Mikel López Iturriaga's Blog, page 12
January 4, 2015
Un sandwich en manos de abogados
MATT MATERA
Hoy tocaría cascarles una proyección de tendencias para 2015 en gastronomía, pero, mira por dónde, paso. No es por miedo a predecir el futuro, que yo también llevo un Sandro Rey dentro y puedo soltar unas cuantas generalidades que se cumplirán sí o sí. Es por el estrés que me generan estas agendas anticipatorias tan típicas de estos días, que hacen spoilerde las cuatro cosas buenas y las 400 malas que ocurrirán en el año. Así que les contaré una microhistoria local que no supondrá nada para el devenir de los próximos 12 meses, pero que cuenta con el suficiente valor simbólico como para aparecer en un periódico planetario como éste.
Todo bilbaíno o persona adyacente conocerá los triángulos del bar Eme, una institución tan emblemática del Botxo como la ría, el Athletic o los bollos de mantequilla. Estos sándwiches no pasarían de ser unos “vegetales” más a la española (es decir, con jamón york) si no contaran con un pan por encima de la media y una deliciosa salsa picante, de fórmula ultrasecreta desde que el fundador del negocio la inventara en los años cincuenta. Muchos los adoran y otros creen que están sobrevalorados; yo me quedo en el medio porque he comido ejemplares que me han puesto en armonía con el universo y ejemplares con los que bien podría haber emprendido alguna obra de mampostería.
La noticia es que el Eme se ha renovado por dentro y por fuera. Por dentro, reformando el local y acabando con su también emblemático suelo lleno de servilletas de papel rezumantes de mayonesa, y por fuera, emprendiendo una loca cacería contra los que usan su nombre en vano en Internet. El bloguero Eneko Martínez, que publicó hace tiempo en su web una versión personal del sándwich, contaba esta semana en Twitter cómo los representantes legales del local le han instado vía burofax a eliminar del texto cualquier mención al establecimiento. Le acusan de “infracción de derechos”.
Dejando a un lado el pequeño detalle de que, por suerte para la cocina, la propiedad intelectual no se extiende a las recetas, éste es uno de los ejemplos más disparatados que conozco de esa manía tan siglo XXI de controlar hasta el absurdo el uso de marcas, por la que muchas empresas mal asesoradas por malos abogados pierden más de lo que ganan. Que alguien haga una interpretación de tu bocadillo estrella en su web y te cite con nombre y apellidos es bueno para tu popularidad; que le persigas por hacerlo no es sólo antipático, sino pésimo para tu reputación en la Red.
December 30, 2014
10 platos fáciles para picar en Fin de Año
Ya está aquí, ya llegó, es la noche del año en la que los que no salen nunca van a darlo todo y los fiesteros de a diario se quedan en casa (para no encontrárselos). Como a estas alturas de la Navidad ya nos sale el mariscocorderopescadocaviar por las orejas, hoy os proponemos una serie de recetas fáciles y asequibles para quedar bien con los invitados en un pispás y salir a toñaros lo más rápido posible. Que total es lo que queréis, que ya nos conocemos.
Por cierto, si alguien ha venido buscando la lista de canciones para cocinar en Fin de Año, que sepa que –aunque esta vez no le hemos dedicado una entrada para ella sola– existe, y la podéis escuchar haciendo un click aquí mismo. Aprovechamos para desearos que os lo paséis de pamelas esta noche, y que el 2015 os traiga todo lo bueno que os merecéis. ¡Feliz año, amigos, rebonicos, cocinillas, residentes en la López-Ibor y lectores normales!
Hummus de guisantes y menta
Hervir, cortar y triturar es todo lo que tienes que hacer para preparar esta versión color Rana Gustavo del untable más famoso de Oriente. Por la textura del guisante, este hummus es un poco más suave que el de garbanzo y por obra y gracia de la menta, bastante más fresco, así que es difícil verle el fin al picoteo. Si lo queréis todavía más lujurioso, ponedle un par de cucharadas de yogur griego de verdad y preparad unos lacitos de hojaldre con parmesano para mojar.
Tiradísima de hacer, fresca, con patata que ayuda a que después no os siente mal el alcoholazo y proteína estupenda en forma de pulpo. Si compráis este ya cocido, no os llevará más de 10 minutos -de trabajo, las patatas tienen que hervirse pero eso lo hace el fuego– prepararla. Si queréis darle un toque más exótico, podéis buscar unos limones marroquíes encurtidos y cambiar el perejil por cilantro.

Alguien que yo me sé se cascó 3 platos de esta ensalada... / CIRA LÓPEZ
Pincho de alcachofa, queso de cabra y mortadela
¿Hasta el toto de la brocheta de tomate chirry con mozzarelitas y pesto industrial que te sacan en todas las bodas, bautizos y comuniones? Aquí tienes una alternativa con menos papeletas para convertirse en comida viejuna del futuro. Los corazones de alcachofas las puedes comprar congelados, cocerlos y saltearlos si quieres darles un punto más tostado; un plan B para el que cuente con alguna tienda de delicatesen italiana cerca es pillarlas embotadas a la brasa. El elemento lácteo pueden ser unas bolitas de queso de cabra, de labné o de la mismísima mozzarella. Para terminar, media loncha de buena mortadela que envuelva los dos elementos anteriores (o puesta en plan gurruño al final del pincho). La combinación es para devorar y no parar.
Otra opción que se hace en dos patadas, perfecta para unir en hermandad a vegetarianos y no-tan-vegetarianos y a la que se le puede añadir casi cualquier cosa. Aunque ahora no es el mejor momento para el tomate fresco que lleva la receta original, podéis hidratar un poco de tomate seco, usar remolacha en su lugar, pera o manzana (en este caso, os recomiendo que le pongáis un poco de queso azul o gorgonzola al untable) o algún encurtido.
Cochinita pibil
Una de las mejores opciones para cocinar para 50 con el mismo esfuerzo que dedicarías a cocinar para dos. El trabajo duro y largo lo hace el horno, la única parte chunga para el que cocina es pelar y picar la cebolla de la guarnición, pero como idealmente tienes que hacerlo el día antes para que macere en la nevera, los invitados no te pillarán con los ojos rojos. O sí, pero no será de eso, pillín/a. PD: Puede hacerse con contramuslos de pollo.

Apuesta carnaca segura / EL COMIDISTA
Puré de patata, sobrasada y huevo frito
Una idea directamente mangada de la barra de El Coure, aunque espero que Albert me perdone porque no revelo su fórmula secreta, un puré de patatas que parece elaborado por los mismísimos angelitos. No la revelo porque no la sé, y si la supiera tampoco podría revelarla porque sería toda yo una bolita y ya no podría ni escribir. El concepto es el siguiente: una base de puré de patata casero y cremoso, un taco de buena sobrasada mallorquina de porc negre (si no tenéis de esa a mano, la de Cal Rovira es una brutalidad) pasada por el horno o la sartén -no demasiado- y un huevo frito encima. ¿Buscáis una versión más ligera? Cambiad el huevo frito por uno mollet. ¿Más ligera aún? Un yogur desnatado y una pera pelada. Y a la cama, que luego las calorías de los gintónics no las contáis, ¿eh?
En Italia son tradición, y se dice que el que las cena la noche del 31 irá bien de panoja durante el año siguiente. Aunque no lo hemos comprobado en primera persona, no parece ninguna mala opción, sobre todo si se tiene que alimentar a un grupo grande o se piensa volver a casa con ellos a hacer la recena: pocas cosas hay mejores para la resaca que atizarse un plataco de lentejas antes de irse a dormir. Nuestra versión se curra algunas preparaciones previas para eliminar parte de la grasa de los sacramentos, pero si vais a esperar a que pasen Reyes para poneros a plan, podéis hacerlas a la manera tradicional.
Tartar de salmón estilo tailandés
Un cuchillo afilado –para no destrozar el pescado– y una tabla es todo lo que necesitaréis para hacer este tartar tan sexy. Si os apetece más usar atún o gambas, adelante. Si os ponen más los anacardos que los cacahutes, también. Si no tenéis el gen del cilantro, podéis usar otra hierba (que no sea leñosa ni dura, o vais a rumiar como vaquitas). Un par de cucharadas de leche de coco tampoco le irán mal, lo que no cambiaría sería lo de buscar un pan o acompañamiento cujiente que le aporte contraste a la textura melosa del salmón.

Ese pan es una ma-ra-vi-lla / EL COMIDISTA
Vasos de tarta de queso exprés
En una entrada reciente –en la que Mikel explicaba, de paso, el maravilloso concepto del jetapostre– compartimos estos vasitos de falsa-pero-deliciosa tarta de queso y mandarina. Si este cítrico no es lo tuyo, puedes hacerla con saroni, plátano, orejones de melocotón o albaricoque, más mermelada de la que utilicéis para mezclar con la crema, compota de castañas o prácticamente lo que os de gana.
Un cóctel calentito, que toña de lo lindo y con referencia cinematográfica de por medio –lo hice para un especial de cócteles de cine para El País Semanal, todo eso y más es el Hot Toddy. La bebida con la que Brick y Meggie Pollit –interpretados por Paul Newman y Elizabeth Taylor–, se pelean y reconcilian en La gata sobre el tejado de zinc. Ideal para temperar el cuerpo después del postre y antes de salir a tomar las calles.

El rollo es porque la cosa iba de pelis... / CATERINA BARJAU
Premios Comidista 2014 a los lectores
Un lector que vino a vernos por el post sobre los defensores de los animales. / GIPHY
Sincerémonos desde el principio: para los periodistas que publicamos en internet, los lectores sois un grano en el culo. Sois insaciables, criticáis nuestro trabajo sin misericordia, encontráis defectos hasta debajo de las piedras y, lo peor de todo, muchas veces tenéis razón. Sin embargo, ¿qué sería un blog como El Comidista sin vosotros? Seguramente un lugar más pacífico... pero también más aburrido.
En agradecimiento por todo el cariño / tabarra / risas / llantos que nos proporcionáis, el año pasado instituimos los Premios Comidista a los mejores comentarios, y en este 2014 continuamos la tradición con una nueva entrega de galardones, ampliada con algunas intervenciones gloriosas en las redes sociales. Desde aquí os animamos a seguir participando: aunque no siempre contestemos porque necesitaríamos tres o cuatro vidas para hacerlo, siempre leemos, y en ocasiones incluso aprendemos de lo que nos contáis. ¡Seguid así en 2015!
Premio al Mejor Ataque Personal
Empezamos, como no podía ser de otra forma, con el mejor comentario descalificador, insultante y faltón del año. Lo firmó Nuño en la entrada 20 personas que deberían ser juzgadas por crímenes contra la comida, y demuestra un profundo conocimiento de la actividad de este blog en su frase final. ¡Enhorabuena majo!
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Premio Persona Normal
Un buen día, decides mostrar al mundo tu entusiasmo por el pan artesano (el auténtico, no el de las boutiques del pan). Escribes una entrada titulada Dónde comprar pan de verdad a precios razonables, en el que haces una encendida reivindicación de las nuevas y antiguas panaderías donde este alimento se trata con cariño. Te lo curras, hablas con expertos y te queda una bonita selección de locales panarras. Y entonces llega alguien que te da un zasca en toda la boca de foodie que te pone los pies en la tierra sobre el país en el que vives. Por su tozudez a la hora de resistirse a las masas madre, el premio Persona Normal es para Aldebarán.
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Premio Madre Teresa
Nuestra premiada en esta categoría es Eva, que dejó en Facebook uno de los comentarios más absurdos de todos los tiempos el día que posteé allí una columna muy crítica con dos blogueras de moda por hacerse fotos en lugares relacionados con el Holocausto judío. Ya sabéis: a partir de ahora, nada de escribir sobre salud, que hay millones de enfermos muriéndose por ahí. Ni nada que hable de libros, porque millones de pobres no pueden comprarlos. Ni comedias, con tanto drama que hay en el mundo.
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Premio al email que da sentido a todo
Este premio lo instituimos el año pasado para homenajear a los lectores que te escriben correos electrónicos que te llegan al alma. Son esos mensajes que te animan a seguir, y que hacen que todos los sinsabores de esta profesión pasen a segundo plano por arte de magia. Queridos Pedro y novia, de Huesca, nosotros os habremos dado un rato de alegría, pero vosotros nos habéis dado la felicidad con vuestro mail, titulado Kit-kat de la risa. ¡Ánimo!
"Mi novia y yo estamos pasando una temporada jodida, protagonizada por siempre tediosos y a veces angustiosos momentos en salas de espera de un hospital. Allí, esta mañana, mientras esperábamos el resultado de unas pruebas, se me ha ocurrido abrir tu artículo de catástrofes navideñas, y el resultado ha sido catártico. Hemos llorado tanto al intentar contener las risas que cuando hemos entrado en la consulta, el médico ha pensado que llevábamos una bajona importante. Sólo quería agradecerte estas risas, en un momento en el que son tan necesarias. Un besico!!". Pedro
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Premio Especial 'Llévenme a la López Ibor, ahí es donde vivo'
Los comentarios críticos te hacen reflexionar. Los insultantes, duelen. Ahora bien, los que más inquietud te crean a largo plazo son los incomprensibles. Los enviados por gente desde frenopáticos o desde el planeta Raticulín, los que no se prestan a ninguna clase de interpretación lógica. La ganadora en esta categoría es Nina / Panda, con la que nunca tuvimos ningún contacto hasta que dejó estas opiniones desde la misma IP
en la receta del rosbif marinado con achiote, naranja y canela. En la primera amenazaba con abandonar nuestros enlaces (¿?); en la segunda, publicada al día siguiente, nos contaba la historia más loquer del año.
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Premio 'Hay una cosa que te quiero decir'
Este premio está dedicado a los lectores que van un poquito más allá en sus muestras de afecto por mi persona. El año pasado lo ganó 23 Cm (En Reposo) con su ya mítico “Ay Mikel a ti sí que te comía yo... toda la colita, con salsa barbacoa. Y los huevitos a la rantxera, te chupaba hasta dejarte seco. Mariquita mía. Maleni de mis entretelas. Eres la maruja más tierna que ha parido madre. Maricón”. En 2014 se lo lleva Kilgore Busca Lío, por este halagador -a la vez que preocupante- comentario en el Aló Comidista del 7 de marzo.
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Premio ACABAD CON ANSÓN
Que también se podría titular Tú escribe lo que te dé la gana que yo he venido aquí a lo mío. El ganador es José Luis, que nos dejó una auténtica perla en el artículo Restaurantes para recordar de 2014: sin venir a cuento de nada, nos urgía a que montaramos un altar, lleváramos a él al presidente de la Real Academia de Gastronomía y lo sacrificáramos a los dioses por el bien de la cocina.
Matar Ansón matar Ansón matar Ansón matar Ansón. / GIPHY
Premio Déficit Tarifario (patrocinado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo)
Este premio ya se dio el año pasado a todos los que se quejan de lo cara que está la electricidad en los comentarios cada vez que publicamos una receta que requiere horno. Sin embargo, en 2014 deja de ser colectivo para caer en manos de Laura y Almirante, que mantuvieron este apasionante diálogo en la receta de patatas con (sonido de rasgamiento de vestiduras) doble horneado.
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Premio 'Churras con Merinas'
Uno de los artículos más polémicos publicados este año en El Comidista hablaba de los actos de protesta de ciertos animalistas radicales contra el consumo de carne, y de rebote, del caso Excalibur. Allí dejó Juma este comentario cuyo párrafo final merece no un premio, sino todo el catálogo de galardones de la Academia.
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Premio Maruja Crítica
Cuando sales en televisión, debes haber entrenado antes tu autoestima para que esté a prueba de bomba, porque habrá un número nada desdeñable de personas que te regalará su opinión sobre ti a través de las redes sociales o, en el caso de que cuelgues el vídeo en tu blog, en los comentarios del mismo. La gente hablará de tu aspecto, de cómo te expresas, de cómo te mueves, de lo que dices y, en el peor de los casos, de tu cocina. Por su comentario a mi aparición en Comando Actualidad, donde se me veía preparando unas sardinas marinadas en mi casa, el premio Maruja Crítica 2014 es paraaaaa... ¡Nacho!
No es la cocina de Tamara Falcó. / TVE
Premio a la Cultura Gastronómica
Las polémicas con las entradas de este blog surgen por los asuntos más insospechados. La receta de atún a la putanesca, por ejemplo, enfureció al sector más cerril del feminismo patrio. Algunas personas demostraron su desconocimiento de la existencia de una salsa italiana tradicional con este nombre, y la entrada me valió acusaciones de machismo, fomento a la discriminación, putifobia y cien majaradas más. Como representante de este colectivo de activistas antiputanesca, premiamos a una de las más simpáticas, Erika Trejo.
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Premio al Mejor Spam
Los spams son como pequeños moscones en forma de comentario que martirizan a los autores de blogs y webs. Su publicidad difundida por máquinas normalmente no sirve para nada, salvo en contados casos como el de Mercy, un robot espameador que sí tenía algo interesante que contarnos. El premio al Mejor Spam es para él, sus hechizos y su loquísima sintaxis que mezcla niños sin calle, jueces, sidas y grandes potencias generous.
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Premio 'Una Cosa es una Cosa y otra Cosa es otra Cosa'
El mejor diálogo sobre El Comidista visto en las redes sociales en 2014 fue el que mantuvieron José y Jorge después de que el primero compartiera en Facebook la entrada Doce vinos fáciles para gente que no tiene ni idea de vinos. Uno deja claro que este blog no le gusta demasiado... y el otro confiesa ciertas prácticas no estrictamente gastronómicas.
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Premio 'Sé Quién Eres'
Algunos lectores aciertan. Aciertan demasiado. Tanto que tú mismo te asustas porque alguien, ahí afuera, lo ha entendido todo sobre ti, y te conoce mejor que si te hubiera parido. Por unanimidad absoluta del jurado, el premio 'Sé Quién Eres' es para Onofre, un pelmazo que siempre dejaba comentarios con la frase "devuelve la medalla, Iturriaga" (ya sabéis, la bromita con mi hermano), pero que el artículo Del tiquismiquis al listo: fauna de los críticos online de restaurantes tuvo un chispazo de lucidez capaz de redimir toda una carrera como troll.
December 28, 2014
Restaurantes para recordar de 2014

MATT MATERA
La listitits es una de las muchas enfermedades que afectan a los medios de comunicación en este principio de siglo. No niego que el fenómeno llega a resultar cansino, pero los tops son una de las sarnas periodísticas que con más gusto me pican: como persona poco elevada, me divierten a la par que me ayudan a ordenar el mundo. Así que he decidido despedirme de este cadáver corrupto que es 2014 regalando a la humanidad otro listado más. Incluye restaurantes nuevos y viejos; unos finolis y otros, más de crisis. No son los mejores, son los que me han hecho sentirme más a gusto.
El puesto número 10 se lo doy a Comala, el mexicano de Abraham García en Madrid. Sus alubias de Tolosa a la mexicana no son fusión, sino fisión nuclear culinaria capaz de generar kilovatios de alegría. El 9 es para la cordobesa Taberna La Montillana, que me hizo conocer la perfección en lo que a berenjenas fritas se refiere. El 8, sin discusión, va para el Espai Kru, de Barcelona, porque me da que sus apoteósicas creaciones en crudo no tienen el reconocimiento nacional que merecen.
En mi Eurovisión hostelera particular, quedaría en 7º puesto Mostassa, un local sin pretensiones pero con mucho amor al detalle del Eixample barcelonés, en el que he pasado cientos de horas escribiendo y consumiendo salchichas con mostazas caseras. El 6º lo ganaría el madrileño Kena, donde el chef peruano Luis Arévalo practica la cocina nikkei más refinada que yo he probado en España. The Loaf, en San Sebastián, se haría con el 5º, porque sus bocadillos son puro porno panarra.
Una cena en Sa Llagosta (Menorca) fue el clímax del verano gracias a un prodigioso tartar de pescado de roca: 4ª posición adjudicada. El cochinillo asado de La Portada de Mediodía, en Torrecaballeros (Segovia) merece la 3ª, porque una ejecución tan perfecta y un servicio tan ejemplar no se encuentran todos los días. La 2ª debe ser para el BarBas, al que en los dos últimos meses he peregrinado en busca de sus chips caseras, sus matrimonios de anchoa y boquerón y sus estratosféricas albóndigas de sepia.
¿Y el number 1? Me apetece dárselo a una tasca del barrio de Gracia cercana a mi oficina, llamada Bar Casi. En un ambiente de radical antidiseño, allí encuentro la misma comida sencilla, cuidada y sin trampas que yo me haría en mi casa. Pienso en su menú del día, con coliflor con patatas o potaje de garbanzos, y me reconforta pensar que aún hay lujos que sólo cuestan 10 euros.
Esta columna se publicó originalmente en la Revista Sábado de la edición impresa de EL PAÍS.
December 23, 2014
Antirrecetas de última hora para triunfar sin esfuerzo

¡QUÉ DICES!¿Que la cena es en MI CASA? / GIPHY
Suponemos que a estas alturas casi todo el mundo tiene listo el menú de Navidad, y posiblemente los más previsores ya tenéis hasta la mesa puesta con sus arreglos florales, su camisita y su canesú. Pero también existe la posibilidad de que, bien sea por tener silenciada durante un siglo la cadena de Whatsapp Familia solo hay una (y a ti te encontré en la calle), porque os fuisteis a la cena de empresa y os habéis despertado tres días después en París o porque os han pedido la típica ayudita de última hora, todavía no tengáis ni puñetera idea de lo que vais a preparar.
Como siempre, en El Comidista nos ponemos del lado de los tajarines, los olvidadizos y los espíritus libres en general, sin ser nosotros nada de eso, claro. Por eso proponemos algunos tuneos de última hora, a base de productos de cuarta y quinta gama, que pueden presentarse como platos más que dignos (echándole un poco de jeta). Como opción más económica, también proponemos otros que, casi sin cocinar –digamos que con 15 minutos de trabajo real–, pueden dejar a la familia no solo satisfecha sino con el culo torcido. Si esta llamada al desorden os pilla con los deberes hechos para Nochebuena y Navidad, recordad que todavía quedan algunas fiestas en las que os puede apetecer recibir invitados sin hacer ni el huevo, como fin de año o –ARGH– el 1 de enero, también conocido como Día Mundial del Dolor de Pelo.
TEMPORADA DE PATOS
El pato ofrece precocinados tan interesantes y sabrosos que a veces me pregunto por qué los siguen vendiendo crudos. De hecho, una vez hablé del tema con mi proveedor de aves, y me dijo que los precocinados de pato se vendían 4 veces más que el pato crudo –exceptuando el magret–, así que me alegro de no ser la única vagorra que se plantea esas cuestiones. El confit de pato en conserva se puede encontrar prácticamente en cualquier supermercado, y con él se pueden hacer todo tipo de maravillas. Puedes servirlo pasado por el horno, acompañado de unas patatas, boniatos o yuca salteados en la grasa en la que se conserva o en puré, con compota de manzana, mermelada de frutos rojos reducida con un poco de vinagre o puré de castañas.
Si casi no quieres ni encender el fuego, siempre te queda convertirlo en protagonista de una ensalada, con naranja y granada como la que proponen en Gastronomía & Cía o ésta de Iria Castro, aún más lujinavideña al ir acompañada de una vinagreta de almendras y trufa. Otra opción rapidísima de preparar en casa a base de pato es el micuit, que, aunque tiene que desangrarse durante un rato en agua fría y desnervarse a mano –aunque suene complicado, no lo es en absoluto–, en el microondas se hace apenas en dos minutos. Podéis aderezarlo con vinos dulces, trufa, frutos secos o especias (suavecitas) que os permitan servir un aperitivo a base de micuit en lugar de un micuit solo. Un pan de pasas y nueces, alguno dulce y especiado y hasta unos carquiñolis servirán como base o acompañamiento a este manjar.
COCHINILLO, CABRITO, CARRILLADAS Y OTROS ASADOS
Esta categoría es un poco más difíciles de encontrar en grandes superfícies, sobre todo las piezas de gran tamaño (las más pequeñas se pueden). Aunque es difícil que lleguen a tiempo para esta noche, los productos de Cascajares que he probado durante mi existencia –a saber: pularda, cabrito y cochinillo asados, pichón relleno– me han parecido una maravilla. Tiernos, sabrosos, bien aderezados y capaces de asegurar, con el mínimo esfuerzo (normalmente solo hay que darles un golpe fuerte de horno para conseguir la deliciosa capa crujiente que le da sentido a cualquier asado) el máximo resultado. Los de la marca Petra Mora también tienen buena reputación: en su repertorio no faltan el cochinillo, la pularda rellena, el capón trufado o el cordero lechal, todos ellos tan festivos como navideños.
Hay una combinación ingredientes que acompañará de maravilla cualquiera de estos asados, y la repanocha es que podéis cocinarlos –al vapor o guisados con un poco de vino blanco– o servirlos crudos en ensalada con un aliño sencillo de aceite y vinagre suave o limón. El combo vencedor en cuestión lo componen la cebolla –si es en crudo, de tipo Fuentes y previamente remojada para que pierda fuerza–, la manzana, la col lombarda y las pasas.
PESCADO Y MARISCO
Un ejemplo clarísimo del mínimo desgaste por máximo resultado que busca este post es el salmón marinado. Aunque hay versiones que proponen curarlo hasta tres días, como el gravlax, que busca un pescado más deshidratado, de textura más firme y sabor más fuerte, también se pueden conseguir resultados óptimos con solo tres horas de marinado gracias a la magia de la ginebra. ¿Todavía menos esfuerzo? Este salmón marinado al estilo tailandés puede ser una opción digna y rapidísima. Los pescados a la sal tampoco piden ni mucho tiempo ni mucho esfuerzo, y con una lubina o una dorada potentes la cosa puede quedar de lo más celebrativa. Se puede acompanar con una salsa tártara casera, como esta de Directo al Paladar, que se puede tunear al gusto añadiendo otros encurtidos, unas anchoas picadas, cebolla marinada en zumo de limón y muchas otras cosas.
Las salsas también pueden marcar la diferencia cuando se trata de tunear marisco cocido. Hace un tiempo Mikel compartió unas cuantas webs en las que comprarlo de calidad, sostenible y a precio razonable, y tan solo añadiéndole algunos aderezos con un poco de gracia se consigue la madre de todas las cenas. Desde mayonesas aligeradas con cítricos o vinagres, mezcladas con otras salsas como la mostaza, con especias como el curry o hierbas como el cilantro o la albahaca hasta otras que pueden tener como base un lácteo tipo yogur o crema agria. Ralladuras de piel de cítricos, encurtidos y frutos secos -como pistachos o nueces– también son dignos de tener en cuenta, especialmente cuando no queremos añadir líquido a la salsa base, sino sabor, aroma o textura. Si os apetece más el marisco crudo, siempre podéis recuperar alguna de estas cuatro versiones de carpaccio de gambas rojas, o la de cebiche de gambas con manzana y plátano, tan poco ortodoxa como deliciosa.
HUEVOS Y OTRAS OPCIONES (RELATIVAMENTE) LOW COST
Es temporada de trufa negra, y está siendo un año especialmente bueno en su cosecha, así que el precio al que se vende es bastante razonable. Teniendo en cuenta que con muy poca cantidad por persona –con tres gramos ya tenemos un festival– podemos conseguir un sabor brutal, plantearse un risotto o cualquier otro plato con este hongo como protagonista puede ser una opción a tener en cuenta. Solo con una buena mantequilla, pasta, parmesano o pecorino y pimienta tendremos un plato festivo y muy fácil de hacer. Otra opción imbatible incluye un parmentier de patata, huevo mollet y algo de trufa rallada. ¿Más opciones para incluir la humilde patata en un menú festivo? Ponerle encima un trozo de sobrasada y un huevo frito, como hacen en el Coure, lo petará seguro, igual que este gratin con huevo escalfado. El cocido en sus múltiples versiones también calentará el cuerpo y el alma estos días, y aunque pida mucho rato de (poco) fuego el esfuerzo que requiere, aparte de poner las cosas en la olla, es mínimo.
December 22, 2014
Catástrofes navideñas: lo que NO deberías cocinar estas fiestas
Santa Claus empalados. / POPSUGAR
Navidad es tiempo de amor, de paz y de armonía. Pero también es tiempo de truños culinarios, no nos vamos a engañar. En el frenesí festivo, una parte de la humanidad logra sacar adelante platos más o menos decentes, sean lujosos o humildes. Son los afortunados. Mientras, otra parte sufre en silencio, casi siempre bajo los efectos del alcohol, la oleada anual de rollitos de jamón con huevo hilado, langostinos Pescanova con salsa rosa y demás clásicos de la comida viejuna navideña, acompañados por las eternas figuritas de mazapán, frutas escarchadas, yemas y otros productos zombis que sólo salen de su tumba en estas fechas tan entrañables.
El tercer grupo humano, al que va dedicado esta entrada, es el formado por los que lo intentan fuertemente, pero fracasan. O no eligen bien los platos, o se dejan llevar por extrañas fantasías navideñas, o tienen mal gusto, o directamente son unos manazas que deberían comprar la comida preparada. Y no, no os riáis tanto de ellos, porque todos los que nos hemos metido en la cocina en Navidad hemos tenido nuestras catástrofes. Los autores de los estropicios que siguen no ganarán la próxima edición de Masterchef, pero hay que reconocerles al menos un valor: la osadía.
El abeto de langostinos
Cruza el cóctel de gambas con el árbol de Navidad y te saldrá el abeto de langostinos, un espanto viejuno con amplia tradición en Estados Unidos que por desgracia no ha arraigado (aún) por estos lares. Aquí tenemos una imagen antigua de cómo sería idealmente, en la que destaca el bidonazo de salsa rosa imprescindible para mojar la colita.
Una vez admirado el modelo, podemos deleitarnos con dos ejemplos del pino atacado por la procesionaria que te queda cuando lo intentas en casa, juntando unas gambas congeladas, unos tomates chirry y cuatro hojas de lechuga chuchurría.
ALL RECIPES / GREETINGS
Por su tamaño y su capacidad de infundir miedo, mi abeto de langostinos favorito de todos los tiempos es éste, visto en el ClubHotel Riu Negril de Jamaica. ¡Mirad, mirad como trepan los bichitos!
TRIP ADVISOR
Cosas con fresas
No, las fresas no están en temporada en diciembre en el hemisferio norte. Pero eso no impide que cientos de horteras se pongan a hacer monerías con ellas en navidad, ya que su color coincide más o menos con el del atuendo de Santa Claus. Los mini Papá Noeles de fresa y nata son un clásico de la pinstruosidad, que ya he comentado en alguna entrada anterior. Ésta es su versión más o menos cuqui:
MY LUSCIOUS LIFE
Y esto es lo que les pasa a los mortales que los intentan hacer en su hogar:
PINSTROSITY
PASTEL DE PESCADO
El pastel de pescado es ya de por sí bastante viejuno -y digo esto habiéndolo practicado yo mismo-, pero la viejunez alcanza el paroxismo si el pastel en cuestión tiene FORMA de pescado. Este tipo de preparaciones lo petaron en los sesenta y setenta, cuando se consideraban el colmo del refinamiento culinario. Ya había gente a la que se le iba la mano por aquel entonces, y lograba colores para la comida que no existen en la naturaleza:
BISCAYENNE
Otros, con tal de lograr su objetivo, eran capaces de servir sus propios penes a los invitados:
La probabilidad de que un bonito pez se transforme en una espantosa criatura abisal es bastante alta:
VINTAGE RECIPE CARDS
O en un mocordo con grumos:

PAINLESS COOKING
O en una lombriz:
PARTY WITH LEA
Aunque los mejores resultados los obtienes, sin duda, cuando tratas de darle al asunto un toque infantil a la par que moderno, y te sale un Bob Esponja en MDMA:
PETITCHEF
Velas de plátano
Hay ideas que NO. Y ésta es una de ellas: las velas navideñas hechas con plátanos. Las estrellas de gelatina se podrían perdonar, pero el detalle de la cera derretida imitada con crema blanca lechosa sobrepasa lo tolerable. La navidad no es precisamente el momento más adecuado para servir un postre de falos eyaculando, aunque debemos reconocer que lo de poner a unos angelitos a adorar el bukkake tiene su rollo.
RETRO FOOD FOR MODERN TIMES
Pescados decorados
Gracias al amable lector que nos envió la foto, en el último Aló, Comidista pudimos deleitarnos con un salmón visto en un cátering que reúne todos los horrores del pescado decorado: base de gelatina picada, adornitos de frutas y de langostinos, y filigranas de ¿mayonesa? para marcar los ojos, la boca y el cuello del pobre bicho.
Lo terrible es descubrir que este crimen contra el buen gusto no es un hecho aislado, sino que forma parte de una cultura del pescado decorado que pone en cuestión todo lo que ha avanzado el ser humano en 25 siglos de cocina. La experta en viejunismo gastronómico Biscayenne publicaba este espanto hace unos días, que quizá mañana se repita en más de una casa española.
BISCAYENNE
Belén de salchichas y bacon
El sueño de la Navidad produce monstruos: hay gente a la que se le va la perola definitivamente intentando recrear escenas religiosas con comida. Encontramos un buen ejemplo de ello en los creadores de este belén cárnico elaborado con salchichas, beicon, jamón y una especie de butifarracas gordas que no sé lo que son. Es lo malo que tiene haber abolido la Inquisición, que la peña hace estas cosas sin pagar por ello.
COSAS DIVERTIDAS
Tartas con forma de jersey
El jersey con motivos navideños es un espanto que se suele regalar en varios países del mundo occidental. No sé si aquí en España cuenta con tanta tradición, aunque entre las brumas del pasado creo recordar que los Reyes me trajeron algún jersey mierder de este tipo y quise atacar a mis padres como Divine cuando no le regalaron los cha-cha heels.
SEATTLE WEEKLY
Los jerseys navideños están teniendo un retorno en clave irónica, y hasta se organizan ugly christmas sweater parties en las que debes vestir uno de ellos, cuanto más feo, mejor. Si montas uno, puedes engendrar un pastel que trate de replicar tan elegante prenda; en caso contrario, están absolutamente prohibidos por la policía del buen gusto.
STARRFAM
'Cake pops' de osos polares
Imagino que por el origen ártico de Papá Noel, en navidad también nos da por replicar animalitos que vienen del frío, como los osos polares. Una forma muy "divertida", como dicen los cursis, de hacerlo es creando unos cake pops o piruletas de bizcocho con cabezas de dichos plantígrados.
SWEET LIVING
Ahora bien, cuidadín con el malenismo. Si te da por ahí, más vale que seas un maestro en esta clase de moñeces, porque si no te pasará esto:

CRAFTFAIL

MOVIE-CINE
Galletas de renos
El oso polar es, en realidad, una modernez. Lo que manda la tradición es hornear galletitas con forma de renos, que para eso son los que empujan el trineo de Santa Claus. Claro que lo de los cuernecitos, los ojos, la boca y demás órganos tiene su complicación, y el cuarteado de las galletas en el horno tampoco ayuda. Que os sirva como ejemplo lo que les ocurrió a dos mujeres que trataron de emular una receta supercuchi y megapinterest de Baker Girl.
BAKER GIRL
PINTESTER

Muñecos de nieve
Otro elemento muy invernal y navideño que te puede tentar reproducir es el muñeco de nieve. Fácil, pensarás: si en grande son sólo tres grandes bolas de nieve, una zanahoria por nariz y poco más, ¿qué me va a impedir fascinar a los niños de la familia con un platillo que lo imite? ¡Si con un poco de puré de patata y dos guisantes ya lo tengo montado! Pues no. Veamos lo que le ocurrió a Mel cuando trató de hacer un muñeco de nieve que vio, cómo no, en Pinterest.
LESS THAN PERFECT BLISS OF LIFE
PINSTROSITY
En efecto, le salió un moñeco. Sin embargo, las versiones más temibles del hombre de nieve se dan en la repostería. Sirvan como advertencia de lo que puede ocurrir a quien se aventure con ellos estas monstruosidades aparecidas en supermercados de algún lugar de la América profunda.
CAKE WRECKS
En casa, unas sonrientes cabezas de muñeco de nieve en forma de cake pops pueden acabar recreando escenas de angustia que ni el Gernika de Picasso.
MASHABLE
O también pueden recordar, una vez más, a El orfanato.
Tronco de Navidad
Versión francesa y navideña de nuestro clásico brazo de gitano, el tronco de Navidad emula un pedazo grueso de leña con bizcocho enrollado y un baño final de chocolate. El peligro de estos troncos es que, a nada que no seas muy diestro en el manejo de los materiales, se pueden parecer con demasiada facilidad a otro tipo de pinos que se plantan en los váteres.
Aquí la monería vista en Pinterest:
TODAY'S PARENTS
Y aquí el tordo pisado casero:
CAKE WRECKS
Fistro de Navidad
¿Cuál es la mayor causa de catastrofe culinaria navideña? La libertad creativa. Mal entendida, claro. Quieres hacer algo mono para divertir a los más pequeños, no tienes muy claro un modelo ni cómo lo vas a preparar, y te lanzas a inventar. Entonces generas una monstruosidad de ojos sangrantes como ésta, a la que le pones unos guantes navideños en las orejas para que no se le enfríen. Felicidades: tus hijos ya tienen garantizadas las pesadillas hasta 2016.
CAKE WRECKS
Pastel de Santa Claus
Muchos fans de los Reyes Magos lloramos y pataleamos contra la creciente popularidad de Santa Claus, ese señor barrigón que no tiene ni de lejos el exótico glamour de Melchor, Gaspar y Baltasar. La parte buena de que los reyes sean menos mediáticos es que casi nadie hace pasteles con su forma, mientras que la figura de Santa es maltratada en infinidad de horrores reposteros.
CAKE WRECKS
Tres casos merecen comentario aparte. Primero, el Santa Claus sodomizado por uno de sus renos:

CONFESSIONS OF A HOLIDAY JUNKIE
Segundo, el Santa Claus gusano que se chusca a una piedra.
CONFESSIONS OF A HOLIDAY JUNKIE
Y el tercero, sin duda mi favorito: el Santa Claus que llega de after.

HEALTHY WAY TO COOK
Ya sabéis, amiguitos: NO INTENTÉIS HACER ESTO EN CASA.
Más cocina navideña (pero de la buena) en el Especial de Recetas de El Comidista.
December 21, 2014
El pan más imbécil de la historia
MATT MATERA
El mundo de la gastronomía, como todos los otros mundos, vive sujeto a las modas. Lo que no tiene por qué ser malo: si no las hubiera, seguramente nos aburriríamos sin nada que criticar. Miren a Arturo Pérez-Reverte, que se acaba de enterar de que en España se hacen brunches y se ha quedado tan a gustito poniéndolos de vuelta y media en un artículo, del que algunos esperamos continuación en forma de andanada contra el sushi, los cruasanes, el tomate u otras moderneces venidas recientemente de allende nuestras fronteras.
Debo de ser un mal español, porque no consigo que el brunch me irrite tanto como otra tendencia que sí saca mi Godzilla interior y me hace querer sembrar la muerte y la destrucción: la de ponerle oro a la comida. Si hacen el ridículo ejercicio de buscar en Google “las comidas más caras del mundo”, verán que bastantes de ellas lo llevan, desde postres hasta curris o pizzas. Nada justifica un buen sablazo como el oro, que se impone como ingrediente tontaina de preferencia entre los ricachones más descerebrados.
La semana pasada, sin ir más lejos, se supo que un panadero de Algatocín (Málaga) está elaborando un pan con polvo y copos del preciado metal. El producto cuesta unos 300 euros el kilo, se distribuirá por encargo a través de una gran superficie y va dirigido a los potentados rusos, chinos y árabes que frecuentan la Costa del Sol. Cada pieza lleva 250 miligramos de oro comestible que, según su autor, Juan Manuel Moreno, no aporta sabor alguno, pero si mucha exclusividad. Otro maravilloso detalle de este pan es que une el derroche más bling bling con algunos tics econaturistas, al utilizar como reclamo el uso de espelta y de maíz no transgénico.
¿Qué empuja a los pudientes de este mundo a comer oro? Tengo dos teorías. La sensata es que les pone hacer algo inalcanzable para el resto de la humanidad pobretona, aunque sea el colmo de la estupidez. La delirante es que en la intimidad de sus cuartos de baño de mármol, observan sus deposiciones a ver si brillan, y fantasean con la idea de que sus sirvientes las analicen en una suerte de moderna fiebre del oro. Aunque la visión resulte un tanto repugnante, yo casi prefiero esto último a lo primero: me encuentro mentalmente preparado para aceptar que los ricos son gente desalmada y sin escrúpulos, pero me resulta duro de tragar que lo tengan todo siendo unos redomados idiotas.
Esta columna fue publicada originalmente en la Revista Sábado de la edición impresa de EL PAÍS.
December 18, 2014
Rosbif marinado en achiote, naranja y canela

El cielo es eso, con un par de rebanadas de panaco de centeno bien bruto / EL COMIDISTA
Las recetas más sencillas de navidabizar -y celebrizar en general, sea cual sea el motivo que lleva a 14 personas a tu mesa– son aquellas en las que con muy poco esfuerzo y tiempo más puedes pasar de hacer dos raciones a hacer 20. El rosbif cumple a la perfección este requisito: solo tenéis que contar –con el sistema de cocción que propongo, a 200 grados– 15 minutos por kilo de peso de la pieza, y el horno hará todo el trabajo mientras vosotros os ponéis guapos, esperáis a los invitados y le empezáis a dar al vino.
Seguramente cuando leáis el procedimiento que propongo saltarán algunas cuestiones relacionadas con el rosbif, como el bridado y el dorado previo del mismo. Respecto a si hay que dorar la pieza para sellarla y que no pierda jugos, no os lo voy a contar yo que total soy una mindundi. Voy a dejar que lo haga Heston Blumenthal, que es muy majete, tiene estrellas Michelin a porrillo y lo explica clarinete a partir del minuto tres de este vídeo. Respecto al bridado, si alguien tiene una necesidad especial de que la carne le quede bien redondita, puede currárselo, pero si tu TOC va por otro lado, puedes saltarte el paso sin problemas (yo no lo he hecho en mi vida).
Aunque yo usé achiote y zumo de naranja porque me apetecía un resultado final que recordara un poquito a una cochinita pibil en versión terneresca, pero se me ocurren varios marinados que le pueden ir de muerte: hierbas mediterráneas, ajo, y ralladura de limón; miel, mostaza, nueces y romero o una mermelada de tomate picante hecha con chile y unos frutos secos picados que hagan una deliciosa costra alrededor de la carne.
Si no os convence el acompañamiento lácteo, os recomiendo asarlo sobre una rejilla apoyada sobre una bandeja de horno en la que podéis poner vino, cebolla, caldo de carne, ajo, pimienta... Durante la cocción recogerá también el jugo del asado, y posteriormente podéis colarlo, reducirlo y conseguir la madre de todas las salsas.
Respecto a la parte de la ternera más adecuada para esta preparación, os recomiendo que os dejéis asesorar por vuestro carnicero de confianza. A mí me suele gustar mucho el rabillo de cadera, dejando la parte de la punta para los que no disfrutan tanto de la carnaca cruda, o directamente reservándola para otras preparaciones. ¿Se puede hacer con lomo alto o solomillo? Sí, pero valen dos o tres veces más, y hay otro tipo de preparaciones en las que usar una pieza de esa calidad tiene mucho más sentido. Otro motivo por el que prefiero el rabillo es que suelo servir el rosbif frío, con lo que los cortes con vetas de grasa –especialmente las más gruesas– no me chutan igual que si lo sirviera caliente.
Tema acompañamiento, nosotros lo comimos con una ensalada porque era una comida intersemanal de día especialmente ajetreado, pero si podéis digerir como una boa después, lo veo con unas lujuriosas patatas con mantequilla y ajo, guisantes o habas con menta, yuca frita o hervida o en un bocata con un pan de centeno tremendo y unas berenjenas asadas.
Ingredientes
Para 6 personas
Para la carne
Una pieza de ternera de aproximadamente 1,5 kilos
100 gramos de pasta de achiote
Un diente de ajo
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1/4 de cucharada de canela en polvo
Una naranja
Sal
Pimienta
Para la salsa
250 gr de nata agria
4 cucharadas soperas de cebollino picado
Una naranja o un limón
Sal
Pimienta
Preparación
1. En una batidora, mortero grande o robot de cocina poner la pasta de achiote, el diente de ajo, el aceite, la canela, el zumo y la ralladura de la cáscara de naranja, aceite, sal y pimienta. Procesar hasta conseguir una pasta ligera (o una salsa espesa, que es lo mismo).
2. Frotar bien la ternera con la marinada, intentando que quede bien impregnada por todas partes, y cerrarla lo más apretada posible usando una selladora, una bolsa de zip en una olla llena de agua, como proponen en Umami Madrid, –aunque en este caso por el tamaño de la pieza igual es mejor usar el fregadero– o unas vueltas de film de cocina. Marinar la carne en la nevera entre 24 y 48 horas, sacándola un par de horas antes de cocinarla para que se temple.
3. Precalentar el horno a 220 grados durante unos 20 minutos. Bajarlo a 200 y poner la pieza de carne, más cerca de la parte de arriba del horno que de la de abajo, y dejar cocinar alrededor de 23 minutos, dependiendo del punto de cocción que se busque. Sacar del horno, cubrir con papel de plata y dejar reposar durante 15 minutos.
4. Mientras, rallar la piel de la naranja o el limón y mezclarla con la nata agria, una o dos cucharadas de su zumo –lo mejor es ir probando hasta lograr la intensidad de sabor deseada–, el cebollino picado, sal y pimienta. Servir la carne caliente, tibia o fría, acompañada de la salsa.
December 17, 2014
Más garbanzos que cupcakes: nuestros gustos en 2014 según Google
Garbanzos sin frosting. / AINHOA GOMÀ
¿Qué está más de moda, la quinoa o la chía? ¿Quién es el cocinero más popular? ¿En qué meses bebemos más alcohol? ¿Nos preocupan más los garbanzos que los cupcakes? En el pasado, las respuestas a estas preguntas sólo se medían con estudios de márketing y cifras de ventas. En el presente, contamos con un leviatán que lo sabe todo sobre lo que nos interesa: Google. Esta herramienta es el mejor detector de tendencias de nuestro tiempo, y sus estadísticas nos confirman muchas suposiciones a la vez que nos deparan más de una sorpresilla.
Como cada año, la empresa estadounidense ha hecho público su Zeitgeist, un resumen de lo más buscado en 2014. En el apartado dedicado a la comida, encontramos unos cuantos datos curiosos: en el mundo, la receta más demandada ha sido la de los pancakes (tortitas), mientras que los españoles están muy preocupados por aprender a "preparar fajitas" (séptima posición en el top ¿Cómo...?), buscan información sobre las dietas alcalina y Perricone, (números 1 y 2 en su top) y parecen menos entusiasmados con la Dukan (ni aparece entre las 10 primeras).
En un intento de ir más allá, el equipo de investigaciones profundas de El Comidista ha pasado unas cuantas horas engorilado con otra herramienta de Google, la exploración de tendencias, para descubrir que más cosas han pasado en España en 2014 en lo que a comida y bebida se refiere. Hemos comparado los términos más diversos, y éstas son las conclusiones más llamativas a las que hemos llegado.
Queremos comida china, no francesa
El Zeitgeist de Google ya destaca la supremacía de la comida china en todo el mundo frente a la india o la francesa. Pero si comparamos las búsquedas de diversas variedades internacionales en España, veremos que la cuisine de nuestros vecinos, en el pasado máximo referente de refinamiento gastronómico, no le interesa ni al tato. Por el contrario, la comida peruana, poco conocida en nuestro país hasta 2007, está a punto de superar a la italiana. La japonesa, que no he incluido en este gráfico porque sólo se pueden comparar cinco términos, obtiene unos resultados ligeramente superiores a la mexicana.
La pizza arrasa
La pizza sigue siendo la comida rápida / a domicilio favorita de los españoles, si nos atenemos a el entusiasmo con que se busca en Google. Suena más noticiable el auge del sushi y, sobre todo, del kebab, que se sitúa por delante de la hamburguesa en el escalafón de búsquedas de esta clase.
Más garbanzos que 'cupcakes'
¿Qué ocurre si cometemos la chaladura de comparar una de las tendencias reposteras más irritantes de los últimos años con un alimento humilde, incluso vulgar para más de un pijo alimentario? Pues que, gracias a los dioses, gana éste último. Sí, queridas malenis, el garbanzaco interesa más al pueblo llano que los frostings de vuestros cupcakes, que parecen haber entrado en decadencia en este 2014 después de arrasar en 2013.
Incluso las magdalenas ganan a los cupcakes en este final de año (y eso sin contar la notable cantidad de gente que busca "madalenas"). ¡Viva!
Saca el whisky cheli
Tras varios años de insufrible moda del gin tonic, uno tiende a pensar que todo el mundo bebe ginebra y el resto de los destilados ya son cosa de cuatro irreductibles. Nada más lejos de la realidad: el güiscacho continúa como bebida de alta graduación líder en búsquedas, seguida, para mi sorpresa, por el ron. La ginebra queda en tercer puesto, superando al vodka por poco y al tequila por bastante. Nótense los picos estacionales del interés por el bebercio: las vacaciones de agosto y el desfase borrachuzo de Navidad.
¿Y cómo llevan el vino y la cerveza su batalla particular? Aquí es interesante ver el gráfico de la evolución en los últimos 10 años. El vino sube, con sus clásicos picos navideños, pero la cerveza va comiéndole terreno impulsada por su creciente popularidad, y seguramente por dos búsquedas que lo petan: "cerveza artesanal" y "pollo a la cerveza".
Fiebre vegana
Vegano es aquel ser humano que ha renunciado a comer productos de origen animal. Es decir, no sólo no toma carne, como los vegetarianos, sino que tampoco consume huevos, lácteos o miel. El veganismo ha tardado en despertar en un país tan carnívoro como España, pero el término "vegano" obtiene por primera vez en 2014 más búsquedas que "vegetariano". Por comunidades, Baleares, Cataluña y País Vasco encabezan la fiebre, mientras que a Extremadura, Cantabria y La Rioja se la trae un poco más al pairo el asunto. En esta tabla se observa el crecimiento desde 2010.
David contra las estrellas
El restaurante con tres estrellas Michelin más googleado de 2014 fue DiverXo, seguido por el Celler de Can Roca, y algo más rezagados, Arzak, Berasategui y Quique Dacosta. La popularidad de David Muñoz en el buscador fue sin duda impulsada por sus apariciones en televisión, especialmente su entrevista con Risto Mejide en el programa Viajando con Chester (el pico que se ve a principios de junio). Lo mismo que le ocurrió al Comidista cuando salió en Comando Actualidad, pero sin cresta mohicana y sin cocinar tan bien.
Chefs mediáticos
Jamie Oliver fue el cocinero más buscado en el planeta según el Zeitgeist de Google. Sin embargo, en España le adelanta por varios pueblos de distancia Arguiñano, y también le superan en muchos meses Jordi Cruz, Alberto Chicote o el recién llegado a TeleCinco David de Jorge. Ahora bien, Oliver experimenta un repunte navideño de última hora que le deja ahora mismo en segundo lugar.
Ni bayas ni kale
"El año pasado fue el de la kale (col rizada) y la quinoa, pero en 2014 hemos buscado otros favoritos: las semillas de chía y las bayas de Goji, que han sido el superalimento más buscado", afirma el informe mundial de Google. En España, la pasión por las bayas duró dos telediarios (2009 y 2010), y ahora parecen interesar más bien poco. La quinoa y la chía mantienen una línea ascendente, mientras que a la kale, un fenómeno en buena parte del mundo occidental, le está costando más despegar, como se puede ver en este gráfico de los últimos cinco años.
Los huevos viejunos nunca mueren
Para terminar, mi descubrimiento favorito en todo esto largo rato que he pasado comparando tontunas en el explorador de tendencias: el de los huevos rellenos. Creíamos que eran una viejunez, y que ya nadie los hacía. JA. No sólo experimentan espectaculares subidones en la temporada navideña, sino que baten por goleada a cualquier otra forma conocida de huevo, sea frito, cocido o revuelto. Así que prepárate, porque puede que en tu mesa familiar de Nochebuena te estén esperando, con su mayonesita, su canesú y su decoración de aceitunas y tiras de pimiento.
December 16, 2014
Tú te lo guisas, ellos se lo comen: regalos de comida hechos en casa

Estas mantequillas triunfan más que un Maserati / EL COMIDISTA
Ya estamos hasta el gorro del anuncio de la Lotería y sus chiquicientos memes, los catálogos de juguetes están destrozados de puro sobeteo infantil e incluso algunos de los aventureros que han practicado la movilidad exterior ya están aquí, disfrutando del calor del hogar (y los estofados de mami). Hagámonos a la idea: no hay vuelta atrás, ha llegado la puñetera Navidad.
Aunque ya hemos tratado en profundidad uno de los terrores habituales en estas fechas, el síndrome de Diositonoséquéprepararparacomer –si necesitáis más ideas, siempre podéis daros un paseín por este especial–, todavía queda el apechusque de Ohseñorqueleregalositienedetodoyencimaestoyadosvelas. Pensando en eso, en que la economía no está precisamente para magnums de Krug y en haceros la vida un poco más fácil nace este post, lleno de ideas de bajo y medio presupuesto que podéis preparar con vuestras manitas y un poco de maña (en algunos casos, incluso ninguna).
DE NEVERA
Regalar queso de oveja o cabra nunca tiene fallo, pero si lo pones en un bote con aceite de oliva, romero, ajo, tomillo y tomate seco –o cualquier cosa que le guste al destinatario–, puedes hacerlo subir varios puntos sin demasiado esfuerzo. El labneh también se puede hacer en casa –básicamente se trata de escurrir yogur en una estameña y hacer bolitas con él, no tiene más complicación– y conservarse en aceite aromatizado con hierbas o especias.
Los más aceituneros y fanses del picoteo en general te aplaudirán y vitorearán si les preparas unos tarros de aceitunas aliñadas con limón, hinojo y ajo, romesco y almendras o rellenas de queso con tomate. Acompañado de una botella de vermut –hacia el final del post encontraréis más información al respecto–, posiblemente incluso haga que te acaben dejando algo en herencia.
Si prefieres algo más elaborado, puedes preparar unos botecitos de tapenade de aceitunas verdes o negras (las de Aragón funcionan especialmente bien en esta preparación) a las que se pueden añadir anchoas, cebolla o ajo asados para alegrarle la vida al receptor de los mismos durante unos cuantos aperitivos. Estas mantequillas tuneadas con sardinas y ajo, setas, hierbas y aceitunas y anchoas que nos inventamos las navidades pasadas seguro que tampoco pasan inadvertidas (y duran muchísimo en la nevera).

A esto le añades un vino y casi no parece Navidad / EL COMIDISTA
PARA LA ALACENA
En Gastronomía & Cía proponen hasta doce recetas para preparar sales de vino, vainilla, guindilla, perejil o albahaca, un regalo resultón y funcional incluso para los que no entran a la cocina más que para churrumar una pechuga o aliñar un tomate. También nos enseñan a hacer lo propio con el azúcar, que en este caso se puede aromatizar con coco, vainilla, naranja o limón. En esta entrada que publicamos la primavera pasada, cuando éramos jóvenes y no hacía frío, podéis encontrar un montón de ideas para tunear aceite y vinagre con miel y anís, menta, pimienta y cebolleta, frambuesa y limón o ajo, tomillo y romero. Si los ponéis en una botella bonita y escribís en ella los ingredientes y un bonito mensaje, seguro que podéis conseguir sin problema que a vuestra abuela le estalle el orgullómetro nietil.
El té es otra cosa susceptible de personalizar a gusto de la persona a la que se le vaya a regalar. Usando su favorito como base, las cáscaras de cítricos –naranja, limón y mandarina, sobre todo– y especias como canela, clavo (sin pasarse o puede saber a cajón viejuno), anís estrellado, jengibre o hinojo conseguiremos darle un toque navideño y sabroso a la bebida. Frutas deshidratadas, rosa, hibiscus o jazmín secos, vaina de cacao tostada o hierbas aromáticas son otros de los añadidos que pueden convertir el té en una bebida atómica. Unos botecitos chulos con esa mezcla de especias –inventada por ti– que le va tan bien al pescado, a la carne o al marisco también tiene todas las probabilidades de petarlo como detalle navideño o amigo invisible.
EN EL BOTE
Las mermeladas, los chutneys y las compotas también son relativamente sencillas y baratas de hacer, y preparando tres tipos diferentes –uno dulce, uno salado, etc...– podemos conseguir un pack perfecto para esos regalos de compromiso inevitables en los que no te puedes/quieres dejar la pasta. Las verduras confitadas –en esta receta, publicada originalmente en El País Semanal, explicamos la manera de hacerlas usando la olla exprés–, las salsas caseras (la de tomate con sus infinitas variaciones o la caponata, a medio camino entre salsa y ensalada, son sencillas de preparar, y muy resultonas) y cualquier cosa que pueda esterilizarse posteriormente generará regalos tan sabrosos como duraderos (no os olvidéis, en este caso, de añadir una fecha de caducidad).
Otro regalo perfecto para hacer en tarros de mayor capacidad –los de 750 ml o un litro son perfectos para esto– es un brownie, unas galletas, un pan o un pastel con todos los ingredientes secos (los demás los pone el regalado en el momento de la preparación) ordenados en capas. Una etiqueta indicando la cantidad de mantequilla y los huevos que hay que añadir a la la mezcla para terminar el postre o pan en cuestión, otra con el nombre y voilà: regalo cuquérrimo al canto. Si a tu familia le tiran más los principales, puedes hacer lo mismo en versión risotto con casi cualquier cosa deshidratada: pasas, piñones y espinacas, setas de todo tipo, trufa, espárragos o tomate. En este caso, las instrucciones adjuntas versarán sobre la cantidad de caldo, mantequilla y parmesano necesarias para convertir ese arroz en un plataco imbatible.

Enjundia y palotismo / VICENS GIMÉNEZ
DARLE AL FRASCO (CARRASCO)
Todos tenemos en la familia a alguien a quien le interesa más churrar que comer. Seguramente, algunos de vosotros incluso sois esa persona. Como, aunque yo tolero menos la bebida que Liza Minelli, soy comprensiva por naturaleza, me pongo en vuestro lugar para proponer algunos regalos que en vez de comerse, se beban. Como os adelantaba antes, un amigo de un amigo me ha dicho que esta receta de vermú está muy rica y toña de lo lindo. Este brandy aromatizado con mandarina tiene toda la pinta de irle muy bien a las galletitas que toma cualquier abuela cuando queda con las amigas para jugar a cartas (y seguro que les suelta la lengua y les saca coloretes).
Tu primo el diseñador gráfico seguro que valorará mucho un pack de botánicos para sus gintónises de autor: si no lo compras ya hecho, sino en una tienda de especias, te saldrá tirado de precio, y si lo pones en una caja de esas con compartimentos que se usan para ordenar, encima te quedas con él. Para este año, con el pacharán ya no llegáis porque necesita tres meses de maceración –y con el licor café tampoco, mecachis– pero podéis tener ambos en cuenta de cara al que viene.
¿Se te ocurre algún otro regalo gastronómico hecho en casa para triunfar esta Navidad? Compártelo en los comentarios y todos saldremos ganando.
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