Sergio Gutiérrez Negrón's Blog, page 21
January 13, 2015
dilema mercantil, dixit massumi
Why defer satisfaction if the capitalist future is constitutively uncertain? But on the other hand, how can you not play it safe by deferring your satisfaction, precisely because the capitalist future is so uncertain?, asks Brian Massumi in The Power at the End of the Economy (2014)
Published on January 13, 2015 18:14
January 5, 2015
el emperador de los helados, dixit stevens

Wallace Stevens, The Emperor of Ice-Cream / El emperador de los helados

Llama al que lía gruesos cigarrillos,
Al forzudo, y ofrécele batir
En tarros de cocina las concupiscentes cuajadas.
Deja que las sirvientas huelguen con los mismos vestidos.
Que suelen llevar, y deja que sus galanes
Lleven flores envueltas en periódicos del mes pasado.
Deja que ser rime con parecer.
El único emperador es el Emperador de los Helados.
Llévate algo del aparador
Donde faltan tres borlas de cristal, aquella sábana
Donde ella bordaba una vez fantasías
Extendiéndola luego para ocultar su cara.
Si sus callosos pies quedan fuera, llegan
A mostrar qué fría y muda está ella.
Deja fijar la lámpara a su viga
El único emperador es el Emperador de los Helados.
Published on January 05, 2015 19:41
January 4, 2015
los pájaros y el tendido eléctrico, escribe robinson

I was trying to remember what birds did before there were telephone wires. It would have been much harder for them to roost in the sunlight, which is a thing they clearly enjoy doing, se pregunta un personaje de Marilynne Robinson, en Gilead.
Published on January 04, 2015 17:29
January 3, 2015
nada más asombroso que un rostro, dice robinson

That is something.
And I’m glad I knew it at the time, because now, in my present situation, now
that I am about to leave this world, I realize there is nothing more
astonishing than a human face. Boughton and I have talked about that, too. It
has something to do with incarnation. You feel your obligation to a child when
you have seen it and held it. Any human face is a claim on you, because you
can’t help but understand the singularity of it, the courage and loneliness of
it. But this is a truest of the face of an infant. I consider that to be one
kind of vision, as mystical as any. Boughton agrees--dixit Marilynne Robinson en Gilead. (66)
Published on January 03, 2015 17:26
December 31, 2014
la impropiedad y la verosimilitud, escribe frisch

"My warder was disappointed, but I realize more and more that this has its advantages; it's precisely the disappointing stories, which have no proper ending and therefore no proper meaning, that sound most true to life", dixit Max Frisch en I'm not Stiller.
Published on December 31, 2014 10:06
December 30, 2014
cuestión de cadenas, dixit frederic lordon y rubén ramos


"For although we are all equally enslaved to our passions and chained to our desires, to be happy with one's chains is evidently not the same as to be saddened by them" (63), dixit Frederic Lordon en Willing Slaves of Capital, y yo me acuerdo del poema de Rubén Ramos, en angst (2011/2014), que dice "Me gusta ladrar, como el perro que persiguiendo gatos insiste hasta donde permite su cadena".
Published on December 30, 2014 06:54
al fondo, la necesidad, dixit lordon

incentives that the capitalist employment relation successively put on stage in
order to enrich its scenery and elicit more refined interests in the
workplace—interests such as advancement, socialising, 'fulfillment'—can collapse
at any moment, leaving only the indestructible foundation of material
dependence, a stark backdrop of menace hanging over life newly made bare."
Frederic Lordon, Willing Slaves of Capital
Published on December 30, 2014 06:54
December 29, 2014
¡busque! ¡cuente!, una columna
Esta columna apareció el miércoles 24 de diciembre del 2014 en El Nuevo Día.
Si hay algo que les ha gustado a escritores, época tras época, es la gran sentencia. Especialmente la gran sentencia con respecto a la literatura. Ésa que descalifica mucho de lo producido en el presente cultural del enunciador, a favor de lo otro. Habrá que confesar que hay algo de productivo en el ejercicio: la sentencia conlleva, en su mejor momento, un posicionamiento del cual se extrapolan lecturas, instituciones, intenciones, y relaciones. La cláusula “la literatura es...” no puede sino gozar de cierto aire profético.
A pesar de la tradición de la sentencia excluyente, me pregunto por qué debe haber una literatura en vez de muchas. No es sólo cuestión de número. Literaturas que ni son más, ni son menos, pero que son diferentes y de modos distintos. Literaturas como avioncitos de papel y literaturas como mercancías; literaturas como piedras botas en las que se identifica una forma dura y literaturas que se imaginan carísimas prendas; literaturas para quienes quieren jugar a ser autores y literaturas para quienes quieren, y punto.
Para evadir la trampa de la sentencia, el escritor mexicano Daniel Sada solía contar una anécdota de juventud. En los años setentas, el vanguardista Salvador Elizondo se acercó a Sada y, en tono de sentencia, compartió lo que para él enarbolaba el motor principal de la escritura arriesgada, ése que le daba al arte su identidad: “¡Busque, busque, busque!”, le ordenó. Sin embargo, antes de poner en práctica la orden de Elizondo, tropezó con Juan Rulfo, quizás en una cantina. El autor de “Pedro Páramo”, inclinándose, ofreció su propio impulso sentencioso, que él creía el correcto, “contra” Elizondo: “¡Cuente!, ¡cuente!, ¡cuente!”.
Queriendo evitar la sentencia, aunque no el gesto, Sada dice que le tomó tiempo ver que lo literario residía entre estas dos pulsiones, que era en la articulación entre Elizondo y Rulfo que podía hallarse el inicio de una propuesta; una propuesta que, tomada como navaja, serviría para, entre las muchas literaturas y los pocos años, acercarnos a la que cuenta.

Si hay algo que les ha gustado a escritores, época tras época, es la gran sentencia. Especialmente la gran sentencia con respecto a la literatura. Ésa que descalifica mucho de lo producido en el presente cultural del enunciador, a favor de lo otro. Habrá que confesar que hay algo de productivo en el ejercicio: la sentencia conlleva, en su mejor momento, un posicionamiento del cual se extrapolan lecturas, instituciones, intenciones, y relaciones. La cláusula “la literatura es...” no puede sino gozar de cierto aire profético.
A pesar de la tradición de la sentencia excluyente, me pregunto por qué debe haber una literatura en vez de muchas. No es sólo cuestión de número. Literaturas que ni son más, ni son menos, pero que son diferentes y de modos distintos. Literaturas como avioncitos de papel y literaturas como mercancías; literaturas como piedras botas en las que se identifica una forma dura y literaturas que se imaginan carísimas prendas; literaturas para quienes quieren jugar a ser autores y literaturas para quienes quieren, y punto.
Para evadir la trampa de la sentencia, el escritor mexicano Daniel Sada solía contar una anécdota de juventud. En los años setentas, el vanguardista Salvador Elizondo se acercó a Sada y, en tono de sentencia, compartió lo que para él enarbolaba el motor principal de la escritura arriesgada, ése que le daba al arte su identidad: “¡Busque, busque, busque!”, le ordenó. Sin embargo, antes de poner en práctica la orden de Elizondo, tropezó con Juan Rulfo, quizás en una cantina. El autor de “Pedro Páramo”, inclinándose, ofreció su propio impulso sentencioso, que él creía el correcto, “contra” Elizondo: “¡Cuente!, ¡cuente!, ¡cuente!”.
Queriendo evitar la sentencia, aunque no el gesto, Sada dice que le tomó tiempo ver que lo literario residía entre estas dos pulsiones, que era en la articulación entre Elizondo y Rulfo que podía hallarse el inicio de una propuesta; una propuesta que, tomada como navaja, serviría para, entre las muchas literaturas y los pocos años, acercarnos a la que cuenta.
Published on December 29, 2014 07:29
December 11, 2014
un hombre invernal, imagina harding

Howard wondered about a man who had never seen summer, a winter man, examining the weeds and making this inference—that he was looking at an ossuary. The man would take that as true and base his ideas of the world on that mistake. He would concoct narratives about when those thorny animals picked through the brush and fields, sketch outlandish guesses, publish papers, give talks in opulent rooms to serious men all wearing the same formal suits, draw conclusions, get it all wrong. Howard thought, I do not even know if that is ragweed or Queen Anne's lace.
Paul Harding, Tinkers
Published on December 11, 2014 19:07
November 29, 2014
reforma, una columna
Esta columna apareció el miércoles 26 de noviembre del 2014 en El Nuevo Día.
Apoyo una reforma electoral que sólo dé dos opciones en la papeleta. Sería un ejercicio en especulación induccionista, que dotaría al ciudadano de un único voto cada doce años. Las dos columnas se distribuirían del siguiente modo: (1) Alternancia PNP-PPD-PNP-PNP-PPD y (2) Alternancia PPD-PNP-PPD-PPD-PNP.
Ante las preocupaciones bursátiles, también se reestructuraría el financiamiento electoral, ateniéndose a un modelo de alianza pública-privada. Según éste, bancos tanto nacionales como internacionales dotarán a ambas opciones meramente con una cuenta vacía que devengue intereses respectivos. El resto del monto mínimo necesario, que obligatoriamente sería de diez millones, tendrá que venir de bolsillos ciudadanos.
Se estipulará que estos bolsillos podrán pertenecer tanto a personas humanas como corporativas. Mas, por eso de control de calidad y de cuidado “sartorial”, los bolsillos ciudadanos no podrán pertenecer a pantalones de telas sintéticas o de mezclilla. Se exigirá un mínimo común denominador de lino irlandés o lana peinada italiana.
Los intereses producidos por el humilde monto millonario durante el periodo serán absorbidos por los bancos, como incentivo de su buena voluntad. La parte pública del modelo habrá de ser ignorada. Atendiendo la lejana posibilidad de que hubiese pequeños partidos de oposición interesados en presentarse a las elecciones, artificiales o no, la reforma electoral también garantizará que un funcionario de la maquinaria bipartidista le entregue una cintilla azul cielo al candidato a la gobernación de estos bienintencionados partiditos.
Dicha entrega se llevará a cabo en la residencia del dadivoso ciudadano, humano o corporativo, que done un monto mayor a tres millones de dólares (o su equivalente en euros) a una de las campañas oficiales. Ambas alternancias confiarán que los partidos interesados comprendan la crisis politico-económica en la que nos hallamos y que, ejerciendo el proverbial entreguismo de la otra mejilla, se atengan a una reforma electoral que, a pesar del poco interés que tendrá para la mayor parte de la población votante del país, no será sino un paso más hacia nuestra casi consumada y total rendición democrática.

Apoyo una reforma electoral que sólo dé dos opciones en la papeleta. Sería un ejercicio en especulación induccionista, que dotaría al ciudadano de un único voto cada doce años. Las dos columnas se distribuirían del siguiente modo: (1) Alternancia PNP-PPD-PNP-PNP-PPD y (2) Alternancia PPD-PNP-PPD-PPD-PNP.
Ante las preocupaciones bursátiles, también se reestructuraría el financiamiento electoral, ateniéndose a un modelo de alianza pública-privada. Según éste, bancos tanto nacionales como internacionales dotarán a ambas opciones meramente con una cuenta vacía que devengue intereses respectivos. El resto del monto mínimo necesario, que obligatoriamente sería de diez millones, tendrá que venir de bolsillos ciudadanos.
Se estipulará que estos bolsillos podrán pertenecer tanto a personas humanas como corporativas. Mas, por eso de control de calidad y de cuidado “sartorial”, los bolsillos ciudadanos no podrán pertenecer a pantalones de telas sintéticas o de mezclilla. Se exigirá un mínimo común denominador de lino irlandés o lana peinada italiana.
Los intereses producidos por el humilde monto millonario durante el periodo serán absorbidos por los bancos, como incentivo de su buena voluntad. La parte pública del modelo habrá de ser ignorada. Atendiendo la lejana posibilidad de que hubiese pequeños partidos de oposición interesados en presentarse a las elecciones, artificiales o no, la reforma electoral también garantizará que un funcionario de la maquinaria bipartidista le entregue una cintilla azul cielo al candidato a la gobernación de estos bienintencionados partiditos.
Dicha entrega se llevará a cabo en la residencia del dadivoso ciudadano, humano o corporativo, que done un monto mayor a tres millones de dólares (o su equivalente en euros) a una de las campañas oficiales. Ambas alternancias confiarán que los partidos interesados comprendan la crisis politico-económica en la que nos hallamos y que, ejerciendo el proverbial entreguismo de la otra mejilla, se atengan a una reforma electoral que, a pesar del poco interés que tendrá para la mayor parte de la población votante del país, no será sino un paso más hacia nuestra casi consumada y total rendición democrática.
Published on November 29, 2014 09:54