Alejandro Soifer's Blog, page 24

May 14, 2014

¿Cómo se forma un lector?

bukowski

Hace un tiempo me invitaron a una charla junto con otros escritores y profesores de literatura para un club juvenil comunitario.


Los chicos organizaron la ocasión y nos sentamos en una mesa tres recibidos de la carrera de Letras escritores publicados y, si no me equivoco,  un autor de teatro autodidacta.


Fue una linda ocasión para conversar con adolescentes acerca del gusto por la literatura, la lectura, recordar cómo es que llegamos a la pasión por los libros que terminó inclinándonos a todos nosotros por una carrera y una profesión que si bien es muy gratificante (la devolución de un lector al que le gustó nuestro libro o post en el blog, el leer como parte de nuestro trabajo, el ejercicio constante de la auto superación que implica empezar cada día con una hoja en blanco) implica también mucho sacrificio (la inestabilidad laboral, la necesidad de cubrir nuestros horarios con otros trabajos que nos permitan pagar nuestros gastos y por ende, nos deja poco tiempo para escribir, y también el desconocimiento de una gran mayoría acerca de lo que hacemos y el por qué de lo que hacemos tiene un valor social que merece una retribución).


Entre las preguntas que los chicos tenían preparadas para nosotros esa noche estuvo una de las que más me gusta responder: ¿Qué libro o libros recordás con especial cariño de tus primeros años de lector? Reformulada o similar, esa pregunta es un clásico y es linda de responder porque me comunica con el momento o los momentos exactos en los que me fui configurando como lector.


Como docente de escuela secundaria de la materia Lengua y Literatura también me planteo esta pregunta porque hay una idea de que el placer por la lectura se puede transmitir a otros. Es probable que así sea tanto como que hay gente a la que nunca lograremos convencer de que un buen libro puede ser muchísimo más gratificante que horas de TV (aún de la mejor, la que se produce en el mundo anglosajón por estos días, verdaderas novelas decimonónicas en formato audiovisual) o cine o videojuegos (aunque, de vuelta, un buen videojuego también puede ofrecer una experiencia estética-lúdica tan genial como leer un clásico de la literatura universal).


También escucho mucho y muy repetido el lamento de que “los chicos ya no leen”. Aquí, me parece, hay una serie de malos entendidos. Si un chico no lee porque encuentra mayor placer estético o gratificación en otra forma de utilización del lenguaje es una cosa; si el chico no lee y por esto pierde la habilidad de la lectocomprensión y la escritura, eso sí es triste porque estaría perdiendo una habilidad absolutamente  imprescindible para el desarrollo en sociedad.  


Como toda habilidad, la lectura y la escritura se mejoran con la práctica, por lo que la literatura extra-clase que un adolescente pueda leer mejorará notablemente a la larga sus capacidades. Pero dependerá entonces de cada uno y de sus intenciones de superación personal que se ejercite o no una lectura no prescrita.


Por otra parte, es mentira que los chicos ya no lean: leen foros, blogs, Twitter, Facebook, SMS, WhattsApp, Instagram, Pinterest y miles de redes sociales más que ni siquiera sabemos que existen. Es una lectura útil, apropiada a sus intereses y podemos pensar que un Tweet, un comentario en un foro sustituyen en la actualidad a la escritura en lápiz al costado de un párrafo que nos interesa de un libro. Estas formas de escritura representan una interacción hasta incluso más viva y rica que el comentario al lado de un párrafo de un libro donde nadie, ni el escritor ni el propio autor de la anotación, volvería a responder, reformular, retrucar o reflexionar sobre la escritura. En cambio el comentario en los medios de comunicación modernos habilitan y hasta estimulan esta democratización de las interpretaciones. 


Pero volviendo al asunto de las lecturas que de chico me inspiraron, estoy seguro que decepcionarían a más de un intelectual.  ¿Por qué? porque un niño/adolescente no puede empezar leyendo La guerra y la paz o Crimen y castigo o El castillo de Kafka y sentir un placer estético que lo impulse a seguir leyendo y leyendo. Eso simplemente no sucederá (a menos que se trate de alguna rarísima excepción).


suspense


Un lector comienza leyendo textos accesibles, literatura de entretenimiento (porque no olvidemos que antes de la aparición de las vanguardias la literatura tenía como función precisamente eso: entretener. Dostoievsky cobraba cada hoja que escribía. Resultó ser un genio, pero no escribía pensando en una trascendencia post-mortem sino más que nada en pagar sus deudas de juego).


Mis primeras lecturas fundamentales fueron la historieta Asterix y los libros de la colección Robin Hood, en particular las truculentas historias de piratas de Emilio Salgari (Sandokán, el Corsario negro), seguí con las novelas policiales inadecuadas para mi edad de James H. Chase y tuve mi momento epifánico cuando en séptimo grado, a mis doce años, encontré perdido en una antología de cuentos de suspenso, en la biblioteca de mi escuela primaria, el cuento de Charles Bukowski El asesinato de Ramón Vazquez.




suspense02

El cuento relata de forma sumamente descarnada el modo en el que dos malvivientes ingresan en la casa de un rico y anciano homosexual, lo violan, le roban y terminan asesinándolo en su bañera. Material que sin dudas no es adecuado para un niño de 12 años. 


¿Por qué ese cuento me produjo un impacto tan profundo en mi sensibilidad lectora? Porque por primera vez leía un cuento, inserto en un libro, es decir algo que alguien había considerado LITERATURA donde se hablaba en un lenguaje cotidiano, se relataba una atrocidad del mundo real, se mostraba el mundo sin adornos.


En mi necesidad lectora eso era mucho más interesante que las Crónicas marcianas de Ray Bradbury que me habían aburrido de muerte cuando me las habían hecho leer en quinto grado o los casos de Sherlock Holmes que también me habían aburrido en sexto grado o las novelas de perfecta precisión inglesa de Agatha Christie que había leído en segundo.


No quiere decir esto que a todos los adolescentes les vaya a suceder lo mismo que a mí con Bukowski que me generó tanta pasión y vértigo, la sensación de estar adentrándome a un mundo prohibido, que me llevó a seguir un camino de lectura que fue sofisticándose con el tiempo. Lo que sí creo que se puede extraer como lección de esto son varias cosas:


- Por empezar: no hay una receta mágica para que un niño se convierta en lector. A cada uno le gustarán o impresionarán distintas cosas.


- No hay que tenerle miedo a lo que los chicos eligen leer y les gusta. Este es el punto clave para hacer un lector: dejar al niño/adolescente leer lo que le guste, lo que le divierta, lo que le genere placer. Si lo dejamos libre seguramente al terminar un libro que le gustó querrá leer otro y luego de ese otro y así irá evolucionando en su gusto lector. Porque las novelas mal escritas o livianas terminan cansando a un lector que se está formando y sofisticando en el camino.


- Derivado del punto anterior: no hay libros malos. Todos sirven si son disfrutados por alguien.


En esa charla donde me invitaron a hablar junto con otros colegas, una de las preguntas finales fue: “¿Qué libro le recomendarían a un adolescente para que se enganche con la lectura?”


Una de mis colegas recomendó la lectura de Clarice Lispector. Para quienes no la conocen, les comento que fue una escritora brasilera muy exquisita y refinada. Sin embargo NUNCA la recomendaría para un chico de doce años. ¿Por qué? por el mismo motivo que no les recomendaría leer Vida y destino de Vassilli Grossman o cualquier otro clásico largo, arduo y pesado a esa edad: porque antes que introducir en la lectura, lo más probable será que lo aparten.


Clarice


A nadie le gusta que lo tomen por tonto y muchas veces los grandes clásicos y las plumas más vanguardistas y refinadas entran en juegos del lenguaje y estéticos que son difíciles de descifrar. Y esto causa frustración, ganas de tirar el libro por la ventana.


Si uno deja que su hijo lea lo que quiera y se entusiasme con la lectura, quizás algún día llegará en el que ellos mismos querrán un desafío mayor que le permita un mayor goce estético. Pero intentar apurar la cocción de un lector es lo mismo que intentar apurar la cocción de un pastel: el resultado será horrible y se habrán desperdiciado recursos.


los juegos del hambre


¿Qué recomendé yo en esa ocasión? recomendé la saga de Los juegos del hambre de Suzanne Collins. Dentro del género YA y de la literatura de entretenimiento, esa saga tiene una escritura muy buena, una estructura folletinesca que genera adicción y unos temas que vienen incluso de la mitología griega. Es una combinación ideal que no puede hacer daño. Aunque sí, es literatura de entretenimiento. Pero no importa, porque algún lector avispado y adicto a la saga podrá luego seguir su camino lector y quién sabe qué grandes lecturas disfrutará en el futuro; lecturas a las que no habría llegado si no hubiera sido picado alguna vez por el bichito de la adicción a un libro.


 


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Published on May 14, 2014 07:04

May 11, 2014

Mini-Reseña: Todo queda en familia de Ezequiel Dellutri

dellutriTodo queda en familia by Ezequiel Dellutri

Mi calificación: 2 de 5 estrellas


“Todo queda en familia” presenta un tipo de relato policial clásico que pretende pasar por “noir” a través del comportamiento de algunos de sus personajes. ¿Eso está mal? Desde luego que no, pero el resultado es una novela liviana, a medio camino entre la dureza del noir y la excentricidad del relato clásico.

La analogía con Sherlock Holmes (en este caso el excéntrico detective Jeremías “Gillette” Jeremías, que ya lleva desde el nombre una marca peculiar ¿acaso un chiste de difícil interpretación?)y su ladero Watson (en la novela, el escritor de novelas policiales Simón León; nuevamente, la rima ¿indica algún tipo de guiño al lector? ¿algún tipo de peculiaridad colocada a propósito para dotar al personaje de cierta excentricidad por fuera de la profundidad de su construcción?)queda explicitada en varias ocasiones por el narrador por lo que no caben dudas de hacia donde se intenta llevar la novela.

Luego tenemos un homicidio con el que se abre la novela que plantea una intriga pero más que nada requiere del lector un hondo esfuerzo de “suspensión de la incredulidad”: las circunstancias, los motivos (que se explicarán al final, obviamente), el modus operandi, todo parece caprichoso y blando. Otro crimen, otra intriga se desarrollan apenas uno o dos capítulos luego de comenzada la novela y este también plantea situaciones y motivaciones un tanto extravagantes.

Los métodos de investigación del detective Jeremías Jeremías son las del clásico detective del policial de enigma (no hay juego de ajedrez que metaforice la mente matemática y de lógica privilegiada del detective aquí, sino el más local juego de rummy) aunque el modo completamente azaroso y sin explicar en el que comienza la investigación ya sabiendo de antemano quienes son los responsables de uno de los homicidios (aún antes de investigar) le quita un poco del encanto típico del género de observar a la mente brillante en acción.

Raymond Chandler señaló alguna vez que en los policiales de enigma es imposible descubrir al asesino con las herramientas que el narrador nos da, que si lo desciframos es de pura casualidad. “Todo queda en familia” lleva esta aseveración al paroxismo absoluto: no solo es imposible descifrar al/los asesinos por las pistas que sigue el investigador sino que es imposible porque definitivamente no se presenta ninguna pista a lo largo de la investigación. Las pruebas, los indicios sólo parecen residir en la cabeza de Jeremías Jeremías y nunca las hace explícitas.

Mención aparte merece la subtrama que involucra la investigación del suicidio de la mujer de Jeremías por parte de León y su amante/amiga Maco. Un desarrollo correcto y lineal que lleva a dar como resultado la suma de excentricidad más a Jeremías.

Quizás en las novelas que continúan a esta se haya aprovechado para profundizar en sus peculiaridades dejando su registro de “detective excéntrico porque sí” de lado. Sería interesante poder ver en esta novela un punto de partida para una serie más pulida y que escape un poco de las características típicas del policial en la argentina.


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Published on May 11, 2014 16:18

May 3, 2014

Mini-reseña: Las extranjeras de Sergio Olguin

armado las extranjeras.inddLas extranjeras por Sergio S. Olguín

Mi calificación: 4 de 5 stars


Esta continuación de “La fragilidad de los cuerpos” la supera con creces.

Encontramos nuevamente a la periodista Verónica Rosenthal involucrada en la investigación del doble crimen de las extranjeras del título con quienes se había involucrado afectivamente.

Esta continuación presenta entonces una serie de personajes mucho más asentados, mejor presentados, más acabados a partir del esbozo que se había hecho de ellos en “La fragilidad…” y esto es algo para celebrar en un mercado argentino que conoce pocas sagas. ¿Por qué es algo para celebrar? porque la serialidad es una condición básica para el sustento de todo género popular y en el caso del policial argentino se ha visto poco en los últimos años: los referentes más importantes no lo han aplicado.

Una trama ajustada y llena de idas y vueltas, que desnuda la corrupción política, social y moral de las clases acomodadas de la oligarquía provincial, conflictos intrajudiciales y protagonistas que no aparecen para nada impolutos, que son capaces de matar, ocultar o desviar el cauce de una investigación sólo porque sus intereses económicos/afectivos se lo indican. Todas estas características típicas del policial negro, casi ausentes de buena parte de la tradición más clásica de la literatura policial argentina, le dan a la novela un piso de sustento especial para quienes buscan una novela de género negro.

No falta tampoco el erotismo en “Las extranjeras” con unos personajes que disfrutan de su sexualidad libremente lo que le da a la narración un tono de realismo no forzado.

En conclusión, una excelente continuación a “La fragilidad de los cuerpos” (aunque, como buena novela en serie, no precisa del lector haberla leído para poder disfrutarla) que profundiza en una trama muchísimo más ajustada y diversificada, sin excesos, precisa y disfrutable.


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Published on May 03, 2014 16:44

May 2, 2014

Déjalo ir / Libre soy

Déjalo ir


El camino del escritor hacia la publicación está lleno de obstáculos: escribir un texto que lo satisfaga, pulirlo y dejarlo presentable para mostrar, enviarlo a incontables concursos literarios, hacerlo llegar a algún editor con la esperanza de que decida leerlo y no dejarlo en la pila de originales que nunca serán ni siquiera hojeados (en este sentido, el mercado hispánico carece de ese elemento esencial en otros mercados: el agente literario que ejerce de nexo entre autor y editor) y luego si tiene talento (pero sobretodo suerte) y se le alinean los planetas de modo tal que ese original termine siendo considerado por un editor que decida que es editable (acumulación de milagros o de buena fortuna) volver a comenzar la rueda porque ningún escritor es escritor de un sólo libro.


Quisiera reflexionar un poco acerca del comienzo de ese proceso: la escritura de un libro. Pensemos en el género novela que es un género cerrado, fornido y que tranquilamente puede hacer un libro. Un escritor primerizo destina incontables horas de su vida intentando encontrar los espacios de tiempo disponibles para el proceso creativo, exprimiendo cada segundo que no utiliza en el trabajo del que vive, tiempo que decide no pasar con su familia o amigos o entreteniéndose con alguna de las incontables ofertas que tenemos actualmente para finalmente, luego de un tiempo, terminar de escribir esa primera novela.


Por todo lo que dijimos, por el esfuerzo que le costó a ese futuro escritor y porque este sujeto ha logrado demostrarse a sí mismo que estuvo a la altura del desafío de escribir del comienzo al fin un texto complejo, de largo aliento, lleno de dificultades y problemas que resolver, este primer texto tendrá un lugar especial en el afecto del futuro escritor. Después de todo fue mucho lo que tuvo que sacrificar para poder terminarlo.


Entonces esa primera novela empieza el camino: las correcciones, el paso de mano en mano a amigos que prometen leerla (y en algunos casos lo hacen y dan buenas devoluciones aunque en la mayoría de los casos no lo harán y con suerte apenas la lean) se perfecciona en el trabajo de talleres literarios o clínicas privadas con escritores establecidos, se pule, se reescribe, se recorta, se retoca y finalmente se empieza a enviar a editoriales que o no responden o rechazan la propuesta porque directamente “no reciben originales” (y el escritor se preguntará entonces: “Si las editoriales no reciben originales, ¿de dónde salen los nuevos escritores que cada tanto son publicados?” hablaremos de esto en otra ocasión) y en el mejor de lo casos se excusan con alguna carta de rechazo.


Muchos habrán pasado por esto y si bien cada experiencia es única, es bastante común no obtener un contrato de edición con el primer libro que se escribe. Existen las excepciones, sin dudas, y son los casos de éxito que más suenan: el que escribió un primer libro, lo llevó a una editorial, se lo editaron en el primer intento y se convirtió en best-seller mundial. Existen tantos de esos “study-case” de éxito como casos de grandes escritores que pasaron por cientos de rechazos antes de ser editados y convertirse en éxito. También existen cientos de miles de casos de escritores que fueron rechazados varias veces hasta que alguna editorial terminó editándolos y tuvieron un éxito moderado. Hay para todos los gustos.


Ahora, lo que pocas veces se dice es que también existen miles de escritores que recién logran publicar su cuarto o quinto libro. ¿Y qué sucede con su primera novela? ¿Su primer libro de cuentos? ¿Su segunda novela? Nada. Esos textos tienen un justo final forma de un archivo de procesador de texto que nunca verá la edición.


¿Qué significa todo esto? Que a veces hay que “dejar ir” esos primeros textos/libros que escribimos para poder ser libres.



Libre soy


El escritor Malcolm Gladwell ha hecho famosa la idea de que cualquier arte se puede dominar con excelencia si se le dedican 10.000 horas de trabajo intensivas. Según esta idea: “en tareas muy demandantes a nivel cognitivo, lo que hace la diferencia entre las historias de éxito y las “del montón” es la práctica intensa, y no tanto la presencia de dones naturales.”


Esta teoría tiene defensores y detractores y estos últimos parecen haber avanzado bastante en los últimos tiempos, y sin embargo hay una indudable verdad: en todo oficio (y no olvidemos que la escritura es uno de ellos) la práctica hace a la perfección. Escribir, escribir y escribir, alternando con lectura, lectura y lectura es un consejo básico que todo aquel que tenga que sugerirle algo a un futuro escritor debe darle.


En la escritura, la práctica mejora notablemente el arte del escritor. Esto es indudable. Siempre existirán los genios, en todas las artes, pero para quienes no nacimos con las dotes de Miguel de Cervantes o William Shakespeare, practicar nuestra escritura es el primer paso hacia una mejor producción.


Personalmente escribí dos novelas y una nouvelle que no me enorgullecen. La primera novela que escribí me costó muchísimo y la intenté mejorar todo lo posible durante un largo tiempo. Pasé por todas las instancias: taller literario particular con un escritor a quien admiro mucho, pedido de lectura a amigos y colegas, envío a concursos y editoriales y nunca fue publicada. ¡Por suerte! La releo ahora y le encuentro fallas no sólo de trama y estructura sino de escritura a nivel pedestre: las palabras que utilicé y el modo en el que las ordené.


La segunda novela fue publicada por una editorial independiente y ahora me arrepiento un poco de esa decisión. Es un texto bastante mejor que mi primera novela pero que tiene otras fallas que me hacen avergonzarme un poco de ella. La nouvelle no fue publicada, y también, mejor así.


En esta época de autoedición digital al alcance de la mano me resultaría muy fácil y barato editar esas novelas y subirlas a Amazon por ejemplo, pero entiendo que uno debe hacer una obra sólo con lo que está seguro que vale la pena. Nuestro nombre de autor es nuestra marca y un lector que se encuentre con un texto viejo nuestro, autoeditado en digital sólo porque no queremos sentir que desperdiciamos esfuerzo, recursos y tiempo en algo que va a dormir el sueño de los justos en nuestro disco rígido, seguramente le encontrará fallas a nuestro texto y lo alejará de la lectura de otros textos que sí querríamos que lea, que son los que estamos produciendo ahora. Estas novelas que cuentan con un nivel de producción mejor porque tienen como antecedente todas las horas de trabajo de aquellas que no publicamos.


Una novela, un libro de cuentos o el tipo de libro que escribamos, no es una isla en el medio del océano sino que es el resultado de un largo proceso productivo; nuestros primeros intentos fallidos de libro son parte de esa novela que ahora sí publicaremos. No podemos pensar una sin las otras.


Ahí está la clave: los textos que escribimos y no llegaron a buen puerto, nuestros primeros libros que nadie editó y que algún editor nos recomendó olvidar son aquellos con los cuales fuimos probando nuestras armas, ganando confianza, estilo, precisión.


¿Esto significa que si no obtenemos un contrato de edición con nuestros primeros textos debemos bajar los brazos y rendirnos? Desde luego que no, como dijimos, hay miles de casos de textos que merecían ser publicados y tardaron años en obtener ese destino. Lo que queremos señalar aquí es que a veces hay que “dejar ir” algunos textos para poder “ser libres” y que es mejor así.


Todo texto que escriba un escritor en la búsqueda de afianzarse como tal es valioso: sea o no publicable, las horas de experiencia, el trabajo con el lenguaje y la disciplina que implica la escritura de un texto de largo aliento son horas de trabajo que se acumulan para hacer que su próximo texto sea todavía mejor.


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Published on May 02, 2014 15:43

April 30, 2014

Presentación de la colección #ZonaPulp y de “Mano propia” en la Feria del Libro

Mañana, 17 hs. en la Feria del Libro.

¡Los espero!


Zona futuro-01


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Published on April 30, 2014 12:20

April 25, 2014

Adelanto de “Mano propia” novelette de Nico Saraintaris para Zona Pulp

griego loco

A fines del año pasado durante la fiesta de fin de año de Editorial Marea pude hablar un rato con Guido Indij, editor de interZona frente a su hermosa librería  Asunto Plus en Puerto Madero.

El editor me planteó que estaba gestando la idea de armar una colección de eBooks y me pidió asesoramiento dado que conozco el paño por haber estado cerca de dos años trabajando en BajaLibros.com

La posibilidad de llevar a cabo una colección siempre fue algo que me tentó y también la idea de profundizar mi inmersión en el mundo del eBook, por lo tanto unos meses después le sugerí a Indij armar una colección con lo mejor de la literatura pulp o de género.

¿Por qué una colección de pulps en eBook? D

os motivos: el primero fue que obviamente amo con locura la literatura de género y tener la posibilidad de dirigir una colección con lo mejor de lo que se produce actualmente en español del terror, policial, suspenso, fantasy, aventura, etc. ya pasa de ser un anhelo a liso y llano “sueño del pibe”.

El segundo motivo es mucho más pragmático: las pulps actuales se escriben y se leen en internet, en foros, en pantallas de celulares o tablets o eReaders. Los kioskos de diarios ya no venden revistitas de aventuras ni hay una colección Robin Hood para que los entusiastas se nutran de lo mejor de la literatura de género y si las hay, la inmensa mayoría de la gente ya no las compra como antes. La serialidad típica del pulp, su consumo rápido y descartable se lleva muchísimo mejor con una colección de eBooks de bajo precio para el lector que con una industria del papel que tiene una lógica inviable a nivel comercial para una editorial mediana.El pulp que más se consume actualmente en los Estados Unidos, su cuna, está siendo editado casi por completo en eBook tanto por escritores que se autopublican como por los que son editados por editoriales como Tor.

Fue así entonces el modo en que surgió la aventura de Zona Pulp, la colección de literatura de género en eBook que ya estoy dirigiendo para interZona.

Si bien el lanzamiento oficial lo habíamos planedo para septiembre-octubre de este año, la realidad se nos adelantó un poco y nos dio la excusa perfecta para poner a uno de nuestros escritores estrella, Nico Saraintaris y a su dupla creativa, el inmenso ilustrador Fernando Martínez Ruppel (quién hará las tapas de la colección), a trabajar  a sol y sombra para producir Mano propia, una novelette cyberpunk tremenda con la que abriremos la colección en pocos días.

Porque eso también es escritura pulp: tomar un tema y escribir, escribir, escribir una aventura sin pausas para imprimirlo y salir a rodar.

¿Quieren saber qué trae Mano propia? Aquí va adelanto de tapa y primer capítulo.


¡Que lo disfruten!


Mano propia TAPA FINAL


Mano Propia

Texto: Nico Saraintaris

Tapa e Ilustraciones: Fernando Martínez Ruppel


I.


Una de las cámaras del circuito de la ciudad lo tomó mientras robaba una cartera. La señora, todavía en el piso, se llevó la mano al costado del visor y confirmó el hurto. En una de las mesas del café que estaba cruzando la calle, un tipo de unos cuarenta años dejó el diario y ratificó la denuncia con un movimiento de cabeza. Cámara, víctima y testigo estaban de acuerdo y el sistema se encargó de cargar el ilícito en todos los visores de la ciudad.

Corría como loco. Sabía que no tenía mucho tiempo, lo habían marcado. Sonó un timbre y salieron algunos chicos de un colegio primario. Trató de esquivarlos pero se tropezó y cayó dando tumbos. Uno de los chicos se acercó para ayudarlo pero cuando vio que estaba marcado lo devolvió al piso con una patada. Un segundo golpe le rompió una costilla. Ninguno tenía más de doce años pero pegaban con fuerza. El fútbol seguía siendo uno de los orgullos más grandes de los habitantes de Portenia.

Se levantó, empujó a uno de los chicos a un costado y siguió corriendo. Dobló en una esquina. Un tachero le cruzó el auto en la vereda cortándole el paso. Un tipo con traje lo golpeó con fuerza en el pecho y el joven cayó hacia atrás, adentro del palier de un edificio de una de las zonas más caras de la ciudad. Empezó a juntarse mucha gente en la entrada. Se turnaban para patearlo. Cabeza, costillas y entrepierna. Desde el visor podía verse cómo bajaba lentamente la barra de la pena dictada por el nuevo código Hammurabi.

Alguien gritó y se le tiró encima, cubriéndolo con todo su cuerpo. El joven desapareció de los visores y la gente se dispersó entre puteadas. Cuando quedaron solos, lo arrastró hasta su habitación y cerró la puerta. El portero se llamaba Ezquerra y era un faraday, uno de esos tipos que rechazan la conexión. Trató de limpiarlo pero sabía que era tarde. El joven estaba inconsciente, con la cabeza abierta, un ojo reventado y la cara llena de moretones. Nunca llegaría al hospital y moriría ahí mismo, en el líving de su casa.

Ezquerra se levantó y se sirvió un vaso de gin. Sin dejar de mirar el cuerpo inerte del joven, apuró el vaso y se sirvió uno nuevo. La versión 3.11 del código Hammurabi era la actualización más reciente del Sistema Operativo del Estado (SOE).


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Published on April 25, 2014 10:43

April 21, 2014

Los 10 mandamientos de comportamiento en redes sociales para escritores

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Introducción


Tengo un tío que está siempre buscando formas de crear nuevos negocios millonarios. Es médico y trabajó en investigación durante unos años hasta que descubrió el nacimiento de la informática en nuestro país a fines de la década de los 80s y desde entonces se dedica prácticamente a eso. Y en este largo camino le ha ido bien y mal, pero lo que nadie puede negar es que lo intenta. Hace unas semanas en una reunión familiar me agarró y se me puso a hablar. Me comentó que estaba intentando venderle a una editora de eBooks un servicio de Community Management (manejo de redes sociales) para sus autores y me pidió algunos consejos. Le comenté brevemente algunas de mis percepciones y me quedé pensando en el modo en el que un escritor puede maximizar su presencia en redes sociales.

Como en toda profesión, las redes sociales permiten a los escritores ponerse en contacto con potenciales lectores, darse a conocer y venderse a costa de un precio bastante bajo comparado con el márketing tradicional. Quizás en este momento los cambios en las políticas de reach (llegada) de Facebook (en breve: está privilegiando la publicidad paga lo que hace que las fanpages no tengan una llegada “natural” u orgánica a los fans. Para una empresa grande esto puede no representar una gran diferencia porque de todos modos tienen un presupuesto de márketing digital pero para un escritor u otro artista, por ejemplo, que no puede invertir en anuncios, Facebook se está convirtiendo en una trampa cazabobos) estén vaciando uno de esos canales, pero todavía quedan GoodReads, Twitter, Instagram, Google+ e infinidad de redes que explorar.

Entonces encontré estos “10 mandamientos” de comportamiento en redes sociales para escritores y me pareció perfecto.

Como no vi nada escrito en español sobre el tema decidí traducirlo, adaptándolo en la medida de lo posible a las características de nuestro mercado (donde la mayoría de los escritores no se relacionan con las editoriales mediante un Agente, por ejemplo; donde la cosmogonía de los eBooks recién está empezando, etc.).

Estos son los consejos que le hubiera recomendado a mi tío y quizás lo haga la próxima vez que lo vea y creo que le pueden servir a cualquier escritor intentando hacer pie en redes sociales como medio (fundamental) para hacerse conocer y tener más éxito con lo que escribe y trabaja.

Aquí van entonces, los 10 mandamientos de comportamiento en redes sociales traducidos de este sitio.


por Anne R. Allen


Por empezar hay que acordarse de la regla número 1 de mamá: “Si no tenés nada bonito para decir, no lo digas.”

Esto es verdad incluso en threads de foros o discusiones donde todo el mundo está siendo sarcástico y vos simplemente seguís a la multitud. Lo he hecho yo misma y terminé hiriendo sentimientos de algunas personas. Recordá que cuando estás online estás “en público” y cualquiera puede leer lo que escribiste.

Si planeás publicar del modo tradicional (llevar tu manuscrito a una editorial y que te contacten para ofrecerte un contrato de edición), la razón para seguir la regla de mamá es simple: los editores te van a googlear (incluso antes de sentarse a leer tus páginas) y si encuentran un montón de tweets desagradables, peleas en foros y bulleo de tu parte en comentarios, tu carrera no estará yendo a ningún lado.

¿Por qué te googlearía un editor antes de leer tu original? Por el mismo motivo que cualquier posible empleador te googlearía. La mayoría de la gente prefiere trabajar con gente que tenga la cabeza bien puesta, seres humanos racionales que no están predispuestos al posteo borracho, a pelearse con compañeros de trabajo o bailar desnudos en público. Sencillamente así es como es.

Acordate “libertad de expresión” significa que tenés el derecho de decir lo que quieras en público pero eso no te protege de las consecuencias de lo que digas.

Incluso si te auto-publicás o estás planeando establecer una reputación de tipo desagradable, cerrado de mente y egoísta, ese tipo de comportamientos puede perjudicar tu carrera. Los escritores autopublicados (indies) a los que mejor les va respetan a sus fans, colaboran como invitados en otros blogs, hacen promociones y por lo general juegan limpio con los demás.

Está bien estar en desacuerdo y/o agregar nueva información a una discusión, de hecho es una buena forma de subir tu perfil, pero hacelo como una persona adulta, civilizada y no como un adolescente con un vocabulario limitado a una serie de insultos.

El mundo tecnológico fue inventado por jóvenes rupturitas, la mayoría de ellos hombres, por lo que la cultura de internet primitiva evolucionó para ser adversativa, sarcástica, intolerante con los nuevos porque surgió de adolescentes en vez de adultos que hacen negocios.

Pero el mundo de la publicación es el opuesto. Es un negocio que siempre ha sido llevado por el elegante arte de los negocios. Hacer enojar a la gente podrá traer tráfico a tu blog y vas a escuchar que crear “troll posts” y generar controversia es un buen modo de conseguir tráfico. Pero seguramente no sea el tipo de tráfico que quieras, incluso si te auto-publicás.

Acordate de que todo lo que decís es público. Eso incluye los tweets sarcásticos a tu mejor amigo (mejor usá DMs) y esas fotos de la última fiesta en la que estuviste en la que aparecés borracho y tirado en el piso.

Entonces, aquí van diez consejos para tu comportamiento online si estás planeando tener una carrera de escritor (a menos que tu objetivo en la vida sea ser un extremista profesional del grito y el lío. En ese caso ignorá todo lo que está aquí. Ser una persona que ama odiar puede hacerte rico y famoso si querés ese tipo de fama.)

Pero para el resto de nosotros, aquí van 10 reglas básicas: (Esto no es un dogma)


1) No spamearás


Me doy cuenta de que me repito y que muchísimos escritores van a continuar posteando interminable spam en cada plataforma social que tengan, pero de todos modos aquí voy nuevamente:

¿Qué es el spam de libros?

Repetir links, alabanzas a tu libro y citas del mismo en tu TL de Twitter.

Postear compulsivamente acerca de tu libro en Facebook, Google+ y foros.

Agregar la dirección de e-mail de alguien en tu lista de mailing aún cuando esa persona no se haya suscrito por propia voluntad.

Subir interminables post de publicidad sin noticias, sin información acerca de tus libros y los de otros escritores. Nada más que publicidad no es nada más que insoportable.

La gente quiere novedades y conexión personal en las redes sociales, no publicidad robótica.

Puede ser medio complicado determinar qué es Spam y qué no. Pero en breve: si lo ignorarías en tu propia inbox, página de Facebook o TL de Twitter, probablemente sea spam.


2) Apoyarás a tus colegas


Los otros escritores no son tus “rivales”. Los escritores que trabajan juntos tienen más éxito que los que prefieren el camino del solitario antagónico. De hecho, lo primero que debería hacer un escritor principiante en social media es conocer a otros escritores, particularmente los que escriban en su mismo género y subgénero y establecer amistades con ellos.

Una de las mejores herramientas de ventas en el negocio justo ahora son los box-set a precio de ganga con varios títulos de diferentes autores. Estas box sets están llegando a las listas de bestsellers y dándole nueva visibilidad a todos los autores que participan. Sí. Están llegando a las listas de best-sellers del New York Times y USA Today.

Los escritores que trabajan juntos logran mayor visibilidad de sus libros para los fans. Apoyarse mutuamente con colegas es divertido y beneficioso.

Pero tené en cuenta: “apoyar” no significa demandar que otros autores publiciten tu libro spameando sus propios TLs de Twitter, Facebook o Google+. Además, hay muy poca evidencia que indique que el spam venda libros.

Tampoco significa que tengas que tagear a otros escritores en tus fotos de Facebook o que les mandes invitaciones para jugar casual-games estúpidos (además, si le mostrás a la gente que estás jugando jueguitos de Facebook, le estarás diciendo que no estás escribiendo) ni que vayas a mendigar una “mention” de otro en su blog o social media si no tenés una relación con él. Tampoco intercambiar reseñas ni “likes”. Intercambiar reseñas no es ético y los likes falsos no tienen sentido.

También he visto a escritores independientes quejarse porque sus colegas escritores no estaban haciéndoles suficiente márketing para ellos o no habían comprado sus libros. Eso no es buscar apoyo, eso es ser un tarado. A menos que tu libro sea sobre “cómo escribir” o de márketing de libros, tus colegas escritores no son tu audiencia. Conseguite tus propios lectores.


3) Practicarás la tolerancia


Internet es global. Esto significa que el pensamiento primitivo e insular lo único que hará es alejar a tu audiencia potencial.

Dañar a la gente sólo porque tienen diferentes costumbres o creencias ha sido un pasatiempo humano desde que Zog le pegó un palazo en la cabeza a Gog porque la diosa de la fertilidad de Gog tenía mejores tetas que su propia diosa de la fertilidad.

Pero, ¿adiviná qué? Zog, aún con violencia y palabras crueles, no pudo hacer que sus propias creencias fueran “más ciertas” que las de Gog.

Si estás inseguro con tus propias creencias andá y hablá con tu confesor, psiquiatra, presidente de tu club de de Beliebers o quien sea que te guíe nuevamente hacia a la luz.

Y si estás seguro, los sistemas de creencias de otra gente no te van a afectar en lo más mínimo, por lo que no son asunto tuyo.

Recordá que la tolerancia no sólo es hacia la religión, etnia u opiniones políticas del otro.

Ser maleducado con otros escritores que elijen un camino diferente al tuyo es ridículo. ¿Querés demostrar que tu camino es mejor? Andá y escribí un bestseller en vez de gastar tu tiempo siendo sarcástico en la web.

Entiendo que este tipo de cosas suceden porque los primates somos tribales. Instintivamente caemos en las dicotomías: “ellos/nosotros”; “blanco/negro”. Es más fácil demonizar al otro antes que entenderlo. Además, nos sentimos más seguros cuando formamos parte de una tribu. En especial cuando esa tribu tiene un líder fuerte.Pero no importa a qué jefe/querido líder/blogger sigas, vas a ser más feliz si aceptás que la gente es diferente.

Evolucioná. Te prometo que vas a encontrar mejores maneras de gastar tu tiempo.


4) No vas a quejarte acerca de la estupidez de los lectores, las malas ventas de tus libros o lo injusta que es esta industria.


Si te la pasás quejándote constantemente acerca de cuán estúpidos son los lectores de novelas de romance/paranormal/fantasy o chick lit o de cómo los eBooks son lo peor que le pudo haber pasado a la civilización, tené en cuenta que vas a estar alejándote de un enorme segmento de tu audiencia potencial.

Sí, tenés un título de Licenciado o de Máster y leíste a Proust en el original francés y estás furioso porque estás sirviendo hamburguesas a pesar de haber escrito el próximo “En el camino” o “Ulises”, pero tomártelas con los lectores no va a cambiar eso. Guardate la bronca para sacarla con tu grupo de amigos proto-post-modernistas-neo-Beats.

Esto incluye hacer pública tu aflicción por alguna carta de rechazo. Veo a un montón de escritores que hacen largas crónicas acerca de cómo les rechazaron sus originales. ¿Adiviná qué? Los editores también pueden ver eso y por lo general significará un rechazo automático a tu original. ¿Por qué? porque eso te hará quedar como un escritor potencialmente problemático con el que no quieran relacionarse.

Y si terminás autopublicándote, esas largas lamentaciones acerca de cómo te rechazaron el original van a hacer parecer que optaste por la autopublicación porque el libro no era lo suficientemente bueno y no porque elegiste el camino del self-publishing.

Este es un negocio duro sin importar el modo en el que publiques. La mayoría de los autores reciben unos 100 o 1000 rechazos de sus originales antes de conseguir un contrato de edición y la mayoría de los autores que se autopublican tardan años en construir una base sustancial de audiencia lectora.

Quejarte no va a hacerte vender más libros. Desconectate de internet y sentate a escribir.


5) Recordarás: “En Internet, nadie sabe que sos un perro”


Esta es una cita de una caricatura de Peter Steiner en el New Yorker en 1993, la caricatura más reproducida en la historia de la revista. Se volvió icónica porque dice una verdad básica de la cultura de internet: nunca sabés realmente con quién estás interactuando.

Esto no es porque alguna gente oculte su identidad en la web sino porque ésta, además, induce a las personas a asumir que los demás son como ellos mismos a menos que la información les demuestre lo contrario.

Entonces, si sos un joven nuevo en la escritura vas a asumir que todos los que te encuentres en la web también son nuevos en la profesión. O si sos un tipo con experiencia en el mundo editorial vas a asumir que todos los demás también lo son.

Esto puede llegar a generar varias situaciones embarazosas y encuentros desagradables, en especial dado que los nuevos pueden aparecer comentando en un blog al lado de los consagrados.

Realmente no vas a querer empezar a decirle a @Neilhimself Gaiman que cuando crezca y publique va a entender algo de literatura.

Tampoco te vas a ver bien gastando a una abuelita cristiana por ser naïf respecto del slang sadomasoquista. O burlándote de una nena de 12 años que vive en Bombai porque no entiende referencias de programas de TV de los 80s.

Por lo que fijate antes de ser sarcástico. Fijate quién es la persona con la que te estás comunicando.


6) No responderás a las reseñas.


No importa cuán injustas sean. Simplemente. No. Respondas. No podés gustarle a todo el mundo todo el tiempo.

Necesitamos gente que haga reseñas por lo que tratalos con respeto. Incluso si le hiciste llegar el libro de regalo al que lo reseña y éste lo destruyó en su artículo.

Todos reciben malas reseñas. ¿Recibiste una? Acabás de ingresar al club al que perteneció todo escritor exitoso que haya vivido.

Podés ir y leer las malas reseñas de grandes libros y las puntuaciones en Amazon de una estrella que reciben los clásicos. Después desconectate y putea en privado. Andá al gimnasio, comprate un chocolate y/o un vino y llamá a tu mejor amigo. Vayan a un bar y tómense unas cervezas pero hagas lo que hagas no respondas a la reseña online. Ni siquiera en tu blog personal o perfil de Facebook.

No sólo vas a ponerte en vergüenza sino que además vas a atraer la atención de los que quieren intentar destruir tu carrera.


7) No hablarás mal de escritores amados.


Cuando insultás a Stephen King, J.K. Rowling o Suzanne Collins online estás alejándote de un porcentaje importante de tu audiencia potencial. Estos escritores son exitosos porque muchísima gente ama sus libros. Cuando los llamás “malos escritores” estás criticando el gusto de sus fans. No te van a recompensar por hacerlo.

Si sos un reseñador podés decir que el último libro de King no estuvo a la altura de sus estándares habituales o que Divergente no se compara a Los juegos del hambre, después de todo, ese es tu trabajo. Pero si sos inteligente te vas a dar cuenta que no hace falta que lo digas con canchereadas que te van a hacer quedar como un wannabe y un resentido.


8) Chequearás los datos antes de compartirlos.


Si algo se hace viral en social media, respirá hondo y chequeá en Snopes.com a ver la fuente de la noticia. El 99% de las veces el contenido viralizado no sucedió o fue replanteado para generar reacciones.

Repito: cualquier cosa que hagas online es PÚBLICO: No esperes privacidad acá.


9) No alimentarás a los trolls.


Los Trolls son parte de la vida de internet.

¿Por qué hay trolls? Un nuevo estudio canadiense encontró que los trolls son los “sádicos de todos los días” que obtienen placer en el dolor de otros.

El anonimato en internet les permite a estos sociópatas, que en circunstancias normales se esconderían en el closet, a salir y disfrutar de su comportamiento sádico. Simplemente es lo que les divierte hacer.

Siempre tené en cuenta que los trolls se alimentan de la atención como los mosquitos de la sangre. La única manera de deshacerse de un troll es no prestarle atención a pesar de lo evidente que sea que están equivocados y/o errados. Porque para ellos, obtener atención, buena o mala, es como su comida. Ignorando todo lo que ellos hacen los matás de hambre.

No pienses en el comentario o una reseña de un troll como un intercambio con otro ser humano capaz de pensamiento racional. Pensá en él como una pila de mierda que no querés pisar.

¿Un troll dejó un comentario que te molesta? Desconectate de internet, andá a llamar a un amigo, lee un libro o sacá a pasear al perro. Cualquier cosa que digas online sólo empeorará las cosas.


10) Seguirás la regla de Wil Wheaton


El actor Wil Wheaton utilizó por primera vez la expresión: “No seas pelotudo” en una conferencia de videojuegos en 2007.

Estaba hablando acerca de las reglas de etiqueta en los videojuegos online, pero su regla sirve para cualquiera que esté usando internet.

De hecho, es una buena regla para cualquier circunstancia de la vida.

En términos más educados, podríamos llamarla la Regla de Oro: sé empático y no hagas cosas a otra gente que te harían sentir mal si te las hicieran a vos.


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Published on April 21, 2014 16:48

April 20, 2014

Mini-reseña: Los crímenes de Moisés Ville. Una historia de gauchos y judíos de Javier Sinay

Los crímenes de Moisés Ville de Javier SinayLos crímenes de Moisés Ville. Una historia de gauchos y judíos por Javier Sinay

Mi calificación: 3 de 5 estrellas


Sinay retoma un viejo artículo del primer periódico en iddish que se escribió en la Argentina (creado por su bisabuelo) como excusa para hundirse en la historia de la colonización judía en la Argentina a fines del siglo XIX impulsada por el Barón Hirsch.

La investigación es impecable y da cuenta de varias historias olvidadas a la vez que retoma la formación de las famosas colonias en Santa Fe y Entre Ríos, con especial énfasis en Moisés Ville. Estos primeros años trágicos de integración de los judíos llegados de Europa oriental en un ambiente dominado por los gauchos en vías de extinción y sin ya medio de vida (recordemos que “Martín Fierro” es un largo lamento contrario a la política estatal en relación al gauchaje)le sirve al autor para descubrir la sangre que corrió en toda complicado ensamble social.

Si bien resulta esclarecedor y complementario de los muy buenos trabajos clásicos de divulgación del tema como la obra de Ricardo Feierstein y Eliahu Toker (ambos aparecen entrevistados en el relato) hay ciertos pasajes del texto que, intentando quizás una crónica con anclaje en el tiempo presente, le quita un poco la profundidad que podría obtener. Es lógico: se trata de una crónica y no de un libro de historia, por lo que la necesidad del narrador de involucrarse, investigar desde el presente e intentar encontrar una historia interesante en el “hoy en día de Moisés Ville” lo lleva a ahondar en una subtrama poco interesante (un envenenamiento masivo de perros y gatos en el pueblo; una historia que seguramente se repita en todo conglomerado urbano de nuestro país) y que nada tiene que ver con la investigación de calidad que lleva a cabo respecto de la colonización judía.


Es cierto que es interesante ver cómo se encuentra el día de hoy la primera colonia de los judíos del Barón Hirsch pero ese tipo de microrelatos de la paz pueblerina actual de un pueblo casi fantasma no aportan una perspectiva significativa o necesaria.

Luego, algunos otros pasajes autobiográficos se extienden (quizás en el embriague del narrador por saberse descendiente de sujetos que fueron parte de una historia compleja, rica e interesante) demasiado sobre minucias que apartan el foco de la historia que da sentido al título de la crónica.

En conclusión: un libro que interesará casi exclusivamente a un tipo de lector judío con curiosidad acerca de ese increíble periodo de emigración masiva desde Europa y hacia América, en medio de un clima convulsionado por el compromiso político socialista y el sionismo (aunque de esto en el libro se hace escasa mención). Un relato que ayuda a completar el rompecabezas de la vida judía en nuestro país.


Lee todas mis reseñas


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Published on April 20, 2014 15:45

April 19, 2014

Dos lecturas de sábado

Anteojos


Hay hoy dos buenas notas en los diarios de hoy que quisiera recomendar.


La primera es una evocación-recuerdo del escritor platense Martín Felipe Castagnet donde habla de su vida como “nerd”.

Conozco en persona a Martín, aunque nos vimos pocas veces y no conocía nada de su vida nerd. De haberlo hecho, sin dudas hubiera aparecido en mi libro sobre culturas nerd, geek y friki: Que la fuerza te acompañe, en especial en lo referido a su experiencia con la Asociación Tolkien Argentina que aparece mencionada en mi crónica pero que siempre sentí me quedé debiéndole más espacio y desarrollo. Ojalá algún día haya una versión corregida y ampliada así puedo incluir todo el material que me quedó afuera.

Pueden leer la nota de Castagnet aquí.


La segunda es una entrevista bastante descontracturada a Ignacio Iraola, director del Grupo Editorial Planeta que cuenta algunas intimidades del mundo de la edición de libros desde su posición en el sillón de mando de una de las más grandes editoriales del mundo.

La pueden leer aquí.


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Published on April 19, 2014 12:42

April 17, 2014

5 claves del éxito de la saga Divergente

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(este post contiene algunos spoilers de la saga Divergente de Veronica Roth)


Dentro del enorme y aparentemente interminable mercado de las novelas YA (Young Adult) el peso pesado actual, luego de los reinados de Harry Potter, Twilight y Los juegos del hambre, parece ser la saga Divergente de la joven escritora estadounidense Veronica Roth. Hoy,  jueves 17 de abril se está estrenando en la Argentina la adaptación del primer libro que lleva el mismo nombre que la saga, lo que la consolida en el camino a la cima del género (además, claro está, de las millonarias ventas).

La saga tiene todos los ingredientes necesarios para asentarse cómodamente en su sección: tres libros en saga, protagonista adolescente obligada a tomar una decisión (en el primer libro) que va a cambiar su vida y luego una serie de frustraciones, desafíos y conflictos dosificados con cierta pericia y buen ritmo a través de los libros.  Pero, ¿es Divergente un producto literario de calidad? Aquí es interesante adentrarnos y la respuesta en un principio tiene que ser que si bien digno y con una escritura correcta, Divergente no está a la altura narrativa de Los juegos del hambre de Suzanne Collins por ejemplo.

La comparación es molesta: se ha dicho muchas veces que la saga de Roth copió a la de Collins. Pero es una acusación de mala fé: que ambas sagas cuenten con una protagonista femenina adolescente y fuerte inmersa en una sociedad distópica y cierto parecido en el diseño de tapa de ambas sagas no implica que tengan más puntos en común.

Divergente, el primer libro de la saga, comparte muchísimo más con El juego de Ender de Orson Scott Card (ese clásico sci-fi de literatura YA cuando la literatura YA no era un género en sí mismo) que con las situaciones que atraviesa Katniss Everdeen. Beatrice “Tris” Prior, la protagonista de los libros de Roth, recibe en el primer libro de la saga un entrenamiento militar que rememora directamente buena parte del entrenamiento que recibió Ender en el primer libro de su propia saga.

¿Coincidencia? Tanto Roth como Scott Card además comparten una religiosidad (ella cristianismo; el mormonismo) que no sólo no ocultan sino que advierten, ha inspirado sus historias. No es difícil encontrar ecos religiosos de hecho: Ender y Tris terminarán asumiendo cada uno el rol de salvador, chosen one, lo que por otra parte, le queda cómodo a cualquier protagonista de novela de aventuras.

Divergente y sus continuaciones (Insurgent y Allegiant) fracasan donde otros han triunfado: plantear una historia relativamente interesante más allá de la inmediata identificación de las adolescentes con el personaje fuerte de Tris. El mundo distópico que plantea puede parecer coherente al menos hasta el tercer libro que es cuando se revela el por qué de su forma (recordemos que la premisa básica de la saga es que en un futuro indeterminado la humanidad se encuentra dividida en “castas” según las mayores aptitudes de cada individuo: osadía, cordialidad, abnegación, búsqueda de la verdad, erudición) resulta de una pobreza que se vuelca retrospectivamente a los primeros dos libros y les quita sustento.  Para peor, la resolución, en los últimos capítulos del último libro, resulta polémica y decepcionante. ¿Por qué? Porque la saga de Roth plantea una serie de premisas que parecen puestas sólo porque parecía estar siguiendo la regla del best-seller YA: tres libros, protagonista adolescente fuerte, conflictuada y especial, repetición en cierta medida de las tramas en cada uno de los libros (al igual que Los juegos del hambre y En llamas que pícaramente nos cuentan prácticamente la misma historia dos veces)  y una resolución polémica (al modo del también polémico final de Los juegos del hambre, aunque incluso en éste hay un poco más de sentido) sólo como quien reúne los ingredientes de una receta.



La saga Divergente termina presentándose como una especie de gran excusa para un martirologio cristiano (bastante poco disimulado) que no cumple ninguna función narrativa y que enardeció a los fans de la saga.

Entonces, la pregunta que nos hacemos es: ¿es la saga una suma de ingredientes sin un rumbo fijo demasiado claro? No importa la respuesta porque lo que se ve es la realidad: la serie se convirtió en un éxito, convirtió a su joven autora en una best-seller y consiguió adaptación en cuatro películas para tres libros (como Los juegos del hambre).

Hilemos fino: ¿cómo hizo Roth para convertir en un éxito una saga floja a nivel narrativo? Podemos distinguir algunos elementos que sin dudas estuvieron bien empleados (aunque el trasfondo, el mundo que creo los haya enflaquecido a meros procedimientos):


1. Protagonista joven, fuerte, decidida pero en estado de ansiedad y duda que es especial y diferente a los demás y esa especificidad la pone en riesgo. Es decir: adolescente.

Tris Prior, ¿quién más? Para colmo pronto pierde a su familia por lo que se encuentra “sola contra el mundo”.


2. Subtrama de amor con su mentor que nunca concreta intimidad. Este último punto acorde a la doctrina cristiana y también conveniente para una novela que aspira a un público juvenil.

La historia de Tris con Tobias (o “Cuatro”). Sí, hay romance y hay acercamiento físico pero nunca concretan ese amor. Ni se casan ni mantienen relaciones sexuales. Como corresponde a un buen cristiano.


3. Mundo distópico.

El Chicago dividido en castas y luego el mundo entero arrasado por una guerra eugenésica. En este sentido decíamos que la idea original parecía dar para muchísimo más y la explicación final termina siendo un tanto pobre, como si la autora se hubiera encontrado al final del segundo libro sin saber bien qué hacer con lo que había construido hasta entonces y hubiera decidido la explicación más banal y estúpida que podía emplear.


4. La damsiela en apuros.

Tris no para de meterse “en la boca del lobo” aún cuando no tiene necesidad de hacerlo. Busca el peligro sólo para poder ser rescatada. En este sentido la trama se desenvuelve mediante idas y venidas (que se vuelven un tanto tediosos de vez en cuando) de posiciones de peligro y seguridad.


5. El final con alegoría cristiana.

El sacrificio de Beatrice (que, reiteramos, no cumple función narrativa alguna y que es forzado y sin sentido) nos lleva a una joven, inocente y genéticamente pura a morir por los pecados de los demás que se convierte en fuente de inspiración para el futuro de la humanidad ¿Queda alguna duda?


Divergente es una saga que encerraba un potencial mucho más rico que el que terminó desarrollando. Sin embargo, se atuvo a ciertas recetas básicas en casi todas las historias que nos gusta leer y eso sumado al azar de los hechos y lo imposible de predecir la terminaron convirtiendo en un éxito global. Ahora ustedes ya conocen los ingredientes con los que se cocinó esta receta.


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Published on April 17, 2014 07:39