Álvaro Bisama's Blog, page 85
September 14, 2017
Educación Superior: un proyecto con identidad local y planetaria
Existe acuerdo en la necesidad de hacer una reforma a la Educación Superior, para tener universidades de mayor calidad y con menor desigualdad en el acceso. No obstante, muchas de las propuestas contenidas en el proyecto de ley en discusión son negativas para el futuro del sistema, porque se basan en un diagnóstico equivocado.
Un problema legislativo es que se señalan conceptos poco comprensibles en el contexto de las normas propuestas. Una ley requiere definiciones lo más precisas posibles con conceptos que limiten al máximo las ambigüedades y potenciales conflictos de interpretación. El proyecto contiene muchas definiciones vagas, lo que requiere un trabajo acucioso de revisión.
Más allá de estar algo intrigado por comprender a qué se refiere el proyecto cuando apela a que las instituciones deberían lograr el “desarrollo de la identidad local y planetaria”, es indudable la necesidad de estar más internacionalizados. Bajando al plano local, no parece existir conciencia sobre quiénes son los estudiantes hoy, ni a quiénes deberíamos incorporar. En nuestra universidad ellos tienen los mismos puntajes PSU que en la mayor parte de las universidades chilenas, son de clase media desde un estrato relativamente acomodado hasta grupos vulnerables, la mitad son primera generación de su familia en la universidad, y el 90% recibe CAE y becas, que son apoyos estudiantiles para financiar sus aranceles. Ellos recibirán el impacto de una reforma que, más que favorecer su proceso universitario, les pondrá cortapisas y dificultará su progreso.
El aumento de cobertura ha planteado diversos desafíos para hacer realidad las expectativas de las personas y del Estado. Por cierto, se requiere incrementar la formación de postgrado, que hoy constituye solo un 7% del total de estudiantes en Educación Superior y se debe abordar la brecha educativa dentro de la fuerza de trabajo.
Consideremos que solo el 19,8% de la población mayor de 25 años tiene educación media completa. Más allá de lo financiero, el perfil de los nuevos estudiantes requiere programas que se ajusten a su trayectoria escolar, laboral y familiar, y procesos de aprendizaje que den cuenta de realidades que necesitan enfrentarse con estructuras y modalidades flexibles, para formar personas con posibilidades de participar en el nuevo escenario que enfrentarán.
Debemos tener alguna visión de las tendencias que ya se presentan en el horizonte del trabajo universitario; el proyecto carece completamente de eso, lo que lleva a que no se plantee la flexibilidad necesaria para abordar un futuro que solo podemos prefigurar difusamente. Eso es indispensable, incluso si solo consideramos que los estudiantes que ingresen el 2018, muchos ya nacidos en el siglo XXI, terminarán entre el 2022 y el 2025 al menos.
Las nuevas regulaciones no pueden tener como efecto el inmovilismo institucional ni atropellar la necesaria autonomía universitaria. Este proyecto no mira hacia adelante y generará efectos negativos en los actuales y futuros estudiantes, y en la capacidad de generar conocimientos e innovar de nuestro país.
La entrada Educación Superior: un proyecto con identidad local y planetaria aparece primero en La Tercera.
El bullicioso mariscal Kim
Caminar por las calles de Pyongyang es una experiencia religiosa. Sus edificios están plagados de retratos de sus dos santos principales: Kim Il Sung y Kim Jong Il, el abuelo y el padre del mariscal Kim Jong-Un, su actual líder supremo. Los retratos de estos santos están hasta en cada carro del estupendo metro de la ciudad; y, fielmente, en el pecho de cada uno de los norcoreanos.
Así lo ha dispuesto Jong-Un, quien es considerado por la prensa mundial como un inestable y peligroso sicópata.
Sin embargo, de él nada se sabe con claridad, sus datos personales son tarea de los más avezados espías. Según los de Corea del Sur tendría 34 años, y sería padre de tres hijos habidos con Ri Sol- Ju, su amor adolescente, ex cantante, relación que sufrió la oposición permanente de su padre, a quien desafió para casarse con ella.
Los servicios de inteligencia occidentales han estudiado su perfil sicológico y han llegado a la misma conclusión: muy inteligente, tremendamente racional, extrovertido y sociable; menos agresivo que la mayoría de los últimos presidentes de Estados Unidos. Y lo más sorprendente: tendría un gran espíritu negociador. Sus compañeros del colegio secundario suizo donde estudió insisten, eso sí, en algo que demostró con su matrimonio: no le gusta perder.
¿Es entonces el loco inestable que nos pintan?
Al parecer, Kim, desde que ascendió al nirvana norcoreano, por sobre todas sus características positivas, se ha sentido muy inseguro en su cargo, temiendo perder el legado de su abuelo, padre de la revolución norcoreana, a quien idolatra. Aconsejado por sus generales leales ha buscado deshacerse de sus potenciales rivales a todo evento, lo que le ha significado consentir más que desatar horrorosas purgas internas, y, por otra parte, enervar al mundo con ensayos nucleares que le permitan establecer una línea roja a su eterno enemigo, Estados Unidos.
Para llevar adelante estos ensayos ha estado gastando buena parte de los pocos ingresos que le quedan al país después de las sanciones a que lo ha sometido Naciones Unidas. Con un aparato comunicacional absolutamente controlado, ha convencido a su gente de que, si se descuidan, Estados Unidos los aniquilará de un momento a otro. Creencia a la que las amenazas de Trump han echado grandes cantidades de parafina.
Vladimir Putin, un gran conocedor del país, ha dicho que los norcoreanos preferirán comer pasto a abandonar sus planes nucleares porque sufren pánico de ser invadidos. Un experimento exitoso de cohetes transcontinentales les llena mejor el estómago que mil hogazas de pan.
Pregunta ingenua:
¿Por qué insistir en convertir a ambas Coreas en escombros, y no dejar que los norcoreanos, poco a poco, arreglen entre ellos sus problemas, como se debió permitir a iraquíes, sirios y libios? Tanto los coreanos del sur como los del norte se sienten parte de un solo país y ambos ven en su futuro la reunificación y no la aniquilación mutua.
Si la razón es que su régimen viola los derechos humanos, ¿por qué Europa y Estados Unidos mantienen maravillosas relaciones con regímenes peores? Con Guinea Ecuatorial, por ejemplo, en la que su dictador y su familia gastan el dinero público del petróleo en mansiones y autos de lujo manteniendo a los ecuatoguineanos en una pobreza parecida a la de los norcoreanos; o con Arabia Saudita, donde las mujeres no tienen derechos y pueden ser lapidadas y sus altezas reales cada vez que quieren fiestas desahogadas parten a Marbella o a Dubai.
Trump debería insistir en su proclamado deseo de conversar personalmente con Kim. No para amenazarlo con más sanciones sino para demostrarle buena voluntad con un proyecto realista que mantenga la estabilidad en la península coreana y que deseche matarlos de hambre.
Al menos Kim, según los espías, es un buen negociador. El resto lo podría hacer el paisaje de Mar-a-Lago.
La entrada El bullicioso mariscal Kim aparece primero en La Tercera.
Que esta bandera flamee para todos
El inicio de las fiestas patrias en nuestro país está marcado por la presencia de nuestra bandera nacional. Cada casa debe tenerla obligatoriamente, cada niña o niño en el colegio hace alguna manualidad con ella, cada guirnalda que adorne el patio para el asado del feriado tiene los colores blanco, azul y rojo.
Sin embargo, pareciera que durante el resto del año nos olvidamos de ella, con la excepción de algún triunfo de la selección o alguna actividad oficial. Por lo general, la bandera flamea en nuestros corazones y en nuestras casas sólo en septiembre, como si ser chileno o ser patriota fuera una actitud esporádica, un traje de fraternidad y buenas intenciones que nos ponemos los primeros días de septiembre y guardamos en el clóset el primer día de octubre, hasta que venga el otro año.
La bandera chilena es mucho más que eso. La bandera es, o debiera ser, el símbolo de una nación que se une frente a la adversidad, que se levanta una y otra vez, que se ayuda a sí misma a seguir caminando. Un país que se rige bajo principios democráticos y republicanos, un paño que reivindica algo tan grande como la independencia, la libertad, la justicia y los derechos.
A pesar de eso, nuestra bandera flamea día y noche en algunos sitios que, incoherentemente, hemos decidido marginar como país. La bandera chilena flamea, a veces furiosa, en todas las casas de un campamento a las orillas del río, a veces flamea resignada en un grupo de viviendas precarias al lado de un basural, o incluso en el basural mismo. La bandera flamea despacio en la casa de una familia de seis, que vive en una pieza, sin agua, luz ni alcantarillado.
Nuestro símbolo patrio de unidad, de libertad e independencia, flamea como nunca en estos lugares que quizás poco tienen que agradecerle a un país como el nuestro. Un país que los ha marginado consistentemente, que ha discriminado a sus ciudadanos más pobres solo por eso, por ser pobres. Un país con una Constitución que no les reconoce su derecho básico a una vivienda digna.
¿Y no significa ser patriota preocuparse por esto también? ¿No significa ser patriota abogar porque todos en este país tengan acceso a una vivienda adecuada? Ser patriota también es procurar que esta casa que es Chile sea un techo donde nadie quede fuera, entender que no podemos seguir segregando a las personas por la plata que se tiene en el bolsillo.
Es impresionante cómo las familias de los más de 700 campamentos que hay en Chile siguen confiando en su patria, poniendo la bandera todo el año en cada una de sus casa. Ese Chile que supuestamente debe velar por protegerlas ante un desalojo, que debe garantizarles dignidad y derechos, que debe ponerlas en el centro y no en el margen.
Espero que estas fiestas patrias sean todo el año, que este espíritu fraterno y de unidad no sea solo para la fonda o para el asado. Que la bandera chilena flamee para todos, ampare a todos bajo sus colores blanco, azul y rojo. Que la estrella patria ilumine todas las casas y no solo las de los que tienen para pagar la luz, que sobre todo ilumine allá donde no hay luz, allá donde los derechos más básicos no existen y donde la humanidad desaparece.
No le demos la espalda a quienes son patriotas todo el año tratando de sacar adelante a sus vecinos y comunidades, a quienes luchan día a día por salir del campamento y tener una vivienda digna. Ese es el mejor ejemplo de patriotismo real e incondicional, y todos deberíamos reconocerlo siempre.
La entrada Que esta bandera flamee para todos aparece primero en La Tercera.
¿Dónde quedó la subsidiariedad?
Al cumplirse un mes del ingreso de la Reforma Previsional al Congreso y luego que la comisión escuchara a distintos expertos, vale la pena analizar en profundidad algunos detalles de las iniciativas presentadas por el Gobierno. Esta reforma está conformada por tres proyectos de ley: la reforma constitucional que crea el nuevo Consejo Autónomo de Ahorro Colectivo, el proyecto que crea el nuevo ahorro colectivo y aumenta la cotización en un 5% y el que modifica el marco regulatorio de las AFP.
De estas tres iniciativas, la Reforma Constitucional es la que presenta un mayor avance, debiendo pues ya fue aprobada en la Comisión de Constitución de la Cámara. Lo anterior cobra sentido toda vez que la aprobación de este cambio a la Carta Fundamental podría facilitar el trámite constitucional del segundo proyecto de ley (el que crea el ahorro colectivo) al incorporar el componente solidario dentro del sistema previsional. Solidaridad que podría justificar la evidente afectación tributaria a la que se ve expuesto el componente de ahorro colectivo que propone la Reforma. Así, el aporte intergeneracional, el bono compensatorio mujer y el aporte intrageneracional podrían entenderse como una solidaridad entre trabajadores activos y pasivos, entre hombre y mujeres y entre personas de ingresos medio alto y quienes tienen ingresos medios bajos, respectivamente. Comprensión, dicho sea de paso, muy lejana al espíritu de nuestro sistema previsional.
El sistema previsional chileno de los últimos años se ha caracterizado por premiar el esfuerzo de los trabajadores. La capitalización individual, es el reflejo del ahorro que cada uno logra generar durante su etapa laboral activa y rentabilidad que logren estos ahorros por medio de las gestiones de las AFP. Rentabilidades que han llegado a representar cerca del 70% de los fondos de quienes llevan más de 30 años en el sistema. De esta forma, el reclamo actual contra las administradoras o el sistema en general, no encuentra asidero en la práctica. Con la baja cotización mensual que realiza cada trabajador, alguien que trabaje 40 años sólo habrá acumulado ahorros para financiar 4 años de jubilación (presumiendo una misma renta en toda la vida laboral). Sin embargo, sabemos que esto no es así y que finalmente esas personas reciben una tasa de reemplazo cercana al 60% de sus últimas 10 rentas.
Entonces, ¿cuál es el problema de nuestras pensiones? El conflicto que posee cualquier sistema de pensiones en el mundo es el cómo hacerse cargo de los vaivenes del mercado laboral. La inestabilidad laboral es el principal enemigo de una buena pensión. Pues bien, la reforma que nos ofrece el Gobierno afecta principalmente al corazón de todo sistema previsional: el empleo. Tal como lo indica el Informe de Productividad de esta iniciativa (elaborado por el propio Ejecutivo y que la Presidenta desconoció en público), el impacto que ésta podría tener sobre el mercado del trabajo oscila entre 2.000 y 400.000 puestos de trabajo. La variabilidad dependerá, según el Informe, de la percepción de propiedad que tengan los trabajadores sobre la nueva cotización. Una percepción difícil de administrar, sobre todo para un hombre joven y de altos ingresos, quien sabrá que parte importante de su mayor cotización irá a parar al bolsillo de otros y que, por tanto, tendrá pocos incentivos para cotizar por su ingreso formal.
Es por esto que la Reforma Previsional del Gobierno no ha logrado la aprobación que el oficialismo esperaba. El chileno es solidario, sí. Sin embargo, no se le puede imponer una solidaridad como la que se plantea. Es rol del Estado hacerse cargo de las personas que más lo necesitan. Por ello, hoy más que nunca debiésemos preguntarnos, ¿dónde quedó la subsidiariedad que ha caracterizado la política social chilena de las últimas décadas?
La entrada ¿Dónde quedó la subsidiariedad? aparece primero en La Tercera.
Ser humano, versus persona
El 5 de septiembre llegó a nuestro país, la abogada norteamericana Rebecca Kiessling, presidenta de la fundación Save de One, y activista pro vida que ha promovido en su país legislación que prohíbe derechos parentales a violadores. Esto, cuando a niños concebidos en una violación o incesto, se les permite nacer. Rebecca tiene autoridad para decirlo, ya que ella misma fue producto de una violación. Su madre la entregó en adopción en lugar de abortarla, ya que aún no era legar hacerlo en Norteamérica. Cuatro meses después del nacimiento de Rebecca, se aprobó el aborto en Estados Unidos. Por ello, afirma que le debe su vida a una ley pro vida, que ahora como sabemos, no existe. En su fundación, dedicada a apoyar a niñas y mujeres que han sufrido abusos, violación o incesto, tienen claro que el aborto lo único que logra, además de matar a un inocente, es perpetuar la impunidad del violador.
En nuestro país, la tercera causal del proyecto ley de despenalización del aborto, precisamente en caso de violación, fue desde el comienzo la más polémica. Ello, porque produce bastante “ruido” a nivel ético el permitir la eliminación de un miembro de la especie humana sano, por el crimen cometido por su progenitor biológico, crimen del cual el niño o niña concebido son una segunda víctima, además de la madre.
El Tribunal Constitucional, dio a conocer hace unos días atrás los argumentos del fallo que dio luz verde a que el aborto en nuestro país sea legal, también en caso de violación (única causal que podría haber peligrado, según los expertos). A muchos nos llamó la atención algunos de los argumentos esgrimidos. Por ejemplo, señalan que la Constitución no le otorga al que está por nacer la categoría de persona, aclarando que ello no implica que el no nato sea un bien jurídico de la “mayor relevancia”, de modo que “el costo de interrumpir la gestación de una vida humana con expectativas de alcanzar el estatus de persona, es alto”. Para los ojos no expertos de quienes no somos juristas, esta distinción entre vida humana y persona es chocante. Llamar a un ser humano en su etapa inicial de desarrollo, un “bien jurídico” puede interpretarse como ser el equivalente a una cosa. Sobrecoge que hecho de que el legislador tenga el poder de determinar qué vidas humanas o seres humanos tienen en efecto, status de persona y cuáles no. Algunos explican que la categoría de “persona” se refiere más que todo a asuntos patrimoniales y civiles, pero… ¿No es acaso el derecho a la vida anterior y superior a una inscripción en el registro civil o al derecho a la propiedad?
La historia está plagada de ejemplos en los que grupos de miembros de nuestra especie fueron considerados “infrahumanos” o humanos de segunda clase, despreciables incluso, por diversos motivos. Por su etnia, religión, nacionalidad, raza, pensamiento político, etc. En los mayores de 35 podrá resonar aún la palabra “humanoide” tan utilizada en el período de la dictadura. De más está decir, que esta “deshumanización” del otro, de quien es diferente, sigue plenamente vigente en el siglo XXI. En varios países donde ya se discrimina y aborta libremente a los no nacidos, también se han comenzado a discriminar a los enfermos y ancianos. El aborto eugenésico y la eutanasia, son manifestaciones de las prioridades de una cultura de la muerte que saca calculadora para determinar que es más económico la “muerte digna” de enfermos, ancianos y no nacidos que los costos de hacerse cargo de esas vidas. Darwiniano escenario en que la supervivencia de los más aptos impera.
También llama la atención otro argumento que se puede encontrar en el fallo del Tribunal Constitucional, que señala: “el que está por nacer mantiene en el vientre materno una existencia común con la madre, sin vida individual ni autónoma, constituyendo una existencia condicionada al nacimiento…” Ello es refutado por la ciencia. El feto es completamente autónomo e independiente de su madre, lo único que necesita de ella es alimento y cobijo, tal como lo necesita un recién nacido, un bebé de 6 meses, de 1 año o un niño de 3 o 6 o 10.
El año pasado, la revista Nature Cell Biology (perteneciente a la pretigiosa publicación “Nature”) publicó el estudio: “Auto-organización del embrión humano en ausencia de tejido materno” (Revista Nature Cell Biology, volumen 18 – n°6, junio 2016) Éste concluía que un óvulo fecundado (o cigoto) no es un mero conjunto de células, sino que es un ser vivo autónomo. Ya que, además de contar con un genoma completo que lo define como un ser humano de características únicas, independiente de las de sus padres, produce su propio desarrollo incluso en un tubo de ensayo o en una incubadora.
En el estudio, publicado por Marta N. Shahbazi y varios colaboradores en el Reino Unido, se descongelaron embriones donados a su grupo de investigación por una clínica de fecundación in vitro. Los embriones habían sido congelados tras la fecundación y cuando fueron descongelados se encontraban en diversos estadios del desarrollo de la primera semana (pre-implantación). Utilizando un sistema de cultivo in vitro diseñado por ellos mismos, dejaron crecer esos embriones más allá del momento en el que normalmente se implantarían en el revestimiento del útero. Como afirman los autores en el artículo, su sistema de cultivo “permite a los embriones humanos continuar la transición de pre-implantación a post-implantación in vitro, en ausencia de cualquier tejido materno”.
Como vemos, el feto, incluso el cigoto desde sus primeras horas de vida, no es un apéndice del cuerpo de su madre, sino que es un miembro de la especie humana único, irrepetible e independiente, en una etapa inicial de desarrollo. Un desarrollo continuo que culmina en la muerte y que necesita de otros, a lo largo de toda la vida, pero en especial, los primeros 18 años y en la tercera y cuarta edad. Nuestros legisladores pueden ocupar su libertad para elegir si a toda vida humana se le considerará por su valor intrínseco o bien, se determinará por cualesquiera razones, ciertas condiciones para conferir personalidad ética y legal a algunos de sus miembros. De momento, decidieron que la vida de personas como Rebecca, no tiene cabida en nuestra sociedad. ¿El día de mañana, quiénes más quedarán fuera?
La entrada Ser humano, versus persona aparece primero en La Tercera.
Ley de universidades estatales: sorprendentes pasos en la dirección incorrecta
Un “trato preferente” a las universidades del Estado es parte de las promesas que este gobierno ha querido materializar, en el marco de la reforma a la educación superior, en una ley que actualmente se tramita en la Cámara de Diputados. Hasta el momento, la discusión se ha centrado en las formas de presión algo destempladas de algunos rectores y decanos para hacer llegar sus demandas –uno de los más conspicuos habló de “jugar a la revolución”- y, en menor medida, de las quejas de los funcionarios de las universidades de propiedad estatal. El Ministerio de Educación no demoró en dar solución a dichas demandas con indicaciones (con una premura solo conocida en periodo electoral), pero en el proceso, lamentablemente, se ha distorsionado un proyecto que pasó de ser una iniciativa medianamente razonable a convertirse en un pequeño delirio revolucionario.
La forma de gobierno de las universidades estatales, esto es, la configuración básica según la cual se toman decisiones administrativas, financieras y académicas clave en estas instituciones, debe basarse en el equilibrio entre las distintas partes interesadas con la finalidad de que se busque el bien superior de la institución. Estos actores son, por nombrar los más relevantes: el gobierno, los académicos, la administración, los estudiantes, los exalumnos y la comunidad con la que se vincula. Lo fundamental para materializar la autonomía de la institución es que ninguno de los actores precedentes pueda tomar el control total del devenir de la universidad para su propio interés, sino que deba lograr algún grado de acuerdo. Además, es sano para la institución que en su conducción participen personas externas que puedan aportar visiones nuevas y no influidas por pequeños grupos de interés interno que suelen capturar las instituciones públicas. Sin perjuicio de lo anterior, la opinión de algunos miembros es más relevante dependiendo del tema: es de toda conveniencia que los profesores tengan mayor influencia sobre temas académicos, y no tanta sobre temas de administración funcionaria, por ejemplo.
El proyecto de ley de universidades estatales original incluía una configuración del poder razonable en el órgano superior de la institución (denominado “Consejo Superior”), que incluía en igual medida representantes del Presidente de la República (3 miembros) y académicos (3 miembros), dos representantes totalmente externos a la universidad, más el rector. Tras la presión de los rectores del CUECH, el número de representantes académicos se amplió a cuatro, se redujeron los representantes externos a solo uno, el que, paradójicamente, ahora debe ser nombrado por los académicos, funcionarios y estudiantes. Esta nueva organización permite, en la práctica, la captura de la institución en temas como financiamiento, plan de desarrollo, estatutos y presupuestos por parte de los académicos, y en menor grado, por estudiantes y funcionarios. Si antes, para aprobar el presupuesto se requería convencer a tres miembros externos a la universidad, los que eran una garantía de imparcialidad, criterio de realidad y buen uso de los recursos públicos, ahora se requiere convencer a solo uno. ¿Por qué debieran todos los chilenos sostener y financiar una institución conducida por y para un grupo particular de interesados? Si no se aseguran los equilibrios de poder que evitan arbitrariedad y captura, las universidades estatales serán todo menos públicas.
Sin embargo, donde el proyecto empeora gravemente es en la constitución del “Consejo Universitario”. Originalmente este órgano, bajo el control de los académicos, tenía por objetivo hacer llegar al rector las preocupaciones de los distintos estamentos internos de la institución. Las atribuciones de este órgano serían definidas autónomamente por cada institución. Sin embargo, las presiones a las que ha cedido el gobierno han implicado cambios en la dirección contraria: se le entregan amplias atribuciones para elaborar modificaciones a los estatutos y al plan de desarrollo (que consecuentemente se le quitan al rector, debilitándolo innecesariamente), además de entregarle el control de 55% de los miembros del más alto órgano de administración (el Consejo Superior).
En pocas palabras, el Ministerio propone un modelo que promueve lo que se ha llamado “triestamentalidad”, esto es, la captura de la universidad por parte de académicos, estudiantes y funcionarios. Este modelo es solo implementado por un puñado de universidades estatales de la región -con poco éxito- y por ninguna de clase mundial. Lo que ha demostrado su aplicación en Chile (aunque bastante moderada en el caso de la Universidad de Chile) es una creciente burocratización, el permanente conflicto de interés, la imposibilidad de gestionar eficientemente en razón del constante desacuerdo, y las luchas intestinas por cuotas de poder. Nada que nos haga particularmente falta.
Cuesta ver qué pudo haber motivado al gobierno a degradar el proyecto de universidades de estatales de esta manera. Es necesario que el Ministerio de Educación vuelva a reflexionar sobre si es pertinente obedecer ciegamente, en los descuentos, a quienes lo han hecho fracasar desde el inicio.
La entrada Ley de universidades estatales: sorprendentes pasos en la dirección incorrecta aparece primero en La Tercera.
Norcorea altera el mundo
La crisis desatada por la República Popular Democrática de Corea, ha trastocado buena parte del sistema internacional, y continuará haciéndolo. Un país gobernado por una dinastía política, elevada a la categoría de culto todopoderoso por propia imposición, ha salido de su irrelevancia, gracias a sus misiles y al programa nuclear. Por largo tiempo hermética, desconocida y retrasada, un verdadero tapón geográfico entre la desarrollada Corea del Sur y China, fronteriza igualmente con Rusia, ahora nos amenaza a todos.
Tenemos un nuevo actor atómico, con misiles capaces de agredir a estados poderosos, como Japón, y otros vecinos. También apunta al propio Estados Unidos, debilitando la convivencia y la estabilidad entre las grandes potencias. Las progresivas condenas y sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no solo no logran detenerla, sino que la alientan a ser más desafiante. Tampoco la contiene su ya castigada situación económica, ni libera su pueblo automatizado y lleno de privaciones, hasta con hambrunas periódicas. Sigue sin renunciar al costoso aparato militar. ¿De dónde obtiene esos recursos? Nadie confiesa otorgarlos, pero los utiliza para retar al mundo. Vale decir, las restricciones impuestas no han logrado su objetivo fundamental, y China continúa su apoyo, aunque lo niegue.
Kim jong Un, con su rareza y excentricidades, como un niño jugando con cohetes de hidrógeno, prosigue sus planes y divide a las naciones más poderosas. Se confronta con otros personajes impredecibles, como Trump (no sólo por sus peinados). Igual desafía a Putin o a Xi Jinping, y logra dividirlos. Hay coincidencia en que no debiera proseguir con su plan nuclear incontrolado, pero hay grandes diferencias en cómo hacerlo, creando tensiones de mucho mayor alcance entre todos. El resto de los países observa con preocupación creciente este nuevo desafío a la seguridad internacional, que el sistema imperante no garantiza preservar. Los riesgos potenciales son enormes y de consecuencias tan amplias que resultan imponderables. Se insiste en que el recurso a la guerra estaría descartado y se impondrá la racionalidad. Ojalá así sea, aunque nunca se puede afirmar lo impredecible.
No obstante el riesgo de confrontación atómica esté todavía controlado, basado en el riesgoso equilibrio de mutua destrucción, con que el mundo ha sabido convivir por décadas, el sistema jurídico y político internacional que le da sustento, hoy parece flaquear y aparecen nuevas interrogantes, con más actores voluntariosos fuera de control. Si el régimen norcoreano escapa al ordenamiento vigente, porqué no otros, como Irán, con capacidad para producir armas nucleares, o suficientes recursos para comprarlas. Es indispensable atender la nueva realidad internacional y adecuar normas, políticas y medios internacionales, capaces de asegurar la paz mundial ante los nuevos desafíos. Es la peligrosa realidad alterada por Corea del Norte.
La entrada Norcorea altera el mundo aparece primero en La Tercera.
September 13, 2017
Politiquería y DD.HH.
Se han cumplido 44 años del Golpe de Estado y aún no terminan de cicatrizar las heridas que nos quedaron como consecuencia de los crímenes de la dictadura. El derrumbe del estado de derecho nos enseñó dolorosamente todo lo que perdimos cuando, debido al torbellino de miedos y odios en los años de Allende, la política se volvió estéril y le abrió paso a los tanques. El 11 de septiembre fue posible porque las furias sectarias aturdieron la capacidad de la sociedad chilena para salvar los principios de civilización, y sobre todo porque no hubo suficientes defensores de la democracia liberal. Sí, esa democracia que despreciaban entonces aquellos que decían que la revolución socialista iba a traer una mejor.
A diferencia de numerosos países en los que hubo dictaduras que violaron masivamente los DD.HH., Chile logró grandes avances en materia de verdad, justicia y reparación. Desde la recuperación de la democracia, muchos agentes de la represión fueron procesados y condenados. Al esfuerzo de reparación contribuyó la Comisión Valech, sobre Prisión Política y Tortura, creada por el Presidente Ricardo Lagos en 2003, y que permitió que miles de personas entregaran su testimonio sobre los abusos sufridos. Hicieron fe por supuesto en que el Estado cumpliría el compromiso de no dar a conocer los detalles de sus padecimientos en un plazo de 50 años. Romper ese compromiso sin el consentimiento de las víctimas es inadmisible.
Por desgracia, hay quienes sostienen en este campo una postura determinada por la odiosidad y el cálculo político: van de justicieros implacables por la vida, de fiscales de la historia, y eso les da dividendos. En los hechos, han usado la causa de los DD.HH. para sacar ventajas partidistas y personales. Buscan mantener vivo un fuego que les presta utilidad y que, si llegara a apagarse, les haría perder la superioridad moral que creen tener.
Hugo Gutiérrez, diputado del PC y candidato a la relección, declaró el martes 12: “No se entiende por qué se puso secreto por 50 años si no es para otorgar impunidad a los que torturaron”. Es un intento indecente de sembrar dudas sobre la disposición del Presidente Lagos al actuar como lo hizo, y también sobre la conducta del propio obispo Sergio Valech y los integrantes de la comisión. Pero hay algo más: se trata de difamar a Lagos y los demás presidentes que llevaron a Chile de la dictadura a la democracia por un camino no compartido por Gutiérrez y el PC. Se confirma así cuán profundos han sido los equívocos dentro de este gobierno.
Es lamentable que el apuro legislativo de la Presidenta Bachelet se exprese también en esta materia. Necesitamos fortalecer la adhesión a la cultura de los DD.HH. y defender las libertades bajo cualquier circunstancia, pero al mismo tiempo rechazar cualquier intento dirigido a mantenernos prisioneros de los traumas y las divisiones del pasado.
La entrada Politiquería y DD.HH. aparece primero en La Tercera.
Lejos del paraíso
La novela Departamento de especulaciones, de Jenny Offill, es protagonizada por una profesora de literatura que ronda los 40 años y narra experiencias en extremo cotidianas: estar casada, tener una hija, pitutear para suplementar los ingresos familiares, ir a yoga y al sicólogo, y tener dificultades para dormir.
Si bien está hecha con materiales poco épicos, refleja en buena medida lo que es la vida para toda una generación: una batalla contra los pequeños obstáculos cotidianos, como la crianza de los hijos, las exigencias profesionales y la rutina matrimonial. Podría decirse que es poca cosa comparada con las historias de posguerra o de aquellas que hoy mismo viven los inmigrantes. Pero también puede afirmarse que no hay nada que en sí mismo sea novelesco y que, por lo tanto, todo radica en cómo se cuenta.
Y Jenny Offill transmite una sensación de verdad y cercanía, de complicidad, que recuerda a los personajes de John Cheever, esos hombres y mujeres que aplacan la ansiedad a punta de martinis y sienten, no obstante el confort material alcanzado, que en cualquier momento pueden ser expulsados del paraíso. Basta que se sepa algún secreto comprometedor (un aborto, una pequeña estafa, una infidelidad) para que el barniz se resquebraje y comencemos a ver las grietas interiores. Sus cuentos reflejan de manera elocuente que el éxito social y el matrimonio apenas alcanzan a disimular el abismo que hay entre las fantasías y el mundo práctico.
Departamento de especulaciones está elaborada con fragmentos aparentemente independientes y funciona gracias a las asociaciones inesperadas que se dan entre unos y otros. Algunos textos surgen de pensamientos de escritores como Rilke y Barthelme, otros de chistes o proverbios religiosos. Pero la gran mayoría viene de esa mezcla de ironía, inteligencia y desparpajo de la narradora, una mujer que al encontrarse en la mitad de la vida comprueba que es agotador andar detrás de su hija, que no se convirtió en una genio de la literatura y que en su matrimonio se ha producido un cambio fundamental: el giro del deseo al cariño profundo.
¿De qué hablamos cuando hablamos del refugio familiar? ¿Se trata de otra utopía que se derrumba? Y si es así, ¿a qué podemos aferrarnos ahora, cuando cada vez hay menos vínculos sociales? ¿De qué manera se relacionan la armonía social y la armonía doméstica?
Las preguntas que plantea Offill son las mismas que formularon Cheever, Richard Yates e incluso autores conocidos por un solo libro, como Sue Kaufman y su Diario de una ama de casa desquiciada o John Williams y Stoner. Que sean obras veloces y transparentes no significa que en sus páginas se encuentren respuestas rápidas y claras. La vida emocional es un misterio, y los grandes libros solo arrojan una luz tenue en esa zona de sombras. Son historias que ayudan a mantenerse atento y sensible a las múltiples tonalidades de la vida.
La entrada Lejos del paraíso aparece primero en La Tercera.
¿Qué hacer con la basura de Santiago?
El acortamiento en diez años de la vida útil del relleno sanitario Santa Marta, tras el incendio de enero de 2016, coloca un sentido de urgencia al debate que necesitamos sostener como ciudad sobre la gestion integral de residuos. En efecto, un relleno que iba a estar operativo hasta 2036, ahora solo lo estará hasta 2026. La pregunta entonces es: ¿Qué vamos a hacer con la basura? ¿Nos vamos a limitar a buscar donde botar los desechos o a encontrar soluciones sustentables que contribuyan a un modelo de economía circular?
Hace algunos días, me preguntaron por las consecuencias del rediseño en el relleno Santa Marta. Señalé que en circunstancias de que algunas comunas de la zona norte y norponiente de Santiago ya tienen rellenos, por qué no pensar en ubicar uno en la zona sur-oriente de Santiago, donde actualmente no hay ninguno. Se me acusó de provocador y algunos ediles de la zona descartaron de plano esta idea. ¿Cuál es la solución, entonces, seguir endosándole la basura a los mismos de siempre?
Pues bien, volvamos al inicio: ¿Qué podemos hacer con la basura? Si miramos la experiencia internacional vemos que en los países desarrollados ya no hay rellenos sanitarios o bien estos son una excepción, y que las grandes urbes cuentan con centros de tratamiento integral que no necesitan ubicarse en la periferia de la ciudad sino que lo hacen en la misma zona urbana. También aplican sostenidos programas para disminuir los desechos, ya sea por medio del reciclaje o bien con sistemas de incineración que generan energía.
El nivel de reciclaje que tiene Santiago es bajísimo; solo el 4% de los residuos son recuperados. Por eso como Gobierno Regional hemos impulsado el proyecto Santiago Recicla, donde a un costo de $ 4 mil millones hemos instalado 24 puntos limpios en 16 comunas de la región, las que sumadas representan cerca de la mitad de la población de Santiago.
Creemos que hoy más que nunca se hace necesario cambiar de paradigma y revalorizar los residuos que utilizamos en grandes cantidades, como cartones, papeles o vidrios, fomentando la responsabilidad compartida en su recuperación y transformación. Sin duda, se trata de una herramienta efectiva para disminuir los residuos sólidos que botamos, creando nuevas oportunidades de negocios, colaborando en el combate a los vertederos ilegales y microbasurales clandestinos, y mejorando de paso la calidad de vida de los habitantes de la región.
También estamos elaborando junto al Ministerio de Energía un estudio “Waste to Energy”, que nos permitirá saber concretamente cuánto costaría hacer en Santiago una planta de transformación de basura en energía, una eficaz solución en otras partes del mundo que nunca se ha explorado con seriedad en nuestro país.
La basura que generan las ciudades es un tema que nos pertenece a todos y la solución acá debemos darla entre todos. Y yo no veo el compromiso de todos los municipios. No me parece que una comuna generadora de grandes cantidades de basura, como en general lo son las del sector oriente de Santiago, no plantee una solución y en su lugar siga el camino fácil de llevar nuevos rellenos a las comunas que ya los tienen. Espero convocar en octubre a los alcaldes de la región para conversar sobre esto y que en conjunto empecemos a buscar una solución sustentable para un tema que nos compete a todos.
La entrada ¿Qué hacer con la basura de Santiago? aparece primero en La Tercera.
Álvaro Bisama's Blog
- Álvaro Bisama's profile
- 100 followers

