Sergio L. Palacios's Blog, page 9

February 2, 2013

Hasta luego, y gracias por el pescado...

[image error] No, ni estáis soñando ni es el día del fin del mundo. Efectivamente, esta es la última entrada de este blog. He querido hacerlo así, con premeditación y alevosía, tan repentinamente como una puñalada trapera, en pleno corazón. Es cierto que he jugado con vosotros en las últimas semanas, tanto desde mi cuenta de twitter como desde estas páginas. Pero tan sólo era para despistar. Ya me conocéis, ¿verdad?
Sí, han sido más de seis años y medio, desde que comencé aquel 13 de junio de 2006 a las 13:43 horas, exactamente. Hasta hoy, han sido prácticamente 1.750.000 páginas vistas, repartidas a lo largo de 440 posts (con 5798 comentarios) en los que he intentado dejar algo de mí mismo y de la pasión con la que vivo esta fascinante creación del intelecto humano que es la física. En cada frase, en cada palabra, en cada expresión he dejado toda mi creatividad y conocimiento, todo mi sentido del humor, mejor o peor, más o menos acertado o más o menos gracioso, pero siempre sincero, con buena intención y sin más pretensión que acercar a todo el mundo que así lo desease la ciencia, la racionalidad, la belleza que encierra la comprensión científica del universo que habitamos.
Para llevar a cabo esta misión de caracter divulgativo pero también (y no quiero olvidarlo) docente que me marqué aquel ya lejano mes de junio de 2006 (cuando ya llevaba dos cursos impartiendo en mi universidad la asignatura de Física en la Ciencia Ficción) he contado con una técnica tan simple, tan sencilla, que casi sonroja admitir. Cierto es que se le podría haber ocurrido a cualquiera, pero como dice un buen amigo mío: al genio no solamente se le ocurre la idea que a ningún otro se le ha pasado antes por la cabeza, también debe atreverse a llevarla a cabo. Y esa idea tan simple que estaba ahí, delante de todos, era el cine, las películas, los cómics, las novelas y los cuentos de ciencia ficción.

Hay muchos blogs de ciencia, muchas páginas web dedicadas a la divulgación científica y muchísimas centradas en la difusión y mejora de nuevas estrategias de enseñanza de la ciencia a todos los niveles educativos. Unas pocas son excepcionales, seguramente todas necesarias, aunque la gran mayoría prescindibles. Sin embargo, me vais a permitir retirarme a mis aposentos admitiendo que como FCF+ no hay ninguna en absoluto, a pesar de las imitaciones, a las que considero como reconocimiento a mi labor pionera. Y no me refiero a la calidad de FCF+, sino más bien a su naturaleza, a su originalidad, a su estilo alejado del lenguaje frío y técnico que algunas abrazan como signo de rigor y pureza de la raza. Desde el principio, he tenido claro que las palabras a usar para llevar la física a la gente joven, el objetivo inequívoco y prioritario de este blog, debían ser las palabras sencillas, coloquiales, hasta vulgares de cuando en cuando, si me apuráis. Y no me arrepiento lo más mínimo de haber procedido así.
No soy menos consciente de que hay muchas personas y algún que otro animal que no gustan de estos temas y/o géneros literarios y/o cinematográficos, ni tampoco de los estilos lingüísticos baratos y chabacanos que empleo, que piensan que estos procedimientos divulgativos ya se han pasado de moda y hay que dirigir los pasos hacia otros derroteros. Puede que, en realidad, sean muchas más de las que yo pienso y es posible que me haya estado auto-engañando todo este tiempo; eso deberéis juzgarlo vosotros, los que habéis estado ahí desde el principio, los que lleváis solamente unos meses o algunas semanas y los que recientemente hayáis terminado por caer en este oscuro y profundo pozo de inmodestia, afán de protagonismo y soberbia desmedida a partes iguales. Si habéis sabido distinguir realidad de ficción, sois merecedores de mi más profundo respeto y sincera admiración.
Sé que con esta forma de ser y entender la divulgación me he ganado a pulso y más que merecidamente amigos y enemigos. A los primeros, no muchos pero sí muy valiosos y que sé que me comprenderán y me acompañarán en lo que decida, los conservo y a los segundos más aún, sólo que a partir de ahora los miserables ya no tendrán tan fácil encontrarme y deberán buscarme en otras partes y mucho mejor. Mejor porque he aprendido la lección y sabré pasar desapercibido, me ocultaré y camuflaré con más cuidado porque ahora yo sí sé dónde están ellos, en cambio ellos ni se imaginan dónde estaré yo. Puedo perder muchas batallas, en cambio la guerra la continuaré hasta la muerte.
Entre estos personajillos guerreros-envidiosos (y esto también es una teoría de un buen amigo mío, con la que estoy de acuerdo, aunque a él siempre le llevo la contraria para provocarle) de tres al cuarto me he encontrado con profesores poco brillantes en su trabajo, con estudiantes resentidos pero, sobre todo, con conocidos divulgadores, incluso de gran éxito, con millones de visitas anuales en sus fabulosas creaciones hipertextuales. No os vayáis a creer que es oro todo lo que reluce, ni mucho menos. De hecho, soy tan torpe en mi expresión verbal, que he preferido que otro buen amigo mío os lo explique de una forma que todos entendáis sin problema. Escuchad, escuchad atentamente...

Y si aún no es suficiente y continuáis preguntándoos por qué abandono el barco así, de mala manera, todo empantanado, con la cubierta sin fregar, hecha un asco, con tareas prometidas y a medio acabar, no tengo más que deciros lo siguiente: estoy cansado, muy cansado, enormemente decepcionado, desilusionado, hastiado, defraudado, hundido. Y antepongo mi salud física y mental a cualquier otro compromiso adquirido porque sé lo que es caer y tocar fondo (algunos de vosotros sabéis de lo que hablo) y no quiero volver, bajo ningún concepto, a pasar por la misma experiencia. Por todo ello, no quisiera irme sin pedir perdón a todas aquellas personas e instituciones que me han ayudado en mi labor de divulgación y enseñanza durante estos años. Sin ellos, nada de esto hubiese sido posible. Me queda el enorme resquemor de haberles podido defraudar, pero también les digo que idearé la forma de resarcirles, de una forma u otra. Gracias de corazón, pero no puedo más.
[image error] Tan sólo me resta acordarme de todos los que me habéis leído poco o mucho, los que me habéis apoyado con vuestras visitas, me habéis dado visibilidad con entrevistas o vídeos de mis conferencias; no me olvido de vuestros fantásticos comentarios e ideas que tanto han mejorado este pequeño rincón de la blogosfera, tantos y tantos que habéis dejado innumerables e-mails en mi buzón con vuestras maravillosas y ocurrentes consultas y dudas, solicitando ayuda en los trabajos del colegio, instituto, universidad y hasta en tesis doctorales; los que habéis sufrido y soportado mis dislates, mis frases hirientes, poco razonables, impertinentes y absolutamente carentes de tacto. Espero que no me lo tengáis en cuenta mucho después de que me haya muerto. Con todo ello me llevo mi zurrón lleno de buenos recuerdos y la satisfacción de haber podido ayudar en mi medida a tanta gente buena y amable. Desde hoy, el mundo cuenta con un divulgador menos. Aunque, a decir verdad, ¿realmente a alguien le importa? El mundo acaba de ganar una divulgadora...
Por último, que ya está bien y querréis dedicaros a asuntos más productivos, si en algo me apreciáis aún, me gustaría que esta última película la terminaseis de ver en esta butaca ... ¡Hasta pronto! Buscadme bien, con inteligencia y sagacidad, poned en ello el pensamiento original que siempre he intentado transmitiros. Y os aseguro que quien lo lleve a cabo con rigor y entusiasmo, volverá a encontrarme. No estaré lejos, lo prometo. ¡Larga vida y prosperidad!

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 02, 2013 03:00

February 1, 2013

50 soluciones a la paradoja de Fermi (45ª solución): Las especies fabricantes de herramientas son raras


[image error] El camino que ha seguido la vida desde las primeras células eucariotas hasta los animales actuales ha sido largo y difícil. Puede que en estos obstáculos resida precisamente la solución a la paradoja de Fermi . Pero supongamos, por un momento, que una vez hayan aparecido las eucariotas, lo demás viene rodado; con el suficiente tiempo, la vida animal acabará surgiendo inevitablemente. ¿Significa esto que se desarrollará inevitablemente una especie capaz de construir radiotelescopios?
Solemos identificar a la especie humana por una característica: la fabricación y uso de herramientas. Si el ser humano es la única especie capaz de llevar a cabo esta hazaña, quizá hayamos resuelto la paradoja de Fermi.
Sin embargo, existen pegas: muchas especies utilizan herramientas y unas pocas las fabrican. Así, hay pájaros que emplean pajitas o cañas con el fin de extraer gusanos de oquedades en troncos de árbol; las nutrias emplean piedras apoyadas en su pecho para romper y abrir moluscos; algunas aves dejan caer pequeñas rocas con las que golpean y rompen cáscaras de huevos, alimentándose de su nutritivo contenido. Cierto es que estas habilidades no son lo que llamaríamos en rigor uso de herramientas, ya que son más bien comportamientos muy específicos y especializados, repetitivos. Si modificásemos el problema a resolver, los mismos animales, casi con seguridad, no serían capaces de resolverlo.
[image error] Otros ejemplos más sofisticados los constituyen los primates, aunque entre ellos también hay muy pocos casos de empleo “real” de herramientas. Aparte de los grandes simios, el único primate es el mono capuchino. Sin embargo, estos animales no entienden en absoluto los principios de lo que hacen, tan sólo llevan a cabo ensayos de prueba y error.
De todos los animales, puede que sea el chimpancé el que más se aproxima a un uso creativo de herramientas: piedras que emplean a modo de martillo para abrir futos con cáscaras duras y que, incluso, llevan consigo cuando van de expedición en busca de alimento, es decir, sus decisiones y comportamientos parecen obedecer a un plan previo. Algo similar hacen con cañas de distintas longitudes para alimentarse de hormigas; se fabrican paraguas y esponjas con distintas plantas e incluso se conocen casos de algún bonobo en cautividad que llegó a fabricar piedras con filo que utilizaba a modo de rudimentarios cuchillos con los que cortaba cuerdas y otros objetos. Lástima que fueran adiestrados y entrenados por humanos.
¿Qué conclusión podemos extraer de todo lo anterior? El uso de herramientas no es tanto un indicador de la inteligencia natural de un animal como un reflejo de ciertas habilidades manuales y sus adaptaciones evolutivas a la hora de ocupar un nicho concreto. Algunos animales, como los camellos, las vacas y otros nunca serán capaces de usar herramientas, seguramente porque no pueden, ni más ni menos.
Nuestra especie es afortunada. Somos excelentes fabricantes de herramientas porque disponemos de las capacidades manipulativas necesarias y requeridas para ser excelentes fabricantes de herramientas. Si combinamos esto con nuestro lenguaje y nuestra habilidad social, entenderemos por qué nuestro uso de herramientas es tan diferente del que poseen otras especies. No somos mejores fabricantes de herramientas por ser más inteligentes, sino que somos más inteligentes porque hemos sido capaces de fabricar y usar herramientas.
[image error] La pregunta que surge, entonces, es: ¿cuál es la probabilidad de que una especie extraterrestre siga la misma trayectoria evolutiva que nosotros? Por supuesto, un alienígena puede no necesitar manos con cinco dedos para construir un radiotelescopio; el curso de la evolución no tiene por qué haber sido idéntico. En cambio, para desarrollar una tecnología avanzada sí necesitará alguna clase de habilidad manual de precisión (ya posea manos, garras, tentáculos o cualquier otro tipo de apéndices) combinada con otras características tales como una visión estereoscópica o similar, por ejemplo.
No tenemos forma de saber cómo de probable o improbable sería una evolución así, pero parece difícil creer que ninguna otra especie distinta a la nuestra haya sido capaz de llegar al punto de fabricar y usar herramientas de cierta precisión. Incluso reconociendo que estas aptitudes fuesen imprescindibles a la hora de que una civilización extraterrestre pudiese comunicarse con nosotros, parece seguro que esto no puede constituir por sí solo una explicación a la paradoja de Fermi.


 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 01, 2013 07:51

January 29, 2013

¿Podría una raza alienígena haber salvado a los dinosaurios?


[image error] Una de las teorías mayormente aceptadas entre la comunidad científica es que hace aproximadamente 65 millones de años, cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, un asteroide de unos 7,5 km de diámetro colisionó con nuestro planeta. El impacto fue de tales dimensiones que la enorme energía liberada expulsó a la atmósfera ingentes cantidades de polvo y rocas que ocultaron la luz solar durante mucho tiempo, tanto que las plantas, primero, y los grandes animales hervíboros que de ellas vivían, después, desaparecieron rápidamente. Finalmente, la extinción de éstos supuso la desaparición, asimismo, de los dinosaurios carnívoros.
Pero no me entretendré ni distraeré vuestra atención con detalles históricos ni paleontológicos, que luego me acusaréis de “cultureta” y perderéis interés. No, lo que yo quiero contaros aquí y ahora es algo muy diferente. Prestad atención, que esto merece la pena.
Veréis, siempre he creído (y por fin me he decidido a confesarlo, ahora que a este blog le faltan algo menos de cinco meses de vida y ya todo me da igual) que desde hace eones el planeta Tierra ha sido visitado asiduamente por razas alienígenas laboriosas que han dedicado sus esfuerzos a construir pirámides, monumentos megalíticos, arar los campos de formas harto artísticas y un sinfín de toda clase de obras de arte que los simples terrícolas nunca hubieran sido capaces. Estos visitantes de otros mundos allende las estrellas de neutrones conocían, desde casi antes del Big Bang, los secretos de la propulsión hiperdimensional, disponían de naves espaciales en forma de platillo volante que camuflaban muy inteligentemente entre nubes con forma de platillo volante (una idea genial para pasar desapercibidos completamente) o bajo la apariencia de planetas de nuestro sistema solar, como Venus. Por no hablar de su extraordinaria habilidad para no dejar nunca huellas u otras evidencias indiscutibles de su paso y así fomentar la confusión entre nosotros como parte de un oscuro plan conspiranoico para sembrar la desconfianza, la paranoia y la locura que conducirán inevitablemente a la aniquilación silenciosa de la raza humana.
[image error]
Sí, tengo que reconocer ante todos vosotros, mis fieles lectores, que siempre he pensado y creído en todo lo que cuento en el párrafo anterior y, sinceramente, espero que no me lo tengáis en cuenta ahora que el final está cerca. Sin embargo, no quisiera dejaros hoy con amargura ninguna en vuestro ser. Me permitiréis, pues, que os plantee unas inquietantes cuestiones que a menudo se me han pasado por la cabeza en momentos de debilidad y molesta carencia de fe. Estos interrogantes que me martirizan una y otra y otra vez son los siguientes: ¿Fueron los alienígenas los causantes de la extinción de los dinosaurios? ¿Lo hicieron a propósito para que los mamíferos pudiésemos prosperar? ¿Albergaban la esperanza de que les preparásemos la Tierra para que, posteriormente, millones de años después, ellos pudieran finalmente ocuparla? Si no fue así, ¿por qué no utilizaron su tecnología para destruir el inmenso asteroide asesino? ¿Tenían algo en contra de los dinosaurios? ¿Eran alérgicos a la carne de reptil?
[image error] Lo cierto es que no tengo respuestas a las preguntas anteriores. Al fin y al cabo, basta hacer unas sencillas cuentas para darse ídem (sin la “s”) de que aprovechando las leyes físicas al alcance de cualquier homínido adolescente actual medianamente desarrollado (llamémosle estudiante, para abreviar) y que sería ampliamente superado intelectualmente por los extraterrestres que visitaban nuestro planeta durante el Cretácico superior (perdón por el detalle “cultureta”, no era mi intención), sin más que hacer unas simples suposiciones razonables, se puede llegar a la conclusión de que con un láser cuya potencia por unidad de área hubiese ascendido a 2 trillones de W/m2 el asteroide podría haber sido desviado de su rumbo de colisión con la Tierra. Y todo ello, incluso aunque los alienígenas se hubieran arrepentido de su maligno y sibilino comportamiento y decidiesen disparar su devastadora arma en el último momento, justo en el instante en que la gigantesca mole de piedra, con una densidad media de 2,5 g/cm3, una masa de 4,5 billones de toneladas a la velocidad de 20 km/s, se encontrase a una distancia de la superficie del planeta equivalente a la altura de la órbita geoestacionaria (unos 36.000 km, aproximadamente), más o menos a falta de 30 minutos escasos para el impacto. ¿Por qué no lo hicieron? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?



Fuente original:Saving the Dinosaurs Ashley Clark, Kate Houghton, Jacek Kuzemczak and Henry Simms. Journal of Physics Special Topics, Vol. 11, No. 1, 2012.


 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 29, 2013 10:04

January 25, 2013

50 soluciones a la paradoja de Fermi (44ª solución): La transición procariota-eucariota es rara


[image error] Algunos biólogos piensan que la rapidez con la que las células aparecieron en la Tierra implica que la generación de vida a partir de materia inanimada es directa. Si nuestro planeta resulta ser típico, entonces millones de planetas en la galaxia pueden albergar vida microbiana. Sin embargo, aunque las eucariotas pueden ser muy antiguas, su bioquímica pudo haber llevado mucho tiempo hasta alcanzar su grado actual de sofisticación, incluso miles de millones de años. Quizá este laspso de tiempo tan grande implique que el desarrollo de las eucariotas siga un camino complicado y difícil. Podría ser que la vida multicelular compleja en cualquier rincón de la galaxia deba evolucionar a partir de microbios y otros seres unicelulares. A lo mejor la vida eucariota compleja aún no se ha desarrollado en otros planetas o, peor aún, se ha estancado en la etapa procariota. ¿Qué pudo suceder para que en la Tierra se diese la transición de procariota a eucariota?
Desde luego, una cosa es obvia: las bacterias siempre han sido los organismos vivos más exitosos. Su sencillez y capacidad para reproducirse velozmente son inigualables. Han desarrollado respuestas bioquímicas a todo tipo de cambios ambientales y pueden ocupar nichos de muchas variedades gracias a su dureza y resistencia, adquiridas a lo largo de eones.
En cambio, las formas de vida eucariotas son mucho menos robustas, son susceptibles a sufrir extinciones masivas y su longevidad se mide en millones de años, no en miles de millones como las bacterias. Así y todo, las eucariotas son mucho más interesantes que las procariotas, dada su capacidad para cambiar de forma y adaptarse, lo que conduce a una variedad mucho más grande que las de las procariotas.
Una diferencia significativa entre las células procariotas y eucariotas es la que tiene que ver con las paredes celulares: rígidas en las primeras y flexibles (o ausentes) en las segundas. Esta flexibilidad desempeña un papel fundamental en procesos como la citosis y la fagocitosis, un proceso mucho más eficiente que el empleado por las bacterias, consistente en la secreción de enzimas en el medio adyacente para luego absorber los productos. [image error] Otras diferencias entre procariotas y eucariotas es que éstas poseen núcleo, separado del citoplasma por dos membranas; también contienen orgánulos, entre ellos las mitocondrias o los plastos. En la década de 1970 Lynn Margulis propuso la idea de que los orgánulos pudieron surgir por simbiosis. Así, las eucariotas primitivas fagocitaron células procariotas que resultaron no ser digeribles pero que, sin embargo, eran capaces de transformar energía de forma más eficiente que las eucariotas huéspedes. Esta colaboración se perpetuó en adelante.
A diferencia de las procariotas, las nuevas eucariotas pueden formarse mediante la fusión de gametos de dos padres, es decir, se pueden reproducir sexualmente. La información genética almacenada por las eucariotas es, así, mucho mayor que en el caso de las procariotas.
Finalmente, las eucariotas poseen un citoesqueleto que les permite resistir las tensiones y compresiones a las que puede estar sometida la pared celular. También juega un papel básico en el crecimiento de la propia célula. Las proteínas que forman el citoesqueleto (actina y tubulina) se encuentran entre las más importantes para el desarrollo de vida compleja.
¿Fue inevitable esta transición de una célula primitiva procariota a una increíblemente compleja célula eucariota? Cuestión de difícil respuesta, ya que dicha transición tuvo lugar hace mucho tiempo. Uno de los primeros pasos pudo ser la pérdida de la pared celular rígida, aunque esto podría resultar fatal para muchos organismos, que se verían atacados por un ambiente hostil para ellos. Quizá el paso lógico tuvo que ser la aparición de los citoesqueletos como formas de paliar en lo posible la pérdida de rigidez de la pared de las células, aunque no tengamos ni idea de lo probable que pudo resultar esta evolución. En cambio, el origen de los orgánulos es mejor conocido.
Pero, probablemente, la mayor de las innovaciones tuvo que ver con la cooperación intercelular. Durante mucho tiempo, la mayoría de las células, tanto procariotas como eucariotas, vivieron aisladas. Entonces ocurrió la transición y empezaron a unirse y asociarse, a intercambiar información y compartir materiales. El resultado: hongos, plantas y animales, tal como los conocemos hoy.
No está nada claro cuándo tuvo lugar el cambio a la multicelularidad . Un evento crucial fue la explosión del Cámbrico, hace 540 millones de años.
El abundante registro fósil que ha llegado a nosotros nos indica que una gran variedad de animales vivían en aquella época. Antes de ella, pocos animales fosilizados se han encontrado, lo cual puede indicar que dichos animales podían carecer de partes duras en sus cuerpos y desaparecieron sin dejar rastro. El secuenciado genético ha llevado a algunos biólogos a creer que la vida animal surgió hace ya mil millones de años, lo que significaría que la mitad de la historia no ha quedado registrada en forma fósil. Sea como fuere, las criaturas unicelulares han estado presentes desde después de que la Tierra se enfriase. Si tardó más de 3000 millones de años en desarrollarse la vida compleja, ¿por qué esperó tanto tiempo para adoptar la multicelularidad, la cooperación entre células?
Una hipótesis (aunque controvertida) es que la gran explosión cámbrica fue producida por un incremento súbito en los niveles de oxígeno atmosférico. Organismos como las cianobacterias producían oxígeno como resultado de sus procesos metabólicos. Durante dos mil millones de años este oxígeno comenzó a acumularse en la atmósfera, produciendo la muerte de innumerables organismos. En cambio, otros muchos lograron adaptarse y evolucionar, desarrollando metabolismos capaces de quemar oxígeno y alimentos, descomponiéndolos en dióxido de carbono y agua. A pesar de todo, el nivel de oxígeno de hace 550 millones de años no era tan elevado como el actual y los animales tuvieron que obtenerlo mediante difusión a través de sus tejidos, un proceso lento y poco eficiente. Estos animales no tendrían ni corazón ni sistema circulatorio. Debieron de ser criaturas pequeñas y no está muy claro por qué no dejaron registros fósiles.
[image error] Tampoco se comprende demasiado bien que el nivel de oxígeno aún aumentase más y apareciesen evoluciones tales como las agallas o branquias, hemoglobina en la sangre y corazones que permitieron a los animales marinos un aprovechamiento más eficiente del oxígeno disuelto en el agua. Puede que la aparición de los depredadores provocase la adaptación de las presas, que respondieron desarrollando conchas calcáreas, duras, para protegerse de ellos y que, posteriormente, se fosilizaron y llegaron hasta nuestra época.
¿Qué pasa si en otros planetas no hubiese tenido lugar el desarrollo de la cooperación intercelular? Podríamos algún día visitar otros mundos plenos de vida pero que ésta fuese de tipo unicelular, donde no se ha dado nunca el cúmulo de eventos biológicos y ambientales necesarios para la aparición y posterior desarrollo de vida compleja multicelular y, por tanto, capaz de comunicarse con nosotros.





NOTAS:
Esta entrada participa en el XXI edición del Carnaval de Química, organizado por @Ununcuadio en su blog Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Esta entrada participa en la XX edición del Carnaval de Biología, hospedado por @Multivac42 en su blog Forestalia.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 25, 2013 01:00

January 23, 2013

Los ovnis ¡vaya timo!

Ricardo Campo es el autor de este libro y la verdad es que le sobran experiencia y conocimientos para haberlo escrito, ya que es fundador del Círculo Escéptico y miembro del patronato de la Fundación Anomalía. En Los ovnis ¡vaya timo! Campo hace un repaso (no exhaustivo, obviamente, debido a la brevedad que caracteriza a esta colección de la editorial Laetoli ) a este mundillo de la farándula "platillista", con sus charlatanes, payasos y engañabobos habituales, muchos de ellos personajillos harto célebres por disponer de revistas y programas de televisión desde los que vociferan sus mamarrachadas pseudocientíficas y chiripitifláuticas con las que se enriquecen ellos y se empobrecen otros, los ingenuos, pardillos e ignorantes creyentes en el mundo del misterio alienígena allende las estrellas.
Debo reconocer, y que conste que me avergüenza un tanto, que reseñar un libro como éste no me resulta nada fácil porque no sé muy bien qué decir, pues para mí las cosas que en él se cuentan son tan obvias, evidentes y lógicas que resulta increíble y, en cierto modo, hasta sonrojante, que existan tantas y tantas personas en el mundo proclives a creer en un mito, leyenda o llamémoslo como queramos, como es el de los platillos volantes y las pretendidas visitas de los extraterrestres a nuestro planeta. Muchos de los testimonios y fenómenos referidos por los testigos se desmontan tan fácilmente que casi se siente vergüenza ajena al hacerlo.
Ricardo Campo es tinerfeño y desde muy joven, al igual que muchos muchachos de su edad, se sintió inclinado hacia este mundo de las naves espaciales, los seres alienígenas y demás fantasías literarias y/o cinematográficas. Pero al crecer y madurar, en lugar de dedicarse a otra cosa, se centró en dedicarse de una manera más profesional a analizar y estudiar estos fenómenos desde el prisma del científico, del investigador, armado de su pensamiento crítico y actitud escéptica. Como él mismo afirma en su libro, al estar limitado geográficamente por su isla de Tenerife, muchos de los supuestos avistamientos ovni que han tenido lugar en la península se los ha perdido. En cambio, su base de datos de fenómenos similares acaecidos en las islas Canarias no está precisamente vacía.
Obviamente, en un texto de 130 páginas no se puede abordar el tema de los ovnis en profundidad. Por eso, el autor nos ofrece multitud de referencias donde ampliar la información a quien pudiese interesar, tanto incrustadas en los mismos capítulos, como al final del libro. Pero a pesar de dicha brevedad, lo cierto es que sobrarían muchas páginas si las personas hubiésemos recibido una educación menos centrada en los contenidos, en la memorización sin sentido y en los libros de texto durante las etapas más críticas de nuestra formación (me refiero a la adolescencia y la enseñanza secundaria) y, en cambio, más focalizada hacia la consecución de actitudes y competencias relacionadas con el escepticismo y el análisis crítico de las situaciones. Justamente los contenidos que no figuran en ningún plan de estudios, ni siquiera universitario.
Este defecto de preparación explica cómo es posible que las personas, en infinidad de ocasiones, sean llevadas a engaño por cosas tan triviales como la salida y/o puesta del planeta Venus (incluso pilotos de aviones han llegado a confundirlo con un ovni), los fogonazos de una llamarada procedente de una refinería de petróleo, pruebas balísticas realizadas a bordo de submarinos, fenómenos atmosféricos más o menos inusuales, globos aerostáticos meteorológicos y un largo etcétera, incluidas bromas pergeñadas por adolescentes ociosos y reconocidas públicamente por sus protagonistas varios años después de ser perpetradas. Tampoco faltan en el libro los bochornosos ridículos protagonizados por los gurús de este país (y otros) en el mundo de la ufología misteriosa más desvergonzada y descerebrada. Individuos que son capaces de llevar sus argumentos falaces hasta extremos más allá de lo humanamente razonable y rebuznable, tan sólo con un único objetivo: enriquecerse a base de programas televisivos y publicar tanto revistas como libros, en ocasiones plagios evidentes, que vender a miles y miles de ignorantes ansiosos de creer en la magia y el misticismo de nuestros misteriosos y mágicos amigos (cuando no misteriosos y mágicos enemigos malvados capaces de introducirnos dispositivos sodomizantes por nuestras cavidades corporales más oscuras) del misterioso y mágico cosmos intergalácticoestelar.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 23, 2013 01:00

January 21, 2013

The Big Bang Theory o cómo prepararse un cuenco de noodles con ayuda de un láser

[image error] En el tercer episodio de la primera temporada de The Big Bang Theory, Leonard le propone un experimento a Leslie, pero ésta le dice que espere un momento, pues está a punto de calentarse un cuenco de “noodles” con ayuda de un láser de oxígeno-yodo de 500 kW de potencia. Leonard le contesta que él ya lo ha conseguido y que necesitará dos segundos, aproximadamente. Es más, si quisiera hacer lo mismo con un plato de minestrone debería emplear 2,6 segundos exactamente.
Un láser químico de oxígeno-yodo produce un haz de radiación infrarroja de longitud de onda 1,315 micras. Con una potencia que puede llegar al rango de los megawatts en régimen continuo (no pulsado), suele ser empleado en demostraciones militares por parte del ejército del aire de Estados Unidos. Su capacidad para producir calor, pues, está fuera de toda duda.
Veamos si es posible llevar a cabo el experimento que intenta Leslie y que Leonard afirma haber logrado con éxito. El método usual para preparar un cuenco de noodles consiste, básicamente, en depositar la pasta (deshidratada) en el recipiente y verter en él agua hirviendo, dejando reposar la mezcla hasta conseguir la hidratación del alimento, para después ser ingerido blandito y calentito.
Pues bien, el problema es prácticamente elemental y al nivel de la materia que puede encontrar cualquier estudiante de Bachillerato, a poco que preste atención a sus abnegados profesores. Se trata de determinar la cantidad de energía térmica que es capaz de suministrar el láser de Leslie en tan sólo los dos segundos que afirma Leonard.
[image error] Si suponemos que los 500 kW son generados de forma continua por el láser, esto significa que el dispositivo en cuestión produce medio millón de joules cada segundo. Luego en dos segundos generará un millón de joules. Ahora bien, si toda esta energía en forma de calor fuese absorbida directamente por el agua que se vierte en el cuenco, sería muy sencillo determinar la elevación de la temperatura que experimentaría aquélla.
La cantidad de calor que absorbe o desprende un cuerpo se puede expresar como el producto de tres factores: la masa del cuerpo, su calor específico (una característica propia del mismo) y la diferencia de temperaturas antes y después del intercambio calorífico. En el caso que nos ocupa, el calor específico del agua es conocido (4180 kJ kg-1K-1) y la diferencia de temperaturas también, ya que podemos suponer que el laboratorio de Leslie se encuentra a una temperatura ambiente de unos 20 ºC y el agua del cuenco debe calentarse hasta los 100 ºC (por lo tanto, el incremento de temperatura es de 80 ºC). Faltaría por estimar la masa de agua que cabe en el interior del cuenco. Admitiendo que éste se llena de noodles hasta la mitad, más o menos, y que su volumen total es de unos 500 ml, esto deja 250 ml para la pasta y otros 250 ml para el agua, es decir, unos 250 gramos.
Con los datos anteriores, multiplicando entre sí las tres cantidades mencionadas, se obtiene 83.600 joules. Si recordáis, el láser de Leslie producía un millón de joules en dos segundos. Esto significa que si el doctor Hofstadter afirma lo que afirma es que una de tres: o su láser no funciona igual que el de Leslie o quizá pretende gastarle una broma un tanto pesada o puede que únicamente pretenda impresionarla.
[image error] Efectivamente, un millón de joules calentarían los 250 gramos de agua hasta 100 ºC, pero es que los 416.400 joules restantes se emplearían en evaporar 184 gramos de la misma, con lo que quedarían en el cuenco tan sólo 66 gramos de agua. Me temo que Sheldon se iba a echar unas buenas risas con los noodles un tanto “secos” de Leslie. Seguro que todos nos imaginamos al doctor Cooper diciendo: “Leonard, un haz de luz láser infrarroja de 500 kW calentaría 250 gramos de agua desde 20 ºC hasta 100 ºC en 167 milésimas de segundo, milésima arriba, milésima abajo. ¡De nada!
Claro que hay otra opción. Normalmente, la potencia que viene expresada en las especificaciones de un láser no se refiere a la potencia promedio, sino más bien a la potencia máxima que el haz puede llegar a producir. Si tenemos esto en cuenta, entonces para que el agua se llevase a ebullición en solamente dos segundos bastaría que la potencia media del láser de Leslie ascendiese a unos más que razonables 41,8 kW.
Pero falta la cuestión clave y es el tipo de pega que se le podría haber ocurrido a la mismísima Penny. ¿Qué sucedería si le zurramos con un láser de 500 kW a un cuenco de poliestireno lleno de noodles con agua? Oh, oh… [image error]
Analicemos la pregunta. Admitamos que el haz láser tiene un tamaño (lo que se llama el “spot” del haz) de unos 2 cm de radio. Por tanto, al incidir sobre la superficie circular de ese mismo radio en el cuenco, lo calentará (un trozo de cuenco de 1 mm de espesor y 2 cm de radio pesa, aproximadamente, 1,3 gramos). Debido a la enorme potencia de la radiación infrarroja incidente, y con los valores del calor específico y del calor latente de fusión del poliestireno, podemos proceder de forma análoga a como hicimos anteriormente, para concluir que el material del que está hecho nuestro recipiente para noodles se fundiría en tan sólo 0,48 milésimas de segundo, un tiempo casi 4200 veces más pequeño al requerido para calentar y llevar a ebullición el agua. Incluso aunque admitiésemos que el láser emite a la potencia promedio de 41,8 kW la cosa no mejoraría demasiado. En este caso, Leslie se quedaría sin cuenco al cabo de 6 milésimas de segundo. ¡¡Bazinga!!

Fuente original:The Pot Noodle Proposal C. Davis, F. Tilley and P. Hague. Journal of Physics Special Topics, Vol. 9, No. 1, 2010.


 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 21, 2013 09:41

January 18, 2013

50 soluciones a la paradoja de Fermi (43ª solución): La aparición de la vida es rara

[image error]
A efectos prácticos, estamos solos. La única vida inteligente del universo visible parece estar en la Tierra. Pero, como siempre, hay posiciones encontradas. Detengámonos por un momento en la cuestión de lo que se puede considerar vida y la forma en que debería aparecer.
En principio, aunque discutible, pero que podría servir como definición, algo está vivo si cumple las siguientes condiciones:Debe estar formado por células. Si supiésemos cómo se originaron las células entenderíamos cómo surgió la vida. Existen células procariotas (carecen de núcleo) y eucariotas, mucho más complejas y con un volumen unas 10.000 veces mayor. Las eucariotas son capaces de unirse para formar organismos multicelulares como plantas, hongos, animales. Según esto, los virus y los priones no son vida.
Debe poseer metabolismo. Es decir, el proceso por el que las células toman energía, la transforman según sus necesidades y excretan los productos sobrantes. El metabolismo tiene lugar a través de la acción catalizadora de las enzimas. Las enzimas, a su vez, están constituidas por proteínas. Las instrucciones para crear proteínas están contenidas en el ADN, mientras que la maquinaria bioquímica de la síntesis de proteínas se basa en el ARN.
Se reproduce o procede de otros objetos que podrían reproducirse. Las células pueden reproducirse de forma individual o sexualmente mediante una “compañera”, y el mecanismo de la reproducción es el ADN. Según esto, los cristales no se reproducen sino más bien se replican y, por tanto, no están vivos; las mulas son estériles pero proceden de otros animales que sí se reproducen. Las mulas son seres vivos.Debe evolucionar. La evolución darwiniana es un aspecto clave de la vida.

Las cuatro características enumeradas son más que suficientes para tomarlas como base de una discusión, aunque obviamente la definición puede mejorarse. Ahora ya podemos preguntarnos cómo empezó la vida.
[image error] Evidentemente, nadie sabe la respuesta a esta pregunta pero en los últimos años el avance ha sido considerable y ha tomado dos caminos, principalmente: la búsqueda del ancestro común más antiguo y la comprensión de la química que pudo conducir a las primeras formas de vida. La primera de ellas es fruto del hecho llamativo de que prácticamente todos los organismos vivos conocidos comparten el mismo código genético. Algunos científicos creen que tanto las eucariotas como las procariotas pudieron surgir al mismo tiempo; en cambio, otros creen que eventos tipo Tierra bola de nieve pudieron crear las condiciones para que apareciesen las eucariotas.
Si hay una molécula que merezca el título de “molécula de la vida”, es la del ADN. El ADN es un polímero de nucleótidos. Un nucleótido consta de tres partes: un azúcar desoxirriboso, un grupo fosfato y un par de bases nitrogenadas, que pueden ser purinas (adenina y guanina) o pirimidinas (citosina y timina).
Una de las claves del ADN es su capacidad de réplica y reproducción. En estos procesos también juega un papel determinante el ARN. Existen diferencias marcadas entre el ADN y el ARN, tanto estructurales como químicas y también funcionales. Así, hay distintos tipos de ARN: mensajero, ribosómico y de transferencia.
La capacidad del ADN para autoreplicarse es el secreto de la vida y su capacidad de perpetuarse. Por eso los hijos se parecen a los padres. Pero para que la vida evolucione y las especies se conviertan en otras especies, la herencia debe ser imperfecta; debe darse alguna variación en la descendencia para que la selección natural pueda actuar. Afortunadamente, el ADN produce, de cuando en cuando, mutaciones, ya sea por error en el proceso de réplica, daños por radiación, agentes químicos u otros factores. Cuando la mutación resulte beneficiosa se transmitirá de generación en generación.
[image error] Lo que realmente hace tan fascinantes a los ácidos nucleicos es que codifican y sintetizan proteínas y las proteínas son las que permiten a la vida hacer cosas.
Las proteínas son unas macromoléculas de enorme versatilidad. Pueden actuar como enzimas, como hormonas y proporcionar estructura (el cabello, los músculos y las lentes de los ojos son mayormente proteínas).
Una proteína es una secuencia larga de aminoácidos dispuesta en una estructura tridimensional. Cada una de estas secuencias posee una forma particular; si cambia la secuencia se modifica la manera en que se organiza la proteína y, por tanto, la tarea que desempeña. Las proteínas emplean 20 aminoácidos distintos, aunque en la naturaleza existen muchos más con importancia en la biología. Distintos aminoácidos poseen propiedades diferentes: los hay hidrófilos, hidrófobos, etc.
El código genético es, esencialmente, universal y salvo unas pocas excepciones, todos los organismos de nuestro planeta lo utilizan. Ahora bien, ¿esta universalidad implica que es el único posible? ¿Quizá originalmente hubo varios códigos distintos y el actual se impuso a los otros, de alguna manera? ¿O, por el contrario, sólo surgió uno y esta unicidad constituye una barrera insalvable para la evolución?
Recapitulando: el ADN almacena información genética y replica la información cuando la célula se divide. Esto es todo lo que hace, que no es poco. Pero el trabajo de expresar la información corresponde al ARN. Utilizando el código genético universal la información se transcribe del ADN al ARN para luego ser traducida como síntesis de proteínas.
Supongamos que los pasos que conducen de las primeras proteínas y ácidos nucleicos al ancestro común más antiguo son, si no inevitables, al menos comprensibles mediante los procesos físico-químicos conocidos. Pero la pregunta sigue siendo ¿cómo aparecieron las primeras proteínas y ácidos nucleicos? Si el paso de la química inorgánica al ADN y las proteínas es un fenómeno raro e inusual, entonces hemos resuelto la paradoja de Fermi .
Los ingredientes básicos de las macromoléculas de la vida parecen fácilmente sintetizables. De hecho, se pueden encontrar aminoácidos en el espacio interestelar y en experimentos de laboratorio que intenten reproducir las condiciones de la atmósfera terrestre primitiva (recordemos la experiencia de Stanley Miller y Harold Urey en 1953).
¿Cómo es entonces la probabilidad de que procesos naturales conduzcan a la síntesis de moléculas de la vida, sin más que darse unas condiciones no demasiado exigentes? ¿Es grande o, por el contrario, muy pequeña, como aducen muchos creacionistas? Al fin y al cabo, una proteína formada, por ejemplo, por 584 aminoácidos tiene una probabilidad de ser sintetizada aleatoriamente de 1 en 10760, aproximadamente.
El surgimiento de la vida parece, además, sufrir la paradoja del huevo y la gallina: el ADN produce las proteínas y éstas, a su vez, son necesarias para formar el ADN y así, sucesivamente.
[image error] Argumentos como los precedentes parecen ser fatales para el surgir fortuito de la vida. Sin embargo, los últimos avances en bioquímica podrían traer nuevas esperanzas. Imaginemos un lago de la Tierra primigenia y supongamos que en el agua hubiese tan sólo 10 aminoácidos susceptibles de formar péptidos; ahora supongamos que un péptido con una longitud de 20 aminoácidos presentase alguna característica como catalizador favorecida por selección natural. En tal caso, la naturaleza solamente necesitaría 1020 combinaciones para producir dicho péptido, algo que podría lograrse en las escalas de tiempo que se consideran (millones de años). Si hubiese 100 péptidos útiles diferentes, cada uno formado por 20 aminoácidos, entonces si dos de dichos péptidos se uniesen podrían dar lugar a un millón de péptidos diferentes, cada uno conteniendo 40 aminoácidos. Análogamente sucedería con 60, 80, 100, etc. En definitiva, habría tiempo suficiente para que apareciesen las proteínas en la Tierra.
Razonamientos parecidos pueden explicar la existencia del ADN original y de la paradoja del huevo y la gallina anteriormente aludida. En efecto, en la década de 1980, Altman y Cech demostraron que ciertos tipos de ARN podían actuar como catalizadores y jugar el papel de enzimas. Este ARN actuaba como material genético y como enzima. De todas formas, no pensemos que todo está resuelto. No está claro cuál ha sido el camino químico que condujo a la aparición del primer ARN. Además, restan otras cuestiones por comprender: por qué la vida sólo utiliza la variante levógira de los aminoácidos. Sea como fuere, lo que parece fuera de toda duda es que la vida surgió en nuestro planeta “demasiado fácilmente”.
Nuestro planeta se formó hace unos 4.500 millones de años y tan sólo un máximo de 700 millones de años después la vida había evolucionado en la Tierra, cosa que sabemos por evidencias encontradas en rocas sedimentarias de Groenlandia.
Los fósiles más antiguos tampoco son mucho más jóvenes que los sedimentos anteriores: los estromatolitos de Australia occidental tienen 3.500 millones de años. Hay que señalar que estos 700 millones de años constituyen un límite superior y es probable que la vida emergiera en la Tierra incluso antes, ya que las condiciones de intenso bombardeo de meteoritos que sufría nuestro planeta bien podría haber acabado con toda la vida que hubiese surgido en aquella era en concreto.
[image error] Todo lo anterior ha provocado que no pocos científicos crean que este surgimiento sumamente veloz de la vida en la Tierra no pudo tener lugar sin ayuda, con lo cual han abrazado la hipótesis de la panspermia.
Si la vida vino del espacio, ¿de dónde proceden estas semillas? Más aún, si estas semillas han viajado por el espacio interestelar, habrán podido sembrar muchos otros planetas; la vida sería ubicua. Por otro lado, hay científicos que creen que la vida pudo surgir en Marte, donde las condiciones primigenias eran más favorables. Posteriormente, al perder su agua el planeta rojo y hacerse más habitable la Tierra, el bombardeo de nuestra superficie con material marciano pudo traer aquí la vida. Puede que sean necesarios dos planetas, al menos, para que surja la vida: uno pequeño y otro más grande y que los impactos de meteoritos sean abundantes. Una tal combinación de circunstancias podría ser altamente improbable.
La forma directa de determinar si la vida pudo surgir en condiciones naturales es hallándola en otros planetas. Si encontrásemos organismos, por muy simples que fuesen, en el sistema solar, sabríamos que la vida no es única en la Tierra.
El ingrediente clave parece ser el agua. En el pasado Marte tenía agua, así que hay posibilidades reales de encontrar vida marciana. Asimismo, existen otros cuerpos con agua en el sistema solar: Europa, Calisto, Titán. Puede que no se trate de vida inteligente ni compleja, pero si sabemos que la vida surgió de forma independiente en otros rincones del sistema solar, ¿cómo podríamos afirmar que esto no es así por toda la galaxia o incluso en otras galaxias distintas de la nuestra?yistas? Al fin y al cabo, una pry la gallina: el ADN produce las prote 10o aducen muchos creacionistas? Al fin y al cabo, una pry


NOTAS:
Esta entrada participa en el XXI edición del Carnaval de Química, organizado por @Ununcuadio en su blog Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Esta entrada participa en la XX edición del Carnaval de Biología, hospedado por @Multivac42 en su blog Forestalia.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 18, 2013 00:30

January 14, 2013

La edad de los prodigios

[image error] La edad de los prodigios: Terror y belleza en la ciencia del Romanticismo es un libro editado en 2012 por Turner Libros en su excelente colección Noema . Su autor, Richard Holmes, es un afamado biógrafo británico, profundo conocedor de de la literatura y la ciencia de la época. Ha escrito las biografías de los poetas Samuel Taylor Coleridge y Percy Bysshe Shelley. Es el ganador del National Books Critics Circle Award y del premio de la Royal Society al mejor libro de divulgación, así como finalista del premio Samuel Johnson de la BBC.
En La edad de los prodigios , Holmes encadena de forma amena y rigurosa una serie de historias sobre algunos de los personajes más relevantes de la ciencia durante el último tercio del siglo XVIII y el primero del XIX, una época que se ha venido denominando el Romanticismo. Este período de tiempo, según el autor, fue relativamente breve y puede datarse, de forma aproximada, entre la primera expedición del capitán James Cook alrededor del mundo, iniciada en 1768, y el no menos mítico viaje de Charles Darwin al archipiélago de las islas Galápagos, iniciado en 1831.
El libro de Holmes es extenso (más de 600 páginas), está profusamente anotado, ilustrado y salpicado de poemas escritos por los mismos hombres que constituyeron las cabezas visibles del movimiento científico de aquella época gloriosa. Entre ellas, quizá la más dotada para el talento poético y literario fue la figura de Humphry Davy, el arquetipo de genio, el inventor de la lámpara que tantas vidas salvaría a los mineros de todo el mundo, evitando la inflamación y explosión del temido grisú. Pero también el hombre ambicioso, egocéntrico, que gustaba de la buena vida y estar rodeado de gente poderosa, aristócrata.
El Romanticismo en la ciencia nos trajo la idea de una ciencia pura, desnuda de intereses, ya fuesen de carácter ideológico o políticos y religiosos. Proliferaba la imagen del científico (término que se acuñaría, a propósito, en esta época, después de no poca controversia) solitario; el momento ¡Eureka! que parecía preceder a un gran descubrimiento. Eran tiempos de viajes exploratorios a las grandes regiones desconocidas del planeta, como los ya citados viajes de Cook o Darwin y también a las regiones desconocidas de África, como el de Mungo Park, quien perdería la vida a manos de los nativos. Pero también estaban las primeras hazañas a bordo de aquellos ingenios llamados globos aerostáticos, que tanta expectación e interés despertaron entre unos ciudadanos ávidos de descubrimientos y aventuras. Los accidentes y las muertes de no pocos de sus osados protagonistas salpicaron y tiñeron de un cierto pesimismo aquellos inventos maravillosos, capaces de generar tanta belleza como terror.
A diferencia de la ciencia anterior, la de la Ilustración, restringida a un pequeño círculo de sabios y eruditos, la ciencia del Romanticismo trajo consigo uno de sus más grandes logros: el de la divulgación, el proceso mediante el cual se pretendía llevar el conocimiento científico al público, fuese cual fuese su clase social. En ello tuvieron mucho que ver el propio Michael Faraday, quien durante años había sido el asistente de laboratorio de Davy. Pero, sobre todo, las figuras de Caroline Herschel y, más aún, de Mary Somerville. La divulgación comenzó siendo cosa de mujeres y a ellas debemos mucho de lo que hoy es este campo. Aquella fue una época de fundación de nuevas instituciones científicas como la Royal Institution (a cuyo frente estuvo nada menos que Michael Faraday), la Geological Society, la Astronomical Society y la British Association for the Advancement of Science, entre las más destacadas.
Por el libro de Holmes pasan muchos personajes secundarios (aunque no por ello irrelevantes) que pueden encontrarse reseñados brevemente al final del libro en un apéndice muy útil. Pero, sobre todo, el grueso de la obra está centrado en tres grandes personalidades, cuyas biografías se van entrelazando unas con otras hasta hacer del relato una perfecta crónica tanto de sus vidas personales y profesionales, como de la sociedad y pensamiento de los años que les tocaron vivir. En efecto, La edad de los prodigios comienza con un extenso capítulo dedicado a Joseph Banks, el botánico oficial del Endeavour, el barco del capitán Cook, y quien años después presidiera la Royal Society durante más de cuatro décadas, hasta su muerte.
La segunda gran personalidad que se aborda en el libro es la de William Herschel, descubridor de Urano y autor, junto a su hermana Caroline, de un catálogo con miles de nebulosas. Herschel, aunque no era británico de origen, vivió casi toda su vida en Inglaterra y a este país consagró la práctica totalidad de sus descubrimientos en el campo de la astronomía.
Finalmente, el tercero en discordia, nada menos que Humphry Davy, ya citado anteriormente.
En definitiva, y si os interesa mi opinión personal sobre el libro, os diré una cosa: creo que la ciencia actual tiene una deuda casi impagable con el Romanticismo y los genios que en él vivieron y llevaron a cabo su trabajo de forma altruista, muchas veces incluso a riesgo de perder sus propias vidas. Aunque solamente sea por rendirles un más que merecido homenaje y recuerdo, vale la pena emplear unas horas en leer el magnífico libro de Richard Holmes. ¡Hacedme caso!

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 14, 2013 02:13

January 10, 2013

Sexo alienígena


[image error] Uno de los trucos publicitarios más empleados durante la década de los años 1950 en las producciones cinematográficas de bajo presupuesto de la ciencia ficción consistía en representar en las carátulas a libidinosos seres alienígenas, siempre ansiosos de sexo con hermosas hembras humanas. Luego, cuando uno veía la película, de aquello ni rastro por ninguna parte.
A lo largo de la historia del cine y la literatura de ciencia ficción se ha representado a todo tipo de criaturas extraterrestres bajo las más diversas apariencias físicas, morfología corporal, comportamiento. Pero, sin duda, la característica menos tratada quizá haya sido la sexualidad, aunque evidentemente podemos encontrar excepciones.
[image error] Uno de estos casos excepcionales, relativamente reciente, corresponde a la trilogía Especie mortal (Species, 1995), en la que se aborda el tema de la unión de ADN alienígena y humano. La criatura así generada en el laboratorio, Sil, se desarrolla a enorme velocidad en comparación con los humanos puros y su máximo afán consiste en buscar humanos machos con los que copular para, a continuación, matarlos. El motivo de este comportamiento nunca se pone de manifiesto.
Obviamente, hoy sabemos que las leyes de la biología permiten saber que el sexo con alienígenas no puede dar lugar a descendencia alguna, ya que las estructuras genéticas serían muy diferentes. Tanto o más que entre nosotros y un caballo, un ornitorrinco o una mofeta. Sí, ya sé que hay mucho degenerado, pero ahora no es el caso…
En la reproducción sexual, las células reproductivas de los organismos progenitores se encuentran y se funden, lo que da lugar a una descendencia que presenta ligeras diferencias con respecto a aquellos. Esto no sucede igual en otras estrategias de reproducción, como la división del cuerpo de los padres o el empleo de esporas, brotes, etc., en las que los descendientes son genéticamente idénticos. Un cambio ambiental profundo podría acabar con toda la especie, ya fuera terrícola o extraterrestre, pues la diversidad genética favorece a unos individuos frente a otros a la hora de adaptarse a circunstancias excepcionales. En caso de ser ovíparos, puede que ni siquiera necesitasen ser fertilizados los huevos. ¿Acaso no somos capaces de hacerlo con los de las estrellas de mar, sin más que tratarlos con un suave ácido orgánico; o con los de algunas ranas si los pinchamos con una aguja fina de vidrio impregnada en linfa?
¿Habrá sexo masculino y femenino en los seres de otros mundos? Es más, ¿podrían incluso no tener sexo alguno? En el primer caso, ¿cómo distinguirlos? Muchos animales de nuestro planeta son hermafroditas, es decir, poseen cuerpos dotados de órganos reproductores tanto masculinos como femeninos (lombrices de tierra, caracoles, percebes, etc.); otros presentan más de dos sexos y el paramecium aurelia alcanza hasta los ocho. ¿Poseen los alienígenas diferenciación sexual? ¿Tienen testículos los machos y grandes pechos las hembras? ¿Utilizan atributos como plumajes llamativos o cornamentas ostentosas? ¿Recordáis los tribbles de Star Trek, esas curiosas criaturas que nacen embarazadas y se reproducen a su antojo?
[image error] Podríamos llegar a imaginar grandes dificultades para localizar e identificar el sexo opuesto entre los mismos alienígenas. Al fin y al cabo, algo similar ocurre en la Tierra con el gusano de fuego , una criatura que habita en las grietas del fondo del mar Caribe y únicamente se aventura a salir para procrear, haciéndolo justo después de la puesta de sol y guiándose de una luz que emiten en la oscuridad. ¿Podría ser que el tamaño de los grandes ojos almendrados con que se suele representar a los extraterrestres constituyese una explicación de la falta de luz en sus mundos de origen y necesitasen una gran superficie ocular que captase la mayor cantidad de luz posible, a semejanza de los grandes telescopios ópticos? ¿Cómo se guiarían con estos órganos tan pobres a la hora de buscar a su compañero sexual? ¿Utilizarían, quizá, otros órganos distintos? ¿Cuáles y cómo?
Algunos vertebrados, como las hienas manchadas presentan diferenciación sexual muy pobre. El clítoris de la hembra está perforado por el canal urogenital y se parece enormemente al pene del macho; además la hembra posee una bolsa testicular bajo el clítoris. Más aún, ciertas especies terrícolas, como algunos insectos, por ejemplo, presentan enormes dificultades para nosotros a la hora de identificar su sexo; tanto que se hace preciso diseccionarlos.
[image error] Cabría preguntarse, asimismo, por el comportamiento sexual de los alienígenas. Muchos animales de nuestro planeta practican actos tan pintorescos como la violación, el sexo oral, la sodomía y otros. Las vacas suelen montarse entre ellas para indicar a los toros su predisposición para el apareamiento; los carneros sexualmente muy activos copulan tanto con hembras como con otros machos; los bonobos practican el coito con sus propias madres e hijos, al parecer por puro y simple placer o para rebajar tensiones en el grupo.
Otros animales, en cambio, realizan pseudocópulas con objetos, como los zánganos, los machos de la avispa y las moscas, que lo hacen con algunas flores cuyas partes se asemejan a las hembras de sus especies. ¿Y si los extraterrestres copulasen normalmente con plantas u otros animales? ¿Qué tal si copulasen para infringir dolor a sus semejantes o para matarlos? ¿Deben ir sexo y amor o reproducción necesariamente unidos o, por el contrario, entrelazarse sexo y muerte, algo que a los humanos puede llegar a resultarnos repulsivo o incluso repugnante e intolerable?
En la Tierra existen muchos insectos hembras que devoran al macho durante la cópula. De todos es conocido el caso de la mantis religiosa; algunas luciérnagas proceden de forma similar; el zángano, después de acoplarse con la abeja reina pierde el pene, lo que le produce una hemorragia mortal; por último, la mosca serromyia femorata succiona los órganos internos de su pareja.
Otras estrategias empleadas por criaturas que habitan en la Tierra consisten en cambiar de sexo a lo largo de la vida (las ostras suelen hacerlo con frecuencia, tanto mayor cuanto más alta sea la temperatura del agua). ¿Por qué no iban a hacerlo los alienígenas, incluso durante el preciso momento de la cópula, aunque fuese tan sólo por diversión? Podrían existir seres con ovarios u órganos similares pero que contuviesen asimismo espermatozoides aletargados que únicamente se activasen en caso de necesidad. ¿Qué tamaños y formas presentarían estos espermatozoides o los óvulos? ¿Estarían equipados con flagelos, serían aerodinámicos? En nuestro planeta, ciertos seres simples poseen espermatozoides de gran longitud, en comparación con su propio tamaño, hasta seis veces mayores, con lo que deben permanecer enrollados en el interior del cuerpo hasta el momento de la liberación. Por el contrario, en los mamíferos el espermatozoide más grande es el del hámster chino , que alcanza las 250 micras. [image error]
Un asunto que siempre nos preocupa al sexo masculino humano es el que tiene que ver con el tamaño y la forma del pene. ¿Cómo podría ser el de los extraterrestres? ¿Grande, pequeño, en forma de donut, como un matasuegras desplegable y retráctil, emitiría música, olor, hablaría? ¿Tendría púas, ganchos, bultos, colores llamativos, plumas y volaría, ondulaciones? ¿Sería placentero o doloroso intentar separar a dos alienígenas en pleno coito? Para las serpientes terrestres resultaría devastador, por ejemplo. ¿Y quién no ha escuchado los maullidos lastimeros de los gatos por la noche durante el celo?
¿Cuánto tiempo se prolongaría, en caso de haberlo, el coito alienígena? ¿Segundos, horas, días, eones? ¿Vivirían en cópula permanente, extasiados? ¿Se parecerían a las serpientes, que copulan casi durante 24 horas, 8 horas como las martas? ¿O acaso dispondrían de varios penes y vaginas, a semejanza de algunos reptiles, con el fin de usarlos alternativamente durante cópulas sucesivas? ¿Ofrecen presentes a sus parejas, tríos o lo que sea? Los grillos machos suelen aceptar que las hembras les devoren los élitros y la madre de una especie de araña australiana oferta su propio cuerpo como alimento a sus crías, que llegan a devorarla lentamente a lo largo de las primeras semanas tras el alumbramiento.
Sea como fuere, tanto si nos parece normal como si nos resulta de lo más extraño, incluso inimaginable, el sexo alienígena ha sido presentado en no pocas novelas de ciencia ficción de las formas más alucinantes e imaginativas. ¿Conoces algunas? Piensa, piensa y comparte…


Fuente:Aliens: la ciencia tras la vida extraterrestre. Clifford Pickover. Robinbook. 2009.


NOTA: "Este post participa en la XX edición del Carnaval de Biología, que hospeda Multivac42 en su blog Forestalia"

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 10, 2013 10:09

January 9, 2013

10 analogías odiosas y ¿probablemente? falaces

Dicen merecidamente que el fútbol es el deporte rey, pues para eso cuenta con cientos de millones de seguidores y fans en todo el mundo. Este juego visceral se vive con pasión en los estadios, en los bares de cháchara con los amigotes o en casa con la familia. Hasta en soledad nos cabreamos o nos alegramos con los fracasos o los triunfos del equipo de nuestros amores.
Quiero que leáis atentamente las 10 frases sobre el fútbol que redacto aquí debajo. Voy con ellas:
[image error] Muchos futbolistas de élite ganan millones de euros cada año.Un futbolista de élite está bien alimentado, bien hidratado y duerme la siesta todos los días porque esto es bueno y necesario para su óptimo rendimiento.Un futbolista de élite debe tener un buen entrenador que le comprenda, capaz de sacar lo mejor de sus capacidades y talentos, así como de motivarle. Un buen entrenador de élite también gana millones de euros cada año.Algunos clubes de fútbol de élite tienen a su disposición psicólogos que ayudan a rendir más y mejor aún a sus jugadores.Si un futbolista de élite no rinde de acuerdo a su capacidad, la culpa no es suya, sino de su entrenador, que no sabe explicarle los conceptos.Si un futbolista de élite no está motivado se le revisa el contrato y/o se le sube la ficha. Para que esté contento y vuelva a rendir en todo su esplendor.Si un equipo de fútbol de élite pierde varios partidos seguidos, la culpa es del entrenador o del presidente y hasta se les puede echar a la calle.Si un futbolista de élite no rinde o se hace mayor, se le rescinde el contrato o se le traspasa a otro equipo más acorde a su nivel, aptitudes o actitud.Los futbolistas de élite no necesitan motivación para jugar un campeonato de Europa, de África, del Mundo o el derby contra su máximo rival.Cuando un futbolista de élite se retira vive como un rey.
Supongo que todos los que amáis el fútbol estaréis de acuerdo mayormente con las afirmaciones anteriores y las comprenderéis perfectamente. Resultan bastante razonables para nuestro entendimiento y capacidad de raciocinio, ¿verdad?
Bien, cambiemos ahora de chip y vamos con unas frases análogas a las anteriores, pero intercambiando algunos papeles. Allá voy:
Muchos alumnos universitarios viven como reyes, sin dar un palo al agua. Los profesores de élite  NO existen o, mejor dicho, NO están reconocidos como tales por la comunidad universitaria y sus sueldos distan mucho de ser de millones de euros al año. De hecho, apenas ascienden a unos cuantos miles, nunca se harán ricos ni investigando ni formando a las generaciones del futuro.Al profesor NO de élite se le ponen clases a horas intempestivas, para que NO se le ocurra dormir la siesta. Ya zanganea bastante, que para eso tiene tres meses de vacaciones.Los alumnos universitarios deben estar supermotivados por los profesores NO de élite, ser supercomprendidos y, a poder ser, que el profesor NO de élite les haga su propio trabajo, exigiendo lo menos posible y poniendo exámenes de baba sólo aptos para quien no dé un palo al agua.A los profesores NO de élite que necesitan un psicólogo se les envía al psiquiatra-rector-decano. NO interesa en absoluto que rindan más y mejor, sólo echarles la bronca para que se incremente el número de aprobados.Si un alumno universitario no rinde de acuerdo a su capacidad, la culpa no es suya, sino de su profesor NO de élite, que no sabe motivarle ni explicarle los conceptos.Si un profesor NO de élite NO está motivado NO se le revisa el contrato ni se le sube la ficha. Para que se joda y curre a disgusto. Los que tienen que estar motivados por profesores SÍ de élite son los alumnos, el profesor NO de élite debe venir motivado de casa.Si una clase tiene un elevado número de suspensos, la culpa es del profesor NO de élite, nunca del decano o del rector de turno, a quienes les importa un bledo si los chavales trabajan o se pasan el día de jijirijí. Al profesor NO de élite se le puede cascar la bronca y llamarlo al orden institucional. Con que aumente el número de aprobados, el profesor NO de élite puede ser ascendido a la categoría de profesor SÍ de élite. Al decano o rector de turno es muy jodido echarle a la calle.Si un alumno universitario no tiene vocación, no rinde o se hace repetidor por vicio, no se le dice nada para humillarle ni vejarle ni acomplejarle; se le deja matricularse una y otra y otra vez hasta que sus hijos vayan con él a clase perpetuando la especie. Nunca se le debe traspasar a otra facultad, eso es de cobardes. Un profesor NO de élite sin vocación merece morir porque es un ser contra natura.Los alumnos universitarios SÍ necesitan desesperadamente una motivación extra para estudiar la carrera que han elegido libremente y que será su profesión el día de mañana. O el de pasado mañana. Esta motivación, por supuesto, debe proporcionársela el profesor NO de élite.Cuando un profesor NO de élite se retira vive aún peor que antes de retirarse. Eso sí, antes le habrán bajado el sueldo y quitado la paga extra de Navidad. La de verano ya se verá...
Supongo que todos los que amáis la enseñanza y la educación estaréis de acuerdo mayormente con las afirmaciones anteriores y las comprenderéis perfectamente. Resultan bastante razonables para nuestro entendimiento y capacidad de raciocinio, ¿verdad? ¿O no?

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 09, 2013 09:01

Sergio L. Palacios's Blog

Sergio L. Palacios
Sergio L. Palacios isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Sergio L. Palacios's blog with rss.