Zoé Valdés's Blog, page 3208

November 17, 2010

París entre bomberos y rusos.

PARÍS ENTRE BOMBEROS Y RUSOS.


Bajé al metro. Siempre que bajo al metro me creo que soy una protagonista de Melville o de Truffaut. Aunque la verdad, la verdad, es que me hubiera gustado ir de Marlene Dietrich a Mónika Vitti, o sea ser dirigida por Joseph Von Sternberg o Michelangelo Antonioni. Desabroché mi largo abrigo de cachemira gris plateado, con el gesto de las películas de la Nouvelle Vague, y me tiré la bufanda hacia la espalda, al estilo de Marina Vlady.


No sé si muy al estilo de Marina Vlady o no intenté ayudar a un mendigo a subir su carrito del Monoprix repleto de tarecos, por la escalera hacia el tren, pero me rechazó con un mal gesto y con el sonido onomatopéyico de quien espanta a un jabalí. Por suerte, en el horóscopo chino soy jabalí y lo entendí perfectamente. ¡Cómo estará la vida en la calle que hasta los clochards desconfían de una mujer que lleva en la muñeca un Cartier de verdad y no una copia! Así que cómo no voy a desconfiar yo, viniendo de donde vengo, del retongonal de emailes diarios rebosantes de héroes y heroínas prefabricados.


Di mi vuelta por las librerías, compré un par de libros, cuando los lea les diré. Uno sobre los poemas que garabateaba Marilyn después de meterse el coctel molotov de pastillas para poder soportar a los Kennedy y a la loca de Truman Capote, genial, pero insoportable; y otro sobre ebanistería. Como mi padre era ebanista, a mí me ha dado por eso. La que fue marimacha de niña no se cura de vieja. De niña andaba de mata en mata, o sea, nunca mejor dicho, mataperreando, ahora veo una mata, quiero decir, un árbol, y enseguida lo talo con la imaginación y prefabrico el mueble. Iba a comprar el libro de Bush, pero me dije que cuando Bush compre los míos y me mande 150 mil dólares para mi blog y 50 mil para Ars Magazine, entonces yo me ocuparé de su libro escrito por un "negro". Y cuida'o.


Las calles estaban atestadas de policías y de rusos. Para mí que estos rusos son unos títeres que nos han mandado de algún planeta no identificado, eso mismo: unos robots rubios. Andan con el chorro de euros en las manos, siguen con la misma agresividad de cuando eran bolos en Cuba, no han dejado de apestar a grajo y a vodka y se creen los dueños del mundo. Tendrán que ponerse en la cola. Todavía no lo son, por el momento son los chinos. El Marais, sin ir más lejos, ya es de chinos apolíticos y comerciantes. Todas las chinas se han operado los ojos, todas se parecen a Hello Kitty, y las tetas van en camino.


Salgo huyendo de los rusos y me topo con los policías. "¡La calle está llena de policías!" Exclamo. "¿On vous dérange?" (¿La molestamos?) Me pregunta uno de ellos peligrosamente sonriente. Los policías franceses tienen esos dientes y esas nalgas y esos muslos apretados que ni esculpidos por Michelangelo (no Antonioni, Buonarotti)… Non, pas du tout, c'est moi qui me dérange moi-même… (« No, para nada, soy yo la que me molesto a mí misma") Intento torpemente hacerme la chiva loca.


De buenas a primeras me doy cuenta de que no es un policía. Es un bombero. Y claro, caí en el dato porque sacó el mazo de calendarios y trató de venderme uno. Y de idiota se lo compré. No uno, dos. Incluso le insisto en que es para mi copinette Marcela. Ya llevo quince calendarios iguales, es que no me puedo resistir a un bombero francés que vende calendarios. Son tan sinceramente amables, y saben vender calendarios como nessuno. Ya me transfiguré en Mónika Vitti.


Regresé a casa con el par de libros, dos calendarios iguales, y otra torre Eiffel. Ahora me ha dado por comprar Torres Eiffels, de todos tamaños. A mitad de camino me senté a tomarme un té y a comerme un chausson au pomme. Pido el chausson a la manzana, y la flacuchenta que tengo delante se voltea y me mira con tremenda cara de cura… Putain, dans cette ville manger un chausson au pomme ça deviens un délit! Exclamo exaltada. El Pestillo perfumada con Parisienne (esencia cuya imagen es la de Kate Moss, la modelo bizca, patizamba, y destetetá, pero que todo el mundo halla sexy, menos yo) se recompone, asustada, claro; estas parisinas suelen ser tremendas pendejonas. ¿O será otra muñeca rusa?


Llegué a casa, fui a darle un beso a mi hija, luego a la cafetera Nespresso. A veces lo hago al revés. Cuando mi hija está haciendo las tareas, me dirijo primero a la cafetera. Incluso como soy bastante entretenida también puedo preguntarle a Nes (yo la llamo cariñosamente por el diminutivo, no a la niña, a la cafetera), si ha terminado de hacer los deberes. Entonces es mi hija la que me rectifica: "Mamá, estás hablándole de nuevo a la cafetera como si fuera yo".


Me puse a revisar Ars Magazine, el próximo número. Un trabajo en solitario, para solitarios.


Zoé Valdés.


Publicado en Zoé en el metro.




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Published on November 17, 2010 05:14

Por los ojos primero: la cocina del castrofascismo.

En mi columna de EcoDiario.


Otro post sobre el tema de la comida. Lo que cuesta comer en la isla, de Iván García, en el Blog de Tania Quintero.



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Published on November 17, 2010 05:12

Cartas a Margarita y Jorge Camacho (1967-1990). Reinaldo Arenas.

El libro será presentado en Casa de América de Madrid, a las 19 h 30. el viernes 19 de noviembre, durante el homenaje que se le hará al escritor en el XX aniversario de su desaparición física.




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Published on November 17, 2010 05:03

Ils sont devenus français. Doan Bui et Isabelle Monnin.

Doan Bui e Isabelle Monnin son dos periodistas de Le Nouvel Observateur que han escrito un libro donde revelan las personalidades de este país que no siendo francesas de nacimiento, devinieron franceses por cultura, entre los que se encuentra el propio presidente de la República. Hoy será la presentación por invitación en los Archivos Nacionales, que después de este trabajo han vuelto a cerrar para la consulta. Allí estaré presente. Pulsar en la imagen para más información:




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Published on November 17, 2010 04:39

Encuentro de Escritoras de Donostia.

En el que participaré. Vean más información en Asociación de Escritores de Euskadi. Y aquí.


Al día siguiente estaré en el Musée Basque de Bayona.



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Published on November 17, 2010 04:26

November 16, 2010

Aung San Suu Kye agradece a Francia.

A tres días de ser liberada. Esto se llama tener educación y memoria. Gracias a la Dama de Birmania.



Pueden pulsar dos veces seguidas en el video y verlo directamente en youtube.



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Published on November 16, 2010 15:04

Jiménez insiste en que no hay presos políticos en Venezuela.

En EcoDiario.


Otra que está en el pueblo y no ve las casas, o no quiere verlas, lo más seguro es que sea lo segundo. Vaya videítos que le deben haber filmado. Estas ministras de Zapatero ni poniéndolas a solfear Los Paticos…



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Published on November 16, 2010 14:57

Aguafiestas IX. Con Marcel Gioffre y Juan José Sebreli.

Estos son los Aguafiestas que me interesan, en contra de los Mitos, como el Ché… El link Aquí.




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Published on November 16, 2010 11:20

El Arte de la Guerra de Sun Tzu.

El Arte de la Guerra de Sun Tzu.



Anoche me acosté tarde, y apenas pude dormir; por fin, alrededor de las cinco de la madrugada el sueño me venció, entonces tuve pesadillas. Soñé con esa bandada de gente desagradable, los mierditas de la cotidianeidad, con los picos podridos de morralla, como cuervos. Aún así, me levanté temprano, y me puse a releer El Arte de la Guerra de Sun Tzu, que es un libro "releído y estudiado por líderes militares desde la antigüedad hasta nuestros días", tal como afirma la presentación. Es el clásico chino, sin duda alguna, más moderno, el más actual.


Antes me dirigí a la cocina a mimar a mi cafetera Nespresso, que ya saben ustedes que ella es como un miembro más de la familia. Después de darle un cariño, la hice sudar café, deleitosa, deseosa. Antes había bebido un zumo de naranjas marroquíes, y el desayuno habitual que acompaña, tostadas con mantequilla, confitura de fresas. La fresa es la única fruta que no me hace añorar la guayaba. Ah, y mi cacharra con leche y cereales. Esto tiene de malo el exilio, uno adquiere gustos. Ya saben, buenos gustos, o sea, caprichos cotidianos.


Volví a la lectura. No hay nada como leer cuando el sol –aquí es escaso- entra por el ventanal e ilumina la página; aunque yo últimamente le estoy haciendo rechazo al sol. De sólo ver el sol me recuerdan los discursos en la plaza, y aunque yo asistí sólo a uno, de sólo presentir el sol me pasa como al perro de Pavlov, empiezo a sacar la lengua y se me aterrilla el alma. Entonces cierro las cortinas de seda salvaje de un golpe, enciendo mi lámpara art-nouveau –aquí siempre hay electricidad-, y envuelta en un edredón regreso a la lectura.


Hoy no tenía que hacer más que esto: leer. Es un lujo en los tiempos que corren, en que hay que trabajar más duro que de costumbre. Yo trabajo todos los días, me ocupo de diversos asuntos, por algunos me pagan, por otros no, pero trabajo. Me fascina trabajar. No sé, es algo que debe tener que ver con la luna, con las estrellas, con mi infancia, con mi signo. Lo cierto es que yo trabajo a diario, sin parar. Hoy me puse a leer, y al cabo de un rato, ya tenía una guerra interior armada contra mí misma. Me sentía culpable de estar leyendo, al momento le metí un manotazo a esa horrenda reminiscencia del castrismo, y después de perfumar la casa con esencias de la antigua perfumería Nicolaï, volví a ensimismarme, que es lo que yo prefiero ahora: Ensimismarme.


El Arte de la Guerra me apaciguó, porque –según este libro- la mejor guerra que uno hace es la que ha ganado de antemano. Y yo voy en ésa. Sin alardes, sin alharacas, sin estropajerías del pensamiento. Directo y al hígado, sin siquiera enfundarme los guantes.


Sólo hay que leer, estudiar las situaciones, observarlas, analizarlas, y crearse una respuesta. Lo demás es brincoteo de salón o de ring. Eso sí, en el momento que hay que decir las cosas, hay que decirlas. Sólo sea por salvar el nombre, la honra, el prestigio.


Fíjense lo que dice El Arte de la Guerra: "25.- El que sabe cuándo hay que combatir y cuándo no, será el vencedor". Y así de suite… "Tu Mu: No hay que excederse ni en un centímetro, ni en otro". Y éste que es mi preferido: "Cuando el mundo está en paz, un hombre de bien mantiene su espada al alcance de la mano".


En fin, es necesario leer y reler El Arte de la Guerra, después, hay que almorzar de manera consistente y sana. Y mientras se hace la siesta –a mí me cae pesada la siesta, me embota, entonces leo- escuchar a Mozart, o a Chopin interpretado por Alain Planès, ¿por qué no a Brahms?


Antes que caiga la tarde me iré a una librería, y empezaré a estudiar las vitrinas, que en estas fechas ya son de una belleza inimaginable, algunas recrean para los niños, y para los adultos, antiguos cuentos de grandes autores ingleses, alemanes y franceses. Se acercan las Navidades y la ilusión aflora, incluso en tiempos de crisis. Los aguafiestas le llaman consumismo, es el lenguaje del castrocomunismo que a mí me resbala olímpicamente.


Pronto empezará a nevar. Y ya lo creo, dejé de ser aquella muchacha soleada para convertirme en una mujer de la nieve, de las estaciones. No podría vivir nunca más en una ciudad que no me regale cada año el cambio de las estaciones, y la transformación de la naturaleza, segundo a segundo, observada desde mi ventana, en el vuelo de los pájaros, en el agotamiento o firmeza de los árboles, en el esplendor o grisura del cielo.


No hay nada como poder elegir, entre la ventana de tu casa o la ventanilla del tren. No hay nada como saber que puedes bajar a la esquina, a comprar manzanas frescas para el árbol de navidad –aquí no faltan las frutas ni las verduras-, y que te estará esperando el correo del mundo entero en un buzón que nadie podrá registrar, en los bajos de la casa que no te quitará nadie, y que afuera podrás respirar sin miedo a que un vecino te delate porque te has estrenado un par de zapatos y un abrigo.


Zoé Valdés.



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Published on November 16, 2010 05:05

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