marido. Ser amable con él. ¿Entiendes?Sí. Lo harás beber. Y cuando esté profundamente dormido,
me llamas. “ (p.445)[2]”
En sus cuentos Artl no vosea y usa un lenguaje
excesivamente culto para la época. Un idioma neutro. No parece argentino y la
historia, en efecto, podría ocurrir en cualquier país.
El mismo tono se aprecia en Quiroga. No se trata de que no usen léxico local. Es una forma de narrar que escapa al localismo (no hablo de los temas que trata sino a la forma en que los trata). De alguna manera, hace que la historia sea la protagonista. Pero hay otros autores que buscan esa elegancia y minimalismo en el lenguaje de otra manera. Quieren escapar del español rioplatense. Veamos.
Traducir para despojarse de los adornos del lenguaje
Haruki Murakami cuenta en De qué hablo cuando hablo de escribir (ed. Tusquets) que el primer capítulo de su primera novela Escucha la canción del viento la escribió en inglés. En sus palabras:
“Es verdad que traduje el primer capítulo de mi
primera novela del inglés al japonés (…). Lo que pretendía en realidad era
conquistar un estilo neutro y dinámico que me permitiese moverme con libertad y
en el que todo lo superfluo quedase eliminado. (p.51)”
Pola Oloixarac va más allá. En su última novela Mona (Random House, 2019), se sirve de un personaje peruano que está en un país en donde no se habla castellano y en donde está rodeada de extranjeros. Todo para justificar ese alejamiento del español rioplatense que tanta memoria personal tiene.
“Me encantó escribir así porque no quería escribir en
argentino, no quería escribir prosa rioplatense porque no la soporto. De hecho
empecé a escribir la novela en inglés y luego la traduje y ahí encontré otra
manera de escribir. En un momento me di cuenta de que me faltaba la lujuria del
castellano, la aventura de la imaginación que no para. Podía jugar a cierta neutralidad y trabajar
con el castellano desde otro lugar, no desde el lugar de origen, de la historia
o de la memoria (…)”[3].
Leer también transforma la literatura
No sé si llego al extremo de Pola pero la literatura argentina contemporánea tiene algo que genera un poco de rechazo. Es como escuchar un doblado en argentino. Y trato de preguntarme por qué ese rechazo a lo propio. Más que rechazo es una incomodidad. Un hormigueo que aparece a veces y que veces se va. En realidad, pienso que no es rechazo a lo propio, es un rechazo a la forma de narrar lo propio. Puede que el mismo léxico tenga una carga potente. Como un karma jodido que no puedo traducir en palabras. Es una incomodidad física. Sonora. Como la constatación de que algo no anda bien. El asunto es que esa disonancia tiene más que ver conmigo como lectora que con los escritores porque ese ruido me hace a mí como rioplatense y, capaz que no, a un español o a un sueco que aprendió español en México. Lo cual significa que el arte se transforma cada vez que es consumido o experimentado.
Volviendo a mi novela creo que la cosa se me complica. No tengo ni idea dónde tengo que situar la historia. Quiero que no tenga importancia pero al mismo tiempo tengo que agarrarme de algo de contexto.
Y mientras tanto, sigo preguntándome cómo cambia y se transforma y se moldea y se ensancha y se enriquece el español rioplatense fuera de sus fronteras.
¿Cómo resuelven este problema los expatriados? ¿Y los lectores?
¡Te espero en los comentarios!
Para leer más
Por qué me cuesta leer el español rioplatense
El uso del español en el escritor expatriado
Sobre las dudas estúpidas del escritor
Salir y entrar de la habitación propia: pensamientos por el día de la madre
La soledad y los escritores: algunas reflexiones en torno al espíritu gregario y el oficio de escribir
[1] Hablé de ellos en Siete
cuentos argentinos que no puedes dejar de leer.
[2] Cuento La pluma de ganso. En Cuentos
completos. Ed. Seix Barral. 2017
[3] Fuente:
El
cultural.
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January 28, 2020
El uso del español en el escritor expatriado
Hay temas que en la vida de un escritor que son recurrentes y uno de ellos es el uso que hacemos del español los que no vivimos en nuestro país. El escritor expatriado tiene que lidiar con ese reinventar la rueda cada vez que se sienta a escribir porque el que escribe en su tierra, no puede imaginar otra forma de narrar que la suya propia en cambio los que vivimos en otro país nos vemos interpelados por una lengua que se narra de muchas formas. Porque el español en el escritor expatriado no es ni de allá ni es de acá. Es algo nuevo.
Buscar al narrador omnisciente
Ya en Construir una novela: sobre los localismos y el español neutro hablé sobre los dilemas a los que me enfrenté cuando escribí Los absurdos.
Hace aproximadamente cinco meses, me puse a escribir la
que será mi cuarta novela. Me está llevado un proceso de documentación
importante que requerirá bastante trabajo y al comenzar ya a poner los dedos en
el fango me encuentro con que tengo que tomar decisiones importantes como
Dónde situar la novelaCuando situar la novelaDe qué forma deben hablar los personajes.
En muchos casos, el lugar puede determinar la forma de
hablar. Eso es cierto pero siempre habrá un narrador omnisciente que no
necesariamente tiene que hablar como se espera que hable el personaje.
Me pasa lo siguiente.
Estoy contando una historia en donde el lugar de origen de los personajes no es relevante. Es decir, quiero evitar los localismos. Quiero alejarme del contexto y situarme en un terreno que no quiero que sea ni España ni Buenos Aires porque no es importante para la historia.
¿O sí?
Entonces, ¿cómo elijo a los personajes? ¿Los hago
argentinos? ¿Los hago españoles?

Si la narración está contada en primera persona, esto
se soluciona fácilmente porque te vuelcas con una sola forma de ver el mundo (la
del personaje).
¿Pero qué pasa cuando necesitas un narrador omnisciente
que esté a la altura?
Llevo en torno a quince años en España y como hablo de una manera que no es ni español ni argentino, eso sin duda se traslada a la escritura. Y eso me lleva a tener que hablar de los cuentos que escribo.
Las revistas literarias y el español
Como algunos saben, suelo publicar relatos en revistas literarias y en general no suelo tener problema con el léxico. A veces, me salen en español de España y a veces en rioplatense. El contexto manda. Y estas publicaciones están tan acostumbradas a recibir relatos de todo Iberoamérica que, en este sentido, funcionan como una comunidad única. Como un solo país que comparte una lengua y que al mismo tiempo tiene regionalismos como los tiene cualquier nación.
Sin embargo, me sucedió algo curioso hace poco.
Una publicación española (que no voy a nombrar porque es pa’ quilombo) en la que solía publicar me corrigió varias palabras, diciéndome que en España no se entendían.
Ok, pensé. Eso significa que van a publicar mi texto.
Obviamente, el editor manda. Y por supuesto, accedí a esos cambios. (Hacía poco
la revista Tierra Adentro
que es mexicana, me pidió permiso para adaptar algunas palabras al léxico mexicano.
Por supuesto que accedí.)
El asunto es que esta publicación española que me
corrigió varias palabras que consideraba que no se entendían en España, no
publicó finalmente el relato.
Me quedé sorprendida.
No porque no me publicaran, un escritor está
acostumbrado a eso, sino porque se tomaron el trabajo de corregir mi léxico y
mandarme un mail solo para darme una lección.
Yo no necesito que me den lecciones de habla española
porque vivo en España.
Y si escribo en argentino es porque quiero hacerlo. Luego
el editor decide lo que quiere publicar. Son las reglas del juego.
La conclusión de todo y a lo que quería llegar es:
acepto que me corrijan si me publican.
Si no, NO.
Obvio, no estoy hablando de lectores beta, profesores,
críticos literarios o lectores de a pie. Me refiero a los editores tanto de
libros como de revistas.
Dicho esto, me encuentro ante un dilema. Mi habla es un híbrido. Como muchos escritores expatriados mezclamos los términos y eso, en definitiva, es lo que quiero mostrar con mi literatura pero, aun así, no sigo teniendo claro qué debo hacer en el caso de la novela que me ocupa.
Y entonces, vuelvo mi mirada a los otros. ¿Qué están haciendo otros escritores expatriados?
LA SEMANA QUE VIENE, LA SEGUNDA PARTE.
Para leer más
El uso del español en el escritor expatriado
Sobre las dudas estúpidas del escritor
Salir y entrar de la habitación propia: pensamientos por el día de la madre
La soledad y los escritores: algunas reflexiones en torno al espíritu gregario y el oficio de escribir
¿Es fácil escribir una novela corta? Reflexiones desde la trinchera
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January 22, 2020
Una historia de brujas, medicina y feminismo (2)
Seguimos hablando de los temas que nos interesan. Y esta vez más que nunca las brujas, la medicina y el feminismo siguen siendo tema de conversación en este blog. Si te perdiste la primera parte, puedes leerla acá.
La enfermería y la mujer que cuida
Hubo solo un territorio que se fomentó entre las mujeres por parte de la clase dominante: el de las enfermeras. Ese rol requería austeridad, sumisión y, sobre todo, elegancia. Porque el atuendo de las enfermeras siempre era impecable, femenino y, para algunos, terriblemente sexy. No podemos olvidarnos de la entrañable película Meet the Fockers protagonizada por Robert de Niro y con Ben Stiller en el papel de un enfermero que recibe todo tipo de perrerías por parte de su suegro. No entra en la mente de nadie que un hombre se dedique a eso. Apenas se ven maestros de escuela. Y aunque esto esté cambiando sigue habiendo algo que aleja a los hombres de los trabajos peor pagados que, casualmente, son los de cuidados.
Pasan los años y creo que este libro no envejece. es verdad, hemos avanzado pero sigo pensando que las que más han avanzado han sido las mujeres blancas de clase media de algunos países. Seguimos siendo una minoría. Y al final, me toca pensar que el dinero tiene mucho que ver en esta ecuación. Aun así, algunas cosas quedan claras después de haber leído este libro y, por supuesto, después de haber vivido y escuchado historias. Veamos.
Brujas, medicina y feminismo: sigue habiendo una estrecha relación
El
sexismo en el sistema de salud no es producto del azar. Un ejemplo es la
violencia en el ámbito del embarazo y parto en muchas instituciones públicas y
privadas. La extensa bibliografía al respecto da cuenta de un fenómeno que
trasciende fronteras. Incluso ya empieza a haber abogados y plataformas
especializadas en violencia obstétrica[1] que no dudan en
calificarla como una forma de violencia de género. El
enemigo está en todo un sistema socioeconómico que permite y alienta que el
hombre siga ocupando muchos más cargos de responsabilidad que las mujeres.
Actualmente, en muchos hospitales ya son mayoría las doctoras pero cabe
preguntarse cuántas de ellas ocupan cargos importantes[2].El
oficio de la enfermería extiende la opresión de la mujer que ya existía en la
casa. Esto se refleja en las cifras de mujeres colegiadas como enfermeras. Por
poner un ejemplo, en 2017 más del 80% de las enfermeras colegiadas de España
eran mujeres.
Hay una mirada interesante en Barbara Ehrenreich que atraviesa
todas sus obras. Y es la crítica a una forma de feminismo que es usada desde el
capitalismo para cambiar asuntos cosméticos. En su excelente artículo ¿Puede
sobrevivir el feminismo a la polarización de clases? ella
plantea que a quien más ha beneficiado el movimiento feminista, ha sido a la
clase media. Mientras que las clases menos pudientes siguen teniendo menos
libertad para reclamar por sus derechos.
El feminismo debiera cuestionar ese “detrás de escena” de
cuidados y trabajo no pago que es imprescindible para que el sistema funcione.
Por eso, este libro es interesante casi como pieza histórica de
un movimiento feminista que tiene en el campo de la salud mucho que decir. Las
autoras nos invitan a sumergirnos en el fango de la lucha por los derechos de
las mujeres de forma inteligente, aguda y sin flirteos con un sistema que, en
cuanto nos despistamos, nos acicala, nos arrulla y nos envuelve en sus
tentadores y acogedores tentáculos.
Esta obra es un comienzo.
Para leer más
Una historia de brujas, medicina y feminismo (2)
Una historia de brujas, medicina y feminismo
La vida de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the children (2)
La vida de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the children (1)
Feminismo y lucha de clases: del activismo anticapitalista al culto a la chica Cosmo
Crédito de la foto: Joy Marino
[1] Como ejemplo, en España, la plataforma El parto es
nuestro es una de las que más activas en este asunto. En Argentina,
ya existe una Ley
25.929 de parto humanizado que contempla una serie de derechos para
las mujeres que van a dar a luz.
[2] En el año 2017 había en España más médicos
mujeres que hombres 127.979 frente a 125.817 según los datos del INE
de la última Encuesta sobre los profesionales
sanitarios colegiados. Sin embargo, son pocas las que ocupan cargos
directivos (solo el 9,6% de los colegios provinciales fueron presididos por
mujeres en 2016).
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January 16, 2020
Una historia de brujas, medicina y feminismo
Abrimos el año con un pequeño librito antiguo y bonito que les quiero recomendar. Lo leí hace unos meses y habla de algunos asuntos de los que hemos ido hablando hace algunos meses: la medicina, el feminismo y… las brujas. ¿Qué tienen que ver ellas en todo esto? Seguí leyendo y te lo cuento.
Las brujas son las primeras cuidadoras
“Pareces una bruja”, le dijo un profesor a Ame Soler,
ilustradora y autora de Somos
las nietas de las brujas que no pudisteis quemar (Ediciones B, 2019) en la que narra su
experiencia con el machismo a través de sus ilustraciones que están siendo
utilizadas en numerosas pancartas feministas.
El asunto de las brujas siempre fue atractivo. Tienen algo que
genera morbo, interés, adrenalina. La indumentaria, la estética, Halloween.
Parece que el capitalismo ha sabido apropiarse muy bien de un hecho histórico
que en realidad ha sido muy poco glamoroso.
Por eso, hoy quiero invitar al lector a hacer un viaje en el
tiempo. En el que no hay chicas cool de clase media que se ponen una camiseta
con eslóganes contra el patriarcado mientras la canguro les cuida al niño.
Buscamos otra cosa.
Un feminismo que incomode. Que sea feo. Que no caiga bajo para
llegar a las masas. Que genere ruidos disonantes.
Y para ello, nadie mejor que una veterana en el asunto como Barbara Ehrenreich y su obra Witches, Midwives & Nurses. A history of women healers[1] escrita junto a Deirdre English[2] para plasmar en pocas páginas un intento por alejarse de un feminismo que a veces no duda en retozar en la cama con algunos soldados del sistema al que quiere combatir. Nada mejor que escucharla a ella cuando queramos saber sobre feminismo y medicina.
El año pasado salía publicado el libro Causas
naturales. Cómo nos matamos por vivir más[3] (Turner Noema, 2018) y
constituía un colofón a un tema que
Barbara Ehrenreich viene tratando hace años: el sistema de salud estadounidense
y sus abusos sobre los pacientes, en especial, sobre las mujeres. Aunque el
asunto está enfocado a la realidad de ese país, muchas lecciones podemos
extraer en Iberoamérica.
¿Ha estado el sistema de salud conspirando contra las mujeres?
¿Pero de dónde viene ese interés por parte de la autora en el sistema de salud?
Los orígenes de un libro que ya es un clásico
Todo comenzó con un panfleto que fue publicado por primera vez en 1973 por The feminist Press con el objetivo de llegar a miles de mujeres trabajadoras que sentían que no se estaban respetando sus derechos en el ámbito de la salud. Mucho antes de que el feminismo se pusiera de moda y de que se hablara de asuntos como la violencia obstétrica, Barbara Ehrenreich empezó a escribir y a trabajar en este campo en el que toma una postura crítica hacia ciertas corrientes feministas liberales que NO cuestionan el sistema económico.
El libro será una excelente antesala para su siguiente obra: Por tu propio bien. 150 años de consejos expertos a mujeres (editado en español por Capitan Swing Libros en 2010, es decir varias décadas después que su versión anglosajona) que ahonda en la idea de que los expertos han tenido como objetivo limitar la libertad de las mujeres a decidir en muchos campos y con especial énfasis en el ámbito de la medicina.
¿Pero por qué nos interesa esta obra primigenia?
Porque explica algunos asuntos que atañen a las mujeres y sus derechos apelando a la historia.
Las brujas y la historia de la medicina: un origen común
En la primera parte profundiza en la historia de la caza de
brujas en Europa[4].
El disparador es una pregunta: ¿cómo perdimos las mujeres nuestra posición de
liderazgo en el campo de la sanación? Y la respuesta es clara: asociando a las
brujas con el papel de cuidadoras y sanadoras. Para ello, se remonta a la
historia de la medicina de comienzos del siglo VI en un contexto en donde no
existía una profesión propiamente dicha. Pero… ¿Quiénes cuidaban a los
enfermos?
Eran ellas.
Y es por eso que la caza de brujas se inscribe dentro de un plan
mayor de desterrar a las mujeres del rol de sanadoras. La caza de brujas fue,
de acuerdo a las autoras, el paso previo a la implantación de la profesión médica
como disciplina independiente en la que solo los hombres podían ejercerla.
Aquí, distinguimos dos etapas. Una primera en donde no existía
una profesión médica propiamente dicha. La misma era un conjunto de prejuicios
mal encarados en los que se administraban remedios no muy científicos como
sangrías o sanguijuelas. En este contexto, a las brujas se las acusa de
demasiado empiristas. Y la religión iba a combatir cualquier esfuerzo que fuera
en contra de la fe. Las brujas a las que acusaban de ejercer ilegalmente el
arte de la sanación, hacían ensayo y error y tenían un amplio dominio de
remedios y hierbas. Esto escandalizaba a una Iglesia que sentía que perdía
poder.
La segunda parte del libro, hace referencia al origen de la profesión médica en Estados Unidos. En él, se plasma cómo las mujeres quedaron excluidas del estudio de la medicina y cómo este hecho provocó que grandes segmentos de la población que antes podían contar con el apoyo de una mujer, lo perdieran al no poder acceder a un médico legal. Y así se va excluyendo a la mujer de todos los ámbitos de la salud. El último frente fue el del parto. Se desplazó a las comadronas a las que se las consideraba iletradas.
LA SEMANA QUE VIENE CONTINUAMOS CON LA SEGUNDA PARTE. NO TE LA PIERDAS.
[1] En este
artículo nos basamos en la versión inglesa de este libro que es la más
actualizada. Se cita más adelante.
[2] En español circulan varias ediciones. La más
reciente es Brujas, parteras y
enfermeras. Una historia de las sanadoras de Ediciones Inestables.
[3] He reseñado esta obra en El blog del canguro filósofo.
[4] La caza de brujas en Europa duró entre el siglo XV y el siglo XVII, concentrándose en las zonas germánicas del antiguo Sacro Imperio Romano Germánico. Los historiadores no se ponen de acuerdo en las cifras de juzgados y ejecutados pero se estima que fueron más de 100.000. Para más información, recomiendo leer el excelente libro de Brian P. Levack La caza de brujas en Europa (Editorial Alianza).
Una historia de brujas, medicina y feminismo
La vida de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the children (2)
La vida de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the children (1)
Feminismo y lucha de clases: del activismo anticapitalista al culto a la chica Cosmo
Trabajo visible y trabajo invisible: hacia una nueva mirada de la economía feminista
Crédito de la foto: Joy Marino
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December 10, 2019
Mis relatos en revistas literarias
Este artículo debería haber sido una sección en mi blog pero, por razones técnicas, eso no fue posible en su día así que he optado por ir actualizando este post con los relatos que vaya publicando en revistas literarias. Ya saben que hablé sobre el panorama de revistas literarias tanto en digital como en papel y tengo que decir que suelen ser iniciativas que no se mantienen en el tiempo por lo que, cada tanto, toca actualizar también esos posts. Lo hago periodicamente. Dicho esto, les dejo una lista con los relatos que he ido publicando. Desde ya, gracias a todas estas revistas literarias que dan un espacio a escritores como yo que no venimos de ningún gremio, no somos academicos, no somos talleristas ni pertenecemos a ninguna tribu.
La subordinada
Fecha de publicación: 10 de jun. de 2019 142 Revista Cultural
Relato de ficción aparecido en el número 2 de la revista.
Ver publicación: La subordinada
Un verano
Fecha de publicación: 24 de abril de 2019 Revista Tierra Adentro
Relato corto sobre la infancia.
Un poder
Fecha de publicación: 8 de marzo de 2019 Revista Papenfuss
Relato fantástico inspirado en el 8 de marzo.
Porque sí
Fecha de publicación: 20 de diciembre de 2018 Revista Papenfuss
Relato en base a una ilustración en donde se retrata a un señor con sobrepeso en la playa. Disponible en muchas librerías de Valencia en papel y en forma electrónica en el enlace adjunto.
La bibliotecaria que le quitó el cuento al niño
Fecha de publicación: 1 de octubre de 2018 Hotel Montreal
Antología publicada por el Hotel Montreal de Benicassim para sus huéspedes en el marco del III Concurso de Microrrelatos del Hotel Montreal. Este año la premisa era ¨Niños y libros¨.
Ver publicación: La bibliotecaria que le quitó el cuento al niño
Fabulaciones en torno a dos historias de amor
Fecha de publicación:10 de septiembre de 2018 Callejón de las once esquinas
Relato corto y amoroso entre un economista y un pintor. Entre un economista y una bailarina.
Ver publicación: Fabulaciones en torno a dos historias de amor
Indagaciones en torno a un mito familiar
Fecha de publicación1 de septiembre de 2018 Visor. Revista literaria.
Relato corto publicado en digital y en papel. Será parte de mi próximo libro de cuentos.
Ver publicación: Indagaciones en torno a un mito familiar
Dos amigas
Fecha de publicación: 2 de julio de 2018 Nagari Magazine
Un relato sobre la infancia y el paso del tiempo.
Haría un último esfuerzo
Fecha de publicación: 6 de junio de 2018 Callejón de las once esquinas
Relato de ficción. Adelanto de mi próximo libro de cuentos.
Ver publicación: Haría un último esfuerzo
Mensaje pegado en un poste de luz
Fecha de publicación: 5 de junio de 2018 Revista Madera
Relato corto publicado en el número 4 de la Revista Madera, publicación independiente en español hecha en Berlin.
Ver publicación: Mensaje pegado en un poste de luz
Artículo periodístico rechazado para su publicación
Fecha de publicación: 3 de marzo de 2018 Callejón de las once esquinas
Relato corto publicado por la revista literaria aragonesa El callejón de las onces esquinas. Adelanto de mi próximo libro de cuentos.
Ver publicación: Artículo periodístico rechazado para su publicación
Para leer más
Publicar en la nueva plataforma de Amazon KDP un libro de tapa blanda: primera prueba en papel (3)
Publicar en la nueva plataforma de Amazon KDP un libro de tapa blanda: la portada con Canva (2)
Publicar en la nueva plataforma de Amazon KDP un libro de tapa blanda (1)
Patreon y los escritores ¿está funcionando? (2)
Patreon y los escritores ¿está funcionando en el ámbito hispanoamericano? (1)
La entrada Mis relatos en revistas literarias se publicó primero en Silvia Zuleta Romano.
November 29, 2019
Promoción de Navidad para los amigos
Hoy me desmarco de la tónica de mis artículos para hacer un poco de promocion de mis libros. Se acercan las fiestas y otra vez tengo promoción de Navidad para todos mis suscriptores (el que no lo es, solo tiene que darse alta en el menú de la derecha o pasarme su mail por privado).
Todos los ingresos de mis ventas van destinados a mantener este blog y, de alguna manera, facilitan que pueda seguir escribiendo. Yo no pido limosna pero si te gusta lo que escribo, hay varias maneras de apoyarme que son muy baratas. Yo quiero llegar a todo el mundo. Al que tiene mucho o poco dinero.
Cómo remunerar a un creador aunque no tengas dinero
Por aquí, te dejo una lista de sugerencias que pueden servir de pago a un creador y que son muy baratas para los usuarios.
Comprar mis librosSuscribirte a mi sitio web.Recomendarme en redes socialesRecomendarme fuera de las redesCompartir mis artículosDejar una reseña sobre mis libros en Goodreads, Amazon o redes sociales.Comentar los artículos en esta web o en redes sociales.
Hoy en día a un creador se lo remunera de muchas formas. Ya he hablado de crowdfunding y mecenazgo y no descarto en un futuro probar esta modalidad de pago a los creadores. De momento, sigo abriendo un camino. Les agradezco a mis lectores por su paciencia. Sé que es molesto a veces recibir promociones y yo intento ser lo menos intrusiva posible.
[image error]Esta promo es solo válida para España
Mis dos últimos libros en promoción de Navidad para los amigos
Me preguntan por qué solo están dos de mis cuatro libros y yo les respondo que me siento más cercana a lo último que escribo. De alguna manera, voy progresando y pienso que mis escritos más recientes son más profesionales e interesantes que los primeros. Por supuesto, si estás interesado en Los viajes sonámbulos o Cabeza de zanahoria y otras anécdotas, te cuento que siguen a la venta porque un escritor, como un actor, no debe tener sentido del ridículo. Y de alguna manera, mis comienzos me ayudaron a ser quien soy yo ahora.
Bueno, después de esta perorata infame, los dejo y los animo a que sigan leyendo. Los míos o los de tanta otra gente maravillosa que no para de escribir.
Y a ustedes, gracias.
La entrada Promoción de Navidad para los amigos se publicó primero en Silvia Zuleta Romano.
November 26, 2019
Los nietos de Keynes y el absurdo mundo del trabajo
Seguimos con nuestra crónica sobre la biblioteca del Banco de España pero ahora vamos hablar del libro que pretendía sacar de la biblioteca. Aquel que estaba en el depósito y se llama Las posibilidades económicas de nuestros nietos de Maynard Keynes. Y mi visita a la biblioteca, Keynes y mi amiga me hicieron reflexionar, una vez más, sobre extraño y absurdo mundo del trabajo.
La empresa como refugio
Cada año cientos de
economistas (y otros) preparan sus exámenes para entrar en el apacible Banco de
España. Sueñan con ese trabajo para toda la vida. Con esa protección que
calienta el alma. Mi amiga los ve con envidia. Apenas le interesa la economía. Tampoco
está al borde de la indigencia.
Pero añora algo.
Algo que le daba la empresa. La corporación. Una pertenencia. El tomar un café sobre una moqueta y charlar con los colegas. Aquellos rituales tal vez. Cuando le digo que trabaje en casa me mira con cara de horror como si le hubiese propuesto que matara a su madre. La idea de la casa le espanta.
Cuando me compré esta casa, no pensé que iba a pasar tanto tiempo en ella, me dice.
La casa como lugar de trabajo le parece un fracaso. Es el síntoma de algo que no funciona para ella. Y me acuerdo de otra amiga que solía decirme que le encantaba la idea de vestirse para ir a trabajar. Los códigos de vestimenta le gustaban. La acompañé a Zara a comprarse trajecitos de oficina. Yo me compré unas chaquetas un poco formalitas. Pensé que siendo economista tendría que sucumbir. Me las probé y me veía un poco marciana. Al final, nunca necesité trajearme para ir a trabajar, sin embargo, mi amiga iba feliz toda disfrazada. Incluso me confesó que le cambiaba el humor.
Su ropa era un refugio.
Esta otra amiga (la número uno) desea con toda su alma ser funcionaria. Sopesa hacer un master para tener más posibilidades de que llamen y yo pienso en el riesgo de hacer un master para competir con los pendejos de veinte. Otra titulación más para engordar los bolsillos de los gurús de la educación que juegan con la ilusión de la gente.
Y pienso en el absurdo del mercado laboral. La gente gasta energía en formarse en algo que nunca le ayudará a conseguir trabajo. Y se forman y aplican a cosas que no requieren de esos conocimientos. Y vemos cada vez más ese mundo de trabajo absurdo. En el que ya no hay itinerarios. Todo se mezcla. Todos compiten con todos.
Keynes y los nietos que nunca tuvo
Me entregan el libro que pedí en la biblioteca. Las posibilidades económicas de nuestros nietos[1]. Esa charla que dio Keynes en la Residencia de estudiantes cuando vino con su esposa, la bailarina Lydia Lopokova[2]. Él ya era una estrella y a pesar de la crisis que atravesaba el mundo era optimista.
Demasiado, diría yo.
Su profecía era maravillosa, casi un cuento de hadas. Llegaríamos a un momento en que la técnica haría los trabajos más penosos. Él no veía en ello una fuente de desempleo a largo plazo porque Keynes abogaba por el fin del empleo, o por lo menos a una reducción importante de la jornada laboral para poder, por fin, dedicarse aquello para lo que vinimos a este mundo: el arte en todas sus formas. El disfrute.
Habría desempleo tecnológico pero sería de corto plazo. Llegaríamos finalmente a un paraíso en donde la usura y el afán de ganar dinero sería aborrecible, un acto asqueroso. Pero todavía, no habíamos llegado. Nos quedaba un poco.
Y Keynes nos decía: aguanten, muchachos. Llegaremos a ese paraíso pero antes se deben dar algunas condiciones especiales. Que no haya guerras y que podamos controlar la natalidad.
Imagínense.
Si keynes viviera hoy sería tachado de populista bolivariano. Un señorito inglés nos dice que hay que trabajar 15 horas a la semana, hay que sacar una ley del aborto, hay que fomentar el pacifismo y practicamente está abogando por una renta básica.
No han pasado cien años pero Keynes, capaz pecó de ingenuo. Porque la sociedad que tenemos, es efectivamente una sociedad de la abundancia. Hace rato que la tecnología es capaz de quitar horas de trabajo. Sin embargo, su análisis dejó el asunto de la distribución sin resolver. Hay capacidad de alimentar al planeta y sin embargo la gente sigue muriéndose de hambre. Keynes pensó que una vez solucionado el asunto tecnológico ya podríamos dedicarnos a otras cosas.
Cien años después podemos
decir que estaba equivocado. Y casi me atrevo a decir que el problema económico
del ser humano, no pasa por la tecnología sino por esa falta de moral que nos
lleva a querer consumir más. Lo que Thorstein
Veblen llamaba consumo conspicuo[3].
El afán de mostrar que tenemos más que el de al lado.
La búsqueda de lo bello, lo bueno y el dinero
¿Realmente llegaremos al paraíso una vez se solucionen los problemas materiales de la humanidad? Eso pensaba Keynes y en esas andaba. Trabajaba sin cesar, invertía en bolsa, daba clases. De alguna manera, tenía razón: ganar dinero era inmoral. Era antiecológico. Era insalubre. Keynes tuvo muy mala salud. No tuvo hijos. Sin embargo, tuvo tiempo de pasarla bien y de buscar algo parecido a la felicidad en el grupo de Bloomsbury.
El hombre está preparado para la lucha por la supervivencia, dice Keynes en la citada charla.
¿Pero qué pasa cuando
está resuelta esa ecuación?
En la última novela de Ian Mc Ewan Máquinas como yo (Ed. Anagrama), se aborda este asunto. El protagonista, de pronto, no tiene que salir a trabajar y mira con perplejidad su nueva vida y se da cuenta de que no tiene aficiones que explotar. No es un gran lector. No es artista. Y el hecho de tener el asunto económico solucionado le genera cierta inquietud.
Han pasado ya muchos
años desde aquella charla en la Residencia de estudiantes. Keynes nunca tuvo
nietos porque nunca tuvo hijos. Pero estoy segura. El hombre no está preparado
para vivir en igualdad. Siempre habrá alguien que se considerará más trabajador,
más inteligente, más guapo como para ganar más y tener más derechos a consumir
más recursos.
Yo no soy nada de eso. Un canguro feo. Por eso me conformo con un vermuth.
Que tengan un lindo
otoño.
Para leer más
Los nietos de Keynes y el absurdo mundo del trabajo
La vida de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the children (1)
Por qué no me junto con economistas: una mirada distinta para entender la producción del conocimiento a propósito de la vida íntima de Keynes
Biografía y periodismo rosa: dos géneros denostados y… terriblemente exitosos
Reflexiones sobre el triunfo y el fracaso: la vida de Gerald Brenan, el atormentado menos conocido del Grupo de Bloomsbury
[1] Aquí puedes leer el original
en inglés. Keynes dio esta charla en la Residencia de estudiantes. Luego se
incluyó como ensayo en Essays
in persuasion en donde se compilan varios ensayos del autor.
[2] Para leer una semblanza sobre
su vida y su historia de amor con la bailarina rusa, puedes leer Keynes
y los usos de la estadística y otras banalidades.
[3] He hablado sobre Veblen en el
artículo Apuntes
de un economista experto en mujeres. Allí se comenta su obra más famosa Teoría
de clase ociosa y su tormentosa vida con las mujeres.
La entrada Los nietos de Keynes y el absurdo mundo del trabajo se publicó primero en Silvia Zuleta Romano.
November 19, 2019
Un escritor en la biblioteca del Banco de España
Empiezo esta serie de crónicas dedicadas a las bibliotecas hablando de la biblioteca del Banco de España. Ya saben que para un escritor es muy importante tener un lugar tranquilo de trabajo y, por supuesto, en donde haya silencio y no nos obliguen a consumir. Pero además, como siempre, todo me lleva a filosofar sobre el mundo del trabajo.
De momento, volvamos
a lo primero.
Voy muchos a las
bibliotecas con mis hijos y también cuando necesito salir un poco de mi estudio.
Ya he hablado en otro artículo sobre la
importancia de la llave y la habitación propia pero si no la tienes hay
magníficos espacios públicos que pueden ser tu lugar de trabajo.
Esta vez quiero
hablarles de la biblioteca del Banco de
España que se encuentra en calle Alcalá 48. Un edificio hermoso con un rico
patrimonio histórico como cuadros de Goya, Picasso y Sorolla. Por supuesto, no
me explayaré sobre esto pero puedes consultar en
este enlace todas las obras que poseen. Vale la pena darse una vuelta. Aunque
sea para ver ese patio principal maravilloso en donde todavía se ven viejecitos
cambiando pesetas.
Algunas cosas prácticas
Se puede visitar y trabajar en la biblioteca del Banco de España sin ser investigador acreditado[1]. Es decir, cualquier ciudadano con DNI puede ir allí.
Lo primero es
registrarse. Hay un control con rayos x y luego hay que hacer una cola para
obtener un carnet blanco que te permita entrar SOLO en la biblioteca porque, de
verdad, solo puedes entrar allí. Hay más control que en el aeropuerto y me
recuerdan, que aquel edificio fue objetivo de ETA. Hay ciertas horas de la
mañana que aquello que está petado. Mucho trajeado yendo a alguna convención e
imagino que mucho investigador también.
Mi paseo previo a la biblioteca
Hice la cola como Dios Manda. Mi amiga, que trabaja allí, me esperaba para hacerme un pequeño tour. Para ello, debía obtener un carnet especial. Parece que hay un carnet distinto para cada área. Por eso si quieres visitar dos áreas distintas del recinto tienes que entrar con un carnet, salir, volver a hacer el control y obtener un nuevo carnet.
Colas. Esperas. Y hordas
de trajeados que probablemente se dirigían algún encuentro a puertas cerradas.
Deambulé por los pasillos de alfombras espesas. Ventanales. Grabados de
tauromaquia de Goya. Aquello era impresionante. El dinero. El poder. La carcasa
de un tiempo que ya fue. En el que España tenía política monetaria. Y yo me
pregunto ¿A qué se dedica un Banco Central cuando pierde su política monetaria[2]?
Seguimos paseando con mi amiga. Nos acercamos a los aposentos del gobernador. O al menos, eso intuimos. Alguien prepara las copas. Las bandejas. Un cocktail para los trajeados seguramente. Intuyo que debe haber mucho cursito, encuentro y capacitación. Es lo que yo haría con aquel magnífico edificio y todos esos libros a mi disposición.
Una de las escaleras principales del Banco de España.Seguimos camino.
Me dice mi amiga que
el gobernador tiene una pequeña biblioteca, no blanquita y pintadita como la
pública sino de madera, antigua y pequeña.
Para los amigos.
Porque en esa pequeña
biblioteca el gobernador recibe a los elegidos y ¿saben qué? dicen que tiene
chef propio. O sea, hay un señor dispuesto a cocinar a esos cerebritos. Y yo me
pregunto si al chef lo tienen con un contrato de obra o es funcionario y en ese
caso ¿cómo es la oposición de un chef?
Volvemos al control de la entrada. Debo solicitar otro carnet para la biblioteca. Sobra personal de seguridad. Ante mis comentarios sobre la excesiva burocracia de los carnets, me confiesa un uniformado que sí, que es un coñazo. Supongo que parte de la estrategia es empatizar con el controlado. Está bien.
Me sorprende la
cordialidad del personal de seguridad. Y otra cosa. Todos hacen contacto visual
y saludan. Es obvio que es un protocolo no creo que esa simpatía sea una
casualidad.
Igual, la aplaudo.
Viva los buenos modales.
El fin del trabajo como lo conocemos
Me despido de mi amiga antes de entrar a la biblioteca. Me dice que no sabe si seguirá trabajando allí después de fin de año. Hablamos de la crisis. De la economía. Me dice que a los economistas no los ve. Que su contrato se termina en seis meses y de que se está haciendo a la idea de que su vida será así. Saltando de bolsa de empleo en bolsa de empleo. Trabajando unos meses y parada otros tantos y empezando cada nuevo año en la incertidumbre total. En su discurso no hay preocupación por el dinero. Intuyo que ese asunto lo tiene resuelto.
Es algo más.
Me cuenta que nadie
la educó para esto y le digo que yo no he conocido otra cosa. ¿Quién puede
decir que tiene un trabajo asegurado hasta el día que se muera?
Pero entiendo que
mucha gente en España de mediana edad todavía está digiriendo esta nueva
realidad. Y me resulta curioso ese pensamiento porque España fue un país pobre
mucho tiempo y solo fue rico las últimas décadas y pienso que el ser humano se
acostumbra muy rápido a lo bueno.
Hago la cola otra vez.
Dejo mis cosas en una bandeja de rayos x y obtengo mi bendita tarjeta.
El carnet blanco de visitante de la biblioteca solo te habilita a estar allí. De paso, se aprecia el brillo de esos suelos. La biblioteca del Banco de España
Hay algo especial en la biblioteca del Banco de España. No es viejuna. Hay un culto a lo nuevo que me gusta. Cuando entras, hay una pequeña sala o recibidor. Y asientos para contemplar una pintura. Aquí hay arte contemporáneo. Y ya se adivina esa blancura hermosa. Un recinto amplio. Bastante diáfano. ¿Suelos de mármol? Posiblemente. Y unos vitrales impresionantes.
Hall principal de la biblioteca. Una maravilla.
Obra en acrílico del artísta escandinavo Jonathan Monk. Está a la entrada de la biblioteca. Amigos escritores
quiero que sepan algunas cosas que capaz les interesa.
Hay mesas amplias. Enchufes en todas y a la altura de la mesa, no en el suelo. Wifi de visitante que te dura 24 horas[3]. ¡Y perchero para dejar el abrigo!
La foto no es buena pero al fondo está el perchero, justo al lado del señor que recorté de la foto.
Enchufes en la mesa son una pegada. No al ras del suelo. Se ve que cuidan las espaldas de los economistas.El personal es amable
y esto lo destaco porque en general, no sé por qué, los bibliotecarios a veces
son un poco amargos.
No es este el caso.
El techo es una
bóveda acristalada por donde entra la luz natural a chorros. Y te sientas y te
ves rodeado de silencio y pequeñas estanterías de libros de economía.
Mi foto es una porquería pero ese techo es una maravilla. Entraban chorros de luz y sin embargo mi foto refleja lo contrario. Solo por esto, vale
la pena que existan espacios así.
El fondo bibliográfico de la biblioteca del Banco de España
Me di una vuelta por las estanterías en donde puedes consultar las novedades. Si pides un libro más antiguo está en el depósito y tardan un rato en traértelo. Mientras esperaba que me trajeran el mío (ya hablaré en la segunda parte de esta crónica sobre el libro) me puse a pispear y tienen cosas verdaderamente interesantes. ¡Quería llevarme todo! Como puedes ver en la foto, tienen cosas que escapan la macroeconomía, hay libros de economía feminista, de ética, de historia, big data. Incluso había un libro que tenía por título: Cuándo robar un banco. No me voy a explayar en las maravillas que hay porque ya es muy personal lo que leemos pero de verdad, seas o no economista, vale la pena echar un vistazo. Tienen además una estantería de novedades y los diarios económicos del día. Parece que el Banco invierte en esto de forma potente: más de 800.000 euros en adquisición de publicaciones y estas no van a la biblioteca a los que hay que sumar en torno a 100.000 euros más[4]. Intuyo que el Banco de España funciona como un mega servicio de estudios con muchos recursos metidos allí. A falta de política monetaria se ha reconvertido en una institución más pasiva, no arriesga, no está en los titulares. Cultiva el perfil bajo y se pone a leer. Nadie le pide cuentas mediáticas. No es lo mismo que ser ministro de economía. El gobernador del Banco de España se mueve al más alto nivel con sigilo y en silencio. De vez cuando, unas palabras. Ojo, que viene una burbuja. Ojo, que no hay gobierno. Ojo, que el asunto catalán puede joder la economía. Pero no hay necesidad de palabras malsonantes. Nadie le increpa. No sufre escraches.
Mi selección de libros interesantes. No solo hay macroeconomía. Levanto la vista del ordenador. Hay un señor de boina leyendo El economista. La sala se vacía porque es la hora de comer. El silencio es total y solo se quiebra con la voz gruesa de un bibliotecario. La biblioteca del Banco de España se vacía.
Esto se está haciendo muy largo. La próxima semana, más.
¿Quieres leer más crónicas?
Un escritor en la biblioteca del Banco de España
Videojuego y literatura: explorando otras narrativas
Sobre talleres de escritura: algunas reflexiones
La condición de los escritores: las cifras
Crónica de un escritor visitando Liber19: la previa
[1] Solo se necesita ser investigador y tener cartas de recomendación para acceder al archivo.
[2] No me linchen los
economistas. En la misma página están explicadas sus funciones que exceden este
artículo.
[3] Aclaro que a mí no me funcionó el wifi
pero es que mi ordenador rechaza muchos de los wifis públicos.
[4] Según presupuestos de 2018.
Para más información consultar por PGE.
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October 29, 2019
Videojuego y literatura: explorando otras narrativas
Seguimos con nuestra crónica de un escritor visitando Liber19, la Feria del libro profesional. Si te perdiste la primera entrega sobre asuntos algo mundanos como por qué corno no había suficientes enchufes para cargar el móvil, la puedes leer aquí. En la segunda, nos hemos puesto más serios para comentar el Libro blanco del escritor con cifras sobre las condiciones de los escritores y en la tercera hemos reflexionado sobre los talleres de escritura. Hoy hablaremos del fenómeno del videojuego y la literatura y de por qué aterricé en esta charla a la que no tenía planeado asistir.
Llegué tarde porque en principio venía escapando de
otra y me quedaba un ratito antes de irme. Así que me di una vuelta y me metí a
escuchar el panel de Videojuego y literatura: compañeros de juego
organizado por la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras
de Videojuegos y Software de Entretenimiento (DEV). Debo decir que sabía pocas cosas. Hace años que no
juego a videojuegos y aunque me crie con los fichines en los ochentas o con
juegos como Prince of Persia
en pantalla ámbar, no he vuelto a tener un contacto intenso con el asunto.
La mesa estaba conformada por Rosa Jiménez (profesora
de la Escuela de escritores y de Utad), David Cabrera (escritor y artista),
Alberto Murcia (profesor en ESIC Business & Marketing School y doctor en
Humanidades, especializado en Filosofía y ciencia cognitiva) y moderada por
Henar León (consultora estrategia).
La verdad es que lo primero que tengo que decir sobre este evento de videojuego y literatura es que se respiraba un aire mucho más estimulante que en la mesa de escritores a la que había asistido el día anterior (¿se dan cuenta por qué no puedo rodearme de gente que hace lo mismo que yo? No tengo amigos escritores y no sé si quiero tenerlos).
Cuestión, en esta mesa había escritores pero también
había artistas. Y había un pensamiento un poco más innovador. Y se habló de
cómo se enriquece una historia con los diferentes formatos, del fanfiction, de
los fandom[1],
de Elije
tu propia aventura[2],
sobre la fantasía.
En definitiva, se habló mucho de los jóvenes. Justo lo contrario que en la mesa de los escritores. También me dio que pensar que es lógico que sean jóvenes los que conformen estas comunidades (¿quién tiene tiempo para involucrarse en un cosplay o hacer una fanfiction de su serie o novela favorita?) y puede que de ahí alguien se termine dedicando a escribir de forma profesional pero pienso (desde la ignorancia) que el fenómeno fan funciona un poco como tribu urbana y debe ser difícil sostenerlo en el tiempo cuando tienes que estar todo el día en una oficina o criando a tus hijos.
Los fichines (y el parque, obvio) fue mi lugar de juegos a fines de los ochenta y principios de los noventa.Se habló también de la narrativa transmedia[3] y crossmedia. Y sobre cómo el consumidor se transforma en creador de contenidos (lo que decíamos antes: los jóvenes tienen más tiempo). En definitiva, se hablaban de nuevas formas de narrar. Fue bastante revitalizante y aunque soy de talante crítico me gustó el tono de la mesa. Incluso hubo un poco de más profundidad que en otras charlas hasta llegar a un punto filosófico interesante en lo que a narrar se refiere. ¿Qué pasa con la atención cuando fomentás la interactividad? Me disparó varios interrogantes en cuanto a la forma de apreciar el arte. El dilema interacción vs inmersión y el lenguaje de los nuevos medios creo que es un asunto que merece un canguro aparte pero me obligó a replantearme seriamente la forma en que consumimos arte o entretenimiento. Se habló también del potencial del libro de texto con los libros juegos. Luego la charla derivó en algunas divagaciones más frívolas en torno a qué libro o película adaptarías a un videojuego y viceversa. La verdad es que salí del encuentro de videojuego y literatura llena de información y con esa energía positiva de ver un sector con posibilidades. Me hizo pensar y eso me gustó.
Me hubiese gustado asistir a algunos de los encuentros
de la tarde pero tenía asuntos que atender.
Y así, una vez más, cierro mi crónica sobre Liber19. La
feria es lo de menos (con cariño). En realidad, todo esto es una excusa para
seguir hablando de los temas que me interesan y que atañen a un escritor.
Siempre queda ese sabor un poco agridulce cuando salís de la soledad de la
escritura para asistir a estos foros. Está bien que existan supongo pero
siempre me queda la sensación de que prometen mucho más de lo que son. O
confirmo mis prejuicios de que aportan menos de lo uno esperaría (lo cual ya es
bastante poco). No es culpa de nadie.
Así es la vida.
[1] Para saber más sobre este fenómeno hay magníficos estudios sobre la cultura del fan. Les recomiendo este enlace que aglutina las principales publicaciones sobre el asunto.
[2] Aquí
puedes leer una interesante crónica sobre la historia de esta colección que
nació a la par que los videojuegos y los juegos de rol.
[3] Les recomiendo leer este
paper Inmersión,
redes sociales y narrativa transmedia: la modalidad de recepción inclusiva
sobre cómo las redes sociales están
cambiando la forma en que percibimos la realidad y la ficción. Es un artículo
esclarecedor para los novatos ya que introduce conceptos interesantes que se
manejan en este tipo de estudios como el de “interactor”. Ya no hablamos de un
usuario, un espectador, un televidente, un lector sino de alguien que tiene una
experiencia estética e interactúa al mismo tiempo.
La entrada Videojuego y literatura: explorando otras narrativas se publicó primero en Silvia Zuleta Romano.
October 22, 2019
Sobre talleres de escritura: algunas reflexiones
Iniciamos la tercera entrega de esta crónica de un escritor visitando Liber19 hablando sobre los talleres de escritura. Pero si te perdiste la primera entrega, pincha aquí. Y si quieres ir a la segunda entrega en donde hablamos sobre la condición de los escritores en España, pincha aquí.
El segundo día empezó un poco desprolijo. Estaban evacuando parte del edificio por una supuesta maleta sospechosa. Esa fue la principal razón de llegar un poco tarde a la primera sesión del día en la que quería participar. Así, me acerqué a la Zona Digital en donde se celebraba un Taller de escritura creativa dictado por la escritora Inés Mendoza organizado por la Escuela de escritores. Ya he hablado alguna vez sobre este asunto. Me acerqué por curiosidad porque nunca he asistido a un taller de escritura y no tengo claro si son imprescindibles para un escritor. El asunto es que ando pensando que necesito feedback de gente que no me conozca y con ese ánimo me acerqué a este taller. Cuando llegué la ponente estaba dando una pequeña charla sobre el estilo y los tonos de un texto. A continuación, repartió una hoja con un ejercicio práctico. A partir de un texto de Raymond Queneau había que escribir un texto corto y propio al que había que imprimirle un estilo determinado. Estuvo bien y seguí la pauta. Mi idea era además ver qué perfil de gente acudía. Había de todo. Jóvenes. Maduros.
Y estaba yo.
Luego me quedé charlando con dos escritores que ya estaban haciendo algunas cosas y buscaban también algo de comunidad.
Entrada a Liber19. Nos hicieron esperar un poco porque evacuaron un edficio por una maleta sospechosa. Todo se quedó en nada.A pesar de los prejuicios propios, debo decir que quedé gratamente sorprendida. Está claro que la idea del evento, supongo, es captar nuevos alumnos para sus talleres de escritura pero no estuvo mal que se impartiera uno de prueba para que los novatos supiéramos de qué se trata. Me pareció honesto. Sin publirreportaje o paternalismos. Inés Mendoza, a la que no conocía, me causó buena impresión.
Pero mi gozo en un
pozo con la siguiente intervención.
A continuación, se impartía, también en la llamada Zona Digital la charla: Escribir como proceso colectivo: mecanismos y usos del Club de escritura.
A priori, no tenía mucha idea de qué iba la charla así que me quedé más por curiosidad que por otra cosa. Era un encuentro pensado para escritores y me intrigaba qué suponía la Fundación Escritura(s) que necesitaba un escritor. Se presentó un tal Enrique Ferrari contando las bondades de una web supuestamente gratis en donde puedes compartir tus escritos. Sin filtros y para toda una comunidad.
No vi nada novedoso
en el asunto.
Ya existen numerosas plataformas que ofrecen cosas parecidas. Se me vino a la cabeza WattPad. No me quedó claro qué es lo innovador que ofrecía la plataforma y me sonó todo demasiado publicitario. Pero lo que más me confundió es que no me terminó de quedar claro si este proyecto es con ánimo de lucro o no. La palabra “fundación” me confundió un poco.
Ya cuando te dicen que no te cobran pero te piden los datos personales, me da que pensar. Ya he hablado mucho sobre el negocio de las empresas tecnológicas y cómo algunas industrias culturales están encontrando un nicho de negocio en esto de hacer big data con determinados públicos (escribí sobre el asunto en Big data, privacidad y economía colaborativa: buscando la ética perdida). No sé si es el caso de esta fundación. Insisto: nada es gratis de verdad. Y como dicen los gurús de los datos personales “Cuando algo es gratis, el precio son tus datos personales”. Por otra parte, la charla se hizo tediosa porque el ponente se pasó un buen rato explicando el funcionamiento de un editor de texto. Incluso creí escuchar la frase “editor de texto vanguardista”.
Creo que se podrían haber abordado otras cuestiones pero se perdió demasiado tiempo explicando cómo funcionaba una página que parecía ya demasiado intuitiva. Como escritora no me aportó demasiado. Y me quedaron demasiados interrogantes. Hubiese preferido saber más sobre los talleres de escritura de Fuentetaja (que sé que tienen mucho prestigio y en los que estoy segura de que hay gente muy interesante por eso me dio pena la oportunidad perdida) pero había demasiado ruido y la exposición se alargaba demasiado.
Así, me retiré con elegancia sin saber que aterrizaría en una de las charlas más interesantes de la mañana: la de literatura y videojuegos. La dejo para mañana.
¡Te espero en los comentarios!
La entrada Sobre talleres de escritura: algunas reflexiones se publicó primero en Silvia Zuleta Romano.


