Víctor Fernández García's Blog, page 30
August 9, 2016
Experiencia bipolar sin alcohol: Parte IX
Parte VIII | Parte VII
Parte VI | Parte V | Parte IV
Parte III | Parte II | Parte I
Querer atesorar los diferentes momentos destacables que vivimos puede resultar una práctica de riesgo.
Por un lado los buenos momentos pueden desarrollar una predisposición a celebrarlos.Por el otro los negativos pueden atraparnos en una telaraña de incómodo análisis.Un trastorno bipolar descompensado no solo va a multiplicar la carga de momentos especiales en nuestras vidas, sean de la naturaleza que sean, sino que nos va a hacer sentirlos de un modo alterado que cargará de intensidad la experiencia.Si a eso le sumamos una adicción al alcohol, que distorsiona tanto la gravedad como la excelencia de esas situaciones, es muy posible que acabemos asociando dicha celebración y dicho análisis a un consumo del tóxico.Todo, pues, brotará en una realidad donde el recuerdo enaltecido de nuestras experiencias pasadas bloqueará la correcta apreciación de lo que nos va ocurriendo en el presente.
Durante los primeros meses de desintoxicación me he topado con multitud de buenos y malos momentos. Aunque disponer de estabilidad anímica en el trastorno bipolar permite seguir ciertas rutinas que filtran la generación de acontecimientos verdaderamente relevantes.Con la realidad de la vida presentándose con intensidad regulada su abordaje no resulta en absoluto abrumador.A medida que vivo buenos momentos y supero los malos, me voy percatando que el fluir de este riachuelo de experiencias no es algo que dependa de mí.
Puedo sí enfocar mi atención a tratar de vivir con plenitud los momentos más favorables.Me he encontrado con grandes recuerdos que han nacido de un inicio negativo.Desarrollar una actitud en cuya brújula el norte represente el saber reconocer y saborear lo bueno de una situación en concreto, me ha resultado esencial para ir descubriendo soplos continuos de aire fresco en el camino.Evidentemente tienes que cargar con el peso de la dirección sur, sombra en una noche que, sin embargo, presenta en su cielo una estrella polar que ejerce de consejera ideal.De ella mana el reflejo luminoso de unos buenos momentos cuya sensación queremos volver a vivir.
Es importante diferenciar entre querer disfrutar de nuevo de la esencia de algo y, por contrapartida, querer atesorarlo para encontrar una repetición de ello.Es una de las características principales del flujo de ese río de experiencias, puedes disfrutar de su contemplación y asumir su existencia, o bien puedes lanzarte a atrapar en tus manos sus propiedades para en última instancia sentir como se han escurrido entre tus dedos.
El alcohol brinda la posibilidad de sentir que se han atesorado momentos que pueden repetirse siguiendo los mismos patrones una y otra vez.El velo de distorsión que coloca en nuestros ojos nos pasa desapercibido una vez hemos repasado esas situaciones hasta la saciedad.Se aceptan la excelencia o miseria de uno o varios recuerdos y, el hecho de peinarlos con nuestra mente intoxicada por la sustancia depresora, hace que el color de esas fotografías mentales se vaya tornando lleno de nostalgia y melancolía.
Hace unos años, cuando la problemática de un trastorno en efervescencia psicótica y una adicción en punto álgido me retiraron de la sociedad, creí que una canción, que representaba el final de nuestro viaje en vida, se grabaría para siempre en mi interior. Sin embargo el tiempo transcurrido, que ha arrojado a mi presente estabilidad y desintoxicación, me ha hecho caminar siempre cerca del río de los buenos y malos momentos.Y he podido aprender a encajarlos tal como vienen, con sus dulces y sus amargos, tan breves y efímeros como cargados de esa energía que hace que nos levantemos cada mañana.En el salón de mi mente ya no hay marcos vacíos aguardando fotografías, sino que el lienzo en constante renovación de mi interior sabe apreciar muy bien la belleza de la que disponen los colores que van llegando día a día a su superficie.
Esta parte es así de breve, porque en ella trato de guiñar un ojo a la sensación que ciertos acontecimientos o personas me han ido transmitiendo durante estos meses en los que el inicio de la desintoxicación se ha ido fraguando.Una sensación que evoca momentos fugaces.De este modo, la canción que un día se instauró en mi vida con la decadencia y la amargura de una derrota absoluta, encuentra años después el amanecer de otra muy diferente, más ubicada al inicio del camino.
Podría ser que esta sensación no se escape de los dedos como los momentos que transporta el agua del río de la existencia.Podría ser.
Continuará...
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Published on August 09, 2016 13:13
Experiencia bipolar sin alcohol
Trailer (Próximamente)
Hace tres meses inicié un camino libre de alcohol, aprovechando una buena racha de estabilidad en mi trastorno bipolar que me permitió atajar el problema.
Transcurrido este tiempo, me resultan evidentes los beneficios de haber tomado y mantenido esa decisión.
En cierto momento decidí ayudarme a mí mismo trasladando al papel los procesos reflexivos que me llevarían a analizar concienzudamente diferentes aspectos lo que he estado experimentando.Desde el lado oscuro de la abstinencia, pasando por sus abismos existenciales, hasta la nueva luz que va apareciendo y el proceso de reinserción asociado, entre otras muchas cosas.
Este conjunto de ensayos quizá pueda servir de ayuda para navegantes que estén naufragando en esas aguas demasiado cargadas de alcohol, o bien se encuentren en la desesperante tormenta que supone una inestabilidad maníacodepresiva.
Aquí están los enlaces a cada una de las partes publicadas:
Experiencia bipolar sin alcohol: Parte IExperiencia bipolar sin alcohol: Parte IIExperiencia bipolar sin alcohol: Parte IIIExperiencia bipolar sin alcohol: Parte IVExperiencia bipolar sin alcohol: Parte VExperiencia bipolar sin alcohol: Parte VIExperiencia bipolar sin alcohol: Parte VIIExperiencia bipolar sin alcohol: Parte VIII
Con el tiempo se irán sumando nuevas partes, a medida que mi avance por este nuevo camino prosiga.
Salud.
Published on August 09, 2016 03:16
August 7, 2016
Experiencia bipolar sin alcohol: Parte VIII
Parte VIIParte VI | Parte V | Parte IV
Parte III | Parte II | Parte I
Vivir nadando contra la corriente es algo que desgasta.
Padeciendo un trastorno bipolar eso es un hecho por desgracia común si se desea mantener cierta estabilidad emocional. Las fases del trastorno van apareciendo o alternándose, y cuando todo parece encumbrarte en una actitud demasiado positiva debes aprender a frenarte, a ‘capar’ la toma de decisiones aplazándolas y sobre todo, a no dejarte llevar demasiado.Son aspectos que la sociedad suele ver con buenos ojos, pues se puede confundir fácilmente con una actitud emprendedora y sana, cuando en verdad nace de algo patológico. De hecho se genera una lucha interna importante, pues una parte de ti siempre trata de convencerte de que no hay nada de malo en el hecho de sentirte bien y construir desde ese punto.En contrapartida, pero siendo igualmente un nado a contracorriente, los episodios depresivos requieren que pese a verlo todo teñido del velo que tejen las características de ese estado, no podamos permitirnos el hecho de, nuevamente, dejarnos llevar.Se suele asociar la depresión a la tristeza, pero en verdad es mucho más que eso.Es una trabajada, minuciosa e hiriente sensación nacida de un análisis de todo aquello donde pongas la vista. Una sensación de impotencia ante un dolor el cual se es consciente de que no va a remitir. Un dolor que nace en ese punto de nuestro interior donde la mentira o el maquillaje no tienen cabida alguna.Resistirse a dejarse llevar por esas aguas suena igual de antinatural que cortar las alas a una buena actitud, y resulta complicado de modo equivalente.
En cambio, con el trastorno descompensado, la lucha se enfoca a algo que consideramos está mal, y la corriente contra la cual se nada es la infructífera búsqueda de que nuestras motivaciones personales sean escuchadas y encuentren un eco en lo que queramos cambiar.
En cuanto al consumo de alcohol, la propia degradación que provoca el tóxico en varios niveles cuando se desarrolla un problema de adicción, convierte nuestra vida en, una vez más, una lucha en contra de la corriente que más debería beneficiarnos.
Y en ambos casos se requiere de una motivación personal, de una justificación de por qué nos encontramos permanentemente nadando teniendo que aplicar ese extra de esfuerzo de naturaleza ingrata.
Eso no es algo exclusivo de personas con problemas mentales o de adicción a tóxicos.Es usualmente necesario tener una justificación personal para los actos que estemos llevando a cabo, sean de la naturaleza que sean.El problema es que esa justificación humana lleva impresas la mayoría sino todas de sus características, entre las que se encuentran un amplio abanico de tácticas para justificar lo injustificable.
En el caso que nos ocupa, que es la aprobación personal del nado a contracorriente perjudicial y negativo, puedo decir que por mi experiencia y las demás que he conocido esas actitudes suelen nacer del sufrimiento.A partir de ahí uno puede disfrazar su dolor de lo que se le antoje , pero dicho sufrimiento será el motor que tratará de encontrar justificación a nuestros actos aunque éstos sean claramente erróneos para quienes más nos conocen o para la misma sociedad.
De nuevo se podría pensar en casos de luchadores a los que el tiempo ha terminado por encumbrar.Sin embargo, querría hacer énfasis en que el dolor que genera la persecución de objetivos ideados por una descompensación bipolar o el estilo de vida alcohólico no debería ser justificable en ningún caso.De hecho, ni se tendría que intentar otorgar esa justificación, pues al nacer esas actitudes del sufrimiento personal siempre habrá maneras para nadar, con más energía si cabe, en contra de nosotros mismos.
Así pues, ¿Qué diferencia lo que es justificable de lo que no?Una actitud que cause o avive un dolor que pueda apoderarse de nuestra vida en última instancia no debería ser justificada.Si nos inmiscuimos en analizar y buscar explicaciones a por qué esa actitud es adecuada siempre nos encontraremos con la generosa oferta que el ingenio y la astucia ofrecen.
Al comienzo de esta parte he explicado por qué el nado a contracorriente respecto a los estados maníacodepresivos resulta difícil y complicado.La justificación a esa lucha permanente es que se hace para evitar un sufrimiento mayor, pues la escalada de cualquiera de los extremos de la enfermedad está permanentemente salpicada de dolor y su cima bañada en él.
Concluiré.Las consecuencias negativas de vivir con un trastorno bipolar inestable son evitables.Las consecuencias negativas de beber alcohol son evitables.
Puede que nos cause dolor y sufrimiento el no poder dejarnos llevar. O el no poder recurrir a algo que serena el mar embravecido de nuestras emociones. Pero el precio que conlleva mantener ese nado que nuestra mente considera a favor y que, sin embargo, resulta a contracorriente de nuestro bienestar, no es otro que un sufrimiento mucho mayor con el que hipotecamos a nuestro futuro y peor aún, trasladamos a quien nos quiere.
Tener que nadar en contra de las corrientes de una enfermedad es justificable.Autodestruirse a uno mismo, en cualquiera de sus formas, no lo es. Aunque la forma sea la de idealista incomprendido de noble causa, por ejemplo. Si ese ser humano deprecia dormir y comer, recargando su energía con alcohol, entonces su actitud pierde toda justificación.En ocasiones el fin no justifica los medios.
Continuará...
Parte VII
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Published on August 07, 2016 04:13
August 4, 2016
Ilustradora de la saga 'El Nexo': Silvia Gual Ferré
Pues aquí tenéis la noticia.
Silvia Gual se define a sí misma como lectora voraz, dibujante soñadora, adicta al chocolate y a los gatos, aficionada a la fotografía, aparte de despistada e inquieta.
En verdad es mucho más que eso, y si queréis obtener una pincelada de primera mano acerca de esa fantástica persona sólo tenéis que visitar su blog ‘Libros de ensueño’, donde tiñe todas y cada una de las secciones que mantiene de su peculiar personalidad.
El caso es que, habiendo ya ejercido de crítica en el proceso de creación de ‘Mago’ , el primer libro de la saga ‘El Nexo’ y cuya reseña podéis leer aquí, recientemente ha aceptado el reto de ilustrar la saga.
Para que os hagáis una idea de la ilusión que me hace sólo tenéis que echar un vistazo a algunos de los dibujos que ha venido haciendo últimamente, tras toda una vida dedicando a ello su tiempo libre.
Pues bien, como adelanto a lo que está por venir debo decir que ha terminado su primera ilustración.Está pintada con acuarela, que es la técnica que va a predominar en este proyecto, y muestra nada más y nada menos que a Katryn, la elfa de cuyo bastón mana fuego verde.
Con un nuevo diseño de portada para ‘Mago’ en ciernes y la gestación de ‘Bruja’, su segunda parte, arrancando, os iré informando de las novedades relativas a esta colaboración con Silvia.
Published on August 04, 2016 02:16
August 3, 2016
Experiencia bipolar sin alcohol: Parte VII
Parte VI | Parte V | Parte IVParte III | Parte II | Parte I
Los abismos personales representan un lugar al que cada uno de nosotros podemos encontrar acceso, abriendo puertas que fabricamos con nuestra experiencia personal.
Es un territorio que al ser pisado deja huella cuanto menos, siendo habitual además una profunda herida que en solo en algunos casos se cierra. La huella suele ser pues una cicatriz que sigue doliendo cada cierto tiempo y ante determinadas circunstancias.
Ahora que va quedando atrás la época en la que el alcohol desfiguraba mi percepción, y mucho más lejos los tiempos en que el trastorno arrasaba cíclicamente con mi vida, puedo posar mi vista sobre los ecos que me van llegando de esos abismos por los que tanto anduve.No será para describirlos, proceso que ya traté de abordar con la parte de la escritura de ‘La cabaña’, pues a mayor o menos escala estoy convencido de que todos conocemos esa especie de vértigo, esa sensación incómoda, al ver nuestra mente y nuestro interior peinando el final de un camino donde el frío resulta intenso.
Es solo el inicio de ese territorio caracterizado por hundirse en la tierra en un páramo oscuro donde la profundidad parece no tener fin.Uno puede decidir quedarse allí bien para solucionar el problema desde dentro, bien por adicción en una suerte de síndrome de Estocolmo. Entre otras muchas posibilidades, como el más que factible hecho de no encontrar la salida de un lugar al que llegas ya lesionado, te haces mucho más daño al caer y minas tu interior a cada segundo que pasas en él.
Siempre me he sentido atraído por los abismos del ser.La carga existencial que se suma al resto de angustias abarca y complica aspectos como identidad, fortaleza o dirección personales.He considerado largo tiempo que a partir de las cenizas esparcidas en ese territorio tras una quema en el despiadado mundo real, una resurrección podría resultar la panacea para regresar con ímpetu renovado y una actitud inquebrantable.
Cuando los ecos de mis abismos susurran a mi corazón durante demasiado tiempo, las puertas dibujadas y abiertas en el pasado aparecen de nuevo frente a mí.Con el trastorno desestabilizado uno no puede escoger si va a entrar o no en ese inhóspito territorio.Simplemente cae en él cíclicamente, o nunca lo abandona, porque el propio curso de sus pensamientos y vivencias permanece permanentemente alterado, torturándole sin tregua.Consumiendo alcohol, yo disponía de una invitación perenne a descender jornada a jornada, a sentir que cada vez que abría los ojos y miraba la realidad lo hacía desde aquel lugar.
Sin embargo, en estos tres meses de desintoxicación, lo máximo con que me he encontrado ha sido la tortuosa e infructífera papeleta de verme mirando fijamente las puertas cerradas que bien sé a dónde conducen.Quizá unos incómodos minutos, quizá unas pesadas horas o bien unos eternos días. Pero en eso se quedaba.Siempre acaba por amanecer de nuevo.Recuperas energía, sientes de nuevo la luz de la ilusión en el palpitar de un corazón que no se ha visto rebozado en el polvo calcinado de las profundidades más macabras de ti mismo.Has llevado a cabo un ejercicio de resistencia que te ha permitido incluso no plantearte el tener ganas de hundirte o evadirte con el tóxico, puesto que tu mirada estaba puesta en el horizonte, consciente de que en algún momento iba a salir el sol.
Recuerdo que al estar atrapado en mis abismos en el pasado nunca sentí ni un atisbo de luz que pudiese anunciar la dirección de la salida de ese lugar.Considero que se trata de una cuestión de actitud personal.No obstante, suele ser el mejor aprendizaje el que construimos sobre la base de nuestros propios errores.Ya no se trata solo de no probar gota de alcohol, sino de tratar de vivir una vida lo más plena posible, puesto que si un trastorno mental nos ha abierto de par en par las puertas del infierno, lo lógico es querer vivir mirando al cielo con la mayor intensidad posible.Si sientes que la sombra de un monstruo te acecha constantemente para entablar combate con tu alma cada cierto tiempo, llevar una vida realista pero positiva, responsable pero cargada de ilusiones, será lo que regenere la energía que se necesita para no acabar hecho de la misma pasta que lo que te persigue.Una criatura que representa a los abismos de los que vengo escribiendo.Una criatura hecha de rencor, envidia y dolor. Una sombra de desesperanza y melancolía.Un monstruo adicto a tu malestar.
Quizá lo más tedioso de mantenerse desintoxicado sea que antes, en ocasiones, uno podía sentir como esa entidad cobraba vida en su propio cuerpo, arrasando con todo a nivel personal.Finalmente, con el rostro bañado en lágrimas, en la boca una mueca de ira y la mirada encendida, los días bajaban el telón con la sensación de que se había atacado a todos los males que a uno le atormentasen.
La ausencia de tal factor parte mi identidad.Como si una mitad forjada en su día como escudo ante lo malo del mundo hubiese llegado a cobrar vida propia para ser finalmente descartada.Para vivir la vida plenamente uno no puede cargar con todo, es necesario desprenderse del dolor que pueda resultar innecesario.Y qué mejor lugar para enterrarlo que unos abismos personales a los que uno ya no se siente atado.
Así pues, cada vez que tengo que estar mirando las puertas imaginarias que tantas veces se abrieron en mi pasado, aplico la misma respuesta a la posibilidad de cruzarlas que la que aplico al hecho de beber alcohol.Y cuando vuelve a salir el sol, me pilla madrugando con una tostada y un café con leche ante el teclado, contemplando como tanto las sombras como los monstruos que me persiguen van siendo enterrados uno a uno en los abismos tras las puertas de las que siempre he tenido la llave.Unas puertas que ahora, por fin, sé por qué es mejor mantener cerradas.
Continuará...
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Published on August 03, 2016 21:10
August 1, 2016
Reseña de 'La cabaña' (Miguel Costa)
RESEÑA DE 'LA CABAÑA'
por Miguel Costa
Para ver la reseña en Los Señores del Edén (Próximamente)
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La Cabaña es el primer libro publicado por el escritor Víctor Fernández García.
El relato, compuesto por doce capítulos y por numerosos anexos narrados por los mismos personajes, está escrito magistralmente, con una narrativa extraordinaria, difícil de seguir en ocasiones debido a su propia complejidad.
El autor nos sumerge en un mundo insólito, real e irreal, existente e imaginario solo en la mente de los protagonistas; transportándonos más allá de la realidad por los oscuros caminos que recorren la complicada mente humana.
Definitivamente, nos encontramos ante un excelente libro, escrito con maestría por el autor, conocedor indiscutible del tema debido a su propia experiencia personal.
Published on August 01, 2016 11:32
Reseña de Mago (D.C.A. Savia)
RESEÑA DE MAGO
por D.C.A. Savia
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Es una linda historia, con personajes y animales míticos muy interesantes. Me gustó el desenlace. Parece un diario de viaje muy detallado en cada movimiento, sin grandes emociones y con estrategias bélicas y descripciones de batallas. No se detiene en los pensamientos emocionales de sus protagonistas. Es más la palabra emoción figura cuatro veces en todo el libro y nunca hay dudas ni lugar para ellas. Solamente aquí: “Su compañero dudó unos segundos, para después responder.”Pasaje de: Víctor Fernández García. “Mago_e-book.” iBooks.
Los pensamientos son en general de razonamiento sin elaborarlos mucho. Como si todo lo que le ocurriera al protagonista fuera algo cotidiano que no merece la pena contar cómo lo vive, a pesar de que éste exprese sorpresa o desconcierto sobre algunas, no lo detalla. Va adquiriendo poderes que parece como si simplemente los recolectara. Solamente seis veces menciona "intentar o tratar". Parece que todo le salía fácil. No parece haberlos ganado con esfuerzo y por ello merecerlo como lo expresan quienes lo otorgan. Pareciera que cualquiera podría haber llegado a ellos y haberlos obtenido. Todo les salía a pesar de las dificultades. Jamás debieron cambiar de planes.
Hay situaciones que parecían generarle intriga al protagonista, pero como lectora yo las sabía y no podía compartirla con él ni entendía por qué no se lo contaban.Creo que una de las cosas que cambiaría es el orden del relato y agregaría más suspenso acerca del motivo de la desazón de la protagonista, de forma que el lector se entere junto con el protagonista masculino.
También hay un personaje que realiza una proeza importantísima que ganó más mi estima que cualquier otro, creo que intentaría enfatizar el suspenso acerca de su actuar previo. No lo sé, que sus compañeros realicen conjeturas, que intenten ayudarlo y no puedan, que les genere angustia o lo menosprecien.
El romance se da por hecho, como al pasar, lo que no genera empatía. También, como si se amaran porque no había nadie más y no mereciera la pena relatar las emociones vividas.
Published on August 01, 2016 10:24
Reseña de Mago (Serendipity)
RESEÑA DE MAGO
por Serendipity
Para ver la reseña en Goodreads sigue el siguiente enlace
Una novela que yo pondría como infantil-juvenil. (Esta review puede tener algún spoiler, yo aviso).
Una historia de fantasía con bastantes tópicos del género.
Con el protagonista no he conseguido empatizar en ningún momento, es más, ha llegado a caerme mal. Ni siquiera he conseguido entender por qué es el elegido, y menos que la elfa se enamore de él, hecho que hizo que tampoco empatizara con ella.
La narración es a veces lenta, con demasiados detalles que a veces no veía necesarios o reiterando mucho algunos aspectos, y sin embargo otras veces todo pasa demasiado rápido.
Me habría gustado leer más sobre la aventura del protagonista adquiriendo poder y cómo demuestra que es digno de ello. Al ser tan rápida esta parte da la sensación que casi se le regala el poder.
Igualmente las batallas aunque están bien, se quedan cortas.
Para ser la primera del autor, puede ser un buen libro para gente que se inicie en el género, pues la historia llega a ser entretenida, aunque predecible.
Published on August 01, 2016 02:19
July 31, 2016
Experiencia bipolar sin alcohol: Parte VI
Parte VParte IV Parte III Parte II Parte I
La intensidad de las emociones es algo en lo que factores como una enfermedad del estado de ánimo o una adicción a un tóxico tienen mucho que decir.Mientras el trastorno bipolar puede exagerar enormemente dicha intensidad, el alcohol por su parte las deforma hasta el punto de presentarlas como burdas imitaciones de lo que en realidad sentimos.
Hay una serie de imágenes que me asaltan en este caluroso amanecer de verano. Son recurrentes, no es la primera vez que me encuentro evocándolas una vez se han plantado en mi interior.
Despertaba un nuevo amanecer en la costa.Salió con una taza de café humeante en su mano derecha, e inhaló profundamente al sentir como el frío viento de la mañana despertaba sus sentidos.La terraza del apartamento en la playa estaba cubierta por la hoja de los pinos que la rodeaban, conformando una zona verde que presidía las playas cercanas.Las nubes en el manto azul cobalto que era el cielo se desplazaban a buena velocidad pese a la lejanía.Avanzó unos pasos hasta apoyarse en la baranda desde la cual se veía, inspirador, un mar al que las ráfagas de aire otoñal otorgaban un aspecto poco conciliador, con unas olas rompiendo en la playa más cercana hasta deshacerse en su solitaria arena.Se puso una chaqueta y admiró una vez más cómo la vegetación danzaba al son de ese mismo viento que entraba por su nariz y su boca fresco y puro.Se preguntó si debía atesorar el momento, por si en el futuro algo le impidiese poder disfrutarlo como lo estaba haciendo, y comenzó a registrar la sensación que le embargaba.Eran ganas de pasear por el terreno rocoso de los espigones entre playas, ganas de sentir la brisa marina que allí se respiraba.Felicidad por haber superado una vez más el infernal calor de los meses de verano, regocijo por sentir que se encontraba en el lugar adecuado en el momento idóneo.
Esta estampa me facilita la introducción de dos puntos a analizar. El modo en el que el clima afecta al trastorno maníaco-depresivo es uno de ellos, ejerciendo de trampolín a estados alterados en variopintas situaciones.
Los cambios de estación suelen ser un punto de inflexión realmente vertiginoso en el estado de ánimo de una persona bipolar, siendo la llegada del otoño y la primavera las situaciones más agresivas.En mi caso, sin duda alguna, siempre he tenido una marca personal puesta a lo largo de todo el año en la llegada del otoño.La llegada de los primeros fríos supone para mí lo que he tratado de plasmar en el pequeño texto citado. Una amalgama de felicidad, inspiración, energía y esperanza.
No pocas veces esa mezcla ha servido de caldo de cultivo para una fase de euforia que ha acabado por estallar en el siguiente invierno.Sin embargo no puedo considerar del todo esos aspectos asociados al otoño como una señal de alarma.Darle terreno a la inspiración y la energía renovada, sintiendo alegría en tu interior ante la certeza de que unos buenos meses te aguardan a la vuelta de la esquina es algo a lo que no renunciaría fácilmente.El problema es que de ahí nazcan actitudes obsesivas y que uno se entregue a una rutina reductora de las horas de sueño y los hábitos alimenticios.Son cosas que para mí siempre han ido de la mano, hasta que he empezado a conocer en la estabilidad que las buenas sensaciones no tienen por qué justificar los malos hábitos.
El otro punto a analizar es el velo invisible que el alcohol va colocando entre nosotros y la percepción que siempre se ha tenido en el pasado de todo cuanto nos despierte emociones profundas.
En el tema que nos ocupa, referente al clima y al cambio estacional a otoño en concreto, puedo decir que cuando estaba enganchado al alcohol creyendo obtener estabilidad para mi vida, me estaba privando entre otras cosas no solo de sentir las sensaciones que antes he tratado de evocar, sino también de recordarlas adecuadamente.
La contemplación de cierta época del año va asociada siempre a una evolución durante ese mismo curso, que a su vez va ligada a todo un camino vital.Es algo que no casa mucho con la naturaleza del consumo de alcohol, tan dado a la mecánica de satisfacer al instante y tan solo de modo momentáneo.Estar enganchado a ello es algo que nubla tu percepción, alejándote por completo cada vez que te excedes en una borrachera de ti mismo y de la verdadera profundidad que subyace en el camino que recorres al vivir.No solo eso, sino que la rutina que se genera al depender cada cierto tiempo de su ingesta, va generando sentimientos negativos que interaccionan con absolutamente todo lo que contiene tu mundo.Si ese mundo incluye algo positivo en la llegada del frío, en mi caso ese factor fue pudriéndose al verse salpicado por una melancolía y una nostalgia de naturaleza oscura al provenir de las lágrimas que el componente depresivo del alcohol presenta.
Si ya para alguien de mente sana la adicción al alcohol y la leve depresión que le genera pueden suponer el desarrollo y la instauración de una actitud hosca ante algo que debería inducir a la felicidad, no cuesta imaginar lo que supone para una mente bipolar tan conocedora de los abismos a los que los pozos del estado de ánimo conducen.
De ese modo el cambio estacional, que siempre se me ha antojado como un trampolín a la euforia, con el consumo de alcohol también derivó en uno hacia la depresión.Que no la tristeza.La tristeza no es ningún estado patológico, pudiendo resultar bella en su misma esencia. Tan contemplable e intensa, profunda e inspiradora como su antónima.Así pues con los caminos a la euforia o la depresión abiertos y en igualdad de enfermizas condiciones, y el alcohol actuando de desestabilizador, un bipolar podría caer en un episodio mixto que aunase lo peorcito de dos de sus estados patológicos más peligrosos.
Ahora que hace tres meses que he dejado el alcohol atrás, entrando en un caluroso mes de agosto, me he visto asaltado en una de mis madrugadas por una serie de imágenes.Me han hecho evocar unas sensaciones que tenía perdidas dada la contaminación que pudría su mero recuerdo.La llegada de una mañana en un lugar paradisíaco en la que un frío viento me hiciese abrigarme mientras respirase hondo sintiéndome conquistado por la sensación de libertad.
Durante años siempre gastaba esos cartuchos que me reportaba este hecho en alimentar a las sombras de un pasado que me perseguía.En esta ocasión, libre de alcohol, escribo esta sexta parte con la esperanza de advertir (y advertirme) que para un bipolar el dejarse llevar por una sensación conlleva un plus de responsabilidad. También para señalar la ventajosa posición de la que goza la intensidad en una emoción si se experimenta verdaderamente desintoxicado.Sin más contenido que el que realmente posee.
Una valiosa pieza si lo que tratamos de hacer es un mapa del lugar por el que pretendemos movernos con cierto criterio.
Continuará...
Parte V
Parte IV Parte III Parte II Parte I
Published on July 31, 2016 00:34
July 28, 2016
Una galaxia dentro de mi universo: Mi gata Chi
No puede faltar en una sección sobre mi propio universo un espacio para Chihiro, o Chi, mi traviesa, payasa y encantadora gata blanca y negra.De modo que aquí está, listo para recibir con el tiempo diferentes montajes con sus fotos, videos, gifs animados y todo cuanto vaya surgiendo.
Para la ocasión he recuperado un antiguo relato, que escribí al poco de adoptarla de un refugio en pésimas condiciones.
Tengo cuatro meses y vivo en una jaula.Cuando vienen a verme no me llaman por ningún nombre, hacen unos sonidos extraños y yo siempre me lanzo a la verja para intentar abrazarles.Tengo unas buenas uñas, pero con ellos no suelo sacarlas.Me gusta mucho jugar.Relatos del País de Nunca Jamás
Solo vienen por la mañana, luego los otros gatos me empujan, me arañan y me muerden cada vez que intento beber un poco de agua o saciar mi hambre.De vez en cuando un hombre viene con un tubo de plástico y llena la jaula de agua. Escalamos por donde podemos para evitar mojarnos, pero casi nunca lo conseguimos.
Hoy un chico y una chica me han dado de comer algo delicioso.Han estado jugando conmigo pero no se... se han ido y creo que no volverán.Nunca nadie vuelve a por mí.Es noche y hace mucho frío. Todo huele muy mal y tengo mucha hambre.A veces pienso que no vale la pena seguir... Pero siempre por la mañana alguien me llama con ese sonido y mueve su mano para que yo trate de cogerla.
Se escuchan unos ladridos horribles todo el tiempo, sobre todo cuando las personas vienen a verme.La verdad es que estoy asustada todo el tiempo.Pasan los días y las noches y no encuentro ningún sitio que proporcione algo de calor.Sin embargo, tengo un presentimiento. Como si algo fuese a cambiar...
Cuando despertó, la gatita escuchó gritar un nombre a unas voces que conocía bien. Chihiro decían. Y sí, se dirigían a ella. Se desperezó y se abalanzó sobre la verja para saludar a esa chica y ese chico que le daban de comer aquellas cosas deliciosas cuando venían.Él llevaba algo en la mano, y Chihiro quiso desde buen principio meterse allí. Lo hizo y empezó a ronronear sin parar. Ya nunca más dejaría de hacerlo.Estuvo un buen tiempo en un coche preguntándose qué estaría pasando, y tuvo que hacer en ese pequeño lugar sus necesidades porqué ya no aguantaba más.
Luego todo aconteció muy rápido.Llegaron a un lugar muy grande y entraron en una pequeña estancia.El chico cerró la puerta y por fin abrió el transporte.Mientras lo limpiaba, el mismo sonido que salía del tubo de la jaula asustó a Chihiro, que nada pudo hacer para evitar caer en un charco de agua tibia y verse frotada con algo que picaba un poco.Llegó la chica y la frotaron más y más.Finalmente una cascada de agua le quitó esa cosa que tan bien olía.La envolvieron en toallas mullidas y la dejaron lista para que inspeccionase su nuevo hogar.Mientras se acostumbraba, Chihiro veía como sacaban cosas para que las atrapase y montaban algo muy grande donde parecía que sus uñas iban a disfrutar mucho.
Me llamo Chihiro y he pasado ya dos días en este fantástico lugar.Nunca hace frío y tengo una comida deshecha que me encanta.Juegan mucho conmigo y no para de venir gente a verme.Nunca pensé que sería tan feliz.Últimamente siempre escuchaba a las personas decirse feliz Navidad. Yo no sabía a qué se referían si siempre la cruel noche llegaba a mí.Ahora lo entiendo.La Navidad me gusta. Me llamo Chihiro, tengo cuatro meses y por fin quiero vivir feliz.
Por suerte todo ha ido de maravilla, y casi dos años después Chi luce tan bien como vosotros mismos podéis comprobar.
En primer lugar desde tres gif animados en los que se ven cosas tan dispares como un bostezo emitido en plena madrugada, una mirada algo asesina en mitad de un baño o un magnífico salto felino :D
En segundo lugar, podéis verla en tres videos cuyos subtítulos ya ponen en situación.
Como último extra, disponéis de una entrada en la que tiene mucho que decir en este mismo blog, llamada ‘Chi: Mi gatita en la escritura’.
Published on July 28, 2016 09:55


