Andrés Accorsi's Blog, page 40

October 30, 2021

ETERNALS

Eternals es una película rara, con muchos pros y una contra potente, tremendamente insoslayable. Empiezo por los méritos: diez protagonistas, metidos en una trama en la que todos se pueden lucir un ratito, e interpretados por diez actores de los cuales ninguno desentona, ni por su inexpresividad ni por una sobreactuación al borde del ridículo. Música bellísima, tanto la partitura original como las canciones que ya existían y suenan en distintos momentos del film. Un despliegue maravilloso de escenarios de distintas épocas, reales e imaginarios. Unos efectos especiales gloriosos, un diseño de producción alucinante, donde cada centavo está perfectamente gastado. La trama empieza con una extensa presentación de personajes y conflictos que están bien, y antes de llegar a la mitad del metraje pega un giro que no te ves venir: de pronto, te explican que todo lo que sabías acerca de los Eternals es mentira, como en aquellas miniseries de DC de los ´80 que te daban vuelta como un guante a los personajes clásicos. En ese quiebre del argumento, todo cobra otro significado, mucho mejor y más atrapante que el que tenía la explicación “original” de los Eternals. Porque además, estas revelaciones envuelven a los personajes en un dilema moral espeso, áspero, que los lleva a tomar posiciones confrontadas respecto al curso de acción que se debe seguir para evitar… algo muy heavy. Así es como a partir de cierto punto, la película se estructura en torno a una Civil War entre los Eternals, lo cual está bárbaro, porque los villanos (no spoileo nada si digo que son los Deviants) son la nada misma, los enésimos monstruos malísimos, sin profundidad ni desarrollo, más un recurso narrativo que verdaderos antagonistas. Todo esto es genial, pero lo más genial es lo siguiente: como los Eternals son personajes que nadie conoce y que a nadie le importan un carajo, acá se pueden hacer cosas que no se podrían hacer en ninguna otra película protagonizada por un grupo de superhéroes. Acá los personajes pueden morir, pueden cambiar de bando, o incluso decir “nah, mucho kilombo, yo me voy a la mierda, háganse cargo ustedes de resolver esto”. Y la verdad que el guion explota a fondo esa posibilidad que le da la Chapa Cero de los personajes. Ahora, con todo esto, con un buen conflicto que en un momento muta hacia un excelente conflicto, con todos estos riesgos en materia de desarrollo de personajes, con buenas actuaciones y laburos descollantes en los rubros técnicos… ¿cómo hacés para que la película defraude? Porque les tengo que decir que los 157 minutos se me hicieron infinitos. Que la película es larga al pedo, por momentos MUY aburrida. Como si la directora Chloé Zhao hubiese buscado la forma más chota posible de llevar a la pantalla una historia que estaba buenísima. Entonces entran todos esos flashbacks de dudosa trascendencia, esas peleas interminables que no aportan nada, ese subplot infumable de los problemas mentales de Thena… cosas que parecen estar puestas a propósito para que la trama en vez de fluir se empantane. ¿Algo más? Sí, las secuencias post-créditos son muy buenas y te dejan muy manija, hay menos chistes que en las películas promedio de Marvel, y no hace falta haber visto ninguna película anterior para entenderla (como en Shang-Chi, las menciones a las entregas anteriores son mínimas). También como consecuencia de que los Eternals no le importan a nadie y tienen menos fans que la leucemia, tampoco se siente como una afrenta o una traición que personajes que Jack Kirby ideó como varones acá se hayan convertido en mujeres, o que los interpreten actores de distintas etnias. Los propios guionistas de Marvel suelen cagarse tanto en el canon que sus antecesores establecieron para los Eternals, que nadie se escandaliza si los muchachos y chicas de Hollywood conservan poco y nada de los lineamientos trazados por el Rey. Realmente no sé cuánta gente irá a ver una peli con poquísima vinculación con lo que venía pasando en el MCU, encima centrada en un grupo de personajes más desconocidos de lo que eran los Guardians of the Galaxy cuando llegaron a la pantalla grande. Si vas, tratá de deleitarte con lo bueno (que hay varias cosas buenas) y de no dormirte en esos tramos soporíferos. Ya hay anunciada una secuela, así que tené paciencia si te parece que se están abriendo puntas argumentales que es imposible resolver para el minuto 157. Y nada más. Casi seguro mañana habrá reseñas de comics en este mismo espacio. Gracias y hasta pronto.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 30, 2021 10:17

October 23, 2021

18 al 24 de OCTUBRE

Estoy 100% pendiente de un tema familiar complicado, así que hoy ofrezco reseñas muy breves de dos libros que pude leer en estos días. El Vol.2 de 20th Century Boys, de Naoki Urasawa, mantiene el excelente equilibrio del Vol.1. El misterio, el suspenso, la comedia, la trama conspiranoica, todo eso está ahí. Pero además suma dos elementos muy atractivos. Por un lado, vemos cómo los villanos empiezan a interactuar con y a influir en la política de Japón. O sea que ahora el thriller también cobra una dimensión política, que por el momento no explota con toda la furia, porque Urasawa prefiere cocinarla a fuego lento, y me parece bien. Por el otro lado, en un momento el autor le clava el freno a la trama de Kenji y sus amigos de la infancia en Tokio, para trasladarnos a la ciudad de Bangkok, en Tailandia, donde un violento justiciero urbano factura fortunas como sicario a sueldo, dedicado principalmente a desbaratar redes de prostitución. Son unas cuantas páginas a plena acción, a cinco centímetros de un comic de Marvel (pero con putas menores de edad), que parecen no conectar en lo más mínimo con el resto de lo que venía narrando Urasawa… hasta que en un pase de magia esta historia conecta con la de Kenji de una manera brillante, que me hizo levantarme del asiento del bondi para aplaudir al maestro. La primera mitad del tomo por ahí no es brillante, no tiene muchos momentos memorables, si bien (como ya dije) conserva intacto ese equilibrio fascinante. Pero la segunda mitad es realmente gloriosa, repleta de escenas logradísimas y que impulsan hacia adelante esta historia densa y enroscada en la que los buenos no tienen la menor garantía de encontrarse con algo parecido a un triunfo. El dibujo, como siempre, superlativo, expresivo, dinámico, preciso. Y la narrativa, impresionante, con una infinidad de recursos para ponerle onda a las largas escenas de gente hablando y con power de sobra para armar un kilombo de altísimo impacto en las escenas en las que Shogun surte gente a lo pavote. Tengo comprado el Vol.3 y ya salió el Vol.4, así que habrá más 20th Century Boys en el blog, probablemente antes de fin de año. Leí también Gómez, la ópera prima de Gustavo Diéguez, arquitecto argentino de enorme talento para el dibujo, que incursiona ya de grande en el campo de la historieta. Visualmente es una obra muy hermosa, con un trabajo consagratorio en los fondos y decorados (lo que se espera de un arquitecto y más), donde se ve una atención a los detalles y un conocimiento realmente apabullante. Los cuerpos y las caras me hicieron acordar a Ignacio Noé, pero como un poquito más civilizado, menos salvaje que el Noé que trabajaba en blanco y negro a principios de los ´90. Como si fuera una cruza entre aquel Noé y un dibujante realista más preciosista y menos kilombero, tipo Fabián Mezquita. Y la cruza funciona bárbaro. Desde las viñetas que están claramente copiadas de fotos hasta las que son más expresionistas, más jugadas a conjurar climas y sensaciones que no aparecen en las fotos, todo el conjunto de la obra sostiene a lo largo de unas 150 páginas un nivel gráfico estupendo. Por el lado del guion, me encontré con un autor demasiado ambicioso para mi gusto. Diéguez urde una trama muy compleja, con muchos elementos, muchísimos personajes, mucha data que el lector necesita manejar para entender todo lo que pasa… y por momentos se le va de las manos, se le empantana el relato. Hasta llega a ofrecer una página de “mapa”, que le explica al lector dónde está cada personaje y qué está haciendo. Después hay un segundo tramo más breve, casi una secuela, ambientada unos años después, donde Diéguez baja un poquito las pretensiones y cuenta una historia un poco más simple, más accesible, aunque siempre dentro de un tono muy sofisticado, muy intelectual (en el buen sentido), con una hábil mezcla entre datos, elementos y personajes tomados de la realidad y otros producto de la imaginación del autor. No quiero contar mucho de las tramas, pero hay villanos nazis, complots, gente del palo de la literatura, de la fotografía, y mucho énfasis en las maravillas arquitectónicas que lució Mar del Plata en sus primeras décadas de existencia. Quiero ver más trabajos de Gustavo Diéguez en historieta, por ahí en colaboración con un guionista que esté un poco más canchero en esto de las tramas complejas y los elencos multiestelares. Nada más, por ahora. Gracias a tod@s l@s que están comprando mi libro en la preventa, y hasta el finde que viene.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 23, 2021 15:25

October 21, 2021

¿QUIÉN QUIERE SER SUPERHÉROE?

Bueno, ya les puedo contar que empezó la pre-venta de ¿Quién Quere Ser Superhéroe?, el libro que escribí el año pasado, durante el confinamiento y que ahora edita el sello Comic.ar. Es un masacote de 536 páginas, que va a estar impreso para mediados de Noviembre, pero que ya se puede reservar con un generoso descuento en una comiquería de Córdoba (Crossover) y cuatro de la ciudad de Buenos Aires (Sector 2814, Meridiana, Rey Esteban y La Fábrica de Historietas). Más tarde estará a la venta en muchos más lugares, en la propia editorial, en ferias, en las páginas de dealers virtuales, etc.. La idea es que llegue a toda la gente del habla hispana a la que le pueda interesar. El libro es un extenso ensayo en el que abordo desde distintas ópticas el fenómeno de los superhéroes: su evolución a lo largo de las décadas, su impacto en la cultura popular, la lógica interna de las historias... Hay tramos más "de data dura", otros más teóricos y otros más polémicos, pero me parece que cualquiera al que le interese el tema de los superhéroes se va a enganchar, ya sea que tenga 40 años de lectura de comics a sus espaldas, o que simplemente se entusiasme con las series y las películas. La portada es obra de Lucas Varela, la corrección de los textos estuvo a cargo de mi hermano Diego y el diseño y la edición corrieron por cuenta de Tomás Coggiola, con quienes estoy enormemente agradecido. También tengo que agradecer muy especialmente a los autores amigos que respondieron a mis preguntas y aportaron valiosos testimonios para el libro, entre ellos Marv Wolfman, Howard Chaykin, Mark Waid, Peter Milligan, Bill Sienkiewicz, Carlos Pacheco, Humberto Ramos, Ariel Olivetti, Renato Guedes, José Villarrubia, Sergio Ponchione, Serge Lehmann y Francisco Ortega. Una cantidad bestial de capos absolutos. También durante la realización del libro, y en busca de respuestas a los muchos temas que toca el libro, desempolvé viejos cassettes con entrevistas que realicé en los ´90 y nunca publiqué, de las que extraje testimonios de Jack Kirby, Berni Wrightson, Neil Gaiman, Matt Wagner, J.M. DeMatteis y Fabián Nicieza. Y también reproduje algunos fragmentos de entrevistas que sí publiqué en medios de habla hispana, a autores como Mark Millar, Walter Simonson, Kurt Busiek o Joe Kelly, entre otros. Toda esta multiestelar pluralidad de voces para tocar temas como la vinculación de los superhéroes con el mundo real en las distintas épocas, cómo y por dónde aparece el tema de la ideología, qué es y para qué sirve la continuidad, la forma en que se arman los equipos creativos que producen estas historias, la obsesión con ambientarlas en el presente, el Super Clásico entre héroes y villanos y las motivaciones de unos y otros, la pica entre Marvel y DC, la conquista del cine, la tele y los videojuegos, las trabas y las facilidades que aparecen a la hora de implantar la temática de los superhéroes en países que no son Estados Unidos… y por supuesto también preguntarnos qué corno es un superhéroe, si cualquier pelotudo con superpoderes es un superhéroe, si se puede ser superhéroe sin poderes… Al final, el libro ofrece mini-biografías de un montón de autores clave para entender el género, y un listado completísimo de todas las fuentes bibliográficas que consulté, y que se puede usar como una guía casi infalible para encontrar buenos textos (seguramente mejores que los míos) relacionados a esta temática. En fin, durante muchos meses leí, pensé y escribí (en ese orden) acerca de estos temas y varios más, siempre en torno a esta mitología contemporánea tan apasionante y tan adictiva. Empecé el libro allá por Abril o Mayo de 2020 y lo terminé a principios de Enero de 2021. En Junio de este año, justo cuando estaba por empezar a trabajar para editarlo yo mismo a través de un crowdfunding, apareció la editorial Comic.ar (que habitualmente publica historietas de grandes autores argentinos) y rápidamente llegamos a un acuerdo para que el libro se sume a esa notable línea de publicaciones en la que suelen aparecer obras de Juan Giménez, Quique Alcatena, Edu Molina, Luciano Saracino, Diego Cortés, Ricardo Barreiro, Juan Zanotto, Robin Wood y tantos otros capos. Si leés historieta argentina, ya sabés que Comic.ar edita mucho y con muy buena calidad. Para aquell@s a l@s que se le acaban muy rápido los textos que subo una vez por semana a este blog, e incluso se liquidan en muy poquitos días los monumentales números de la Comiqueando Digital, y ya se escucharon todos los podcasts y se vieron todos los videos de YouTube y aún así quieren más, acá hay mucho más. Un libro entero, 536 páginas de material pensado desde cero para ser esto que es hoy: un libro. Casi seguro el único libro que voy a escribir en mi vida porque -ahora que se puede- la idea es volver a viajar y volver a salir de joda, y poner ahí el tiempo que en 2020 puse en la realización del libro. Por ahí, más adelante, si la editorial me lo permite, voy a postear acá algún fragmento de alguno de los capítulos, para que vean más o menos cómo está planteado. Por ahora, simplemente dejo el link para que aquell@s que quieran comprar el libro con descuento puedan hacerlo en estas pocas semanas que falta para tenerlo en las bateas. https://www.comicpuntoar.com/product-... Como siempre, mil gracias por bancar los disparates en los que uno se embarca a falta de algo mejor para hacer. En un par de días, nuevas reseñas acá en el blog.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 21, 2021 19:55

October 16, 2021

11 al 17 de OCTUBRE

Sigo adelante con las lecturas, ya muy cerca de un anuncio que para mí es muy importante y espero que entusiasme a tod@s l@s que leen este blog. Pegué un salto en la lectura de las novelitas de Cybersix y me fui al Vol.37, Notti Selvagge, a ver cómo resolvía Carlos Trillo uno de los plots que habían quedado colgados durante muchísimas entregas: la desaparición de Lucas Amato, el papá del hijito de Cybersix. Acá vemos el regreso de Lucas a Meridiana, ahora totalmente amnésico, como en las telenovelas de los ´80, en las que siempre había alguien que perdía la memoria. El núcleo de esta novelita es cómo reacciona Cybersix (y por ende, Adrián Seidelman) a la reaparición de Lucas, y en el medio hay una trama más aventurera, bastante poco atractiva, en la que la superheroína-vampiro-androide-transexual deberá desbaratar un plan de Helmut, el joven clon de Krumens y esbirro de Joseph. Tanto el aspecto más emocional como el más orientado a la acción sufren el mismo problema: el estiramiento excesivo. Trillo tiene ideas para unas… 56 páginas y las desparrama en 96, o sea que el interés dramático que pueda tener el relato se disuelve entre secuencias innecesariamente largas, o secuencias metidas simplemente para rellenar páginas. El resultado es apenas soportable. A cargo del dibujo tenemos a Gustavo Mazali, mucho más afianzado que la última vez que lo vimos trabajar bajo la órbita de Carlos Meglia. Hay unos cuantos dibujos (fondos y personajes) del prócer quilmeño, y cuando todo lo que vemos es obra del lápiz de Mazali, el contraste no se nota demasiado. O sea que a nivel visual, esto es bastante digno. Me quedan algunos tomitos más de Cybersix, como para leer y reseñar en las próximas semanas. Nos vamos un ratito a Brasil, donde en 2009 sale un libro que recopila las primeras seis aventuras de Necronauta, el personaje creado por Danilo Beyruth en 2007. A veces con guionistas invitados, a veces solo, en fanzines impresos por él mismo en blanco y negro o en un libro a todo color editado por Image, Beyruth puso en marcha, en muy poco tiempo, una serie interesantísima, donde lo vamos a ver mejorar como dibujante a pasos agigantados. Aún así, el episodio más moderno de Necronauta (de estos seis que componen el libro) todavía está varios pasos atrás de lo que va a mostrar Beyruth en Banda de Dois, que es de 2010. O sea que la evolución de este monstruo va a ser muy notable y sobre todo muy acelerada. Las historias en general son originales, y a pesar de lo que pueda sugerir el aspecto del protagonista, rozan de manera muy tangencial el género superheroico. Necronauta no es ni bueno ni malo, es casi un mecanismo pensado para resolver conflictos que complican la llegada al Más Allá de gente que estiró la pata. Conflictos que pueden ser emocionales o incluso metafísicos, no necesariamente violentos ni de buenos contra malos. Eventualmente, todos los fans de Beyruth (los que lo conocieron gracias a Banda de Dois, o los que lo siguen en sus trabajos para el mainstream yanki) caemos en Necronauta, un poco por curiosidad y un poco porque se trata de una serie realmente atractiva, bien hecha, que explica de modo contundente por qué este autor se ganó el lugar que tiene hoy en el comic sudamericano. No tengo otros tomitos de Necronauta, pero sé que hay más y trataré de conseguirlos. Allá por 2000, cuando se publicaba muy poca historieta de autores argentinos, irrumpió en San Nicolás una obra que sacudió el avispero y le enseñó a toda una generación que era posible crear y editar novelas gráficas en aquel contexto tan adverso. La obra era Hacia el Hondo Bajo Fondo, de Federico Baert, una novela gráfica a la que el narratólogo David William Foster le pondría sin dudar el rótulo de “existencialista”. Hoy, con más de dos décadas a cuestas, Hacia el Hondo Bajo Fondo ofrece un solo flanco vulnerable, que es el del dibujo. Para el lector actual, el dibujo del Baert de hace 21 años puede resultar crudo, o incluso rudimentario. Pero felizmente existe la remake: otras 90 páginas, con el mismo guion que utilizó Baert en 2000, pero dibujadas por Carlos Aón y coloreadas por Lara Lee. Es decir que a alguien se le ocurrió tomar lo mejor que tenía Hacia el Hondo Bajo Fondo y reemplazar esa faceta gráfica que hoy puede veerse precaria por una 100% nueva, a cargo de un dibujante y una colorista absolutamente afianzados, con amplio dominio de todos los elementos que pueden hacer atractiva a una novela gráfica para el público actual. La nueva versión respeta a rajatabla los magníficos diálogos, el armado de las secuencias y muchas veces hasta la cantidad de viñetas de cada página y los planos elegidos por Baert para la versión original. Por otro lado, Aón cambia bastante el diseño de los personajes secundarios y la paleta de Lee le agrega a la obra climas que la primera versión no tenía. No te digo que estoy para tirar a la mierda la edición del 2000, pero sí afirmo que la de 2021 es muchísimo mejor. Si querés sumergirte en el abismo de la mala leche, el enrosque emocional, el cinismo y la poesía berreta de Ácido Van Rotren, sin dudas te recomiendo entrar por acá. De la mano de Baert, pero también de Aón y Lee, que supieron hacer suya esta obra y pegarle un upgrade notable a algo que ya era un clásico de culto entre los fans de la historieta argentina post-industrial. Nada más por esta semana. Gracias y será hasta la próxima.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 16, 2021 14:03

October 10, 2021

4 al 10 de OCTUBRE

Bastante escasa la lectura de esta semana, porque me enganché con un libro muy power SOBRE comics, que me absorbió muchas de mis pocas horas libres. Nunca había intentado la locura de empezar a leer una serie en el cuarto TPB, pero con Rumble hice la excepción. Esta creación de John Arcudi para Image tiene tres tomos dibujados por James Harren que nunca leí (ni siquiera vi) y que probablemente no lea nunca. Pero en el Vol.4 (de 2017) llega como dibujante David Rubín y ahí sobran los motivos para sumarse a la lectura de esta serie. Me da la sensación que Arcudi sabía muy bien que Rubín le iba a traer un nuevo flujo de público a Rumble, porque a lo largo de los episodios que recopila este TPB se esfuerza por brindarnos a los recién llegados la información indispensable para entender lo que había pasado en los primeros tomos. Y lo hace de manera muy piola, con la data bien dosificada como para no aburrir ni entorpecer el ritmo de la aventura. La faceta más épica de Rumble realmente me interesó poco. Las luchas ancestrales entre guerreros infinitamente poderosos, la intriga palaciega en esa especie de infierno… no me encontré con nada que me llamara demasiado la atención. Pero me enganchó mucho la faceta más mundana, la forma en que Rathraq (el protagonista) se vincula con sus aliados humanos y cómo estos se vinculan entre sí y con la comunidad en donde viven. Y si bien el dibujo de Rubín explota mucho más cuando dibuja batallas a todo o nada entre dioses y guerreros antiquísimos, también brilla y deslumbra cuando la acción se sitúa en un contexto actual y urbano. Ahí las batallas que se libran son otras, más chiquitas, más íntimas, y ahí emergen los momentos que más me gustaron del guion de Arcudi. Por supuesto, esto hay que tenerlo porque lo dibuja Rubín, un tipo cuyo talento para la narración gráfica pulveriza todos los límites, obra tras obra, sin importar para qué mercado trabaja. Apuntalado por la magia cromática de Dave Stewart, el gallego de Galicia arma un kilombo visual fascinante cuando el guion va para el lado del impacto, y la rompe en las expresiones faciales y corporales del vasto elenco de personajes cuando la historia avanza a través de las conversaciones, negociaciones y enrosques por vía oral. Si sos fan de David Rubín, no lo dejes pasar. El ídolo se queda hasta el final de la serie (el Vol.6), así que hay muchas páginas maravillosas por descubrir. Lo único choto es que, una vez terminada la historieta, el TPB se extiende más de 30 páginas, rellenadas con bocetos, portadas alternativas, pin-ups y demás boludeces que visualmente son muy lindas pero no aportan nada a nivel de la narración. Y me queda por mencionar brevemente a Carolo, un librito con chistes escritos por Alejandro Farías y dibujados por Leo Sandler (ya vimos varios trabajos anteriores de esta dupa), publicados en blanco y negro y de a uno por página. Todos los chistes giran en torno al mundo de los insectos y sus particularidades, y algunos encuentran la vueltita graciosa en el juego de palabras. No recuerdo haberme reido mucho de ninguno, y el dibujo tampoco me generó lo mismo que otros trabajos previos de Sandler. A lo largo de los 64 chistes que ofrece el librito, Farías amplía todo el tiempo el elenco de la tira, sin la intención de desarrollar a los personajes ni indagar en las relaciones entre ellos. Simplemente están ahí porque las arañas, hormigas,moscas o lombrices habilitan chistes que no se podían hacer con los caracoles, que son los únicos protagonistas de las primeras tiras. Al tener un único dibujo por entrega, las tiras de Carolo no ofrecen ningún tipo de juego narrativo y tampoco está la intención de compensar este déficit con un laburo a destajo en fondos, o en texturas o juegos de iluminación que adornen un poquito a los dibujos. Estamos ante una tira cómica casi minimalista, en la que Farías y Sandler tratan de reducir todo a su mínima expresión. No digo que no esté bien hecha, pero a mí no me cautivó. Nada más, por ahora. Si quieren leer más, ya saben. Entran al sitio web de Comiqueando o se bajan la Comiqueando Digital en https://comiqueandoshop.blogspot.com . Gracias y hasta pronto.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 10, 2021 11:28

October 2, 2021

27 de SEPTIEMBRE Al 3 de OCTUBRE

No tengo muchas ganas de escribir, pero como creo que mañana voy a tener menos ganas que hoy, pongo primera y arranco. Juliet e Gengis es el Vol.33 de la colección de novelitas gráficas de 96 páginas de Cybersix, secuela directa de la última que leí y que me pareció brillante. Esta tiene muy buenos bloques de texto (sospecho que escritos por Viviana Centol), pero la trama no me enganchó ni a palos como la del tomito anterior. Abusa un poco del recurso (muy típico de Trillo) de rellenar páginas con los sueños de los personajes, le da mucha bola al insportable Joseph (el hijo de Von Reichter) y lleva la idea de “el villano es un bebé de un año con chupete y pañales” a un extremo en el que la misma pierde la sutileza y el dramatismo que tenía la primera vez. Queda solo el impacto emocional de que Cybersix tenga que combatir a su propio hijo, pero se va diluyendo con el correr de las páginas. Era una idea excelente, pero para usarla menos veces, me parece. Por si faltara algo, Centol nos da los primeros indicios de que Gengis se le puede llegar a dar vuelta a Von Reichter y dejar de lado el objetivo de matar a su madre. Ojalá eso no suceda en las próximas entregas. El dibujo está a cargo de Gustavo Mazali, por supuesto alienado al estilo de Carlos Meglia, con fondos y personajes diseñados por el prócer quilmeño. Y si bien no está mal, le falta la magia de Meglia y se ven algunas limitaciones que no se veían en las historietas a cargo de Alejandro Santana o Ricardo Vispo. Era poco probable que este episodio estuviera al excelente nivel del anterior, pero yo me había hecho ilusiones… Tenía sin leer otro librito de Jorge Quien, el Vol.2 de Anoche, un recopilatorio de 40 tiras en las que el autor cuenta e ilustra sus sueños. Son apenas tres o cuatro viñetas por tira, en las que los textos se hacen cargo de “contar la historia” mientras que los dibujos le agregan despliegue visual a lo que cuentan los textos. Libres del peso de llevar adelante la narrativa, los dibujos de Quien cobran vuelo y se prodigan en texturas alucinantes y claroscuros poderosos. No recuerdo haber visto otros trabajos de Jorge dibujados a este nivel. Y los sueños… sueños son, diría Calderón de la Barca. No les pidas coherencia, ni desarrollo de personajes, ni una evolución razonable hacia un final satisfactorio. En tres o cuatro viñetas hay, como mucho, una idea más o menos interesante, impactante o bizarra y hasta ahí llegamos. La edición del librito (publicado en Chile en 2017) es impecable y el texto con el que abre (tomado de un ensayo de Eric Fromm) es brillante. Allá por el 22/06/17 me tocó ver al enorme Matthieu Bonhomme cabalgar por las praderas del Lejano Oeste, en una excelente serie escrita por Lewis Trondheim. Esta vez no solo escribe él mismo el guion, sino que además tiene la posibilidad de trabajar con Lucky Luke el cowboy más icónico del comic franco-belga. El Hombre que Mató a Lucky Luke tiene más páginas que los álbumes clásicos del solitario justiciero del Oeste, una narrativa mucho más jugada, que se anima a dejar de lado el esquema de páginas divididas en cuatro tiras, y una paleta de colores intencionalmente acotada, fiel a la estética de Morris. Visualmente es un trabajo intachable, que no defrauda en lo más mínimo ni al fan de toda la vida de Lucky Luke ni a los que alucinamos con cada obra que dibuja el bueno de Bonhomme. Pero el riesgo fuerte, la apuesta que si te sale bien te propulsa a la estratósfera y si te sale mal te hunde en la ignominia es la de contar una aventura de Lucky Luke sin pantomimas, sin bizarreadas como la de hacer hablar a Jolly Jumper y casi sin humor. O con un humor más sutil y más ácido que el de la mejor época de René Goscinny en la famosa serie. Y a Bonhomme le sale MUY bien. La mirada más cruda, menos ingenua (similar a la que Emile Bravo le aportó a Spirou), al universo y a la estructura narrativa de Lucky Luke resultan un aporte magnífico a la serie, y un mimo al alma de cualquier adulto que haya flasheado de pendejo con las aventuras del carismático cowboy. Sin dudas, un paso adelante, un nuevo hito en la mitología de un personaje que ya acumula 75 años de gloria. Y nada más, por hoy. Gracias a tod@s l@s que descargaron la Comiqueando Digital en https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y será hasta el finde que viene.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 02, 2021 16:23

September 25, 2021

KRAZY KAT: THE COMIC ART OF GEORGE HERRIMAN

[image error] Esta vez me tomé toda la semana para leer un solo libro… pero qué libro, maestro. 224 páginas de las cuales… más de 70 son textos y el resto, todo historietas. Y además historietas anteriores a 1945, algunas con más de 100 años de antigüedad. La selección de las historietas y la redacción de los textos corrieron por cuenta de Karen O´Connell, Georgia Riley de Havenon y el maestro Patrick McDonnell, el genial creador de Mutts. Es una selección alucinante, pensada para ampliar nuestra comprensión del universo gráfico y mágico de George Herriman. Hay planchas de casi todas las obras del maestro anteriores a Krazy Kat, y una vez que nos centramos en su obra magna, hay tiras diarias, planchas dominicales en blanco y negro, planchas dominicales a color y hasta unas cuantas planchas e ilustraciones que originalmente se publicaron en los diarios en blanco y negro, pero que Herriman coloreó con acuarelas y tintas para regalárselas a amigos suyos. Todo esto reproducido con una calidad incuestionable y acompañado de textos muy completos, redactados de modo muy dinámico, que nos aportan datos valosísimos acerca de la vida de Herriman y su familia, y del contexto histórico en el que le tocó trabajar. De la mano de McDonnell, O´Connell y Riley de Havenon me enteré de muchísimas cosas que desconocía, especialmente acerca de los trabajos de Herriman anteriores a Krazy Kat. Pero no quiero caer en la tentación de transcribir la información que aparece en el libro, ni de usarlo como machete a la hora de contar qué impresión me causó volver a leer Krazy Kat después de muchos años. Esta es una historieta sobre la que se ha escrito muchísimo, y no es fácil ir por otro lado, sin repetir ideas o conceptos que uno ya leyó en otro lado. Creo que (además de la calidad de la historietas) lo que más me llamó la atención es que Krazy Kat es intraducible. No solo por la manera en que Herriman deforma las palabras, en esa búsqueda de que suenen más graciosas y más parecidas a la fonética que a la ortografía. Algo de eso también vimos en el Popeye de Elzie Segar, y no es fácil de traducir, pero se puede. El tema es que Herriman jamás aclara si Krazy Kat es macho o hembra, y de hecho ese dato va variando, es una identidad de género tan fluida que no se queda quieta. A veces se establece que es gato, a veces que es gata y a veces los propios chistes ironizan acerca de esta indefinición. Se supone que si los dos personajes que se vinculan afectivamente con Krazy son varones, Krazy debería ser mujer, pero no está para nada claro y no son pocas las tiras en las que se denomina al personaje como “he” (él). Entonces, si Krazy dice “I´m in love” y el traductor pone “estoy enamorada”, está mal. Y si pone “estoy enamorada”, también está mal. Cualquier indicio que rompa esta ambigüedad, va en contra de lo que quiso hacer Herriman, que era precisamente mantener al lector desorientado, sin saber nunca si Krazy era una gata heterosexual o un gato homosexual. Por supuesto, en ninguna de las historietas reproducidas en el libro aparece la palabra “homosexual”. Te regalo tener que traducir esta historieta al castellano. Otra cosa que me llamó mucho la atención es cómo incluso en las planchas de los años ´30 y ´40 Herriman se resiste a incorporar planos en los que los personajes no se vean de cuerpo entero. A veces los enfoca más de cerca, a veces más de lejos (para que se luzcan esos paisajes majestuosos basados en los desiertos de Arizona), pero prácticamente nunca nos muestra solo las cabezas de los personajes, ni siquiera cuando estos largan extensos globos de diálogo- Algo que para los años ´30 ya estaba completamente naturalizado en las historietas que aparecían en los diarios de EEUU, en Krazy Kat se vio poquísimo, y muy sobre el final de la tira. Y el otro elemento (este sí, más abordado por varios textos que leí sobre la serie) es esa relación absolutamente promiscua entre humor y poesía. Poesía humorística o humor poético. No importa, llamalo como quieras. Acá tenemos situaciones 100% en joda (que rara vez motivan carcajadas, pero siempre te sacan sonrisas) en las que se ven involucrados todo el tiempo recursos poéticos e incluso una mirada poética del mundo, de los personajes, su entorno y la forma en que se vinculan. Sobre el dibujo de Herriman también se escribió muchísimo, y es realmente increíble. Durante muchos años, es un típico dibujante humorístico de aquella época, muy suelto, muy plástico, con gran manejo de los sombreados y los detalles. Y en algún punto, encuentra una síntesis imposible, que le hace pegar un salto cualitativo brutal y que logra que en sus últimos años Krazy Kat adopte una estética totalmente moderna, o por lo menos atemporal. Si te dicen que esas planchas de 1942 son de 1972, te lo creés sin ningún problema. Y si te dicen que son de 2002… por ahí desconfiás un toque, pero no lo descartás de plano. Y nada más. Krazy Kat es una historieta que se publicó casi todos los días entre 1913 y 1944, que perduró más por el prestigio del autor que por su popularidad entre los lectores, y que estaba obviamente adelantada a su época. Hoy, por suerte, tiene el status que se merece, de Obra Maestra, de genialidad absoluta, de joya vanguardista difícil de explicar en el contexto de 1913 e incluso en el de hoy. También por suerte hay muchas reediciones, como para descubrirla como y cuando quieras. Esta en particular me encantó, por la calidad de los textos y la posibilidad de ver material de las otras obras de Herriman. Gracias por el aguante y hasta el finde que viene.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 25, 2021 11:46

September 18, 2021

13 al 19 de SEPTIEMBRE

Esta semana pude leer un poco más, por suerte. Arranco con el Vol.32 de Cybersix, una historieta de hace 25 años que nunca había leído y que superó todas mis expectativas. Escrita por Fer Calvi (bajo la atenta mirada de Carlos Trillo) y dibujada por Ricardo Vispo (con fotocopias de fondos y personajes dibujados por Carlos Meglia), esta aventura le pega un giro impresionante al plot que esta serie arrastraba hacía tiempo, que era el secuestro del bebito de Cybersix (y Lucas Amato) por parte de Von Reichter, el principal villano de la saga. El guion ofrece una alquimia perfecta entre peleas, emociones fuertes, pinceladas de un humor ácido, incluso toques de humor más inocente o más absurdo, y esa cuota de desolación que aporta Lori (Maura, para los italianos) en esa lucha contra la drogadicción, que todo el tiempo sabemos que va a perder. En estas 96 páginas no hay relleno: pasa de todo y todo es importante, conmovedor y potencialmente disparador de más y mejores episodios. Espero que entre los tomos que me falta leer haya… dos o tres guiones a un nivel similar al de “Un figlio di nome Gengis”. El dibujo de Vispo está muy logrado, muy bien acoplado al relato que propone Calvi y muy respetuoso del estilo de Meglia. Sin estridencias, por ahí sin la magia del maestro quilmeño, pero muy eficaz a la hora de transmitir la intensidad arrolladora de todo lo que sucede en estas páginas. Parecía mentira que, entrega tras entrega, Trillo y sus colaboradores siguieran estirando la saga de Cybersix sin meterse a fondo con el mejor subplot que tenía la serie, y bueno, acá queda claro lo mucho que se puede impactar al lector cuando esa punta argumental se coloca en el centro de la escena y se desarrolla con huevos y talento. Me encantó. Uno por ahí no se daba mucha cuenta, pero hace 10 años este blog estaba muy adelantado a su época. Entre otras cosas, porque hablábamos de autores y obras que mucho después se empezaron a publicar y a hacerse más o menos populares por los lectores del habla hispana en general, y de Argentina en particular. Un caso emblemático es el de Inio Asano, y un testimonio elocuente de esto es que este año se pubicó en nuetsro país un tomo con todas las historias de What a Wonderful World, que yo reseñé en este espacio los días 2 y 11 de Febrero de 2010. Como el tomo de Ivrea trae material que las ediciones yankis no traían, me deshice de ellas y ahora tengo la hermosa edición nacional. Felizmente, me acordaba poco y nada de las historietas que leí hace más de 11 años, así que volví a disfrutar un montón eta nueva lectura. Como ya opiné acerca de los dibujos y los guiones, esta vez quiero hacer hincapié en la traducción de Pablo Tschopp, que en general me pareció buenísima. Le encontré un problema, que aparece cuando los personajes (que supuestamente hablan en argentino) dicen cosas tipo “fuimos amigos por 15 años”, “te esperé por tres horas” o “viví en ese barrio por ocho años”. Eso es horrible, parece una mala traducción del inglés, donde se dice “I lived in that neighborhood for eight years”. En Argentina, ese “por” está totalmente de más a la hora de medir el tiempo. Acá decimos “fuimos amigos 15 años”, “te esperé tres horas”, etc. El resto, funciona muy, muy bien. No hay un abuso de las puteadas argentas, ni nada que obstaculice la sensación de realidad que transmiten las historietas de Asano. Y está esa última historieta de 16 páginas, que yo no conocía y que me pareció bellísima. Así que, una vez más, recomiendo fuerte este hermoso trabajo de un Asano primerizo pero devastador, esta vez en su exquisita edición nacional y popular. Hacía bastante que no leía trabajos de Jorge Quién, y esta vez me toca comentar el que más me gustó (hasta ahora) de las obras de este extrañísimo autor. Bestinta es una novela gráfica de 64 páginas, realizada íntegramente por Jorge con la mano izquierda, su mano menos hábil. Entre un argumento que parece a todas luces improvisado sobre la marcha y la dificultad de trabajar con la mano que habitualmente no usa, se podría hablar casi de un suicidio artístico por parte del argento-chileno. Y sin embargo Bestinta es una obra atrapante, divertida, ingeniosa, impredecible, que llega (por caminos poco convencionales) a una muy buena resolución. Jorge Quién combina introspección y machaca, bizarreada y reflexiones profundas, dibujos a mano alzada con imágenes muy logradas, y siempre con la mano izquierda, con la que consigue resultados asombrosos. Lo único que no me cerró es el tema del rotulado, con letras muy grandes (también escritas con la zurda), que a veces ocupan demasiado espacio dentro de las viñetas. Cuando llegan las páginas más habladas, o con más bloques de texto, estas letras enormes (y las tachaduras) cobran una centralidad desmedida, en detrimento del dibujo y esas páginas se deslucen bastante. El resto, una delicia. Una historieta 100% experimental sin fisuras, que cualquier fan de las obras anteriores de Quién va a aplaudir de pie, y que además le puede cosechar nuevos fans a este autor siempre inquieto. Esta es una edición de Fadel&Fadel de 2018, que no sé si será fácil de encontrar, pero aún así me animo a recomendar que la busquen y la lean. Ahora sí, nada más. Gracias y hasta el finde que viene.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 18, 2021 10:15

September 11, 2021

6 al 12 de SEPTIEMBRE

Otra semana de pocas lecturas, pero bueno, ustedes ya saben… Mucho trabajo, complicaciones, la sanata de siempre. Y también saben que si quieren leer mucho más, se pueden descargar la Comiqueando Digital nº3 en https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y disfrutar horas y horas de artículos, secciones, columnas y contenidos audiovisuales exclusivos. Hoy tengo para reseñar dos libros antiguos, y arranco con el Vol.2 de Yugurta, editado en España en 1981, pero realizado por Jean-Luc Vernal y Hermann mucho antes, a fines de los años ´60 para la revista Tintin. Este es el último tomo que dibuja Hermann, pero la serie continuará 14 álbumes más, que no creo que lea nunca. Esta segunda entrega no se separa en nada de la anterior (ver reseña del 21/08/21), pero a mí me atrapó bastante menos, se me hizo más pesada. Me encantó ver a Hermann romper varias veces la grilla de las cuatro tiras por página, para lucirse con viñetas más grandes. Pero si bien visualmente este álbum es más poderoso que el anterior, el relato me resultó más previsible y menos emocionante. Por ahí porque ya conocía a los personajes y a la situación, y la verdad que lo único que podía sacudir ese estado de cosas que planteaba Vernal en el Vol.1 era la confrontación directa entre Yugurta y el Imperio Romano… cosa que sucede, pero de modo intermitente, con escaramuzas, más que con una guerra posta. En el medio, en el tira y afloje entre el orgulloso príncipe númida y los corruptos senadores romanos, la trama se hace protocolar, muy conversada al pedo. Ojo, me parece loable que en una historieta juvenil el guionista se juegue a explicar el “lado B” de los conflictos bélicos, la trama de ambición, poder y codicia que casi no deja espacio para la epopeya. El tema es que no lo hace con la fluidez ni con la pericia que la situación (a mi juicio) requería. Así que me sorprendí “pidiendo la hora” varias veces. Me quedo con el Vol.1, como testimonio de lo más cercano que encontré a un “Year One” del maestro Hermann, y si bien acá el dibujo está un poquito mejor, no me resultó una lectura para nada imprescindible ni algo que se deba recomendar enfáticamente a los fans del maestro belga que siguen este blog. Me vengo a Argentina, año 1989, porque felizmente conseguí el libro que más me calentaba de los que me faltan de la colección de Grandes Humoristas Argentinos que publicó Hyspamérica en aquellos días hiperinflacionarios. “No le veo la gracia” recopila una enorme cantidad de chistes de una sola viñeta y unas poquitas historietas de una sola página del maestro Manuel Peirotti, más conocido como Peiró. A diferencia de otros libros de esta colección en la que se agrupaba material de distintas épocas, que nos permitían ver distintos estadíos en la evolución del autor, el de Peiró ofrece un contenido muy, muy homogéneo. No hay un solo chiste que te haga suponer “esto es mucho más antiguo que el resto, esto es de los inicios de la carrera de Peiró”, o cosas por el estilo. Si te dicen que Peiró dibujó todos estos chistes en el mismo año, te lo creés, tranquilo. Obviamente no es así: el material está realizado a lo largo de (aventuro yo) toda la década del ´80. Pero arranca en un nivel altísimo y se mantiene así, durante todo el libro. Son casi 160 páginas, algunas con un solo chiste, otras con cuatro chistes, o sea que la cantidad de gags es brutal. Y la efectividad, altísima. Me reí fuerte muchas veces. Lógicamente, algunos chistes hoy atrasan un poco (por ejemplo, los del cuarentón pusilánime que la juega de pirata para “escaparle” o para burlar a una esposa gigantesca y con cara de déspota, ya quedaron muy atrás), pero no son muchos. Tampoco hay una gran cantidad de chistes anclados a una coyuntura que hoy no se entienda: en general casi todos los temas de los que se reía Peiró en los ´80 hoy siguen bastante vigentes (para bien y para mal). Y donde mejores resultados obtiene el cordobés es en el humor negro, macabro, filoso, con exquisita mala leche. Esos chistes, y los que juegan a extremar por medio del grotesco las miserias económicas y morales de los argentinos, me causaron mucha gracia. Por supuesto que aunque no me hubiese reído nunca en todo el libro, igual lo recomendaría, por la calidad desorbitada de los dibujos. Peiró es un dibujante perfecto, dueño de un trazo preciso, personal, brillante, que le permite descollar tanto en el humor gráfico como en historietas de corte más dramático. Su manejo de las manchas, las arrugas de la ropa, los detalles que observa y reproduce, las expresiones de las caras, el trabajo en fondos y objetos… todo está muy por encima de la media de los típicos cuadritos que cuentan un chiste en una única viñeta. Si tenés Córdoba Blues (y si no, compralo hoy mismo), ya tenés la mitad más aventurera del Peiró más grosso, que fue el de los ´80. Y con No le veo la gracia, completarías la otra mitad, la mitad más volcada al humor. No te digo que cierro ahí, porque faltan recopilar varias historietas humorísticas realizadas por el ídolo en los ´80. Pero con estos dos libros, me armé un combo devastador. Nada más, por hoy. Será hasta el finde que viene. Gracias por el aguante.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 11, 2021 15:01

September 4, 2021

30 de AGOSTO al 5 de SEPTIEMBRE

Si leés esto el sábado 4 de Septiembre, Feliz Día de la Historieta. Si no, no calienta. Vamos con las reseñas del escaso material que pude leer esta semana. Empiezo con una historieta hecha por autores argentinos para Italia, e inédita en nuestro país: el Vol.31 de la colección de novelas gráficas de Cybersix, publicado en 1996. Esta vez el guion aparece firmado por Carlos Trillo “con la collaborazione” de Fernando Calvi, mientras que Alejandro Santana aparece acreditado como colaborador de Carlos Meglia en el dibujo. Me atrevo a asegurar que, salvo algún otro fondo, todo en esta historieta está dibujado por Santana, que para 1996 era un clon impecable de Meglia, sin la magia, sin el desparpajo del que hacía gala el maestro, pero de gran solidez gráfica y narrativa. O sea que en el apartado visual tenemos un producto más que digno. El guion tiene un solo problema, y es que está muy estirado. Una historia que podría contarse en 40 páginas, se cuenta en 96. El resto está muy bien. Habitualmente, en los episodios en los que se presentan nuevos personajes, Trillo y su equipo desarrollan mucho a estos, y poco a Cybersix. Esta vez se nota que Trillo y Calvi quieren darle mucho relieve a Hard Boiled, pero también trabajan a fondo al villano y hay espacio para que Cybersix tenga un rol interesante en la trama, y hasta se mecionan un par de los subplots de largo aliento que para este momento estaban sin resolver. Hay muchos homenajes a los clásicos de la novela negra norteamericana, a Titanes en el Ring (de hecho aparece Martín Karadagián) y a Hulk. No me lo imagino a Trillo fan de Hulk o de los Titanes, con lo cual sospecho que eso vino de la mano de Calvi. En general, la trama fluye de manera lógica y si bien está un poquito forzado el tema de que Adrián Seidelman quede al frente de una agencia de detectives, el relato está bien llevado, te logra atrapar. Además, el buen nivel de los textos y la forma en que se dosfican las revelaciones acerca de Hard Boiled y los villanos hacen que el interés no decaiga pese a lo extenso de la narración. Así que el balance general es bastante positivo. Sin ser la gloria ni mucho menos, “Un vendicatore per amico” es una historieta correcta, sin fisuras y entretenida, lo cual no es poco. Me voy a EEUU, año 2017, cuando se publica el primer recopilatorio de Snotgirl, una creación del consagrado Bryan Lee O´Malley junto a la notable Leslie Hung. Snotgirl es un comic de doble filo: utiliza una estética que puede parecer cool o frivola, precisamente para satirizar el mundo cool y frívolo que habitan las protagonistas. Redes sociales, moda, maquillaje, reuniones top, cafés con condimentos raros, noches de música y tragos… El mundo de la gente joven y hermosa de Los Angeles se parece bastante al del resto de las grandes ciudades, y O´Malley nos los muestra sin filtros de Instagram. Por debajo de todo eso, incluso por debajo de la comedia (que tiene momentos muy eficaces), hay una historia de vínculos, o de cómo el cálculo y la especulación pueden deteriorar los vínculos. Y también una subtrama de misterio, como para manchar con un poco de sangre tanto glamour. Es un combo extraño, pero funciona bien a varios niveles. No te digo que es lo más genial que leí en años, ni que mi vida carece de sentido hasta que consiga y lea los tomos posteriores, pero me encontré con un comic que atrapa por motivos distintos a la mayoría, con los cheap thrills pensados y mostrados de un modo muy original. El dibujo no es hiper-original pero sí muy bueno, el color es maravilloso, y lo único que tengo para criticarle es que Leslie Hung parece confiar poco en su capacidad para “narrar de lejos” y abusa de los planos cerrados, donde se ven las cabezas de los personajes y muy poco más. Esto le permite dibujar muy pocos fondos, pero la verdad que este comic quedaría mucho mejor con más fondos, con más atención a paisajes y decorados. Dudo mucho que O´Malley pueda estirar esta historia más allá de las 250-300 páginas sin que esta pierda atractivo, pero por ahora Snotgirl me resulta un título fresco, inteligente y bastante recomendable. Nos reencontramos por acá el finde que viene, pero este lunes no dejen de pasar por https://comiqueandoshop.blogspot.com/ a descargar el monumental nº3 de Comiqueando Digital. Y si quieren conocer en persona a los más grandes autores de la historieta argentina, se pueden acercar el viernes 10 a las 16:30 a la explanada de la Biblioteca Nacional, donde vamos a estar realizando la ceremonia de entrega de los Premios Cinder. Nada más. Gracias y hasta pronto.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 04, 2021 12:11

Andrés Accorsi's Blog

Andrés Accorsi
Andrés Accorsi isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Andrés Accorsi's blog with rss.