Víctor Fernández García's Blog, page 9
April 16, 2022
Mis reseñas: 'Sencillamente... Yo' (Rocío Laverde)
MIS RESEÑAS
por Rocío Laverde
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RESEÑA
Imagina por un momento que puedes sostener el amor en la palma de tu mano.
Apuesto a que unas veces lo encontrarías pesado. Otras, ligero.
En ocasiones te quemaría y otras lo sentirías sombrío.
Dolería y calmaría, casi a partes iguales, si lograses sostenerlo suficiente tiempo.
Sin embargo, no es una fuerza que nos haya sido entregada para ser sostenida. No. Es algo que debemos aprender a sentir.
Ahora, imagina durante otro rato que los días no estuviesen organizados por las inclementes agujas del reloj.
Que a un bello atardecer pudiese seguirle un amanecer tormentoso. Así, sin más, por arte de una magia capaz de torturarte en las sombras de la duda, el rechazo y la pérdida para luego mostrarte el arcoíris sin parangón de una pasión henchida en su esperanza.
Yo dibujaría así la etérea aura del amor.
Y, pese a que sé que no estoy solo en mi concepción y punto de vista, siempre es un inmenso placer y supone una radiante alegría encontrarme con aliados en el camino.
Además, si esos aliados atesoran la bonita valentía de Rocío y su amor por las letras, el resultado no puede ser otro que el que me ha ocupado buena parte de esta soleada mañana de primavera: Una lectura de lo más especial.
Así entiendo el recuerdo que me ha dejado ‘Sencillamente... Yo’ de Rocío Laverde.
Como si en un lapso concreto hubiese sostenido los diferentes prismas con los que se manifiesta el amor, mientras la climatología de mis emociones iba mutando de escenario, recuerdo, alegría, paz, dolor y anhelo.
Porque supongo que de eso se trata cuando uno se focaliza en esta poderosa fuerza.
Hay que vivir al máximo y exprimir cada momento para poder escribir un poemario como el de mi querida Rochi.
Supongo que el don de la escritura que la acompaña, que le susurra para que cree magia con palabras, le debe exigir una buena dosis de introspección, observación, madurez emocional y, al mismo tiempo, perenne e inocente ilusión.
Siento que Rocío dispone de todo ello, tanto como para lograr que el lector viaje a su lado y sienta el clima desordenado y variable, intenso y sincero, de una travesía inolvidable.
De algún modo, tras varias de las tormentas experimentadas en la lectura, tras los días soleados y el paso de algunos fantasmas y multitud de sueños, me siento feliz. Feliz por la autora, a la que de algún modo siento en un dulce momento creativo que espero fluya y perdure por largo tiempo.
Enhorabuena, Rochi.
Áspero ahogo
Poco a poco, la arena desciende por tu garganta.
Casi podrías jurar que esto no va a ir de Mesías ni de movimientos revolucionarios.
Qué ironía del destino el que te estés ahogando en el desierto. Mientras esculpías un furibundo oleaje en los paisajes del futuro venidero, él tejía granito a granito la debacle. Y tú, más que caer, has efectuado un peregrinaje tan constante a las dunas, que ahora solo puedes contemplar como, gigantescas desde su base, parecen devolverte una mirada gélida.
Ese hielo es lo único que va a mostrarse congelado en este paraje tan desolador como aplastado por un sol de justicia.
Casi podrías jurar que aquí no hay nada que hacer.
La energía, esquiva, drena en su fuga las pocas fuerzas que te quedan.
El aire quema tanto que las cuerdas vocales se sienten en llamas cuando, tratando de gritar, solo logras escupir barro.
¿No afirman que los espejismos nacen en estas circunstancias?
Por un momento, desde posición elevada, logras hacerte una idea de la inmensidad yerma que te rodea. Te recuerda al mar, tu viejo aliado.
Víctima de un secuestro sin más testigos que el frío desaparecido.
Un cruel espejismo, fabricado por una mente con contraataque claro pero blanco confuso.
Tigre herido.
Esto no va a ir de Mesías.
No va a suponer revoluciones inmortales.
Te agachas y clavas la mirada en el horizonte. Un puñado de arena basta para acariciar tus manos. Como si fueses un Dios del Tiempo balanceando posibilidades. Como si fueses un gladiador ante una nueva batalla amañada.
Mira cuánta arena, te dices casi en voz alta.
Solo estamos en la parte superior del reloj.
Hasta que la última esperanza caiga, a esto aún le falta tiempo de sobra.
El velo secreto
A través del velo de no sabes qué, miras atrás.
Todo se ha congelado.
Como si de tus manos emergiesen tijeras y escuchases, atronadora, una melodía helada, de pronto parece como si el mundo fuese un lugar puramente mágico.
Un lugar donde las guerras entre individuos o clanes pareciera que pertenecen a otra realidad. Y no lo afirmo por falta de empatía o inconsciencia psicótica.
Lo afirmo porque siento una pena y un dolor que me están desbordando.
No es porque no sienta que la brutal tormenta que a todos nos ocupa me resbale, sino porque lo que están resbalando ahora mismo son gigantescas olas sobre mi pequeña flota de embarcaciones.
Recuerdo los días en los que navegaba solo. Apenas una barquita, en ocasiones lancha y, en otras, barcaza, que buscaban dar con esa ansiada isla perdida que representa el huraño epílogo a esta vida.
Miras a través de ese velo desconocido.
Atinas a discernir en el horizonte la gran tormenta a la que todos hacen referencia.
Esa especie de necesario protagonismo en la identidad de plebe y realeza, desesperada pobreza y avara opulencia... Escoria camuflada y criminal ventaja.
Un comunismo despiadado que avanza filas, moviendo tormentas mientras gesta huracanes, sin mostrar piedad alguna por los verdaderamente necesitados.
¿Necesita ayuda aquél que desea la muerte?
Miro a través del velo para descubrirme a mí mismo.
Tal cual, sin capas de cebolla, me parezco a una cascada.
Despersonalización típica de enfermos sin estabilidad, dicen.
Pero lo cierto es que el agua de mis lágrimas fluye como si se tratase de un inclemente reloj de arena. Contando recuerdos, aflicciones y heridas mientras siente los latigazos.
Ahora toca hablar de futuro para contentar al lector.
Toca ensalzar el momento presente.
Aunque el nudo de tu garganta ahogue tus manos.
Aunque solo tengas ojos para la ola gigante que se aproxima desde no tan lejos.
No lo haré. No hablaré más que de lo mucho que me duele. De la aflicción inmensa que me arroja la perspectiva.
El velo son las lágrimas.
¿Es que no lo veis, inconscientes?
Las lágrimas del vecino, del familiar, del amigo o el compañero que ya no sabe cómo gritar desde la imposición del distópico silencio.
Tragos a bordo
Echas un trago y a volar.
Un trago de oxígeno, que bastante se ha estancado el aire de la vida en los últimos tiempos.
Un trago de sol, que bastantes nubes han dirimido el destino de los cielos las últimas jornadas.
Un trago de amistad, directo de esa botella mágica que, medio vacía, parece siempre vender caro su final.
Echas un trago y a volar… Con las alas del amor. Un amor que, en cualquiera de sus formas, riega corazones, zurce caminos, favorece vidas y enriquece mundos.
Echas un trago y a volar… Con la brújula del convencimiento. Una convicción firme ante la tormenta e intolerante ante la frustración.
Vas a emborracharte a tragos de pura esperanza.
Hubo un tiempo en el que el epicentro del laberinto no era más que un magma furioso. Un explosivo cúmulo de ira que lanzaba rabiosas llamaradas al exterior. Pero ahora lleva tanto tiempo callado que roza una extinción con forma de primavera. El infierno se ha tornado en campos que peinan las laderas de las frondosas montañas de tu ilusión. Atrás dejas el purgatorio, ese territorio gris y pantanoso.
La morada de una anaconda gigantesca henchida en tu comportamiento reincidente.
Echas un trago con la vista muy puesta en la botella.
Vuelve a haber vida a simple vista.
Sin el filtro de su frío cristal inmisericorde.
Los horizontes recuperan colores olvidados mientras del triste recipiente se alejan vagos ecos de promesas incumplidas.
Querrías llorar a moco tendido, para bañar los pañuelos en el alcohol. Para prender fuego a todo ello y hacerlo estallar contra tu infame pasado.
Pero solo es eso ya.
Retazos de posibilidades calcinadas.
Cenizas de las hogueras del frío.
Ojalá fuese tan sencillo como echar un trago.
Ojalá no hubiese cadenas y poder volar.
Aunque aún queda oxígeno, sol y amistad.
Aún quedan esperanzas e ilusiones.
Aún late el amor… Pese a que la gran tormenta parezca querer emerger de la oscuridad, una vez más.
Cansancio
¿No estáis cansados?
Las aguas tranquilas de este lunes esconden todo aquello que no se desea ver. Pero la verdad es que ni es cosa del lunes ni del año, ni de las circunstancias puntuales ni de la época.
Me decía una gran amiga que todo suele fluctuar cual marea. Incluida la misma amistad.
Yo creo que lo que en verdad ocurre es que rezamos por que suba la marea. Por cubrir rápidamente el iceberg de nuestras miserias para poder adular la vida mediocre que, irónicamente, tanto criticamos.
Un pozo de mierda recubierta por los bien sabidos escudos. Que si solo son redes por aquí... Que si la vida es dura para todos por allá...
Al final, solo importa ese núcleo del que es eje uno mismo. Es tal el estado de terror, tal el abuso de maquillaje matutino, que toda la base de pesadillas, confesiones, vulnerabilidad y necesidad queda relegada a la base del iceberg de quien en verdad somos.
¿No estáis cansados?
No lo pregunto. Lo advierto.
Porque si el mar se desvanece, si el mundo cambia hasta revelar los verdaderos rostros... Entonces nuestros icebergs se desharán en la ciénaga. El mismo pútrido lodazal que se alimenta de las envidias, el cinismo y la brutal hipocresía con los que muchos enarbolan estandarte en la cima de sus malditos castillos.
¿No estáis cansados?
El mundo que se desintegra sí.
El universo que nos da la espalda también.
Y eso que aún no llega el azote justiciero. Los grilletes por lo forjado y las cadenas de lo perpetrado.
Pero es preferible revolcarse, en secreto y como cerdos, ante los malos sueños de la propia conciencia, que salir adelante con corazón sincero.
March 24, 2022
Reseña de 'Leyendas de Animalia: Las alas del amor' (Virginia Salazar)
RESEÑA
LEYENDAS DE ANIMALIA: LAS ALAS DEL AMOR
por Virginia Salazar
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INTRODUCCIÓN
—Ha sido un placer… — El general saboreó aquella última palabra mientras sacaba a pasear por sus asquerosos labios su larga lengua reseca.
Lady Lyla sintió náuseas de inmediato.
Unas ganas de vomitar que transformó, reuniendo toda la habilidad posible, en una forzada sonrisa acompañada de una leve reverencia.
Fue suficiente.
Mumal y sus hombres alzaron sus patas esgrimiendo el saludo militar del Imperio, dispuestos a partir… Por la salida derecha del jardín.
«Tenía que ser la maldita derecha.» Musitó para sus adentros la joven felina.
No había alimentado las brasas de la resistencia tanto tiempo para ver como el palurdo borracho de Razmatao lo estropeaba todo.
Sin embargo, no había nada que hacer.
Bastante extraño era ya que Mumal no hubiese escuchado aún los brutales ronquidos de aquel inútil guerrillero. En cuestión de segundos, tras unos pocos más, darían con Razmatao luchando en sueños contra su resaca.
Lyla tragó saliva.
Podía hacerse una idea de lo que iban a hacerle a ella y a su familia por encubrir traidores en sus aposentos. Pero lo más terrible en aquella dictadura era lo que uno no podía alcanzar a imaginar.
A Vi no le faltaba ni inteligencia ni capacidad de observación.
Por ese motivo, llevaba pegada al ventanal de su salón, mordiéndose las uñas, buena parte de la mañana. Concretamente, desde que los hombres de Mumal habían aparcado su coche frente a la casa de su querida vecina.
Eran buenas amigas, aunque, por motivos obvios, nunca habían profundizado demasiado en ninguna conversación.
Ni falta que hacía.
En aquellas circunstancias lo mejor era que cada una actuase por su cuenta, siempre en busca de un futuro mejor. Quizá por eso, cuando Vi pudo ver como un cuerpo se movía entre las hojas del jardín de Lady Lyla, no se lo pensó.
Apresuradamente, agarró su chaquetón y se armó de valor.
Poco después, tanto Mumal como sus hombres se hallaban bien entretenidos con la historia que explicaba Vi. Aunque lo verdaderamente importante era su ubicación. Aquella gata había desplazado a los camaleones hasta sus automóviles.
Mientras hablaba y hablaba, un fugaz guiño de ojos fue cuanto se dijeron Vi y su vecina.
Lady Lyla entró sonriente en casa.
Bien haría en reemplazar a algunos miembros de la resistencia, visto lo visto.
RESEÑA
Hoy les traigo la reseña de LAS ALAS DEL AMOR, LEYENDAS DE ANIMALIA, un cuento ilustrado del autor Víctor Fernández García que tuve la dicha de leer en una LC.
Esta es una lectura para un público infantil de 10 años en adelante y para todo aquel adulto que disfrute de una buena historia de fantasía y distopía.
El libro toca temas como el amor, las drogas, la amistad, la dictadura, la violación de derechos humanos, la privacidad de libertad de expresión, el lavado de cerebro mediante la educación. Todos estos temas sociales se juntan en una historia muy bien hilada que nos mantiene enganchados hasta la última página. El autor trata datos temas sociales con mucha pericia e inteligencia. Tiene sus momentos muy duros y tristes, tocando los límites del terror, también tiene sus momentos divertidos que me hicieron soltar unas cuantas carcajadas.
El autor creó una perfecta distopía, son su dosis de realismo y terror exactos, contada a través de animales humanizados en un mundo imaginario llamado Animalia. Me recordó un poco al corto animado llamado ‘Rebelión en la granja’, debido a que ambos tocan temas sociales y políticos contados a través de personajes animales. Y lo que más me encantó es como expuso el tema del amor, esa fuerza tan poderosa que lo mueve todo en el universo.
Mi personaje favorito es Lyla, una gata llena de coraje, perseverancia y mucho amor.
Este es un libro que recomiendo a todo el mundo.
Muchas felicidades al autor.
March 15, 2022
Reseña de 'La cala: Perdida en la gran ciudad' (Àngels Aguilera López)
RESEÑA
LA CALA: PERDIDA EN LA GRAN CIUDAD
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INTRODUCCCIÓN
La niebla baja invernal no solo ocultaba el horizonte. También las aguas marinas, justo cuando éstas alcanzan la suficiente profundidad como para inspirar.
No. La visión de la pequeña cala, sumida entre tantos grises que el leve azul casi resultaba una broma pesada, era cuanto se podía ver desde la fría arena de la playa.
En ella se encontraba Rebeldía.
Àngels podía verla desde la altura, mientras terminaba de descender por el espigón.
Una imagen poética, como si el cabello naranja de aquella mujer quisiese romper con todo el escenario en una suerte de flamígera melena.
No obstante, como todo en aquel lugar, como tanto de aquel momento, parecía que la estampa estaba condenada.
Como si un juicio hubiese sido dictaminado largo tiempo atrás, y solo quedase en pie la frágil escultura del exilio, las ruinas de la amargura y el mal sabor de la derrota.
En cuanto Àngels pisó la arena de la playa, con la mente preparada para luchar contra arenas movedizas o blandir machetes ante monstruosas criaturas marinas, supo que aquel escenario no iba a suponer más de lo que podía ver. Dura y áspera, aquella playa no parecía distar de un paraje yermo y rocoso. Un proyectil sin pólvora, varado por demasiado tiempo en la angustia, a medio camino entre una civilización desierta y un océano congelado.
Rebeldía alzó un dedo en señal de saludo.
Ni siquiera giró el rostro. Ni una mueca se dibujó en su semblante.
Àngels no había traído en esa ocasión ni leña ni mantas. Y lo cierto es que tanto hubiese dado. Sentada al lado de una de las mujeres más valientes que había conocido, el tiempo parecía avanzar lentamente. Como si un filo repleto del pútrido óxido de un aliento monstruoso erosionase todo en silencio sepulcral.
—Larguémonos. — Fue cuanto pudo reunir en un hilo de voz.
Cuando Rebeldía se giró, su rostro era como el reflejo de una danza marchita.
—Venga. Vámonos de aquí. — Lo de Àngels era más una súplica que otra cosa.
Mientras alzaba a aquella guerrera desdichada, algo parecido a un tímido oleaje quiso alzarse. Pero languideció en la costa, preso de un peso sin nombre.
RESEÑA
Cuando Rebeldía llega a Barcelona no tiene recuerdos de su vida anterior. Solo recuerda que salió de un psiquiátrico, donde trabajaba, y que tiene un libro de un escritor anónimo, titulado La Cala, que encontró allí. En su día a día por la gran ciudad, va leyendo el libro a la vez que va encontrando unos panfletos, a modo de ensayo, esparcidos por Barcelona. En el transcurso de un año, la soledad va envolviendo la vida de Rebeldía, abocándola a tomar malas decisiones que la llevarán a una situación límite.
En los panfletos descubrirá la vida de un escritor que lucha contra su bipolaridad y alcoholismo. Y en la lectura del libro conocerá a un Tylerskar derrotado y a un Joel que se aferra a la escritura, desde su apartamento en la Costa dorada, junto al faro, para no caer en la depresión y huir de sus pesadillas.
Esta quinta entrega de la Saga Identidad enlaza directamente con el Símil II. Sin embargo su recorrido y su historia son diferentes. En las anteriores hay acción y lucha pero aquí, en La Cala, encontramos soledad y desolación.
Víctor narra tres historias, aparentemente divergentes, para convergerlas en un final sorprendente.
Entre las palabras escritas hay un grito sordo y desgarrador a la soledad. Una soledad tan inmensa como el mar que baña la costa y que lleva a los protagonistas a la deriva por sus aguas convulsas y bajo nubarrones de tormenta.
Las estaciones del año en el que transcurre la historia central no solo reflejan el paso del tiempo cronológico, sino que marcan el ciclo de la bipolaridad. Un comienzo entusiasta en primavera, un apogeo en verano para empezar a declinar en otoño hasta alcanzar el abismo de la depresión en invierno.
Para los seguidores de la Saga vemos que el Monstruo no es protagonista, aparentemente, porque si está. El Monstruo es una sutil sombra que nace desde las primeras líneas del libro para ir creciendo, poco a poco en el interior de los personajes, devorando toda esperanza.
Sin embargo es un libro bello. Para mí, quizás, el más poético de toda la Saga.
" Como el constante sonido de un riachuelo que surca el bosque, el eco de mis pesadillas diarias me acompaña, posando en mi alma el amargo sabor de la desolación."
Víctor utiliza las metáforas para dar voz a sus sentimientos. Para crear belleza incluso en la oscuridad.
Una mención a dos personajes que aunque pequeños, no por eso menos especiales: Chi y Don Gadget que acompañan a Joel en su periplo. Y a dos relatos cortos, escritos por Joel, que me parecen dos joyas dentro de este bello libro.
En esta entrega Vlad ha dejado de lado sus ilustraciones dibujadas y nos ha deleitado con unas maravillosas composiciones fotográficas para el maquetado y puesta final del libro. Un excelente trabajo Vlad.
Un libro que no te deja indiferente porque quieras o no te hacer sentir soledad, tristeza, vértigo, desolación... Y ese al fin y al cabo es el objetivo para el que fue creado.
Recomiendo leer la Saga desde el principio para entender mejor la historia de La Cala.
March 7, 2022
Reseña de 'Leyendas de Animalia: Las alas del amor' (Rose Days)
RESEÑA
LEYENDAS DE ANIMALIA: LAS ALAS DEL AMOR
por Rose Days
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INTRODUCCIÓN
El carruaje no era gran cosa, pero cumplía con creces con su cometido. No era otro que el de conducir a la Duquesa de Doble Erre a palacio.
En sus manos reposaban algunas de las últimas cartas que había cruzado con su gran amiga Lady Lyla. Correspondencia a la cual la Duquesa había decidido, nerviosa, echar un último vistazo antes del tan esperado encuentro.
“Todo Villa Bigotes Largos espera tu llegada.
En especial yo misma, querida amiga, aguardo poder zarandearte de un buen achuchón.
Con cariño,
Lady Lyla”
Rose, que así se llamaba la Duquesa de Doble Erre, alzó la mirada de aquella última carta recibida, ya algo más reconfortada y visiblemente sonriente.
El carruaje surcaba a toda velocidad una inmensa pradera.
Cuando el suelo pasó a ser pedregoso, tras girar por una colina, pudo verlo al fin. Un gran castillo se dibujaba en el horizonte cercano.
La estampa era tan bella que, por un momento, olvidó por completo la molesta presencia del emisario que habían mandado por ella.
En ese momento luchaba por abandonar sus ronquidos.
—¿Ya hemos llegado?
El renacuajo, de nombre Áltamir, miró tanto la gran sartén que descansaba a su lado como a la Duquesa. Al parecer, por suerte, no recordaba nada. Tal y como las veces anteriores.
Lady Lyla había sido meridianamente clara: “Si el renacuajo molesta, ¡Sartenazo se le asesta!”
Pronto alcanzaron las inmediaciones de Palacio. Cuando el carruaje se detuvo frente a un pequeño lago, Áltamir no dudó en lanzar su comentario.
—Vaya laguna, ¿Eh? Se nota que estamos a mediodía…
Iba el renacuajo a reír su propia gracia cuando se encontró con un nuevo golpe de sartén.
Resoplando, Rose Days apartó el cabello que le había caído por el rostro.
Nada más terminó de ascender el gran portón que mantenía detenido al carruaje, al fin la vio. Bajó apresuradamente del transporte y corrió tanto o más que su amiga con tal de abrazarla con fuerza.
El sol brillaba con gran intensidad.
Al fin y al cabo, debía ser la una del mediodía.
RESEÑA
Tercera entrega de Leyendas de Animalia y en esta ocasión el autor nos remonta al pasado y nos cuenta los orígenes de Villa Bigotes y sus soberanos, lo cual me resultó interesante. Agradezco tanto a la editorial como al autor por confiar una vez más en mí.
Para empezar debo mencionar que esta vez me pareció que este cuento está dirigido a un público un poco mayor al de los dos anteriores, pero, ¿quién dice que nosotros los adultos no necesitamos leer cuentos?
Me gustó mucho porque ya me había encariñado con los personajes y conocer un poco de sus pasados fue toda una pasada.
Lo que le restó medio punto a mi calificación no es algo que esté mal, sino solo a una opinión mía que ni siquiera merece la pena mencionarla aquí porque es muy personal y no por fallas en la historia.
Felicito al autor por mantener siempre esa frescura y novedad y por regalarnos historias tan divertidas y entretenidas.
Disfruté de todas ellas y (me ha contado un pajarillo, habrá más libros de la serie) espero poder seguir leyendo las que vienen.
March 6, 2022
Reseña de 'El símil 2: Días de Rebeldía y noches monstruosas' (Àngels Aguilera López)
RESEÑA
EL SÍMIL 2: DÍAS DE REBELDÍA Y NOCHES MONSTRUOSAS
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INTRODUCCIÓN
La puesta de sol olía a sangre.
Frente a ella, la Coronel oteaba el horizonte, como si quisiese escudriñar sus más íntimos secretos. Con semblante serio y rictus aún más severo, tensaba tanto la musculatura de su espalda desnuda, que Àngels no podía más que contener la respiración.
Rectitud y Resolución flanqueaban los costados del Portal. No muy alejado, Experiencia se encargaba de atisbar si al enemigo aún le quedaban fuerzas para atacar, una vez más, en esa misma jornada.
No hizo falta que vocalizase su asentimiento.
Dejando ir un suspiro, y mediante una rápida seña, la Coronel Rebeldía indicó a su tropa que cruzase la puerta interestelar.
Normalmente, un regreso sano y salvo era siempre motivo de celebración.
Lo era en las instalaciones militares… Cómo no iba a serlo en la escuela de magia.
Pero ni la rejuvenecida Rebeldía ni sus compañeros estaban para fiestas. Mucho menos Àngels, quien chocando el puño con sus compañeros y la Coronel, se dispuso a hacer una visita al único lugar que, en esos momentos, podía darle algo de calor.
La Biblioteca relucía con su habitual encanto destartalado.
Los libros flotaban, trazando trayectorias elípticas de un lado a otro.
En ocasiones, a alguno se le desprendía parte de la magia que contenía, dando como resultado global una fina lluvia multicolor.
Sin embargo, nada de eso arrancó ni una sonrisa a la soldado.
Estaba allí por una razón. Un propósito que encontró en las sombras del pasillo número veintidós. El libro que buscaba, de existir algo más oscuro que el negro, moraba ahí.
Con manos temblorosas lo extrajo de su lugar, abriendo las desgastadas páginas que ilustraban todo tipo de pesadillas.
Quería ayudar.
Quería que la Coronel dejase de sufrir.
Quería que Rebeldía se alzase con la victoria.
RESEÑA
Nada más empezar a leer esta cuarta entrega de la Saga Identidad quedé atrapada. Atrapada en una trama de acción y pesadillas.
Rebeldía, personaje que aparece por primera vez en el Simil: día del lector, asume el protagonismo total e indiscutible de la historia. Ascendida a Coronel y al mando de un comando integrado por algunos de los personajes que recorren la Saga Identidad, debe luchar contra su peor enemigo. Un enemigo al que no consigue vencer de día y que la tortura con terribles pesadillas de noche.
El Símil: días de Rebeldía y noches Monstruosas es, para mí, como un cóctel magistral.
Víctor utiliza, como recipiente para su obra, el entorno cinematográfico en el que Ciencia-ficción, terror, historia épica, magia, acción, son los ingredientes que, usados en la justa medida y aderezados con un punto de humor, se combinan para crear un relato lleno de emociones. Su punto fuerte es el orden en que introduce esos ingredientes.
Sirviéndose de una magnífica película de ciencia-ficción como hilo conductor, va introduciendo, capítulo a capítulo, escenas de películas icónicas cohesionándolas y adaptándolas, con maestría artesanal, a la trama principal.
Y decorando este delicioso cóctel tenemos una maquetación impecable y unas ilustraciones que aportan la elegancia y el color que este libro merece. Mis más sinceras felicitaciones a Vlad por su excelente trabajo.
Leer la Saga Identidad es entrar en un mundo dentro de la escala cromática de los grises, siendo La Cabaña la representación de la oscuridad, el negro absoluto, siguiendo con La Taberna donde la luz asoma tímidamente para crear los grises que ya son mayoría y ganan en claridad en Símil I y II.
Hay evolución en esta cuarta entrega. Una evolución en la madurez de la mano del escritor. En El Símil II Víctor deja que la historia siga su propio curso, es un todo de principio a fin. Él se reserva el último capítulo, el cierre, donde deja paso a la persona detrás del escritor. En este capítulo explica y aclara los puntos que se nos hubieran podido pasar por alto, llevando el símil, del cine al mundo de las enfermedades mentales.
Muy recomendable su lectura y la de los anteriores de la Saga Identidad.
March 4, 2022
Reseña de 'Leyendas de Animalia: Las alas del amor' (Baltazar Ruiz)
RESEÑA
LEYENDAS DE ANIMALIA: LAS ALAS DEL AMOR
por Baltazar Ruiz
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INTRODUCCIÓN
Nada más poner un dedito del pie en el agua, Baltazar reculó hasta tres pasos.
—¡Está bien fría!
Si ya no era alguien que soliese visitar la costa, mucho menos las instalaciones de Tropical Park. A su alrededor, el paisaje le tenía bien embobado. Espesas junglas salpicaban multitud de espigones que se adentraban en el mar. El mismo en el que él trataba de zambullirse sin éxito.
—El truco está en lanzarse de golpe.
Un fuerte olor a puro precedió a la visión de la humareda.
Cuando se giró, se encontró con la siempre amable sonrisa dentuda de Funesto LoOtro.
El tiburón hizo uso de su cenicero portátil para, mediante un aletazo amable, indicar a Baltazar que, al menos, no iba a tener que hacer aquello solo.
Ambos corretearon entre carcajadas, hasta que un escalón en la arena marina hundió sus cuerpos en el agua que relamía la paradisíaca playa.
RESEÑA
Las Alas del Amor se ha convertido en mi historia favorita de esta saga, está llena de elementos que convergen en algo fascinante. Los personajes que conocimos en las anteriores entregas vienen a profundizar su personalidad y los vuelve aún más entrañables (sobre todo un dinosaurio muy divertido) y el AMOR como un protagonista más es simplemente una maravilla, ¡me encantó y he quedado tanto satisfecho como ansioso por más!
Víctor hizo un trabajo admirable y las ilustraciones de Victoria son increíbles, ¡qué dupla la que forman! Merecen todo el éxito del mundo.


