Lídia Castro Navàs's Blog, page 47

March 4, 2020

El titán de un solo ojo

[image error]

Bungie.net


Me encontraba en el Puerto de las Lamentaciones, en la Luna, librando una batalla encarnizada, cuando algo brillante apareció en el suelo a tres metros de mí. ¡Era un engrama amarillo! Su destello me atrajo como si fuera el mismísimo sol, desatendiendo a mi deber, lo cogí y me dirigí a la Torre para saber de inmediato qué contenía. Los enemigos, desgraciadamente, seguirían invocando pesadillas en los Altares del Dolor durante mi ausencia; así que volvería más tarde para ayudar al resto de guardianes que estaban haciéndoles frente. 


***


—Hola, titana. ¿Qué me traes? 


—Es un engrama exótico, Rahool. ¡Dame algo bueno! —le dije cruzando los dedos.


—Veamos: ¡La máscara de un ojo! Eres una guardiana con suerte.


—Genial… —respondí con desgana al ver lo fea que era.


—¿Qué pasa? ¿Es que no conoces el poder de este casco?


—Lo cierto es que no… 


—Pues deberías, guardiana. Esconde la historia de un titán. Te aconsejo investigar sobre él.


—Por el aspecto de la máscara me temo que su historia no me va a gustar, ¿verdad?


—Yo no soy el más indicado; te recomiendo que hables con Zavala, él te podrá explicar mejor quién fue el titán de un solo ojo.


Llevada por la curiosidad que despertó en mí el criptarca, me fui al mirador, hasta encontrarme con Zavala, el responsable de mi facción.


—Todavía no has completado los contratos de esta semana, guardiana —me recriminó. 


—Lo sé, comandante, acabo de reincorporarme después de una caída que me dejó mellada. 


—¡Eso no es excusa para un titán!


Me sentí como una traidora, pero no quise seguir su juego. 


—La verdad es que venía para hablar acerca del titán de un solo ojo. 


—Interesante… Todo el mundo conoce a San-14, pero la mayoría no sabe de la existencia de este titán que me comentas.


—¿Lo conociste? —pregunté interesada. 


—Sí, lo recuerdo bien… —Apoyó las manos en la barandilla y llevó su mirada nostálgica hacia la Ciudad—. Era el titán más reservado y solitario que ha habido en nuestra facción. Nunca participaba en las Incursiones ni en los Ocasos… Su escuadra estaba formada solo por dos: su espectro y él. Interactuar con otros guardianes le suponía más desafío que enfrentarse a mil caídos. De ahí que su nombre no trascendiera a su leyenda… 


—¿Y el ojo… lo perdió en batalla? —le insté a continuar.


—Sí, pero para llegar a ese momento debemos remontarnos al final de la Guerra de los Poseídos. Él, igual que muchos otros guardianes, llegó a la Zona Muerta Europea en busca de un lugar tranquilo para descansar, después de la lucha incesante. Pero en vez de eso, se topó con la repentina desconexión de la Luz. Las comunicaciones estaban bloqueadas en todo el planeta y eso lo aisló todavía más. Decidió ir hacia al oeste, a la antigua zona de aterrizaje, para volver a la Ciudad, pero allí se topó con los cabal, a los que después conoceríamos como la Legión Roja. La presencia enemiga lo obligó a desviarse hacia la Bahía del Viento, donde se metió en un escondite provisional para evaluar sus posibilidades de salir airoso de la situación. Fue al cobijo de la noche cuando dieron con él y, sabiendo que no tenía Luz, quisieron ver de qué estaba hecho realmente. Les plantó cara, pero lo superaban en número y le dieron una paliza que casi lo mata. Pero lo peor estaba por venir. Uno de esos centuriones mercenarios decidió que le sobraba un ojo al titán; se lo arrancó y lo reventó allí mismo. El cabal le preguntó qué haría entonces sin su ojo; él respondió que tenía otro y lo acompañó de una sonora carcajada desafiando así al centurión. Este, hinchado de rabia, le arrebató el espectro y lo destrozó entre sus apestosas garras. Eso lo hirió más que perder un ojo; era su única compañía, su familia… Antes de que saliera el sol, el titán fue arrojado por un barranco. 


Una daga invisible se me clavó en el estómago en el momento en que el comandante cesó su relato. Un silencio denso nos rodeó. Era una historia tan trágica que costaba de digerir. Sin esperarlo, Zavala, volvió a hablar.


 —Murió con sed de venganza y esta máscara —dijo señalando el casco que llevaba en las manos— es su legado. Ella te señalará la situación de los enemigos que se atrevan a atacarte, aumentará el daño que les infrinjas y acelerará tu curación. ¡Úsala bien! Por el titán de un solo ojo, por su espectro, por su historia… ¡por la Luz!




Pedro, un buen amigo virtual, se ha comprado un calendario del 2020 de Destiny (el videojuego al que dedicamos parte de nuestro tiempo) y me ha retado a escribir un relato inspirándome en cada personaje que aparece en dicho calendario. El mes de marzo viene presidido por un titán que lleva la “máscara de un solo ojo” y esta es la foto que Pedro me mandó el día 1:


[image error]


Lídia Castro Navàs

[image error]

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 04, 2020 00:00

March 2, 2020

Cambio

[image error]


(100 palabras sin contar el título)


Esta es mi propuesta para el reto Escribir jugando de marzo. ¡Te invito a participar!


Lídia Castro Navàs

[image error]

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 02, 2020 01:00

March 1, 2020

Escribir jugando (marzo)

[image error]


Antes de participar consulta las bases y los retos anteriores.



Reto – Marzo

Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.
En tu creación debe aparecer el objeto del dado: una flecha/ un carcaj.

[image error]


Reto opcional:

Que aparezca una de las seis emociones básicas: sorpresa, asco, miedo, alegría, tristeza o ira.


¿Juegas?

Mi propuesta saldrá publicada mañana

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 01, 2020 00:00

February 29, 2020

EJ: Optimvs mensi

[image error]


El día 28 publiqué todas las creaciones presentadas al reto de Escribir Jugando del mes de febrero.


¿Ya ha pasado el mes de febrero? Pues eso parece. ¡Ya podemos decirle adiós al invierno!

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 29, 2020 00:00

February 28, 2020

EJ: Creaciones participantes

[image error]


El día 1 puntualmente dio inicio el reto de febrero de: Escribir Jugando.


A continuación están todas las creaciones participantes por orden cronológico:



“Meditación” mi creación.
“Doña Fuencisla y las Ramas” por Ratonet.
“Huecos en los que yo aparecía” por Grimmebulin.
“Tres lunas” por Runa Rêve.
“Complicidad”por SariCarmen.
“Los ramajes de doña Ursulina” por Magadeqamar.
“Mujeres que inspiran”por Desiré.
“Traición en Cheater Street” por Javier Sánchez Bernal.
“Canción de comba” por Sadire Lleire.
“La yaya” por Luna Paniagua.
“Tierra” por Jessica Galera Andreu.
“Puro marketing” por Ángel García Riol.
“El tronco de la memoria” por Laura Urcelay.
“Fulgores” por Nevel Marcano.
“Desigualdad” por Julie Sopetrán.
“Adiós” por David Coloma García.
“Volver a casa” por Lola García.
“El club de magia” por Lehna Valduciel.
“La Tana” por Alma Baires.
“Una pasión salvaje” por Javi.
“Mil ideas” por Adelina GN.
“La tía Cleo” por JM Vanjav.
“Con Paciencia No Hay Arrebato” por Jascnet.
“Estado vegetal” por Galaxi Gomel.
“Luces de fricción” por Rosa Boschetti.
“Un día común” por Cecy.
“Figura de anciana bajo el árbol” por Virtudes Torres.
La abuela” por Antonio Caro.

Y el Optimvs mensi es para…


[image error]


Como siempre, en un par de días desvelaré la creación que se lleva el nuevo Optimvs mensi. Mientras tanto, os invito a leer las participaciones.


¡Felices lecturas!

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 28, 2020 11:00

February 24, 2020

Introspección

[image error]


Se despertó en una sala oscura y vacía. Solo la rodeaba la oscuridad y la más inquieta calma. ¿Dónde estaba? No tardó mucho en acordarse… La sabiduría ancestral que había heredado le decía que cada Luna Nueva, cuando la noche era más oscura, hiciera introspección, que meditara hasta conseguir conectar consigo misma. Fue tal el grado de conexión, que consiguió llegar a lo más profundo de su ser: se encontraba en su oscura conciencia.



Esta es mi propuesta para el Va de reto, desafío literario del blog de JascNet.


[image error]


Lídia Castro Navàs

[image error]

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 24, 2020 00:00

February 22, 2020

Cita #59

[image error]

¿Quién fue Victoria Ocampo?

Lídia Castro Navàs

[image error]

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 22, 2020 01:00

February 20, 2020

Lubra y mi destino

Era la noche de carnaval y ya tenía preparada la máscara que escondería mi identidad: el color dorado y rojo del satén que recubrían toda la estructura, refulgiría bajo las luces del salón del castillo de Zima. El baile de máscaras que albergaba era el más conocido en la región y una invitación a él era el tesoro más codiciado por cualquiera que quisiera hallar su destino. Se decía que en el subsuelo del castillo se escondían los más misteriosos secretos de la vida: magia, alquimia y portales cuánticos se hallaban en ese lugar. Por fin podría terminar la misión que la diosa Lubra me había encomendado tanto tiempo atrás; se trataba de encontrar la parte de mi alma que me faltaba, mi complemento, mi otra polaridad…


Hacía once siglos que Lubra partió mi alma en dos mitades idénticas, pero de distinta polaridad: una femenina, que yo encarnaba, y otra masculina, que viviría de forma paralela a la mía. El objetivo era purificar el karma de forma más rápida que haciéndolo con el alma entera. Y ofreciendo ese conocimiento y ayuda al resto de la humanidad para que despertara al mundo espiritual. El problema era que ninguna de las dos mitades sabríamos eso durante nuestras siguientes encarnaciones. Eso significaba que podríamos coincidir en la misma vida o no; y, de hacerlo, podríamos tener diferente edad, cultura y/o condición.


Según me informó Lubra antes de firmar el contrato en el que aceptaba partir mi alma, cuando hubiera limpiado el karma y estuviera casi purificada, en mi última vida con alma fragmentada, se me permitiría saber toda la verdad y conocer a la persona que encarnaba mi complemento. Llegado a ese punto, tendríamos edades similares y polaridades distintas para volver a unir las dos mitades de mi alma.


Y ese momento había llegado. Llevaba unos cinco años recibiendo información procedente de la Diosa a través de sueños y visualizaciones en las que entendí mi misión en esta vida.


Me dirigí al baile de máscaras con mi vestido de color rojo satén y la máscara a conjunto. Reconocería a mi polaridad a través de sus ojos, su voz o su simple energía… Pero él lo tendría un poco más complicado, pues no habría recibido tanta información como yo, así que tendría que mostrarle mi rostro para que se fijase bien en mí.


El recibidor del castillo, que se mantenía con las puertas de par en par, estaba vigilado por los mozos a quienes enseñé mi invitación. Atravesé el vestíbulo hasta llegar al salón del baile. La gran cantidad de gente que lo llenaba me hizo temer en la imposibilidad de conseguir mi objetivo. Me paseé por el salón, después de coger una copa de champán, como una cazadora escrutando cada mirada en busca de mi presa. Pero parecía que nadie me hacía vibrar el centro del pecho como se suponía que tenía que pasar…


Empecé a pensar que había malinterpretado las señales de Lubra, cuando uno de los camareros, que portaba una bandeja con copas vacías, llamó mi atención. También llevaba máscara, pero al ver de refilón sus ojos brillantes y oscuros, algo en mí explotó. ¡Era él! ¡Había estado buscando entre los invitados y resultó ser del personal de servicio!


Me fui tras él disimuladamente y me metí en la zona de la cocina, donde el bullicio era similar al del propio salón aunque la música quedaba apagada por el repique y choque de las copas y cacharros. El jefe, vestido de blanco impoluto, me pilló husmeando por ahí y con un gesto desagradable me indicó la salida. Algunos de los mozos se giraron y me observaron; entre ellos, el camarero. No podía dejar pasar la oportunidad de que él también me reconociera. En un movimiento rápido tiré del lazo detrás de mi cabeza y dejé caer la máscara como si fuera un descuido. Miré fijamente al camarero, que hasta entonces no había mostrado interés ninguno en mí. Pero, en cuanto nuestras miradas se cruzaron, supe que él también había sentido algo.


El jefe de cocina empezó a vociferar, así que salí de allí corriendo, pues no quería que alertaran a los mozos de seguridad y me acabaran echando a la fuerza.


—Señorita, su máscara. —Sonó una voz tras de mí. Era el camarero y su voz vibró en mi interior como un cosquilleo. 


—Gracias —le dije mientras cogía la máscara de sus manos. Pero él no la dejó ir. 


—¿Nos conocemos? —susurró. No quería incomodarme, pero el impacto sufrid al verme y sentir esa familiaridad le empujaban a saltarse el protocolo estricto que seguro había firmado antes de trabajar en el baile. 


Entonces, le tomé de la mano y lo dirigí a una zona más apartada, donde pudiéramos hablar alejados de miradas indiscretas. Él se dejó hacer sin ser demasiado consciente de lo que estaba ocurriendo.


Nos resguardamos en el ropero, entre los abrigos y pieles de los asistentes al baile.


—No nos conocemos, pero… nuestras almas sí —le expliqué.


—¿Qué? ¿Te refieres a almas gemelas? —dijo perplejo. 


—No. Tú y yo poseemos una parte de la misma alma y ha llegado el momento de que vuelva a estar unida. 


—Pero… ¿Cómo? —Seguía desconcertado. 


—La verdad es que no estoy segura, pero nuestra misión trasciende todo lo que hemos conocido y vivido hasta ahora. Nuestra experiencia supondrá un bien para toda la humanidad…


Sin esperarlo, el camarero, quien ni siquiera me había dicho su nombre, se abalanzó sobre mí y nos dimos un dulce, pero apasionado beso. Ese beso supuso la fusión de nuestras almas en una.


¡Había cumplido mi misión!



Esta es mi propuesta para el Desafío Literario del blog de Jessica Galera Andreu. Mis máscaras me indicaron los siguiente requisitos para el reto:


1- Alguien me pillaba husmeando por un lugar que no debía.


2- Se me caía la máscara y descubría mi identidad.


3- Un beso.


[image error]


Lídia Castro Navàs

[image error]

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 20, 2020 02:28

February 15, 2020

Cita #58

[image error]

¿Quién fue Louisa May Alcott?

Lídia Castro Navàs

[image error]

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 15, 2020 00:00

February 14, 2020

El Papa Gelasio I y su camarlengo

En un día como hoy, 14 de febrero, conviene recordar la historia de un tal Valentín con un poco de humor. Espero que os guste. ¡Feliz fin de semana!

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 14, 2020 00:06