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April 30, 2021

El nacimiento del imperio Asirio

Bienvenidos a una nueva entrega de ¿Sabías que? En esta ocasión vamos a viajar de nuevo hacia el próximo oriente para centrarnos en otro de los imperios antiguos más importantes de la edad del bronce. En la entrada de hoy os voy a hablar sobre el nacimiento del imperio Asirio. Así que preparaos para el largo paseo que vamos a darnos por Oriente.

Pero para comenzar, os enmarcaré geográficamente la zona en la que se levantó el antiguo imperio de los asirios. Y os digo el antiguo porqué al igual que el imperio egipcio, también pasó por diferentes fases y períodos.

Situación tras la III dinastía de Ur

Tras la desaparición de la IIIa dinastía de Ur, de la que ya hablé en su día en la entrada del blog titulada: El renacimiento sumerio y la tercera dinastía de Ur, las ciudades de la Mesopotamia meridional mantuvieron cierta independencia entre ellas. Al norte de estas, emergió una nueva potencia, la ciudad estado de Assur. Siempre había estado bajo el control de otras potencias, primero con los sumerios y después con los acadios de Sargón y sus descendientes. Para saber más de este poderoso monarca acadio os recomiendo la lectura de mi artículo: Sargón el forjador del imperio de Akkad.

La ciudad se levantaba sobre el curso del Tigris, y estaba ubicada sobre un espolón rocoso en la orilla derecha del río. Esa ubicación era más que estratégica para controlar el acceso a toda Mesopotamia, Armenia y Anatolia.

Aunque la ciudad estuvo bajo la órbita y el control de los gobernantes de Súmer y Acad, también fue la cuna de una dinastía local que ganó importancia hacia principios del siglo XX a. C. Se hicieron con el control de la ciudad tras el vacío de poder dejado por los sumerios.

Las primeras dinastías

Esos nuevos gobernantes de las ciudades satélites de Assur, que bien podían ser llamados reyes, se pusieron el nombre de ishshiakkum, que equivaldría a la forma acadia de los ensi. Pero estos seguían dependiendo de un poder central que tenía algunos rasgos del tipo sumerio o acadio, en la que el monarca poseía todo el poder.

El nacimiento del Imperio asirioEscultura de Gudea, ensi de Lagash, Sumeria. Fechado en el 2120 a. C. Museo del Louvre, París.

Uno de estos monarcas, de nombre Ilushuma (1950-1940 a. C. aproximadamente), llevó a cabo algunas incursiones hacía el sur. Y eso hizo que chocara con los intereses de las ciudades sumerias. En ese primer envite aguantaron, pero demostraron no estar a la altura de su nuevo vecino del norte.

Pero junto a ese rey y a esos ensi anterioremente nombrados, el Imperio asirio se carcaterizó por la existencia de una asambleas de jefes de familia. Estos tenían competencias judiciales y algo de peso en la política, aunque no se puede precisar hasta que punto. Esta asamblea contaba con un líder, al que se le conocía como limun y que era elegido por sorteo para hacer un poco de contrapeso con la figura del rey.

Expansión por Anatolia

A mediados de ese siglo XX a. C., los asirios ya estaban ubicando sus factorias comerciales por la zona de Anatolia. A estos centros les llamaban karu y servían un poco de nexo comercial con la tribus locales. Para que lo entendáis mejor, serían una especie de colonias del tipo de las apoikias griegas.

Los asirios de esa manera establecieron contactos reglados con los asentamientos hititas, luvitas y hurritas de esa amplia región. El reino asirio controlaba esas factorías mediante una especie de karu central, llamado Kanish. Este era el centro neurálgico de los intereses asirios en Anatolia.

Los comerciantes asirios establecieron unos importantes lazos con las ciudades de Anatolia. Estos traían productos textiles, plomo argentífero y estaño desde Asiria o Babilonia y a cambio obtenían otros metales como el cobre, la plata y el oro. Los hombres que controlaban ese comercio pertenecían a las grandes familias que formaban parte de a asamblea de ciudadanos.

Inestabilidad política

Pero todo cambiaría hacia finales del siglo XIX a. C., cuando un usurpador de orígen amorreo, Shamshi-Adad I, que gobernó entre los años 1812 y 1780 a. C. conquistó por la armas las principales ciudades asirias. Este monarca emprendió una política de expansión militar y amplió con creces el territorio del Imperio. Incluso absorbió a la ciudad estado de Mari, que era la que tenía la hegemoni de la región del Éufrate medio. Shamshi-Adad I incluso recibió la sumisión de los amorreos de Siria y llegó a erigir una estela con su nombre en el lejano territorio del Líbano.

El nacimiento del imperio AsirioMapa de la extensión del Imperio antiguo Asirio antes de la muerte de Shamshi-Adad I. Fuente: diccionario de la civilización mesopotámica, París 2001

Pero la expansión llegó un momento en el que se frenó, al topar con la resistencia del reino de Eshunna. Pero Shamshi-Adad sse hizo autoproclama «Rey del Universo», como veis era un tipo modesto. Y es que no era para menos para un monarca del momento, ya que dominabalas riberas del Tigris y el Éufrates con lo que ello supoía. Pero a pesar del éxito obtenido por el ya monarca universal, al final de su gobierno la situación cambió sustancialmente. Tanto la frontera occidental como la oriental del vasto Imperio asirio se vieron amenazadas.

Su sucesor e hijo, Ishme-Dagan comenzó a tener dificultades y aunque se mantuvo en el trono, su Imperio comenzó a perder algunos de los territorios conquistados por su padre. Y es que fue por aquel entonces cuando entraría en escena una nueva potencia que le haría sombra al Imperio Asirio: la creciente Babilonia. De la mano del conocidísimo rey Hammurabi, que gobernó del 1792 al 1750 a. C., se convertiría en la clara dominadora del panorama político y militar de la época en el próximo Oriente.

Aunque esa es ya otra historia que dejaré para más adelante, ya que creo que merece una entrada exclusiva. Espero que os haya gustado este artículo que ha servido para explicaros la historia del Imperio antiguo Asirio.

Nos leemos en la siguiente entrada.

Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

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Published on April 30, 2021 09:00

April 16, 2021

El temible pueblo de los númidas

Bienvenidos a una nueva entrada de la sección de mi blog. Esta semana voy a hablaros sobre un tema que es muy interesante y que estoy convencido que os gustará: el temible pueblo de los númidas. Pueblo que jugó un papel muy destacado a lo largo de la historia del mediterráneo antiguo y que estuvo fuertemente vinculado a civilizaciones tan potentes como Cartago o Roma.

Para buscar los orígenes de este pueblo debemos remontarnos muy atrás en el tiempo. Pero es difícil establecer un punto de partida o un nacimiento para este pueblo o más bien dicho para este conglomerado de tribus. El propio nombre en sí ya nos da alguna pista, y es que númida ya denota una de las características originales de este pueblo: el nomadismo. Al menos así fue como les llamaron los griegos. Si bien no se puede concretar que tuvieran ese carácter, ya que quizás ya estaban asentadas. Tal vez no todas, pero muchas de ellas al menos pasaron a ser tribus seminómadas. Para que os ubiquéis geográficamente eran oriundos de lo que sería el actual Argelia, y parte de Túnez y marruecos. Los tres grandes grupos étnicos que se acabarían convirtiendo en reinos, fueron los mauros, los númidas masilios y los númidas masesilos.

Contacto con los fenicios

Hasta que los fenicios procedentes de Tiro no arribaron a las costas africanas, podría decirse que estas tribus númidas vivieron un poco al margen de la civilización. Cartago, que fue fundada en torno al 814 a. C., pronto se convirtió en una súper potencia económica y comercial en el norte de África. Aunque no fue capaz de dominar a esas temibles tribus, si no que parece ser que incluso en ocasiones tuvo que pagarles tributo a algunas de ellas.

El temible pueblo númidaRuinas de la antigua ciudad de Lixus. Fotografia de Rucativava

Lo que sí que hicieron los púnicos fue establecer una serie de factorías comerciales por la costa que sirvieron para estrechar los lazos con esos indígenas. La más importante colonia que se estableció en la zona fue Lixus, ubicada en la desembocadura del río Lucus, cerca de la actual Larache. Fruto de estos enclaves, comenzaron a tener contacto comercial con las tribus númidas. Poco a poco los lazos se fueron estrechando y a cambio de oro, plata y estaño, obtuvieron de los púnicos productos manufacturados, como el vidrio, la cerámica, los objetos de bronce y el conocidísimo textil púrpura.

¿Qué han hecho los fenicios por nosotros?

Fueron por tanto los fenicios venidos de Tiro, los que introdujeron o potenciaron el urbanismo, el uso del hierro y el de la moneda. Y claro, esos pueblos poco civilizados comenzaron a recibir de buen grado todas esas «ventajas» culturales. Además, también les entregaron un bien preciado, algo que sedentariza a una cultura: la agricultura. No es que no la conocieran, sino que más bien podría especificarse que las mejoras que les aportaron los púnicos la mejoraron. El arado de reja triangular demostró ser mucho más eficaz que el que poseían hasta aquel momento. Y si a eso le añadimos los beneficios de la introducción del cultivo del olivo, la vid o el trigo, ya tenemos la fórmula perfecta.

Pero además de esos presentes, los púnicos hicieron más cosas por esas tribus «incivilizadas». Les dieron algo tan importante como el alfabeto, la lengua (no es que no hablaran hasta su llegada), y algo fundamental como la religión. En cuanto a la escritura ya tenían la suya propia, y la aportación que hicieron los cartagineses sirvió para enriquecerla, creando una especie de fusión entre ambas.

Asistimos pues a un fenómeno cultural interesante, ya que esos pueblos númidas comienzan a introducirse en la órbita de Cartago. Pasan a adoptar a los dioses fenicios sin dejar de lado los suyos, cosa que deja claro el carácter adaptativo de este pueblo.

Los númidas y la guerra

El sistema militar de estas tribus se basaba en la fidelidad entorno al propio rey. Las tribus que conformaban el reino, tanto el occidental masesilio, como el oriental masilio, eran las que cedían las tropas al soberano. Pero ese sistema era poco estable, y se tuvieron que modificar las estructuras para crear uno con carácter más permanente. Este nuevo ejército quedó establecido en las ciudades más cercanas a la capital. Las ciudades que ejercieron ese rol, fueron Siga para los masesilos, y Cirta para los masilios.

A consecuencia del contacto con los púnicos, irremediablemente, el ejército y el armamento, también recibieron influencias de estos. Y es que los númidas jugaron un papel determinante en todos los enfrentamientos importantes entre Roma y Cartago. Estuvieron del lado de unos y de otros cuando les convino rompiendo acuerdos en momentos concretos. Por ejemplo, el gran Aníbal usó grandes contingentes de númidas en su ejército. Llegó a disponer de la friolera de 4 mil jinetes en la batalla de Cannas, y nada menos que 6 mil en la batalla de Zama.

El temible pueblo de los númidasMiniaturas para juegos de mesa que representan tropas múmidas. Fuente: https://makarren.wordpress.com

Por lo tanto os daréis cuenta de que la principal baza militar que aportaban a los ejércitos era su temible caballería. Era una caballería ligera y montaban sobre corceles de menor tamaño que los habituales. Estos eran muy ágiles y sobretodo muy resistentes, lo que les permitía recorrer grandes distancias. Además, como característica destacada, sabemos que no usaban ni brida ni bocado y que tampoco silla de montar. Dirigían a sus caballos usando una vara y ayudándose de una cuerda dispuesta alrededor del cuello del animal. Las rodillas y los movimientos que hacía con el propio cuerpo eran más que suficientes para que la montura respondiera.

Al ser tan veloces, los jinetes eran capaces de maniobrar con extrema velocidad y si a ello se le sumaba el uso de las jabalinas como armas arrojadizas… No hace falta decir nada más. Se sabe que en tiempo del Imperio romano, el gran Trajano usó a esos jinetes mauros como una fuerza importante dentro de sus ejércitos. Así, los tenemos por ejemplo como fuerza de choque destacada en sus campañas de conquista en la Dacia.

Más datos sobre esa temible caballería

En cuanto a las misiones para las que se les usaba, obviamente hay que destacar las de exploración y reconocimiento del terreno. Pero eran infalibles a la hora de perseguir a los enemigos cuando estos huían tras romperse las filas. Un ejemplo claro de esa función la encontramos en la victoria de Aníbal en la batalla de Cannas. Y es que cuando la caballería romana se desperdigó, fueron ellos los que intervinieron iniciando una persecución que se convirtió más en una cacería. Esa movilidad les permitía también ser un buen cebo para atraer a jinetes enemigos hacía emboscadas.

Aunque suene más a leyenda que a realidad, el historiador Tito Livio, dijo de estos jinetes que cabalgaban con una montura de refresco. Pero eso no es lo más sorprendente, si no que afirmaba que saltaban del caballo que usaban al que estaba fresco en mitad de la contienda.

Pero para ser tan ágiles, evidentemente se tenía que sacrificarse algo, y ese algo era la protección, que se limitaba a un simple escudo redondo. Vestían por tanto una túnica y no llevaban armadura alguna, lo que les hacía vulnerables en los ataques cuerpo a cuerpo. Por tanto su éxito radicaba en guardas una distancia considerable respecto a sus enemigos. Y es que esas jabalinas que portaban eran ligeras y se podían lanzar a larga distancia con un alto índice de acierto.

¿Eran solo jinetes?

Pero no todos los númidas podían permitirse tener un caballo o dos. Los que no tenían ese privilegio, se veían obligados a combatir a pie. Eran pues parte de la infantería ligera. El equipo que portaban era un escudo ligero ovalado, un casco de fibra o en algunos casos de bronce, las mismas jabalinas que llevaban sus compatriotas montados, y llegado el caso una espada. El orden de combate era bastante irregular, es decir, no formaban en columnas y filas, así que no eran tropas óptimas para enfrentarse a enemigos formados en orden cerrado. Más bien servían como escaramuceadores y hostigadores. Eran ideales para emboscar a sus enemigos.

el temible pueblo de los númidasRetrato de juba I, rey de numidia entre el 85 y el 45 a. C. encontrado en Cherchell, la antigua Cesarea, Algeria

No sería hasta tiempo posteriores, durante el dominio romano, cuando adaptaron su sistema de infantería al modelo legionario. Se sabe que en tiempos de César, el rey Juba I llegó a disponer de hasta cuatro legiones propias, estructuradas de la misma manera que las romanas. Además de eso se sabe que usaron también elefantes de guerra y se los proporcionaron tanto a los púnicos como a los romanos.

Espero que esta entrada os haya gustado y que os haya servido para conocer un poco más el temible pueblo númida. Ya os avanzo que continuaré hablando de ellos porqué queda mucho por explicar. Esto es tan solo una introducción.

Un saludo y nos vemos en la siguiente entrega de la sección.

Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

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Published on April 16, 2021 09:00

April 9, 2021

Alejandro y la conquista del imperio persa

Bienvenidos a una nueva entrega de ¿Sabías qué? ¿Estáis preparados para la siguiente etapa de esta larga aventura? Imagino que sí, y es por ello que vamos a ir directamente al tema, y es que hoy os voy a hablar de Alejandro y la conquista del imperio persa. Seguro que os preguntaréis si es que ya no llevaba tiempo llevándola a cabo. Sí. Estáis en lo cierto, aunque esta fase iba a ser la decisiva, ya que estaba metido en la cocina de casa de un enemigo que había sido derrotado y puesto en fuga. Así, que por eso he querido titularlo de esta manera.

Así que, una vez aclarado el tema del título, volvamos a la acción. Y es que, cómo ya os he avanzado, una vez derrotado el ejército persa y puesto en fuga su rey, Alejandro no se detuvo. Con el camino libre, se adentró en la región del Golfo Pérsico para reclamar esas ciudades que ya se habían quedado sin Rey que las gobernara.

De hecho al haber huido de esa manera tan cobarde, Darío parecía renunciar al gobierno de su imperio. Además del hecho de que sus súbditos estaba claro que no deseaban ser regidos por un rey que no era capaz de combatir a la amenaza. Había dado una imagen más que lamentable. Primero perdiendo una batalla tras otra ante un jovenzuelo que traía un ejército muy inferior y después huyendo cómo un cobarde.

¿Qué pasó tras Gaugamela?

Aunque en ocasiones se ha dicho que mandó una partida de jinetes en persecución de Darío III, eso no parece estar muy claro. Sus intenciones iniciales tras la victoria definitiva eran otras, ya que apremiaba más tener que asegurar todo aquello que había ido conquistando. Avanzar dejando enemigos a las espaldas no habría sido muy inteligente. Menos teniendo en cuenta que aunque hubiera vencido, los persas no se habían rendido por completo.

Alejandro y la conquista del imperio persaMosaico de la batalla de Issos hallado en la casa del Fauno en Pmpeya, Museo Arqueológico Nacional Nápoles

Pese a ese temor, los habitantes de Babilonia, no sabemos si por interés o por propia voluntad, dieron un cálido recibimiento a los macedonios cuando entraron en la ciudad. Los invasores, porque eso es lo que eran, fueron tratados con todos los honores e incluso se sabe que una embajada con las autoridades locales salieron a su encuentro para darles la bienvenida.

Alejandro no escatimó a la hora de desfilar, y llevó consigo todo tipo de personas y bestias. Se mostró cordial y benevolente con los dirigentes de Babilonia. Qué menos, ya que realmente estos le abrieron las puertas de la ciudad y se la entregaron. Eso era todo un alivio, ya que la simple idea de tener que asaltar sus imponentes murallas le recordaba a lo vivido en Tiro y Gaza.

Estuvo en la ciudad durante unas cuantas semanas descansando junto a sus hombres que debían estar más que fatigados. A finales de noviembre del 331 a. C., dio la orden de seguir la marcha en dirección a otra de las capitales, la ciudad de Susa. Antes de hacerlo dejó al mando de Babilonia a un sátrapa persa, a Maceo. Aunque no nos engañemos, de facto, las decisiones importantes las tendría que tomar un macedonio de confianza que dejó al frente de la guarnición.

El avance continua

En el camino hacía su siguiente destino sabemos que Alejandro recibió más refuerzos provenientes de Grecia. Entre ellos se encontraban unos seis mil macedonios, unos tres mil quinientos tracios y cerca de cuatro mil mercenarios de la región del Peloponeso. En cuanto a la caballería, obtuvo seiscientos nuevos jinetes macedonios, otros seiscientos tracios y trescientos ochenta griegos. Además, llegaron también unos cincuenta jóvenes de la nobleza macedonia que pasarían a servir en el escuadrón real. Cómo podéis ver, Grecia seguía proporcionando recursos al rey y eso era una evidencia de que seguían temiéndolo.

Alejandro y la conquista del imperio persaImagen de un hetairoi o compañero de caballería

Llegó a Susa y sucedió algo similar a Babilonia, es decir, que el mismo sátrapa que la gobernaba rindió la ciudad. Además, volvió a enviar una embajada a Alejandro agasajándolo con una escolta a la altura de un Gran Rey. Además de eso, se quedó con el tesoro real que se guardaba en la ciudad y de esa manera pudo enviar una parte a Antípatro. Este era su regente en Macedonia, y lo que recibió le vino de perlas para que preparara una campaña militar contra los espartanos. Recordad que estos se habían alzado contra el poder macedonio por mano del desaparecido Memnón y parecía que seguían en pie de guerra.

En Susa era dónde se guardaba lo que quedaba del tesoro que Jerjes I había traído de Grecia tras la campaña de conquista. En un gesto de buena voluntad, Alejandro se encargó de devolver esos restos a la ciudad de Atenas. Aunque esa acción podríamos decir que tenía obviamente un trasfondo político.

¿Y Darío?

Pero Alejandro no se detuvo tampoco en Susa, sino que su objetivo era encontrar a Darío III y capturarle para convertirse en el rey de su imperio. Y ya que hablamos del escurridizo Gran Rey, porque a efectos prácticos todavía lo era, ya que su imperio aún era muy grande (me refiero a la parte que Alejandro aún no controlaba), os tengo que decir que su huida le había llevado a la ciudad de Ecbatana.

Allí esperaba reorganizar su aún poderoso ejército para seguir con la guerra y tratar de derrotar al invasor de cabellos rubios. Pero el Gran Rey ya no era tal, y con el paso del tiempo su situación se iría complicando cada vez más. Pero regresemos a Alejandro de nuevo.

Tras dejar Susa bajo control, prosiguió la marcha en dirección a otra de las ciudades más importantes del imperio: Persépolis. Pero las cosas no serían tan fáciles para llegar a ella. Conociéndole como ya le conocéis, no os sorprenderá saber que en el camino quiso someter a todos los pueblos y tribus que se le opusieron.

Los uxios de los montes Zagros

Entre estos pueblos estaba el de los belicosos Uxios. Estos habitaban en los escarpados montes Zagros y siempre habían sido relativamente independientes del imperio. Podríamos decir básicamente porque no eran fáciles de someter. Estos, ni cortos ni perezosos le exigieron a Alejandro el pago de un impuesto si quería atravesar sus tierras. Le dijeron que hasta el Gran Rey persa cumplía con ese pago.

Pero Alejandro no se iba a dejar intimidar por unos vulgares pastores que además asaltaban los caminos. La cuestión fue que con un ejército de trece mil hombres emprendió una operación liderada por tropas ligeras, entre las que se encontraban los temibles agrianos y consiguió derrotarlos, aunque no sin dificultades.

Esa guerra o campaña contra los uxios fue diferente a lo que se había encontrado el ejército macedonio hasta entonces. Y es que esos tipos combatían usando la guerrilla. No lo hacían en campo abierto, y para un ejército regular como el macedonio, darles caza era difícil, de ahí el uso de los infantes ligeros.

Tras derrotarlos, optó por dividir el ejército en dos columnas. Una dirigida por Parmenión, que englobaba a los aliados y mercenarios y también la impedimenta,. La otra, que comanda él mismo, se dirigió también a Persépolis pero por un camino distinto.

Un camino difícil

La cuestión fue que a la altura de las llamadas Puertas Persas o Susianas se encontró con un ejército persa al mando del sátrapa Ariobarzanes,. Este se plantó allí dejando claro que no le iba a dejar pasar. Después de Gaugamela, Alejandro volvía a enfrentarse de nuevo a un ejército persa bien organizado. Así que parecía que Darío y su imperio no habían sido totalmente destruidos.

Ariobarzanes plantó cara con un poderoso ejército. Según Arriano, este estaba formado por  unos cuarenta mil infantes y cerca de setecientos jinetes. Pero como ya sabéis, las cifras siempre acaban bailando. Otro autor clásico, en este caso Diodoro, dijo que se trataría más bien de un ejército menor, de unos veinticinco mil infantes y setecientos jinetes.

Los persas, bien apostados como estaban en una fortificación que habían construido, cosieron a flechas a las tropas macedonias. Desde la distancia disparaban sus arcos a medida que los invasores se acercaban a las puertas. Pero al final. Alejandro en un alarde de estrategia y no sin riesgo, encabezó un destacamento que rodeó la posición y sorprendió a los enemigos por la espalda.

El sátrapa huyó hacia Persépolis pero para su sorpresa, no le dejaron entrar en la ciudad. La guarnición de la ciudad tal vez fue consciente de que los macedonios llegarían tarde o temprano y no les convenía dar refugio al que había osado plantarles cara.

El destino de Persépolis

Cuando Alejandro llegó al frente de su ejército, la ciudad le abrió las puertas esperando encontrar algo de clemencia. Y en principio la halló, ya que Alejandro estuvo tres meses allí. Pero como ya os dije en su día, el rey tenía cambios de humor, y a lo largo de esta campaña hizo cosas de las que quizás más tarde se arrepentiría.

Alejandro y la conquista del imperio persaPuerta de todas las naciones. Antigua ciudad de Persépolis (Irán)

La cuestión fue que antes de partir, la ciudad fue saqueada e incendiada hasta sus cimientos por los soldados macedonios. Pero no sólo hubo saqueo, sino que además se produjeron asesinatos y violaciones de toda índole. Alejandro no puso freno a las ansías de sus soldados.

Además, y por si no hubiera sido suficiente, ordenó que se quemaran los palacios reales, en represalia según algunos autores por las atrocidades cometidas por los persas durante la toma de Atenas durante la segunda guerra médica. Esa es al menos la versión oficial, aunque una versión más antigua afirmaba que todo sucedió tras una noche de borrachera. No me aventuro a saber cual de las dos es cierta, pero lógicamente, una podría llevar a la otra tranquilamente.

Con el trabajo de conquista casi terminado, el siguiente objetivo era la captura de Darío. Alejandro se avanzó con un contingente de caballería cuando supo que el rey había dejado Ecbatana y que se adentraba en la satrapía de Sogdia y Bactria.

Con la caída de las grandes capitales, el imperio aquemenida tenía los días contados. Pero todavía queda mucho por explicar sobre esta aventura, y es por ello por lo que debéis estar muy atentos a las siguientes entregas. Un saludo y nos leemos.

Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

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Published on April 09, 2021 09:00

March 26, 2021

El segundo triunvirato y las listas de proscripciones

Bienvenidos a una nueva entrada de mi blog. Esta semana voy a seguir con el relato de la apasionante saga dedicada a los acontecimientos ocurridos tras el asesinato de Julio César. Seguiremos sumergiéndonos en esos tiempos tan convulsos de la ya agónica República para seguir el relato en el mismo punto en el que lo dejamos en la última. Y es que hoy voy a hablaros sobre un tema que seguro que os gustará, el segundo triunvirato y las listas de proscripciones. Recordad, que fue tras la batalla de Mutina, y el nombramiento de Cayo Julio César Octaviano como cónsul a la temprana edad de 19 años. Todo un hito como ya os expliqué.

Así que será mejor no entretenernos que nos queda un largo camino por delante aún. Aunque nuestro joven César obtuviera el tan preciado consulado, no fue lo único que consiguió. Sabemos que el pueblo romano votó la ley que confirmaba su adopción completa por parte de César. Más allá de lograr únicamente eso, que a mi ya se me antoja mucho, se aprobó la ley que revocaba la amnistía por los hechos acontecidos en los idus de marzo del 44 a. C.

Lo que venía a ser más bien algo que tarde o temprano acabaría llegando. Se declaró el asesinato de César como un crimen, con lo que ello comportaba. Eso hizo que tanto Bruto como Casio perdieran el control sobre las provincias a las que habían sido asignados. Fueron declarados culpables in absentia (es decir sin estar presentes), junto a otros participantes en la conjura. Para juzgar ese crimen se creó un tribunal especial que se reunió y los juzgó en su solo día. O sea que fueron por faena como se dice vulgarmente.

Cabe decir que los miembros de ese tribunal no fueron elegidos al azar, y se les vigiló meticulosamente. Solo uno de ellos tuvo la osadía o la poca cabeza de votar a favor de la absolución de los conspiradores. Tampoco sabemos que fue lo que le sucedió después.

Cambios importantes

Lo que si que sabemos es que se promulgó otra ley mediante la cual, Marco Antonio y otros hombres que le habían apoyado, dejaron de ser considerados enemigos públicos de la República. A su vez, el hijo del difunto Pompeyo, Sexto, perdió su cargo y fue considerado de nuevo un rebelde. Como podéis ver, los juicios estaban a la orden del día, y las lealtades cambiaban muy a menudo.

El segundo triunvirato y las listas de proscripcionesÁureo con la efígie de Sexto Pompeyo, fechado de entre el 42 y el 40 a. C.

El joven César, pagó al pueblo de Roma su parte proporcional del testamento del dictador. También se vio obligado a entregar 2500 denarios a cada uno de sus legionarios. Los recursos escaseaban y tuvo que decirles que la otra mitad se les pagaría a su debido momento. Al menos les entregó algo que ya era mucho, pero esa deuda pendiente era algo de lo que no se podía olvidar.

Su situación en aquel momento era aún mejor que antes de ocupar la magistratura. Tenía bajo su mando once leales legiones, aunque Antonio, y su nuevo colega, Lépido, contaban con el doble. Sobre si estas estaban completas o no, hay serias dudas. Y es que uno podía tener veinte legiones, pero si estas estaban bajo mínimos tampoco reportaban una ventaja seria. En cualquier caso, parece que se estilaba más presumir de cantidad de legiones, que de los efectivos totales que tenían.

Se reanudan las hostilidades

El ejército e César se puso en marcha de nuevo hacia la Galia Cisalpina, donde le esperaban Antonio y Lépido con sus ejércitos. Décimo Bruto, por su parte, siendo ya prófugo de la justicia, se refugió en la corte de un antiguo aliado galo que hizo. Aunque no duró mucho, ya que este, ávido de agradar a los nuevos señores de Roma, le asesinó y le envió la cabeza al Senado como prueba.

Y ahora diréis, ¿pero Bruto no murió en Filipos un año después? Si, Marco Junio Bruto sí, pero os hablo de Décimo Junio Bruto Albino. ¿Y este era el de Mutina? El mismo. Pues vaya lío de Brutos que tenemos. Cierto, y por ello os lo voy a aclarar. Resulta que en la conjura participaron dos Junio Brutos. Este era mayor que el otro, y también era pariente lejano de César. Fue convencido por el más joven para unirse al asunto turbio, y el hombre acabaó aceptando-

Así pues, en el 43 a. C., uno de los Brutos desaparece del tablero, quedando solo el otro. Este segundo sería el que rendiría cuentas llegado el momento en la batalla de Filipos.

Pero volvamos a los otros protagonistas de la historia, los que estaban vivos. Siendo conscientes de que iba a ser una guerra larga, cruenta y costosa, en la que muchos tendrían que enfrentarse a antiguos compañeros de armas, se optó por el dialogo. Asçi pues, los tres generales comenzaron a intercambiarse cartas tratando de buscar un acuerdo común. Se le añadía el hecho de que en Oriente los asesinos de César estaban preparándose concienzudamente para lo que pudiera pasar. A finales de octubre de aquel mismo año se reunieron en Bononia, al norte de Mutina.

El segundo triunvirato de la República

Tras intensas negociaciones, los tres líderes llegaron a un acuerdo que decidieron plasmar como una alianza oficial. Incluso se concluyó que una vez llegaran a Roma se redactara una ley. Los tres acordaron compartir el poder supremo que ostentaría un dictador. Se convirtieron pues en tresviri rei publicae constituendae. O lo que es lo mismo, en triunviros con poder para restaurar el Estado.

El segundo triunvirato y las listas de proscripcionesDenario del año 42 a. C. en el que aparece la efígie del triunviro Marco Emilio Lépido. Fuente: Classical Numismatic Group

César aceptó renunciar a su breve consulado, dimitiendo en favor de Ventidio. Este ostentaría el cargo hasta finales de aquel año. Con ese pacto, los tres se dirigirían a Roma con una parte de sus tropas combinadas. Ya no quedaba nadie en Italia que se les pudiera oponer militarmente. De esa manera la entrada en Roma fue pacífica, y el 27 de noviembre, la Asamblea Popular ratificó el triunvirato. Se le otorgó ese poder durante los siguientes cinco años. Además, los tres generales reconocieron formalmente el reparto de provincias que ya habían hecho previamente.

Y las cosas quedaron de la siguiente manera: Lépido se quedó la Galia Transalpina y las provincias hispanas. Antonio el resto de la Galia y César se quedó Sicilia, Cerdeña y las islas cercanas a África. Esas provincias se controlaron mediante legados leales a ellos ya que no era necesario que estuvieran de cuerpo presente.

Se convirtieron más en caudillos con ejércitos más leales a ellos que a la República. Pero sus enemigos, Sexto Pompeyo, por un lado, y Casio y Bruto por el otro, habían hecho lo propio con sus tropas.

Un cambio en las estructuras de la República

El joven César con veinte años había vuelto a ascender, pasando de ser cónsul a ser triunviro. Se había colocado por encima del Senado y de muchos hombres con más experiencia. Sin duda la carrera meteórica del muchacho le auguraba un futuro más que prometedor. Apenas le quedaba algo más que conseguir, y es que casi había logrado el poder absoluto.

Pero todo ascenso al poder, y más haciéndolo de aquella manera, implicaba un daño colateral. Y en este caso llegaría en forma de la famosas y temidas proscripciones. Así se llamó a esas listas de traidores, en las que constaban los nombres de los que suponían una amenaza. Esas personas era mejor sacárselas de en medio lo antes posible.

Ya de camino a Roma, los triunviros se encargaron de entregar una lista con varios nombres a sus leales. Se formaron avanzadillas para eliminarlos antes de la llegada y tener el trabajo ya hecho. Si les sacaban de en medio, nadie se les opondría y sembrando el miedo, ya sabéis como funcionan las cosas.

El terror se apodera de Roma

Evidentemente no se dio aviso a nadie de lo que se avecinaba. Pero como no era nada nuevo, sabemos que algunos de los hombres que estaban en esas listas, fueron hábiles y huyeron de Roma. Entre ellos estaba nuestro querido Cicerón, que algo se olería para huir. Imagino que las Filípicas contra Antonio tendrían algo que ver.

El segundo triunvirato y las listas de proscripcionesBusto de Marco Tulio cicerón. Museos Capitolinos, Roma

Aquella primera noche fue un caos en la ciudad. EL terror se adueñó de las calles y sobre todo de algunos de los hombres más ricos e influyentes de la ciudad. Aquellos que habían expuesto su desacuerdo con cualquiera de los nuevos señores de la República lo pagaría muy caro.

Pero con la llegada de los tres elegidos a la capital, la cosa no hizo sino empeorar. Se estaba reviviendo lo acontecido pocas décadas atrás, en tiempos de Sila. el dictador ya hizo algo muy parecido con sus rivales políticos en su día. Hay constancia de que se colgaron dos listas en unos tableros en el Foro, y los que constaban en ellas pasaron a ser enemigos del Estado. Las consecuencias que ello reportaba eran más que conocidas.

Sálvese quien pueda…

Pasaban a ser un premio para aquellos que estuvieran sedientos de recibir una recompensa por parte de los socios del gobierno. No solo los legionarios tenían derecho a matarlos. Cualquiera podía hacerlo y a cambio recibiría parte de sus propiedades. Pero para cobrar esa recompensa se requería presentar previamente la cabeza del objetivo. Una vez presentada y confirmada la identidad, esta se clavaba en la Rostra como ejemplo para el resto.

Imaginad ahora que tiempos más convulsos. El terror apoderándose de las calles de Roma. La gente huyendo o incluso siendo asesinada en su propia casa por familiares o vecinos. Y es que ya no importaba nada, tan solo enriquecerse a costa de la vida de otros. Aprovechar la oportunidad para limar viejas afrentas, o simplemente sacar beneficio de la situación. Además, se advertía que cualquier persona que prestara ayuda a esos traidores, sería tratado de la misma manera que ellos.

La lista inicial llegó a ser de varios centenares de nombres y los meses siguientes llegó a alcanzar la cifra de dos mil personas. Por desgracia los romanos estaban más que acostumbrados a eses tipo de acciones. No solo me refiero a lo ocurrido con el antes nombrado Sila. Sin ir más lejos, el mismo Cicerón hizo algo similar, aunque en menor escala cuando se juzgó a los seguidores de Catilina en su conjura.

Nadie podía plantarles cara a los triunviros, que tenían a sus legiones apoyándoles. La justicia era injusta de nuevo y como dijo un oficial de Antonio en un tono bastante irónico: “no resulta sencillo escribir críticas de alguien que puede proscribirte”. Razón no le faltaba al hombre por muy cruel que pudieran sonar sus palabras.

La dureza de las proscripciones

La lex Titia que daba validez al triunvirato se aprobó el mismo día de ser presentada, contra todo pronóstico. Normalmente se requerían tres días para hacerlo, pero la situación así lo requería. La cuestión fue que los nuevos amos de Roma dijeron que no querían cometer el mismo error que César en su día. El dictador se mostró clemente con los vencidos y les perdonó. Pero ellos no iban a equivocarse y a dejar vivos a quienes después podían traicionarlos. Esa era la manera de justificar sus terribles actos.

Se sabe que incluso Antonio y Lépido inscribieron en la lista a parientes suyos, tratando de esa manera de dar ejemplo. La sangre y el linaje de la gens no era un motivo suficiente para estar a salvo. Lo que importaban eran las lealtades políticas, y llegado el caso los triunviros no aceptarían a aquellos que les hubieran cuestionado.

Evidentemente no todo estaba tan claro. Después de supo que Lépido seguramente avisó a su hermano Emilio Paulo para que pudiera huir a Mileto. Además, el propio Antonio acabó perdonando al hermano de su madre. En parte gracias a la mediación de esta en público, aunque podría haber sido un paripé como otro cualquiera.

Incluso los cónsules cayeron

Incluso Cicerón tuvo la oportunidad de escapar a la purga, aunque la mala suerte evitó que su nave pudiera partir a Oriente. Halló la muerte el 7 de diciembre del 43 a. C. y se convirtió en un aviso para navegantes. Ni un ex cónsul estaba a salvo de las proscripciones.

Hay constancia de que el joven César trató de aplacar los ánimos en lo relativo a Cicerón. Recordó imagino el apoyo que este la había brindado en su momento. Aunque no sirvió de mucho ya que Antonio lo tenía ya enfilado. El aristócrata ordenó que le trajeran la mano derecha y la cabeza del senador para clavarlas en la Rostra. Quería vengarse de la mano que había escrito la Filípica y de la boca que la había pronunciado.

El segundo triunvirato y las listas de proscripcionesImagen actual de los Rostra Imperiales, situados en el Foro romano. Fuente: Filipo

Las lenguas, las malas me refiero, hicieron alusión a que ese énfasis por matar a tantos enemigos ricos en propiedades tenía un doble objetivo. Hacerse con sus propiedades, subastarlas y quedarse con el dinero para financiar sus 40 legiones que estaban en pie. Además, el nuevo modelo de Estado que estaban construyendo también requería una financiación. Existe la posibilidad de que, aprovechando la creación de las listas, se incluyeran algunos nombres que no supusieran amenaza alguna. Quién sabe lo que ocurrió allí…

Historias para no dormir

Hay historias rocambolescas sobre lo que se hizo y dejó de hacer en esos tiempos. Los rumores decían que Antonio y su esposa Fulvia aceptaron sobornos a cambio de perdonar la vida a hombres ricos. Y que incluso el triunviro perdonó a uno a cambio de dejarle acostarse con su esposa. Historias las hubo de todos los gustos y colores y se recogieron en obras posteriores.

Se dice que esas proscripciones permitieron incluso que algunos esclavos se ganaran la libertad traicionando a sus amos. Por el contrario, hay versiones que afirman que los triunviros castigaron a esclavos por eso. Quizás on la intemción de demostrar a la gente que el orden se debía mantener incluso en aquellos tiempos aciagos.

Pero de todo lo que se subastó, se obtuvo más bien poco. Y seguro que ahora os preguntaréis por qué. Pues muy sencillo, si fuerais un hombre rico, ¿querríais demostrarlo en público comprando propiedades? Además, ya ocurrió en tiempos de Sila que los que intentaron beneficiarse de esas proscripciones fueron a su vez atacados por avariciosos.

Esa falta de fondos hizo que los triunviros tuvieran que tomar medidas fiscales drásticas. Por ejemplo se subieron los impuestos a los más ricos en base a sus propiedades que tenían. Incluso trataron de imponer tributo a las 1400 mujeres más ricas de la ciudad. De la mano de Hortensia, las mujeres fueron a ver a las esposas de los triunviros. Y más tarde, se dirigieron al mismo Foro para ver a los amos de Roma.

Medidas contundentes

La muchedumbre apoyó a las mujeres y los triunviros alabaron su valentía. Aceptaron reducir el número de mujeres que debían pagar hasta 400. Aquella protesta tuvo su éxito, aunque fueron otros hombres los que suplieron el condonarles a ellas el tributo.

Otras de las medidas que agradaron poco a la población fueron la de incautar la mitad de la producción agrícola. O que las comunidades de Italia fueran obligadas a alojar a los soldados en invierno y mantenerlos. Con tantos hombres, no había donde acantonarlos. Tiempos duros para una República que estaba viviendo sus momentos más aciagos.

El año 42 a. C., se inició con Lépido como cónsul, junto a Munacio Planco, otro leal a Antonio. Además, se divinizó a Julio César y se iniciaron los trabajos para la construcción de un templo dedicado a su memoria. Este se levantó justo en el lugar en el que tuvo lugar su incineración.

El segundo triunvirato y las listas de proscripcionesPlano de la ubicación del Templo al Divino César dentro del recinto del Foro romano. Fuente: Christian Hülsen, Bretschneider und Regenberg, 1904

Eso hizo que el joven César ya no fuera solo heredero de su nombre, sino que además le convirtió en hijo de un Dios. Al menos fue prudente e inicialmente optó por no apropiarse de ese título tan sagrado.

Medidas políticas para afianzar la alianza

Para afianzar esa alianza frágil, César se casó con la hija del primer matrimonio de Fulvia, la esposa de Antonio. Esta se llamaba Claudia y el hecho de ser una aristócrata de pura cepa le ofrecía todo y más al joven triunviro. Era aún joven para casarse, pero la ceremonia se celebró, aunque César y ella hicieron vida marital separada. Dos años después, la pareja se divorció, y el esposo afirmó que la niña seguía siendo virgen.

La cuestión era que ese matrimonio reforzó los lazos políticos entre los que hasta hacía poco habían sido enemigos acérrimos. Los tiempos habían cambiado y las necesidades habían empujado a esos dos hombres a pactar.

El siguiente paso era vengar la muerte de Julio César. Había pasado ya demasiado tiempo y una vez la situación estaba bajo control, tocaba encargarse de los culpables. Por ello, ambos generales partieron a Oriente al frente de sus ejércitos para enfrentarse a Bruto, Casio y todos sus partidarios.

Lépido se quedó guardando Italia. La gloria de vengar al dictador recaía sobre ellos. Si perecían en el intento, estaba claro que sería Lépido el que tendría que dar buena cuenta ante los vencedores.

Y llegados a este punto del realto, creo que voy a detenerme por ahora. Lo voy a hacer a las puertas de la batalla de Filipos, aunque sé que os molestará, pero así en la siguiente entrega entramos en el meollo de la cuestión.

Un saludo y nos leemos en la siguiente entrada.

Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

La entrada El segundo triunvirato y las listas de proscripciones se publicó primero en Sergio Alejo Gomez.

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Published on March 26, 2021 10:00

March 5, 2021

Tito y los últimos días de Pompeya

Bienvenidos a una nueva entrega de ¿Sabías qué? Esta semana voy a hablaros de un tema que seguro que os va a gustar. Seguiremos en la antigua Roma porque sé que os encanta. Pero en lugar de hablar de las legiones, lo voy a hacer de un tema un poco diferente: de Tito y los últimos días de Pompeya. No me refiero a la novela, tampoco a la película ni a la serie. Sino a un detallado artículo sobre el fatal destino de la ciudad y sobre la situación del Imperio en aquel momento.

El Imperio en tiempos de la erupción

Por ello, para antes de entrar en el tema en cuestión, os situaré en los tiempos en los que ocurrió la famosa erupción del Vesubio. Por aquel entonces, el Imperio romano estaba regido por Tito Flavio Sabino Vespasiano. Vamos Tito para los amigos. Este emperador era el hijo mayor del emperador Vespasiano. Los Flavios gobernaron el Imperio entre los años 69 al 96 d. C. Cómo veis es curioso que sea un número capicúa.

Tito y los últimos días de PompeyaEstatua del emperador Tito, Museo del Louvre (París)

Sobre Tito, podríamos decir que fue conocido por ser un buen emperador. Imagino que eso se debe en gran medida al hecho de que su reinado fue más breve de lo esperado. Y es que el pobre gobernó muy poco tiempo, tan sólo desde julio del 79 hasta septiembre del 81 d. C.

En cuanto a su carrera militar hay constancia de que ejerció como tribuno en Germania Inferior entre los años 57 y 59 d. C. Posteriormente fue enviado a la provincia de Britania en el año 60 d. C. para seguir sirviendo en las legiones. Tito se casó dos veces, la primera en el 62 con Arrecina Tértula, aunque la mujer murió al cabo de poco. Inmediatamente después se casó de nuevo con Marcia Furnila, una mujer de familia noble.

Detalles sobre su carrera

Parece ser que la familia de su segunda esposa estuvo vinculada a la conspiración de Pisón del año 65 para acabar con Nerón. Tito se vio obligado a divorciarse de su esposa, imagino que para no salir mal parado o para que lo vincularan a ella. En ese tiempo ejerció la magistratura de cuestor en Roma.

Pero el episodio más relevante de su carrera militar fue sin duda el de la toma de Jerusalén en el año 70 d. C. La acción tuvo lugar en el marco de la llamada gran revuelta judía del año 66. Para saber más sobre ella podéis consultar mi artículo: La Gran Revuelta judía del año 66 d. C.

Tito acompañó a su padre como legado a partir del año 67 d. C., cuando Nerón le encargó dirigir o reconducir la situación. Al año siguiente, el emperador se quitó la vida. Y como ya sabréis Vespasiano participó como candidato al trono en aquel largo y entramado período conocido como el año de los cuatro emperadores.

Desenlace de la guerra y triunfo de Tito

Vespasiano se tuvo que encargar de afianzar su candidatura, así que delegó en Tito la finalización de la guerra contra los judíos. La campaña estaba en su fase final, las legiones ya se encontraban asediando la ciudad de Jerusalén.

Tito y los últimos días de PompeyaRelieve donde se representa el saqueo del templo de Jerusalén por los legionarios de Tito

Fueron sus tropas las que tras varios asaltos infructuosos llegaron hasta el mismo templo de la ciudad. Tras una dura lucha, lo quemaron hasta los cimientos y lo saquearon. Debemos decir que el propio Tito trató de frenar a los suyos. Pero ya sabéis lo que pasa… En el fragor de la batalla y el saqueo cuando se presenta una oportunidad de llenarte las sacas, la gente no está para órdenes.

En cualquier caso, su victoria contra los judíos fue recompensada al más puro estilo romano: con un triunfo en la capital. Fue ofrecido por su propio padre, que por aquel entonces era ya el emperador. Pudo pasear por las calles de Roma en su compañía y en la de su hermano, abriendo una larga procesión de tesoros y prisioneros de guerra.

Además, en su memoria, su hermano menor y sucesor, Domiciano, hizo erigir el arco que llevaba su nombre. Actualmente se puede visitar en el sureste del foro de Roma, en lo que era la Vía sacra. Sin duda una obra arquitectónica que no podéis dejar de visitar si vais a visitar la ciudad eterna.

Líos de faldas

Tras su flamante victoria, Tito fue nombrado prefecto del pretorio por su padre. Eso generó cierto malestar entre sus conciudadanos ya que vieron cierto nepotismo en tal acción. Aunque uno de los capítulos más oscuros de su corta vida fue el romance que mantuvo con Berenice. Esta era una princesa judía, que a la postre era hija de Herodes Agripa. Sobre ella y su vida, los autores clásicos hablaron mucho y mal, hasta el punto que Tito tuvo que renunciar a ella y alejarla de Roma.

Y es que el pueblo de Roma no veía con buenos ojos a una reina oriental cerca del sucesor del emperador. Véase el ejemplo de la misma Cleopatra y su intentó de que su hijo fuera heredero del propio César. Así, cuando Tito sucedió a su padre, Berenice regresó a Roma con esperanza de ser aceptada. Pero nada más lejos de la realidad, y es que el ya emperador la rechazó otra vez. Por mucho que él la amara, su cargo estaba por encima de lo personal.

También hizo cosas buenas

En su breve reinado, Tito fue considerado un buen emperador. Al menos por Suetonio y muchos de los clásicos de su tiempo. Aunque el hecho de no disponer de mucho tiempo no le permitió demostrar casi nada, ni lo bueno ni tampoco lo malo. Fue él quien terminó la construcción del anfiteatro Flavio, el conocido como Colosseo.

También ordenó que se acabaran los juicios por traición, una medida que sin duda le hizo muy popular. Y es que durante su corto reinado ningún senador fue asesinado. Relacionado con el asunto que estoy tratando en artículo, se mostró más que generoso con las víctimas de la erupción del Vesubio. Pero no sólo con ellas, sino que también con las del gran incendio que sufrió Roma en el año 80 d. C.

En ese incendio del que no se habla tanto, muchos edificios emblemáticos de la ciudad fueron afectados por el fuego. Hay que destacar el Panteón, el templo de Júpiter o la Saepta Julia.

Pompeya y el Vesubio

Y ya que ha salido el tema de las catástrofes que tuvieron lugar en su gobierno, vayamos a la más destacada. Sin duda la erupción del Vesubio fue uno de los episodios más trágicos del gobierno de Tito. Pero es de ley destacar en este apartado que Pompeya fue tan sólo una de las ciudades afectadas por el desastre natural.

Tito y los últimos días de PompeyaImagen del monte Vesubio, Imagen de Charlotte Gupta en Pixabay

Las mismas consecuencias las sufrieron Herculano, que estaba incluso más cerca de las faldas del volcán, y Stabia, que estaba a corta distancia de Pompeya, tal vez a unos dieciséis kilómetros.

En cuanto a la datación del desastre siempre se había pensado que tuvo lugar en agosto del 79. Aunque investigaciones recientes, basadas varias cartas de Plinio el Joven lo sitúan más bien entre el 24 y el 26 de octubre del mismo año. Este cambio de fechas se debe a un error en la traducción de las misivas del erudito enviadas a su colega Tácito en Roma.

Preludios del desastre

Los ciudadanos de Pompeya estaban más que acostumbrados a los pequeños terremotos. Esos temblores formaban parte de su día a día. Varios días antes de que el volcán entrara en erupción, la tierra comenzó a avisar. No eran avisos normales, sino que la intensidad dejaba entrever que algo malo podía ocurrir. Pese a eso, no todos los habitantes de Pompeya decidieron abandonar la ciudad. Muchos se negaron a abandonar la ciudad alegando que no sucedería nada grave.

Esa no era la primera vez que se producía un terremoto de gran magnitud. Y es que tan sólo unos años antes, el 5 de febrero del 62 se produjo uno de intensidad entre 5 y 6. Afectó severamente a la ciudad de Pompeya y también a la de Herculano. Otras ciudades cercanas como Neapolis o Nocera también se vieron afectadas, aunque en menor grado. Sin duda, ese desastre natural podía ser un aviso de que el Vesubio entraba en una fase de actividad.

Tito y los últimos días de PompeyaMapa de la región afectada por la erupción del Vesubio del año 79

Pero los romanos de esos tiempos, quizás no supieran que el Vesubio era un volcán. Pensaban que era un simple monte. Debemos tener en cuenta que el conocimiento geológico escaso de entonces. Además, si lo hubieran sabido, quiero imaginar que no se habría quedado nadie en la ciudad.

La erupción del 79

Pero entremos ya en los detalles de la catástrofe. Antes de nada por eso quisiera aclarar que la ciudad no fue destruida por los terremotos previos a la erupción. Los daños más graves se produjeron al mediodía de la fatídica jornada. Y estos tuvieron lugar cuando una lluvia de fragmentos de piedra pómez y piedra volcánica emergió del Vesubio. El volcán comenzó a arrojar infinidad de estas piedras.

Esta comenzó a destruir los techos de las casas y comenzó a provocar las primeras muertes por derrumbe. Imagino que fue entonces cuando la gente se tomó en serio la amenaza y comenzó a plantearse la huida. Aunque la cosa se complicó porque esas rocas cada vez eran más grandes y evidentemente podían matar a una persona por la fuerza con la que caían.

La imagen de la montaña escupiendo una nube de humo de kilómetros de altura debió ser espantosa. Eso fue lo siguiente que ocurrió. Al menos así lo definió Plinio, que estaba en Miseno, al otro lado de la bahía de Nápoles, a unos treinta kilómetros de Pompeya.

Operación de rescate

Su tío, Plinio el Viejo, estaba a cargo de la flota acantonada en la base naval de la ciudad. Cuando se dio cuenta del peligro que corrían los habitantes de las ciudades colindantes, ordenó preparar las naves. Organizó una operación para intentar rescatarlos por mar. Aunque si hubiera sabido que esa era una tarea imposible, se habría quedado donde estaba. Incluso él se convirtió en una víctima más de la catástrofe natural.

Mientras tanto en Pompeya, sus habitantes quedaron atrapados en las casas. Y es que tras varias horas lloviendo piedras, cada vez más gruesas, la evacuación era casi imposible. Muchos se refugiaron debajo de escaleras, o en sótanos para evitar ser aplastados por los derrumbes.

De las piedras al calor

Aunque lo único que hicieron fue alargar la agonía, ya que su destino estaba escrito. Tras las lluvias incesantes, llegaron las nubes de polvo y vapores. Los datos de los geólogos modernos afirman que se iniciaron mediante oleadas. Estas se deslizaron por las laderas del volcán a una velocidad de más de cien kilómetros por hora. Además, eran muy altas, por lo que fueron arrasando todo lo que hallaban a su paso.

Pero lo peor de todo era la temperatura de estas. Se cree que superaban los trescientos grados centígrados. Las primeras, según estudios de estratos, fueron frenadas por la muralla norte de la ciudad. Pero las de la mañana siguiente, que fueron mucho más violentas, las superaron sin mayor dificultad y entraron en la ciudad.

Estas fueron las que acabaron con los supervivientes de la lluvia de piedras. Tradicionalmente se había creído que los pompeyanos que quedaban aún con vida murieron ahogados por los vapores. Nada más lejos de la realidad, lo hicieron a causa de las altas temperaturas de esas olas. Por suerte para ellos no les dio ni tiempo de gritar. Perecieron en una fracción de segundo por las altas temperaturas. Los expertos las comparan con una explosión nuclear.

El fatal destino de Pompeya

Tras dos días de lluvia de piedras y cenizas, la ciudad quedó sepultada bajo cinco metros de estrato. Plinio el Viejo, que había tenido que dirigirse a Stabia ante la imposibilidad de ir hasta la costa cerca de Pompeya, también pasó a mejor vida.

Según los estudios arqueológicos actuales, perecieron entre dos y tres mil pompeyanos en aquel desastre. De una población que rondaría quizás los quince o veinte mil. El desastre podía haber sido peor sin duda, pero se perdieron demasiadas vidas.

La ciudad quedó sepultada completamente y se perdió en el olvido. No fue hasta el año 1748, cuando unos obreros que reparaban unas cañerías de una planta de producción de trigo dieron con algunos restos. Fue entonces cuando se iniciaron las excavaciones arqueológicas para desenterrar la antigua ciudad romana.

La otrora opulenta y magnifica Pompeya, fue borrada del mapa junto a Herculano y Stabia. Sin duda ese fue uno de los episodios más trágicos a los que tuvo que hacer frente Tito en su corto gobierno.

Volviendo a Tito

No voy a hablaros sobre el otro gran desastre de su gobierno, el incendio de Roma del año 80 d. C. Si queréis saber más, os remito al artículo escrito por Federico Romero Díaz en su blog Historia y Roma antigua. El título es: Año 80 d. C., el otro gran incendio de Roma. Allí encontraréis una explicación muy detallada de lo acontecido que estoy convencido de que os gustará.

Pero volvamos de nuevo a Tito, que lo habíamos dejado un poco de lado para hablar de Pompeya. El emperador tuvo la mala fortuna de tener que hacer frente a situaciones críticas. Aunque como habéis visto, lo hizo francamente bien. Dentro de sus posibilidades claro. Fue una lástima que no dispusiera de más tiempo para demostrar su valía, porque según las fuentes escritas del momento apuntaba maneras.

Sabemos que designó a dos antiguos cónsules para que se encargaran de las tareas de reconstrucción de Pompeya y Herculano. Aunque poco se pudo hacer por las ciudades que como os he contado, quedaron sepultadas bajo toneladas de piedra y ceniza.

Lo que sí que hizo fue donar una gran cantidad de monedas del tesoro imperial para ayudar a las víctimas del desastre. Imaginad que todos los que lograron sobrevivir se quedaron sin nada. No había ciudades ni casas a las que regresar y habían perdido todas las propiedades.

Algunos contratiempos más

Pero la erupción del Vesubio y el incendio de Roma no fueron los únicos contratiempos a los que tuvo que hacer frente. También hubo tiempo para una revuelta.

Tito y los últimos días de PompeyaBusto del emperador Nerón, Jardín de Verano (Rusia)

En este caso fue la de Terencio Máximo, uno de los llamados falsos Nerones. Estos hombres, que fueron varios, surgieron algún tiempo después de la muerte del emperador. Todos ellos dijeron ser el propio emperador o al menos su reencarnación. Obviamente supusieron un contratiempo para los Flavios, ya que reclamaban el trono imperial.

Según dijo Dion Casio, este personajillo, Terencio Máximo incluso se parecía a Nerón físicamente. Pero además, incluso tocaba la lira. Por su bien, esperamos que lo hiciera mejor que el original.

Una muerte temprana

Con ello llegamos a la fecha fatídica del 13 d septiembre del 81 d. C. Nuestro breve y querido Tito falleció a causa de unas fiebres. Esa es la teoría más aceptada sin duda. Aunque las malas lenguas insinuaron que el que se encargó de enviarle a la otra vida fue Domiciano.

Este, había estado siempre a su sombra y quizás quiso deshacerse de su  hermano por lo popular que era. Y es que la envidia es muy mala como ya sabréis. Ha algo que podría ratificar la teoría del asesinato, o por lo menos de la intervención de Domiciano. Y es que tiempo antes de su muerte, Tito tuvo noticias de que se hermano conspiraba para matarle. Pero parece ser que rechazó la opción de desterrarlo o asesinarlo.

Si de verdad sabía de sus planes, no hay duda de que cometió un crasso error al no tomar cartas en el asunto. Aunque su reacción también nos da una pista de que realmente sí que era un buen hombre. El Imperio perdió a un gobernante que prometía, y se quedó con otro que fue conocido por un reinado que dejó mucho que desear.

Cómo todos sabréis el propio Domiciano le sucedió en el trono y su primer gesto fue deificar la figura de su hermano… ¿Remordimientos de conciencia tal vez?

El Talmud y la muerte de Tito

En este punto os quiero destacar otra teoría más extraña sobre la muerte de Tito que la del asesinato por parte de su hermano. Y es que el Talmud, la gran recopilación de leyes, tradiciones, costumbres,… de la religión judía, nos da otra versión. Según esta, en su estancia en Jerusalén, un insecto se le introdujo a Tito por la nariz y se alojó en su cerebro durante siete años.

Tito y los últimos días de PompeyaEl Talmud de Babilonia, de 1342, Museo de la Diáspora, Tel-Aviv (Israel)

Eso le causaba fuertes dolores de cabeza y le hacía sufrir muchísimo. De casualidad, el romano sintió alivio cuando un herrero comenzó a dar golpes de martillo a un yunque. El emperador contrató a varios herreros para que se pasaran el día golpeando el yunque y aliviar de esa manera su dolencia.

Aunque parece ser que le fue bien, el insecto continuó estando en su cabeza hasta que al final falleció. Cuando el emperador murió, abrieron su cráneo. Aunque no hay constancia de que se hicieran autopsias en aquellos tiempos. Igualmente, el resultado fue que en el interior de este, encontraron ese insecto. Y según el relato, había crecido hasta tener el tamaño de un pájaro.

Según el Talmud esa había sido la venganza divina por lo acontecido en Jerusalén y la quema y saqueo del templo. ¿Vosotros os lo creéis?

Hasta aquí la entrada de esta semana. Espero que os haya gustado y os emplazo a la siguiente. Un saludo a todos.

Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

La entrada Tito y los últimos días de Pompeya se publicó primero en Sergio Alejo Gomez.

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Published on March 05, 2021 09:00

February 26, 2021

El advenimiento de Octavio: de niño a hombre

Bienvenidos a una nueva entrada de mi blog. Esta semana he decidido dar continuidad al relato que ya inicié tiempo atrás en el que os hablaba de La República romana tras la muerte de César. Quedó un poco inconcluso y creo que puede ser bueno que conozcáis un poco más detalladamente los siguientes acontecimientos. Quiero profundizar en la figura de su heredero y por ello hoy voy a hablaros sobre el advenimiento de Octavio: de niño a hombre.

Para ello comenzaré por explicaros como estaba la situación en la República tras los últimos movimientos políticos de los que os hablé en la anterior entrada. Os recomiendo leer: La República romana tras la muerte de César. La cuestión era que las relaciones entre Octavio, ya Cayo Julio César Octaviano y Marco Antonio no eran demasiado buenas. El Senado, con Cicerón a la cabeza tampoco las tenía todas y estaba un poco entre dos aguas. El primero tenía el nombre y dinero, el segundo el consulado y la lealtad de gran parte de los partidarios del difunto dictador. También poseía algunas legiones, y eso le hacía ser peligroso.

Clima de tensión

La cuestión fue que Antonio, sabiendo que la situación se podía complicar en cualquier momento, reclamó a la legiones Martia y IV una vez llegaron hasta Brundisium. Quería que estas sirvieran bajo sus órdenes en la más que probable guerra que se avecinaba contra el revoltoso heredero de César. Además, también llegaron dos más procedentes de Macedonia, aquellas que en un inicio juraron vengar la muerte del dictador, la II y la XXXV.

El advenimiento de Octavio: de niño a hombreBusto romano que podría representar a Marco Antonio. Perteneciente a la época Flavia (69-96 d. C.). Museos Vaticanos, Roma.

Con ellas, Antonio disponía de un ejército muy superior para enfrentarse a aquel que se había convertido en enemigo público. Pero Antonio no contaba con que los oficiales que formaban parte de esas legiones, conocían más a Octavio que a él. Algunos habían hablado con él en Apolonia y le habían transmitido su lealtad. Realmente esa lealtad era la misma que le tenían a César y no a Antonio, que más bien siempre había sido un segundón a su lado.

Estaba claro que, aunque este último fuera el cónsul legítimo, el joven César era muy generoso con sus donaciones. No solo prometió entregar 500 denarios por enrolarse, sino que añadió la nada despreciable suma de 5000 cuando los legionarios se jubilaran. Esa cantidad equivalía a la suma de 20 años de paga, una cifra nada despreciable.

Reacción desmesurada y consecuencias fatales

Con esa oferta no es de extrañar que cuando Antonio ofreció 100 denarios por seguirle, muchos de ellos le abuchearan. En ese momento no se contuvo y mandó apresar y ajusticiar a los amotinados para castigar ejemplarmente a aquellos que no le apoyaran. Con ese golpe severo pensó que la lealtad de las legiones estaba comprada. Pero estaba equivocado, y es que la severidad y su temperamento le jugaron una mala pasada. En la marcha hacía el norte, los legionarios de la Martia, que iban al frente se declararon abiertamente a favor de César. La IV la siguió de inmediato y desertó de las filas consulares.

Antonio, dándose cuenta del error que había cometido, reaccionó rápido y repartió 500 denarios entre los legionarios de las otras dos legiones. Al menos aquel donativo hizo que la II y la XXXV se mantuvieran leales a su persona. Aunque se sabe que algunos soldados desertaron de manera individual o en pequeños grupos y se unieron a la causa del joven candidato.

Tras un discurso en el Senado y un desfile de tropas, Antonio partió a la Galia Cisalpina con sus dos legiones. Se trataba de la mitad de las que tenía al inicio. Pero fue hábil y sumó otra creada con veteranos del a V Alaudae y una cantidad elevada de auxiliares entre los que estaba la caballería mauritana. Así pues, Antonio pudo reunir con esfuerzo un ejército de unos 15 mil hombres.

El ejército del oven César

Por su parte, César, tan pronto recibió a las dos legiones, repartió los 500 denarios prometidos antes de que dudaran de él. Estas dos legiones estaban al completo y habían entrenado duro los últimos años para ir a Partia. Eran soldados veteranos y curtidos que destacaban por ser excepcionales combatientes. Hablamos pues de unos números muy similares entre ambos ejércitos.

Mientras tanto, los conjurados que habían acabado con el dictador se lo estaban mirando desde la comodidad de sus asientos en el Senado. Puedo llegar a imaginarme una escena en la que Cicerón envía una misiva a Casio y Bruto diciéndoles que estén tranquilos. Mejor observar desde la distancia como aquellos dos se matan y les allanan el camino.

En cualquier caso, sabemos que Cicerón no se quedó quieto. Estos optaron por apoyar a uno de los bandos, y el elegido sería el joven César. Comenzaron a llamarle así en lugar de Octavio, para granjearse su confianza. La República, porque ellos lo eran, aceptaba la ayuda de un joven muchacho de 19 años que tenía un ejército capaz de enfrentarse al verdadero enemigo: Antonio.

Movimientos calculado e inteligente

El propio Cicerón elaboró un discurso para justificar la decisión y alabó al joven César. Hizo inciso en el hecho de que había usado su fortuna personal para levantar un ejército en pro de defender a la Res Pública. Además, ese discurso también alabó a los legionarios de la Martia y a su lealtad. ¿Interés puntual para sacudirse a Antonio? Inteligente Cicerón, para que nos vamos a engañar.

La cuestión fue que el ejército de César era ilegal en toda regla. Al menos sobre el papel, ya que en primer lugar las legiones habían desertado saltándose el mandato y la orden de un cónsul. Y en segundo, porque César carecía de autoridad legal alguna para dirigir tropas. Pero la necesidad apremiaba, y Cicerón instó a los demás a hacer ver que no era una ilegalidad. Para él y sus partidarios, Antonio era un traidor y eso era suficiente para apoyar al muchacho.

El advenimiento de Octavio: de niño a hombreDibujo que representa la cámara senatorial (antigua Curia)

Pero pese a la insistencia de Cicerón, el Senado en pleno no consideró oficialmente a Antonio como enemigo público. Seguía siendo cónsul y evidentemente no podían considerarle un enemigo de la República por mucho que el orador insistiera. Así que se optó por enviar a tres miembros para negociar con Antonio. EL resultado fue totalmente infructuoso, ya que este continuaba atacando verbalmente al joven César. De su boca salían sandeces como que no era heredero digno de su tío. O que era un don nadie provincial descendiente de esclavos extranjeros y cosas de ese tipo.

El menos malo de los dos

Cicerón veía ahora a Antonio como un mal peor del que había sido el propio Julio César. Le consideraba más tirano que el dictador y mucho peor gestor, ya que no había hecho nada a la altura de su predecesor. Pero aquí quizás ya había algo más bien de índole personal. Se repetía el mismo juego que en el 49 a. C. Si por aquel entonces Catón y sus aliados se sirvieron de Pompeyo para enfrentarse a César, ahora, Cicerón iba a hacer lo mismo con el joven César en contra de Antonio.

La diferencia era que César tenía 19 años y no tenía experiencia política, así que a priori no supondría una amenaza para sus intereses. Al menos eso era lo que él creía. Lo que sucediera después, quizás le dejara perplejo. Así pues, el 1 de enero del 43 a. c. fueron nombrados dos nuevos cónsules, Hircio y Pansa. Con el final de su consulado, Antonio fue declarado enemigo público de la República. Su mandato había finalizado y no había devuelto el mando de sus legiones, y eso era ya un motivo de peso.

Pero eso no fue todo en ese inicio de año convulso a nivel político, si no que además a César se le otorgó un imperio propretoriano. Este cargo le otorgaba poder para dirigir tropas de manera legítima. Además, también se le concedió el acceso al Senado y se le nombró cuestor. Eso le allanaba el camino hasta las magistraturas superiores diez años antes de lo habitual. Como podéis apreciar, en pocos meses, el joven César había pasado del fracaso de tener que retirarse de Roma a ser parte fundamental del juego.

Inicio de las operaciones

El invierno fue un período de relativa calma. Pocos movimientos, tan solo el asedio de Mutina por parte de las tropas de Antonio, que acorralaron a Bruto y sus leales dentro de la ciudad. Las lealtades estaban poco claras y Cicerón buscó aliados en los gobernadores provinciales de Hispania y las Galias para que Bruto no estuviera solo. Pero en el momento de actuar, pese a decir que eran leales a la República, se mantuvieron al margen.

En Oriente, otro de los asesinos de César, Casio, se hizo con el control de las legiones de Siria. Pero estaban muy lejos para acudir en ayuda de Bruto. Las legiones del joven César era la única opción que le quedaba al conspirador. Así que el muchacho, otrora un don nadie, se puso a las órdenes de los dos cónsules de manera cordial. Y es que ambos habían servido con lealtad a su tío abuelo en su día.

El advenimiento de Octavio: de niño a hombreExtracto de la pintura de la muerte de César en el que se representa a Cayo Casio Longino. Obra de Vicenzo Camuccini (1804-1805). Galleria Nazzionale d’Arte Moderna e Contemporanea, Roma.

En marzo el ejército consular y los refuerzos de César se pusieron en marcha. Eran cuatro legones, la Martia, la IV, la VII y llegó más tarde la VIII. Pansa se quedó en Roma reclutando más legiones hasta el 19 de marzo que se puso en marcha. Mientras que Hircio y César avanzaron al encuentro de Antonio de inmediato. El objetivo era levantar el asedio de Mutina o al menos romper las líneas y llegar hasta la ciudad. Pero eso era complicado y Antonio les cortó el paso. La segunda semana de abril, las cuatro legiones de Pansa estaban cerca de Mutina, y Antonio tuvo que ingeniárselas para evitar que se unieran a las de Hircio y César.

La batalla de Forum Gallicum

El plan fue escaramucear el campamento de estos últimos para mantenerlos ocupados y emboscar con el grueso de sus fuerzas a Pansa que venía con soldados noveles, recién reclutados. Pero la información se filtró como siempre ocurre, e Hircio envió a la Martia por la noche para reunirse con el ejército de Pansa. Así serían más numerosos y contarían con veteranos para resistir el ataque.

El 14 de abril, las fuerzas chocaron cerca de la ciudad de Forum Gallicum o Gallorum, y la Martia, al frente, buscó la venganza por las ejecuciones de sus oficiales por parte de Antonio en Brundisium. El combate fue largo y terrible y al final la Martia tuvo que replegarse. La batalla acabó en tablas podría decirse. Entonces, Hircio al frente de la Martia y la VII contraatacó mientras los legionarios de Antonio se retiraban sin orden. Los cogió por sorpresa y quebró las filas de la II y la XXXV que sufrieron unas bajas terribles, llegando incluso a perder las águilas en el combate.

Después de aquel varapalo, Antonio siguió con el asedio de Mutina, pero su estrategia pasó a ser claramente defensiva. Al final de la semana los ejércitos se volvieron a enfrentar a gran escala y Antonio volvió a ser derrotado de manera clara. Con la maniobra, consiguieron que Antonio levantara el asedio de Mutina. Pero Hircio pereció durante el asalto. Y al cabo de pocos días, el otro cónsul, Pansa, murió de las heridas sufridas en el primer encuentro.

El favor de los dioses

El cónsul electo para el año siguiente era ni más ni menos que Bruto, pero este no contaba con apoyos suficientes para ocupar el cargo. La mayor parte del ejército disponible era el del joven César y los soldados evidentemente no le tenían simpatía alguna. Al fin y al cabo no dejaba de ser uno de los implicados en el asesinato de Julio César.

La cuestión era que el joven César, tenía no sólo el control de sus propias legiones, sino de las de los dos cónsules que ya no estaban. Eso le otorgaba mucho poder y evidentemente los que lo habían ensalzado ahora temían por sus vidas. Sin darse cuenta lo habían elevado hasta la cúspide del poder.

Cuando la noticia de la victoria llegó al Senado, Cicerón respiró aliviado, aunque todavía no sabía que los dos cónsules se habían quedado en el camino. Fue entonces cuando se proclamó enemigo público a Antonio de manera unánime a la vez que a Bruto y Casio se les reconoció como legítimos comandantes de sus tropas provinciales.

Todo estaba de nuevo descontrolado, o más bien controlado por Cicerón y sus afines. César no se puso jamás a las órdenes de Bruto. Es más cuando se le pidió entregar las legiones a Bruto, los propios soldados se negaron a aceptar esa orden. Cicerón no pudo sino entregarle las legiones de reclutas únicamente para que persiguiera al escurridizo nuevo enemigo público.

¿Qué pasaba con Antonio?

Antonio había logrado huir y lo que hizo fue usar sus contactos e influencias. Eso le permitió poder reunir tres nuevas legiones mediante la intercesión de un antiguo oficial de Julio César, Publio Ventidio Baso. Con esos refuerzos pasó a la Galia Transalpina y allí se hizo fuerte. El Senado instó a los gobernadores de la provincia y de Hispania a que les cortaran el paso. Evidentemente sus ejércitos no lo hicieron ya que habían servido bajo el mando de Julio César en su día. Cedieron sus legiones a Antonio y se unieron a su causa. Eso hizo que el enemigo público contara con un nuevo y poderoso ejército.

Fue entonces cuando el Senado cometió un error al licenciar a las tropas vencedoras en Mutina. Lo hizo tras concederle un triunfo a Bruto y una simple ovación al joven César. Tampoco les concedió lo prometido por el joven César en su día cuando abrazaron su causa. Y es que los senadores no estaban dispuestos a concederle más al joven, al que veían como candidato a ocupar el consulado. Es más, en julio una delegación de oficiales del ejército de César entró en Roma para solicitar el consulado para su líder.

El Senado rechazó todo con la altanería propia de su categoría. Las fuentes dicen que el centurión que encabezaba la embajada, un tal Cornelio, agarró la empuñadura de su espada y vaticinó: “Esto lo hará, si no lo hacéis vosotros”.

El advenimiento de Octavio

Acto seguido se presentaron ante César en la Cisalpina y le exigieron que los condujera a Roma. Con las ocho legiones de nuevo reunidas, se dirigió al sur y cruzó el Rubicón, emulando a su tío abuelo. Ante el miedo, el Senado concedió al joven la opción de presentarse al cargo in absentia. Aunque eso no era suficiente para el poderoso general, que continuó avanzando hacia la capital. Se hizo avisar a dos legiones de África para defender Roma. Pero cuando César llegó a las proximidades de ella, en lugar de plantarle cara, se le unieron.

El victorioso muchacho entró en Roma ante el aplauso y la ovación del pueblo y el 19 de agosto del 43 a. C., y fue elegido cónsul con solo 19 años. Jamás en la historia de Roma, nadie a tan temprana edad había ocupado la magistratura más elevada de la República. Algo tuvieron que ver en todo eso sus legiones que estaban acampadas en el Campo de Marte.

Tras vencer en la votación, imagino que amañada por la presencia de sus soldados, llevó a cabo los rituales sagrados correspondientes. Además, dijo haber visto volar 12 buitres en el cielo. Vamos, lo mismo que Rómulo en su día… Vaya con el joven César… Y lo tomaban por un niñato.

Espero que os haya gustado la entrada de esta semana. Ya os adelanto que aún queda mucho más que explicar sobre este episodio tan importante y crucial de la República romana. Así que manteneos atentos a próximas entregas en las que continuaré con el relato de los hechos.

Mientras tanto, si estáis ansiosos por continuar con el relato de los hechos, os aconsejo que os hagáis con uno de mis libros favoritos que narran muy bien este período del autor Adrian Goldsworthy.


Un saludo cordial,

Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

La entrada El advenimiento de Octavio: de niño a hombre se publicó primero en Sergio Alejo Gomez.

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Published on February 26, 2021 09:00

February 12, 2021

¿Solo dos temporadas de la serie Roma?

Bienvenidos a una nueva entrada de mi blog. Esta semana vuelvo con aquello que os prometí que terminaría. Como recordaréis ya os presenté mi análisis personal de la primera temporada de la serie Roma de HBO. Tuve que hacerlo en dos artículos ya que la magnitud del producto así lo requería. Ahora, que ya conocéis algunos aspectos comunes que saldrán también en la segunda temporada, os traigo mi visión de la misma. Así que, os lanzo la primera pregunta: ¿Solo dos temporadas de la serie Roma?

Y es que precisamente eso es lo que nos ocurre a la mayoría. En unos tiempos en los que toda serie que se precie debe tener al menos cinco temporadas, por no decir más, Roma nos sabe a poco. Evidentemente que hay que tener en cuenta otros factores que para el gran público pueden no ser tan esenciales. Para la productora, sin duda, sabemos que fue determinante a la hora de no proseguir el dinero. Ya que supuso un enorme gasto la elaboración de tan magna producción. De ahí que, tal vez, esta segunda temporada peque sobre todo en el final (los dos últimos episodios), de una precipitación en el devenir de los acontecimientos.

¿Será que justo antes de grabarlos se comunicó que no habría una renovación, y tuvieron que acelerarlo todo para rodar un final un poco decente?

Para todos aquellos que os apetezca ver la serie, sabed que la tenéis disponible en la plataforma de streaming de HBO, y para los que no estéis suscritos, os dejo unos enlaces desde donde la podréis conseguir:

Pack Serie CompletaPack Temporada 1

Un inicio convulso

Esta segunda temporada comienza con una imagen de César muerto en mitad del Senado. Algo que sin duda es una imagen clara de lo que nos espera en los primeros capítulos. Al menos a nivel de trama política en la que Roma queda descabezada, y con dos bandos claramente enfrentados. Y ya no empieza siguiendo los hechos narrados por las fuentes. Y es que nos presenta a Octavio presente en Roma, junto a su madre.

¡Mal! Por aquel entonces el muchacho estaba en Macedonia, formándose junto a Agripa por orden del mismo César. No voy a entrar en detalles sobre este asunto, aunque para entender la parte más política podéis leer mi artículo: La República romana tras la muerte de César. En él narro con detalle los primeros movimiento tras el asesinato del dictador.

La otra trama no es menos trágica. Y es que Voreno ha sido testigo de como su esposa se ha suicidado para evitarle la vergüenza, o quien sabe si avergonzada ella misma por su infidelidad. Le quita a él su derecho a arrebatarle la vida y eso le hace sentirse mal. Emerge en esos momentos la personalidad de un Voreno que veremos que a lo largo de esta temporada se convierte en un tipo solitario y oscuro.

Además, encima de todo maldice a sus propios hijos que le verán como el responsable de la muerte de su madre. Duro recorrido le espera a nuestro antiguo centurión, edil y senador. Asistiremos a una lucha entre su lado más oscuro y su lado más benévolo como veremos, que es sin duda una parte magnífica de la historia.

Roma y la muerte

Detalles importantes de este inicio, son por ejemplo los entierros de Niobe y César. Distintos como mandaban los cánones en la antigua Roma, en base a la diferente clase social a la que pertenecían los difuntos. Mientras que César recibe un funeral de Estado (con su trasfondo político interesado), donde hay plañideras que le lloran como si le conocieran de toda la vida, la pobre esposa de Voreno se tiene que conformar con el pack básico.

Voreno sosteniendo el cuerpo sin vida de su esposa. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Y es que en una procesión de tres personas, se la lleva al cementerio más tétrico, el de los pobres y se la incinera sin más. Realmente ese era el tipo de funeral que recibía la mayoría de la población de la Vrbs. Y la esposa de Voreno aún era algo privilegiada, porque muchos otros no tenían ni eso. Bien conseguido y como siempre digo, bien representado por los guionistas que se lo han currado.

Relaciones sexuales

Un aspecto muy marcado en esta serie, como ya habréis notado los que la habéis podido ver es el tema sexual. A la orden del día y presentes en todos los ámbitos de la vida y de las clases. De hecho, hay constancia de que algunas escenas fueron censuradas en su emisión en el Reino Unido. Cuan puritanos y castos nos han salido estos británicos.

La cuestión es que hay una escena en la que Atia reprende a Antonio y le dice que no se acueste con mujeres de su misma condición social. No le censura el hacerlo con mujeres de escalafón más bajo y rameras, pero le molesta que lo haga con mujeres de alta alcurnia. Otro acierto sin duda. Y es que una mujer de buena familia podía entender, es más, debía entender, que su esposo yaciera con otras mujeres. Tenía que «aliviar tensiones», pero siempre y cuando no lo hiciera con las de su misma clase o superior. Eso supondría una ofensa. Bien llevado a la pantalla porque se ha sabido captar la esencia de ese precepto o manera de hacer.

De ahí esos celos que siente hacia Cleopatra, toda una reina. Y es que se puede comprobar como no se fía de ella desde el primer momento cuando la invita a una fiesta en su casa.

Juramentos y dioses

Los dioses siempre presentes en la vida de los romanos. De eso ya os hablé en su momento y a estas alturas de la serie he podido comprobar como es algo que tiene un peso importante en las tramas. Otro ejemplo más que lo demuestra es el momento en el que Voreno vuelve a servir a Antonio. El cónsul le recuerda que hizo un juramente ante los dioses y bajo los estandartes mediante el cual era su leal servidor. Voreno, hombre de principios, se ve obligado a ponerse de nuevo bajo las órdenes de su señor.

¿Dos temporadas de Roma? Nos dejaron con las ganas... Transformación de Octavio. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Aparece en escena un nuevo actor que encarna a un viejo conocido. Podemos decir que es una evolución de cierto personaje. Pero no una evolución natural, sino algo que queda a mi parecer bastante mal. Y es que nos presentan a un nuevo Octavio. El que se fue siendo un niño, regresa al cabo de pocos meses siendo alguien totalmente diferente. ¡Error garrafal! Nos lo presentan como un hombre adulto, cuando apenas ha pasado tiempo para que haya podido transformarse de esa manera. No me ha gustado nada ese detalle. Os hablaré más adelante de otros aspectos de este personaje que también me han disgustado. En fin, avancemos.

Cuando Servilia se entera de que su hijo Bruto ha muerto en Filipos, vuelve a aparecer el mundo religioso. En esta ocasión con un ritual de maldición a las puertas de casa de Atia. La aristócrata llega a quitarse la vida para lograr que su enemiga quede maldita por los dioses del inframundo. Sin duda, estremece observar de lo que eran capaces los romanos. Además, su propia esclava la acompaña al otro mundo. No puede vivir si su señora muere, o tal vez para darle fuerzas al conjuro. Y es que el mundo de los hechizos y maldiciones era muy usado en la antigua Roma. Otro mini punto.

Más guerra

Os he comentado algo sobre la guerra. Se representa en esta serie uno de los períodos más convulsos a nivel político de la República romana. Es un régimen ya agonizante donde los grandes personajes buscaron elevarse a lo más alto, quebrando un sistema que ya parecía estar obsoleto. De ahí las constantes luchas de poder que hacen que todos ellos se enfrenten en batallas.

En esta segunda temporada asistiremos a tres de las más relevantes. Mutina, entre Antonio y Octavio, que apoya al senado. Filipos, en la que los dos rivales se asociaran para atacar a los asesinos de César (Casio y Bruto). Y la última y decisiva batalla de Actium, entre Antonio y Octavio de nuevo. Y es que estos dos se llevaban a matar, como se puede apreciar a lo largo de esta temporada.

¿Dos temporadas de Roma? Nos dejaron con las ganas... Fotograma de la batalla de Filipos. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

De las tres batallas, solo vemos algunos detalles en la de Filipos. Las otras dos son más bien intuitivas para el espectador. Me reitero en qué se podrían haber esforzado un poco más en representarlas, ya que personal y recursos tenían de sobra. Centrémonos en la de Filipos pues, ya que es la única que nos aporta algo de acción bélica. En ella se pueden ver a los dos ejércitos formados, y es una escena que pone la piel de gallina. Es espectacular y está muy logrado. Aunque hay un par de detalles que no me acaban de agradar.

Aspectos a mejorar en el ámbito bélico

Primero, que hay una breve escena en la que se ve avanzar a las tropas de Antonio y Octavio portando los pila como si fueran lanzas para combatir cuerpo a cuerpo. Ese tipo de armas eran jabalinas arrojadizas y no para entablar combate cercano. Un error que creo que se debería haber subsanado. En fin, pero no se le pueden pedir peras al olmo, y al menos eso nos permite asistir a una escena repleta de acción.

El otro aspecto que no me acaba de convencer, es la resolución de la mismas. Puedo entender que los legionarios de Bruto huyan al verse superados. Pero la escena épica/suicida del noble romano cargando él solo contra una centuria o cohorte. Vamos muchacho… Sabías que ibas a morir. ¿Para qué lo haces? Además, siendo meticuloso, sabemos que Bruto se arrojo sobre su espada a mitad de batalla cuando le llegaron noticias de que su socio y amiguete, Casio, había sido derrotado y muerto. Posteriormente se supo que Casio seguía vivo, pero Bruto ya estaba en el otro barrio.

Y no quería dejarme algo que me ha llamado poderosamente la atención. Es de la batalla de Mutina, o de lo que se ve cuando está termina. ¿Loricas segmentatas en el ejército de Octavio? Sí, señores. Las podemos ver destacando por encima de las cotas de malla. ¿Error temporal? Me da a mi que sí, pero es que quedan más chulas que las otras.

Octavio… ¿Un poco depravado?

La imagen que nos representan de Octavio no me ha gustado nada. Primero, que el segundo actor no se parece en nada al primero. Partiendo de esa falta de criterio a la hora de parecidos razonables, pintan al heredero de César como un tipo retorcido y sin sentimientos. Vale… Puede ser un joven preocupado por hacerse un hueco en el mundo de los mayores. Un muchacho que quiere jugar a un juego de adultos, y en el que es menospreciado por estos.

De ahí, a ser un hombre al que no le afecta ni lo más mínimo nada de lo que ocurre a su alrededor… Me da la sensación que lo han querido pintar frío e insensible, cuando opino que esa imagen dista mucho de la realidad. Y ya solo me faltaba ver como hacen lo mismo con Livia. La representan casi como si fuera un T800 (versión antigua de los terminators). Me recuerda a Arnie en su papel de cyborg más que a una persona viva.

¿Dos temporadas de Roma? Nos dejaron con las ganas... Livia orgullosa en el triunfo de su esposo Octavio. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

La escena en la que están practicando sexo me parece algo surrealista. O cuando él le dice que cuando se casen habrá veces en las que la golpeará sin motivo alguno y ella asiente. ¿De verdad creéis que Octavio y Livia eran así? Me ha decepcionado esa imagen que se ha intentado transmitir de ellos. Aquí les doy un mini punto negativo.

Mientras tanto en Egipto

Y ya que hablamos de imágenes que quizás pecan de licencias extremas. ¿Qué pensáis de la corte/fumadero de opio de Alejandría? Otro aspecto que tal vez fuera distinto al romano, pero que me da a mí la sensación que no han sabido representar tan bien como Roma. Sale poco, pero en los últimos dos capítulos se convierte en el escenario principal, y deja un poco que desear.

Está claro que se quiere transmitir una visión decadente. Qué se quiere transmitir al espectador como de mal estaban las cosas por allí. Pero de ahí a dejarlos como fumetas que se pasan el día drogándose y haciendo bacanales sexuales desenfrenadas. Me parece un poco exagerado, y más teniendo en cuenta lo refinada que era la corte Ptolemaica y lo bien formada que estaba Cleopatra. Me ha parecido un intento por denigrar a la cultura egipcia, que más bien dista de ser lo que realmente fue. Otro mini punto negativo para los guionistas, aunque este ya es más bien un punto.

Los collegia en Roma

Sin duda este es el punto fuerte de esta segunda temporada. La trama política esta bien, pero hay algunos momentos en los que se hace un poco pesada. Es la trama de Voreno y Pullo la que le da consistencia a la temporada final. Está repleta de desgracias para los dos protagonistas. Voreno, al que sus hijos odian, aún arrastra toda la culpa por la muerte de Niobe, y Pullo, pobrecito, pierde a sus dos mujeres de forma trágica. Vamos, lo que venía siendo el día a día de la mayor parte de los ciudadanos pobres de Roma.

Los guionistas han acertado al hilas el argumento de los bajos fondos de la ciudad eterna. El conflicto de los collegia, o gremios, hace que la serie transcurra con más fluidez. Se puede ver como no solo se convierten en auténticos sindicatos del crimen, sino como además, tienen el beneplácito y el apoyo de los grandes políticos del momento. Y es que fue así como ocurrió realmente. Pienso que es un gran acierto para entender como funcionaba la Roma menos espléndida y conocida.

Si queréis saber más de este tema os dejo un par de recursos que os ayudarán a entender mejor este momento. En primer lugar, un vídeo de un directo de mi canal de YouTube en el que hablamos de la Roma nocturna y del papel de esto gremios criminales:

A continuación, comparto con vosotros el enlace de un programa del podcast de La Biblioteca Perdida, de su sección ¡Por los dioses!, en las que Ángel Portillo y un servidor hablamos largo y tendido de estos collegia criminales.

Detalles finales

Para ir finalizando este análisis de la segunda temporada, quiero comentar algunos otros aspectos que me han llamado la atención. Es evidente que me habré dejado muchos por el camino, pero el espacio es limitado y ya os pido disculpas por adelantado. Quedan abiertos los comentarios para que aportéis más luz a esta humilde entrada.

Muy acertada a representación de la cámara senatorial. Sin duda es como me la imaginaba y se ajusta bastante a lo que podría haber sido. La defensa de los valores y virtudes romanas por parte de Octavio me parece también muy bien conseguida, e incluso el recurso de la conferencia que hace con las matronas romanas también me parece ajustado.

¿Dos temporadas de Roma? Nos dejaron con las ganas... Fotograma de la boda de Antonio con Octavia. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Otro tema bien trabajado es el de los matrimonios. Al bueno de Agripa, de humilde procedencia, no se le permite casarse con la hermana de Octavio, que es de noble cuna. Sin duda algo acertado, ya que los romanos eran muy cuidadosos a la hora de unirse matrimonialmente, ya que los lazos eran más que sanguíneos. Había siempre intereses políticos, económicos y sociales. De ahí que se buscase establecer lazos de unión de tipo conveniencia.

Por ejemplo, aunque suene un poco escatológico. ¿Qué os parece la representación de las letrinas públicas de Roma? Pues son muy ajustadas a lo que debían ser en su día. Así que otro mini punto positivo para esa manera de captar aspectos tan cotidianos para los romanos, como los WC públicos. ¿Y lo de los orines para teñir los tejidos? Parece raro pero es muy real. O sea que podemos decir que la asesoría histórica es muy buena.

Conclusiones

Llegados a este punto, quiero cerrar el artículo exponiendo cuales son mis conclusiones. La frase que lo resume todo es: Me ha sabido a poco… Y es que el producto estaba concebido de una manera genial. Claro que era caro de producir, pero es que recrear la antigua Roma no es nada fácil. fue en su día un proyecto ambicioso, y que según parece no dio las cifras de audiencia esperadas. Para nuestra desgracia, en el mundo de las productoras de cine y TV, ese es el objetivo final para que una serie resulte rentable.

Al menos las dos temporadas nos han servido a muchos para entender y conocer un poco más esa Roma menos tratada y más olvidada. Además, muchos de los actores que aparecieron en la serie, se labraron un nombre y algunos de ellos consolidaron sus carreras. Y pensaréis, eso es bueno para ellos, sí, pero, ¿qué beneficio sacamos nosotros de eso? Obviamente ninguno, pero siempre que les veamos en otras series o películas, podremos decir: ¡Mira, Marco Antonio! o ¡Ostras, esa es Atia, de la casa de los Julio!

Muchos ya me dijisteis que os gustó más la primera temporada. Tenéis toda la razón. Comparto esa opinión, aunque está segunda tiene muchos aspectos que me han encantado y que ya he enumerado. La precipitación del final no acaba de convenceros, y a mí tampoco, ya que es una verdadera lástima que el pobre Voreno acabe de esa manera después de todo lo que ha tenido que sufrir.

En fin, esa dupla era magnífica y podía haber hecho mucho más si hubiera habido más temporadas. Ah, se me olvidaba deciros para terminar, que el hijo de Pullo (que en realidad era de César), fue asesinado por Octavio. Dejarlo con vida suponía una amenaza para él. Lamento daros esta bofetada de realidad para finalizar.

Espero que os haya gustado este análisis tan extenso que he hecho de la serie, y sobre todo os invito a que cada cierto tiempo le volváis a visionar. Es un ejemplo de serie de culto y aunque nos haya sabido a poco, quedémonos con el hecho de que al menos tenemos dos temporadas y que menos da una piedra.

Os dejo como siempre los enlaces de compra de la serie por si aún no la tenéis.

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Un saludo a todos y gracias por leer el artículo. Nos vemos en siguientes entradas del blog.


Las imágenes contenidas en este artículo son únicamente con finalidad ilustrativa y no publicitaria y están sujetas a derechos de autor, propiedad de HBO


Este artículo contiene enlaces de afiliado


Sergio Alejo Gómez

Autor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

La entrada ¿Solo dos temporadas de la serie Roma? se publicó primero en Sergio Alejo Gomez.

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Published on February 12, 2021 09:00

February 5, 2021

Todo lo que faltaba por decir de la serie Roma de HBO

Bienvenidos a una nueva entrada de mi blog. Esta semana voy a retomar un asunto que dejé a medias hace unas semanas. Se trata de compartir con vosotros todo lo que faltaba por decir de la serie Roma de HBO. Recordad que hice una entrada bastante larga en la que traté de hacer una especie de reseña sobre ella: ¿Qué fue de la serie Roma de HBO? Al final de ella, os dije que en la medida de lo posible, trataría de continuar con el análisis para añadir algunos aspectos y detalles que me habían llamado la atención.

Pues sobre eso va a versar el presente artículo, que espero que sea un poco más ágil ya que no tengo que presentar la serie, el argumento o los protagonistas. Sin más dilación, entraremos en materia para comentar lo que me dejé en la primera parte.

La Roma nocturna

Bien, ya sabéis todos a estas alturas que la ciudad de Roma no era ni mucho menos un lugar plácido y tranquilo en el que vivir. Recordad todos aquellos puntos que traté en la anterior entrada, sobre todo lo relativo a la violencia. Y es que esta violencia formaba parte del día a día de los ciudadanos del momento. Por no solo durante el día sucedían esas cosas, sino que por la noche, al amparo de la oscuridad, Roma se convertía en una trampa mortal. Moverse por sus calles era algo complejo, y depende por donde pasaras, podías acabar en flotando en la Cloaca Máxima o en el mismo Tíber.

Y hablando de la Cloaca y del río, y para que entendáis los peligros que comportaba la noche en Roma, ¿qué opináis sobre la escena en la que Pullo y el joven Octavio torturan y asesinan a Evander? Cierto, parece un poco cómica si la analizas con detalle, pero nada más lejos de la realidad. Y lo peor de todo, es que luego la gente se limita a continuar con su vida como si nada.

Parece ser que era más habitual de lo que imaginábamos que la gente desapareciera en las oscuras calles de Roma. También era asumir que si alguien no aparecía, era porque había pasado a mejor vida. Imaginad pues lo compleja y dura que podía llegar a ser la vida. De nuevo me quito el sombrero ante los guionistas/asesores históricos, por haber plasmado esta realidad con tanto acierto.

Para todos aquellos que os apetezca ver la serie, sabed que la tenéis disponible en la plataforma de streaming de HBO, y para los que no estéis suscritos, os dejo unos enlaces desde donde la podréis conseguir:

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Política matrimonial

Siguiendo ya que estamos con el engaño a Voreno… Pobre hombre, después de darlo todo por la República… En fin, que su hija se casara a tan temprana edad, nos puede parecer extraño. Pero nada más lejos de la realidad (siempre y cuando no llevéis puestas las gafas del siglo XXI), ya que los pater familias entregaban a sus hijas para mejorar su posición social, económica y política.

Añado en este punto una frase que me llamó la atención y que hace referencia a este hecho precisamente. Niobe le dice a su hija que no puede casarse con el joven al cual la habían prometido porque su padre ha ascendido socialmente. Ella le dice: «la hija de un prefecto tiene que casarse con alguien mejor«. Os recuerdo que a estas alturas, Voreno ha aceptado el cargo de prefecto de los evocatii (que desconozco si existió de verdad o es una licencia), y cobra 9000 sestercios.

Para los romanos la posición social era algo muy importante, y ascender era algo harto complicado. De ahí que la política de matrimonios concertados fuera algo muy utilizado por todas las clases. De hecho, si algo refleja muy bien esta primera temporada es la evolución de Voreno, que después de volver de Farsalia, es presentado como magistrado (posiblemente edil) por parte de César. Volvemos a aquello que os dije de principios o progreso. Más adelante retomaré este punto que es muy interesante.

Hacerse un hombre en Roma

¿Y qué hay del paso de niño a hombre? Otro aspecto importante de la sociedad romana que se han encargado de dejar claro en la serie. Y es que Atia (Polly Walker), se encarga de que su hijo Octavio (Max Pirkis) tenga su primera experiencia sexual con una mujer. Para que ello sea posible, le encarga la tarea al legionario Pullo, que se ha convertido en el tutor del muchacho. Vaya un tutor, estaréis pensando… Razón no os falta, pero tengo que concretar que era para la parte de combate. La cuestión es que lo lleva a un lupanar y allí le hace elegir una mujer u hombre con la/el que yacer.

Todo lo que faltaba por decir de la serie Roma de HBO Imagen del joven Octavio, encarnado por el actor Max Pirkis. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Esa escena nos permite apreciar el tema de los burdeles y la prostitución en la antigua Roma. Un tema bastante tratado por la historiografía, y en el que la serie no iba a ser menos. Precisamente uno de los aspectos que más trata es el del sexo en la antigüedad, algo que nos escandaliza mucho más a los que vivimos en el siglo XXI que a los antiguos. Tal vez no sea para tanto…

Aunque, quitándonos esas famosas gafas, nos daremos cuenta del importante negocio que se hacía con la prostitución en aquellos tiempos. Había lupanares de todo tipo, y obviamente un aristócrata no iba a tener su primera experiencia en uno de mala muerte. Si recordáis, lo primero que hace la propietaria cuando llegan es intentar echar a Pullo. Y es que un legionario no tenía acceso a locales de un nivel tan elevado. Como siempre, en Roma todo se regía por la clase social a la que pertenecía uno.

Y ya que hablamos de clases sociales, pues profundicemos un poco en ellas…

Desigualdades sociales en la Vrbs

Me encanta la representación de las domus de las familias más nobles y ricas de la sociedad romana. Si os fijáis en todas las escenas que acontecen en casa de Atia, siempre aparecen las paredes bien pintadas, con motivos mitológicos y escenas muy trabajadas. Las estatuas que se observan no tienen desperdicio alguno tampoco y las estancias de la propia casa quedan muy bien diferenciadas y sobre todo conseguidas. Me da la sensación que han tenido en cuenta ese detalle y le han dado la importancia que se merecía.

Y es que si hablamos de desigualdad social, tenemos un magnífico ejemplo en la invitación que hace César a Voreno a una fiesta en casa de Atia. En ese momento de la trama, Voreno ya es candidato a ser magistrado (seguramente edil) por la colina o el barrio del Aventino. En cualquier caso, él y su esposa asisten a la celebración más que nada por el compromiso político con el dictador. Pero desde el primer momento se puede apreciar la incomodidad que siente Niobe al mezclarse con gente rica. Ella no se considera como tal, y los de posición más elevada también la ven como una intrusa. Es importante como lo tratan para reflejar como eran mundos muy distantes, pese a ser tan cercanos.

Sobre ese tema de clasismo, hay que fijarse en una conversación que tiene Pullo con su esclava, Eirene. Se sincera con ella, y le reconoce que él era hijo de una esclava y no conoció a su padre. En el fondo el mensaje viene a ser que uno no debe conformarse con lo que le viene dado, y que tiene que luchar por progresar. Así pues, él, hijo de una sierva, acaba convirtiéndose en un hombre libre que sirve como legionario. El recorrido es rápido a mi parecer, porque para él ser libre, se debería haber liberado previamente a su madre. Y es que el hijo de una esclava, poseía la misma condición que la madre. Ahí he visto que han flojeado un poco, pero bueno, no voy a ser malo con ellos.

Transformación de personajes

Este elemento me ha llamado mucho la atención, y es que se aprecia un gran cambio cuando el joven Octavio regresa de sus «campamentos de verano». La escena que más llama la atención es cuando su propia hermana le seduce para obtener el secreto de la enfermedad de César, empujada por Servilia. Hasta ahí puede parecer más o menos normal si todavía nos creemos mitos de que los romanos eran incestuosos a más no poder. Pero, lejos de que eso sea una verdad más allá de lo que pueda decir el cine, observamos a un Octavio que se deja querer.

Se deja querer pero porque le interesa. A la mañana siguiente, cuando su hermana intenta sonsacarle la información, él se muestra como algo más que un niño inocente. Deja claro que no ha sido Octavia la que se ha aprovechado de él, sino que ha sido al revés. Es un giro espectacular en el personaje. Y es que se puede comenzar a ver más claro el carácter de Octavio. Su inteligencia va más allá de leer poemas y estudiar a los clásicos. Ya apunta maneras el jovencito. Qué se prepare Roma.

La importancia de la política en Roma

Antes os he hablado del progreso social del centurión/prefecto Voreno. Y es que se vende a César por tener una vida más fácil. Es aquí donde asistimos a otro cambio radical. Un hombre que traiciona sus principios morales y políticos por un ascenso social y político. Y es que no debemos olvidar que la política jugaba un papel muy destacado en la sociedad romana. Un hombre que se adentrara en esa vida, podía prosperar mucho, aunque tenía que estar dispuesto a sacrificar según que cosas.

Se puede apreciar en varias escenas de la serie como Voreno se ha metido en un mundo complejo. Una de ellas es su meeting de campaña que hace en el Aventino. Si os fijáis aparece un ciudadano que no deja de tocarle la moral, hasta el punto que su mujer le llega a increpar. Pero, ¿qué sucede a continuación? Un gesto de Posca (el sirviente de César y artífice de muchas cosas), y el desdichado desaparece del mapa para acabar seguramente flotando en el Tíber.

¿Era pues la política más peligrosa que la guerra? Yo diría que sí, porqué en un campo de batalla ves venir a tu enemigo de frente y sabes cuales son sus intenciones. Pero eso parece de suceder en el campo político. Otra escena de ese ámbito que me ha encantado es el asesinato que acaba condenando a Pullo. Si os fijáis, aunque se niegue por parte de César, está orquestado por él para sacarse de encima a un ciudadano que le cuestiona. Buena representación de nuevo de esas intrigas de corte político.

El desfile de la victoria

Breve pero intenso. Me parece que podrían haberse esmerado un poco más en enseñarnos algo tan importante para los romanos como eran los triunfos. Si que vemos algunos detalles que pueden gustar, pero se merecía quizás más pomposidad. Al igual que sucede con la escasez de escenas de guerra, me sabe a poco.

Hay elementos del triunfo que me gustan sin embargo. Por ejemplo, ver como el bueno de Pullo coge su panoplia y se dispone a participar en el desfile no tiene precio. El choque de realidad que le dan sus antiguos camaradas me dolió hasta a mí. Después de los sacrificios que hizo por las águilas, y verse despreciado de aquella manera. Que golpe más duro, pero claro, cuando uno deja la legión, es para lo bueno y para lo malo.

Todo lo que faltaba por decir de la serie Roma de HBO Escena del triunfo de César en Roma. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Está bien que exhiban al pobre Vercingetórix y que lo paseen como una vulgar bestia encadenada. De hecho, eso los romanos lo solían hacer y sobre todo lo disfrutaban mucho. Bien conseguido. Aunque hay algo que me ha dolido ver en ese desfile triunfal. ¿Adivináis a qué me refiero? Observadlo con detalle antes de proseguir con la lectura del artículo a ver si lo detectáis.

Lo hayáis visto o no, os lo iba a decir igualmente: los dracos. Esos estandartes de cabeza de dragón, que son de origen sármata o dacio, fueron emblemas que se introdujeron en el ejército romano después de la conquista de ese territorio a principios del siglo II d. C. ¿Cómo es posible que ya aparezcan a mitad del siglo I a. C. en Roma? Ese es un error de magnitud, y que sinceramente no esperaba después de lo bien que había ido todo. En fin, un mal día lo tiene cualquiera.

Egipto, una mala representación

Me estoy alargando un poco quizás en el análisis, pero quiero destacar un aspecto que me ha parecido importante. Alguna persona que se leyó la entrada anterior ya lo comentó y ahora quiero sumarme a su visión. Y es que creo que por un problema de escenarios disponibles en los estudios de Cinecittà, la imagen que nos llevamos de Alejandría no me acaba de convencer. En cierto modo, que haya hasta arena en el interior del palacio del faraón, me parece poco acertado. Ese ínfimo detalle debería haberse cuidado un poco más.

Todo lo que faltaba por decir de la serie Roma de HBO Escena de Cleoptara y su hermano Ptolomeo. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Además, no sé si os pasa a vosotros también, pero al verla, me dio la sensación de que nos han querido transmitir la imagen de un Egipto decadente. No solo por algunos de los tipos raros que rodean a Ptolomeo, sino también por el ambiente que se respira en líneas generales. Una Cleopatra que e más yonki que otra cosa, y que va todo el día fumada. No es la imagen de una mujer que era muy culta e inteligente. En fin, me parecía de ley comentarlo, dejando claro que se lo podrían haber trabajado un poco más.

Volviendo a Roma

Hay algunos detalles de la trama que me han seguido gustando, per ya poniendo los pies de nuevo en Roma. El detalle de las quejas de algunos artesanos a Voreno que es magistrado, dejan ver como era la relación entre patronos y clientes. Uno de ellos le hace llegar una queja sobre los orines para los tintes de sus telas. Algo que puede sonar extraño, pero que era el método que se utilizaba para ello.

El tema del reparto de tierras entre los veteranos de César me parece algo muy bien conseguido. Y es que siempre fue un problema asentar a esos legionarios una vez eran licenciados. Era normal que quisieran tierras en Italia, y que no aceptaran lotes en la lejana Panonia. ¿Quién podía querer asentarse en una frontera tan alejada y peligrosa? Se resuelve evidentemente con el soborno pertinente al representante de esos soldados. Queda un poco mal decir que César acabó relegando a los hombres que le habían alzado hasta el poder absoluto, pero fue tal que así.

¿Y qué decir del asunto de Pullo? Como pierde la chaveta por amor y acaba asesinando a sangre fría al esclavo que pretende a Eirene. No pasaba nada porqué era un esclavo y claro, su valor era irrisorio. Es más la transformación que sufre y como acaba convirtiéndose en un matón más. Y es que el futuro para muchos soldados retirados era duro en la ciudad. Así que muchos de ellos no tenían otra opción que alquilar su espada. Al fin y al cabo era lo único que muchos sabían hacer después de una larga vida combatiendo.

Esa camaradería al final de Voreno que sale a la arena a defender a Pullo de una muerte segura a manos de aquel enorme gladiador, es una escena épica. ¿Qué si un asesino era condenado a morir en la arena? Es posible, podía ser una de las muchas maneras de acabar con un reo. Al menos de esa manera se entretiene al pueblo. ¡Decimotercera! ¡Decimotercera! De villano y asesino, Pullo pasa a ser el héroe de Roma.

Malas decisiones de César

Y obviamente, para encajar la trama de esos dos, con la de César, se crea una escena en la que el dictador nombra senador a Voreno. El culmen sin duda para un hombre humilde que llega hasta la cúspide de la vida pública romana. Una decisión que es más interesada que otra cosa, según se desprende de la subsiguiente conversación entre César y su esclavo de confianza, Posca.

Todo lo que faltaba por decir de la serie Roma de HBO Voreno con la toga de senador. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Para su desgracia, eso, y la voluntad de nombrar a 100 senadores más de la Galia y Bélgica, pues acaba de rizar el rizo. Esa decisión hace que los nobles y ricos aristócratas, de las gens más antiguas de Roma, se escandalicen. De esa manera ya tienen su casus belli particular, una excusa para acabar con el tirano de una vez por todas.

Es en el último capítulo de la primera temporada donde se resuelve toda la trama. Para mal de Voreno, y para peor de César. Se precipitan los acontecimientos y de manera muy sucia, Servilia se encarga de exponerle la verdad al nuevo senador. Usa a una esclava que le explica que el hijo de su hija, es en realidad el hijo de su esposa y Evander. Vaya noticia más trágica. César queda entonces desprotegido en el senado, porque el temible Voreno ya no está a su lado.

Desenlace trágico que todos ya sabíamos que llegaría

Y bueno, sobre lo que viene a continuación, pues no puedo explicaros nada que no sepáis ya. Obviamente César paga un alto precio por haber atentado contra los valores tradicionales de la República (visto por los libertadores claro), y Voreno llega a su casa presto a reclamar justicia por ser un cornudo. Pero lejos de poder hacerlo como marcaba la ley, porqué un hombre que había sido engañado por su esposa podía matarla (recordad de quitaros ahora las gafas del siglo XXI), todo se tuerce.

Es su esposa Niobe la que se acaba suicidando. ¿Se siente culpable? ¿No quiere manchar el honor de su esposo? Quien sabe, amigos. La cuestión es que Voreno pierde en un momento a su esposa y a César. Terrible manera de acabar la temporada.

En la parte más política, y como reacción a la muerte del dictador, está bien la escena en la que Servilia cita en su casa a Atia para ser la primera en darle la noticia. Su venganza se ha cumplido con creces. La maldición que hizo en su día parece que ha funcionado y la desgracia se cierne sobre la familia Julia. Eso sí, en esta escena, y para ser un poco riguroso, sobra Octavio. Es una licencia que se han tomado en la serie, que sin duda dista mucho de la realidad y que creo que la han puesto para darle dramatismo. Y es que en el momento del asesinato de César, en los idus de marzo del 44 a. C., Octavio estaba en Macedonia. Pero bueno, no se le pueden pedir peras al olmo.

 

Si te apetece ver la serie, como te comentaba antes la puedes conseguir en los siguientes enlaces:

Pack Serie CompletaPack Temporada 1

 

Conclusiones

En fin, que la temporada acaba como tenía que acabar, pero con algunos detalles a nivel histórico que no me acaban de convencer. Eso no le quita mérito a la serie, ni mucho menos, pero si que me han dejado un sabor agridulce después de todo lo visionado hasta entonces.

Termina pues la primera temporada en este momento convulso, tanto a nivel político para la República, como a nivel personal para Voreno. Veremos que es lo que ocurre en la segunda y última temporada. Trataré de analizarla lo más pronto posible para que no se pierdan los detalles.

Un saludo a todos y gracias por leerme.


Las imágenes contenidas en este artículo son únicamente con finalidad ilustrativa y no publicitaria y están sujetas a derechos de autor, propiedad de HBO


Este artículo contiene enlaces de afiliado


Sergio Alejo Gómez

Autor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

La entrada Todo lo que faltaba por decir de la serie Roma de HBO se publicó primero en Sergio Alejo Gomez.

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Published on February 05, 2021 09:00

February 1, 2021

El arte de la guerra en la antigua Grecia

Bienvenidos a una nueva entrega de la sección de mi blog ¿Sabías que? En la entrada de esta semana os voy a hablar de un tema que seguro que os gustará: el arte de la guerra en la antigua Grecia.

Sin duda es un tema complejo pero podríamos definirlo como un estado casi natural de la cultura griega antigua. También lo fue para otras culturas coetáneas como los romanos. Pero hoy no vamos a hablar de la omnipresente Roma, lo dejaremos para otro día.

Antes, permitidme que, a todos aquellos que estéis interesados en conocer un poco más sobre la Grecia Antigua, os recomiende la lectura de la última incorporación a la colección ¿Sabías que?: Un paseo por la Antigua Grecia.

La guerra, la madre de todo

Eso fue al menos lo que dijo Heráclito de Éfeso. Y razón no le faltaba al hombre ya que Grecia no era un conglomerado ni una sola nación. Estaba formada por decenas de ciudades estado independiente con intereses variados. Y eso obviamente suponía que estos chocaran muy a menudo originando conflictos armados.

Era por tanto normal que los intereses enfrentados fueran también comunes en algunas ocasiones. Por tanto varias ciudades que los compartían formaban alianzas. Y esas alianzas se transformaban en ligas o confederaciones. El caso más claro fue el de la formación de la Liga de Corinto en el año 480 a. C., creada para frenar el avance persa en Grecia. Sabemos que la formaron más de treinta ciudades, que dejaron aparcadas sus diferencias para hacer frente a una amenaza común.

¿Y después de los persas?

Pero tras vencer a los persas las cosas volvieron a la situación anterior. Y obviamente eso pasaba por un nuevo enfrentamiento de algunas ciudades. Parecía que los griegos se abonaron a las ligas (y no me refiero a la LFP) y se comenzaron a crear nuevas.

Una de las más destacadas de ese momento fue la Liga de Delos, fundada por la potente y reforzada ciudad de Atenas. Se fundó como defensa para evitar futuras amenazas persas y acabó por ser todo un imperio marítimo.

El arte de la guerra en la antigua GreciaTrirremes griegos surcando el Mediterráneo

Para los griegos la guerra era todo un arte y que requería de entrenamiento para mejorar. Sabemos que se redactaron tratados relacionados con ese mundo, como el más antiguo de ellos, el escrito por Eneas Táctico (curioso nombre). Está fechado en el siglo IV a. C. y trata sobre el arte de la poliorcética, o lo que es lo mismo: los asedios.

Otro ejemplo de tratado bélico es el escrito en el siglo I d. C., ya en tiempos de dominación romana, por Onasandro y que definía cuales debían ser las características para ser un buen general.

El papel del strategos

Strategos era el nombre en griego que le se daba al general. En algunas ciudades se les asignaba la denominación de polemarcas, los que dirigían la guerra. Estos generales de la antigua Grecia solían combatir en primera línea, así que arriesgaban sus vidad y también perdían de vista el global de sus ejércitos.

Por ello, si él caía, el ejército solía quedar descabezado, y las tropas huían del campo de batalla al verse sin un liderazgo claro. De ahí la importancia que tenían sobre la moral. Grandes hombres perecieron al frente de sus hombres, como el mismo Epaminondas de Tebas, o el gran Lisandro de Esparta.

El arte de la guerra en la antigua GreciaRetrato hipotético del rey Filipo II de Macedonia

Otros como Filipo II y su hijo Alejandro Megas (Magno) sufrieron incontables heridas que casi les llevan a la muerte. El padre fue conocido como el tuerto porqué precisamente perdió el ojo surante uno asedio a la ciudad de Metone. Su hijo también acumuló muchas a los largo de sus exitosas campañas en Asia y en la India.

La infantería griega

Pasaré ahora a hablaros sobre los diferentes tipos de unidades que formaban los ejércitos griegos. En primer lugar y en un puesto destacado entontramos al hoplita. El guerrero pesado por antonomasia que combatía en formación cerrada de falange. No voy a profundizar en ellos, así que si queréis saber más sobre ellos podéis consultar mi articulo: Los hoplitas en la antigua Grecia.

Pero los ejércitos griegos poseían también otro tipo de infantería: la ligera. Entre ellos destacaban los peltastas, llamados así porqué llevaban la pélta, un escudo demimbre trenzado y recubierto de piel. Además, estos infantes combatían con jabalinas que arrojaban a sus enemigos. Otro tipo de infantería ligera era la que formaban los arqueros y los honderos.

Esta infantería era la encaragada de dar comienzo a las batallas. Hacían sus lanzamientos pertinentes y regresaban a la seguridad del muro formado por los hoplitas. No eran importantes aunque con el tiempo sus tácticas cambiaron y les hicieron jugar un papel más relevante. Por ejemplo, el strategos ateniense, Ifícrates logró derrotar a un batallón de hoplitas espartanos (los mejores de toda Grecia) hostigándolos simplemente con infantería ligera.

La caballería

Los ejércitos griegos también conocían y usaban la caballería, aunque su papel fue más bien secundario. Los atenienses la tenían, aunque los espartanos que eran más tradicionales si la tenían, apenas la utilizaban. Su función principal era la de explorar, hostigar o perseguir a los enemigos mientras huian.

La región de Grecia que podía ser considerada una excepción era Tesalia. Formada por vastas llanuras que eran propicias para la crianza de los equinos. Debéis saber que los caballos de esa época eran más pequeños de tamaño que los actuales. Además, los jinetes carecían de la ayuda de los estribos, que llegaron a Europa hacia el siglo V- VI d. C.

La guerra marítima

Otro medio en el que destacaron los griegos fue el mar. No sólo en el aspecto bélico, sino que ya destacaron en su momento como grandes navegantes y comerciantes. Para los hombres de la Hélade, la guerra en el mar fue tan importante como la que se libraba en tierra firme.

El elemento principal de la flota de guerra griega era el trirreme. La nave que estaba conformada por tres filas de remeros (de ahí el nombre que recibía). Cada fila de remeros estaba compuesto por hombres de diferente clase. Estaban los talamitas, los zigitas y los tranitas.

El arte de la guerra en la antigua GreciaReproduciión dibujada de como era un trirreme

Este tipo de nave medía entre 30 y 35 metros de longitud y unos 6 de ancho. Además de los remos, disponía de dos velas que no se usaban cuando se entraba en zafarrancho de combate. En cuanto a las tácticas de combate usadas, eran bastante simples. En primer lugar la típica embestida usando el espolón frontal (hecho en bronce normalmente) que buscaba abrir brecha en el casco del enemigo.

La otra modalidad de combate naval era la del abordaje de toda la vida. Acercarse a la nave enemiga y sujetarla mediante garfios. Cuando estaban paralelas, los infantes de la cubierta se lanzaban a la del rival para intentar conquistarla.

El trirreme fue el emblema de las flotas griegas y posteriormente de las helenísticas. Con la llegada de los sucesores de Alejandro aparecieron naves de mayor tamaño y con más filas de remos como las quinquirremes. Lisímaco, uno de los diadocos, mandó construir una nave de 1600 remeros y que podía albergar hasta 1200 guerreros. La llamó Leontóforos.

Pero no creáis que esa fue la mayor nave que se construyó. Porqué siempre había gente dispuesta a superar récords. En este caso fue Ptolomeo Filópator, faraón de Egipto que mandó construir una nave de 25 metros de largo por 45 de ancho, que tenían que mover la friolera de 4000 remeros.

No quería dejar este apartado sin deciros que los remeros eran hombres libres y no esclavos. Lo hacían a cambio de un salario y era una profesión tan digna y loable como cualquier otra.

La poliorcética

Este nombre tal vez os parezca extraño y complejo. No sería el que yo le pondría a mi hija, pero sin duda vale la pena dedicarle unas líneas. Cuando escuchéis hablar de ella, sabed que se refiere al arte de asediar y defender fortalezas, ciudades u otro tipo de plazas.

En ese campo los griegos eran expertos. Disponían de un conociemiento excelente para defenderlas y asediarlas, además de tener a su disposición tod un elenco de máquinas que facilitaban mucho el trabajo.

Seguro que os viene a la cabeza alguno de los grandes asedios que se llevaron a cabo en la antigüedad. Sin duda antes os he hablado de aquel en el que Filipo de Macedonia perdió su ojo. Y es que los macedonios fueron unos verdaderos especialistas en la materia. En sus tiempos se construyeron grandes máquinas, como catapultas, ballestas o incluso torres enormes que los romanos posteriormente copiaron y adaptaron a sus circunstancias.

¿Quién no recuerda la figura del gran Arquímedes de Siracusa? Fue uno de los más grandes genios de la antigüedad que puso contra las cuerdas a la todo poderosa República romana con sus artefactos. Lástima que su final fuera tan trágico.

El arte de la guerra en la antigua GreciaPintura donde se ve una recreación del asedio de Tiro llevado a cabo por los macedonios

O el gran asedio que llevó a cabo Alejandro en la ciudad de Tiro en el año 332 a. C. Aquella colosal acción queda muy bien explicada en el artículo del blog del Historicón: El asedio de Tiro. Allí encontraréis un detallado análisis de aquel glorioso episodio para los macedónicos y fatídico para los habitantes de la ciudad fenicia. Una vez leído, ya sabreís todo o casi todo lo que se tiene que saber sobre la poliorcética en el mundo griego.

Las batallas en la antigua Grecia

Trataré ahora el combate en sí. Normalmente los dos ejércitos formaban uno frente al otro, buscando siempre un territorio llano que facilitara las cosas. La formación más habitual era la de un frente amplio con una profundidad de ocho filas, aunque en momentos determinados se formó hasta con dieciséis filas de fondo (batalla de Leuctra).

Una vez formados, y hechos los rituales religiosos pertinentes, ambos ejércitos avanzaban. Era entonces cuando se empezaba a cantar el himno sagrado a Apolo: el Peán, que servía para autoinfundir valor entre las filas. El espectáculo debía ser magnífico (visto desde fuera claro).

Primeros pasos del choque

¿Pero chocaban realmente las dos líneas? ¿O se frenaban antes del contacto para tener espacio suficiente? Tiene su lógica que no chocaran, ya que eso supondría la rotura de la línea, y eso sin duda era la clave para vencer. En ese momento se producía el llamado othismos, es decir, el empuje. Se formaba una especie de meleé al estilo rugby y las filas posteriores empujaban a las de delante.

Hay mucho debate sobre si se combatía o no en estos primeros momentos de la batalla o sí tan sólo se empujaba para ganar terreno al enemigo. La cuestión es que abatir a rivales que iban tan acorazados como tu, era un atarea muy complicada, así que pocas bajas se producirían.

El arte de la guerra en la antigua GreciaBatalla de Queronea 338 AC, Alejandro atacando al Batallón Sagrado tebano. Autor A.V. Kurkin

Y ya que estamos, os planteo otra pregunta. ¿Cómo creéis vosotros que actuaban los guerreros de las filas posteriores? ¿Empujaban colocando los escudos en la espalda de sus compañeros? Aunque nadie lo puede confirmar con certeza hay un campo que puede servirnos de prueba: la reconstrucción histórica.

Y yo que me dedico a ella os puedo asegurar que si empujas usando el escudo, cuando tengas que hacer el relevo de fila, la cosa se complicará bastante. Con la fuerza de un brazo es más que suficiente para mantener a tu compañero firme. Aunque esa es mi opinión, si alguien opina lo contrario, es libre de hacérmelo saber.

Conclusión de la batalla

¿Cómo se acababa entonces una batalla os estaréis preguntando? Sencillo. Cuando uno de los dos bandos cedía, lo normal es que acabaran huyendo, y normalmente no lo hacían de una manera ordenada ni caminando hacaa atrás. Todos trataban de ponerse a salvo e incluso llegaban a arrojar el aspis al suelo para aligerar peso.

Era entonces cuando se producía la mayor mortandad. Los vencedores se deban un festín acabando con sus enemigos abatiéndoles por la retaguardia. Incluso y así, la mortandad no era tan alta como podéis creer. Los casos más severos se producían cuando el ejército derrotado era flanqueado.

Tras la victoria, y como acto sagrado, los que había ganado construían uno o varios trofeos para honrar la gesta. Acto seguido se pactaba un cese de hostilidades y se permitía a cada bando recoger a sus muertos y heridos para proceder según quisieran o pudieran. Eso también era sagrado y los contendientes lo tenían muy interiorizado.

Y tras la batalla, como siempre ha ocurrido, llegaba el momento de entregar las distinciones a los que habían protagonizado gestas dignas de ser recompensadas.

Más o menos esta era la manera en la que los antiguos griegos hacían la guerra. Espero que os haya gustado este breve repaso que he hecho al tema. Os invito a que repaséis más aspectos que seguramente me he dejado o a que profundicéis en los que más os hayan gustado.

Como os anunciaba al inicio de la entrada, si queréis saber más sobre la Grecia Antigua, os recomiendo mi último libro de la colección ¿Sabías que?: Un paseo por la antigua Grecia. En él encontraréis algunos de los episodios y personajes más relevantes e influyentes que dieron forma a la civilización helénica, y como siempre, explicado de una forma amena y didáctica.

Versión papelVersión digital

Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?

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Published on February 01, 2021 09:02

January 22, 2021

¿Qué fue de la serie Roma de HBO?

Bienvenido a una nueva entrada de mi blog. Esta semana os traigo un artículo muy especial, que seguro que va a hacer las delicias de más de uno. Recordad que hace un tiempo publiqué uno titulado: Análisis de la serie Bárbaros de Netflix. Soy consciente de que tuvo mucho éxito y gustó mucho. Además, en redes sociales sirvió para abrir debates de interés cultural, que es lo que hace falta últimamente. En cualquier caso, me he venido arriba y he pensado: ¿Por qué no analizar una serie que aunque antigua es de lo mejor que se ha podido ver sobre la antigua Roma? Y qué mejor que revisionar aquel gran producto llamado precisamente así. Por ello hoy he decidido redactar esta reseña y preguntaros a vosotros: ¿Qué fue de la serie Roma de HBO?

Vayamos pues al lío porque hay muchos aspectos a destacar sobre este maravilloso trabajo coproducido por la gran cadena americana HBO y la inglesa BBC. Siendo justos habría que añadir también a la RAI italiana y la cesión de esos magníficos estudios de Cinecittà en Roma, sin los que esto no habría sido posible.

Aspectos técnicos

Para empezar os daré cuatro datos básicos acerca de la producción. Esta serie, que consta de dos temporadas (para desgracia de muchos), fue rodada en el año 2004 y emitida a partir del 2005 en USA y Europa. La primera temporada, de la que os voy a hablar en esta entrada, consta de doce largos capítulos que hacen las delicias del espectador. La segunda, que se emitió un año después, se redujo a diez capítulos. Imaginamos que ya se les fue de las manos el presupuesto.

Sí, porque ese fue el principal inconveniente que tuvo esta magnífica producción. Y es que les salió muy cara y no pudieron proseguir con el proyecto. Imaginad por un momento que se hubieran hecho más temporadas y hubiéramos podido ser espectadores de lujo de lo acontecido en Actium y del posterior encumbramiento de Octavio. Soñar es gratis y mi mente en ocasiones ha tratado de imaginárselo, por eso quizás la trama de mi primera saga de novelas: Las crónicas de Tito Valerio Nerva, comience precisamente en ese momento. En fin, ya me voy por los cerros de Brundisium.

La serie gira entorno a varias tramas. La principal y más histórica es la de lo acontecido después de la victoria del gran Cayo Julio César en las Galias. De su posterior regreso a Roma y de como la República, o el bando de los optimates, representados por su antiguo socio de triunvirato, Cneo Pompeyo Magno, se enfrentan a él ya que le ven como una seria amenaza a sus intereses. Vamos, lo que venía siendo algo habitual en la convulsa tardo República.

Pero además de esta trama, más del tipo político, nos encontramos con otra más cotidiana y referente a la gente del pueblo llano. Esa es la que le da más sentido y gracia a la serie, ya que de la mano de dos personajes a los que uno les acaba cogiendo cariño, podemos hacernos a la idea de como era la vida de un ciudadano corriente en aquella Roma cruel y violenta de mediados del siglo I a. C.

Para todos aquellos que os apetezca ver la serie, sabed que la tenéis disponible en la plataforma de streaming de HBO, y para los que no estéis suscritos, os dejo unos enlaces desde donde la podréis conseguir:

Pack Serie CompletaPack Temporada 1

Lucio Voreno y Tito Pullo, ¿realidad o ficción?

Gran pregunta, ¿no creéis? Y que tiene una difícil respuesta, ya que ambos personajes están basados en hombres coetáneos a César y que sirvieron bajo sus órdenes en la guerra de las Galias. Pero, ¿quiénes eran estos dos? Pues si nos remitimos a las fuentes, en este caso al propio César y a su tratado de Bello Gallico comprobaremos que eran dos centuriones que servían en una de sus legiones. Pero aunque no lo creáis no en la famosa y proclamada XIII, sino que eran oficiales de la IX legión. Ambos protagonizaron un episodio narrado por el propio general, el que solos, se lanzaron contra la masa de enemigos bárbaros. Los dos centuriones querían hacer méritos para ascender a primus pilus, por ello no dudaron en protagonizar aquella gesta tan valerosa e insensata.

¿Qué fue de la serie Roma de HBO? Escena de la serie en la que se ve a Lucio Voreno al frente de su centuria en una de las batallas contra los galos. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

La cuestión es que, aprovechando estos dos personajes, los guionistas, dándole la forma que creyeron oportuna, los introdujeron como parte de los personajes principales de la serie. Existe la trama más de tipo político, vamos la que todos ya conocemos. Y luego tenemos la que protagonizan este par de tipos comunes, que nos permite viajar a la Roma más oscura, sucia y menos conocida. Y es que, estamos acostumbrados a ver a los romanos como aristócratas que vivían en opulentas domus y que se pasaban la vida de banquete en banquetes. Por no decir de bacanal en bacanal.

Bofetada de realidad

Nada más lejos de la realidad, ya que la vida del ciudadano de a pie era muy distinta. Existían ricos, obviamente, pero los menos si acaso. La mayor parte de la ciudadanía vivía con lo justo y tenía que buscarse la vida como pudiera. Para muchos, el futuro era incierto, y tenían que esforzarse por poder vivir un día más. Esa es la Roma que veremos cuando sigamos la evolución de la trama de Voreno y Pullo. Dos hombres pertenecientes a las clases más modestas y humildes que tendrán que buscarse la vida después de regresar de la campaña de conquista de las Galias.

Pero pasemos a analizar con más detalle todos esos aspectos. Ojo, advierto que os voy a dar mi opinión, que evidentemente no está sujeta a la verdad absoluta. Por eso ya me avanzo, intentando no generar polémica o discusión alguna. También os lanzo un aviso si habéis llegado a este punto del artículo: ¡a partir de aquí vienen los spoilers!

Empezaré el análisis con el regreso a Roma del centurión Voreno y de su subordinado, el legionario Pullo, aunque es probable que haga saltos hacía atrás si es preciso. Bien, la primera imagen que me llamó la atención y que creo que es muy clara para conocer más sobre la sociedad romana, es la sorpresa que se lleva su esposa cuando le ve aparecer en su casa. ¡Sorpresón diría yo! Y es que ella no esperaba su regreso, y menos cuando llevaba un año sin recibir la paga del estado. Eso quiere decir que le daba por muerto. De ahí que tenga un retoño en brazos y la primera reacción del recién llegado sea llamarla ramera.

Primera sorpresa

¿Cómo os sentiríais vosotros en el lugar del veterano soldado? Pero eso no es lo mejor, sino que Niobe (su esposa infiel), le vende la milonga de que es su nieto, el hijo de su hija de catorce años. ¿Resulta creíble? Pues sin duda os diré que sí. Primer acierto de los guionistas, que se queda claro que se asesoraron muy bien por un equipo de historiadores de calidad. Algo que sin duda me asombra teniendo en cuenta los productos previos y posteriores que se han hecho. Y es que en esa Roma que se nos presenta, una niña de esa edad podía estar ya perfectamente casada y tener hijos. Advierto que debéis ver la Roma de entonces desde los ojos de una persona del momento, y no usando las gafas del siglo XXI. Esas no sirven para entender el contexto, ya que hay mucha distancia espacio temporal.

¿Qué fue de la serie Roma de HBO? Escena de la serie en la que aparece la actriz Indira Varma que encarna a Niobe, esposa de Voreno. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Dicho esto, es normal que el bueno de Voreno se coma la trola irremediablemente. Otro aspecto muy cuidado es el del papel de pater familias que hace el centurión. Se ve claramente que es el que manda en el núcleo familiar, por mucho que haya sido dado por muerto. Obviamente estamos ante una sociedad patriarcal, hecho por y para hombres, donde la mujer jugaba un papel secundario y de sumisión. Queda claro en la serie en todo momento, y vuelve a ser un acierto a mi parecer.

También me ha gustado el detalle de la vestimenta de Voreno y Pullo cuando llegan a Roma. Evidentemente no van con la panoplia de combate, porque no estaba permitido dentro del Pomerium sagrado de la ciudad. Pero si que van con una túnica, identificativa de su condición (lo del emblema del águila ya lo pongo más en duda), que por cierto es de color crudo. Y es que aquí abro una polémica en relación a este asunto: el color de las túnicas de los legionarios romanos.

Muchos han defendido siempre que eran de color rojo, por eso de que se ve menos la sangre. Aunque aplicando la lógica, me decanto más por el color crudo, ya que es más barato de producir al no requerir tintes. En fin, creo que han acertado en este aspecto a medias. Otro elemento claro que les identifica es el cingulum militar o cinturón legionario. Sobre este tema aprovecho para dejaros el enlace de artículo que escribí hace algún tiempo para el blog de La casa del recreador, titulado: el cingulum militare.

Prosperar en una Roma salvaje

Otro aspecto que me ha encantado es la visión que dan de Voreno y de como intenta adaptarse a la vida civil. Bueno, Pullo también lo intenta, aunque a su manera, bastante menos civilizada que la de su superior. Mientras que el centurión busca iniciar un negocio de venta de esclavos (no es lo más digno si lo ves con las gafas del siglo XXI), el legionario se deja llevar por la lujuria y el juego y acaba como acaba claro.

Lo que quiero decir es que para un hombre de baja clase social, prosperar en esa Roma salvaje y cruel no era fácil. Y menos cuando los dioses no te favorecían. Al pobre de Voreno le van las cosas mal, y sus esclavos mueren por culpa de una disentería. Importante también introducir en este momento la presencia de las plagas y enfermedades en la sociedad romana. Y es que estas eran más habituales de lo que podéis imaginar, a causa de la poca higiene e insalubridad que tenía aquella ciudad. Recordad que la ciudad se construyó junto al Tíber, y en las zonas más bajas (que se desecaron expresamente), las infecciones y enfermedades proliferan. Los ricos que vivían en la parte levada de las colinas, no lo sufrían tanto como los pobres.

Y hablando de ese tema, creo que lo han cuidado también al detalle. Podemos ver, mientras paseamos por las calles de la ciudad, acompañando a estos dos personajes, cuan sucia era y como de hacinada vivía la gente en los barrios más humildes. Si os fijáis bien, han cuidado mucho esos temas, y las calles de la zona menos rica, no están empedradas y limpias, si no más bien sucias y poco cuidadas. Las brigadas de barrenderos que aparecen, limpian la zona del foro, pero no las calles de la zona baja del Aventino. ¿Os habéis fijado en ese detalle?

Violencia callejera

Pero además de todo lo comentado, sirva la serie para apreciar cuan violenta era la sociedad romana. Os voy a poner dos ejemplos que han sido tratados de manera magnífica por los guionistas. Voreno, sin esperanza en abrir su negocio, acaba sirviendo a un tal Fulmen, que no deja de ser un extorsionador y prestamista. Le usa a él como matón, y fe de ello da la escena en la que le pide que mate a un hombre por no pagarle lo que le debía. ¿Sociedad violenta?

Un poco sí, pero traslademos esa violencia a un campo más político. Y es que esa tardo República se caracterizó en gran medida por valerse de las bandas callejeras violentas para fines políticos. Seguro que os suenan los nombres de Clodio y Milón. Los cabecillas de dos facciones violentas de hombres armados que hicieron auténticas correrías en aquellos tiempos. Y lo hicieron avalados por César, el primero, y por Pompeyo y los optimates, el segundo.

¿Qué fue de la serie Roma de HBO? Escena de la serie donde se aprecia una reunión del Seando romano. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Pues si os fijáis en la escena de Marco Antonio acudiendo al Senado para vetar la decisión de declarar en rebeldía a César, lo veréis más claro. Violencia que acaba en golpes y puñaladas a plena luz del día en el Foro. Me parece una gran captura de realidad llevada a cabo por los guionistas. Roma en esencia pura. No me puedo más que quitarme el sombrero ante este nuevo acierto.

Y ya que hablamos del Foro, ¿qué os parecen los templos pintados? ¿Verdad que os gusta? Otro nuevo acierto, y es que estamos acostumbrados a verlos siempre blancos e impolutos. Pero Roma no era así, si no que era policromada. Y en esta serie vuelven a acertar. Si os fijáis bien, todo tiene color, y desde mi punto de vista eso vuelve a ser un gran acierto.

Trama política

Y bueno, en cuanto a la trama política, no puedo sino decir que está muy bien trenzada. Es sencilla aunque compleja, y es que se ven los claros movimientos de los dos bandos y las intenciones que tienen. Aunque se aprecian algunos movimientos bélicos en la serie, es uno de los puntos que más he echado en falta. Se centran en la parte política, la tratan muy bien, pero creo que podrían habernos dado un poco más de guerra. A excepción de la escena inicial de la guerra contra los galos, donde Pullo abandona la formación, apenas tenemos nada.

En esa misma escena, se puede observar el modelo de combate legionario, con los relevos por filas, y los toques de silbato del centurión para llevarlos a cabo. Bien conseguido sin duda, aunque algunas de las panoplias podrían mejorarse. Sigo viendo demasiado cuero en cámara, al igual que las malditas capas rojas de los legionarios, los escudos pequeños que se usarían después en el nefasto remake de Ben-Hur, y los inventados brazaletes que no han sido documentados jamás.

Me gusta la visión que tiene Voreno sobre César y su intento de alzarse con el control de la República. Es curioso que un hombre como él, sea admirador y seguidor de Cicerón. Quizás por perfil social se debería acercar más al dictador, que busca favorecer a las clases más humildes. Pero no está mal esa lucha interna que nos muestran. ¿Los principios por encima de los deberes?

¿Qué fue de la serie Roma de HBO? Escena de la serie sonde vemos a César, encarnado por Cirián Hinds celebrando su triunfo militar. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

La imagen de un Pompeyo senil y bajo de forma (tanto física como mentalmente) me angustia un poco, sinceramente. Nos muestran a un hombre abatido que se ve superado por un genio militar y político como fue César, y es que el papel de Cirián Hinds, no podéis negarme que no es exquisito. Todos los actores lo bordan, son interpretaciones magistrales, pero conseguir captar la esencia de un hombre como César no debió ser fácil. Yo ahora siempre que leo algo sobre César, me lo imagino con su cara y con su porte. ¿Os ocurre lo mismo a vosotros?

Más cosas buenas

Una escena que me gustó mucho es aquella en la que se ve una viae romana, y en los márgenes los correspondientes sepulcros o tumbas. ¿Verdadero? Pues sí, verdadero y muy bien logrado, así que mini punto para la serie de nuevo. Otra de las cosas que me gustó fue ver una estatua de Zeus pintada. Sé que lo he comentado antes con los templos, pero dejad que me regocije en ello, que para una vez que ocurre…

¿Y qué me decís de los grafitis en las paredes? Muy bien conseguidos, ya que además de texto, nos muestran algunos dibujos que le dan más fuerza al tema. Y es que seguro que debió ser así.

También me ha gustado mucho el enfoque religioso que le dan a la vida de los romanos. Me refiero a que los dioses están presentes en todos los momentos de la vida, en todas las clases sociales, y en todos los quehaceres. Podemos ver como se les pide ayuda y bendición en muchas cosas. Antes de iniciar un negocio, cuando uno quiere protección, o llegado el caso, se puede invocar a los dioses del Averno para maldecir a alguien. Esa escena de Servilia deseando lo peor a Atia y a César por haber sido rechazada es sin duda magistral. Dioses y hombres, estrechamente vinculados.

Si te apetece ver la serie, como te comentaba antes la puedes conseguir en los siguientes enlaces:

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Conclusiones

Me he extendido mucho en este artículo y es que me he dejado llevar por la pasión. Soy consciente de que quedan muchos temas que tratar aún, porque esta serie es sin duda como el buen vino, algo que con el tiempo mejora. Este ha sido el tercer visionado que he hecho. El anterior fue hace ya muchos años, pero al dejarlo macerar, he podido observar aspectos y detalles en los que antes no había caído. Me ha permitido disfrutar de una visión más llana de la sociedad romana y sobre todo me ha ofrecido un buen número de horas de entretenimiento.

Estoy convencido de que al igual que me ha ocurrido a mí, os habréis quedado con ganas de más. Aunque no soy político, y por ello no me gusta hacer promesas que quizás no pueda cumplir, intentaré proseguir con el análisis de la serie con otro artículo. No he podido terminar de reseñar la primera temporada y aun queda la segunda. Pero al menos espero que lo dicho haya servido para generar algo de debate, y sobre todo que os haya animado a volver a ver está magnífica producción para enfocarla desde otra perspectiva muy distinta. A los que no la habéis visto, pues os animo a hacerlo, aunque hayáis leído el artículo completo, porque seguro que no os decepcionará.

¿Qué fue de la serie Roma de HBO? Cabecera de la primera temporada de la serie. ©Todas las imágenes están bajo licencia y copyright de HBO Nordic AB

Y para rematar el trabajo, os voy a dar mi valoración final de Roma de HBO. Mi nota es un 9. Ahora seguro que muchos de vosotros os preguntaréis porque no le doy el 10. Bien, por dos motivos. El primero porque hay algunos pequeños errores que se deberían de haber corregido y que creo que la harían alcanzar la perfección. El segundo, porque me supo a poco que se quedara en solo dos temporadas, y habría querido que se rodaran unas cuantas más. Pero esa es mi opinión claro, ahora quisiera conocer la vuestra si no es mucho pedir.

Antes de despedirme por eso, quisiera compartir con vosotros el enlace de un directo que hicimos mi compañero Ángel Portillo Lucas y yo sobre la vida en la ciudad de Roma. Podríamos ser tranquilamente Voreno y Pullo explicándolo, y dejo a vuestra imaginación, quien sería cada cual.

Directo: La Vrbs, vivir en Roma

Muchas gracias por la atención prestada y nos vemos en la siguiente entrada de mi blog.


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Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii

La entrada ¿Qué fue de la serie Roma de HBO? se publicó primero en Sergio Alejo Gomez.

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Published on January 22, 2021 09:00