Lily G. Rafferty's Blog, page 13
February 20, 2020
Un saludo a todos mis querido lectores.
Gracias a todos por tanto amor y muestras de afecto por mi cumpleaños, desde muy temprano están llegando mensajes de amor y realmente estoy muy emocionada.Solo quiero darles las gracias por acompañarme este día.
Published on February 20, 2020 09:31
Lanzamiento de la revista Mundo de Escritores.
Hoy es un día especial no solo porque es mi cumpleaños, sino porque se lanzó el primer número e la revista Mundo de Escritores, y tengo la gran felicidad de que hayan elegido un relato de mi libro, "No lo esperas venir" para publicar en esta edición, les dejo aquí el link para que puedan leer la revista.
https://drive.google.com/file/d/11W7bsfgc5j3bWUsm76eQrsydu7hF56Pv/view?fbclid=IwAR0_s9H7YsNFnWXmgoJ4FYc7IXMtFGXQdOeS8PJiAIBtz41LJL2rRG0Kg1E
https://drive.google.com/file/d/11W7bsfgc5j3bWUsm76eQrsydu7hF56Pv/view?fbclid=IwAR0_s9H7YsNFnWXmgoJ4FYc7IXMtFGXQdOeS8PJiAIBtz41LJL2rRG0Kg1E
Published on February 20, 2020 08:04
Gracias, Gringa! cuento recuerdo a Mary Rafferty
¡Gracias, Gringa!Mary Rafferty, fue una mujer maravillosa, en el barrio la llamaban, "La gringa" ella se reía, y aclaraba en un perfecto español, pero acompañado de su acento natal ¡no soy gringa! ¡Soy Irlandesa! Y sonreía.Sus ojos, celestes claros como el cielo transmitían una mezcla de paz y alegría.Yo adoraba pasar las tardes en su casa, siempre que podía me escapaba a la hora de la siesta, y me acomodaba en el sillón del living a escuchar sus mágicas historias, repletas de seres maravillosos de su Galway natal, los cuales lograba ver escondidos detrás de los libros, y sobrevolando la biblioteca, elfos y hadas, eran nuestros compañeros de aventuras, no podían faltar, las princesas y los dragones, al principio lo confieso eran intimidantes, grandes criaturas que lanzaban fuego por la boca y resoplaban bocanadas de humo color gris, pero con el tiempo deje de temerles y me acostumbre a su presencia alli en la sala.
Gracias a ella comencé a enamorarme de la literatura fantástica y su mundo, el cual me atrapó, y del cual no deseo salir.Aún puedo cerrar los ojos y transportarme a esas tardes, y escucharla relatar un cuento, aunque el paso de los años va haciendo que sea cada vez más difícil recordar su voz, algo de ella continúa viva, me aferro al recuerdo y me obligo a no olvidarla."En un reino lejano..." gracias, Mary por la leche con galletitas o el budín recién horneado con el que me esperabas para compartir tu genial biblioteca.Tantos años después de tu partida, me sorprende, y roba una sonrisa, cada vez que en el pueblo la gente me saluda, y dice ¡Hola, gringa!
Published on February 20, 2020 06:51
February 12, 2020
Cuento narrado "La biblioteca"
Les comparto el cuento narrado perteneciente al libro "No lo esperas venir" La biblioteca.
Published on February 12, 2020 11:42
February 9, 2020
Poema "Confesiones de un poeta" Jeyson Barreto
Queridos lectores les comparto el siguiente poema escrito por Jeyson Barreto otro talentosísimo autor Peruano.Quien nos regala este hermoso poema, donde nos relata en primera persona lo que significa para él ser poeta.
CONFESIONES DE UN POETA
Siento que las falanges de mis manos toman la pluma con temblor. ¿Qué acaso debo caer en derrota?Un poema no muere ni el autor.
Porque las escribe con la tinta de su sangre gota a gota.Porque le dan vida los ojos del lector.
¡Soy poeta! Como un guerrero, siempre desenfundo mi espada cuyas letras llevan filos cortantes de penas y alegrías.
El corazón de caballero no lo puedo evitar, no puedo desenfundar si no hay pasión en lo que voy a plasmar.
Quizás no viva de las expresiones de mi alma, en el papel de mis expectativas. Y las críticas mal intencionadas también me sean esquivas.
Cada verso leído no intercambia una moneda, por obvias razones. Pero que gozo hay al saber que tocas música en los corazones.
¡¿No sé Uds?! Pero no hay abrazos más calurosos, como los que recibo cuando leen lo que he escrito.¿Quizá saben lo que digo? Y si aún no lo han sentido ¿¡Háganlo, les invito!?
¿Yo no sé lo que es el arte nato? Pues para lo que escribo soy un novato.
Soy un artista porque amo este arte, y así me lo dijo mi padre y nada me hará cambiar de opinión, es la melodía cuyas palmas golpean al ritmo del cajón.
Mis letras algunas veces lloran de impotencia, otras de felicidad ríen. Hay sarcasmo y fantasía, todo junto a la melancolía de un romanticismo que es mi locura todavía.
¡Quizá no es fácil de entender! Pero a todo lo demás prosigo a la meta. Quiero ser de esa estirpe, que llaman poeta. www.facebook.com/blog-poemas-tigre-de-bengala-101217504622653
Autor: Jeyson Barreto <<Tigre de Bengala >> Trujillo-Perú 2019
CONFESIONES DE UN POETA
Siento que las falanges de mis manos toman la pluma con temblor. ¿Qué acaso debo caer en derrota?Un poema no muere ni el autor.
Porque las escribe con la tinta de su sangre gota a gota.Porque le dan vida los ojos del lector.
¡Soy poeta! Como un guerrero, siempre desenfundo mi espada cuyas letras llevan filos cortantes de penas y alegrías.
El corazón de caballero no lo puedo evitar, no puedo desenfundar si no hay pasión en lo que voy a plasmar.
Quizás no viva de las expresiones de mi alma, en el papel de mis expectativas. Y las críticas mal intencionadas también me sean esquivas.
Cada verso leído no intercambia una moneda, por obvias razones. Pero que gozo hay al saber que tocas música en los corazones.
¡¿No sé Uds?! Pero no hay abrazos más calurosos, como los que recibo cuando leen lo que he escrito.¿Quizá saben lo que digo? Y si aún no lo han sentido ¿¡Háganlo, les invito!?
¿Yo no sé lo que es el arte nato? Pues para lo que escribo soy un novato.
Soy un artista porque amo este arte, y así me lo dijo mi padre y nada me hará cambiar de opinión, es la melodía cuyas palmas golpean al ritmo del cajón.
Mis letras algunas veces lloran de impotencia, otras de felicidad ríen. Hay sarcasmo y fantasía, todo junto a la melancolía de un romanticismo que es mi locura todavía.
¡Quizá no es fácil de entender! Pero a todo lo demás prosigo a la meta. Quiero ser de esa estirpe, que llaman poeta. www.facebook.com/blog-poemas-tigre-de-bengala-101217504622653
Autor: Jeyson Barreto <<Tigre de Bengala >> Trujillo-Perú 2019
Published on February 09, 2020 20:01
February 8, 2020
Entrevista Blog "Hoja en blanco" Sonia Perich
Queridos lectores les quiero compartir esta entrevista que me realizara Sonia para su blog Hoja en blanco" cómo es bastante extensa solo voy a copiarles parte de ella, y como siempre los invito a pasar por el link original para leerla completa.Fue una experiencia muy bonita ya que hemos hablado de muchas cosas, y sobre todo amena y respetuosa.https://hojaenblancotaller.blogspot.com/2020/02/entrevista-lily-g-rafferty-escritora.html
Published on February 08, 2020 09:00
February 7, 2020
"El último viaje" relato corto Alfredo Romero
Buenos días mis queridos lectores, amantes de los relatos cortos, hoy quiero compartirles uno que ha realizado el escritor talentosísimo oriundo de Venezuela Alfredo Romero, quien actualmente reside en Ecuador. En sus obras refleja de una forma excepcional, los sentimientos y vivencias que atraviesan sus compatriotas, al intentar encontrar nuevas oportunidades escapando de la terrible realidad en la cual se encuentran. Su trabajo nos hace refleccionar, y apreciar con más fuerza el aquí y ahora, nuestros afectos y familia. Para contactarse con el escritor:https://www.facebook.com/alfredo.romero.12720email: armero_666@hotmail.es
"El último viaje"
Johan Gabriel salió de su país con Jacinto, su hijo mayor, y los dos pequeños, Lucas y Ramón, morochos, de seis años, para reencontrarse con su esposa luego de tres años, siete meses, dos semanas y tres días. Llevaba la cuenta en su cabeza, y por si lo olvidaba, en la agenda de su teléfono, que funcionaba a medias y tenía la pantalla rota desde que Ramón, confundiendolo con un planeador, lo lanzara desde lo alto de la cuna que compartía con Luchas, dos semanas antes del viaje de Esther.
Cargaba equipaje como para no volver a pisar su país, y en su fuero interno así lo deseaba mientras la situación política, económica ya social no se arreglara. Esther le informó que no podría ejercer su profesión, era Profesor de educación física, pero al ver a sus hijos macilentos y mal vestidos, no dudaba.
—Cualquier cosa se hará para conseguir dinero. —Respondía secamente, aunque con desazón al tener que abandonar su escuela después de siete años, sus calles, su casa, su isla.
Por recomendación de su mujer salieron de la isla, calurosa por demás, abrigados como si partieran para el polo norte, ya que el expreso que abordarían estaría helado, y así continuaría a lo largo del viaje, sumado a las bajas temperaturas en algunas ciudades de Colombia.
Falso. Al igual que la conexión al wifi que no pasaba de la tercera fila de asientos. Y las pantallas colocadas, según la imagen del folleto que le enviara en una foto a través del WhatsApp, en los asientos para disfrutar películas «como si estuviera en la comodidad de su hogar», no existían. Solo había un televisor adherido al techo y a la parte trasera del asiento del conductor, que funcionaba a ratos y no se oía (tal vez por el ruido demasiado alto del motor), al menos desde donde se sentaba Johan y sus hijos. Las luces interiores tampoco encendían, y al adentrarse en la zona andina y a lo largo del trayecto hasta casi pisar tierra colombiana, las lluvias no pararon durante dos días seguidos, y las goteras y filtraciones tampoco.
***
El viaje se había aplazado en tantas ocasiones a lo largo de esos cuatro años, que realmente Johan no deseaba hacerlo. Y tanto tiempo separado de Esther le provocó una mezcla de sentimientos: ya no estaba seguro de que sentía por ella. Había momentos en que se emocionaba al oír su voz a través de una nota o ver su imagen con su flamante uniforme, sus zapatos relucientes y su cabello recogido en un moño, pintado ahora de amarillo, pero con trazas de su antiguo color negro, en el WhatsApp. Le iba bien y aprovechaba esos momentos de bienestar para enviar a buscarlos (otra vez) y reunirse como familia. Tres años, siete meses, dos semanas y tres días después.
La primera tentativa ocurrió a los cuatro meses de haber partido. Pero circunstancias de último momento les impidieron salir de la isla.Lo intentaron cuando Esther cumplía los seis meses de estadía, pero fuertes protestas llevaron a las autoridades a cerrar las fronteras ecuatorianas con Colombia, y, por ende, todo paso fue restringido. Cuando por fin lo habilitaron, el dinero se había volatilizado, y debían esperar a reunir nuevamente el monto.Y así, cada vez que su mujer le insistía y le depositaba dinero, acaecía algún suceso que suspendía el traslado.Después de un año, y ya calmadas (aparentemente) las ansias por reunirse, Johan habló con ella y le pidió esperar un tiempo prudente.
—Porque, parece que fuerzas superiores a nosotros nos impidieran salir, o no desean que hagamos ese viaje, a lo mejor nos están previniendo de algo, ¿No crees?
—Será —respondió de mala manera. Y durante los siguientes dos años apenas se comunicaron. Lo necesario para saber de los niños, y cuando obtenía algún logro laboral, su alegría era tan grande en ese momento, que olvidaba su resentimiento.
Pero la verdad es que Johan, creyente de sueños, de mensajes proféticos y cosas así, no deseaba viajar. Algo le decía que no debían hacer esa travesía. Y cada vez que Esther se lo mencionaba, él sentía que se le cortaba la respiración, la sangre le palpitaba tan rápido que le golpeaba las sienes con fuerza produciéndole dolor de cabeza.
Pero es cierto también que era su esposa y la madre de sus hijos, y deseaba verlos, y ellos a ella. Ya habían perdido tres años y la esperanza de que la situación mejorara para verla regresar.
—A lo mejor es el miedo de abandonar todo esto —le confesó la última vez que hablaron, antes de partir, si es que lograban realizarlo.
—Te juro que, si algo nos impide viajar esta ocasión, no sé lo que harás, pero no vuelvo a hacerlo, así me quede enterrado en la isla para toda la vida y tenga que ver morir a mis hijos de hambre.
Pero, contra todo pronóstico, las cosas se fueron dando, y ahora, tres días después, con una gotera que le golpeaba insistentemente en la cabeza cayéndole hasta el cuello, estaba cruzando Colombia rumbo a Ecuador.
Sin embargo, el desasosiego no lo abandonaba. Una angustia nacida en lo profundo de su alma no lo dejaba descansar. Un miedo atroz le comía las entrañas. Y no conocía las razones.Los truenos y relámpagos lo hacían saltar de su asiento, iluminando por segundos y tenuemente el interior del expreso. Sus hijos dormían. Jacinto a su lado, y los morochos al otro extremo del estrecho pasillo, abrazados y abrigados. Ahora si hacía frío. Pero generado por el fuerte aguacero. ¿O era por otra razón?
Al día siguiente, con ríos de agua entre los asientos, la mayoría de los pasajeros mojados y expresiones malhumoradas, el sol calentaba implacable la tierra, y el calor era sofocante. La carretera estaba húmeda, pero aun así el chofer no disminuyó la velocidad en ningún momento.Según informó por el altavoz, al cruzar ese tramo montañoso, que a Johan le produjo pavor al notar su profundidad, pararían a descansar en el último poblado antes de enfilar a las fronteras ecuatorianas.
—Papi, esto da mucho miedo. —Confesó Jacinto, prendiéndose de su brazo.
—Tranquilo, hijo, no ocurrirá nada. —Eso deseaba.
En los asientos de al lado, Lucas y Ramón dormían, ya sin los abrigos.
Desayunaron el poco PSN que les quedaba, con un trago de agua y quedaron en silencio contemplando el paisaje montañoso, siempre ascendiendo.Horas más tarde, el ambiente estaba nublado, y a regañadientes el chofer disminuyó un poco la velocidad. Hacía frío.
***
Desde el día anterior, Esther, con un permiso extraordinario de cinco días, se dirigía desde un lejano pueblo del interior hacía Ipiales, donde sorprendería a su familia.
No le informó nada a Johan, pero estaba muy emocionada por el reencuentro después de tantos años. Ya tenía un apartamento, refrigerador, cocina y cama para cada uno, bueno, menos para los morochos, ellos dormirían juntos.
La emoción era tan grande que le quitó el apetito, y vaya que su apetito creció desde que llegó a ese país. Ahora, con diez kilos demás, se sentía nerviosa por como reaccionaria su esposo al verla porque, claro, no es lo mismo una foto que personalmente...
Y Jacinto. Ya todo un jovencito de trece años.
Una noche más y ya estaría llegando. Ansiosa por abrazar a su familia. Se tardaría una hora con cada uno, y aun así le parecería poco, y les daría tantos besos hasta que sus labios se secaran.
—¡Dios, que emoción! —dijo en voz alta, estrujándose las manos, como quinceañera exaltada ante la perspectiva de su vals a medianoche.
Su corazón palpitaba tan rápido que se sintió mareada. Trató de respirar pausadamente para controlar los latidos. Nada parecía aquietarlo. Y de repente, con el dolor desplazándose por el brazo hacia la muñeca, paralizándole los dedos, un repentino sueño invadió sus ojos, manteniendo a duras penas los párpados abiertos.
Cerró los ojos, rendida al letargo, y su cabeza cayó laxa a un lado, golpeándose con el vidrio templado de la ventanilla.
***
Nuevamente llovía. El agua producía un sonido escandaloso al caer en el techo del bus. Parecía el diluvio del fin del mundo.Sin saber porque, Johan se sentía más abrumado que antes. Abrazó muy fuerte a Jacinto y lo besó en repetidas ocasiones. Luego hizo lo propio con los morochos. Y se sentó, intranquilo, inquieto, a examinar la oscuridad reinante, rota ocasionalmente por un estrepitoso relámpago.
Algunos minutos transcurrieron. O un siglo desde la desesperación del hombre. De nuevo estrechó a un adormilado Jacinto, que le correspondió sonriente. Y una vez más fue a los asientos ocupados por los morochos. Estos gruñeron ante el contacto, pero enseguida se calmaron.
La oscuridad era profunda. Apenas podía distinguirse algo.
De repente, los cauchos del expreso chirriaron, haciéndolo tambalearse de un lado a otro, pero sosteniéndose a tiempo del asidero adherido al techo.
Y entonces sonrió. Y todo temor, todo miedo desapareció. Su corazón palpitó tranquilamente.
Y la luz... la vehemente, cegadora, deslumbrante luz, ocupó el lugar de la oscuridad.
Desde lejos la reconoció. Pensó que no lo haría luego de casi cuatro años (Tres años, siete meses, dos semanas y tres días) separados, pero su alma no se equivocaba. Era ella. Su mujer. Su esposa.
Los morochos, sonrientes, caminaban de la mano de Jacinto, un poco atrasados. Johan casi volaba. Después de tantas dudas, miedos, interrogantes, sabía que el amor verdadero estaba allí, a pocos metros de distancia, a dos pares de brazos, una sonrisa, un largo beso y dos cuerpos de distancia. Nada.
Cuando estuvieron uno frente al otro, no fue necesaria palabra alguna. No se abrazaron, no se tocaron. Los ojos hablaban. La mirada dijo más en un minuto que esos casi cuatro años separados.
Jacinto, Lucas y Ramón los alcanzaron, y entonces sí, se fundieron los cinco en un abrazo eterno, en un abrazo sin fin. Y se convirtieron en uno con la luz blanca.
Jueves, 06/02/2020
AlRoFer.
Derechos reservados ®
"El último viaje"
Johan Gabriel salió de su país con Jacinto, su hijo mayor, y los dos pequeños, Lucas y Ramón, morochos, de seis años, para reencontrarse con su esposa luego de tres años, siete meses, dos semanas y tres días. Llevaba la cuenta en su cabeza, y por si lo olvidaba, en la agenda de su teléfono, que funcionaba a medias y tenía la pantalla rota desde que Ramón, confundiendolo con un planeador, lo lanzara desde lo alto de la cuna que compartía con Luchas, dos semanas antes del viaje de Esther.
Cargaba equipaje como para no volver a pisar su país, y en su fuero interno así lo deseaba mientras la situación política, económica ya social no se arreglara. Esther le informó que no podría ejercer su profesión, era Profesor de educación física, pero al ver a sus hijos macilentos y mal vestidos, no dudaba.
—Cualquier cosa se hará para conseguir dinero. —Respondía secamente, aunque con desazón al tener que abandonar su escuela después de siete años, sus calles, su casa, su isla.
Por recomendación de su mujer salieron de la isla, calurosa por demás, abrigados como si partieran para el polo norte, ya que el expreso que abordarían estaría helado, y así continuaría a lo largo del viaje, sumado a las bajas temperaturas en algunas ciudades de Colombia.
Falso. Al igual que la conexión al wifi que no pasaba de la tercera fila de asientos. Y las pantallas colocadas, según la imagen del folleto que le enviara en una foto a través del WhatsApp, en los asientos para disfrutar películas «como si estuviera en la comodidad de su hogar», no existían. Solo había un televisor adherido al techo y a la parte trasera del asiento del conductor, que funcionaba a ratos y no se oía (tal vez por el ruido demasiado alto del motor), al menos desde donde se sentaba Johan y sus hijos. Las luces interiores tampoco encendían, y al adentrarse en la zona andina y a lo largo del trayecto hasta casi pisar tierra colombiana, las lluvias no pararon durante dos días seguidos, y las goteras y filtraciones tampoco.
***
El viaje se había aplazado en tantas ocasiones a lo largo de esos cuatro años, que realmente Johan no deseaba hacerlo. Y tanto tiempo separado de Esther le provocó una mezcla de sentimientos: ya no estaba seguro de que sentía por ella. Había momentos en que se emocionaba al oír su voz a través de una nota o ver su imagen con su flamante uniforme, sus zapatos relucientes y su cabello recogido en un moño, pintado ahora de amarillo, pero con trazas de su antiguo color negro, en el WhatsApp. Le iba bien y aprovechaba esos momentos de bienestar para enviar a buscarlos (otra vez) y reunirse como familia. Tres años, siete meses, dos semanas y tres días después.
La primera tentativa ocurrió a los cuatro meses de haber partido. Pero circunstancias de último momento les impidieron salir de la isla.Lo intentaron cuando Esther cumplía los seis meses de estadía, pero fuertes protestas llevaron a las autoridades a cerrar las fronteras ecuatorianas con Colombia, y, por ende, todo paso fue restringido. Cuando por fin lo habilitaron, el dinero se había volatilizado, y debían esperar a reunir nuevamente el monto.Y así, cada vez que su mujer le insistía y le depositaba dinero, acaecía algún suceso que suspendía el traslado.Después de un año, y ya calmadas (aparentemente) las ansias por reunirse, Johan habló con ella y le pidió esperar un tiempo prudente.
—Porque, parece que fuerzas superiores a nosotros nos impidieran salir, o no desean que hagamos ese viaje, a lo mejor nos están previniendo de algo, ¿No crees?
—Será —respondió de mala manera. Y durante los siguientes dos años apenas se comunicaron. Lo necesario para saber de los niños, y cuando obtenía algún logro laboral, su alegría era tan grande en ese momento, que olvidaba su resentimiento.
Pero la verdad es que Johan, creyente de sueños, de mensajes proféticos y cosas así, no deseaba viajar. Algo le decía que no debían hacer esa travesía. Y cada vez que Esther se lo mencionaba, él sentía que se le cortaba la respiración, la sangre le palpitaba tan rápido que le golpeaba las sienes con fuerza produciéndole dolor de cabeza.
Pero es cierto también que era su esposa y la madre de sus hijos, y deseaba verlos, y ellos a ella. Ya habían perdido tres años y la esperanza de que la situación mejorara para verla regresar.
—A lo mejor es el miedo de abandonar todo esto —le confesó la última vez que hablaron, antes de partir, si es que lograban realizarlo.
—Te juro que, si algo nos impide viajar esta ocasión, no sé lo que harás, pero no vuelvo a hacerlo, así me quede enterrado en la isla para toda la vida y tenga que ver morir a mis hijos de hambre.
Pero, contra todo pronóstico, las cosas se fueron dando, y ahora, tres días después, con una gotera que le golpeaba insistentemente en la cabeza cayéndole hasta el cuello, estaba cruzando Colombia rumbo a Ecuador.
Sin embargo, el desasosiego no lo abandonaba. Una angustia nacida en lo profundo de su alma no lo dejaba descansar. Un miedo atroz le comía las entrañas. Y no conocía las razones.Los truenos y relámpagos lo hacían saltar de su asiento, iluminando por segundos y tenuemente el interior del expreso. Sus hijos dormían. Jacinto a su lado, y los morochos al otro extremo del estrecho pasillo, abrazados y abrigados. Ahora si hacía frío. Pero generado por el fuerte aguacero. ¿O era por otra razón?
Al día siguiente, con ríos de agua entre los asientos, la mayoría de los pasajeros mojados y expresiones malhumoradas, el sol calentaba implacable la tierra, y el calor era sofocante. La carretera estaba húmeda, pero aun así el chofer no disminuyó la velocidad en ningún momento.Según informó por el altavoz, al cruzar ese tramo montañoso, que a Johan le produjo pavor al notar su profundidad, pararían a descansar en el último poblado antes de enfilar a las fronteras ecuatorianas.
—Papi, esto da mucho miedo. —Confesó Jacinto, prendiéndose de su brazo.
—Tranquilo, hijo, no ocurrirá nada. —Eso deseaba.
En los asientos de al lado, Lucas y Ramón dormían, ya sin los abrigos.
Desayunaron el poco PSN que les quedaba, con un trago de agua y quedaron en silencio contemplando el paisaje montañoso, siempre ascendiendo.Horas más tarde, el ambiente estaba nublado, y a regañadientes el chofer disminuyó un poco la velocidad. Hacía frío.
***
Desde el día anterior, Esther, con un permiso extraordinario de cinco días, se dirigía desde un lejano pueblo del interior hacía Ipiales, donde sorprendería a su familia.
No le informó nada a Johan, pero estaba muy emocionada por el reencuentro después de tantos años. Ya tenía un apartamento, refrigerador, cocina y cama para cada uno, bueno, menos para los morochos, ellos dormirían juntos.
La emoción era tan grande que le quitó el apetito, y vaya que su apetito creció desde que llegó a ese país. Ahora, con diez kilos demás, se sentía nerviosa por como reaccionaria su esposo al verla porque, claro, no es lo mismo una foto que personalmente...
Y Jacinto. Ya todo un jovencito de trece años.
Una noche más y ya estaría llegando. Ansiosa por abrazar a su familia. Se tardaría una hora con cada uno, y aun así le parecería poco, y les daría tantos besos hasta que sus labios se secaran.
—¡Dios, que emoción! —dijo en voz alta, estrujándose las manos, como quinceañera exaltada ante la perspectiva de su vals a medianoche.
Su corazón palpitaba tan rápido que se sintió mareada. Trató de respirar pausadamente para controlar los latidos. Nada parecía aquietarlo. Y de repente, con el dolor desplazándose por el brazo hacia la muñeca, paralizándole los dedos, un repentino sueño invadió sus ojos, manteniendo a duras penas los párpados abiertos.
Cerró los ojos, rendida al letargo, y su cabeza cayó laxa a un lado, golpeándose con el vidrio templado de la ventanilla.
***
Nuevamente llovía. El agua producía un sonido escandaloso al caer en el techo del bus. Parecía el diluvio del fin del mundo.Sin saber porque, Johan se sentía más abrumado que antes. Abrazó muy fuerte a Jacinto y lo besó en repetidas ocasiones. Luego hizo lo propio con los morochos. Y se sentó, intranquilo, inquieto, a examinar la oscuridad reinante, rota ocasionalmente por un estrepitoso relámpago.
Algunos minutos transcurrieron. O un siglo desde la desesperación del hombre. De nuevo estrechó a un adormilado Jacinto, que le correspondió sonriente. Y una vez más fue a los asientos ocupados por los morochos. Estos gruñeron ante el contacto, pero enseguida se calmaron.
La oscuridad era profunda. Apenas podía distinguirse algo.
De repente, los cauchos del expreso chirriaron, haciéndolo tambalearse de un lado a otro, pero sosteniéndose a tiempo del asidero adherido al techo.
Y entonces sonrió. Y todo temor, todo miedo desapareció. Su corazón palpitó tranquilamente.
Y la luz... la vehemente, cegadora, deslumbrante luz, ocupó el lugar de la oscuridad.
Desde lejos la reconoció. Pensó que no lo haría luego de casi cuatro años (Tres años, siete meses, dos semanas y tres días) separados, pero su alma no se equivocaba. Era ella. Su mujer. Su esposa.
Los morochos, sonrientes, caminaban de la mano de Jacinto, un poco atrasados. Johan casi volaba. Después de tantas dudas, miedos, interrogantes, sabía que el amor verdadero estaba allí, a pocos metros de distancia, a dos pares de brazos, una sonrisa, un largo beso y dos cuerpos de distancia. Nada.
Cuando estuvieron uno frente al otro, no fue necesaria palabra alguna. No se abrazaron, no se tocaron. Los ojos hablaban. La mirada dijo más en un minuto que esos casi cuatro años separados.
Jacinto, Lucas y Ramón los alcanzaron, y entonces sí, se fundieron los cinco en un abrazo eterno, en un abrazo sin fin. Y se convirtieron en uno con la luz blanca.
Jueves, 06/02/2020
AlRoFer.
Derechos reservados ®
Published on February 07, 2020 06:14
February 6, 2020
Entrevista blog "Hoja en blanco" Sonia Perich
Queridos lectores les quiero compartir esta entrevista que me realizara Sonia para su blog Hoja en blanco" cómo es bastante extensa solo voy a copiarles parte de ella, y como siempre los invito a pasar por el link original para leerla completa.Fue una experiencia muy bonita ya que hemos hablado de muchas cosas, y sobre todo amena y respetuosa.https://hojaenblancotaller.blogspot.com/2020/02/entrevista-lily-g-rafferty-escritora.html
Entrevista - Lily G. Rafferty (Escritora)
Lily G. Rafferty
Datos personales
Nombre y apellido / seudónimo: Lilian Gabriela Lago/Lily. G. Rafferty
Nacionalidad: Argentina
Edad: 45 años
Redes sociales: https://www.facebook.com/lily.g.rafferty https://www.instagram.com/lily.g_rafferty/ https://www.goodreads.com/author/show/19605012.Lily_G_Rafferty https://www.amazon.com/-/es/Lily-G-Rafferty Sitios personales: https://lilygrafferty.blogspot.com/
✽¿Por qué comenzaste a escribir? ¿Recuerdas lo primero que escribiste?
Comencé a escribir de adolescente, creo por una necesidad de volcar mis sentimientos y emociones en papel, además de reflejarlo en la pintura, otra de mis pasiones, ya que son dos actividades que me han acompañando siempre. Lo primero que escribí fue un relato corto que muy emocionada le di a leer a mi padre para que lo corrigiera, y el luego de leerlo sonrió y me dijo "sigue escribiendo...". Esas palabras me han marcado en mi vida y carrera, hoy de mayor y con hijos, uno ya adolescente, me doy cuenta de lo importante que podemos ser los padres con nuestras palabras hacia ellos, y como influimos en sus sueños y decisiones.
✽¿Qué te incita a escribir ahora? ¿Es lo mismo que te invitó a hacerlo aquella primera vez?
Puede ser, ya que aún me sigue apasionando el género de la ficción y fantasía, mi cabeza tanto en aquella época como ahora están repletas de historias, las cuales de vez en cuando les doy permiso para salir y desarrollarse. Aunque antes lo hacía como te dije por una necesidad, hoy simplemente por el gusto de escribir y compartir con los demás mis relatos.
✽¿Qué es la escritura para ti: un hobbie o algo a lo que quieres dedicarte profesionalmente?
Es sin lugar a dudas mi vida, hoy lo tomo como un trabajo, desde que decidí mudarme desde Buenos Aires a Salta, dejando atrás más de 25 años de trabajo dedicada al área de la salud, y radicarme junto a mis hijos en el campo, se ha vuelto mi actividad principal, y es a la que le dedico gran parte del día, cuando no estoy ocupándome de las que requieren mis hijos, su escuela y actividades.
✽¿Buscas transmitir algo a través de tus historias o solo escribes para entretener?
Busco transmitir, me da una gran alegría cuando alguien termina de leer mis libros y me dice: "me emocioné", "me reí con tal parte" o "me sentí identificada con la historia". Poder lograr ese vínculo con la gente que me lee es impagable.
✽ ¿Qué tan independiente eres en el proceso de la escritura y la publicación? ¿Trabajas con lectores cero, correctores, diseñadores de carátulas, maquetadores, editoriales...?
Hago la mayor parte del trabajo, busco las imágenes y realizo las portadas, si puedo alguna ilustración para acompañar un fragmento. En el libro de "Mathew and Austin, descubriendo reinos lejanos" realicé el dibujo del mapa, pero también recibo ayuda de gente profesional que me acompaña: Emanuel Bailo es mi corrector de estilo. Agustín Lago es un gran colaborador en diagramación y fotografía digital, luego para maquetar ya recurro a gente idónea, aunque me gusta algunas veces hacerlas yo, como en mi libro de cuentos "En un mundo muy lejano donde los cuentos se dan la mano" que fue en su mayoría trabajo mío, solo recurrí a ilustradores para el interior de los cuentos.
✽ ¿Cómo es tu relación con la lectura? ¿Te sientes influenciado por algún autor en particular?
Amo a la genial J. K. Rowling, soy su mayor fan, y me inspira no solo su escritura, sino que su vida me ha marcado mucho y me siento identificada con ella.
✽¿Cómo nacen tus ideas? ¿Tientas a la inspiración o esperas la magia?
Las ideas aparecen, y tomo las que me van atrapando, entonces las empiezo anotar, algunas llegan a plasmarse en un libro o relato, otras simplemente quedan esperando poder salir a la luz.
✽Háblame sobre tus personajes favoritos, de historias propias o ajenas.
Mi personaje favorito es Jack, este pequeño fantasma que a pesar haber partido muy joven continúa luchando por conseguir sus sueños. Me siento muy identificada, porque yo soy en cierta forma muy parecida a él.
Otro de mis personajes al cual le tengo mucho cariño, es uno de mi novela "Mathew and Austin, descubriendo reinos lejanos". Se llama Rusius, es un aldeano tosco y robusto, quien está casado con Tania, ellos son Robols, y habitan el Reino del Bosque Encantado. No tienen ningún poder o habilidad mágica, como todos habitantes de su aldea son artesanos, vendedores o agricultores. Lo que más adoro de él, es su gran ternura y amor detrás de sus rasgos severos y actitudes distantes.
✽Género al que le temes al escribir y al leer. Género en el cual te sientes cómodo al escribir y leer.
Temer no le temo a ningún género, no me atrae el policial o novela negra, mi género es la ficción y fantasía juvenil.
✽¿Cuál es tu ambiente ideal para ponerte a escribir? ¿Tienes alguna cábala o manía?
Cuando estoy sola en casa, aprovecho las horas que mis hijos están en el colegio y puedo sentarme tranquila y escribir. Mi manía, siempre acompañada de mi termo y mate.
✽¿Cuáles son los métodos y herramientas que utilizas a la hora de escribir?
Soy ordenada, es muchas veces más un defecto que una virtud, porque organizo mi trabajo por etapas; cuando ya tengo la idea de lo que quiero escribir: primero realizo las investigaciones y documentaciones que necesite, perfilo mis personajes y escenarios, luego de armada la trama divido mi historia en capítulos y resumo que ocurrirá en cada uno de ellos. Al saber qué pasará a lo largo de historia, evito bloquearme o quedarme en blanco.
✽¿Rutina de escritura y trabajo duro o ataques de inspiración sin presiones?
Nada de presiones, amo escribir.
Entrevista - Lily G. Rafferty (Escritora)
Lily G. Rafferty
Datos personales
Nombre y apellido / seudónimo: Lilian Gabriela Lago/Lily. G. Rafferty
Nacionalidad: Argentina
Edad: 45 años
Redes sociales: https://www.facebook.com/lily.g.rafferty https://www.instagram.com/lily.g_rafferty/ https://www.goodreads.com/author/show/19605012.Lily_G_Rafferty https://www.amazon.com/-/es/Lily-G-Rafferty Sitios personales: https://lilygrafferty.blogspot.com/
✽¿Por qué comenzaste a escribir? ¿Recuerdas lo primero que escribiste?
Comencé a escribir de adolescente, creo por una necesidad de volcar mis sentimientos y emociones en papel, además de reflejarlo en la pintura, otra de mis pasiones, ya que son dos actividades que me han acompañando siempre. Lo primero que escribí fue un relato corto que muy emocionada le di a leer a mi padre para que lo corrigiera, y el luego de leerlo sonrió y me dijo "sigue escribiendo...". Esas palabras me han marcado en mi vida y carrera, hoy de mayor y con hijos, uno ya adolescente, me doy cuenta de lo importante que podemos ser los padres con nuestras palabras hacia ellos, y como influimos en sus sueños y decisiones.
✽¿Qué te incita a escribir ahora? ¿Es lo mismo que te invitó a hacerlo aquella primera vez?
Puede ser, ya que aún me sigue apasionando el género de la ficción y fantasía, mi cabeza tanto en aquella época como ahora están repletas de historias, las cuales de vez en cuando les doy permiso para salir y desarrollarse. Aunque antes lo hacía como te dije por una necesidad, hoy simplemente por el gusto de escribir y compartir con los demás mis relatos.
✽¿Qué es la escritura para ti: un hobbie o algo a lo que quieres dedicarte profesionalmente?
Es sin lugar a dudas mi vida, hoy lo tomo como un trabajo, desde que decidí mudarme desde Buenos Aires a Salta, dejando atrás más de 25 años de trabajo dedicada al área de la salud, y radicarme junto a mis hijos en el campo, se ha vuelto mi actividad principal, y es a la que le dedico gran parte del día, cuando no estoy ocupándome de las que requieren mis hijos, su escuela y actividades.
✽¿Buscas transmitir algo a través de tus historias o solo escribes para entretener?
Busco transmitir, me da una gran alegría cuando alguien termina de leer mis libros y me dice: "me emocioné", "me reí con tal parte" o "me sentí identificada con la historia". Poder lograr ese vínculo con la gente que me lee es impagable.
✽ ¿Qué tan independiente eres en el proceso de la escritura y la publicación? ¿Trabajas con lectores cero, correctores, diseñadores de carátulas, maquetadores, editoriales...?
Hago la mayor parte del trabajo, busco las imágenes y realizo las portadas, si puedo alguna ilustración para acompañar un fragmento. En el libro de "Mathew and Austin, descubriendo reinos lejanos" realicé el dibujo del mapa, pero también recibo ayuda de gente profesional que me acompaña: Emanuel Bailo es mi corrector de estilo. Agustín Lago es un gran colaborador en diagramación y fotografía digital, luego para maquetar ya recurro a gente idónea, aunque me gusta algunas veces hacerlas yo, como en mi libro de cuentos "En un mundo muy lejano donde los cuentos se dan la mano" que fue en su mayoría trabajo mío, solo recurrí a ilustradores para el interior de los cuentos.
✽ ¿Cómo es tu relación con la lectura? ¿Te sientes influenciado por algún autor en particular?
Amo a la genial J. K. Rowling, soy su mayor fan, y me inspira no solo su escritura, sino que su vida me ha marcado mucho y me siento identificada con ella.
✽¿Cómo nacen tus ideas? ¿Tientas a la inspiración o esperas la magia?
Las ideas aparecen, y tomo las que me van atrapando, entonces las empiezo anotar, algunas llegan a plasmarse en un libro o relato, otras simplemente quedan esperando poder salir a la luz.
✽Háblame sobre tus personajes favoritos, de historias propias o ajenas.
Mi personaje favorito es Jack, este pequeño fantasma que a pesar haber partido muy joven continúa luchando por conseguir sus sueños. Me siento muy identificada, porque yo soy en cierta forma muy parecida a él.
Otro de mis personajes al cual le tengo mucho cariño, es uno de mi novela "Mathew and Austin, descubriendo reinos lejanos". Se llama Rusius, es un aldeano tosco y robusto, quien está casado con Tania, ellos son Robols, y habitan el Reino del Bosque Encantado. No tienen ningún poder o habilidad mágica, como todos habitantes de su aldea son artesanos, vendedores o agricultores. Lo que más adoro de él, es su gran ternura y amor detrás de sus rasgos severos y actitudes distantes.
✽Género al que le temes al escribir y al leer. Género en el cual te sientes cómodo al escribir y leer.
Temer no le temo a ningún género, no me atrae el policial o novela negra, mi género es la ficción y fantasía juvenil.
✽¿Cuál es tu ambiente ideal para ponerte a escribir? ¿Tienes alguna cábala o manía?
Cuando estoy sola en casa, aprovecho las horas que mis hijos están en el colegio y puedo sentarme tranquila y escribir. Mi manía, siempre acompañada de mi termo y mate.
✽¿Cuáles son los métodos y herramientas que utilizas a la hora de escribir?
Soy ordenada, es muchas veces más un defecto que una virtud, porque organizo mi trabajo por etapas; cuando ya tengo la idea de lo que quiero escribir: primero realizo las investigaciones y documentaciones que necesite, perfilo mis personajes y escenarios, luego de armada la trama divido mi historia en capítulos y resumo que ocurrirá en cada uno de ellos. Al saber qué pasará a lo largo de historia, evito bloquearme o quedarme en blanco.
✽¿Rutina de escritura y trabajo duro o ataques de inspiración sin presiones?
Nada de presiones, amo escribir.
Published on February 06, 2020 12:57
February 5, 2020
Reseña "Jack y los fantasmas de la casona de Eliot" Revista 7Artes Jesica Canto
Queridos lectores quiero compartirles otra reseña que escribiera hace unos meses la revista 7Artes en la columna de Jésica Canto.
Les pego el enlace para que puedan leerla completa.
https://revistasieteartes.com/2019/10/22/columna-literaria-jack-y-los-fantasmas-de-la-casona-de-eliot-de-lily-g-rafferty-por-jesica-sabrina-canto/?fbclid=IwAR2O8WwH6qXGCf0IcMHGSQMri1w-ZaSz37vPMEg_Nhw7P7H2VbPLCchx6I0
COLUMNA LITERARIA: ‘Jack y los fantasmas de la casona de Eliot’, de Lily G. Rafferty. Por JESICA SABRINA CANTO revistasieteartes Reseñas de Lápiz y Papel 22 octubre, 2019 5 Minutes
Desde los ojos de un niño
Uno de los grandes desafíos a la hora de escribir una historia es elegir el narrador. Debe ser el adecuado para esa trama específica. Cuando leemos podemos encontrarnos con un texto escrito en primera persona por el o la protagonista, por un testigo de los hechos que se cuentan, por un tercero que no forma parte de la historia, que sabe todo lo que ocurre o solo mira desde la perspectiva de uno de los personajes. Incluso también el narrador puede cambiar de un capítulo a otro o por fragmentos señalados gráficamente por cambio de tipología de letra.Sin duda, en mi opinión, uno de los narradores más difíciles y complejos de construir es la voz infantil. Contar la historia desde los ojos de un niño conlleva poner en juego una inocencia, un desconocimiento y un lenguaje limitado, cosas que los adultos ya hemos perdido. No es sencillo recuperar el recuerdo veraz de nuestra infancia. No es fácil tampoco comprender el modo de pensar de un niño con solo observarlo y escucharlo. Es un trabajo profundo, que requiere de introspección y dejar caer nuestras propias barreras.En la novela Jack y los fantasmas de la casona de Eliot, Lily G. Rafferty consigue hacernos sentir que es un niño el que le habla al lector, el que cuenta la historia.
Les pego el enlace para que puedan leerla completa.
https://revistasieteartes.com/2019/10/22/columna-literaria-jack-y-los-fantasmas-de-la-casona-de-eliot-de-lily-g-rafferty-por-jesica-sabrina-canto/?fbclid=IwAR2O8WwH6qXGCf0IcMHGSQMri1w-ZaSz37vPMEg_Nhw7P7H2VbPLCchx6I0
COLUMNA LITERARIA: ‘Jack y los fantasmas de la casona de Eliot’, de Lily G. Rafferty. Por JESICA SABRINA CANTO revistasieteartes Reseñas de Lápiz y Papel 22 octubre, 2019 5 Minutes
Desde los ojos de un niñoUno de los grandes desafíos a la hora de escribir una historia es elegir el narrador. Debe ser el adecuado para esa trama específica. Cuando leemos podemos encontrarnos con un texto escrito en primera persona por el o la protagonista, por un testigo de los hechos que se cuentan, por un tercero que no forma parte de la historia, que sabe todo lo que ocurre o solo mira desde la perspectiva de uno de los personajes. Incluso también el narrador puede cambiar de un capítulo a otro o por fragmentos señalados gráficamente por cambio de tipología de letra.Sin duda, en mi opinión, uno de los narradores más difíciles y complejos de construir es la voz infantil. Contar la historia desde los ojos de un niño conlleva poner en juego una inocencia, un desconocimiento y un lenguaje limitado, cosas que los adultos ya hemos perdido. No es sencillo recuperar el recuerdo veraz de nuestra infancia. No es fácil tampoco comprender el modo de pensar de un niño con solo observarlo y escucharlo. Es un trabajo profundo, que requiere de introspección y dejar caer nuestras propias barreras.En la novela Jack y los fantasmas de la casona de Eliot, Lily G. Rafferty consigue hacernos sentir que es un niño el que le habla al lector, el que cuenta la historia.
Published on February 05, 2020 11:08
Reseña "Jack y los fantasmas de la casona de Eliot" Laura Santiago
Buen miércoles a todos, hoy he recibido otra preciosa reseña sobre mi libro escrita por Laura Santiago les voy a dejar aquí parte de ella para que la lean y el link de su página para que puedan leerla completa.
https://ellibroenelbolsillo.blogspot.com/2020/02/resena-veces-se-entiende-mejor-de-esta.html?fbclid=IwAR2lOePqMFDMPlBg3YUBoC7ic73qO24NayLwEQD9H5iZiehYdHRhJIWuWRc
El comienzo terribleJack es un muchacho normal que vive con su tío y con los miembros que pertenecen a su casa. Su vida es un poco monótona y añora aquellos tiempos mejores en los que salía a jugar con sus amigos al lago, pero, al menos, disfruta de la compañía de los suyos. Todo sería normal, claro, si Jack estuviera vivo, pero tanto él como los habitantes de la casa de su tío son fantasmas. Desde luego es una vida monótona hasta que llega a la mansión Jerry, un fantasma errante que quiere alcanzar el Victorious I para poder ser libre.Todos los cuentos, incluidos los de fantasmas, tiene un pasado, una pasado oscuro y terrible que provoca el propio cuento. En este caso, el pasado de Jack tiene que ver con su padre y la autora nos lo cuenta nada más empezar la primera página. Sin ahondar mucho en esta parte de la historia, cabe decir que el inicio nos introduce en una narración dura y cruel que nos llevará a odiar y esperar algo diferente a lo después encontramos en la novela, y eso está muy bien. Con un pequeño giro la novela nos pasa de una narración de intrigas y desengaños a una narración friendly, la vida de un muchacho que disfrutó de ella hasta donde pudo.El tono en el que el lector recibe la historia es así fluctuante, diferente a cuando la cuenta Jack o alguien joven, a cuando nos cuenta su recorrido vital un adulto. Casi nos dará la sensación de que los adultos siempre tienen algo por lo que ser reprochados y nos hará plantearnos hasta qué punto ser adulto es madurar.Además, a parte de la historia de Jack, encontraremos las historias de los demás habitantes de la casona, desde la historia de su tío, la primera con la que nos encontramos, hasta la historia de Rose y Sandy, una muchacha y una niña con unos dramas vitales casi de película. A través de todas estas historias nos enseñará la autora como la torpeza, el desconocimiento, la fama o el vicio determinan nuestra vida, y en su caso hasta su muerte.Temas que son sentimientosAl final, las obras literarias sirven, entre todas las cosas posibles, para hablar de nosotros como seres humanos. Los temas de la literatura, según los teóricos, son los grandes sentimientos que como comunidad plasmamos en nuestras obras artísticas y la novela de Lily G. Rafferty no iba a ser menos.La amistad, el compromiso, la lealtad, pero también el abandono, lo ruin, la avaricia, entre otros, serán los sentimientos que nos ilustre esta novela. A través de la adscripción de personaje-tema, navegamos por sus vidas y aprendemos con ellos en la muerte. En este sentido, el perdón y la confianza serán fundamentales, confianza vista como esperanza, en el caso de Rose; confianza entendida como lealtad, en el caso de los guardianes de la casa; perdón como redención en el caso de los personajes más punibles. Así, la obra nos da la oportunidad de reflexionar sobre nuestros juicios absolutos, comprender que la vida es una y que después no queda tiempo para dar marcha atrás.Un género necesarioFinalmente, si tuviera que recomendaros esta novela por algún particular, lo haría porque es una estupenda novela de fantasmas. Como decíamos al principio, estamos acostumbrados a que sean de terror, a que nos generen un escalofrío en la espalda y nos dejen con mal cuerpo. A pesar de que todas ellas nos invitan a pensar, en este caso, gracias a su cercanía al cuento amable, no solo nos genera esa incomodidad de lo fantasmal, sino que nos permite, como hemos dicho también ya, plantearnos la cuestiones del «y si no me da tiempo».Gracias a esta premisa, «y si no me da tiempo», añadido a un lenguaje sencillo, cómo y rápido de leer, nos encontramos con una novela recomendable para todas las edades y que nos dejará, a pesar de todo, con una sonrisa en la cara. Espero que os animéis con ella y os guste.
https://ellibroenelbolsillo.blogspot.com/2020/02/resena-veces-se-entiende-mejor-de-esta.html?fbclid=IwAR2lOePqMFDMPlBg3YUBoC7ic73qO24NayLwEQD9H5iZiehYdHRhJIWuWRc
El comienzo terribleJack es un muchacho normal que vive con su tío y con los miembros que pertenecen a su casa. Su vida es un poco monótona y añora aquellos tiempos mejores en los que salía a jugar con sus amigos al lago, pero, al menos, disfruta de la compañía de los suyos. Todo sería normal, claro, si Jack estuviera vivo, pero tanto él como los habitantes de la casa de su tío son fantasmas. Desde luego es una vida monótona hasta que llega a la mansión Jerry, un fantasma errante que quiere alcanzar el Victorious I para poder ser libre.Todos los cuentos, incluidos los de fantasmas, tiene un pasado, una pasado oscuro y terrible que provoca el propio cuento. En este caso, el pasado de Jack tiene que ver con su padre y la autora nos lo cuenta nada más empezar la primera página. Sin ahondar mucho en esta parte de la historia, cabe decir que el inicio nos introduce en una narración dura y cruel que nos llevará a odiar y esperar algo diferente a lo después encontramos en la novela, y eso está muy bien. Con un pequeño giro la novela nos pasa de una narración de intrigas y desengaños a una narración friendly, la vida de un muchacho que disfrutó de ella hasta donde pudo.El tono en el que el lector recibe la historia es así fluctuante, diferente a cuando la cuenta Jack o alguien joven, a cuando nos cuenta su recorrido vital un adulto. Casi nos dará la sensación de que los adultos siempre tienen algo por lo que ser reprochados y nos hará plantearnos hasta qué punto ser adulto es madurar.Además, a parte de la historia de Jack, encontraremos las historias de los demás habitantes de la casona, desde la historia de su tío, la primera con la que nos encontramos, hasta la historia de Rose y Sandy, una muchacha y una niña con unos dramas vitales casi de película. A través de todas estas historias nos enseñará la autora como la torpeza, el desconocimiento, la fama o el vicio determinan nuestra vida, y en su caso hasta su muerte.Temas que son sentimientosAl final, las obras literarias sirven, entre todas las cosas posibles, para hablar de nosotros como seres humanos. Los temas de la literatura, según los teóricos, son los grandes sentimientos que como comunidad plasmamos en nuestras obras artísticas y la novela de Lily G. Rafferty no iba a ser menos.La amistad, el compromiso, la lealtad, pero también el abandono, lo ruin, la avaricia, entre otros, serán los sentimientos que nos ilustre esta novela. A través de la adscripción de personaje-tema, navegamos por sus vidas y aprendemos con ellos en la muerte. En este sentido, el perdón y la confianza serán fundamentales, confianza vista como esperanza, en el caso de Rose; confianza entendida como lealtad, en el caso de los guardianes de la casa; perdón como redención en el caso de los personajes más punibles. Así, la obra nos da la oportunidad de reflexionar sobre nuestros juicios absolutos, comprender que la vida es una y que después no queda tiempo para dar marcha atrás.Un género necesarioFinalmente, si tuviera que recomendaros esta novela por algún particular, lo haría porque es una estupenda novela de fantasmas. Como decíamos al principio, estamos acostumbrados a que sean de terror, a que nos generen un escalofrío en la espalda y nos dejen con mal cuerpo. A pesar de que todas ellas nos invitan a pensar, en este caso, gracias a su cercanía al cuento amable, no solo nos genera esa incomodidad de lo fantasmal, sino que nos permite, como hemos dicho también ya, plantearnos la cuestiones del «y si no me da tiempo».Gracias a esta premisa, «y si no me da tiempo», añadido a un lenguaje sencillo, cómo y rápido de leer, nos encontramos con una novela recomendable para todas las edades y que nos dejará, a pesar de todo, con una sonrisa en la cara. Espero que os animéis con ella y os guste.
Published on February 05, 2020 10:59


