Rick Warren's Blog, page 449

Goodness and Mercy Will Always Follow You

When God fills you to overflowing, you never need to fear the future. His goodness and mercy are with you every day. You’re following the Good Shepherd, and he is out in front of you with his rod and staff. And at the back of the flock are a couple of sheepdogs—goodness and mercy—nipping at your heels, making sure you don’t run off into a ravine. These two sheepdogs keep you on track as you follow the Good Shepherd.

God’s goodness is watching over you.

Did you know that a second has never passed in your life when God was not watching you? God is always paying attention to you, because he created you to love you. He knows the highs and lows, the good and the bad, the ups and the downs. God knows every detail of your life.

Psalm 145:20 says, “The Lord watches over all who love him” (NIV).

Not only does he watch over you, he also protects you. Did you know the Bible says that God even sends his angels to protect you wherever you go (Psalm 91:11)?

God’s protection doesn’t mean that only good things will happen to you. Suffering and disappointment will still come your way. But God will ensure that good will come out of everything that happens to you—whether or not you’re able to see in this lifetime how he has been working.

God’s grace is working in you.

The Bible says in Isaiah 60:10, “I will have mercy on you through my grace” (TLB).

Grace is when God gives you what you don’t deserve. Mercy is when God doesn’t give you what you do deserve. For all the ways you’ve sinned, failed, and made mistakes, you deserve punishment. Yet God pardons you and forgives you through Christ—that’s mercy.

It is God’s nature to be merciful. He loves to show his mercy. He doesn’t get bored with it. He doesn’t get tired of it. He doesn’t get frustrated that you keep coming back for more. God doesn’t say, “Okay, on Monday, Wednesday, Friday, we’ll give goodness, and on Tuesday and Thursday, we’ll give mercy, and on Saturday and Sunday, you’re on your own.” He’s with you every moment of every day.

Nobody knows what’s going to happen next week, much less next year or in the next 10 years. But when you face the future, you can know this: God will fill your life to overflowing and his goodness and mercy will be with you. There is no need to fear.

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La Bondad y la Misericordia siempre te Seguirán

 

“El Señor cuida a todos los que lo aman” (Salmo 145:20 NVI).

Cuando Dios te llena hasta que sobreabunde, nunca necesitarás temer al futuro. Su bondad y misericordia están contigo todos los días. Estás siguiendo al buen pastor, y él está frente a ti con su cayado todos los días. Y detrás del rebaño están un par de perros ovejeros -bondad y misericordia- mordiendo tus tobillos, asegurándose de que no caigas en un barranco. Esos dos perros ovejeros te mantienen en el camino según vas siguiendo al Buen Pastor.

La bondad de Dios te está observando.

¿Sabías que nunca ha pasado un segundo en tu vida que Dios no haya observado? Dios siempre está atento en ti, porque él te creó para amarte. Él conoce los altibajos, lo bueno y lo malo, los valles y las montañas. Dios conoce cada detalle de tu vida.

Salmo 145:20 dice, “El Señor cuida a todos los que lo aman” (NVI).

No solo te está observando, también te protege. ¿Sabías que la Biblia dice que incluso Dios envía sus ángeles para protegerte a donde quiera que vas? (Salmo 91:11).

La protección de Dios no significa que solo te sucederán cosas buenas. El sufrimiento y la decepción seguirán viniendo a tu vida. Pero Dios se asegurará de que salga algo bueno de todo lo que te suceda -ya seas capaz o no de ver durante tu vida como ha estado trabajando.

La gracia de Dios está trabajando en ti.

La Biblia dice en Isaías 60:10, “pero ahora les mostraré lo mucho que los amo” (TLA).

La gracia es cuando Dios te da no lo que mereces. Misericordia es cuando Dios no te da lo que sí mereces. Por todas las maneras que has pecado, fallado y cometido errores, mereces el castigo. Aún Dios te perdona y lo hace a través de Cristo -eso es misericordia.

Es la naturaleza de Dios ser misericordioso. Él ama mostrar su misericordia. Él no se aburre con eso. Él no se cansa de ello. Él no se frustra de que vuelvas por más. Dios no dice, “Está bien, el lunes, miércoles, viernes, te daré bondad, y los martes y jueves, daré mi misericordia, y los sábados y domingos, estás por tu cuenta”. Él está contigo cada momento del día.

Nadie conoce lo que va a suceder la próxima semana, mucho menos el siguiente año o en los próximos diez años. Pero cuando enfrentas el futuro, puedes conocer esto: Dios llenará tu vida hasta que sobreabunde y su bondad y misericordia estarán contigo. No hay necesidad de temer.

Reflexiona sobre esto :

Lee Salmo 103:2-13 y escribe o habla sobre todas las formas que Dios muestra su misericordia.
¿Cómo afecta tu alegría de la vida el tener la visión correcta de la misericordia de Dios?
Si realmente crees que Dios estuvo siempre trabajando para bien, ¿Qué cosa tendrías el valor de hacer para él?

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Cuatro Hábitos para Descansar en la Bondad de Dios

 

“Yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada” (Juan 15:5 NVI)

¿Cómo descansas en la bondad de Dios? ¿Cómo experimentas la vida abundante que él tiene para ti?

Los siguientes cuatro hábitos diarios te ayudarán a pasar de estar abrumado a estar rebosante.

Permanece conectado a Jesús todos los días.

“Yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada” (Juan 15:5 NVI).

Si intentas vivir por tu propia cuenta y con tu propia fuerza, te verás abrumado. Una tostadora no puede cumplir su propósito a menos que esté conectada a la corriente. No puedes cumplir tu propósito y disfrutar de la bondad de Dios a menos que estés conectado a su poder.
Reemplaza tus quejas por gratitud.

“Hagan todo sin quejarse y discutir” (Filipenses 2:14 NTV).

La ciencia ha demostrado que tanto la queja como la práctica de la gratitud tienen un impacto en tu salud. La queja es una emoción profundamente enfermiza. Por otro lado, los estudios han demostrado que la gratitud es la emoción más saludable. Produce serotonina, dopamina y oxitocina en tu cerebro: esos son los químicos que aumentan la felicidad y disminuyen el estrés.
Deja de ser tacaño y comienza a ser generoso.

“Traigan todos los diezmos al depósito del templo, para que haya suficiente comida en mi casa. Si lo hacen —dice el Señorde los Ejércitos Celestiales—, les abriré las ventanas de los cielos. ¡Derramaré una bendición tan grande que no tendrán suficiente espacio para guardarla! ¡Inténtenlo! ¡Pónganme a prueba!” (Malaquías 3:10 NTV).

Dios introdujo una ley universal en el mundo: cuanto más des, más recibirás. Lo hizo porque quiere que te vuelvas más como él. Dios es un dador. Todo lo que tenemos es un don de la generosidad de Dios. Cuanto más generoso seas, más te bendecirá Dios en cada área de tu vida. ¡Tu vida rebosará!
Deja de compararte, y comienza a experimentar el contentamiento.

“Es mejor tener un puñado con tranquilidad que tener dos puñados con mucho esfuerzo y perseguir el viento” (Eclesiastés 4:6 NTV).

El contentamiento no implica abandonar tu ambición. Deberías tener ambición. Debes aprovechar al máximo lo que Dios te ha dado. El contentamiento no significa que no tengas metas, sueños o planes para tu vida. Significa sencillamente que no necesitas más para ser feliz. Estás feliz ahora mismo con lo que se te ha dado. El contentamiento significa que tu felicidad no depende de las circunstancias; depende de Dios, el Buen Pastor que te ha bendecido con toda buena dádiva.

Por naturaleza, estamos descontentos. Pero por la gracia de Dios, podemos contentarnos con su bondad para con nosotros. Cuando comprendes que la mayoría de las cosas en tu vida son simplemente regalos de la gracia de Dios, tu vida pasará de estar abrumada a estar rebosante.

Reflexiona sobre esto :

¿Cómo Dios nos da su poder?
¿Cómo crees que las redes sociales afectan tu contentamiento?
Haz un compromiso de no quejarte por nada durante los próximos días. Cada vez que te descubras quejándote, cambia la queja por acción de gracias. Cada día ten en cuenta la frecuencia en que pudiste cambiar tus quejas por gratitud. ¿Qué diferencia hizo esto?

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Four Habits to Rest in God’s Goodness

How do you rest in God’s goodness? How do you experience the abundant life he has for you?

Here are four daily habits that will help move you from overwhelmed to overflowing.

Stay connected to Jesus every day.

“I am the vine, and you are the branches. If you stay joined to me, and I stay joined to you, then you will produce lots of fruit. But you cannot do anything without me” (John 15:5 CEV).

If you try to go through life on your own power, you’re going to be overwhelmed. A toaster cannot fulfill its purpose unless it’s plugged in to the power. You cannot fulfill your purpose and enjoy God’s goodness unless you’re plugged in to his power.

Replace your complaining with gratefulness.

“Do everything without complaining and arguing” (Philippians 2:14 NLT).

Science has proven that complaining and practicing gratitude both have an impact on your health. Complaining is a deeply unhealthy emotion. On the other hand, studies have shown that gratitude is the healthiest emotion. It produces serotonin, dopamine, and oxytocin in your brain—those are the chemicals that boost happiness and lower stress.

Stop being stingy, and start being generous.

“Bring the full amount of your tithes to the Temple, so that there will be plenty of food there. Put me to the test and you will see that I will open the windows of heaven and pour out on you in abundance all kinds of good things” (Malachi 3:10 GNT).

God wired a universal law into the world: The more you give away, the more you’re going to get. He did that because he wants you to become more like him. God is a giver. Everything we have is the gift of God’s generosity. The more generous you are, the more God is going to bless you in every single area of your life. Your life will overflow!

Stop comparing, and start being content.

“It is better to be content with what little you have. Otherwise, you will always be struggling for more, and that is like chasing the wind” (Ecclesiastes 4:6 NCV).

Contentment is not abandoning your ambition. You ought to have ambition. You ought to make the most of what God has given you. Contentment doesn’t mean you don’t have any goals, dreams, or plans for your life. Contentment simply means you don’t need more in order to be happy. You’re happy right now with what you’ve been given. Contentment means your happiness doesn’t depend upon circumstances; it depends upon God, the Good Shepherd who has blessed you with every good gift.

By nature, we are discontent. But by God’s grace, we can rest content in his goodness to us. When you grasp that most things in your life are simply gracious gifts from God, your life will go from overwhelming to overflowing.

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Cómo es la Generosidad Bíblica

“Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, porque Dios ama a la persona que da con alegría” (2 Corintios 9:7 NTV).

La generosidad no se trata de tu riqueza. Se trata de tu buena disposición para ayudar a los demás, para mostrar amor a los demás y para honrar a Dios.

En 2 Corintios 9:7, Dios nos da tres características de una auténtica generosidad: “Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, porque Dios ama a la persona que da con alegría” (NTV).

Este tipo de generosidad bíblica es:

Siempre pensando. “Cada uno debe decidir en su corazón.” Tienes que pensar cuánto vas a dar. No lo hagas impulsivamente o emocionalmente. Toma tu propia decisión y la planificas.
Siempre voluntaria. “y no den de mala gana ni bajo presión.” Nunca, nunca, des porque te sientes culpable. Cuando lo haces, no obtienes crédito por eso, y no crecerá tu corazón.
Siempre alegre. “porque Dios ama a la persona que da con alegría.” Si no puedes dar alegremente, entonces no lo hagas. Se un tacaño un avaro. No recibirás ningún crédito por dar a menos que se lo des a alguien alegremente.

Sé generoso con tu ofrenda. Nuevamente, no se trata de la cantidad que des, no tiene que ser únicamente en dinero. Puedes ser generoso con tu tiempo o con tus talentos. Todo lo que des, dalo de manera pensante, voluntaria y alegre.

Reflexiona sobre esto :

¿Por qué querría Dios que pienses y planifiques cómo vas a dar?
¿Le llamarías sacrificio a tu forma de dar? ¿Por qué o por qué no?
¿Cuáles son algunas maneras específicas en que puedes ser más generoso con tu tiempo esta semana?

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What Biblical Generosity Looks Like

Generosity isn’t about your wealth. It’s about your willingness to help others, to show love to others, and to honor God.

In 2 Corinthians 9:7, God gives us three characteristics of an authentic generosity: “You must each decide in your heart how much to give. And don’t give reluctantly or in response to pressure. ‘For God loves a person who gives cheerfully’” (NLT).

This kind of biblical generosity is:

Always thoughtful. “You must each decide in your heart.” You need to think about how much you’re going to give. Don’t do it impulsively or emotionally. You make up your own mind, and you plan it.
Always voluntary. “Don’t give reluctantly or in response to pressure.” Never, ever, ever give out of guilt. When you do, you don’t get credit for it, and it won’t grow your heart.
Always cheerful. “For God loves a person who gives cheerfully.” If you can’t give cheerfully, then just don’t. Be a Grinch. Be a miser. Be a Scrooge. You don’t get any credit for giving unless you give to somebody cheerfully.

Be generous with your giving. Again, it’s not about the amount you give—it doesn’t have to be about money at all. You can be generous with your time or with your talents. Whatever you give, do it thoughtfully, voluntarily, and cheerfully.

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¿Estás Ayunando o Festejando en la Palabra de Dios?

 

“¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel” (Salmo 119:103 NTV).

Después de que mi esposa Kay y yo nos comprometimos, hicimos algo inusual: nos mudamos a lados opuestos del mundo. Ella se mudó a Birmingham, Alabama, para trabajar en una iglesia del centro de la ciudad, y yo me mudé a Nagasaki, Japón, para plantar una iglesia. Estuvimos separados la mayor parte de nuestro compromiso.

En esos días, no teníamos teléfonos celulares. Llamar a Japón costaba $15 por minuto, y éramos muy pobres. Entonces, solo teníamos una alternativa: escribir cartas. Cada uno de nosotros escribimos una carta todos los días y recibir la suya era lo más destacado de mi día durante ese tiempo. En el momento en que llegara una carta de amor, la abriría y la leería. Luego lo releería e intentaría leer entre líneas. Me gustaría subrayar y memorizar partes de ella. Estaba tratando de reunir cada gota de amor que esta mujer tenía por mí.

¿Qué pasa si leemos la Biblia, la carta de amor de Dios para nosotros, de la misma manera?

Si no estás estudiando detenidamente la Biblia, intentando extraer de ella toda la sabiduría, entonces no estás probando completamente el banquete que Dios ha preparado para ti. El Salmo 119:103 dice: “¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel” (NTV).

Esta Biblia está llena de alimento: alimento espiritual que te mantendrá saludable e incluso muchos postres.

¿Estás ayunando o estás festejando en la Palabra de Dios? Ten en cuenta que ir a la iglesia una vez a la semana y escuchar un sermón no es una fiesta. Si solo comieras una comida a la semana, entonces no crecerías ni estarías saludable.

“No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4 NVI).

Solo puedes realmente saborear la dulzura de la Palabra de Dios cuando te alimentas de ella todos los días y dejas que sature tu corazón y tu mente.

Reflexiona sobre esto:

Elige uno de los versos del devocional de hoy y lee todo el capítulo. Saborea las palabras de Dios. ¿Qué bondad y alimento tiene Dios para ti en este pasaje?
¿Qué cambio puedes hacer en tu rutina matutina o vespertina que creará tiempo para leer y meditar en la Palabra de Dios?
¿Cómo cambia tu deseo de leer la Palabra de Dios cuando piensas que la Biblia es la carta de amor de Dios para ti?

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Are You Fasting or Feasting on God’s Word?

After my wife Kay and I got engaged, we did something unusual: We moved to opposite sides of the world. She moved to Birmingham, Alabama, to work in an inner-city church, and I moved to Nagasaki, Japan, to plant a church. We were separated most of our engagement.

In those days, we didn’t have cell phones. It cost $15 a minute to call Japan, and we were dirt poor. So we only had one alternative: writing letters. We each wrote a letter every day, and receiving hers was the highlight of my day during that time. The moment a love letter arrived, I would tear it open and read it. Then I would reread it and try to read between the lines. I’d underline and memorize portions of it. I was trying to gather every drop of love this woman had for me.

What if we read the Bible—God’s love letter to us—that same way?

If you’re not poring over the Bible, trying to glean every bit of wisdom from it, then you are not fully tasting the banquet that God has prepared for you. Psalm 119:103 says, “How sweet your words taste to me; they are sweeter than honey” (NLT).

This Bible is full of nourishment—spiritual food that will keep you healthy, and even lots of desserts.

Are you fasting or are you feasting on the Word of God? Keep in mind that going to church once a week and hearing a sermon is not a feast. If you only ate one meal a week, then you wouldn’t grow or be healthy.

“Man shall not live by bread alone, but by every word that comes from the mouth of God” (Matthew 4:4 ESV).

You can only truly taste the sweetness of God’s Word when you are feeding on it every day and letting it saturate your heart and mind.

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Three Things to Remember When You Walk through the Valley

You may not be in the valley of the shadow of death right now, but you may be in another valley. These are hard places on your journey, where it’s easy to doubt or overlook God’s goodness. But you can always trust that God walks through the valleys with you. And he’s promised to bring you through to the other side.

Psalm 23:4 says, “Even though I walk through the darkest valley, I will fear no evil, for you are with me” (NIV).

Here are three truths worth remembering when you are in the valley:

You are not alone; God is with you.

The shadows in your life are the evidence of the presence of light. How do you deal with a shadow? You turn your back to the shadow and look at the light. Jesus said, “I am the light for the world! Follow me, and you won’t be walking in the dark. You will have the light that gives life” (John 8:12 CEV).

The Bible says God is light and in him there is no darkness at all. You need to stop focusing on the things that scare you: those bills, those fears, those worries, that stuff that keeps swirling around in your mind. Move your focus off your fears so you can focus on the Father.

God has a good purpose for your valley.

God cannot do evil. Even when you’re facing problems, conflict, grief, fear, or failure, God is at work creating some good from your valley.

Romans 5:3-5 says, “We rejoice in our sufferings, knowing that suffering produces endurance, and endurance produces character, and character produces hope, and hope does not put us to shame, because God’s love has been poured into our hearts through the Holy Spirit who has been given to us” (ESV).

Remember: The reward will last forever.

You’re going to be rewarded for remaining faithful to Christ in the valley of failure, in the valley of fear, in the valley of conflict, in the valley of grief, in the valley of brokenness, and in the valley of trouble. You’ll be in heaven less than a minute before thinking, “What was I thinking? Why did I complain so much? Why did I worry when I was going through those valleys? God was right there with me all the time, and he was good to me all the time.”

The Bible says in 2 Corinthians 4:17, “For our present troubles are small and won’t last very long. Yet they produce for us a glory that vastly outweighs them and will last forever!” (NLT).

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Tres Cosas para Recordar cuando Camines por el Valle

 

“Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado” (Salmo 23:4 NVI).

Puede que no estés en el valle de la sombra de la muerte en este momento, pero puedes estar en otro valle. Estos son lugares difíciles en tu vida, donde es fácil dudar o pasar por alto la bondad de Dios. Pero siempre puedes confiar en que Dios camina contigo por los valles. Y él ha prometido llevarte al otro lado.

El Salmo 23:4 dice: “Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado” (NVI).

Aquí hay tres verdades que vale la pena recordar cuando estás en el valle:

No estás solo; Dios está contigo

Las sombras en tu vida son la evidencia de la presencia de la luz. ¿Cómo lidias con una sombra? Das la espalda a la sombra y miras la luz. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida” (Juan 8:12 NTV).

La Biblia dice que Dios es luz y en Él no hay oscuridad en absoluto. Tienes que dejar de concentrarte en las cosas que te asustan: esos cobros, esos temores, esas preocupaciones, esas cosas que siguen girando en tu mente. Aleja tu enfoque de tus miedos para que puedas concentrarte en el Padre.
Dios tiene un buen propósito para tu valle

Dios no puede hacer el mal. Incluso cuando estás enfrentando problemas, conflictos, penas, temores o fracasos, Dios está trabajando creando algo bueno de tu valle.

Romanos 5:3-5 dice: “Nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor. (NTV).
Recuerda: La recompensa durará para siempre

Serás recompensado por permanecer fiel a Cristo en el valle del fracaso, en el valle del miedo, en el valle del conflicto, en el valle del dolor, en el valle del quebrantamiento y en el valle del problema. Estarás en el cielo menos de un minuto antes de pensar: “¿En qué estaba pensando? ¿Por qué me quejé tanto? ¿Por qué me preocupé cuando estaba atravesando esos valles? Dios estuvo allí conmigo todo el tiempo, y Él fue bueno conmigo todo el tiempo”.

La Biblia dice en 2 Corintios 4:17, “Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades!” (NTV).

Reflexiona sobre esto:

¿A qué le tienes más miedo? ¿Qué mentiras sobre esos miedos estás creyendo?
¿Cómo puedes recordar la bondad de Dios cuando caminas por tu próximo valle o cuando terminas de caminar por el valle en el que te encuentras ahora mismo?
¿Por qué es importante buscar el bien que Dios está ejercitando mientras estás en tu valle y no solo después de haber pasado al otro lado?

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