Pablo Poveda's Blog, page 59
June 17, 2016
No importa lo que piensen los demás de mí, lo que importa es lo que yo piense de mí mismo.
June 11, 2016
Escribir como observación de la vida
Muchas veces me planteo escribir sobre esto, la vida, lo que veo, pero no puedo, es complicado, no logro alcanzar una buena aproximación.
Sería muy fácil atacar, desde la esquina, a lo lejos, sin temer al impacto de las balas. Representar lo que veo sin más y después esconderme. Eso, resulta demasiado fácil. Podría hablar de que ha llegado el verano, de que tomo un café solo en una cafetería colindante a un banco. Podría hablar de que veo a tres cabezas rapadas, que podrían ser cinco o diez, desafiantes tras el cristal, limitados por su propia ignorancia. Que el imbécil de atrás decide ver una película sin auriculares a sabiendas que leo en mi Kindle y un pobre hombre también, su periódico. Es demasiado fácil hablar por hablar sin adentrarse en lo profundo, ver en la televisión al líder de una nación que no ejerce como líder porque la Primer Ministro es una mera marioneta. Volver a casa, las tiendas de alcohol abiertas 24 horas, sin cierres ni en festivo, y a esos padres de familia, cuarentones, cincuentones, rojos como tomates, bebiendo cerveza a las seis de la tarde tras una valla publicitaria, borrachos desde hace una vida, creyendo que nadie los verá, dejando un tufo a alcohol destilado por donde caminan. Y hay más, pero mejor no mencionar nada, porque tengo a una diva veinteañera que este año irá al Open Air y monta en un monopatín diminuto. Qué jodido es ser moderno entre tanto anacronismo. Qué jodido es ser yo, me digo. El mes de junio se vuelve loco y nos está volviendo a todos igual con este tiempo de sol, lluvia, frío y sudores. El vecino abre la puerta y se debe de haber cascado una botella de vodka antes de salir, porque el muy cabronazo se tambalea, pero todo está bien, todavía hay fuerzas. Pero sería muy injusto hablar de ello sin una aproximación adecuada, sin entender la causa, la razón, sin caer en la pena, en la lástima hacia el prójimo, porque eso es lo fácil, y a mí no me interesa. No me puedo creer tal abandono. Todavía tengo esperanza en el ser humano. Creo. Todavía tengo esperanza en mí mismo.
Sale el sol, pero sigo viendo caras mustias.
Puesto a hablar, hagámoslo sobre estereotipos. Hoy no voy a intentarlo. Sigo siendo el mismo que lo deja todo para mañana.
June 10, 2016
Stan Lee y las letras
Acabo de leer un artículo de Rafael Fernández Ezcritor, una entrada que se hizo viral hace poco. Me alegro. Hace cinco años, él ya estaba ahí, y muchos no tomaban en serio lo que hacía.
La semana pasada estuve en Barcelona unos días. Una ciudad preciosa, un viaje maravilloso, unos días necesarios para hacer balance, pensar y ver a dónde nos lleva todo.
Antes de marchar, publiqué El Aprendiz, la segunda parte de El Profesor. En ese momento, ya estaba inmerso con la segunda parte de La Isla del Silencio.
He autopublicado seis novelas, tengo una terminada a vistas de ser publicada y estoy escribiendo la séptima, sin perder ideas para la octava. El tiempo no perdona, es el único que no perdona y no puedo hacer otra cosa que teclear más y más. A veces, me frustro, me golpeo a mí mismo y después me levanto. Nadie dijo que fuera fácil. No es una cuestión de demostrar nada a nadie, pero quiero dejar algo. Además de los e-mails de agradecimiento, esta mañana he leído algo que decía Stan Lee en una entrevista.
“Descubrí que el entretenimiento es importante para las personas con problemas. Si entretienes a alguien y haces que se olvide de sus problemas por un rato, haces algo bueno.”
Mis libros no gustan a todos, pero a quienes les gusten, les deben gustar de verdad.
Por cierto, he lanzado una nueva edición de La chica de las canciones.

May 28, 2016
Mis mejores salidas en Medium

Es sábado. El pueblo decide. Aquí mis artículos que revientan visitas hasta la fecha:
Piratería, autores y diez consejos gratuitos e innecesarios para escribirEscribir, editar, diseñar y publicar tu libro desde un tablet
ABC para ser escritor: guía para empezar a escribir
Tiempo Cero: El futuro. “Episodios I y II” (ficción)
Cuando tu libro cuesta como una porción de pizza
May 26, 2016
Piratería, autores y diez consejos gratuitos e innecesarios para escribir
Leo un artículo sobre la piratería en la web de Javier Pellicer. Básicamente, lo que cuenta no es nuevo pero está bien recordarlo a veces. En el artículo saca los argumentos de aquellos que bajamos bajan archivos ilegalmente.
Es que el autor debería sentirse orgulloso de que su obra sea considerada para estar en una web de descargasPagas a esa compañía por acceder a Internet, no por lo que hagas una vez estás dentro.
En mi respuesta al artículo, he argumentado que existen muchos libros que no serían leídos NUNCA si estuvieran en papel o si alguien tuviera agallas para publicarlos (como los míos). Esto nos ha abierto las puertas. Otra historia es que, desde hace más de 15 años, nos aprendimos la cantinela de que pagamos por internet pero no por su contenido (y como la Ley no hizo nunca nada, así nos ha ido hasta hoy).

¿Se ha acabado el chollo para muchos? Sí. Pero para otros, ha comenzado. Ahora que hay más autores que cafeterías, es importante cuidar al cliente. ¿Cómo? Teniendo contacto directo, preguntándole a él y no a ti, atendiendo sus demandas (y no las tuyas). ¿Venderse? No, nunca, pero si eres juntaletras y decides saltar al salvaje ruedo de la autoedición (porque eres como George McFly y no soportarías llevarte un bofetón editorial) te aviso que tu ego no hará más que molestarte.

Esto es un negocio. Yo no soy hombre de negocios (quizá por eso me esté tomando tanto tiempo) pero hay un camino para todos, más largo, más corto. Hay mucho ruido ahí fuera de cómo hacer las cosas y me he dejado unos cuantos pavos comprando libros que no servían para NADA.
La gente, si quiere, compra; si duda, descarga ilegalmente; y si no le interesa lo mínimo, te ignora. Así de simple. Si eres un autor de renombre, se salta el último paso.Haz las cosas bien: busca a la gente que tenga interés en lo que haces, hazle saber que existes y cuídala. Poco a poco. Persona a persona. Somos personas, ¿verdad?Aprende algo de mercadotecnia pero no te excedas. Si partes de cero y no sabes inglés, dos libros: Digitalízate y El arte de pedir de Amanda Palmer. Un blog: Gabriella Literaria y Tintachida. Si entiendes inglés: Creativindie y David Gaughran. Suficiente para arrancar. Empápate y toma notas. No te dejes saturar por todo lo que hay ahí fuera.No te obsesiones. No tengas envidia de otros. No tengas miedo. Hay muchos escritores, pero no dejan de ser personas, con sus manías y sus historias. Algunos te dejarán de hablar cuando te vaya bien y no les cuentes por qué. A lo tuyo. The world is yours. Autenticidad: las cosas llegan despacio. A Bob Dylan lo criticaron por pasarse a lo eléctrico. A lo tuyo. Si crees en una idea, a por ella. Te dejarán por el camino igualmente.¿Quieres fama? Este no es el camino. Escribe, publica y deja un bonito recuerdo. Las lecturas son efímeras, la gente cada vez pone menos atención a las cosas. Tú también. No te alarmes. Sigue escribiendo, mejora. Tu mejor libro está por llegar.Si la pasta no llega, sigue intentándolo. Cada vez que piensas en tirar la toalla, alguien lo ha hecho ya. Sigue subiendo, que otros se retiren no es tu problema. Si lo dejas, entonces no era para ti. Las críticas positivas y negativas que explican el por qué, son necesarias. Las que no, ignóralas. Si algo te sale bien, déjalo a un lado y a por otra cosa.No te tomes esto muy en serio, escribir siempre ha sido un oficio de pobres y fiesteros.

Adventureland

Hace unos días vi Adventureland, una comedia, que no sé si podría tacharla de romántica, protagonizada por Jesse Eisenberg y Kristen Steward. La película, situada en los 80, trata de un joven con aspiraciones a literato que le pide a sus padres dinero para un viaje por Europa antes de ir a la universidad. Desafortunadamente, su familia sufre una crisis económica, no se lo pueden permitir y el chico debe buscar un trabajo para pagarse el curso en Nueva York. Así que, cuando decide buscar un trabajo, se da cuenta que todas las florituras de su CV no sirven de nada y termina trabajando en el parque de atracciones de la ciudad.
Ahí descubre el sentido de su vida.
Una trama anodina si no fuera porque los que trabajan en el parque temático, hacen de él el sitio más interesante del globo: un nerd que lee a Dostojevski, un guitarrista acabado que le pone los cuernos a su mujer, un encargado pasado de rosca, una chica con problemas familiares y una banda sonora de diez.
Precisamente eso. Los guiños a las canciones de la época, que encajan perfectamente en cada escena de la cinta.
Escogí la película por azar (esas cosas que tiene Netflix) y no esperaba mucho de ella, pero reconozco que la sorpresa fue más que grata. Me recordó mucho a Hilo Musical de Miqui Otero (tanto la novela de Otero como la película, tienen temazos inolvidables y bien encajados).
May 19, 2016
Eres multitarea, eres un parásito
Estamos perdiendo la capacidad de atención por lo que, leer noticias, no sirve de nada sin concentración.
Desde que vivo fuera de España, apenas leo la prensa. Una vez a la semana, tal vez. Puedo vivir sin ella. No me importa. Al vivir fuera de casa, el impacto mediático es relativo. Lo que para mí es importante, para ti no.
Que no lea noticias no significa que viva desinflamado. Leo la prensa una vez por semana, leo, tomo notas y reflexiono. Mi capacidad es limitada, no soy multitarea, no quiero realizar más de una actividad a la vez y si a alguien le jode que hable y no haga otra cosa, es su problema.
Realizar varias actividades al mismo tiempo no nos hace mejores: divide la atención y nos impide concentrarnos. Si no piensas, otros lo harán por ti y te convertirás en un pez. Observa al pez: no deja de moverse.
Si has llegado a esta línea, ya es un logro, aunque dudo que llegues a la siguiente. Nuestro tiempo es limitado. Si no te gusta lo que lees, no llegues al final. Reflexiona. Respira. Escucha una canción, sólo eso, escucha, pon atención. Disfruta. Vive.
May 17, 2016
Madrid, años 90, Easton Ellis y Palahniuk
Supongamos que hablo de Madrid. Leo a José Ángel Mañas. Leo Historias del Kronen. Tengo la sensación de que el Kronen debe de haber cerrado ya así como Australian Blonde dejó de existir hace tiempo. Todavía queda Madrid.

Leo la novela y me dio cuenta de algo que, posiblemente, alguien notó 20 años atrás, para ser más exactos, 21, en 1995 cuando se estrenó la película o en 1994 cuando se publicó el libro. A José Ángel Mañas le gustaba mucho Easton Ellis, el Ellis de entonces, el que escribió American Psycho y Less Than Zero. Y se lo llevó a Madrid, a sus calles, dejando caer a sus personajes, a sí mismo.
Lo sé porque lo cita y porque lo copia, lo imita; en su simbolismo, en su ristra de palabras diseñadas por el autor. Me gusta, es un buen punto y me siento bien al reconocer esto, porque a mí también me influyó Ellis en su momento.
A diferencia de Murakami, de Ellis me influyó más su prosa que sus historias, como Palahniuk. Con esto, me doy cuenta de que hoy existen muchas Historias del Kronen. ¿Superiores? No sé, diferentes. Incluso yo escribí una (la cual, no puedo mencionar). Historias del Kronen es un Less Than Zero así como ésta fue un On The Road y ésta última, The Catcher in The Rye o El Guardián entre el centeno de Salinger, que siempre estuvo de moda y que a mí nunca me dijo nada (tal vez por leerlo tras escribir una novela de iniciación).

En su día leí a Agustín Fernández Mallo, pero voló bajo, rasurado.
La diferencia es que, como muchos, soy de una generación que está entre dos mundos: uno digital y otro que camina hacia atrás, como los cangrejos, como diría mi padre. Leo en Kindle libros de hace dos o tres décadas.
Chuck Palahniuk dejó una lista de consejos que he tomado prestados de una traducción que se hizo aquí, por Pablo, el traductor y escritor de Lamolineta.

Estos tres son la clave.
Número nueve: Hay tres tipos de discurso – No sé si esto es VERDAD, pero lo oí en un seminario y tenía sentido -. Estos tipos son: Descriptivo, Imperativo y Expresivo. Descriptivo: “El sol se levantó alto…” Imperativo: “Camina, no corras…” Expresivo: “¡Ay!” La mayoría de los escritores de ficción utilizarán sólo uno – dos, todo lo más -. Así que, usa los tres. Mézclalos. Es como la gente habla.Número diez: Escribe el libro que quieres leer.
Número once: Hazte ahora fotos de autor, con chaqueta, mientras eres joven. Y hazte con los negativos y el copyright de esas fotos.
Número Doce: Escribe sobre los temas que realmente te preocupan. Esas son las únicas cosas sobre las que merece la pena escribir. En su curso, llamado “Escritura peligrosa”, Tom Spanbauer enfatiza que la vida es demasiado preciosa como para desperdiciarla escribiendo historias insulsas y convencionales las cuales no tienen ningún lazo personal contigo. Hay tantas cosas de las que Tom habló, pero sólo puedo medio recordar: el arte de “manumision” que no puedo deletrear, pero que entendí que significaba el cuidado que utilizas al mover a un lector a través de una historia. Y “sous conversation”, el cual me hice la idea de que significaba el mensaje escondido, enterrado entre la historia obvia. Como no me siento cómodo describiendo temas, sólo medio entiendo. Tom estuvo de acuerdo en escribir un libro sobre este trabajo y las ideas que él enseña. El título de trabajo es “A Hole In The Heart (Un agujero en el corazón”) y tiene planeado tener listo un borrador en Junio de 2006, con fecha de publicación a primeros de 2007.
May 16, 2016
Retos y rutinas
Las crisis existenciales golpean como un púgil de vez en cuando. La mía llega siempre para mi cumpleaños. Así que, para ponerle remedio, me he obligado a escribir una entrada durante un año. Sí, un año. Un maldito año. Hace unos días, leí (en un blog) lo útil que había sido para el autor. También leí (en otro blog) que uno no alcanza su estilo hasta que no escribe diez novelas. No sé, todo es tan confuso… Creo que he terminado en un círculo de ansiedad sin saber cómo; en un vaivén de artículos sobre cómo escribir, cómo hacer esto, aquello.
Cada uno tiene su camino, yo tengo el mío pero, también es cierto que, hacer las cosas erróneamente no es un mal necesario. He dado palos de ciego por falta de constancia, de vida y de otras cosas. Seguro que tú también.
Hay que empezar por alguna parte.
En estos años, si algo he logrado (además de independizarme) ha sido ser constante escribiendo. Es posible escribir 1000 palabras al día. Y más, también.
Otro de mis retos actuales es el de leer un libro a la semana. Ya he leído uno, “Escucha la canción del viento” de Murakami.Reconozco que me ha gustado, quizá por ser corto. La primera vez que leí Tokyo Blues, se me atragantó. No era el momento, aunque, más tarde, comencé a entender la forma de escribir del japonés.

En el prólogo del libro hay algo que subrayo.
“Muchas personas —y con ello me refiero, en la mayoría de los casos, a la sociedad japonesa— terminan primero sus estudios, después encuentran un empleo y, por último, tras un corto intervalo de tiempo, se casan. Esto era lo que yo también, en un principio, tenía la intención de hacer. Al menos era lo que, a grandes rasgos, pensaba que acabaría haciendo. Pero, en realidad, resultó que primero me casé, empecé luego a trabajar y entonces, por fin (como pude), acabé mis estudios. Es decir, que seguí un orden completamente inverso al habitual.
Estaba casado, pero me desagradaba la idea de trabajar para una empresa, así que decidí abrir un negocio. Un establecimiento donde se pusieran discos de jazz y se sirvieran cafés, bebidas y comidas. Me movía la idea, muy simple y en algún sentido optimista, de que, como me gustaba el jazz, me iría como anillo al dedo un trabajo donde pudiera escuchar música de la mañana a la noche. Pero un estudiante casado no tiene dinero, por supuesto. Así que, durante tres años, mi esposa y yo estuvimos trabajando para varios sitios a la vez y ahorrando tanto como pudimos. Y también fuimos pidiendo dinero prestado[…]”“Escucha la canción del viento es una novela breve, más cercana a una novelette que a una novela propiamente dicha. A pesar de ello, me costó mucho escribirla. Aparte del hecho evidente de que apenas contaba con tiempo libre, no tenía, para empezar y ante todo, la menor idea de cómo se escribía una novela. A decir verdad, yo era un apasionado lector, entre otras, de la novela rusa del siglo XIX y de novela negra americana, pero he de admitir que jamás había tocado una novela contemporánea japonesa. De modo que desconocía qué novelas se leían en el Japón de entonces y tampoco tenía muy claro cómo debía escribirse una novela en japonés.
Pero pensé: «Será algo así», e invertí algunos meses en redactar algo que se pareciera a lo que había imaginado. Sin embargo, cuando terminé de escribir y la leí, ni siquiera a mí acabó de convencerme. Aunque tenía la forma de una novela, su lectura no despertó mi interés y, al terminar de leerla, no había nada en ella que me conmoviera. «Si quien la ha escrito piensa esto cuando lee el texto, al lector seguro que le pasa igual», me dije.“Reconsideré la cuestión y me dije que era natural que no hubiese sido capaz de escribir bien una novela. No había escrito ninguna en toda mi vida y no podía esperar escribir algo excelente a la primera, así, sin más. Quizás el error radicara en el punto de partida, al pretender escribir una buena novela. Me dije: «Si, de todos modos, no puedo escribir una buena novela, ¿no debería dejar de lado ideas preconcebidas del tipo: “una novela es así”, “la literatura es asá” y escribir tal cual, libremente, a mi gusto, lo que siento o lo que me viene a la cabeza?».
Claro que «escribir tal cual, libremente, al gusto de uno, sobre lo que uno siente o le viene a la cabeza» no es tan fácil de hacer como de decir. Es una labor extremadamente difícil, en particular para quien no ha escrito nunca una novela. Para cambiar mi concepción de raíz, ante todo, decidí renunciar al papel de escribir y a la pluma estilográfica. Con la pluma y la hoja de papel ante los ojos, acababa adoptando, lo quisiera o no, una postura «literaria». A cambio, saqué una Olivetti con teclado alfabético inglés que tenía guardada en el armario empotrado. Con ella decidí empezar a escribir una novela en inglés a modo de prueba. Con el propósito de hacer algo distinto a lo habitual, fuera lo que fuese.”“Por lo tanto, cuando me dispongo a plasmar en un texto mis propias emociones o imágenes, a veces estos contenidos van y vienen aceleradamente, se agolpan y colisionan. Sin embargo, cuando voy a plasmarlos en una lengua extranjera, en la medida en que el número de palabras y expresiones es limitado, esto no se produce. En aquel momento descubrí que, aunque el número de palabras y expresiones fuera limitado, si uno era capaz de ensamblarlas de modo efectivo, las emociones y las ideas podían expresarse muy bien. En resumen, que «no hacía falta poner una palabra complicada tras otra», que «no hacía falta utilizar expresiones hermosas para despertar la admiración de la gente»
Fragmento de: Haruki Murakami. “Escucha la canción del viento & Pinball 1973”. iBooks.
Ahora voy a por el segundo, “Historias del Kronen” de José Ángel Mañas.
¿Tú también te pones retos? Deja tus comentarios abajo, juntos hagamos este sufrimiento más llevadero.
Canción del día. Sentimiento de hoy.
May 15, 2016
30 consejos de Kerouac para escribir

Cuando estoy triste, falto de gracia y no sé qué escribir, siempre recurro a esto.
1. Cuadernos secretos garabateados y salvajes páginas escritas a máquina para tu propia dicha.
2. Obediente a todo, abierto, escuchando.
3. Trata de nunca emborracharte fuera de tu casa.
4. Enamórate de tu propia vida.
5. Algo que sientes encontrará su propia forma.
6. Sé un demente estúpido-santo de la mente.
7. Sopla tan profundo como quieras soplar.
8. Escribe lo que quieras, insondablemente, desde el fondo de la mente.
9. Las visiones inefables del individuo.
10. Sin tiempo para la poesía más que exactamente lo que es.
11. Tics visionarios estremeciéndose en el pecho.
12. Fijación del trance soñando sobre un objeto ante ti.
13. Desaloja inhibiciones literarias, gramáticas y sintácticas.
14. Como Proust, sé un viejo adicto al té del tiempo.
15. Diciendo la verdadera historia del mundo en un monólogo interno.
16. El centro de la joya del interés es el ojo dentro del ojo.
17. Escribe en reminiscencia y asombro por ti mismo.
18. Trabaja desde el néctar del ojo medio afuera, nadando en el mar del lenguaje.
19. Acepta la pérdida para siempre.
20. Cree en el sagrado contorno de la vida.
21. Lucha por trazar el flujo que ya existe intacto en la mente.
22. No pienses en palabras cuando te detengas sino para ver mejor el cuadro.
23. Registra todos los días el día blasonado en tu mañana.
24. Sin miedo o pena en la dignidad de tu experiencia, conocimiento y lenguaje.
25. Escribe para que el mundo lea y vea tus precisas imágenes de él.
26. El libro-película es la película en palabras, la forma visual americana.
27. En homenaje del personaje en la solitaria penumbra inhumana.
28. Componiendo salvaje, indisciplinado, puro, viniendo de abajo, entre más loco mejor.
29. Eres un genio todo el tiempo.
30. Guionista-director de películas terrestres auspiciadas y angeladas en el Cielo.