Andrés Accorsi's Blog, page 43

May 8, 2021

3 al 9 de MAYO

Esta semana le dediqué bastante tiempo a luchar contra un comic que a priori me interesaba, pero con el que me aburrí mucho. No lo voy a reseñar, pero igual tengo otras cosas leídas que quiero comentar acá. Empiezo en EEUU, en los inicios de este milenio, cuando Eric Powell desactiva el sello Albatross y las historietas de The Goon pasan a editarse a través Dark Horse. Este Vol.2 (vimos el 0 y el 1 en las reseñas del 25/06/10 y 29/01/20, respectivamente) coincide con la mudanza de The Goon de un sello chiquito, autogestivo, y una editorial ya recontra-afianzada en el mercado. En estos primeros números en Dark Horse, Powell ofrece un recuento de la historia previa del personaje para quienes no conocían lo anterior, y enseguida se lanza a contar nuevas historias ambientadas en este mundo ominoso, crepuscular… pero 100% proclive a las aventuras en joda. The Goon es, básicamente, una comedia de humor negro. Y el recurso que utiliza Powell para hacernos reir es la naturalización de la violencia desmedida, la mala leche, la grosería y la sordidez extrema. Acá todos los personajes son seres deleznables, cuyo aspecto monstruoso es apenas la cáscara de verdaderos cúmulos de maldad. Todos mienten, todos estafan, todos roban, todos se tratan de llevar lo que no les corresponde y de voltearse a quien no les corresponde, es una jungla despiadada y voraz donde sólo los más fuertes y los más garcas sobreviven. ¿Eso es gracioso? Sí, Powell logra que sea MUY gracioso. Y además lo usa como disparador para las aventuras, que tienen (casi siempre) muchísima acción. Lo único que me dejó un sabor agridulce en este tomo es que el mejor guion que escribe Powell (las 11 páginas de “The Abomnibale Boggy”) no las dibuja él, sino Kyle Hotz… que no es malo, pero es un clon muy alevoso del mejor Kelley Jones, que a su vez asaltaba a mano armada a Berni Wrightson. Por suerte, de las historias que dibuja el propio Powell (a un nivel apabullante) no hay ninguna chota: todas van de lo simpático a lo recontra-power. Tengo otro tomo de The Goon sin leer, así que pronto volveremos al extraño mundo de Eric a machacarnos con zombies, fascinerosos y zombies, fascinerosos. Sigo con monstruos y criaturas bizarras que se cagan a palos, y salto a Argentina, año 2020, cuando se publica Bestias Alteradas, una revista de apenas 36 páginas en blanco y negro, con dos historietas completas del capo marplatense Julián Mono. La segunda está escrita por Watkins, y si bien no es mala, tampoco es gloriosa. Pero la primera historieta, esas 15 páginas que Mono escribe y dibuja, es una bomba atómica. El dibujo es alucinante, la puesta en página está muy cuidada, y por si esto fuera poco, el guion es buenísimo, y los diálogos son geniales. Me reí mucho, me encariñé fuerte con el personaje de Loberto (ojalá vuelva en otras aventuras), me copó ese mundo bizarro y extremo en el que transcurre la historia y sin dudas, me dejó muy cebado, pidiendo más. La revista tiene unas publicidades en joda que no desentonan para nada con la onda bizarra y revulsiva de las historietas y que sirven para redondear un paquete muy, muy atractivo para aquellos que disfrutamos de las deformidades que salen de la mente de Mono. Y para compensar la breve extensión de estos textos, le hago copy-paste a una reseña que escribí hace más de 15 años, perdida en las brumas del tiempo, con la que extrañamente sigo estando bastante de acuerdo. Me guardé para el final una joyita argentina, poco conocida, pero sencillamente magistral. Cuando a uno le dicen “Robin Wood y Mandrafina”, enseguida se babea y responde “Savarese! El mejor policial de bla, bla, bla...” y el resto no se entiende, por la baba. Sin embargo, esta ilustre dupla tiene en su haber otra creación, una serie bastante más breve, iniciada a fines de los ‘80 y titulada Morgan. Morgan cuenta la historia de un detective duro en el año 2050, un tipo anclado en una gigantesca e inhóspita mega-urbe, casi deshabitada, ya que todos los terrestres que pudieron se mudaron a las colonias en otros planetas. En la Tierra queda la lacra, los criminales, los mutantes y los vivos que hacen negocio con la desgracia ajena. De todos modos, Wood aprovecha las posibilidades de esta peculiar ambientación sólo en algunos casos, y pareciera sentirse más cómodo con las convenciones del típico hard boiled, o policial oscuro. En ese rubro, los hallazgos son muchísimos: los casos son complejos, los clientes están perfectamente definidos con un par de pinceladas maestras, y Morgan tiene la actitud perfecta (y unos diálogos geniales) para este tipo de relato. Lo más impactante de Morgan (por lo menos para mi gusto) es su clima sórdido y su “filo” que lo acerca muchísimo a la historieta más adulta, esa que uno no suele identificar con Columba, sino más bien con Fierro, o Skorpio. De hecho, todas las historietas que integran el primer (y lamentablemente único) tomo recopilatorio de Morgan se podrían haber publicado tranquilamente en Fierro o en Skorpio, siempre y cuando les agregáramos la obligatoria escena de tetas al aire. Morgan tiene esa ironía, esa amargura y ese nihilismo típico del comic para adultos de los ‘80 y eso la convierte en una rara gema en la corona de Robin Wood. El dibujo de Mandrafina es excelente, como siempre, pero aquí adolesce de un cierto abuso de los primeros planos. Seguramente, Cacho producía muchísimas páginas por semana y eso exige, entre otras cosas, más cabezas enormes y menos paisajes llenos de detallitos. Pero el fuerte es (como en Savarese, como siempre) la narrativa, la forma en que Mandrafina interpreta a Wood, cómo enfoca, cómo complementa a la perfección los textos del guionista, cómo nos mete en ese futuro espantosamente cercano. Del color y las letras, ya está todo dicho (y es todo horrendo). El resto, un lujo, sin duda. Y ahora sí, no hay más. Pueden pasar por el sitio web de Comiqueando a leer más notas, bajar revistas viejas sin poner un sope en el sector de descargas gratuitas de comiqueandoshop.blogspot.com, comprar la descarga de la Comiqueando Digital nº1 ($ 290, una bicoca), o esperar unos días a que yo lea más material y lo reseñe, acá en el blog.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 08, 2021 11:22

May 1, 2021

26 de ABRIL al 2 de MAYO

Hoy suenan trompetas de gloria, porque tengo TRES libros para reseñar. En realidad es una fanfarria medio falopa, porque son tres libros con muy poco texto, que se leen muy rápido. Empiezo por Spy vs. Spy: Fight to the Finish, una recopilación de 2013 con un montón de historietas de los famosos espías de la revista MAD, todo escrito y dibujado por el glorioso Peter Kuper. Recomiendo repasar la reseña del 24/04/13, porque lo que tengo para decir acerca de este libro se parece mucho a lo que ya escribí en aquella oportunidad. Este tomito se parece mucho al anterior, y sólo tiene sentido leerlo si no tenés para nada presentes las historietas anteriores de Spy vs. Spy. Si te las sabés de memoria, o las tenés más o menos frescas, otra dosis con esta cantidad de páginas, puede parecerte un exceso y hasta terminar con cara de orto, convencido de que estás ante la repetición infinita e innecesaria de una fórmula. Y sí, Peter Kuper encontró una fórmula que le permitió despegarse de la versión clasica de Sy vs. Spy (la del maestro Antonio Phroias) y a la vez conservar el interés por la serie, como para bancarla varias décadas sin aburrirse. Y esto es en parte porque (fiel a su estilo), Kuper busca todo el tiempo cosas nuevas, no tanto en la estructura de los gags, sino más bien en la narrativa, en la forma de organizar en las páginas estas violentas pantomimas de modo que (incluso apegadas a una fórmula inmutable) resulten atractivas al lector. Con eso, más la alucinante calidad de los dibujos, alcanza y sobra para que uno quiera clavarse 100 ó 120 páginas de Spy vs. Spy cada ocho años. También me inyecté una nueva dosis del Súper Ninja Kururo, la gran creación del maestro chileno Marko Torres, cuyo tercer librito salió en nuestro país en 2020. Esta tercer aventura me pareció muy superior a las primeras. Torres se sube la apuesta a sí mismo en el dibujo, que llega a un grado de perfección indescriptible, organiza bien la dinámica del relato para que en 44 páginas pasen más cosas que en las entregas anteriores y sobre todo se suelta mucho más a la hora de los chistes. Acá hay un filo, un picor, una mala leche que quizás no estaba tan presente en las aventuras anteriores de Kururo, como si Torres se propusiera hacer reir a un público un poco más adulto que el que supuestamente compra estas historietas. Y lo logra, ampliamente. Esta es una aventura realmente desopilante, impulsada por personajes abyectos, violentos, codiciosos, inescrupulosos, egoístas y garcas hasta la médula, sin ningún reparo a la hora de mentir, traicionar o eliminar a sus adversarios de modos crueles y violentos. ¿Y se supone que es para chicos? Sí, porque es una historia guiada por la lógica del capricho, con un grado de fantasía y delirio totalmente hipnótico para los chicos, y porque la violencia y la maldad de estos criminales está presentada en un tono festivo, jodón y muy, muy divertido. Esto que empezó como una sátira a los videojuegos de peleas, hoy es algo más grande, más profundo incluso. Torres empezó a jugar cartas más bravas y a reirse del absurdo del mercantilismo extremo, de la ineptitud de las fuerzas represivas, del miedo que imponen los más pesados del hampa y hasta del imperio de Walt Disney. Realmente muy recomendable, no sólo como regalo para hijos, sobrinos, ahijados o mascotas bípedas de entre 7 y 12 años. Y cierro con otro librito de humor, en este caso un recopilatorio de chistes de una única viñeta, que me hizo reir fuerte: el Vol.2 de La Caja, de Esteban Podetti. De nuevo, no es tanto lo que puedo agregar a lo expresado en la reseña del Vol.1 (publicada el 21/06/19), así que sugiero que la repasen. No todos los chistes me parecieron geniales, pero el porcentaje de material increíble es muy alto. Desde el juego de palabras fácil hasta chistes mucho más complejos, que se resuelven con detalles 100% visuales, Podetti despliega un abanico de recursos muy amplio y muy efectivo, sin miedo a jugar al límite de lo ofensivo, ni al límite de la pavada lisa y llana. Humor negro, humor absurdo, humor geek, humor con cierto filo sociopolítico… Podetti no le hace asco a nada a la hora de buscar la risa del lector. Lo bueno es que la encuentra muchas veces, sobre todo cuando exacerba las boludeces cotidianas de la gente de hoy, de su entorno, de su generación. A esta altura, cualquier fan del humor gráfico sabe que tener los libritos de Podetti en su biblioteca es absolutamente imprescindible, con lo cual ni hace falta la recomendación. Simplemente quiero dejar constancia por escrito de lo mucho que me reí con esta selección de chistes (incluso cuando muchos ya los conocía por seguir al autor en redes sociales) y abrirle los ojos a quienes todavía no le dieron una posibilidad. Acá, muchachos, hay un capo que está en un momento tremendo de su carrera, y su ingenio y su talento están ahí, disponibles para quien los quiera descubrir y disfrutar. Imperdible es poco. Ahora sí, nada más. Gracias y hasta la semana que viene.
1 like ·   •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 01, 2021 19:37

April 24, 2021

19 al 25 de ABRIL

Mi consumo de historietas está en niveles bajísimos. Casi todo lo que leo es para investigar acerca de los temas que me toca desarrollar en las notas para el nº2 de Comiqueando Digital, y además descubrí que me divierto mucho corrigiendo y diseñando las notas que mandan mis compañeros. Más que leyendo, incluso. Así en estos días estoy muy volcado a esas tareas, sin descuidar el canal de YouTube y el sitio web, obviamente. Para reseñar acá en el blog, tengo apenas dos lecturas, bastante breves, y ganas de sacar las reseñas con fritas, para volver a sumergirme en el material de la Comiqueando Digital (si leíste el nº1 y te gustó, preparate, porque el nº2 es más zarpado). Empiezo con Neferou le Chat, una de las obras de Carlos Trillo que están inéditas en castellano. Se trata de su única colaboración con el también fallecido Peni (Pedro Penizzotto), aquel recordado dibujante de vasta trayectoria en las revistas de Ediciones de la Urraca y Puertitas, entre otras. La historia tiene como eje el romance entre Alex y Sabine, vecinos que viven uno enfrente del otro en una gran ciudad que podría ser Buenos Aires, Madrid, París o Roma, no importa. Lo importante es que los autores cuentan la historia desde la retorcida óptica de Neferu, el gato de Alex, que está convencido de que todo esto es un diabólico plan de Piñón (el perro de Sabine) para invadir su territorio y eventualmente exterminarlo. Neferu (y el resto de los gatos que componen su grupo de amigos) ven a los humanos como criaturas inferiores, a las que los felinos manipulan para ser atendidos a cuerpo de rey sin dar nada a cambio. Y a los perros como el enemigo, como bestias rústicas y feroces que están ahí para aniquilar a los gatos. Neferu y sus amigos pondrán en marcha un plan demencial para alejar a Alex de Sabine e impedir el desembarco de Piñón al departamento del joven dibujante y su gato. Un plan que involucra a la diosa Bastet y a una pantera que vive en el zoológico, que (varios enredos mediante) va a tener éxito… por un ratito. Estamos frente a una comedia liviana, no apta para todo público porque Sabine y Alex garchan bastante, pero tranqui. Con humor, con fantasía, con algo de acción, con una premisa atractiva por lo extraña y varios momentos que nunca habíamos visto en ninguna otra historieta. El dibujo de Peni es excelente, con un trabajo descomunal en los fondos, siempre con personajes (bípedos y cuadrúpedos) de enorme expresividad y un color impecable (en este rubro contó con la asistencia del gran Darío Brizuela). Neferou le Chat es un único álbum, 46 páginas presentadas originalmente en 2004, y si bien no es una obra maestra ni una lectura indispensable, está muy bien para pasar un rato agradable, con la loca conspiración de los gatos que le pone sorpresa e incertidumbre a la trama romántica del pibe que se enamora (como Oaky) de la vecinita de enfrente. En su Compendio de la Verdadera Historia Universal, el inefable Shintaro Kago pone en juego un típico recurso del humor: recontar eventos históricos conocidos por todos, pero con agregados imposibles, ucronías, o situaciones llevadas al extremo de lo grotesco o lo risible. La consigna no es en absoluto original, pero el resultado, el lugar donde llega Kago partiendo de estas premisas, es totalmente inédito. El libro se compone de 16 historias cortas, todas independientes entre sí excepto la última (y más extensa) que retoma de manera brillante algunas ideas desparramadas por el autor en las 15 historias anteriores. Los personajes y momentos históricos elegidos por Kago nos pasean por Asia, África Europa y América, en relatos donde la realidad sirve como plataforma, como trampolín en el que el mangaka toma impulso y salta al carajo y más allá. Acá no vamos a ver experimentos narrativos, ni rupturas en los aspectos formales de la narración del comic. Pero preparate para ver mutilaciones de pezones, pijas y conchas, decapitaciones, desmembramientos, violaciones, sexo con animales, cerebros que se extraen de los cráneos de personas vivas, una red parecida a la de los teléfonos pero conectada a los penes de miles de hombres que se comunican a través de la orina, un Cristóbal Colón adicto a las redes sociales (en uno de los segmentos más cómicos), un Matthew Perry obsesionado con abrir todo (como la derecha argentina), máquinas imposibles, tetas infladas con un relleno prodigioso, domadores de mosquitos, extraños caballos, y hasta una aparición del propio Kago en un diálogo desopilante con su editor. Un festival del descontrol para estallar en carcajadas, y de paso aprender más de Historia, sobre todo de Japón, China, Mongolia y otros países de los que (acá en Sudamérica) no sabemos tanto. El único “pero” está en el dibujo, ya que Kago nos mezquina un poco de su calidad gráfica, para concentrarse en los guiones, los diálogos, la resemblanza de las figuras históricas y la reconstrucción de las épocas que visita. Se nota un poco que en algunas viñetas no se esmera demasiado, pero está claro que el atractivo de Compendio de la Verdadera Historia Universal pasa por otro lado. Si como yo te estás tratando de armar una Kagoteca grossa, no dejes afuera este tomito. Y nada más, por hoy. Muchas gracias a tod@s l@s que se descargan la Comiqueando Digital de nuestra tienda virtual (https://comiqueandoshop.blogspot.com/) y será hasta el próximo finde.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 24, 2021 13:10

April 17, 2021

12 al 18 de ABRIL

Otra semana de poca lectura, resultado de menos viajes en colectivo (por el tema de la pandemia) y menos horas libres para leer en casa (porque ya es bastante intenso el trabajo para el nº2 de Comiqueando Digital). Aún así, no faltaron lecturas como para cubrir este espacio semanal. Hacía bastante que no leía historieta de Brasil, y me clavé el Vol.4 de Picabu, una antología del 2009 a la que descubrí de casualidad y me llamó la atención por su perfil oscuro, perturbador y a la vez vanguardista y transgresor. Picabu era una publicación independiente, a cargo de un grupo de autores que (me imagino) eran amigos entre ellos, al estilo de lo que fueron publicaciones locales como Catzole o Ultramundo. Y dentro del grupo encuentro (lógicamente) autores que me gustan más y autores que me gustan menos. Me gustaron mucho los dibujos de Rafael Sica y de Carlos Ferreira. También los de Moacir Martins (muy influenciado por las historietas eróticas que hacía Solano López en los ´90) que es el que mejores ideas tiene en materia de narrativa, por lo menos de estos tres. Me impactó con su clima y su ritmo O Homem Sedento, una historieta muda de Leandro Adriano y Nik Neves, realmente atrapante. Y el autor que más me convenció, del que ya me considero fan, es Rodrigo Rosa, un dibujante muy versátil, que me hizo acordar mucho a Matías Bergara por su trazo suelto, dinámico, expresivo y su gran manejo de las expresiones faciales. No sé si en los últimos años Rosa habrá evolucionado a la par de Bergara y alcanzado las mismas cotas de genialidad que el uruguayo, pero acá, en 2009, estaban ahí, cabeza a cabeza. Hay dos historietas de Rosa en la antología: una (A Contagem) está resuelta en muy pocas páginas, con las viñetas muy chiquitas, y la otra (Escándalo), al revés: se toma 14 páginas para contar algo que podría haberse contado en seis, o a lo sumo ocho. Pero como el dibujo es muy bueno, igual se hace muy atractiva. No sé si la antología fue más allá del Vol.4, ni que es de la vida de estos autores hoy, en el 2021. Simplemente me dejé llevar por la imaginación, el ingenio, la osadía y el talento de algunos de estos historietistas, y me encontré con un material desparejo, pero con muy buenos momentos. Momentos de comedia, de mala leche, de delirio, de erotismo, o de experimentación narrativa pura y dura, libre de las ataduras de un guion. Ojalá algún día me encuentre con otras obras, más actuales y más extensas, de Rosa, Neves y el resto de la pandilla de Picabu. Sigo el repaso por las obras de autores argentinos que se dieron a conocer en nuestro país durante 2020 y me encuentro con otra maravilla, otra historieta realmente brillante. El Humano, de Diego Agrimbau y Lucas Varela, tiene un sólo punto criticable: la historia propiamente dicha empieza después entre la página 30 y la 35. Lo anterior es una previa entretenida, pero muy larga y con cero relevancia en el contexto de la trama global de la obra. Son páginas magníficamente dibujadas por Varela, por lo cual uno las disfruta igual, pero podrían tranquilamente no estar, y la historia sería exactamente la misma. Una vez que se termina ese tramo inicial, El Humano despega hacia la estratósfera y explota en una supernova de un fulgor único y sobrecogedor. La historia de Robert y los androides, su misión, su relación con este planeta extraño, el legado de June y todo lo que va a pasar después, son conceptos geniales, hilvanados por Agrimbau con un gran mix entre inteligencia y sensibilidad, buenos diálogos y sobre todo, muchos recursos para sorprender al lector y llevar la historia para el lado menos predecible. Lo que más me impactó es la evolución del personaje de Robert. Agrimbau se agarra del último humano para hablar de toda nuestra especie y lo hace con tanta jerarquía, que lo que podría parecer una aventura de “monos contra robots” cobra visos de tratado filosófico, un espesor dramático formidable y sobre todo una dimensión ética que hace que el rol de “el bueno” se desplace de un personaje a otro, incluso más de una vez. El Humano es una novela gráfica extensa, de gran potencia narrativa y discursiva, por momentos violenta, por momentos intimista, con una arista ecologista y una socio-política que adornan a la perfección la aventura y la machaca. Un trabajo ambicioso por parte de Agrimbau y Varela, cuyos resultados son realmente excelentes. Si les faltaba algo para consagrarse defintivamente como una de las grandes duplas que tiene hoy la historieta mundial, ya está, ya lo consiguieron. La recomiendo muchísimo y la pongo sin ninguna duda en el podio de las mejores historietas publicadas en Argentina durante el año pasado. Y hasta acá llegamos. A seguir cuidándose mucho, así nos reencontramos lo más enteros que se pueda el finde que viene, acá en el blog. Ah, si les falta material de lectura para bancar las noches de encierro, no dejen de pasar por https://comiqueandoshop.blogspot.com/, donde los esperamos con descargas gratuitas y el demoledor nº1 de Comiqueando Digital, 208 páginas repletas de información y entretenimiento, que se puede descargar por míseros $ 290.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 17, 2021 10:06

April 10, 2021

5 al 11 de ABRIL

Otra semana en la que me pude liquidar sólo dos libros, pero uno es un brutal masacote de 432 páginas. Dicha bestialidad incluye los 16 números de la única serie regular que protagonizó Zatanna (justo antes del reboot de DC de 2011), más una historia corta de un especial de Halloween, más Everyday Magic, aquel extraño (escaso y muy cotizado) prestige que había salido en Vertigo allá por 2003. No entendí bien con qué criterio se decidió que esa publicación fuera de Vertigo y no de DC… tal vez para que pudiera aparecer John Constantine, que en aquel entonces no interactuaba con los superhéroes del DCU… Lo cierto es que ni Everyday Magic ni nada de lo que escribió Paul Dini para la serie regular me pareció demasiado notable. Está bien, es entretenido, demuestra cariño por el personaje y un cierto respeto por su larguísima historia, pero no hay esos giros, o esos desarrollos que te parten la cabeza y te dejan con la intriga de “cómo no se le ocurrió antes a ningún otro guionista”. Creo que el arquito que más me gustó fue el del titiritero malvado, y después me pareció bastante interesante un unitario escrito por Derek Fridolfs, en el que Zatanna no puede usar sus cuerdas vocales, lo cual la deja prácticamente sin acceso a sus poderes mágicos. Todo lo demás, va de lo aceptable a lo flojito, con varias escalas en obviedades y lugares comunes. Y además Paul Dini (que pareciera ser el principal argumento de ventas del libro) desaparece en un momento de la serie regular sin resolver nunca el plot del regreso de Brother Night, un intento frustrado por crearle algo así como un archienemigo a la hija de Giovanni Zatara. Al final, queda la sensación de que la serie se disolvió, se fue esfumando de a poco y ya al final DC la publicaba sólo para no cancelarla un par de meses antes del relanzamiento de toda la línea heroica de la editorial. Probablemente lo mejor que tiene la serie es que es totalmente reader-friendly y 100% autocontenida, es decir, no le meten crossovers con otras colecciones, ni requiere ninguna lectura previa para entender lo que pasa. En ese sentido, si no fuera por la constante rotación de autores, casi parecería un comic independiente de los años ´80. Entre los muchos dibujantes que meten mano en esta ingente cantidad de páginas, me quedo con Jesús Saiz, y sobre todo con Cliff Chiang, que es el único que parece no participar del concurso “a ver quién dibuja a la Zatanna más tetona”. Entre los demás, hay mejores y peores, pero ninguno me llamó demasiado la atención, más allá de este detalle de llevar a límites insospechados el tamaño del busto de la protagonista, como si estuvieran trabajando en Playboy o Penthouse y no en DC. Para ser justos, Rick Mays (el dibujante de Everyday Magic) tampoco se anota en esa gilada, pero la verdad que no es un trabajo muy logrado por parte de aquel autor que alguna vez supo fusionar muy bien rasgos del mainstream yanki y el shonen japonés. El libro resulta recomendable sólo para los muy fans de Zatanna que no hayan coleccionado la serie regular, o que nunca hayan podido conseguir el esquivo Everyday Magic. Y la verdad que, si le van a poner semejante cantidad de páginas adentro a un tomo, le tendrían que agregar un poco de gramaje a las cartulinas de la portada, así no se doblan ni se abollan por el propio peso del papel interior. Y me vengo a Argentina, año 2020, para leer una breve pero muy hermosa historieta de Chanti, apuntada al público infantil, y titulada Quiero Ser Yo. En menos de 48 páginas, Chanti despliega una aventura que además funciona como una alegoría bastante explícita en contra de los mandatos sociales y familiares que condicionan las vidas de los chicos y adolescentes. El autor mendocino nos habla de las infinitas posibilidades que cada uno va a encontrar a medida que crece, para darle a su vida la orientación y el destino que cada uno elija, sin más límites que lo que uno quiera ponerse y sin más brújula que las propias pulsiones, pasiones o intereses que se manifiesten en cada persona. Es una aventura sin buenos ni malos, donde hay conflicto, y donde el hilo argumental se apoya en la exploración de un mundo que despliega una cantidad de opciones inmensa ante los ojos de los jóvenes protagonistas. Básicamente, es la aventura de crecer y elegir, adornada con momentos de humor y ternura muy logrados. El dibujo, la narrativa y el color son maravillosos, y además siempre es un placer verlo a Chanti salir del retrato de la cotidianeidad para volar con la imaginación e inventar todo un planeta poblado por criaturas fantásticas e imposibles. Este es un librito para quedar como un archiduque con nenes y nenas de hasta 9-10 años, y de paso pegarle una leída (no toma más de 15 minutos) y sentir una caricia en el alma sumamente reconfortante. Lo recomiendo muchísimo y lo sumo a la lista de los muy buenos libros publicados en nuestro país el año pasado. Y esto es todo por hoy. Nos reencontramos el finde que viene con nuevas reseñas, acá en el blog. Ah, si están guardados por el tema de la segunda ola del COVID y se aburren en sus casas, pasen por https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y descarguen el nº1 de Comiqueando Digital, o las revistas antiguas que subimos al sector de descargas gratuitas de la tienda virtual.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 10, 2021 15:36

April 3, 2021

29 de MARZO al 4 de ABRIL

Otra semana de pocas lecturas, porque con el tema de los feriados de Semana Santa me moví poco de casa, y últimamente estoy leyendo más en los viajes en colectivo y subte que en casa. Empecé con un comic editado simultáneamente en varios países de Europa a fines de 2019: El día de Tarowean, también conocido como el Vol.15 de Corto Maltés, y tercero a cargo de la dupla integrada por los españoles Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero. Para esta ocasión a los autores se les ocurrió escribir la previa a La Balada del Mar Salado, es decir, a responder cómo y por qué Corto Maltés llega a esa situación extrema en la que lo encontramos al inicio de aquella mítica historieta realizada por Pratt a partir de 1967 para la revista Sgt. Kirk. Y no sólo lograron empalmar perfectamente con La Balada (y echar luz a aquellos misterios que Pratt se guardaba para explicar andá a saber cuándo) sino que además redondearon una excelente aventura, sin duda la mejor de las tres que publicaron hasta el momento. El día de Tarowean tiene todo lo que tiene que tener un buen álbum de Corto Maltés: una ambientación exótica, roscas entre garcas de distinta magnitud que se quiere quedar con más poder del que tiene, el incentivo medio etéreo de algún beneficio económico para el protagonista, que siempre se verá eclipsado por otro tipo de valores menos tangibles pero más nobles, un buen conflicto que dé pie a escenas de acción y aventura, algún romance que se insinúa pero no se llega a concretar o se encamina rápidamente al fracaso, diálogos ingeniosos, silencios elocuentes y (una regla con la que en algún momento Pratt se limpió el orto) una trama 100% verosímil, sin elementos fantásticos. Esta además tiene un final horrible, porque desde el principio sabemos que a Corto lo van a cagar y va a terminar en esa situación tan precaria, de la que obviamente va a zafar… en la aventura cronológicamente posterior que (como ya mencioné) es nada menos que Una Ballata del Mare Salato. No sé si en algún pasaje de El día de Tarowean fui mucho más feliz que en la primera lectura de alguna de las obras de Pratt de su período más glorioso (1967-80) pero la pasé realmente muy, muy bien. La aventura y el clima me envolvieron y los diálogos de Díaz Canales y el dibujo de Pellejero me pusieron el moñito y me dejaron listo para regalo. Visualmente esto es maravilloso. Está todo el tiempo presente el fantasma de Pratt, el hilo conductor de la faz gráfica es (lógicamente) el estilo del Tano, pero además Pellejero mete cosas de su propio estilo, y de otros maestros del claroscuro, como José Muñoz, Oswal o Eduardo Risso. El resultado es una hermosa actualización de la fórmula prattiana, que respeta a muerte la tradición gráfica de esta serie y además se anima a explorar un poquito de esos otros mundos que habitan los pinceles de esos otros monstruos de la historieta. Esta sintonía entre “clonar al Tano” y darnos los frutos de su propia cosecha también es algo que Pellejero ha ido perfeccionando con el correr de los álbumes y que se agradece muchísimo. La verdad que me animo a recomendarle El día de Tarowean a cualquiera que haya leído La Balada del Mar Salado, lo cual es más o menos lo mismo que decir “a cualquiera que sea fan de Corto Maltés”. Si La Balada… no te hace fan del personaje, nada lo hará. Y si cuando la terminás necesitás con urgencia otra dosis, acá Díaz Canales y Pellejero te ofrecen una que complementa de modo magistral la seminal novela de Hugo Pratt. Me vengo a Argentina, año 2020, para reencontrarme con la dupla integrada por Cristian Blasco y Pablo Burman, un guionista y un dibujante de los que ya vimos otras obras acá en el blog (11/12/16 y 27/08/18, por ejemplo). Esta vez los autores firman una novela de casi 100 páginas llamada La Bruja de Toska, que debe ser su colaboración más extensa. Se trata de una aventura pura y dura, con elementos de misticismo, misterio y (como ya es costumbre en las historias que abordan la caza de brujas) un mensaje muy claro y potente respecto de las distintas formas en las que las sociedades etrógradas ejercen la violencia contra las mujeres. Blasco ofrece un guion de mucha intensidad, que te hace sentir que todo el tiempo están sucediendo cosas grossas, aunque de hecho no sean tantas las cosas que suceden. Pero hay recursos muy logrados para que vos vivas cada página de La Bruja de Toska a flor de piel: la ambientación, la construcción de la protagonista y los secundarios, los diálogos, los momentos que elige el guionista para calzar los flashbacks… Todo eso contribuye a esa sensación de “aventura a todo o nada” que te caza de la garganta en las primeras páginas y te suelta recién al final. Un final que además está muy bien, porque no es ni obvio ni caprichoso, sino producto de una curva dramática muy bien lograda que lleva a la hermana Rita de un punto A muy atractivo hacia un punto B más que satisfactorio. Con el dibujo de Burman me pasó lo mismo que en las obras anteriores de este autor: me gusta que sea extremo, que se vaya al carajo todo el tiempo, que le cante quiero retruco a los planteos más vanguardistas de Carlos Nine, Philippe Druillet o Ted McKeever, y creo que sus saltos mortales no impiden disfrutar de la trama. Pero también creo que este tipo de guiones más clásicos, más lineales, más “aptos para todo público” van mejor con otro tipo de estéticas, con dibujantes cuyo grafismo no requiera tanta decodificación por parte del lector, sino que se apoye un poco más en lo que éste ya conoce y ya entiende de una, instintivamente. Al lado del dibujo de Burman, el guion de Blasco parece “careta”, fácil, como si le diera la papilla ya masticadita al lector. Y no lo es, ni en pedo. Por eso me parece que hubiese funcionado mejor con otro tipo de dibujo. Por ahí con un claroscuro bien fuerte tipo Mike Mignola, o por ahí con un abordaje más clásico onda Enrique Breccia… No sé, se me ocurren varias alternativas. Pero también me doy cuenta de que Blasco y Burman se entienden muy bien y se saben potenciar el uno al otro. Si no te jode el dibujo barroco, sobrecargado, con varias técnicas de entintado mezcladas y una tendencia descontrolada hacia el expresionismo más grotesco, en La Bruja de Toska vas a encontrar una muy buena lectura, que trasciende la aventura para aportarte algo más. No mucho más, por hoy. Gracias por el aguante, gracias a todos los que descargan la Comiqueando Digital de https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y nos reencontramos el próximo finde con nuevas reseñas, acá en el blog.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 03, 2021 16:49

March 27, 2021

22 al 28 de MARZO

Vamos cerrando el primer trimestre, y me toca hacerlo con otra semana de poquitas lecturas, porque le estoy metiendo horas también a la literatura, que la tenía un poquito abandonada. Y necesito tiempo también para leer textos sobre historietas que tengo ahí, pidiendo pista. Arranco en Argentina con la antología Fantástica Violeta, publicada en 2020. Se trata de una colección de historietas breves centradas en la temática de género, con una mirada claramente feminista. Y a pesar de mis esfuerzos, no la pude leer entera. Varias de las historietas me resultaron absolutamente impenetrables, ya sea porque el dibujo me pareció abominable, o porque la tipografía me pareció ilegible, o porque la narrativa me pareció catastrófica. Hecha esa aclaración, me embarco en un repaso (parcial) del material que ofrece el libro. “Gorda”, de Alejandra Benz y Malena Guerrero, es una historieta aceptable, que se podría haber publicado sin mayor inconveniente en cualquier fanzine de los ´80 o ´90. En un libro cheto, con muchas páginas a todo color y un diseño precioso, desentona un poquito. Pero no es un desastre. “Tatuaje” de Paula Sosa Holt no tiene la intención de contarnos nada ni plantea ningún tipo de conflicto, pero los dibujos están muy bien. Por el contrario, “La Nona”, de Angie Cornejo, muestra unas limitaciones muy notables en el dibujo, pero se juega a contar una historia fuerte, con varios recursos bien empleados para conmocionar y emocionar al lector. Le sigue “Afuera es Carnaval”, donde la guionista Paula Ferraro cuenta una historia autobiográfica bastante bien lograda, y la dibujante Lucía Vera le suma unas imágenes muy bellas, con mucho vuelo, que casi nunca se ponen al servicio del relato, pero aún así muestran un nivel encomiable. La mejor historieta del libro, para mi gusto, es “Soñar el Género”, escrita y dibujada por Rouse en un estilo minimalista realmente exquisito. Se nota que ahí hay alguien que sabe lo que quiere contar, que maneja el timing del relato, que entiende cómo potenciar sus ideas con sus dibujos y con la puesta en página. Estoy atento a futuros trabajos de estx chique. “La Entrega Final”, de Juana de Marco, no me interesó en lo más mínimo, pero el dibujo tiene su indudable encanto, por eso la quería mencionar. Y las dos últimas historietas también están muy bien: Estrella Mergá la rompe con la osada “Odisea en el Orgasmo” y Pepita Sandwich baja la línea correcta (y dibuja bárbaro) en la muy breve “Tigresa”. El resto, realmente impublicable. Pero bueno, me doy cuenta que el criterio para incluir o no las historietas en este libro no es el que uno aplicaría, sino que la cosa va para otro lado. Vamos con otra antología, en este caso publicada por DC en 2017, cuando se celebraron los 100 años del nacimiento del glorioso Jack Kirby. Acá el maestro Mark Evanier (quien fuera asistente de Kirby en los ´70) ofrece anécdotas y datos poco conocidos vinculados a las creaciones del Rey para DC, en aquellos ajetraedos años 1970-75, en los que la incontenible imaginación del prócer se volcó de lleno a generar conceptos para la editorial de Superman y Batman. Como pasa con el material de Kirby de los ´70, en este 100th Celebration Collection es mucho más fácil encontrar dibujos gloriosos que guiones legibles. Veamos qué se puede rescatar. El guion de Reginald Hudlin para la aventura que comparten Shilo Norman y el Black Racer es una falta de respeto: una trama que es la nada misma, salpicada con data acerca de la historia de estos dos personajes bastante ignotos dentro de la cosmogonía de DC. Por suerte dibuja Denys Cowan y hay varias páginas entintadas por Bill Sienkiewicz. El propio Evanier escribe una historia centrada en Darkseid y sus súbditos, que está bastante bien redondeada, y dibujada por pilas por Scott Kolins. Después hay una historia muy breve protagonizada por OMAC, muy bien dibujada por Phil Hester, sobre un guion de Paul Levitz cuyo mayor mérito son sus escasas pretensiones. Keith Giffen y Dan DiDio son los encargados de contar una aventura en la que se encuentran el Manhunter clásico y el Sandman de la Golden Age, una pelotudez que se hace larga a fuerza de un argumento débil y unos diálogos que suenan extemporáneos y ridículos. Salva las papas Mark Buckingham, que la rompe en el dibujo. Sam Humphries tiene a su cargo un breve relato protagonizado por Demon, que no esá mal, y que brilla gracias al talento infinito de un Steve Rude inspiradísimo. La segunda mitad abre con una historia aburridísima en la que Orion y Lightray se machacan contra Kalibak, escrita y dibujada por Shane Davis. Le sigue una muy cortita del maestro Walt Simonson, también con Orion, sin grandes ideas pero con bastante ritmo y un dibujo acojonante. El glorioso Howard Chaykin toma a las dos pandillas adolescentes más famosas de Kirby (la Newsboy Legion y los Boy Commandos) y arma con eso una historieta 100% personal, al punto que creés que a esos personajes los inventó Chaykin, no Kirby. Dibujo y diálogos maravillosos, y argumento dentro de todo aceptable en un punto alto del tomo. Y finalmente le toca el turno al Sandman de los ´70, Garret Sandford, que protagoniza dos historietas bastante buenas, ambas jugadas a la emoción del homenaje a Kirby por parte de los autores actuales. La primera está a cargo de Dan Jurgens y Jon Bogdanove, que creo que nunca dibujó mejor que en estas páginas (seguro que nunca lo colorearon mejor). Y la segunda es obra de Steve Orlando y Rick Leonardi, y también me gustó, es un cierre muy digno para el tributo a ese titán del lápiz que tanto le aportó al Noveno Arte. Por ahí cuando se cumplan los 200 años del nacimiento del Rey, Marvel hace algo parecido a esto, en cuyo caso les pido que levanten un toque la puntería con los guiones. Y hasta acá llegamos. Nos reencontramos el finde que viene, en plena Semana Santa, con nuevas reseñas acá en el blog. Gracias por el aguante y si quieren saber mucho más sobre Jack Kirby, su vida y su obra, no dejen de descargar (por míseros $ 290) el nº1 de Comiqueando Digital, que está disponible en https://comiqueandoshop.blogspot.com/
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 27, 2021 09:41

March 20, 2021

15 al 21 de MARZO

Otra semana de escasas lecturas, ya que le dediqué muchas horas a participar en notas y entrevistas en distintos medios, para promocionar el lanzamiento de la Comiqueando Digital. Ojalá muchos de ustedes la hayan descargado de https://comiqueandoshop.blogspot.com/, y a los que todavía no lo hicieron, les pido una vez más que hagan ese mínimo esfuerzo, que será ampliamente recompensado por muchas horas de excelente lectura. Empezamos en Argentina, año 2020, cuando se publica Welcome to the Machine, una novela gráfica escrita por Juan Bertazzi (fanático de ponerle a sus obras los títulos en inglés) y dibujada por Gabriel Rearte. Se trata de una historia de ciencia-ficción con mucho componente socio-político y muchas referencias a Rogers Waters y Pink Floyd. Me da toda la sensación de que los autores pensaron la obra como una miniserie de cuatro episodios para el mercado de EEUU, porque cada 24 páginas hay cortes muy marcados, e incluso algunos cliffhangers que le ponen impacto a esos cortes y a la vez no tienen una relevancia real en términos del desarrollo global de la trama. Son esos típicos cliffhangers engaña-pichanga que ponen los guionistas yankis para que creas que tu vida no tiene sentido si no leés pronto el siguiente número de la serie, o miniserie. Lo que más me gustó del guion de Bertazzi es la evolución de Gabriel, el protagonista, que es bastante extrema y a la vez muy coherente. El mundo en el que transcurre la historia está muy bien pensado, pero sobre-explicado. Son muchas páginas recontra-cargadas de texto, que exploran minuciosamente esta realidad distópica como si la aventura fuera a durar 15.000 páginas, no 96. Me pareció que eran buenas ideas que se podrían haber presentado de manera más dinámica, en una de esas a lo largo de más páginas. Y el conflicto más fuerte, el que motoriza sobre todo la segunda mitad de la obra (una vez que Bertazzi termina de presentarnos el contexto socio-político, económico, tecnológico, ecológico, etc.) está bien, va para el lado de The Man Who Was Thursday, la gloriosa novela de G.K. Chesterton que nunca está de más recomendar. A cargo del dibujo me encuentro como de costumbre con un Gabriel Rearte sobrio, correcto,también muy alineado con una estética de mainstream yanki, sin asumir riesgos ni saltos al vacío ni en el dibujo ni en la narrativa. No noto que haya un mayor esfuerzo ni más ganas de lucirse en aquellas páginas (no demasiadas) en las que el texto en vez de abundar, escasea. Es como que Rearte entendió que las reglas del juego eran esas, y jugó de la misma manera a lo largo de toda la obra. No está mal. Welcome to the Machine no tiene ni pifias notables ni esos momentos de gloria en los que no podés creer lo que estás leyendo de tan genial que es. Aprueba tranquila, pero sin descollar. Salto a Japón, a 1972-73, cuando Yoshihiro Tasumi produce a lo bestia breves historias urbanas que retratan el lado B de esa veloz y definitiva expansión económica que vivía la isla del Sol Naciente. Felizmente el sello Gallo Nero retomó la senda iniciada hace muchos años por La Cúpula, y en este tomo llamado Pescadores de Medianoche compila nueve de esos relatos creados por este maestro indiscutido del gekiga. Son historias de perdedores, pajeros, putas, timberos, ladrones de poca monta, oportunistas en busca del mango fácil en la jungla de cemento, cazadores de sueños imposibles que por un minuto creen que le van a ganar a un sistema que se los va a comer crudos a todos. El dibujo es siempre excelente, con la alquimia perfecta entre el realismo que requiere la ambientación urbana y esa soltura, esa plasticidad, esa síntesis típica de los grandes mangakas clásicos. Tatsumi va a fondo con las expresiones y con los climas, sobre todo cuando estos son sórdidos, agobiantes, desoladores. Y los guiones… hay de todo. Algunos son anécdotas redonditas, bien cerradas, otras son historias que se diluyen, como las de la gente común, y otras (pienso en Apropiación Indebida) podrían ser el disparador, el primer capítulo, de una excelente novela gráfica… que no existe. Dentro de este universo de borrachos, yiros y violadores también hay margen para el amor y para el humor, no como recontra-mearse de risa, pero sí para distender un poco con tonos más cercanos a la comedia, como el de El Amanecer del Porno. Sorprende también El Palacio de la Mujer, porque es la única historia que incorpora elementos de ciencia-ficción, algo poco común en la obra de Tatsumi. De todos modos, lo principal de esa historia es su vuelo poético, su discurso metafórico y su clima crepuscular, sumamente emotivo. Hacía muchos años que no leía mangas de Yoshihiro Tatsumi y fue un verdadero placer reencontrarme con este prócer y vivir estas historias jodidas y cercanas, reales y urgentes, amargas y zarpadas. Muy recomendable, de verdad, para cualquier fan de la historieta para adultos de fuerte perfil autoral y sin concesiones. Y hasta acá llegamos esta semana. Nos reencontramos el finde que viene, con nuevas reseñas acá en el blog.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 20, 2021 16:32

March 13, 2021

8 al 14 de MARZO

Otra semana en la que leí muy poco, porque estoy a full con el tema de la Comiqueando Digital, sobre todo concentrado en la difusión en los distintos medios de habla hispana. La revista está realmente increíble y, como les dije la semana pasada, estaría muy bueno que tod@s l@s que durante mil años disfrutaron de los contenidos gratuitos que ofrecemos tanto acá como en YouTube y en el sitio web de Comiqueando, hicieran el ínfimo esfuerzo de entrar a https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y comprar el nº1 de la revista, o suscribirse a los cuatro números que van a salir este año. No tengo dudas de que es un esfuerzo que se va a ver ampliamente recompensado por el material que se van a encontrar en esas brutales 208 páginas. En cuanto a las lecturas, empiezo en EEUU, año 2016, cuando Image lanza el primer TPB de Black Magick, una serie escrita por el maestro Greg Rucka y dibujada por la hermosa australiana Nicola Scott. Me llamó muchísimo la atención la diferencia de calidad entre estre trabajo de Scott y lo que suele hacer cuando dibuja comics de superhéroes en DC. Acá hay un cuidado muy, pero muy superior en todos los detalles: decorados, paisajes, ropa, peinados, escenas multitudinarias, expresiones faciales… Menos la puesta en página, que es muy clásica y no muestra la menor intención de inventar cosas nuevas, en todo el resto el dibujo de Scott levanta un vuelo que nunca había visto en sus otros trabajos. Ayuda mucho el hecho de que toda la historieta esté pensada en tonalidades de grises, con esas irrupciones cromáticas que coinciden con ciertos momentos clave de la trama. En ese manejo de los grises también, Scott me sorprendió muy gratamente. Visualmente este es un comic muy interesante, muy original y realmente muy logrado. El guion, sin ser la maravilla absoluta del Noveno Arte, está muy bien. Todo gira en torno Rowan Black, una chica que trabaja como inspectora de policía en Portsmouth, pero además tiene una vida secreta como integrante de un aquelarre de brujas posta. No es una farsa, ni un chamuyo New Age, ni nada: son mujeres que dominan la magia negra y que pueden hacer cosas que en el mundo real en el que se ambienta la serie parecen imposibles. Con ese elemento fantástico, muy bien dosificado a lo largo de los cinco episodios que incluye el TPB, Rucka le agrega tensión y suspenso a algo que si no, podría parecer un remedo de Gotham Central con personajes menos queridos por los lectores. Por suerte no se queda en eso y además de transpirar la camiseta para que Rowan nos caiga bien, el guionista arma un laberinto sobrenatural bastante sutil, para nada obvio, que la portadora de la chapita y la reglamentaria deberá recorrer para salvar el pellejo, y seguramente algo más. No tengo los tomos siguientes, pero la lectura de este Vol.1 me convenció como para querer leer más Black Magick. Salto a Argentina, plena pandemia de 2020, cuando se publica Feliz, el tercer libro de Roberto, un tipo de mierda, la creación de Marcelo Dupleich cuyas entregas anteriores vimos el 15/10/18 y el 30/07/19. Esta vez, para el cierre de la trilogía, Dupleich opta por contar una historia extensa en lugar de varios relatos breves hilvanados por la aparición de Roberto y algún otro personaje. Feliz se puede considerar tranquilamente una novela gráfica, breve, porque no son muchas páginas y en cada una hay pocas viñetas, pero novela gráfica al fin. De nuevo se repite el problema de la gran cantidad de páginas sin historieta con las que Dupleich infla artificialmente un libro que podría ser bastante más flaquito, sin sacrificar ninguno de los contenidos que nos interesan a los que nos acercamos a los libros para leer historietas. El resto, muy parecido a lo anterior: una estética feista, muy jugada al impacto que produce el blanco y negro extremo, una puesta en página donde predomina el apilado de dos viñetas grandes sobre fondo negro, sin zanjas y sin bordes para las viñetas, diálogos muy afilados, con un humor negro y revulsivo, a tono con un argumento que nos propone (una vez más) el descenso a las fosas de la abyección moral más neuseabunda. En esta última entrega Roberto ya no es sólo un crápula o un garca sin escrúpulos: es lisa y llanamente un criminal. Y probablemente el principal logro de Dupleich sea que aún así nos caiga bien, y nos guste verlo salir impune de las fechorías que comete. Destaco también un elemento bastante importante dentro de la faz gráfica, que son esas tomas de Mar del Plata en las que Dupleich parte de una foto y llega a imágenes mucho más realistas que las de los personajes, muy bien logradas y bien incorporadas a la estética general de la obra. La saga de Roberto es transgresión pura, en todos los sentidos en los que una historieta puede ser transgresora. Desde los chistes de pedofilia y zoofilia hasta un planteo visual y narrativo totalmente personal, sin olvidar ese criterio tan extraño con el que se decide cuántas páginas ocupa la historieta dentro de las 84 que ofrece el libro. Y hasta acá llegamos. Gracias y hasta la semana que viene.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 13, 2021 10:21

March 6, 2021

1 al 7 de MARZO

Nuevo mes y nuevas lecturas, que procedo a comentar de manera muy sintética. Leí el Vol.4 de Las Águilas de Roma, la gran saga histórica de Enrico Marini. Es un tomo espectacular, donde los conflictos avanzan hasta el punto en el que la resolución queda ahí, a la vuelta de la esquina, y no le queda más remedio que ser explosiva y demoledora. Seguramente lo comprobaré cuando consiga el Vol.5, cosa que todavía no sucedió. El único problema que le veo a este álbum es que, de verdad, si no leíste los anteriores no hay forma de que entiendas NADA. Hay una breve síntesis del argumento antes de la primera página, pero es la nada misma y supongo que el que entra a la historia conociendo sólo esa síntesis, también se sentirá prácticamente en bolas. El resto, todo maravilloso. El desarrollo de los personajes, el aprovechamiento que hace Marini de las circunstancias históricas, el equilibrio entre la acción y las escenas más tranquilas (que incluyen rosca política, romance, sexo, dramas familiares, etc.) y por supuesto el dibujo, están a un nivel inmejorable. Excelente trabajo de este autor suizo hijo de italianos que dejó todo en esta serie. Si el quinto y último tomo no es un bochorno impublicable, Las Águilas de Roma pasará a la historia como una obra maestra de la aventura histórica. Salto a Argentina, año 2020, y me encuentron una nueva aventura de El Ultimo Recurso, titulada Un Cuento de Navidad. Venía muy bien predispuesto, porque allá por el 28/11/19 había leído la primera entrega de esta serie creada por Lubrio y Kundo Krunch y me había gustado mucho. Esta segunda aventura está al mismo (y muy destacable) nivel que la primera, y hasta creo que un poquito por encima. Me atrapó la aventura, me gustó mucho la forma en que los autores se las ingenian para indagar un poco en el pasado y en la personalidad de los distintos personajes y por supuesto me reí muchísimo con los chistes y los diálogos, repletos de guarangadas y retruques de exquisita mala leche. Me encanta ver a Lubrio desencadenado, con libertad y osadía para joder con temas ásperos e invitarnos a reirnos de cosas horribles, que deberían causarnos estupor. Y me fascina intuir que hay un plan a largo plazo, que cada una de estas excelentes aventuras es un pedacito de un mosaico más complejo, realmente interesantísimo. El dibujo y el color de Kundo están igual de bien que en la primera entrega de El Ultimo Recurso, y en todo caso noto una mejora en la planificación de la secuencia, como si el marplatense fuera encontrando un pulso narrativo propio más jugado, más canchero como para probar cosas nuevas. Recomiendo muchísimo este libro, recomiendo también el primero y espero con ansias más historietas de estos personajes, en lo posible editadas por Libera la Bestia, que lo hace realmente muy bien. Y ahora sí, algo MUY importante. Estamos iniciando un nuevo proyecto, llamado Comiqueando Digital. Se trata de una nueva iteración de la mítica revista de información sobre historieta y dibujo animado (que no se publica en papel desde la primavera de 2011), ahora en formato digital, con periodicidad trimestral y un nº1 que ofrece más de 200 páginas de material 100% inédito. Me tocó capitanear un equipo impresionante, del que forman parte también Diego Accorsi, Mariela Acevedo, Ignacio Alcuri, Ariel Avilez, Roberto Barreiro, Caba, Martín Casanova, Sebastián De Caro, Daniel Divinsky, Norman Fernández, Lucas Ferrero, Fernando “Dr. Sax” Festino, Luis Gantus, Fernando Ariel García, Javi Hildebrandt, Marcelo Iglesias, Hernán Khatchadourian, Francisco Lobo, Juan Navarrete, Grisel Pires Dos Barros, Gonzalo Ruiz, Laura Vázquez y Fede Velasco. La revista ofrece 10 nuevas secciones y –entre otros- artículos acerca de Jack Kirby, Mort Cinder, Kimetsu no Yaiba, Benjamin Marra, Largometrajes de Animación Argentinos, cowboys europeos y editoriales míticas como Novaro, Columba, Charlton o E.C. Comics. Además, agregamos códigos QR para acceder a contenidos audiovisuales exclusivos. La revista se puede descargar en .pdf o .cbr por sólo $ 290 en https://comiqueandoshop.blogspot.com/ También se puede comprar a sólo $ 1000 la suscripción a los cuatro números previstos para 2021. Nuestra tienda virtual incluye además un sector de descargas gratuitas con números de las etapas anteriores de Comiqueando. Nunca les pedimos nada, hace mil años que brindamos todos los días contenidos gratuitos en este blog, en el sitio web de Comiqueando, en el canal de YouTube… No hace falta subrayar demasiado esto, porque ustedes ya lo saben. Esta vez les pedimos que apoyen la Comiqueando Digital, que es muy barata y trae TONELADAS de material alucinante, a cargo de un equipo repleto de referentes grossísimos. Se puede comprar y descargar desde cualquier lugar del planeta, y cualquiera que sepa leer castellano la puede disfrutar de punta a punta. Mil gracias y los esperamos en https://comiqueandoshop.blogspot.com/ Yo vuelvo la semana que viene con nuevas reseñas, acá en el blog.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 06, 2021 07:49

Andrés Accorsi's Blog

Andrés Accorsi
Andrés Accorsi isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Andrés Accorsi's blog with rss.