Álvaro Bisama's Blog, page 154
June 13, 2017
Corbyn
LA ESTRECHA derrota del Partido Laborista frente al Partido Conservador en las recientes elecciones en el Reino Unido representa un éxito para los laboristas, especialmente, para su líder Jeremy Corbyn y su proyecto de volver a domiciliar a su partido en la izquierda. No se trata de un “triunfo moral” sino de un verdadero logro político, pues ha mostrado la viabilidad electoral de un programa alternativo a las recetas neoliberales y de austeridad, consolidando a Corbyn como líder del laborismo en esta etapa y cerrando el ciclo de la “Tercera Vía”, cuyos partidarios lo habían declarado “inelegible”.
Desde fines de los 70, el socialismo europeo comenzó a perder elecciones con su tradicional ideario, entonces decidió cambiarlo y comenzó a ganar elecciones con las ideas de sus adversarios (no en vano Thatcher dijo que su mayor logro era Tony Blair). Luego, ocurrió algo más patético: comenzó a perder elecciones defendiendo las ideas ajenas. A esas alturas no solo había perdido su identidad -la máscara se había convertido en rostro- sino también a sus electores. Un reciente estudio señala que en España hoy un 40% de los trabajadores no votaría nunca al PSOE (complejo desafío le espera a Pedro Sánchez); el ultranacionalismo de Le Pen en Francia ganó en barrios obreros en los que antes lo hacían los comunistas; Trump triunfó gracias al voto de la clase trabajadora blanca; y en el Brexit fue decisivo el voto de antiguas zonas industriales precarizadas por la globalización.
El proyecto de Corbyn resultó, al final, el menos utópico y el que mejor estaba leyendo la realidad: la crisis económica de 2009 había dejado al descubierto las grietas de una globalización ultraliberal cuyos costos materiales y de expectativas frustradas lo estaban pagando las clases trabajadoras y medias. Las formas del trabajo habían mutado, pero el mayoritario mundo del trabajo asalariado no había desaparecido y venía sufriendo recortes en sus derechos sociales, endeudamiento y servicios básicos cuya privatización se había traducido en mayores costos para las personas y en precarización de su calidad. En ese contexto social, los socialdemócratas europeos se habían instalado en las lógicas de los ganadores de la globalización -y de paso en sus modos de vida- olvidando a los perdedores y excluidos, y abandonando a su base social y electoral de apoyo.
El otro gran logro de Corbyn ha sido, sin duda, su conexión con los jóvenes -en una inédita alianza de abuelos y nietos- los que mayoritariamente votaron al laborismo y han ingresado a militar masivamente al más que centenario Partido Laborista. Hay en ello una búsqueda de autenticidad y de coherencia ética que los jóvenes han visto en este veterano líder, reconociéndolo como alguien confiable en tiempos de desconfianza. Un ejemplo de que los históricos partidos de izquierda pueden ser también un instrumento -si hacen las tareas a tiempo – para vivir, procesar y encauzar esta etapa de crisis de representación política y de búsqueda de un orden global y nacional posneoliberal.
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Los desafíos de transporte público en Santiago
En estos días se anunció el trazado de la nueva Línea 7 del Metro de Santiago. Este anuncio fue largamente esperado y ayudaría a paliar la sobre carga que actualmente sufre la Línea 1. Tiene la ventaja de incorporar a comunas que hoy no cuentan con el servicio, como son Renca, Cerro Navia y Vitacura. De esta manera avanzamos en la construcción de una red de Metro que se pueda convertir efectivamente en el “eje estructurante” del sistema de transporte público de Santiago.
Sin duda, la incorporación de esta nueva línea mejorará la calidad de vida de un gran grupo de santiaguinos. Se calcula que los tiempos de viaje entre Renca y Vitacura podrían disminuir a la mitad o menos. Si consideramos que la calidad de vida se puede medir en parte por las horas libres de las que dispone una persona, reducir los tiempos de viaje en 45 minutos en cada dirección es un gran aporte a ese objetivo.
¿Cuándo podrán nuestros conciudadanos gozar de esta mejoría? Como la línea propuesta tiene 30km de longitud, al ritmo actual de construcción de 6 kilómetros por año, tardaría 5 años desde que partan las obras. Es decir, considerando los estudios de detalle, las aprobaciones ambientales y las expropiaciones, tendremos Línea 7 el año 2022 o el 2023.
En China, país que tiene un tercio del ingreso por persona de Chile, o sea es tan pobre como era Chile en 1996, hace 20 años, las grandes ciudades construyen más de 30km de metro al año. Si nosotros hiciéramos lo mismo, construiríamos la Línea 7 en un año, después de terminar los estudios, las aprobaciones ambientales y las expropiaciones. Es decir, si la construcción partiera el 1º de enero estaría lista para la Navidad. La próxima administración asumirá gobierno el 2018 y lo dejará el 2022. ¡Podría dejar la Línea 7 operando y entregar otra más!
Nada impide que en Chile construyamos 20 km de metro al año. Tenemos los ingenieros, tenemos la experiencia de construir túneles, las máquinas y equipos se compran en el mercado mundial y hoy están a precios bajos por la caída mundial de la actividad minera. Cierto, la empresa Metro tendría que ampliar temporalmente su contratación para supervisar los proyectos y hay que emitir deuda para financiar las obras.
Si se construyeran los 200 km de metro adicionales que Santiago necesita, según los expertos en transporte, se necesitarían menos buses y habría menos congestión vehicular. El subsidio a los buses, sin considerar los fondos espejo que van a las regiones, disminuiría y de US$ 800 millones anuales pasaría a US$ 300 millones, con un ahorro neto de US$ 500 millones anuales. El costo de la Línea 7 se estima en poco menos de US$ 3.000 millones. ¿Porque no emitir un bono a 15 años con 5 años de gracia y pagarlo con los ahorros?
Algo similar se puede hacer en las otras grandes ciudades de Chile. Por su tamaño, la mayoría no necesita un metro subterráneo. Lo que necesitan son buenos tranvías y redes de buses modernos. Esos sistemas son mucho menos costosos que los US$ 100 millones por km que cuesta el Metro de Santiago.
¿Qué hace que sigamos teniendo sistemas de transporte mediocres? Permítanme sugerir que es la falta de decisión. Es la misma falta de decisión que antes de la contratación de Marcelo Bielsa hacía que nuestra selección de futbol fuera mediocre. Bielsa demostró que podíamos ser de excelencia mundial con los recursos que teníamos. Lo mismo podemos hacer en transporte público. ¿Dónde está el Mayne-Nicholls que contrate al Bielsa del transporte público que el país necesita?
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En la fila: expectativas sobre la calidad de los colegios
La larga fila de padres y apoderados para postular a sus hijos al Colegio Salesianos Alameda que exhibieran diversos medios de prensa hace unos días, pone una vez más a la palestra temas como el sistemas de selección/exclusión, libertad de elección, en definitiva el derecho de todos de acceder a una educación de calidad.
En el caso de este establecimiento, como el de muchos otros que han optado por eliminar mecanismos de selectividad e incorporarse en el sistema de gratuidad, el tema pudiera parecer reducible a la sola idea de ajustar los mecanismos para la admisión/matrícula de estudiantes nuevos: números, sorteos, agencias de selección, cualquiera sea el caso, son sólo instrumentos que permiten asignar cupos en una ratio en la que la demanda (postulantes) supera la oferta (vacantes). Sin embargo, al respecto es importante preguntarse cuáles son las razones que generan una presión (demanda) tan significativa sobre algunos de ellos, superando con creces las vacantes ofrecidas.
Al respecto una primera aproximación dice relación con la reputación de estos colegios, es decir, la opinión o estimación (en este caso, positiva) que se tiene de ellos por parte de la comunidad. En tal sentido, un estudio realizado en 2014 por el CEPPE, señala que los principales factores en los que se basa el prestigio de ciertos establecimientos (municipales, part. Subvencionados y particulares, altamente preferidos por padres y apoderados) dicen primordialmente relación con la percepción que se tiene sobre sus resultados en pruebas estandarizadas (SIMCE), la formación valórica y la tradición. Más abajo en el orden de atributos, aparecen aspectos tales como el comportamiento de los alumnos, las referencias que reciben de sus vecinos, la disponibilidad de profesionales para el apoyo pedagógico y, en menor medida, otros como infraestructura y características de las familias. Si se suman estos factores se vuelve una situación virtuosa que es difícil de soslayar en las expectativas de la comunidad nacional ávida de una educación de calidad para sus hijos y que además no presentan mecanismos de selección. Pues bien, la realidad es menos promisoria a la hora de sacar cuentas, ya que este virtuosismo no es un factor común en todas las realidades. Así, mientras algunos logran alcanzar el tan anhelado “cupo” en algunos de estos establecimientos, muchos más se matriculan en establecimientos lejanos a las aspiraciones de sus familias.
Ahora bien, en un análisis más profundo, cabe preguntarse por qué las familias han construido esta percepción respecto de lo que consideran factores de calidad. Descartando los componentes de gratuidad y ausencia de selectividad, la idea que asocia calidad y resultados en pruebas estandarizadas es un elemento que altamente presente en los imaginarios de la población.
En este tema un importante rol lo ha cumplido el uso que se ha hecho de los resultados con fines publicitarios, secuela de un sistema de subsidio a la demanda y de accountability que ha llevado a los colegios a competir por matrícula durante años e instalándose en el imaginario como un elemento de referencia.
Los resultados SIMCE no son ni sinónimo ni consecuencia de prácticas que contribuyan necesariamente al aprendizaje de los estudiantes, es ante todo un indicador de eficiencia que ordena el sistema, estresándolo y restringiendo oportunidades de enriquecimiento curricular y diversificación de experiencias de aprendizaje que, si bien tranquiliza en parte la decisión de las familias sobre determinados colegios, no es requisito garante de efectividad por consiguiente de la capacidad de la escuela de agregar valor.
Otro aspecto a considerar en la fuerte demanda sobre algunos establecimientos, deriva de una alta adscripción de las familias a una formación valórica cuyo impacto sobre los estudiantes, al menos en la creencia, superaría incluso a las propias o al menos es equivalente, lo cual en gran medida es un componente simbólico difícil de desarraigar, por cuanto comporta dimensiones culturales y sociales difíciles de objetivar.
Consecuentemente, estos dos aspectos son elementos que bajo diversos prismas pudieran relativizarse, tienen a la base la idea la consecución de una igualdad educacional de calidad que eventualmente alcanzarían en estos colegios. Amén de ello, el problema de fondo no está resuelto. El efectismo que provocan noticias como la que encabeza este análisis, sólo es la punta del iceberg de la problemática, vale decir, el epítome de un sistema educacional que no es garante de calidad.
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Caminar y mascar chicle
Dow Chemical existe desde 1897 y está próxima a fusionarse con DuPont, transformándose en la empresa del rubro con mayor volumen de ventas en el mundo. En una industria con una sobrevivencia tan precaria como la química, Dow ha hecho de su cultura empresarial uno de los secretos que le ha permitido transitar exitosamente en la era de la globalización. Así lo grafica su actual CEO con el término “dual horizon”: un ojo está puesto en la acción de uno o dos años y el otro, en un horizonte de una década o más.
El concepto del “multi foco” es comprendido fácilmente por quienes jugamos tenis. El tenista debe fijar siempre su vista en la pelota y mantener, simultáneamente, las visiones periféricas del juego, tales como el factor climático y el tipo de cancha; fortalezas y debilidades del adversario, sus condiciones físicas y anímicas como también las propias, todo lo cual conforma el entorno particular que adecuará nuestra estrategia durante el partido.
Lo mismo ocurre en la estructura de una empresa con un buen gobierno corporativo que, para ser gestionada de manera exitosa, el gerente general debe complementarse con un directorio que le permita navegar en ruta acorde con los objetivos trazados, fiel a todo aquello que distingue a la organización y le da sustentabilidad de largo plazo. Por eso, los espacios asignados a la Administración deben complementarse, tanto en las singularidades de la cultura empresarial, como en la fidelidad de sus metas.
¿Se puede, entonces, caminar y mascar chicle al mismo tiempo? El aprendizaje que procura tener múltiples focos no es una conducta trivial para los sapiens. La naturaleza humana concentra nuestras energías en lo que consideramos prioritario, fuere por su relevancia, su apremio o magnitud.
La empresa, como construcción de la inteligencia humana, es una organización enrevesada, una mesa de varias patas. Para que los directorios puedan adecuar una mirada que abarque todos los temas relevantes -desde el cumplimiento de normativas legales, hasta contenidos centrales para el éxito del negocio- necesitan consensuar una Agenda Anual que les permita distribuir sus tiempos ponderando lo estratégico sobre lo operativo, los objetivos principales por sobre los secundarios. De lo contrario, el directorio se transforma en una suerte de receptáculo de la Administración y no, como debe ser, en su fuente complementaria y alimentadora de la gestión.
El proceso de construir la Agenda Anual es resistido porque pone en evidencia prioridades que, al hacerse explicitas, suelen postergar los temas accesorios. Como consultor de gobiernos corporativos he participado en muchos de estos procesos, comprobando la sorpresa que en muchos directores causa el constatar que la importancia atribuida a un determinado tema está íntimamente ligada a las horas de estudio y de trabajo que implica una Agenda Anual. De no ser así, el tiempo (siempre el recurso más escaso) terminará imponiéndose sobre la disciplina deliberativa que, al ejercerse con la solvencia que el asunto amerite, transforma las “buenas intenciones” en acuerdos mejor fundamentados.
Este sano ejercicio posibilita, además, percibir riesgos ocultos o subestimados, reconocerlos y estudiar formas alternativas para transferirlos a la Administración o, simplemente, para ser abordados como un hecho de la causa.
La construcción de una Agenda Anual corporativa suele confundirse con una especie de “calendarización de sesiones de directorio”, una suerte de dietario elaborado con pautas más o menos acotadas a la contingencia interna de la empresa, o a ciertos avatares políticos, sociales, laborales o económicos que ocupan el interés general. Sin desconocer la incidencia que tales hechos puedan tener en la organización, el propósito de la Agenda Anual es priorizar tareas y analizar urgencias, fortalezas y debilidades, competencias y riesgos, todo en un proceso de estudio, reflexión y debate corporativo que jerarquiza, sin olvidar, por cierto, que el diablo suele estar en los detalles.
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Otra forma de leer
En las últimas semanas se han comentado con desesperanza los resultados de II medio en el Simce de Lenguaje. No es para menos. Por segundo año consecutivo han sido los más bajos desde que se realiza la prueba. Los hombres bajaron su rendimiento en 17 puntos. Esto es, de 256 puntos el 2010, a 239 el año pasado. En las mujeres también se nota una baja, pero bastante menor, de 7 puntos en el mismo período.
El gobierno afirmó que la situación es preocupante. Claro que lo es, especialmente si consideramos que Chile es uno de los países más alfabetizados y con mayores índices de escolaridad de Latinoamérica. La Agencia de Calidad de la Educación, con datos de este Simce, investigó los factores que influyen en la motivación lectora de los jóvenes. Apuntan que hoy estamos ante el comienzo de una nueva forma de leer, porque el joven de hoy es un alumno 4G, “que puede estar en muchos dispositivos a la vez y realizan muchas tareas al mismo tiempo”.
¿Qué pasará, entonces, con el libro, con la literatura?, ¿Cómo se logrará que un joven logre apreciar y reencantarse con la lectura?. En el marco curricular de II medio se establece que la lectura de obras literarias es un modo “de estimular en los estudiantes el interés y el gusto por ellas, favoreciendo su formación como lectores activos y críticos, capaces de comprender y proponer sentidos para las obras que leen, formarse una opinión sobre ellos y apreciar el valor y significación de la literatura”.
No hay que perder de vista ese objetivo. El gobierno anterior generó un nuevo curriculum, que se está implementando gradualmente, con especial énfasis en el área humanista, incluyendo nuevas lecturas y métodos más atractivos. Es pronto para ver los resultados. El objetivo no es fácil. Sabido es que los jóvenes de hoy tienen una baja comprensión lectora. Peor aún, ésta ha tendido a disminuir con los años. No es que lean poco, sino que además, no entienden lo que leen. Y es un fenómeno que trasciende a los distintos grupos socioeconómicos del país.
El estudio de la Agencia de Calidad de la Educación arrojó que a sólo un 28% de los alumnos encuestados les gustaba recibir un libro de regalo. Gran desafío será entonces poner la tecnología a favor del aprendizaje, si la mayoría de los alumnos no valora la lectura como una experiencia positiva y enriquecedora.
Son muchas las preguntas. ¿Se entiende la tecnología como recurso pedagógico?, ¿están los profesores preparados para emplearla en el ámbito de la lectura?, ¿cómo se fomenta correctamente su aplicación en la sala de clases?. Porque no es ninguna novedad que el uso de dispositivos tecnológicos afecta directamente la forma en que los alumnos no sólo leen, sino que también se comunican. Diversas investigaciones han concluido que el llamado alumno 4G presenta dificultad al responder correctamente las preguntas de textos más largos. Es primordial hacer un esfuerzo conjunto, entre los distintos protagonistas del quehacer educativo, para que el joven de hoy no pierda la habilidad y gusto por la lectura. En un país donde más de la mitad de la población se declara “no lectora”, hay todavía mucho por hacer. Todavía no podemos hablar del comienzo de otra forma de leer.
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Conclusiones
Horas antes de enfrentar a Rumania, todavía busco las benditas “conclusiones” que se pudieron haber sacado del partido contra Rusia. Las que hay son las mismas desde hace años: Vidal es fundamental, Alexis siempre marca la diferencia, si Vargas no la emboca no juega y por arriba en defensa somos vulnerables (y que el recambio no aparece por ningún lado). Le pasó, con matices, a Bielsa, a Borghi, a Sampaoli y ahora a Pizzi.
Hay algo de esta generación de jugadores que comienza a mostrar claros síntomas de agotamiento, que no admite réplica: ellos saben cuándo aplicarse. Lo vimos en la Copa Centenario, una primera ronda distraída, mal jugada, donde la clasificación se sostuvo en un penal regalado contra Bolivia y el peso de Vidal y Sánchez frente a Panamá. Hasta Claudio Bravo andaba con la cabeza en cualquier parte.
Hasta que se acordaron de lo que sabían, lo que podían y se pusieron a jugar. El resto es historia.
Por lo mismo los dos últimos amistosos, aunque frente a Burkina Faso el asunto no pasó de ser un entrenamiento con público frente a un equipo amateur, no aportan demasiado al trabajo de Pizzi. Se le lesionaron Castillo y Mora y todo queda a la inspiración de Vargas frente al arco. El problema es que si Vargas anda apagado, Chile entra con diez a la cancha.
Atrás somos bajos y por arriba nos vienen haciendo el mismo gol desde hace diez años ¿Qué diferencia hay entre el cabezazo de Juan en Johanesburgo en 2010 y el cabezazo de Vasin el viernes pasado? Casi ninguna. Tal vez el central brasileño fue un poco más hostigado en Sudáfrica. Por el momento ni Maripán ni Roco dan la medida suficiente para sacar del equipo a Jara (uno que realmente juega cuando quiere) o mandar a la línea de volantes a Gary Medel.
Sampaoli detectó el problema y marcó lejos del área, con hombres rápidos que tuvieran retroceso y llegaran a las coberturas. El día que Australia lo llenó de centros cruzados, estuvo a un pelo de naufragar. Bielsa tuvo a Pablo Contreras y el Chupalla Fuentes que funcionaban con intermitencias. Se jugó por la altura sin estar del todo convencido y sin grandes resultados tampoco. Pizzi está buscando, pero no termina de encontrar. Por el momento pone los de siempre y que la experiencia ayude.
A la generación dorada le faltó un defensa central con todas las de la ley: Figueroa, Astengo, Quintano, Edgardo Fuentes… No se puede tener todo.
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June 12, 2017
¿Bien de consumo?
PARA LA Presidenta su gobierno ha logrado transformar “una educación que funcionaba como bien de consumo, en una educación entendida como derecho social”. Esta idea, expresada nuevamente en la cuenta del pasado 1 de junio, se ha convertido casi en un mantra del actual gobierno, revelando hasta qué punto lo agobia la confusión.
Básicamente, porque las nociones derecho social y bien de consumo no son antagónicas o contradictorias, sino obedecen a perspectivas de análisis distintas. Los derechos sociales apelan a las condiciones materiales básicas de existencia a las que todos los seres humanos, por el solo hecho de serlo, debieran tener acceso. Estos derechos han sido reconocidos en diversos instrumentos internacionales, siendo el más importante el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas y se extienden a materias como el acceso a un empleo, a la protección social, a la vivienda, a la educación, a la salud, a la alimentación, a la cultura o a un medioambiente limpio.
Por otra parte, los bienes son catalogados como de consumo en oposición a los llamados bienes públicos. Por regla general todos los bienes son de consumo por la sencilla razón de que si una persona los obtiene nadie más puede disfrutarlos. En cambio, en el caso de los bienes públicos, una vez proveídos es difícil sino imposible excluir a determinados sujetos que se beneficien de ellos. Ejemplo de los primeros son un par de zapatos: si yo me los pongo nadie más puede usarlos. En cambio, el alumbrado de las calles es un bien público, dado que no puede iluminar a unos sí y a otros no. Como se entenderá, la distinción es fundamental a la hora de definir cómo deben financiarse unos y otros, pues existen fuertes incentivos para aprovecharse de los bienes públicos sin pagar por ellos (el fenómeno del polizón), lo que justifica que sean provistos con cargo a rentas generales.
Hay derechos sociales que pueden estar asociados a bienes públicos, como una política de descontaminación ambiental. Pero por otra parte, no hay inconsistencia alguna en que existan derechos sociales que a su vez sean bienes de consumo. Es lo que sucede con la vivienda. Naturalmente, una casa se trata de un bien de consumo, dado que si una familia la ocupa no lo puede hacer otro, pero también se trata de un derecho social, cuyo acceso debe ser garantizado por el Estado. Es exactamente lo mismo lo que sucede con la educación, donde sus beneficios se concentran con toda claridad en quién la recibe, particularmente tratándose de la educación superior y donde sin dudas opera el fenómeno de la exclusión.
El hecho que la educación sea, sin tampoco lugar a dudas, un derecho social, nos indica que el Estado debe desarrollar políticas públicas para impulsarla y, sobretodo, debe garantizar el acceso de todos a ella, independientemente de su poder económico. Pero en ningún caso eso significa, como nos ha querido hacer creer el discurso oficial, que deba ser proveída en forma gratuita para todas las personas pues, tratándose de un bien de consumo, quienes tienen recursos pueden y deben pagar por ella.
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El palo rojo
EL PARTIDO Comunista (PC) ha vendido cerca de cien inmuebles en un valor de $3.500 millones a un comprador sin patrimonio. Se ha sabido luego que los inmuebles valen comercialmente cerca de $9.000 millones. El partido sostiene que se ha apegado formalmente a la legalidad, puesto que la ley de partidos políticos obliga a destinar dos tercios de sus inmuebles a los fines señalados en esa ley. La ley no dice nada más.
Con ello en mente, hizo los cálculos y diseñó la operación de enajenación bajo un esquema de traspaso de acciones, de modo que al final se satisfaciera fictamente la obligación legal. Sin embargo, la venta no puede llamarse así. No es venta en sentido jurídico. Solo conociéndose los dos datos anotados más arriba y que son de dominio público -un comprador sin patrimonio y un valor equivalente a un tercio del precio comercial- bastan para convocar más de un Código o ley, sea civil, comercial, tributaria y/o penal. Y si a ello se agrega la irreductible convicción del supuesto vendedor de que ha realizado un negocio que lo conforma bajo dichas circunstancias, y que no desea que nadie lo revise, se demuestra que tampoco existe voluntad jurídicamente seria. La causa de este contrato, esto es, el motivo que lleva al PC a celebrarlo con un militante escogido, sin patrimonio y en un precio irreal, no parece ser el cumplimiento de la ley de partidos políticos, sino precisamente su vulneración. Visto así, el derecho, que para todos los demás ciudadanos es obligatorio, resulta humillado. Y eso no es tolerable.
Cualquier persona común, enfrentada a una situación como ésta – dejando de lado el insólito hecho de que el Partido Comunista pertenezca al 1% más rico de Chile- y que enajena sus inmuebles a un tercio de su valor a un “afortunado” íntimo y cercano, despertaría brutales sospechas. Tales actos podrían ser atacados judicialmente, entre muchas otras razones, por simulación, fraude a la ley, lesión enorme, donación encubierta, autocontratación o contrato consigo mismo, elusión o evasión de impuestos. El contrato puede ser impugnado también por objeto y causa ilícita, estafa, apropiación indebida y una muy larga lista de otras probabilidades judiciales disponibles.
En el caso del PC, alguna misteriosa disciplina interna parece garantizar que no habrá ningún militante que pudiera denunciar un fraude al partido y a los bienes del mismo o una apropiación indebida por parte del favorecido “comprador”, ni que se invocará el artículo 84 de sus estatutos partidarios para investigar una administración ineficiente de su patrimonio.
Sin perjuicio de esa visión, el PC ha vulnerado la institucionalidad jurídica. No se ha servido para ello del clásico palo blanco, la llamada interpósita persona, en que se busca deliberadamente que el aparentador pase desapercibido para engañar a terceros. En este caso, en cambio, no hay aparentador. El sujeto o contraparte, miembro del partido, da entrevistas y relata con naturalidad y desparpajo la ficción; se jacta de que lo escogieron, de que no tiene un peso ni le interesa el negocio. Es una nueva figura que ofrece el comunismo inserto en la legalidad: un palo rojo.
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Ley de aborto: controversias
LA SEMANA PASADA la Comisión de Salud del Senado aprobó la “Ley de despenalización del aborto en tres causales específicas”, las que incluyen la enfermedad grave de la madre en el embarazo, la inviabilidad fetal al nacer y el embarazo producto de una violación. Todas situaciones graves y muy complejas, de gran sufrimiento para la mujer, que requieren una atención y cuidado especial tanto la madre como el niño que está en su vientre. En esta columna se analizan algunas controversias.
Primero, lo real es que esta ley es legalización y no a una despenalización del aborto, ya que proporciona el derecho a través de la prestación de salud, y abre la puerta a que en un futuro cercano se sumen otras causales. Es una situación muy compleja constatar que se apruebe una ley que afecta el primer derecho humano: la vida. Segundo, se intenta instalar criterios de inicio de la vida que no tienen fundamento biológico (formación del sistema nervioso central, visualización de órganos, etc). Lo cierto es que la vida inicia cambios continuos y permanentes desde la fecundación y ya antes de las tres semanas de gestación se identifican características en el desarrollo muy definidas, lo que se puede ver en libros de embriología básica.
Tercero, una polémica reciente es la objeción de conciencia. Se aprobó en la Comisión de Salud que solo podía ser ejercida por el médico tratante y no por los otros profesionales del equipo de salud. Esto es una discriminación inaceptable, que refleja la falta de comprensión de lo que significa un equipo de salud. Los profesionales que lo integran requieren respeto y valoración de su trabajo, el que es vital en la realización de un procedimiento de este tipo y que no puede ser realizado si atenta contra su conciencia personal.
Cuarto, no se aprobó respetar el ideario institucional y la libertad de algunas instituciones para no realizar en su interior procedimientos que atenten contra la vida de criaturas inocentes.
Esto no es aceptable ya que vulnera la libre voluntad de asociación de una organización en vista de principios que reúnen a sus integrantes. Lo que se debiera permitir, es que las instituciones deriven a los pacientes, de manera segura y estable. Nuestra red de salud UC Christus implementará este mecanismo, -que está presente en el proyecto de ley-, ya que reiteramos que no se realizarán abortos en nuestra institución. Hay que insistir en que aquí no se pone en riesgo la vida de una madre, si ella está en riesgo vital, obviamente que todo centro debe recibirla para entregarle el tratamiento que requiera. En nuestras dependencias siempre se va a cuidar la vida, desde la fecundación hasta la muerte natural, esa es nuestra vocación y compromiso.
Lo que realmente el país requiere es una verdadera ley de acompañamiento de la madre y del hijo, para proporcionar todo el apoyo de salud integral que ambos pacientes requieren. Un acompañamiento que le entregue apoyo, consuelo y atención médica de calidad. Esto lo que nuestra población más vulnerable merece, por lo que incorporar esta mirada de justicia y equidad es un requisito ético.
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Tierra de nadie
HACE AÑOS comenté acerca del “urbanismo para los pequeños pueblos”. Asimismo, he visitado los malos ejemplos de las intervenciones de obras públicas y su impacto sobre el paisaje. Sin embargo, hay un tema que engloba todo esto, cual es, la ausencia de tuición sobre la ruralidad que está recibiendo desarrollos. No me refiero al “campo-campo”, ni al desierto pleno, ni a los bosques húmedos, que son materia más bien de conservación ambiental. Me refiero a aquellos lugares rurales que por su belleza escénica son locación para viviendas de veraneo, equipamiento turístico y hotelero, marinas, etc. Desarrollo que hoy se aloja en bordes lacustres y sus entornos, y bordes costeros principalmente. Ese territorio, cuyo atractivo es su paisaje y su rusticidad, está abandonado a escasas herramientas regulatorias que no logran compatibilizar adecuadamente las iniciativas con su entorno. El peligro: que ese atributo que justificó la inversión, desaparezca por la falta de ordenamiento y diseño inapropiado. Estamos en “tierra de nadie”.
Los desarrollos en el área rural se acogen a dos mecanismos. Uno es la posibilidad de subdividir el suelo hasta en lotes de 5000 metros cuadrados; las llamadas “parcelas de agrado”. El segundo, es el mal llamado cambio de uso de suelo, que en rigor es un procedimiento liderado por el Ministerio de Agricultura, que permite autorizar equipamientos y edificaciones ajenas a la agricultura en las áreas rurales. Ambas herramientas se aplican sin consulta alguna a los gobiernos locales (municipios) y asimismo son resueltos caso a caso. En otras palabras, en las comunas eminentemente rurales los municipios no contralan su territorio y el desarrollo se da sin un ordenamiento adecuado.
En relación a lo anterior, muchos han planteado que la planificación intercomunal, que tiene tuición sobre el ordenamiento de algunos temas en las áreas rurales podría ser la solución. Otros plantean que la solución es hacer de esa tierra un suelo urbano para que puedan existir reglas urbanísticas, a saber, un plan regulador. Mi parecer es que ninguna de las dos es solución ya que la planificación intercomunal no logra modificar el patrón de desarrollo en el territorio rural y la realidad supera la intención. Y por otra parte, convertir en suelo urbano los lugares rurales con aptitud de desarrollo, termina por destruir el valor de lo rústico, llenando de hormigón, postes y cables estos paisajes prístinos.
Esta “tierra de nadie” es justamente el caso, donde no existe una bala de plata que solucione todo de una vez, y es el “diseño” el llamado a generar calidad, armonía y valor agregado al entorno rural. Nuestra legislación no cuenta con las potestades para que se puedan introducir por ejemplo “guías de diseño” que realmente permitan mejorar el resultado físico de estos proyectos y su inserción paisajística. La planificación y ordenamiento territorial-ambiental debiesen centrarse fundamentalmente en regular temas de saneamiento, servicios básicos y vocaciones generales del territorio.
Como alguien dijo, más que un estado somos una geografía. Esa geografía debe convertirse en materia de política pública. Hay que ponerle “dueño” a lo rural.
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