Zoé Valdés's Blog, page 3163

January 17, 2011

Cuba ve "positivas" pero "insuficientes" las medidas de Obama para flexibilizar los viajes y el envío de dinero. Por Este Niño, El Corresponsal… (Jajajajajajajajaja, risas y más risas).

Jajajajajajajajaja, risas y más risas, como diría Isis Wirth… Que siga Estados Unidos dando, ¿no ven que lo que Cuba quiere es que los mantengan? Y claro, Este Niño, El Corresponsal de El País, nos informa, tal pareciera que desde Granma, llamando "gobierno de Raúl Castro", a la dictadura de los Chacumbeles. Risas y más risas, carcajadas a mandíbula batiente. Pero no se preocupen, que en cuanto salga de Cuba, para allá para las Calendas Griegas, escribirá un libro en contra del Castrismo, al que llamará dictadura, en un cambio radical del lenguaje, y lo recibirán en Miami con bombos y platillos.


Necesitamos un presidente norteamericano que acabe de plantarle cara a los Castro y los saque a patadas por el culo de Aquella Isla. Punto. No hay de otra.



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Published on January 17, 2011 06:57

Cary Roque versus Max Lesnik: Divino castigo.

CARY ROQUE VERSUS MAX LESNIK: DIVINO CASTIGO.


¿Divino castigo o castigo divino? Ambos. El caso es que he gozado de lo lindo con las respuestas que Cary Roque le dio al impresentable de Max Lesnik, lo batuqueó bien batuqueado y lo tiró p'a la tonga, como decimos los cubanos.


A Max Lesnik lo conocí durante una recepción por el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en el salón Parisien del Hotel Nacional. Ricardo Vega y yo nos encontrábamos un poco apartados, en medio de aquella baraúnda de invitados norteamericanos y europeos, con quienes nos acercaban lazos artísticos, y nos distanciaban –con algunos-, la manera de ver y analizar la realidad cubana. Ricardo Vega estaba invitado como cineasta, realizador de Te quiero y te llevo al cine, la otra película cubana que competía aquel año junto a Fresa y Chocolate (fueron las dos únicas obras cubanas), con la diferencia de que Te quiero y te llevo al cine fue programada una sola vez, en una sala, al mediodía, hora en la que todo el mundo estaba almorzando, y nunca más se ha puesto en Cuba, incluso el nombre de Ricardo Vega ha desaparecido de una gran mayoría de libros de cine del y sobre el ICAIC. Te quiero y te llevo al cine tiene una larga historia, que ustedes conocerán en un próximo post, cuando les cuelgue la película en el blog, aunque ya la pueden ver en Telebemba; pero de seguro es muchísimo más contestataria y polémica que Fresa y chocolate.


Pero volvamos a la recepción donde conocimos a Max Lesnik. Yo estaba invitada porque en aquel momento era la Sub-directora de la Revista Cine Cubano, cargo que ocupé durante cuatro años, hasta que me exilé, el 22 de enero de 1995. La revista fue revivida por mí, después de un largo período sin aparecer, y después de mí, volvió a caer en el silencio. Antes la habían resucitado Manuel Pereira, Wichy Nogueras, y Antonio Conte. Cuando El Niño Conte se quedó en Colombia, estuvo un tiempo sin salir, aunque ya desde hacía rato no se publicaba debido a los eternos problemas económicos, y ahí fue entonces cuando entré yo.


Pues allí estábamos Ricardo y yo, contemplando el panorama, ya con la idea puesta en la fuga, buscando cómo perpetrarla… Y se nos acercó Max Lesnik, nos saludó, y comentó estar muy preocupado porque su imagen había salido en dos momentos muy diferentes durante el Noticiero NTV (Noticiero, al que todo el mundo llamaba Nadie Te Ve). Esos dos momentos en los que este personaje salió en el NTV fueron: Uno en una reunión muy importante de anticastristas redomados en Miami, y el otro, en un encuentro que había tenido, llegando a La Habana, con Fidel Castro y otros dirigentes del castrismo. Entonces se pronunció de la siguiente manera: "Me preocupa esto, porque qué dirá Fidel, y Alfredo qué dirá… Y me preocupa lo que dirán en Miami". Se veía más que apendejado, absolutamente chorreado de caca.


Gracias a la revista y a mi cercanía con la Oficina del Festival de Cine y la Oficina de la Presidencia del ICAIC pude enterarme de que este señor pretendía tener una residencia en La Habana, lo conducían choferes oficiales para arriba y para abajo en los célebres Mercedes Benz negros del Consejo de Estado, y gozaba de privilegios que ningún cubano podía ni soñar con alcanzar. Esos privilegios fueron a más, y ahora –según puedo observar- han ido a menos. Como todo lo que coge el castrismo, que usa, espachurra, y luego bota a la basura.


Lesnik siempre me cayó como un plomo, porque me di cuenta que intentaba congraciarse con los cercanos al poder, halándoles la leva, comprándoles comida en las diplotiendas, llevándoles pacotilla de Miami, y babeándoles las botas. Luego en Miami se daba valijú y bambolla argumentando que él era el que le mataba el hambre a Alfredo Guevara y compañía. A mí ni a ninguna de las personas que trabajábamos en el ICAIC, de nivel medio o bajo, nos propuso nunca regalarnos nada –no intimamos como para eso- ni yo hubiera aceptado nada de este tipo de personaje, pero tampoco existía el riesgo de que eso sucediera, ya que yo no era nadie para él, o representaba bien poco.


A raíz de mi exilio y éxito con La Nada Cotidiana, Lesnik junto a otros personajillos de Miami, de su misma catadura moral intentaron acercárseme de manera indirecta, jamás les di entrada. Uno de ellos incluso quiso chantajearme con unas cartas y unos emailes que yo había escrito a un conocido común. Como vieron que a mí no podían vacilarme fácilmente, entonces pasaron a los insultos y vejaciones.


Durante un buen tiempo, un amigo periodista de Miami me envió los artículos que El Duende de Miami (Max Lesnik, pobre Lorca) escribía y donde invariablemente lanzaba lo que él creía que eran humillaciones e insultos en mi contra, con el objetivo de que yo lo llevara a los tribunales. Que si pornógrafa, que si jinetera, que si lesbiana.


En mi segundo libro de poemas, titulado Todo para una sombra, escribí un poema titulado Pornográfico mío, es lo único que ha salido publicado en relación a la pornografía que yo supuestamente haya hecho. Yo siempre me interesé por el erotismo y la ironía en la literatura, hubo una época en que denominé mi poesía como "eronía". Me interesa el lenguaje de los cuerpos, de la desnudez, del deseo, del goce, del placer; no es un secreto para nadie. Hay que ser muy inculto para ignorar la buena y gran literatura erótica que se ha hecho, así como el arte erótico, desde Bataille a Foucault, desde Baudelaire a Picasso, desde Rabelais a Rimbaud, Anaïs Nin y un largo etcétera… En varias ciudades del mundo, por cierto, existen Museos Eróticos. Y voy a ir más lejos, en los años noventa, el Centro Georges Pompidou, ícono del arte moderno, declaró los Años Noventa como los Años Pornográficos, llegando a la conclusión, de que la pornografía era también un arte.


Que el Consejo de Estado Castrista, así como su Ministro de Cultura, Abel Prieto, me llamaran y me sigan llamando pornógrafa, me daba absolutamente lo mismo, puesto que ya sabemos por donde y de dónde vienen los tiros. Pero que un hombre, supuestamente exiliado en Miami, supuestamente periodista, lo hiciera, ya tomaba otro carisma; teniendo en cuenta que tengo una hija menor de edad, y por ella y por mi prestigio como madre debo responder siempre, desde que nació hasta que yo me muera. Ya eso son insultos y vejaciones a tener en cuenta, mirado desde ese punto de vista; pero por encima de todo como madre, constituyen calumnias y difamaciones, que yo debía aclarar de manera legal.


Por otro lado, yo no considero insultos que me llamen pornógrafa, ni puta, ni lesbiana. Yo soy muy puta, lo que sólo lo soy desde hace 17 años, y exclusivamente con mi marido. Jamás he jineteado, pero tengo gran respeto por las jineteras. Mi marido es cubano. Soy lesbiana en la medida en que todas las mujeres lo son, así como todos los hombres son homosexuales, si tomamos como punto de partida al ser andrógino platónico, ideal de Platón (léase El Banquete) que rueda hacia la luz. Hace años, en mi juventud, tuve un novio, muy machito él, que sólo se excitaba cuando le metían el dedo en el ojete. Así que a mí de macherías cubanas no me vengan a hacer cuentos.


Por lo cual, mi abogado, que es una persona excepcional, me aconsejó lo siguiente. Es cierto que podemos llevar a este camarada a los tribunales por calumnia y difamación, e incluso por acosador de celebridades; pero, francamente, nos llevaría un tiempo bestial, y de cualquier modo tu hija comprenderá algún día lo que ha sucedido, y qué te importa a ti nada de eso, si tú eres muchísimo más amplia y verdadera, además de que sientes profunda admiración por las putas, las lesbianas, y que la pornografía te interesa en sus vertientes artísticas. No vale la pena. Por supuesto que no valía la pena malgastar tiempo en semejante estupidez. Además de demagogo, lejos de hacer un periodismo serio y sincero, Max Lesnik no es más que un mediocre en busca de fama, y de paga; un traidor de la libertad. Y ahí se quedó.


Tanto El Duende de Miami (Max Lesnik), como El Duende de París (su informante, y del que ya conozco la identidad), no son más que seres humalos (cito a Arturo Cuenca), profundamente mediocres, movidos por las ventajas que puedan aportarles el poder, el castrismo, y el extremismo político.


Una tarde, en París, una persona me regaló una vieja revista cubana, cuál no sería mi asombro al contemplar una antigua foto: en ella aparecía un joven Max Lesnik vestido con el uniforme verde olivo de guerrillero castrista. No conozco, ni me interesa, el pasado de este señor; pero sería bueno investigar cuál ha sido su trayectoria en relación a los 53 años de dictadura castrista. Porque si a mí me han echado tanto en este blog, y en otros, por haber trabajado cinco años en la UNESCO (la funcionaria no era yo, era mi primer esposo), y cuatro años en la Revista Cine Cubano (o sea, en total 9 años de trabajo en Cuba, y por contrata), jamás fui militante de nada, y en cuanto pude me di de baja del CDR y de la FMC (a las únicas organizaciones de masa a las que pertenecí, porque dejé de ser pionera cuando todo el mundo deja de serlo), fui bastante contestataria en mi espacio (en épocas donde no había internet y los periodistas extranjeros se cuidaban de proteger y de escribir sobre los artistas y escritores opositores), y me largué de Cuba, exiliada, a los 35 años, me pregunto por qué tal ensañamiento en mi contra, cuando Max Lesnik y otros como él, son responsables directos de lo que nos ha sucedido y ha acontecido en nuestro país, y de lo que ha sucedido y podría sucederle a Estados Unidos, durante todos estos años y los venideros. Porque si Max Lesnik defiende a Los Cinco Terroristas quiere decir que él defiende el terrorismo que se comete y se pueda cometer en suelo estadounidense. Como mínimo, forma parte de los que simpatizan con las dictaduras y con la violencia que ellas desaten, en contra de los derechos humanos, de la paz, y de la libertad.


He escuchado varias veces el enfrentamiento que se produjo gracias a la radio, entre Cary Roque y Max Lesnik. Me da muchísimo placer y me llena de esperanzas el que haya sido una periodista real, una artista de prestigio (actriz en Cuba), una ex presa política, que estuvo 15 años en una cárcel castrista, torturada, enferma, que jamás traicionó a Cuba ni a los cubanos, una exiliada auténtica y no de los de pan con timba, una mujer clara en sus ideas, una radical como Martin Luther King y como la política holandesa Aayan Hirsi Ali, perseguida por los islamistas y exiliada en Estados Unidos, quien haya puesto en su sitio a un espécimen como Max Lesnik, que no es más que un periodista de baja estofa, un castrista de los peores. De esos machitos cubanos, muy machitos ellos, pero que a la hora del cuajo se abren de patas y gozan, si bien no sea más que metafóricamente, con lo que ya saben… Es la razón por la que no hay que preguntarse demasiado por qué insultan y vejan a las mujeres del modo que Max Lesnik lo hace, por qué no sienten el menor respeto por ellas, y las desprecian de manera abominable.


La respuesta es muy fácil, porque somos las mujeres, y más específicamente las mujeres con el prestigio y el historial de Cary Roque, las que ponemos en evidencia la falta de dignidad de estos cobardes.


Zoé Valdés.



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Published on January 17, 2011 06:13

January 16, 2011

Jean-Claude Duvalier, "Bebe Doc", regresa a Haití tras 25 años de exilio.

Dictadores que huyen, dictadores que regresan. ¡Detengan el mundo que me quiero bajar! Diría Mafalda.


En El Mundo.



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Published on January 16, 2011 16:06

Estados Unidos suavizó las restricciones para viajar a Cuba.

Obra de Barack Obama, no lo olviden. Pero también de la bichidisidencia. El País. Esta información se me quedó en el tintero ayer.



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Published on January 16, 2011 15:00

Déjà vu. Por Alejandro Ríos.

Este artículo es él solo una película de lo que fue y sigue siendo la miserable existencia de los cubanos bajo el castrismo. En El Nuevo Herald.



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Published on January 16, 2011 04:16

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