Guillermo Martínez's Blog, page 15

June 15, 2016

Sobre Borges y la matemática, junio 2016

Entrevista de Claudio Martínez, Científicos Industria Argentina, TV Pública


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Published on June 15, 2016 06:03

Primera lectura de Borges, junio 2016

30 años sin Borges Entrar al laberinto Eterna Cadencia, entrevista de Valeria Tentoni

  ¿Cuál fue el primer texto de Borges que tuviste frente a vos? ¿Qué efecto produjo en tu manera de leer y de escribir? Le hicimos esas preguntas a seis escritores argentinos para recordar al autor de Ficciones en el aniversario de su muerte. 
 Guillermo Martínez: autor de libros como La razón literaria, Una felicidad repulsiva y Borges y la matemática
 Fue a los doce años, en un cuento de la gran Antología del cuento fantástico, de Roger Caillois, que iba leyendo en un verano de a poco, entre asombro y asombro. En esa antología, veo ahora, hay sólo tres autores iberoamericanos, Rulfo, Cortázar y Borges. Es interesante que Callois, en 1967, incluya –como privilegio inusual o reconocimiento precoz– dos cuentos de Borges: "Las ruinas circulares" y "El espejo de tinta". Recuerdo que "Las ruinas circulares" me causó gran impresión y que traté de copiarlo inmediatamente en los primeros cuentos que escribía en aquella época. De "El espejo de tinta" evidentemente me fascinó la libertad de poder fingir que se escribía en una cultura diferente, con las invocaciones a Alá, que Borges toma de Las mil y una noches y repite en varios otros de sus cuentos. Recuerdo que escribí a los trece un cuento sobre la gran piedra negra de la Meca que abundaba en ciegos y copiaba también estas invocaciones. Pero Borges, en ese tiempo, era para mí sólo el autor de un cuento entre tantos otros autores (muchos más me habían impresionado en esa antología, sin saber nada de ellos). Era la época feliz en que leía sin mirar nombres ni contratapas… Lo reencontré después en varias otras antologías, en ese mundo de imaginación y falsificaciones donde se mezclaban Borges, Cortázar, Denevi, Silvina Ocampo. Sólo bastante más tarde, alrededor de los quince, leí un libro completo de Borges: era Ficciones. Empecé a distinguirlo y a separarlo. Y a reconocerlo, en todas las acepciones de la palabra. 
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Published on June 15, 2016 05:55

June 9, 2016

May 31, 2016

May 23, 2016

Entrevista sobre La razón literaria, mayo 2016

Publicada en La Gaceta de Tucumán con el título "La crítica de valores permanece en la sombra", mayo 2016.  Por Fabián Soberón
“La crítica de valores permanece en la sombra”
En La razón literaria, su último libro, arremete contra las convenciones de una crítica argentina que canoniza y descalifica autores de manera arbitraria. En esta entrevista habla, entre otras cosas, sobre su escepticismo frente al culto a la experimentación y su rechazo a los lobbies y la endogamia del mundillo literario. “En general, el movimiento de las polémicas es hacia la caricatura, hacia la sospecha psicoanalítica o hacia el insulto”, afirma.

- Percibo una continuidad de argumentación entre los ensayos de La fórmula de la inmortalidad y los de La razón literaria. ¿Vos crees que hay un sistema de pensamiento en tus ensayos?
- No lo llamaría con el nombre tan ambicioso de “sistema”, sí una cantidad de convicciones sostenidas en el tiempo contra cierto nuevo sentido común de la crítica dominante y del que resumo aquí algunos trazos: 
Mi sospecha de que exista algo así como un sistema de literatura argentina: esto parece históricamente más bien una cuestión de lobbies académicos y cierta pereza intelectual por incorporar lo nuevo que hace arrastrar por inercia y acumulación de papers nombres enseñados de profesores a alumnos. 
Mi resistencia a pensar la literatura como una cuestión de nombres, para mí es más bien una cuestión de obras (salvo en algunos autores que se repiten idénticos a sí mismos de obra en obra). 
Mi escepticismo respecto a lo que se quiere hacer pasar en nuestra literatura como vanguardia, y que en casi todos los casos veo como repetición de ideas de hace cien años. 
Mi preferencia por la noción de “originalidad” frente a la noción de lo simplemente “novedoso”.
Mi crítica al concepto de “experimentación” tal como se usa en literatura, que ha sido en general reducida al plano formal y al sacrosanto “lenguaje”, sin percibir las otras múltiples innovaciones ya realizadas o posibles en cuanto a la percepción y tratamiento de temas y sensibilidades. 
Mi reticencia a la valoración automática y al escudo mágico que tiene la palabra “experimentación”, como si no pudiera haber experimentos fallidos, estúpidos o ya totalmente agotados. 
Mi rechazo a la teoría del “rendimiento decreciente”, a la que opongo una literatura que vaya por mayor complejidad frente a lo ya escrito, en vez de angostarse en procedimientos de abstracción y abandono.
Mi afirmación de la obra en particular frente a mandatos teóricos genéricos que se proponen dominarla y dirigirla.
Mi desacuerdo con los clichés despectivos con que alguna crítica quiere desembarazarse de varias literaturas. A la ironía vulgar (contra la trama) “¿A quién le importa el cuentito?” “¿Quién quiere otra novela?” opongo la actitud de Italo Calvino en Seis propuestas para el próximo milenio, que repone la consideración dialéctica de los opuestos. En particular, a mí sí me importa el “cuentito” cuando, por supuesto, tiene elementos de originalidad. En particular, yo sí quiero otra novela, si me dice algo sobre la experiencia humana que no había considerado antes, o si me sorprende de algún otro modo. 
Mi preferencia por una crítica apegada al texto y su “erótica” tal como propone Susan Sontag. Y por el regreso a una crítica de valores (que de todos modos no dejó nunca de hacerse por lo bajo, sin dar razones, en la elección de los nombres incorporados o silenciados).
Mi rechazo a la endogamia y el amiguismo en la crítica literaria. Mi esperanza de que la valoración de la literatura argentina no quede en mano de críticos que son a la vez escritores, y por lo tanto jueces y parte.

- En tu libro sostenés que, según una especie de sentido común de un sector del campo literario, los escritores de culto deben tener un elemento oscuro o patético, suelen acumular rechazos de grandes editoriales, los libros deben ser inaccesibles y no deben tener éxito de ventas. ¿Por qué crees que tiene éxito este “catálogo” implícito de los escritores de culto?
- Por la misma razón que tiene éxito el ocultismo en general o las teorías conspirativas: la necesidad del ser humano de “darse importancia”, como ha dicho Aira, de percibirse a sí mismos como parte de un grupo de iniciados, en posesión de un conocimiento de difícil acceso, y separados de la ingenuidad del vulgo. También, como digo en ese ensayo, por el aura de cursilerías que se arrastran desde el romanticismo sobre la relación entre vidas tormentosas y obra, y que debería hacer pensar a estos supuestos entendidos que la ingenuidad no está toda de un solo lado. 

- De alguna forma, en tus ensayos se perfila un modo de “mensurar” y de pensar cuáles son los valores de una pieza literaria. ¿Por qué te interesa pensar estos valores? 
- Creo que se ha abandonado en estos años el pensamiento dialéctico, me interesa reponer algo de la complejidad que supone considerar los contrarios, a la manera en que piensan Italo Calvino en Seis propuestas para el próximo milenio, o Todorov en Crítica de la crítica. También, como dije antes, la crítica de valores nunca fue en realidad abandonada, permanece en la sombra, como la crítica que no osa decir su nombre, pero que decide finalmente a quién se lee y a quién no. ¿Por qué no intentar entonces explicitar estos criterios? 

- Hay dos ensayos sobre la figura y la escritura de tu padre. En uno de ellos sostenés, siguiendo a Hegel, la idea de que el hijo, aunque borre o anule la influencia del padre, lo lleva a pesar suyo. Yo he pensado que el parricidio es una acción que forma parte de un momento en la vida de un escritor. Pero que, quizás, después, el parricidio puede ser abandonado como proyecto voluntario. ¿Te parece que es una figura cómoda y mecánica de la juventud?
- Martin Amis lo ha llamado en uno de sus ensayos “la voluntad de poder”. Muchas veces hay una admiración involuntaria en estos intentos “parricidas” y la lucha se dirige contra el escritor que más se parece a lo que uno quisiera ser (el propio Amis contra Ballard). Igualmente no creo que todos los escritores jóvenes pasen por este estadio, también está muy presente en la vida literaria la figura de los padrinos o madrinas literarias, con sus diversas sumisiones (Beatrice, Beatrice…).

- Los ensayos realizan “ejercicios de esgrima”. ¿Cómo ves el estado de la polémica en la literatura argentina? ¿Te parece saludable? ¿Crees que se ha perdido?
- No hay actualmente muchas polémicas. Como dijo en la presentación Eugenia Zicavo, será quizá porque los escritores nos cruzamos en demasiadas fiestas, y siempre es un poco incómodo pelearse, aún por cuestiones simbólicas. Las polémicas me parecen interesantes cuando los contendientes tratan de tomar en cuenta sin disminuirlo el razonamiento del otro, pero en general el movimiento de las polémicas es hacia la caricatura, hacia la sospecha psicoanalítica (lo que se discute no es realmente lo que se quiere discutir) o hacia el insulto. 

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Published on May 23, 2016 05:30

May 18, 2016

Sobre Witold Gombrowicz, mayo 2016

Entrevista de Nicolás Hochman a 80 escritores de todo el mundo, para un futuro libro.
1.  ¿Cómo te enteraste de que existía un autor llamado Witold Gombrowicz?A través de mi padre, que leyó inicialmente Ferdydurke y me lo pasó como un libro “difícil y diferente”.
2.    ¿Cómo y por qué empezaste a leerlo?En esa época yo estaba recién llegado a Buenos Aires y se publicaron varios de sus libros en Seix Barral, en cada viaje que hacía a Bahía Blanca mi padre me encargaba uno  y yo los leía antes de llevárselos.

3.    ¿Qué cambió, con los años, en tu manera de acercarte a su obra?Valoré y descubrí (o creí descubrir) una cantidad de cuestiones, como la recurrencia de menciones y procedimientos de la dialéctica.
4.    ¿Qué lugar creés que ocupa Gombrowicz en tu país? Si vivís en un país diferente al de tu nacimiento, por favor respondé por ambos.Es por ahora sobre todo un escritor para escritores, o para lectores muy atentos.
5.    ¿Cuáles de sus libros son los que más te marcaron? ¿Por qué?Cosmos, sin dudas. Me parece su mejor novela. Es, tal como se lo planteó él,  una novela tanto policial como filosófica, pero donde el crimen se crea de la nada, por el puro frotar e insistir  de una  investigación en el vacío. Una idea maravillosa.
 6.    ¿Es un autor para leer siempre, o es mejor hacerlo en un momento específico de la vida?Creo que él es a la vez joven y viejo (eternamente joven y eternamente viejo). Y que valdría la pena leerlo al menos dos veces, en esos extremos.  Yo espero reencontrar todavía sus libros en varios futuros.
7.    ¿Por qué es importante leerlo?No sé si “importante” a la manera de la historia de la cultura universal o los programas académicos, Gombrowicz pertenece a una categoría para mí mucho más elevada: la del escritor con desparpajo que crea un mundo propio. Y por añadidura, divertidísimo. 
8.    ¿Cuáles son, para vos, sus aportes más destacados a la literatura?Los tiene casi en cada página. Más allá de los obvios y consabidos (el tratamiento de la dualidad juventud-madurez, el rescate de lo infantil y la cuestión de la forma atrofiada, la facha, etc), a mí me interesaron mucho los elementos de dialéctica y el tratamiento de opuestos y contradicciones en sus libros y su pensamiento. Ver Gombrowicz, escritor de la dialéctica. Pero también, la utilización personal de los signos de admiración y mayúsculas, los principios de sus novelas, la forma de arrancar materia narrativa de la nada, por el puro sostenimiento de la mirada, la atmósfera de sordidez y secretismo de los personajes, la valorización de la risa y el humor, etc, etc.
9.    ¿De qué manera sus textos pueden ser útiles para reflexionar en torno a la política, la economía, la sociedad, la cultura, lo cotidiano?Toda su discusión sobre el ascenso del nazismo me parece tremendamente acertada. Los porqué y los cómo pudo ser de las matanzas (las de ayer, las de ahora, las próximas) para mí están condensadas en su explicación de la conjugación del mal: yo mato porque tú matas porque él mata porque ellos matan. El imán más poderoso de la conducta humana es la igualación de la norma.  Es también muy convincente su idea, afín al existencialismo, de que lo que domina y define a los seres humanos son las relaciones interpersonales, sobre todo, la tensión entre el individuo y lo que se pretende de él socialmente. En cuanto a los demás temas, también hay hallazgos maravillosos de crítica y pensamiento en sus Diarios. Sus novelas, en cambio, son “útiles” sólo en aquello en que puede ser útil una gran novela: para  recordar que el mundo de la ficción puede ser tanto o más vívido e intrigante que éste.  

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Published on May 18, 2016 05:19

May 11, 2016

Entrevista Fundación TEM, mayo 2016

Publicada con el título "La lectura es un campo magnético que pone a raya lo prosaico del lenguaje” en fundacióntem.org, mayo 2016.
Los jueves de mayo y junio, Guillermo Martínez coordina un  taller  avanzado de cuento. Aquí, algunas características de su propuesta. También, el modo en que ficción y ensayo pueden combinarse para ampliar los horizontes de un texto narrativo. 
-¿Cuál es el aporte que puede hacer un taller para la formación de un escritor?-El de dar un ámbito y una “atmósfera” para leer y discutir con detalle microscópico sobre sus cuentos, algo a veces difícil de conseguir en las lecturas de familiares o amigos… La posibilidad del detenimiento, el análisis, la corrección sucesiva. El aprendizaje a través del reconocimiento en los errores de otros de los problemas propios del texto. La detección de cuánto hay de lugar común y cuánto de creatividad en sus textos. El intercambio de lecturas y la ampliación de estéticas. La apropiación de nuevas herramientas y procedimientos. Y si todo esto falla, quizá un grupo de nuevos amigos.
-Los escritores suelen tener, al menos al comienzo de su carrera, oficios y profesiones paralelos. En tu caso fue la matemática. ¿Configuró esta profesión tu manera de percibir el mundo y de escribir?-No en lo esencial: escribo desde los ocho años, terminé mi primer libro de cuentos a los 19, cuando aún no había decidido cambiarme a matemática en la universidad. Siempre escribí en forma paralela a mi formación matemática sin percibir ninguna influencia de una disciplina sobre la otra, aunque hay analogías en cuanto a los aspectos creativos y discursivos, que desarrollé en Borges y la matemática. Pero sí me dio la matemática sin duda personajes, ámbitos y temas que pude luego incorporar a mis novelas (del mismo modo que la pesca con mosca le dio a Hemingway temas para sus cuentos y metáforas sin que nadie infiriera que escribía como un pescador.)Seguir leyendo
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Published on May 11, 2016 06:01

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Guillermo Martínez
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