Rick Warren's Blog, page 446

Don’t Let Gossip Destroy Your Relationships

We tend to think of gossip as one of those “little” sins. But when God talks about gossip, he puts it on the list with things like sexual immorality and murder. Why? Because it is so destructive to relationships. Gossip can tear apart friendships, families, and churches.

Gossip is talking about a situation with somebody who is neither a part of the problem nor a part of the solution. If we’re honest, what we’re doing is making ourselves feel a little more important at somebody else’s expense. We’re talking about their hurts and their problems to make us feel like we’re morally superior to them. That’s the danger and the hurt of gossip.

There’s a story in the Old Testament about a family that struggled with gossip. Moses had a sister named Miriam who one day got caught up in gossiping about Moses among the rest of the people. God called Moses and Miriam in and had a little talk. He spoke with Miriam and told her what she’d done wrong—and right there on the spot, God gave her leprosy. You may be thinking, “That sounds terrible, but I’d like that to happen to the person who gossiped about me. Maybe not leprosy—but a really bad stomach flu, so that person knows how much this hurt.”

Do you know what God did next? He invited Moses to pray for Miriam’s healing—the person who gossiped against him.

Maybe you’ve been deeply hurt by gossip and things that have been said around the office or by the broken confidence of a friend or family member. Here’s what God says to you: “Pray for the person who gossiped against you so that you can be released from the hurt in your life.”

Or maybe you’ve been the one gossiping. This story is in the Old Testament to remind us how serious gossip is and how hurtful it can be to people, whatever side of it you’re on.

Keeping confidences enables you to connect to others in productive, healthy, and genuine ways.

Proverbs 11:13 says, “A gossip betrays a confidence, but a trustworthy person keeps a secret” (NIV).

Are you the kind of person that keeps people’s confidences so they can trust you?

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No dejes que los Chismes Destruyan tus Relaciones

 

“La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta” (Proverbios 11:13 NVI).

Tendemos a pensar en el chisme como uno de esos pecados “pequeños”. Pero cuando Dios habla del chisme, lo pone en la lista con cosas como la inmoralidad sexual y el asesinato. ¿Por qué? Porque es tan destructivo para las relaciones. Los chismes pueden destrozar amistades, familias e iglesias.

El chisme es hablar de una situación con alguien que no es ni una parte del problema ni una parte de la solución. Si somos honestos, lo que estamos haciendo es hacernos sentir un poco más importantes a expensas de otra persona. Estamos hablando de sus heridas y sus problemas para hacernos sentir que somos moralmente superiores a ellos. Ese es el peligro y el dolor de los chismes.

Hay una historia en el Antiguo Testamento sobre una familia que luchaba con los chismes. Moisés tenía una hermana llamada Miriam que un día se vio envuelta en chismes sobre Moisés entre el resto de la gente. Dios llamó a Moisés y Miriam y tuvo una pequeña charla. Él habló con Miriam y le contó lo que ella había hecho mal, y allí mismo, Dios le dio la lepra. Puedes estar pensando: “Eso suena terrible, pero me gustaría que eso le sucediera a la persona que habló de mí”. Tal vez no la lepra, sino un malestar estomacal muy grave, así esa persona sabrá cuánto duele “.

¿Sabes lo que hizo Dios después? Invitó a Moisés a orar por la curación de Miriam, la persona que chismeaba contra él.

Tal vez has estado profundamente herido por los chismes y las cosas que se han dicho en la oficina o por la confianza rota de un amigo o familiar. Esto es lo que Dios te dice a ti: “Ora por la persona que habla chisme contra ti para que puedas liberarte del dolor en tu vida”.

O tal vez tú has sido el chismoso. Esta historia se encuentra en el Antiguo Testamento para recordarnos lo graves que son los chismes y lo doloroso que puede ser para las personas, sin importar de qué lado te encuentres.

Mantener las confidencias te permite conectarte con otros de manera productiva, saludable y genuina.

Proverbios 11:13 dice: “La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta” (NVI).

¿Eres el tipo de persona que mantiene las confidencias de las personas para que puedan confiar en ti?

Reflexiona sobre esto :

Piensa en alguien que ha dicho chismes sobre ti. ¿Como crees que Dios quiere que tu ores específicamente por esa persona?
¿Qué haces normalmente cuando alguien al rededor tuyo inicia un chisme? ¿En qué medida se alinea eso con la forma en que Dios quiere que reacciones?
¿Por qué ser una persona confiable ayuda a profundizar en tus relaciones?

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Usa tus Palabras para Edificar a Otros

 

“Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan” (Efesios 4:29 NVI).

Dios quiere que usemos nuestras palabras para edificar a otros. Efesios 4:29 dice “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan” (NVI).

A veces nuestras palabras son como un martillo. Nos apartamos sin pensar, y de repente miramos a nuestro alrededor y nos damos cuenta de que nos rodea una pila de escombros relacionales. Cuando hablas sin pensar y derribas a la gente, tus relaciones sufrirán.

Una razón por la que no somos constructivos con nuestras palabras es que no nos damos cuenta de cuán poderosa es esta herramienta: nuestra boca y las palabras que Dios nos ha dado. Decimos cosas sin pensar. Y la gente los recuerda.

Tú, también, puedes recordar ciertas cosas que la gente te ha dicho de una manera descuidad incluso desde la escuela primaria o la universidad o cuando comenzaste a trabajar. Así de poderosas son las palabras. Entonces, cuando se trata de tu boca, piensa en ella como una herramienta poderosa y ten mucho cuidado con ella.

Una vez fui a mi garaje y tomé un manual para una sierra eléctrica. Mientras leía las instrucciones, me sorprendió cómo se relacionaba con el uso de nuestras bocas. Las direcciones decían:

1. Conoce tu herramienta eléctrica.

2. Mantén los protectores en su lugar.

3. Tener cuidado con los niños.

4. Guarda las herramientas inactivas cuando no estén en uso.

5. No te extiendas demasiado.

6. Nunca usar en una atmósfera explosiva.

¿Como puedes usar tu boca de una forma más cuidadosa y de esa manera estar edificando relaciones y no destruyendo personas?

Deja de excusarte. Deja de decir: “No quise decir eso realmente” o “Así es como estoy antes de mi primera taza de café”. Comprende que lo que dices afecta a todos a tu alrededor.
Habla menos. A menudo nos metemos en problemas porque simplemente no sabemos cuándo callarnos. Si es una herramienta eléctrica, no debería tener que usarla tanto, ¿verdad?
Escucha más. Si escuchas más, podrás entender mejor las necesidades de las personas.
Comienza a edificar. Deja que tus primeros pensamientos sean: “¿Qué necesita esa persona?” “¿Cómo puedo usar una palabra de aliento para edificarlo?” “¿Qué puedo decirle para hacer una diferencia en su vida?”

Considera hacer esto parte de tus oraciones matutinas: “Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh, Señor mío, roca mía y redentor mío” (Salmos 19:14 NVI).

Reflexiona sobre esto :

¿Por qué debemos ser especialmente cuidadosos con nuestras palabras en una “atmósfera explosiva”?·
¿Qué es algo específico que puedes practicar en tus relaciones que te ayude a hablar menos y escuchar más?·
¿Qué versículos de las Escrituras puedes memorizar que te ayuden a decir la verdad y el ánimo en la vida de los demás?

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Use Your Words to Build Others Up

God wants us to use our words to build others up. Ephesians 4:29 says, “Do not let any unwholesome talk come out of your mouths, but only what is helpful for building others up according to their needs, that it may benefit those who listen” (NIV).

Sometimes our words are like a sledgehammer. We swing away without thinking, and suddenly we look around and realize a pile of relational rubble surrounds us. When you thoughtlessly sling your words around and tear people down, your relationships are going to suffer.

One reason we’re not constructive with our words is we don’t realize how powerful this tool is—our mouth and the words that God has given to us. We say things without thinking. And people remember them.

You, too, can still remember certain things people said to you in a careless way—even as far back as grade school or college or when you first started working. That’s how powerful words are. So when it comes to your mouth, think of it as a power tool and be extremely careful with it.

One time I went into my garage and grabbed a manual for a power saw. As I was reading through the directions, I was struck by how it related to the use of our mouths. The directions said:

Know your power tool.
Keep guards in place.
Be careful around children.
Store idle tools when not in use.
Don’t overreach.
Never use in an explosive atmosphere.

How can you use your mouth more carefully so you are using it to build relationships and not to tear people down?

Stop excusing. Stop saying, “I didn’t really meant to say that” or “That’s just how I am before my first cup of coffee.” Realize that what you say impacts everybody around you.
Talk less. We often get in trouble because we just don’t know when to shut up. If it’s a power tool, you shouldn’t have to use it as much, right?
Listen more. If you listen more, you can better understand people’s needs.\
Start building. Let your first thoughts be, “What does that person need?” “How can I use a word of encouragement to build him up?” “What can I say to make a difference in her life?”

Consider making this part of your morning prayers: “May the words of my mouth and the meditation of my heart be pleasing in your sight, O LORD, my Rock and my Redeemer” (Psalm 19:14 NIV).

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El Mundo no Gira Alrededor Tuyo

 

“No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.” (Filipenses 2:4 NTV).

Hay un viejo proverbio que dice: “No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.” (Filipenses 2:4 NTV).

Ese es un versículo contracultural. Todo en nuestra sociedad nos condiciona a pensar primero en nosotros mismos. No pensamos naturalmente en otras personas. Eso es algo que tenemos que aprender a hacer. Naturalmente, pensamos en nuestras necesidades, nuestros deseos, nuestras metas y nuestras ambiciones. Como resultado, tenemos millones de personas desconectadas porque solo piensan en sí mismas y no en las necesidades de nadie más.

Durante un período de casi dos horas cuando estaba viendo televisión, vi tres anuncios con el mismo lema: “Te lo mereces”. “¡Compra este champú! Te lo mereces”. “¡Compra este costoso auto, porque te lo mereces!” Nos enseñan que somos el valor supremo en la vida.

Permítanme compartir dos verdades muy básicas sobre la vida. Primero, el mundo no gira a tu alrededor. Eres increíblemente especial a los ojos de Dios, y fuiste creado con un propósito, pero el mundo no gira alrededor tuyo. Si quieres saber cuánto te extrañaremos, mete la mano en un cubo de agua y sácalo, y observa qué tipo de agujero dejas. ¡Se llena con bastante rapidez!

La segunda verdad es esta: Dios ha prometido que cuando te concentres en satisfacer las necesidades de otras personas, él satisfará tus necesidades. ¿Por qué? Porque quiere que aprendas a ser desinteresado. Él quiere que aprendas a ser amoroso y generoso como él. Cuando consideramos las necesidades de otras personas, no esperamos que sean perfectas. “Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda…” (Colosenses 3:13 NTV). No eres perfecto, entonces ¿por qué deberías exigírselo a alguien más?

Proverbios 17:9 dice: “Cuando se perdona una falta, el amor florece…” (NTV). Cuando intentas establecer una conexión con alguien, no tienes que permanecer ciego ante las faltas de esa persona. Solo eliges pasarlos por alto. Los grandes amigos son buenos olvidadizos. Están más preocupados por las necesidades de la otra persona.

Reflexiona sobre esto :

¿Qué distracciones te mantienen enfocado en ti mismo y no en los demás?
¿Por qué es parecerse más a Jesús una parte tan importante de nuestro viaje espiritual?
¿Cuál es la diferencia entre pasar por alto las faltas de alguien y responsabilizar a alguien?

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The World Does Not Revolve around You

There’s an old proverb that says, “Seek to understand before seeking to be understood.” The Bible talks about this as well: “Look out for one another’s interests, not just for your own” (Philippians 2:4 GNT).

That is such a countercultural verse. Everything in our society conditions us to think of ourselves first. We don’t think about other people naturally. That’s something we have to learn to do. We naturally think about our needs, our desires, our goals, and our ambitions. As a result we have millions of people disconnected because they’re only thinking of themselves and not anyone else’s needs.

During a nearly two-hour period when I was recently watching TV, I saw three commercials with the same tagline: “You deserve it.” “Buy this shampoo! You deserve it.” “Buy this expensive car, because you deserve it!” We are taught that we are the supreme value in life.

Let me share two very basic truths about life. First, the world does not revolve around you. You’re incredibly special in God’s eyes, and you were created for a purpose—but the world does not revolve around you. If you want to know how much you’d be missed, stick your hand in a bucket of water and pull it out, and see what kind of hole you leave. It fills back up pretty quickly!

The second truth is this: God has promised that when you focus on meeting the needs of other people, he will meet your needs. Why? Because he wants you to learn to be unselfish. He wants you to learn to be loving and generous like he is. When we’re considerate of other people’s needs, we don’t expect them to be perfect. “Make allowance for each other’s faults” (Colossians 3:13 NLT). You’re not perfect, so why should you demand it of anybody else?

Proverbs 17:9 says, “Love forgets mistakes” (TLB). When you are trying to make a connection with someone, you don’t have to remain blind to that person’s faults. You just choose to overlook them. Great friends are good forgetters. They are more concerned with the other person’s needs.

 

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Three Things Fear Does to Relationships

If you want to connect with someone, you’ve got to be willing to take the first step. This often requires courage. Why? Because it’s fear that disconnects human beings. When we’re full of fear and anxiety, we don’t get close to others. In fact, we back off. We’re afraid of being rejected, manipulated, vulnerable, hurt, used. All of these fears cause us to stay disconnected in life.

This fear is as old as humanity itself. When Adam and Eve sinned and God came looking for Adam, Adam said, “I was afraid, and I hid.” People have been doing that ever since. We’re afraid, so we hide. We hide our true selves. We don’t let people know what we’re really like, because if we do and they don’t like us, we face rejection. And so we pretend.

Fear does three terrible things to relationships:

Fear makes us defensive. When people point out weaknesses, we retaliate and defend ourselves.
Fear keeps us distant. We don’t let people get close to us. We withdraw. We hide our emotions.
Fear makes us demanding. The more insecure we are, the more we attempt to control things. We try to have the last word in a relationship. We seek to dominate.

So where do you get the courage to take the first step to connect with someone and go to a deeper level of intimacy?

You get it from God’s Spirit in your life. The Bible says, “For the Holy Spirit, God’s gift, does not want you to be afraid of people, but to be wise and strong, and to love them and enjoy being with them” (2 Timothy 1:7 TLB).

How do you know when you’re filled with God’s Spirit? You’re more courageous in your relationships. You love people. You enjoy being with them. You’re not afraid of them, because God’s Spirit is in your life. The Bible says that “God is love” and “Love casts out all fear.” The more of God you have in your life, the less fear you’re going to have.

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Tres Cosas que el Miedo hace en las Relaciones

 

“Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás, y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana.” (2 Timoteo 1:7 TLA ).

Si quieres conectarte con alguien, debes estar dispuesto a dar el primer paso. Esto a menudo requiere coraje. ¿Por qué? Porque es el miedo lo que desconecta a los seres humanos. Cuando estamos llenos de miedo y ansiedad, no nos acercamos a los demás. De hecho, nos apartamos. Tenemos miedo de ser rechazados, manipulados, vulnerables, heridos, usados. Todos estos temores nos hacen permanecer desconectados en la vida.

Este miedo es tan antiguo como la humanidad misma. Cuando Adán y Eva pecaron y Dios vino a buscar a Adán, Adán dijo: “Tenía miedo y me escondí”. La gente ha estado haciendo eso desde entonces. Tenemos miedo, por eso nos escondemos. Ocultamos nuestro verdadero ser. No dejamos que la gente sepa cómo somos realmente, porque si lo hacemos y no les gusta, enfrentamos el rechazo. Y así pretendemos.

El miedo hace tres cosas terribles en las relaciones:

El miedo nos pone a la defensiva. Cuando las personas señalan debilidades, nos tomamos represalias y nos defendemos.
El miedo nos mantiene distantes. No permitimos que la gente se acerque a nosotros. Nos aislamos. Ocultamos nuestras emociones.
El miedo nos hace exigentes. Cuanto más inseguros somos, más intentamos controlar las cosas. Intentamos tener la última palabra en una relación. Buscamos dominar.

Entonces, ¿de dónde sacas el valor para dar el primer paso para conectarte con alguien e ir a un nivel más profundo de intimidad?

Lo obtienes del Espíritu de Dios en tu vida. La Biblia dice: “Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás, y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana.” (2 Timoteo 1:7 TLA)

¿Cómo sabes cuando estás lleno del Espíritu de Dios? Eres más valiente en tus relaciones. Amas a la gente. Disfrutas estar con ellos. No tienes miedo de ellos, porque el Espíritu de Dios está en tu vida. La Biblia dice que “Dios es amor” y “El amor expulsa todo temor”. Cuanto más Dios tienes en tu vida, menos miedo tendrás.

Reflexiona sobre esto :

¿Qué relación en tu vida necesita ser más profunda? Ora, y pídele a Dios hoy el valor para dar el primer paso hacia el crecimiento con esa persona.
¿Qué evidencia del trabajo del Espíritu Santo ves en tu relación?
¿Qué nuevo hábito podría ayudarte a acercarte a Jesús?

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Debemos Elegir Aceptar la Gracia de Dios

 

“La paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23 NTV).

La Biblia dice en Romanos 6:23, “La paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (NTV). Podrás decir que la gracia es el regalo que se sigue dando. Cuando conoces a Jesucristo y su gracia y amor, se pone cada vez mejor. Está disponible y se extiende por toda la eternidad. ¡Lo mejor está por venir!

¿Cómo será el cielo? Tú vas a reunirte con tus seres amados quienes conocen al Señor. Vas a ser recompensado por tu fe. Vas a ser reasignado a una posición de trabajo que amarás. Vas a ser liberado del dolor, la depresión, la desesperación, la vergüenza, y la culpa, y vas a regocijarte y festejarás por la eternidad. ¡qué buena oferta!

Pero hay un detalle: Tienes que aceptarlo.

Imagina ir a casa hoy y encontrar un regalo en tu mesa, pero lo dejas ahí sin abrir por el siguiente año. ¡Eso sería ridículo! Un regalo no vale nada a menos que lo aceptes. Debes aceptar la gracia de Dios a través de su hijo, Jesucristo.

Tal vez te has mantenido al margen porque tienes miedo de ser rechazado. Tal vez fuiste rechazado por tus padres. O tal vez fuiste rechazado por un hermano o una hermana o compañeros de clase. Tal vez has sido rechazado por una expareja que se fue y dijo cosas dolorosas que todavía recuerdas.

Pero hay una persona quien nunca te rechazará, y su nombre es Jesucristo. Él te está diciendo, “Ven a casa”. ¿Te has sentido abrumado secretamente por esa vergüenza en tu vida? Puedes deshacerte de eso hoy. Entre más entiendas la gracia de Dios, más te enamorarás de Dios y más desearás estar cerca a Jesús –porque es casi imposible no amar a alguien quien te ama así de mucho.

Reflexiona sobre esto :

¿Como deberías responder a la gracia de Dios cuando consideras que es un regalo?
¿Qué culpa o vergüenza o amargura en tu pasado evita o está evitando que aceptes la gracia de Dios? ¿Se lo has entregado a Dios completamente?
¿Qué significa “venir a casa” con Dios?

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We Must Choose to Accept God’s Grace

The Bible says in Romans 6:23, “The wages of sin is death, but the free gift of God is eternal life through Christ Jesus our Lord” (NLT). You might say that grace is the gift that keeps on giving. When you get to know Jesus Christ and his grace and love, it gets better and better and better. It is available and extended throughout eternity. The best is yet to come!

What’s heaven going to be like? You’re going to be reunited with loved ones who know the Lord. You’re going to be rewarded for your faith. You’re going to be reassigned a position of work that you love to do. You’re going to be released from pain, depression, despair, shame, and guilt, and you’re going to rejoice and party for eternity. What a deal!

But there’s a catch: You have to accept it.

Imagine going home today and finding a gift on your table, but leaving it there for the next year, unopened. That would be ridiculous! A gift is worthless unless you accept it. You must accept God’s grace through his Son, Jesus Christ.

Maybe you have held off because you’re afraid of being rejected. Maybe you were rejected by your parents. Maybe you were rejected by a boyfriend or a girlfriend, and that hurt deeply. Or maybe you were rejected by a brother or sister or by classmates. Maybe you have been rejected by a former spouse who walked out on you and said hurtful things that you still think of today.

But there is one person who will never reject you, and his name is Jesus Christ. He’s saying to you, “Come home.” Have you been secretly overwhelmed by that shame in your life? You can get rid of it today. The more you understand the grace of God, the more you fall in love with God and the more you want to draw closer to Jesus—because it’s almost impossible to not love somebody who loves you that much.

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