Hugo García Michel's Blog, page 201
December 22, 2015
Tres nuevas caras del 2015
Como comenté la semana pasada, el año 2015 no ha sido especialmente pródigo en buena música, especialmente en ese ámbito ya tan inasible y vago que solemos denominar como rock, en el que caben tantas cosas. Sin embargo, hubo propuestas muy interesantes y músicos nuevos que vinieron a refrescar la escena.No es gente del mainstream, sino artistas (en el mejor y más estricto sentido de la palabra) que vienen desde el anonimato subterráneo o de posiciones que no tienen que ver con lo que los medios más valoran (que suele ser lo que menos valor tiene).
En específico, este año me encontré con tres cantantes y compositores cuyos trabajos discográficos en verdad me sorprendieron, no tanto por su originalidad (¿es posible a estas alturas de la historia del rock crear algo realmente original?), sino por su frescura, su autenticidad, sus ganas de hacer algo que no vaya por donde marca la industria de la música.
Dos hombres y una mujer. Uno del Canadá, otro de los Estados Unidos y ella de Australia. Will Butler, Matthew E. White y Courtney Barnett son sus nombres y si algo tienen los tres en común es su honestidad creativa y sus deseos de hacer música por el amor a ello y no con fines meramente comerciales. Sus estilos, aunque distintos entre sí, se hermanan por su vena rocanrolera que toma elementos de diversos subgéneros y de distintas épocas.
Will Butler (1982) es miembro del muy conocido combo canadiense Arcade Fire y este año realizó su espléndido disco Policy (Merge), una obra muy variada e interesante.
Matthew E. White (1982) es un cantautor estadounidense que combina el folk con el reggae y el soul con el góspel, con resultados estupendos. Su álbum Fresh Blood resulta más que recomendable.
Courtney Barnett (1988), por su parte, llegó desde tierras australianas con un rock básico, potente y crítico, muy en la vena de Patti Smith y Liz Phair. Busque su plato Sometimes I Sit And Think, And Sometimes I Just Sit , le juro que no se arrepentirá.
Tres caras nuevas del 2015, esperemos buenas cosas de todos ellos.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
Published on December 22, 2015 17:19
December 21, 2015
The Piper at the Gates of Dawn
Se sabe que el título de este, el primer disco de larga duración de Pink Floyd, fue tomado de un capítulo del libro favorito de Syd Barrett cuando era niño: The Wind in the Willows (El viento en los sauces), lo cual explica la gran cantidad de elementos fantasiosos, colores brillantes, apuntes mitológicos y detalles infantiles, algo así como una mezcla entre J.R.R. Tolkien y Walt Disney, pero todo ello visto a través de los perceptivos y psicodélicos lentes del LSD.Las composiciones de Barrett van de las canciones pop ácidamente lisérgicas a piezas largas en las cuales hay extensas instrumentaciones a manera de metáforas sobre viajes alucinógenos. En el primer caso estarían piezas como “Astronomy Domine” y “Lucifer Sam”, mientras que “Insterstellar Overdrive” entra de lleno en lo que alguna vez se llamó rock-espacial.
Para el crítico Steve Huey, The Piper at the Gates of Dawn (1967) captura con éxito los dos lados de la experimentación psicodélica: “por un lado, los placeres de la percepción y la expansión mental y por el otro, los desórdenes cerebrales que podían convertir al individuo en lunático”, algo que poco tiempo después le sucedería al propio Barrett, quien debido precisamente a ello hizo con este trabajo su debut y despedida como integrante de Pink Floyd.
Se trata de uno de los mejores álbumes psicodélicos de la historia del rock y curiosamente fue grabado en los mismos estudios y al mismo tiempo –casi casi puerta de por medio- que el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles. Dos cumbres de la psicodelia absolutamente diferentes entre sí. Una, la psicodelia ácida; la otra, la psicodelia pop. Usted elija cuál es cuál.
(Reseña que escribí para el especial de La Mosca en la Pared No. 7, dedicado a Pink Floyd y publicado en enero de 2004)
Published on December 21, 2015 15:45
December 20, 2015
Tragicomedia mexicana 1
Tanto tiempo de tenerla, tanto tiempo de leer a José Agustín y nunca le había entrado a su Tragicomedia mexicana. Hasta ahora que leí el primer tomo, el de "la vida en México de 1940 a 1970", un volumen que recorre la historia del país del sexenio de Manuel Ávila Camacho al de Gustavo Díaz Ordaz, es decir los años de la institucionalización y el llamado desarrollo estabilizador que Luis Echeverría se encargaría de echar por la borda (aunque eso pertenece al tomo 2 que aún no leo).Con un estilo ameno y por momentos hasta divertido, Agustín nos conduce por los vericuetos de esos treinta años de México, de su vida política, social, económica y cultural. No se trata de un ensayo muy profundo ni es ese su objetivo.Se trata más bien de presentar un panorama amplio que abarca desde los cambios post revolucionarios hasta la consolidación del régimen fundado por Plutarco Elías Calles a finales de los años veinte.
El libro nos muestra la forma como se manejaba la política en esos tres decenios y como la corrupción que hoy tanto nos escandaliza, en realidad es parte consustancial del sistema mexicano. Vemos la relación del gobierno con los empresarios, pero también con las grandes centrales obreras y campesinas (ahí está el surgimiento de ese tótem que fue Fidel Velázquez al frente de la CTM) y vemos también lo que sucedía con la cultura -sobre todo con la literatura-, con los espectáculos y con el deporte.
Tragicomedia mexicana 1 (Editorial Planeta, 1990) es un libro muy ilustrativo, una obra que invita a meternos más de lleno en la historia contemporánea del país. Ya quiero entrar a la segunda parte y luego a la tercera. No tardaré en hacerlo.
Published on December 20, 2015 18:30
December 19, 2015
Adiós, DF, adiós
Paradojas de la vida política. Durante largos años, el gran crítico de la lengua (y de la estupidez humana) que fue Raúl Prieto Río de la Loza, mejor conocido por su sobrenombre de Nikito Nipongo, insistió en que llamar Ciudad de México a la capital de la república era un despropósito, ya que el nombre legal de la misma era Distrito Federal.No sé qué diría don Raúl ahora que, con la reforma aprobada esta semana en la Cámara de Senadores, la entidad ha dejado de ser el DF para llamarse, ahora sí oficialmente, Ciudad de México, apelativo sin duda más bonito pero que me deja con la gran duda ontológica y existencial de cuál demonios será a partir de hoy el gentilicio con el que se nos conocerá a los aquí nacidos (aunque, bueno, yo soy tlalpeño). De manera un tanto forzada se nos decía defeños. Pero, ¿y ahora? Si el nombre del flamante estado 32 es Ciudad de México (¿un estado en cuya denominación va la palabra ciudad? Por fin: ¿estado o ciudad?), ¿seremos ciudademexicanos, mexicanosurbanos, mecsicocitienses o qué carambas?
Mexicanos no se nos puede nombrar, porque mexicano es todo aquel nacido dentro del territorio nacional (aquí nomás, revelando obviedades). Mexiquenses (fea palabreja con tufo priista) menos, porque ese ya lo tienen los originarios del Estado de México. Con mala voluntad provinciana, habrá quienes quieran decirnos mexinacos, pero eso ya será fruto de esa clase de rencores que hace no muchos ayeres hacía exclamar a algunos aquella frase de “haz Patria, mata a un chilango”.
No he leído la nueva ley y no sé si se ocupa de este tema, pero es algo que debería preocupar a los legisladores, a fin de no dejarnos huérfanos de gentilicio.
Por cierto que con esta nueva reforma, que sigue poniendo a Miguel Ángel Mancera en el candelero (sobre todo en vistas al 2018), me acordé de mis años de militancia en el Partido Mexicano de los Trabajadores, en la segunda mitad de la década de los setenta. Una de las metas del programa del partido era luchar por convertir al DF en la entidad federativa 32, con el apelativo de Estado del Valle de México. Vaya cosa esta de los nombrecitos.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
Published on December 19, 2015 16:02
December 18, 2015
H.P. Lovecraft / H.P. Lovecraft (1967)
Surgido en Chicago a mediados de los sesenta, es este uno de los mejores y menos conocidos grupos de la psicodelia, con gran influencia de Jefferson Airplane. Con dos estupendos cantantes que solían cantar a dueto, su estilo queda más que definido en este álbum magnífico. ¿Qué de dónde abrevó una parte de su estilo The Coral? Escuchen a H.P. Lovecraft y lo sabrán.Mejor tema: “Wayfaring Stranger”.
Published on December 18, 2015 16:40
December 17, 2015
Las emociones baratas de Janis Joplin
¿Emociones baratas? Si algo tiene este disco debut de Janis Joplin es un caudal de emociones, pero en absoluto son baratas.Cheap Thrills (Columbia Records) es uno de los álbumes clásicos de 1968, un año históricamente controvertido y clave para el desarrollo del rock. Janis se había hecho de una súbita fama a raíz de su participación, al lado de la banda de San Francisco Big Brother & The Holding Company, en el Festival Monterey Pop de junio de 1967. Desde entonces, la expectación por escuchar a la peculiar intérprete texana se volvió creciente. Ciertamente, la banda y la cantante habían grabado un disco para el sello independiente Mainstream, pero la distribución había sido pésima y parecía obligado que firmaran para una disquera importante.
Pedazo de mi corazón
Fue Columbia la compañía que tuvo el ojo para contratarlos y de ese modo grabaron Cheap Thrills, el cual apareció en agosto de 1968. El acetato causó sensación y tuvo una aceptación inmediata, lo que se reflejó en sus grandes ventas. Un corte del mismo, "Piece of My Heart", llegó a lo alto de las listas de popularidad y reveló al mundo la extraordinaria voz de timbre rasposo y desesperado sentimiento de Janis Joplin, a quien por ello muchos creyeron una cantante negra. Sin embargo, el estilo de Janis era aún más duro y emocional que el de la mayoría de las vocalistas de color, quienes -con algunas excepciones- por esas épocas tendían más a los convencionalismos de la música pop.
"Piece of My Heart" era un cover de una canción de Erma Franklyn (hermana de la gran Aretha), pero en la voz de Joplin alcanzó niveles de excelsitud, al igual que otras dos versiones de temas conocidos como "Summertime" de George Gershwin -con un arreglo de guitarras de Sam Andrews y James Gurley el cual ha trascendido a lo largo de las décadas- y "Ball and Chain" de Big Mama Thornton.
Cheap Thrills es ante todo un disco de blues, pero también es un disco de rock y un disco emblemático de la psicodelia, a pesar de no ser en sentido estricto un disco psicodélico. Esta aparente contradicción se explica por el espíritu de la obra, reflejo de una época en la cual existía una apertura total y en la que todo estaba permitido, una época de experimentación y muy escasos prejuicios. Y ese espíritu se palpa a lo largo de los escasos siete cortes que lo componen. Desde la explosión inicial de "Combination of the Two", pasando por ese blues magnífico que es "I Need Man to Love", las mencionadas maravillas que son "Summertime" y "Piece of My Heart" (con lo que se completa el lado A del vinil), "Turtle Blues" -escrito por Janis Joplin e interpretado con todas las marcas de sus raíces texanas-, la ácida "Oh Sweet Mary" -el más evidente coqueteo del disco con la psicodelia- y la estremecedora "Ball and Chain", otra de las cumbres interpretativas joplinianas.
El gran hermano
Mucho se ha hablado acerca de la superioridad de Janis Joplin con respecto a los grupos que llegaron a acompañarla en sus diferentes discos. Tal vez resulte cierto en los casos de Kosmic Blues y Pearl (grandes obras también, a pesar de todo). No obstante, me parece justo reconsiderar el nivel musical de Big Brother & The Holding Company. En especial de los guitarristas Andrew y Gurley, el primero poseedor de un estilo fino, exquisito, y el segundo dueño de una contrastante fuerza, de un ruidoso ímpetu. La combinación de los dos (valga la alusiva expresión) encajaba a la perfección con los matices vocales de Janis, produciendo algo por completo nuevo y fascinante.
Janis Joplin se separó de Big Brother poco después de aparecer el disco, pero ni ella ni la banda lograron jamás superar lo que hicieron en Cheap Thrills. Es verdad que Janis grabó temas fuera de serie en sus discos posteriores, pero como unidad, como medio de expresión, como evidencia del alma atormentada de la cantante, este álbum es sin duda alguna una obra maestra.
(Reseña que escribí originalmente en la sección "La nueva música clásica" de La Mosca en la Pared No. 50)
Published on December 17, 2015 14:30
December 16, 2015
Janis y Crumb
Espléndida recreación del día de 1968 en que Robert Crumb entregó la portada del álbum Cheap Thrills a Janis Joplin y los integrantes de Big Brother and the Holding Company. Por desgracia, desconozco el nombre del ilustrador.
Published on December 16, 2015 21:30
December 15, 2015
Deradoorian: ¿el disco del año?
Aunque 2015 no ha sido un año pródigo en grandes discos (y cuando digo grandes discos, me refiero a álbumes en verdad memorables y con etiqueta futura de clásicos), sí ha habido al menos una veintena de obras discográficas estupendas y quizá la mejor de todas sea el trabajo debut de Angel Deradoorian, hasta ahora conocida sobre todo por sus colaboraciones con Avey Tare’s Slasher Flicks y, sobre todo, con ese extraordinario proyecto que es Dirty Projectors.The Expanding Flower Planet (Anticon, 2015) es un disco de una enorme belleza musical y poética. Un plato exquisito de canciones etéreas y minimalistas, con aires exóticos e hipnóticos en los que Angel Deradoorian (a cargo de todos los instrumentos, incluida su magnífica y peculiar voz) y su hermana mayor Arlene (quien se encarga de las segundas voces y de algunas percusiones) se solazan con un placer artístico que consiguen trasmitir al escucha de una manera fascinante.
Aunque la influencia de David Longstreth, líder de los Dirty Projectors, es innegable en las composiciones de Angel Deradoorian, ésta posee asimismo sus propias variantes que hacen de su música algo menos intrincado que las complicadas (aunque extraordinarias) maneras armónicas y rítmicas de aquel. Deradoorian apuesta por una música más accesible y minimal, con ecos de la world music, sobre todo africana y asiática. Las percusiones juegan un papel muy importante en las piezas que conforman The Expandig Flower Planet y lo mismo hacen los extraordinarios juegos de voces de las dos talentosas hermanas.
Si bien no es un disco que mantenga un mismo nivel de calidad en todos los cortes, hay algunos verdaderamente fantásticos como “Beautiful Woman”, “Violet Minded”, “Komodo”, “The Eye” y la homónima “Expanding Flower Power”.
¿El mejor disco del año? Es difícil afirmarlo, pero me arriesgo a que algunos lectores me crucifiquen y digo que sí. Al menos para la subjetividad de este columnista. Una obra fresca, arriesgada, innovadora, inteligente, hermosa y con un inquietante halo de misterio. Los invito a escucharla y dar su propio veredicto.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
Published on December 15, 2015 17:00
December 14, 2015
Camino a casa
Volví a leer esta novela corta de mi querido y admirado amigo Naief Yehya, editada en 1994 por Planeta. Ya no recordaba la trama y fue como leerla por primera vez. Es muy divertida y ligera, muy agustiniana, muy en el estilo de la llamada novela de la onda pero adaptada a los años noventa.La historia de un joven clasemediero de dieciséis o diecisiete años, durante un sábado en el Distrito Federal, justo el día en que se sabe la noticia de la muerte de Kurt Cobain. Aventuras chilangas adolescentes con sus cuates, su familia (me encantan los personajes de su mamá y de su hermanita menor) y el reto de encontrar a su novia Ximena, cuyo paradero desconoce a lo largo de las poco más de cien páginas de que consta el libro y a la que localiza al final, de una manera que no revelaré para no echar a perder el desenlace.
Yehya escribe aquí con gran soltura y amenidad, sin pretensiones de hacer nada más que un relato juvenil y desparpajado, lleno de referencias de esos días (MTV, Beavis and Butthead, Caifanes, Maldita Vecindad, juegos de video). Hay escenas muy simpáticas y en general uno disfruta la lectura y los constantes guiños de la misma.
Si pueden conseguir Camino a casa, léanla; la van a pasar bien.
Published on December 14, 2015 19:29
December 13, 2015
Love & Mercy
Aunque parte de una propuesta un tanto extraña, está película realizada en 2014 por Bill Pohlad resulta magnífica en su relato biográfico sobre el controvertido y (casi) genial Brian Wilson, líder de los Beach Boys.Digo que la propuesta es extraña porque el filme retrata dos épocas de Wilson: la de mediados de los sesenta, cuando compuso "Good Vibrations" y grabó el álbum Pet Sounds (1966), y la de los años ochenta, cuando era prácticamente un títere manipulado psicológicamente por un psiquiatra delirante de nombre Eugene Landy y, convertido en una piltrafa emocional, conoció a la que sería su esposa Melinda, la mujer que logró rescatarlo del literalmente monstruoso médico, quien lo explotaba y atormentaba de manera inmisericorde.
Lo extraño (aunque uno termina por acostumbrarse y aceptarlo) es que si bien para interpretar al Brian Wilson sesentero se eligió al espléndido Paul Dano (quien incluso guarda cierto parecido físico con el Wilson real), para el Brian ochentero se optó por alguien que no tiene la menor semejanza con él, a pesar de ser un grandísimo actor y me refiero a John Cusack. Al principio eso salta, pero es tan buena la interpretación de éste que el detalle del parecido pasa a segundo término.
Love & Mercy documenta de manera en verdad fantástica lo que eran los Beach Boys y el entorno en que se movían, con el padre de los Wilson como un violento y ambicioso ex manager que seguía atormentando a Brian (alguna vez lo golpeó y a ello se debía que el muchacho hubiese perdido el oído derecho) por haberlo echado del manejo del grupo. Prodigiosas son las sesiones de grabación del Pet Sounds, en las que Wilson recurrió a ese conjunto de músicos de sesión conocidos (aunque al mismo tiempo injustamente desconocidos) como The Wrecking Crew para que tocara todas las cosas que surgían en su cabeza, así como las largas sesiones que se necesitaron para grabar esa pequeña obra maestra de menos de tres minutos de duración que es "Good Vibrations".
En cuanto a la parte de Cusack (que se va alternando con la de Dano), resulta muy dramática y tensa, en especial por la tremenda actuación del gran Paul Giamatti como el doctor Landy, impresionante. También destaca la muy bella Elizabeth Banks en el papel de la valerosa y amorosa Melinda.
Estupenda cinta en verdad, altamente recomendable y no sólo para los amantes de la música del creador de "God Only Knows" y "Do It Again".
Published on December 13, 2015 17:00
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