Víctor Fernández García's Blog, page 3
October 15, 2023
Reseña: 'Leyendas de Animalia: Ramírez y el volcán' (por Leo Shaddix)
RESEÑA
Leyendas de Animalia: Ramírez y el volcán
por Leo Shaddix
INTRODUCCIÓN
La Charca de las Respuestas no era lo único gris esa noche. La mente de Leo Shaddix también pintaba de ese color un lienzo que comenzaba a dejar atrás el verano, con tal de dar con las primeras lluvias que habrían de conectar con un esperadísimo otoño.
—Estás muy rumiador esta noche, Lego. — La voz de Áltamir, el renacuajo al mando allí, se dejó escuchar alta y clara.
Por lo normal, a Leo no se le hubiesen caído los anillos a la hora de rebatir el mote que trataban de encasquetarle, pero lo cierto es que ni la energía abundaba, ni el ánimo daba para ponerse a discutir.
Tal como Leo agachó la cabeza, presa de un súbito abatimiento, Áltamir vio la oportunidad de hacer leña del árbol caído.
—¡Menudo pieza estás hecho, Lego!
Aquello sí hizo reaccionar a Leo.
Una mueca de sonrisa asomó en su rostro, mientras miraba de reojo como el renacuajo se echaba al suelo embarrado a patalear de risa ante su última ocurrencia.
Hizo bien en echar ese raudo vistazo, pues Áltamir detuvo en seco sus risotadas para lanzar una enérgica ofensiva con una gran sartén.
Mediante una maniobra ágil, Leo Shaddix no solo logró esquivar el golpe, sino que también arrebató el arma improvisada al renacuajo.
—Si algo de bueno tienen los bajones, es que condensan gran concentración y afilan los reflejos.
Fue el turno de Leo de reír, cosa que hizo con ganas, lanzando una sonora carcajada en dirección a la luna que, tímida, comenzaba a asomar entre nubarrones.
—Vaya, ¡Mira el Lego! Como si hubiese escudriñado lo insondable del futuro...
Leo alzó una ceja en ese mismo instante.
—Ahora que lo dices, llevo tiempo queriendo saber hacia dónde va todo este asunto de Animalia...
—¿A sunto de qué quieres saberlo?
En cuanto Áltamir se giró, con sonrisa bobalicona, para cerciorarse de que su broma había calado, la base de su sartén se estampó de pleno contra su rostro.
Mientras convulsionaba, lanzando revelaciones sin parar en torno al futuro de su mundo, Leo Shaddix no podía sentirse más satisfecho.
Sí, la lluvia del otoño estaba a la vuelta de una esquina donde ya caía generosamente la hojarasca.
Pronto, buenas nuevas habrían de llegar.
Como si la piñata de la que a veces se disfraza la vida fuera a recibir un soberano, sonoro y contundente sartenazo.
RESEÑA
¡Pero qué libro más divertido! Ahora sí que he escogido leer el primer libro de esta saga, ya que aunque no hace falta leerlos de manera correlativa, es lo suyo, para ir conociendo mejor a los personajes y ver como surgieron esas uniones y amistades que tanto me han gustado.
Un humor muy sencillo, puro y sin pretensiones. Ideal para esos lectores más jóvenes y los adultos, sobre todo si buscamos algo de diversión como medicamento para la gris vida a la que estamos sometidos. Una novela muy corta llena de acción, aventuras y momentos que te harán sonreír.
Ramírez vuelve a ser mi favorito, con diferencia. Aunque he conocido a muchos otros personajes que también se han llevado mi corazón. Animales muy simpáticos y llenos de carisma que saben captar la atención allá por donde van. Me da mucha curiosidad ver en que nuevos problemas se meterán en el futuro.
Las páginas desbordan imaginación y calidad y parece que no se acaban. Sé que es una obra que muchos más podrán disfrutar. ¿Quién se resiste a un intrépido ratoncito que tiene que apagar un volcán para poder hacerse con la mano de su amada? No le faltan agallas para tener su tamaño.
¡Qué buena decisión tomé al querer formar parte de esta saga y de todas las cosas buenas que me están dando! Ojalá nos den la noticia de que habrá varios tomos más, porque no pondríamos ninguna pega.
¿Soléis leer historias así? ¿Os gustan los libros en la que los animales son los protagonistas?
October 4, 2023
El negocio
Es difícil imaginar, en sistema político alguno, una vida que no deba cierto patrimonio energético para con la causa general del planeta en el que nos hallamos varados.
Ya seamos currantes rasos, empresarios de bajo, medio o gran alcance, o simples “chupópteros” del sudor ajeno en pos de enfermedades relativas a nuestro tiempo, la conclusión pasa por una serie de horas que hay que justificar, validar y, en definitiva, volcar en el pozo de las arcas generales.
El negocio es quien manda. De eso no hay duda alguna.
En un póker elíptico, abandera cartas de gran potencial. Juega cual trilero con el tiempo y el espacio.
Nosotros, humildes usuarios y poseedores de la energía, los sueños y el ímpetu que son base de su motor, lanzamos piedras al aire con tal de atizar a la gigantesca gallina de los huevos de oro. Pero es solo una ilusión. Atinar en el blanco de cualquier sistema acutal significa ser defenestrado o sobornado al instante.
El negocio es quien nos levanta cuando solo queremos llorar.
Quien, una a una, nos coloca cada capa de cebolla, equipándonos con etiquetas que habrán de valernos para no destacar demasiado ni dar excesiva pena. Es también quien nos susurra el material del que está hecho cada gris, convirtiendo realidades opuestas a nuestro destino legítimo en una desgraciada suerte de caramelos que engullimos, desesperados con tal de no estar muertos en vida.
El negocio nos conoce mejor que nosotros mismos.
Sin embargo, ¿Conocemos los de a pie la naturaleza que nos envuelve?
Burros que se creen unicornios.
Eso es lo que somos.
Hacemos gala de nuestras bellas alas, venidas de tiempos remotos en los que nacimos.
Nos jactamos de nuestras trayectorias, como si nuestro sudor fuera más valioso que el sufrimiento de la mayoría de bestias usadas en la causa ganadera - cultural.
Nos vanagloriamos de haber salido adelante, sosteniendo en la palma de nuestras manos un mérito, a todas luces, ridículo y efímero.
Todo ello lo metemos en el horno de nuestro ego, hinchando resultados mientras, a la defensiva, aceptamos la herida, cual tigre desamparado y aplastado en su orgullo.
El negocio nos trata como meras fichas de un ajedrez mayor. Tan inconmensurable como cercano nos resulta el cosmos vecino.
Nos quejamos de todo.
Abogamos por la frialdad del siglo XXI.
¿Pero qué diablos hacen las personas que están viviendo ese siglo?
Seguramente te lo preguntes ante la previsión de unas holgadas horas de trabajo impuesto.
Quizá ante una maratón de series digitales.
Quizá te distraigas metiéndote tanta mierda como los burros que se consideran unicornios.
El resultado va a ser el mismo.
La zona de confort es la culpable, pero la solución no está en distraerse.
La respuesta, como todo problema colectivo, no radica en una solución megalómana y absolutista.
¿Te crees inocente?
¿Crees que este negocio regala y dispone con la justicia equivalente a tu trabajo?
A nivel personal, puedes irte a la mierda.
A nivel corporativo, ya estás en ella.
August 26, 2023
Brothers in arms
Siempre fuimos más felices.
Cuando el rock’n’roll de la juventud recorría nuestras venas y una nostalgia sin nombre buceaba en la eterna melancolía.
Cuando los primeros frutos maduros se pudrieron en nuestra boca, dejando el amargo sabor de, quizá, una mala promesa.
Cuando los atardeceres refulgieron luz de amanecer, mientras que, en un futuro próximo, el inicio del día sabrá a miel.
Siempre fuimos más felices.
Cuando familia era una palabra incorruptible.
Cuando presente implicaba energía y conllevaba esfuerzo con recompensa.
Cuando el futuro es irse de la pirámide. Cuando no interesa codearse ni con el borrego ni con las sectas.
Siempre fuimos más felices.
Guitarra en mano, con forma de libro o teclado, con aspecto de instrumento o pincel, con alma de artista sumiso o rebelde.
Siempre fuimos más felices.
Incluso cuando el sol se puso, la guadaña de la muerte no era más que el tajo de una dulce sandía.
Recordaba a esa miel... La miel de una nueva aventura.
Siempre fuimos más felices.
Buscamos la luz de un nuevo día.
July 20, 2023
70000 estrellas fugaces
—¡Fíjate cuántas visitas! — Don Gadget se agarró las solapas de su diminuto traje frac con una gran sonrisa de satisfacción dibujada en su rostro. Tras unos instantes, en los que trató de generar la máxima expectación posible, alzó su bastón hacia la pantalla del ordenador.
—¡Desde que las llamamos estrellas fugaces que no había acontecido semejante lluvia de cometas! — Dicho eso a voz en grito, el grillo tecleó mientras bailaba claqué una serie de comandos para rastrear estadísticas en el blog.
Una vez hubo terminado, se giró hacia la figura del huraño escritor que lo escrutaba tras una nube de humo.
—¡Cachis con tu efusividad! Eres un hueso duro de roer...
Harto de la desgana del autor de Un universo en palabras, Don Gadget se acercó a sus dedos. Estos yacían ya en el teclado, tratando de escribir algo sin demasiado empeño. El fuerte pisotón del grillo con uno de sus impolutos zapatos, recién embadurnados de betún, llamó al fin de manera satisfactoria la atención del escritor.
—¡Escucha, a ver si así lo entiendes, cabeza de chorlito! Cada visita representa el tiempo con el que un lector deposita su alma en nuestras manos. ¡Navegan! ¡Navegan por el universo que tras tantos años hemos conformado!
Unos momentos de tensión siguieron a aquel último discurso. Tras ellos, el autor sonrió.
Largo tiempo había pasado, era cierto.
Muchas aventuras junto a su socio Don Gadget.
Quizá el grillo tenía razón. Tal vez era momento de celebrar.
Así pues, extendiendo la punta de su índice, la chocó con el puño extendido de Don Gadget, para ponerse ipso facto a escribir unas breves líneas.
Sería un texto de profundo agradecimiento.
July 12, 2023
300 publicaciones | Aniversario del blog
Querido lector,
Cuando abrí este blog por allá en 2015, lo hice con la voluntad de crear un espacio, no solo en el que poder presentarme debidamente, sino también en el que poder abrir diferentes canales de comunicación.
Con el paso de los años, todos ellos variopintos como la vida misma, he publicado a mansalva o casi no se me ha visto el pelo.
Sin embargo, nuestro patrón, el siempre carismático y dedicado Don Gadget, se ha ido ocupando de la organización y clasificación del contenido. El resultado es justamente lo que soñé para este pequeño universo en su momento: Una propuesta de paseo, una suerte de viaje y una aventura de lo más especial por cuanto rodea a mis palabras.
En los 300 posts que figuran publicados en Un universo en palabras puedes encontrar multitud de propuestas imaginadas con pasión, diseñadas con disciplina y ejecutadas con mimo.
Aquí, en esta madrugada que no es más que la bandera de otras tantas y tantas, mi gata Chihiro duerme escuchando un teclear amparado por música suave y humeante café. Chi ya estaba cuando este proyecto vio la luz. Y junto a ti, querido lector, ha supuesto la mejor de las compañías en este ejercicio que, espero, se prolongue por mucho más tiempo.
Querida Barcelona
Querida Barcelona,
Cuanto tiempo, ¿Verdad?
Como de costumbre, tú te debes haber hartado de sucesos variopintos y actividad desenfrenada.
No hace tanto que nos vimos por última vez.
¿Te acuerdas de la chica que conocí paseando por tus bohemias callejuelas?
Nos va genial. Te alegrará saber que, incluso, hemos logrado emerger de las arenas movedizas.
Ahora vivimos no muy lejos de ti. Me atrevería a decir que miramos el mismo mar. Que, cuando un gran nubarrón se desplaza, nos oculta a ambos la misma puesta de sol.
Es una triste visión, lo sé.
Es que te echo de menos.
Ya no sé si podremos cumplir aquellos sueños que tantos años compartimos. El repatriado de mis objetivos no se ha reestructurado y no va a haber reconquista, eso puedo asegurártelo. Me encuentro aún más deforme que la última vez, una suerte de mezcla entre mis infiernos y mis cielos.
La edad me ha acechado, haciéndome acuciar una cuarentena que empieza a entender que la puesta de sol va a ser, aunque lejana, todo un hecho.
No por ello siento lejos las tentativas.
Esas llegadas furtivas a tu estación de Sants para vivir inolvidables jornadas. Esos más que lustros peleándote y saboreándote, viviéndote y soñándote. Esas arremetidas contra natura pegado a ti mientras el océano estira y estira... Hasta que arranca.
Se me acaba de poner un puño en la garganta.
Suena música un tanto desgarradora, aunque bonita. Garantía de que no voy a acabar entero esta carta. Aunque no espero lo mismo de esta vida.
¿Sabes?
Chi sigue viva y hasta me ha llegado un fugitivo exiliado de tus barrios.
Me atrevería a decir que ya soy feliz.
Pero tú mejor que nadie conoces la ubicación del puñal que me atraviesa. De la estaca que apnea mi respiración. De los sueños por lograr que me dejan en vilo.
Maldita sea.
Menudo trastorno.
Te dejo por ahora.
Como siempre, con mis mejores deseos:
Víctor
Querida Barcelona,
¿Era un loco?
Justo cuando, en el fragor de la juventud, surcaba tus calles con el empuje de una docena de embarcaciones con el viento a favor.
Cuando la energía se teñía de visibles tonalidades en un mundo multicolor de núcleo gris.
¿Era un loco?
Justo cuando, en el cénit de lo crucial, entrenaba mi mente tan exhaustivamente como un capitán que llega al mando de un portaaviones.
Cuando el corazón latía con la hipersensible emoción generada por un despegue inminente a la conquista de lo imposible y lo desconocido.
¿Era un loco?
Justo cuando, a la hora de salvaguardar los muebles del gran incendio, no hice más que avanzar a contracorriente como un mariscal de flota.
Cuando los recursos se sacrificaban junto a la esperanza y las neuronas ardían, derrapando a mil kilómetros por hora en los lienzos maníacos de la anarquía.
¿Soy un loco?
Ahora que las heridas ya no sangran a borbotones a vista de médico de pacotilla.
Ahora que el oxígeno regresa a los pulmones, ¿Puedo ya gritar?
Querida Barcelona, dime si ya puedo preguntar a voz en grito si algún día me curaré.
Dime si el sinsabor del sinsentido tiene arreglo. Si el masticar la ceniza de lo que fue alimento también nutre de algún modo. Si puede nacer algo de lo que se tornó yermo. Dime si sirve armar la metáfora de lo que cuentan sobre el ave fénix y si el poder de la victoria sobre la enfermedad realmente arde de las llamaradas de la voluntad.
Si, al menos un día, una hora de una jornada o un minuto fugaz, podré quitarme la máscara y volver a reír de verdad junto a ti.
Sé que la música que suena es triste.
Una banda sonora orquestada a partir de letras que beben de un océano de pesadillas, soñadas y vividas.
Hace tiempo que no hay despegues en los portaaviones.
Mucho hace de la última vez que se vio el uniforme del mariscal.
No hay ni rastro del tenaz mando del teniente.
...Pero el maldito oleaje sigue ahí, igual de frío e inclemente como siempre se mostró, dando lenta caza a un cerebro para el que los años no dejan de pasar.
Querida Barcelona,
Quiero irme a 571 como dicta el tema Exoplaneta de Arde Bogotá.
Quiero viajar voluntariamente, abandonar la tierra, e irme a 571-/9A.
No se va a tratar de una travesía ni científica ni de ciencia ficción, aunque algún elemento de ahí quiero agarrar.
Decía Isaac Asimov aquello de que era el fin de la Eternidad y el principio del Infinito. Qué aterradora belleza atesoran esas palabras. Que magno significado que nos deja arrastrándonos como hormigas con nuestros problemas y dilemas.
Quiero irme a 571.
¿Sabes? Tengo pensado no incluir el cinismo allí. Tampoco la bravuconería de cara a la galería. Jungla y carnaval, términos prohibidos. Garrote a la dictadura y al fascismo. Un exilio prácticamente equiparable al de una isla en la que naufragar.
¿Qué debo morir, dices?
Muramos, que mueran todos aquellos que quieran viajar conmigo a 571-/9A.
Sé que el pasado ya lo hizo, deja de engañarme de una vez.
Sé que las calles donde moran mis huellas han sido tan pisadas que de mi rastro no queda ni un vago perfume.
Sé que mis recuerdos subjetivos se han más que diluido en los mares de las opiniones de aquellos que, o nunca les importaron, o supieron sepultarlos.
Me quiero ir a 571.
¿Sabes? Quiero fundar allí Nueva Barcelona.
Muy probablemente tenga todas tus calles y muchas de tus gentes.
Muy probablemente pienses que esa burda copia te recuerda mucho a ti.
Pero habrá algo diametralmente diferente. Y solo tienes que mirar al espejo que representan mis cartas para comprender de quién se trata.
Solo tendrás que buscarme en tu memoria para darte cuenta de la desaparición.
Creo que ya me he ido.
Harto de tanta miseria y concierto de máscaras.
He partido rumbo a 571-/9A.
July 11, 2023
Audiolibro: 'La taberna: Una libreta para el recuerdo' (Víctor Fernández García)
LA TABERNA
Una libreta para el recuerdo
Puedes escucharlo en Rakuten Kobo
Narrado por Mono Vázquez de Narrators Hub
SINOPSIS
Joel ronda los treinta.
Se siente atrapado en un punto vital que no parece reportarle demasiada felicidad.
Su trastorno bipolar le ha arrastrado, más que acompañado, por buena parte de su camino.
Bien pronto creyó encontrar un bastón para subsanar la problemática maníacodepresiva. Desde que el alcohol llegó a su vida fue creciendo en protagonismo a medida que su salud mental abría de par en par las puertas del oscuro territorio de una mente que hierve en busca de claridad.
Una libreta siempre le acompaña. En ella, Joel plasma retazos de su mundo interior.
Necesitado de paz, dará forma a un buen consejo encontrando el rastro de una misteriosa taberna. Será allí donde habrá de recrudecerse la batalla contra el trastorno, el alcohol y un monstruo. Armado únicamente con un lápiz y las páginas de su libreta, perseguirá la estela de una salida a la autodestrucción que le consume cíclicamente, desde hace tanto tiempo que la oscuridad parece haber conquistado un lugar en el cual la tímida luz de un farolillo permanece, no obstante, encendida.
Audiolibro: 'La cabaña: El oscuro laberinto de la psicosis' (Víctor Fernández García)
LA CABAÑA
El oscuro laberinto de la psicosis
Puedes escucharlo en Rakuten Kobo
Narrado por Tomás Cebral de Narrators Hub
SINOPSIS
Un anciano conoce a un niño, un adolescente y un hombre que, guiados por una misteriosa niña, dan con su cabaña en un lugar del que poco saben. Juntos tratarán de hallar una salida al laberinto que su existencia les ha propuesto para poder llevar una vida con cierta paz y salud mental.
La cabaña es un libro escrito en diferentes estados producidos por un trastorno bipolar. Contiene fragmentos creados en fases depresivas severas, así como otros que describen el proceder de sus protagonistas en fases maníacas agudas.
Audiolibro: 'Leyendas de Animalia: Ramírez y el volcán' (Víctor Fernández García)
LEYENDAS DE ANIMALIA
RAMÍREZ Y EL VOLCÁN
Puedes escucharlo en Rakuten Kobo
Narrado y musicalizado por Víctor Fernández García
SINOPSIS
Consciente de la extrema belleza de la princesa Dalamy, una ratona adoptada por los reyes felinos, Ramírez se embarcará sin dudar en una alocada misión: apagar un volcán. El rey Husk concederá la mano de su mismísima hija si el ratón logra el éxito. Personajes tan hilarantes como claroscuros acompañarán a Ramírez en la búsqueda de aquello que le permita cumplir su sueño.
Mi buen amor
Mi buen amor,
Mon Laferte me transporta a México.
Escucharla cantar ese tema tan estelar me sabe a bandas al atardecer en playas paradisíacas. Y yo he estado en esas playas. Sí, son espectaculares hasta quitar el hipo. Toda una civilización hasta hace unos años desconocida para mí.
Un mundo de costumbres diferentes, de alimentos y cultura muy dispares, aunque siempre con el amago de raíz común que tanto cobijo da a almas como la mía.
Soy reticente a los cambios.
Tanto, que, mi buen amor, me gustaría firmar el quedarme por siempre a tu lado.
Me parece mentira que en tan poco tamaño pueda concentrarse tanto talento, tanta pasión y tantos sueños.
Eres como un pequeño volcán en constante erupción. Y cada pedrusco en llamas que sale de ti, ya sea depresivo o exaltado, melancólico o efervescente, abatido o conquistador, me sabe a todo el futuro que se dibuja maravillosamente frente a nosotros.
Mi buen amor, tú que me haces la coleta cada día, atando con tus manos mis anhelos y el destino común que compartimos, ¿Sabes a dónde conduce la marea que mece esta preciosa vida común que hemos encontrado?
Es como el diminuto puerto de un riachuelo en el que solo hay que encontrar el enfoque adecuado para no querer ya irse de ahí jamás.
He conducido por ciudades vacías.
He sufrido el mal de la población hueca.
He sido herido por filosofías sin cabida, masacrado por estigmas inmortales, destruido por la falsa fe de dogmas de pacotilla y hasta me han asolado los vientos de la denigración más flagrante.
¿Cómo no voy a querer atarme a ti, ya sea en el riachuelo de postal o en la más pútrida alcantarilla?
Tú conviertes.
Tú llevas el feliz rio de tu felicidad a mi vida.
Me haces agarrar vuelos transatlánticos cada día, mientras hago de tripas corazón con los problemas de siempre que tanto empequeñeces.
“Mi buen amor,
Si no quieres regresar,
Por qué vuelves a buscarme una vez más,
No me pidas que te de una última noche.”


