Ruy Xoconostle W.'s Blog, page 17

May 5, 2018

Mis notas de Cobra Kai

Johnny Lawrence y Daniel LaRusso 34 años más tarde. Algunas rivalidades nunca mueren, ¿eh?Donde explico por qué la primera serie en serio de YouTube Red es una maldita maravilla.Durante muchos años he dicho que hay dos tipos de hombre: los Terry o los Anthony. Quienes no sepan nada de Candy Candy quizá no terminen de entender a qué me refiero, pero la cosa se puede resumir así: Anthony es un tipo que obtiene las cosas por ser noble y virtuoso, y Terry por rudo y descarado. Lo mismo aplica para Riverdale y la dualidad Archie y Reggie (o Carlos, como lo conocíamos acá en México). Y ahora me cae el veinte que el mismo esquema funciona con Daniel LaRusso y Johnny Lawrence, los antagonistas de Karate Kid (1984), pero es algo que nunca habría entendido de no haber surgido esta excepcional secuela-spin off del filme original, Cobra Kai, que produjo Sony y desde este fin de semana puede verse en la plataforma YouTube Red.Karate Kid fue una de esas películas adolescentes de los 80 que nadie vio venir pero que terminaron quedándose para siempre en la memoria colectiva. Es la historia de un lindo y noble chico (un Anthony), el nuevo en la escuela, que es presa de un malvado bully, pero que con la ayuda de un sabio maestro termina conquistando sus miedos, ganando un torneo deportivo y hasta quedándose con la chica.Yo tenía 11 años cuando vi Karate Kid en el cine y me fue imposible no pensar: “Yo quiero ser Daniel-san, yo quiero que me la multitud me aplauda así y quedarme también con la rubia” (la rubia a la que me refiero es Elisabeth Shue, crush instantáneo ochentero de varios que vivimos en los años Stranger Things). Karate Kid es una historia de triunfo, pero del triunfo de los improbables, de los underdogs, de todos esos chicos que en la secundaria y la prepa no tienen una oportunidad de ser reconocidos porque son demasiado tetos o demasiado nerdos o demasiado bonitos o demasiado nobles. La historia de Daniel-san nos enseñó que ser “grandes” en la vida era posible para todos sin necesidad de hacer trampas.¿Qué pasa, sin embargo, con Johnny Lawrence? Durante décadas, el personaje del bully, ese perverso wero del sectario dojo Cobra Kai Karate, había funcionado como una pieza básica pero simple en la historia, alguien con solo una función, la de ayudar a instalar la moraleja: al final los villanos siempre, siempre pagan. Incluso cuando Johnny le otorga el trofeo a Daniel al final del filme, en un gesto bondadoso, muchos de nosotros simplemente no nos la tragamos. ¿A poco Johnny superó su derrota así tal cual?Cobra Kai parte de la suposición de que, nah, Johnny nunca superó nada: ¿qué fue de la vida de Johnny Lawrence y cómo lo afectó esa derrota? En el universo de Karate Kid, Daniel LaRusso se transformó en un exitoso empresario, y Johnny Lawrence en un perdedor, un borrachín que apenas y tiene dinero para comer.Esta suposición es sorprendentemente rica y abre múltiples caminos. Resulta que Johhny es un tipo atrapado en el pasado (solo escucha metal y hard rock ochentero), un chavorruco amargado pero también lleno de eso que llaman “tough love”. Es más gracioso y sensible de lo que pensábamos. Resulta que tuvo un padrastro culero. Resulta que era un debilucho que encontró en Cobra Kai y su sensei fuerza y determinación para navegar por esos difíciles años escolares. Johnny Lawrence no es solo ese personaje bidimensional que vimos en Karate Kid. No: Johnny Lawrence es a su modo la personificación de un Terry, un personaje más complejo y lleno de sutilezas. Wow.Así, en uno de los mejores momentos de esta primera temporada de Cobra Kai, Johnny le cuenta a su pupilo su versión de las cosas: sin deberla ni temerla, un día el chico nuevo (Daniel) llegó a flirtear con su novia (fact), tiró el primer golpe (fact), luego lo trolleó en una fiesta (fact). Hay muy poca objetividad en sus palabras, pues todos sabemos que Johnny Lawrence en Karate Kid estaba demasiado lleno de su propia soberbia (campeón de karate, héroe escolar, novio de la chica popular), pero también es delicioso pararse desde otro ángulo y ver que, bueno, Daniel LaRusso también fue un douchebag.La redención de Johnny Lawrence se echa a andar. Y no podría ser más satisfactoria.Pero hay más: el propio William Zabka ha dicho que su personaje es “una persona análoga en una era digital”. Johnny escucha Poison en su horrendo deportivo ochentero, no tiene Facebook y se pitorrea de esta “pussy generation”, tan preocupada por ser incluyente y políticamente correcta. Por ejemplo, el campeón de karate actual en Cobra Kai toma el micrófono en pleno torneo y hace un llamado a terminar con el odio en el mundo y pide un minuto de silencio. Otro personaje cuestiona los pesados e insensibles comentarios de sensei Lawrence, y termina abandonando el dojo. Una pussy generation, sin duda.Este planteamiento es humorístico pero está ejecutado con finura: contrapone las cosas que a nadie le causaban ruido en los 80 (¡misoginia, violencia, racismo!) con las obsesiones liberales de los 2010 (¡feminismo, tolerancia, diversidad!). La actualización del universo de Karate Kid es sorprendente: el humor es muy actual pero a la vez hay múltiples guiños al filme original, se espejean momentos y situaciones (el flacucho adoptado por un sensei, el bully y sus amigotes, la tensión de la primera cita y el primer beso); en otras ocasiones hay francas burlas de momentos icónicos (como Daniel sobándose las manos para curar a su pupilo) y en algunas pequeños homenajes (las tomas al logo de Cobra Kai Karate o esa secuencia de entrenamiento con una puesta de sol de fondo). La dosificación de todos estos momentos es brillante.Y algunas situaciones son honestamente ridículas, como que en dos episodios alguien pase de cero-karate a cinta-negra. O las forzadas relaciones entre los hijos miembros de las nuevas generaciones. Si acaso, se siente que todo sucede muy rápido y sin demasiadas explicaciones. Lo cual me hace pensar que Cobra Kai está más hecha para una audiencia que necesita velocidad y se desespera cuando las cosas son “lentas” (cada uno de los 10 episodios de la primera temporada dura 30 minutos).Cobra Kai es la primera serie original de YouTube que promete ser un gran éxito. Ver a Ralph Macchio y William Zabka repetir sus papeles 34 años más tarde es suficiente gancho para abrir una cuenta de YouTube Red, pero son los ecos a la historia original, actualizados para una audiencia de 2018, los que hacen de esta serie un win total.Personalmente, la historia de Johnny y Daniel tres décadas después, me puso a pensar en otras cosas. Recuerdo que la vida fluia sin demasiadas preocupaciones en 1984, todo era nuevo y emocionante, y le dedicaba muy poco tiempo a pensar en el futuro. Ver a estos dos iconos de juventud, viejos pero aún enteros, me ha puesto en un mood melancólico. ¿El camino que elegimos en nuestra juventud fue el correcto, hemos llegado al middle age como deseábamos o demasiadas cosas se torcieron en el camino? ¿En perspectiva soy más Terry o Anthony o Archie o Reggie o Daniel o Johnny? No lo sé, pero me queda claro que siempre hay redención. Ese es el pensamiento, y no la nostalgia, lo que más me ha hecho sonreír desde que comencé a maratonear sin parar la maravillosa Cobra Kai.

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Published on May 05, 2018 07:47

April 29, 2018

Mis notas de Avengers: Infinity War

Con spoilers, muuuuuchos spoilers. Están advertidos.Primero, debo sacarme esto del sistema: me divertí cabrón con Infinity War, la sufrí un chingo y reí más que en muchas películas de Marvel Studios. ¿Mi problema? No me gustan los finales tristes. ¡Y no me gusta que triunfe el mal!Supongo que muchos ven ese final de Infinity War como OTRA INNOVACIÓN DE DISNEY AL MUNDO DEL ENTRETENIMIENTO, pero lo que tengo que decir es puramente personal: a mí este tipo de filmes no me hacen sentir bien en el corazón. Tampoco es la primera vez que sucede en el cine. En Revenge of the Sith se madrean a Yoda, Palpatine se hace del control de la galaxia y Lord Vader nace entre la ira y el rencor —bueno, pero el filme no es remotamente bueno, y en la escena final se nos indica que una nueva esperanza llegó en forma de bebé a Tatooine. En Alien Covenant, el personaje de Michael Fassbender gana todo al final —de acuerdo, esa película también es una chingadera, así es que cuenta muy poco. En The Usual Suspects el personaje de Keyser Söze es equivalente a Thanos, pero se sale con la suya con tal elegancia que es simplemente inolvidable. Creo que Infinity War me hizo sentir un poco (dije “un poco”, ¿eh?) como Se7en: llega un momento en el que el triunfo del villano se siente como algo EQUIVOCADO. No quería que la cabeza de Gwyneth terminara en una caja del mismo modo que no quería ver a Spider-Man disolverse en la nada. Me cagó, simple y sencillamente… me cagó.Mi hija lloró cuando pasó lo de Spidey. Mal.Mi principal problema es que no me pareció, a pesar de las dos grandes peleas que suceden hacia el final del filme, una resolución heroica. Estoy a favor del romanticismo de las “victorias pírricas” en la ficción (si quieren saber qué es una victoria pírrica, lean aquí), pero no de las victorias de los villanos. 300: ese es un triste final que resulta ser una victoria pírrica. Además, al final sale este tipo y dice dos o tres cosas que nos hacen sentir mejor:No, esto no es Empire Strikes Back: no hay una esperanza al final (Lando y Chewie van a intentar rescatar a Han, Luke con una mano nueva mirando la espiral galáctica abrazado de Leia), solo el vacío y el terror. Los héroes pierden y, de nuevo, el mal triunfa. Aunque ustedes me dirán que Thanos no es particularmente malvado, ¡tiene sus motivos para ser como es!Thanos es un gran villano, y la razón por la que me atrae es porque ha sido adaptado a estos tiempos que vivimos. En los días de la post-verdad, en los que un tipo como Trump desafía lo que un presidente convencional dice y hace, y legitima a diario los “hechos alternativos”, en un mundo donde hay gente que piensa que la NASA nunca llegó a la Luna, la Tierra es plana, las vacunas son una conspiración del gobierno y AMLO es “un peligro para México”, no debe de sorprendernos la existencia de un villano con un discurso manipulador como Thanos. Sí, es caricaturesco (al final de todo estamos viendo un personaje de historieta), pero también convincente: más de uno pensará “Thanos no es tan malo, además no es el típico supervillano que solo quiere destruir por destruir o matar por matar”.Pero lo es. La única que parece tener claridad con esto es Gamora, cuyo trágico destino me pareció un gran y atinado momento en la película. Nunca fui fan de ella, pero su propósito aquí es conectarnos con el lado, ejem, “humano” de Thanos.Infinity War tiene varios frentes abiertos: el de los Guardianes de la Galaxia, el de los Sherlock Holmes y el de Vision y sus amigos. El más disfrutable es el de los Guardianes de la Galaxia, con su duelo Peter Quill vs Thor, la naca sagacidad de Rocket (lo amo, ese cabrón es mi favorito) o el absurdo episodio con un súper Tyrion Lannister tratando de forjar un hacha. No que los otros no sean tampoco disfrutables: la pelea de egos entre Stephen Strange y Tony Stark es deliciosa, Spider-Man es un buen personaje secundario (más un “gimmick”, un pretexto para tenerlo ahí que alguien con algún tipo de relevancia en la historia) y del lado de Wakanda todo es muy dinámico y espectacular. Todos los personajes del MCU tienen su pedacito de acción, su línea: Black Widow (con un peinado y color nuevo) rompe madres, el drama de telenovela entre la Bruja Escarlata y The Vision alcanza niveles trágicos, Bruce Banner se vuelve un rolling gag al no poder manifestar a Hulk.Infinity War es un triunfo de Marvel Studios porque pone a muchos, a demasiados personajes en escena y no perece en su intento. Al contrario: tiene coherencia. La razón, a diferencia del desastre de Age of Ultron, es que a pesar de que mucho sucede en pantalla, la premisa, el plot es muy simple: Thanos va en busca de las Gemas del Infinito y nuestros héroes buscan detenerlo. Eso es todo.En este sentido, una duda/queja: ¿por qué no vimos a Thanos intentando capturar las gemas en otros momentos de los diez años del MCU, por qué en una sola película obtiene seis de las siete? ¿Si ya sabía que The Collector tenía una gema, ¿por qué no fue antes a putearlo y quitársela (sobre todo si era tan fácil)? ¿Qué diablos estaba esperando?Amé el cameo de Calavera Roja. ¡Justo hace poco en el podcast de Patreon nos quejábamos de haber visto muy poco de este gran villano clásico!Como ya hemos establecido, el final es un shocker, pero no es la primera vez que Marvel hace reboot de sus propiedades. En el pasado, Age of Apocalypse y House of M han sido historias masivas de exterminio con líneas de tiempo alternas. Muchas opciones existen aquí, de lo geeky a lo absurdo: quizá esto que vimos sucedió en una Tierra paralela, todo es un sueño de Jarvis, alguien obtiene la gema del tiempo y regresa las cosas a su estado original, Captain Marvel viene de algún lado de la galaxia y resuelve todo. Wink wink.body[data-twttr-rendered="true"] {background-color: transparent;}.twitter-tweet {margin: auto !important;}

Happy #InternationalWomensDay to this amazing hero!

 — @captainmarvel

Más allá de producir teorías de fan, lo que es evidente para mí es la “gameofthronización” del universo Marvel: hay una segunda parte de Infinity War (aún sin título) programada para mayo de 2019 donde conoceremos el destino final de los Vengadores. Disney está cerrando con broche de oro la franquicia, eso ya lo sabemos, pero quiere tenernos un año especulando sobre lo que sigue —lo mismo que tan hábil y despiadadamente ha hecho Game of Thrones. Este tweet que me pusieron ayer resume muy bien el sentimiento:body[data-twttr-rendered="true"] {background-color: transparent;}.twitter-tweet {margin: auto !important;}

@Ruys te imaginas que nadie reviva, que nada se corriga y la próxima avengers sea una película de venganza?

 — @SemillaDelMal

Infinity War me hizo reír mucho. La amenaza de Thanos, el único supervillano que en verdad ha hecho sudar a los Vengadores, me puso muy nervioso. Creo que el filme es muy entretenido, pero no salí maravillado. Por supuesto, pienso que el final es muy ingenioso, pero no es lo que me gusta ver en el cine. Cuando este tipo de cosas suceden, solo quiero alejarme de la sala, buscar un lugar donde tomar una cerveza o un helado, relajarme y pensar en mejores días.

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Published on April 29, 2018 07:16

April 13, 2018

Para no indignarse con las opiniones ajenas

Lo moderno es aprender a callarlas.

¿Las opiniones de amigos, coworkers y familiares le indignan? El rango es amplio: del feminismo a la política nacional, nadie quiere tener que exponer sus ideas y rebajarse a tratar de “entender” una postura opuesta que no nos gusta ni nos interesa. ¡Ánimo! Ante la hueva suprema que nos produce tener debates con amigos y conocidos cuyas ideas sean distintas a las nuestras, la era digital nos ofrece:

Chats privados para hablar pestes de las ideas de amigos y conocidos con otros amigos y conocidos.El unfollow, herramienta que permite dejar de ver casi por completo las publicaciones de alguien. No es elegante, pues deja claras tus intenciones.El mute, que a diferencia del unfollow, manda el mensaje “aún somos amigos, pero no me interesa saber nada de ti”.El block, un “no quiero más de ti” duro y definitivo —al menos hasta que se aplique el unblock.El GIF: ideal para responder de forma pasiva-agresiva, y sin comprometer una postura.El “tú sabes quién eres”: una mención sin mencionar, acobardada, críptica y pestilente.

Así, gracias a estas herramientas de la vida moderna, podemos vivir encerrados en nuestras burbujas sin cruzar opiniones que lejos de retarnos solo nos molestan, seguros y confiados de que nuestra verdad es única e inmutable. En suma: “El prójimo es un pendejo, sus opiniones, basura, y no me interesa cambiar de opinión al respecto”.

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Published on April 13, 2018 07:53

March 30, 2018

Mis notas de Ready Player One

¡Hasta el póster tiene un easter egg!(Incluye spoilers)Ready Player One es adorable, es muy emocional y divertida, y un gran regalo para los ojos de todos los que amamos la cultura geek, el cine y los videojuegos. Sin embargo, los caminos que tomó la novela me agradan más que los que tomó Spielberg en su película. Por eso, tengo que sonar como el clásico payaso que dice “me quedo con el libro”.RPO de Ernest Cline es el viaje de un nerd, el hero’s journey de Wade Watts, un tipo improbable que conquista Oasis. Por un lado, los retos a los que se enfrenta son más complejos (en el filme no hay nada de la secuencia del 2112 de Rush, por ejemplo), y un par de momentos clave en el libro (el escape de IOI y el duelo con Mechagodzilla) se sienten como parte del “coming of age” de Parzival. En el filme, estos dos clímax son llevados a cabo por Art3mis.Me explico: Spielberg, con un guión de Zak Penn y el propio Cline, optaron por repartir los momentos heroicos en RPO, y darle a Art3mis una personalidad como de tipa-ruda-que-no-se-achica-ante-los-momentos-de-definición. Todo bien, pues es un personaje chingón, pero prefiero el enfoque del libro, donde realmente lo que estamos leyendo es el viaje propio y privado de Parzival (también es él quien nos cuenta todo en primera persona, así es que podemos especular que está exagerando las cosas como realmente sucedieron).Sorrento es interpretado por Ben Mendelsohn, el villano cliché chingón de esta década (como lo fue Kurtwood Smith en los 80), y lo hace muy bien, pero me parece que sus motivaciones corporativas han sido exageradas. A mi modo de ver, Sorrento es un douchebag que hace lo que hace por poder, no solo por el dinero o el triunfo de IOI. Según yo, Sorrento no desprecia tanto la cultura pop en el libro; en el filme, sin embargo, su estilo n00b funciona. Es un cláaaaasico villano spielberguiano: insensible al mundo de fantasía de los personajes principales (dos casos de villanos en esa guisa son el Sargento Nagata de Empire of the Sun y “Keys”, el antagonista de E.T.).Hablemos un poco de Art3mis: la chica es más normal que guapa, lo cual me parece tiene consistencia con el libro. Mi principal problema, y esto sí es una queja, es que ella aparece demasiado pronto en la historia. En el libro, Art3mis se revela prácticamente en las últimas páginas —ese momento, cuando Parzival finalmente la conoce, sin duda fue el más emotivo. A su manera, RPO es una historia de “boy meets girl” y también una de las razones por las que él sale a conquistar el Huevo, creo, es por ella: porque es su amor platónico, porque es la chica con la que él ha soñado siempre. El hecho de que Spielberg nos la haya presentado con tanta anticipación no mató del todo ese feeling, pero sí la gran sorpresa de ver su cara real al final.Hache está increíble. Ya hay blogs progres y chairos quejándose de que el filme omite que es una afroamericana gay, pero el hecho de que Lena Waithe la interprete mata un poco esta conspiración, ¿no? (yo vi primero a Waithe en Master of None y sí, podemos confirmar que es un afroamericana súper gay, por si les quedaban dudas).Ahora, la sabrosura: el filme se ve increíble, y en especial esa carrera del inicio es un deleite visual incomparable. Los easter eggs son tantos y tan maravillosos que es complicado llevar la cuenta: el Gigante de Hierro, las TMNT, Duke Nukem, Master Chief, Robocop, Freddy Krueger, el Batimóvil modelo 66, la moto de Kaneda, Beetlejuice, el hechizo de Merlín en Excalibur, el póster de Goldie Wilson de Back to the Future (y unos setenta más que ya googleé y que me volaron la cabeza). Una maldita delicia.¿Y las propiedades de Disney? Me huele a que un apestoso abogado de Disney prohibió que se usaran las propiedades de Star Wars en RPO. ¿Dónde VERGAS ESTÁ LA X-WING DE PARZIVAL?Amé que sí apareciera Adventure de Atari. Yo tenía ese juego 
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Published on March 30, 2018 21:08

March 19, 2018

3 cosas que hacen crashear a los mexicanos

Las bebidas frías

Las bebidas en México no se sirven frías, “frío” es el tipo de sexy que no acostumbramos de este lado del Río Bravo: si pides un refresco, es común que te lo traigan “al tiempo”. Si pides una cerveza y no está fría (“mojada no es igual que fría”, tengo años argumentando cuando las sacan de todos esos mediocres refris como de adorno o de hieleras… sin hielo), y la regresas argumentando su pequeño problema de temperatura, es normal recibir el tratamiento del “yo sí la siento fría”. Pedir un vaso de hielos es igualmente frustrante: a veces llegan con dos o tres hielitos, ¡a veces con uno! Uno que viaja a Estados Unidos desde niño (y no es por esnob: en mi familia materna el viaje a Laredo o McAllen desde la natal Saltillo, Coah., de mi madre era el roadtrip infaltable en veranos y navidades) nomás no se acostumbra a estas miserias con los hielos. Los mexicanos no sabemos manejarnos con las bebidas frías, no es lo nuestro. No en balde el tequila se sirve al tiempo, saben.

Disclaimer: mi bar de cabecera siempre tiene cerveza de barril fría.

El cambio

El cambio en México es responsabilidad del consumidor, no del tipo de la caja o el establecimiento. “Huy jefe, ¿no tendrá cambio?” es la cara que recibimos constantemente ante la insolente idea de pedir cambio al pagar por algo. Me ha tocado “la jeta” al tratar de pagar $30 pesos con un billete de $50 o escuchar el dictamen de “no es mi trabajo tener cambio”. La sabiduría del commuter nacional dicta que si te subes a un taxi debes “ir preparado” con cambio, pues es probable que el Sr. Taxista desee su pago exacto. Al pedir comida a domicilio, es normal que el señor que tome tu orden haga la pregunta de rigor: “¿De cuánto le mando cambio?” (Al menos se toman la molestia). Se entiende que nadie quiere cargar con mucho metal en los bolsillos o con esas moneditas de 50 centavos (les llaman “monjitas” porque nadie las quiere coger —that’s sexist), y a veces eso se usa de pretexto para desalentar el uso de cambio: “Tengo puras de a un 1 peso” —se dice como si las monedas de 1 peso estuvieran poseídas por un espíritu demoníaco. Son demasiados años soportando malos tratos y malas actitudes con el cambio, de sacar un billete de $200 o $500 pesos y recibir a cambio ese rostro escandalizado, inhumanamente estresado, que solo puede farfullar un “HÍJOLE”.

La secularización de las fiestas religiosas

Pasé por primera vez St. Patrick’s Day en Estados Unidos y la experiencia me hizo pensar: “¿Qué tal que en México tomáramos el día de la Virgen de Guadalupe y la convirtiéramos en una fiesta cultural?”. El Día de San Patricio es la solemne conmemoración de la muerte de San Patricio, el santo patrono de Irlanda (y según la tradición el responsable, entre milagro y milagro, de la introducción de la fe católica en la isla), pero es también una celebración de la cultura de aquel país, de los finos e intrincados hilos que hacen a los irlandeses ser irlandeses. Y aquí se pone interesante: lo que conocemos hoy como Irlanda es sin duda la mezcla de la fe cristiana del medievo + la crudeza de sus habitantes originales. A México le pasa algo similar: somos una nación que nació de la combinación de los imperios prehispánicos de antaño + el Nuevo Mundo, que llegó a caballo, con Biblia y carabina en mano. ¿No es la Virgen de Guadalupe la síntesis de este hecho histórico, que hoy deberíamos celebrar? Habrá quien diga que en Irlanda el mestizaje solo fue ideológico, mientras que en México sucedió en carne y hueso, y por lo tanto, con mayor razón, ¿no deberíamos celebrar que no somos ni una ni otra cosa, sino algo nuevo, la endiablada “raza cósmica” de Vasconcelos?

Tiene sentido que se llame a la guadalupana “la madre de todos los mexicanos”, pero yo no veo que esa sea una idea en la que todos coincidamos. Mis amigos liberales, ateos en buena medida, ven las peregrinaciones guadalupanas como un acto de ignorancia, una oportunidad para burlarse del catolicismo o quejarse del tráfico o de que sus perros y gatos no pueden dormir por los “cuetes”. Del otro lado, la idea de convertir el 12 de diciembre en un pretexto para salir a festejar nuestra identidad (¡aún con más fuerza que el 16 de septiembre!), de bailar en las calles, beber, disfrazarnos y gozar, claramente es un insulto a las más puras tradiciones religiosas, al solemne acto de cantarle a la virgencita en su cumpleaños y declararnos devotos en una forma tradicional, mesurada, respetuosa y, claro, pedinche (porque si para algo sirve la Virgen es para recibir peticiones y solicitudes de milagros).

St. Patrick’s Day me hizo experimentar una fiesta originalmente religiosa que hoy día toma las calles, los parques, las iglesias y los bares por igual: una en la que la gente se da permiso de ser extravagante por un día y de salir a celebrar el orgullo: sí, es ridículo; sí, es excesivo, pero suena más genuino que una fiesta religiosa que solo nos divide.

En otros países son más hábiles para trasladar lo religioso a lo secular, para traducir lo místico a lo cultural. Aquí no: aquí nos quedamos trabados, seamos profundamente ateos o profundamente devotos, y solo peleamos o somos cínicos o necios y dejamos que nuestra cultura avance. La discusión es la misma, la misma, la misma, siempre, cada año, la misma, la misma, la misma.

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Published on March 19, 2018 16:57

Quizá las mujeres no fueron suficiente

El 26 de febrero, durante Retroish, mi programa de los lunes, alguien mencionó esta frase de la película Fight Club:

We’re a generation of men raised by women. I’m wondering if another woman is really the answer we need.

En el libro se lee diferente, pero al final el resultado es el mismo. ¿Dónde están los hombres cuando se les necesita? Ayer mencionaba en el podcast una lectura que hice de la maravillosa entrevista a Chuck Palahniuk que leí el año pasado: el primer padre es aquel que nos da la vida, que nos provee los genes, el color de piel, la alopecia (o no), la cantidad de pelo en pecho. Pero el segundo padre, el segundo padre es la pasta: ese es el hombre que nos enseña a ser hombres. Es, en los formatos tradicionales, el tutor, el maestro, el entrenador deportivo, el sacerdote, el sabio consejero. Sí, el lugar del segundo padre lo puede ocupar también el padre original, el biológico. No, el lugar del segundo padre no lo puede ocupar una mujer. Lo digo con el dolor de mi corazón, al ser el hijo de una madre parcialmente soltera, de una mujer que me crió en muy buena medida sola. Le agradezco a ella sus cuidados y sus desvelos, pero lo que yo necesitaba, busqué y encontré en otros sitios era uno o varios segundos padres, los que me enseñaron sobre la vida. A veces fue mi hermano, a veces fue un coach, un maestro de la universidad, a veces mi propio padre biológico. Pero el problema no soy yo, ni esta es una confesión: el problema es el mundo y es la crisis de los hombres, la increíble cantidad de hombres que viven atrapados sin poder decir cómo se sienten, hombres que no saben qué significa ser hombres, hombres en un mundo en el que nos sentimos rodeados por un feminismo tóxico que nos repite todo el tiempo que no servimos de nada, que el planeta estaría mejor sin nosotros, que somos el enemigo. Una fama bien ganada, quizá, pero no por ello menos injusta.

Este post no es concluyente ni es lo único que tengo que decir al respecto.

Acá les dejó el artículo de The New York Times que comenté anoche en Retroish por si quieren darse un clavado a su lectura.

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Published on March 19, 2018 14:39

March 5, 2018

Fui a casa de mi mamá y me encontré en una caja estos pequeños tesoros de otra era: Ocarina of…

Fui a casa de mi mamá y me encontré en una caja estos pequeños tesoros de otra era: Ocarina of Time, Perfect Dark, Mario Party, Rogue Squadron, Link’s Awakening, Shadows of the Empire.

Estos artefactos se han vuelto importantes de un tiempo para acá porque mi hija anda muy fan de Nintendo y Zelda. Le atribuyo parte de su interés a que la canción con la que suele acabar sus videos el Rubius, su youtuber favorito, es una suerte de cover de la melodía de la tiendita de Ocarina of Time (spoiler: yo fui quien le pasó ese fun fact). Pero también parece haber descubierto una fascinación con las cosas de antaño. Pareciera que las décadas de los 80 y 90 le resultan épocas míticas, quizá porque ahí parecen haberse fundado muchas de sus pasiones, las cuales tienen que ver con los videojuegos, el cine, la cultura pop. Supongo que así somos todos a cierta edad: de repente nos cae el veinte de que lo que amamos no nació hoy, que el pasado tiene un valor que no imaginábamos. Son los mitos fundacionales pop: Greedo disparó primero, el truco de las cien vidas en Super Mario Bros., la historia del primer disco que compraste o tu primer concierto en la vida. Para ella, un N64 viejo (“vintage”, que le dicen) es motivo de presumirlo en sus Instagram Stories. ¿Por qué? Porque es un objeto legendario.

Ahora solo falta ver si ese N64 aún funciona.

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Published on March 05, 2018 15:32

February 17, 2018

E.T. (novelización de 1982)

“La nave espacial flotó suavemente, anclada a la tierra por un rayo de luz lavanda”.

Este fue uno de los primeros libros que leí en mi vida: probablemente a mis padres les pareció una buena idea ayudarme a entrar en el mundo de la lectura con una adaptación de una película que me había tenido muy obsesionado (tip: sí es una buena idea). Leer y recrear visualmente las imágenes de una historia que ya conoces, de rostros y lugares familiares facilita el ingreso de las letras en tu cabeza (E.T. el extraterrestre no fue la única “novelización” de un filme que consumí en esa época, también me sumergí en el libro de Furia de Titanes, otra película que adoré cuando niño). Tengo apenas el vago recuerdo de esta lectura, pero sí guardo en mi memoria que fue algo importante, algo que amé mucho.

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Published on February 17, 2018 17:19

February 10, 2018

Frank Frazetta, 1977

Este libro deambuló años en mi casa, y antes de que mi madre lo tirara a la basura, decidí adoptarlo definitivamente. Es una edición de 1977 de Bantam Books, una filial de Ballantine Books, la casa editorial que se hizo famosa por publicar libros de fantasía y SciFi en los 1950 —al parecer este volumen fue editado en persona por Betty Ballantine, de hecho. Frank Frazetta, artista estadounidense que murió en 2010, es una joya de museo que pertenece a otra época: hoy día su sexualización de los cuerpos seguramente le ganaría muchos enemigos, por no hablar de la objetificación de la mujer, cuyo rol en sus ilustraciones muchas veces es meramente decorativo, en ocasiones es el punto focal del drama y en otras, bueno, solo el de la “damisela en peligro” mientras un puñado de bárbaros luchan con espadas cubiertas de sangre. Desde niño vi este tipo de ilustraciones con naturalidad (y también las de ese otro genio de los 70, Boris Vallejo —y no puedo dejar de mencionar a Michael Whelan, quien realizara el arte del álbum Bat Out of Hell de Meat Loaf, también de es época) por virtud de mi hermano, quien siempre tuvo un fantástico ojo para traer a la casa artículos geeks de fayuca, material que probablemente en otras casas prohibirían. Pero no en la mía: mi padre era un gran aficionado de la ciencia ficción y un liberal que se reía de la mojigatería ajena, así es que dudo que el trabajo de Frazetta le provocara algún problema. Las ilustraciones que aquí incluyo son un compendio estrafalario de mundos, criaturas y cuerpos irreales: el arte de portada del volumen que aparece al principio de este post se titula “Dark Kingdom”.

De izquierda a derecha: “The Moonmaid”, una nalgona cabalgando un centauro; le sigue una escena de El Señor de los Anillos —presumiblemente cuando el Nazgûl vs Eowyn se baten en duelo – fabulosamente trazada en blanco y negro. La siguiente se llama “The Birdman” y la última de este post, “The Ghoul Queen”. ¿Hermosas todas, no?

Frank Frazetta, 1977 was originally published in Ruy Xoconostle W. on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.

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Published on February 10, 2018 14:50

January 28, 2018

A Ruys le gusta escribir libros. A veces de ciencia ficción, a veces de gente suburbana neurótica.

A Ruys le gusta escribir libros. A veces de ciencia ficción, a veces de gente suburbana neurótica.

A la fecha ha publicado ocho:

Pixie en los suburbios (Planeta/Joaquín Mortiz, 2001), Miller y Giménez (Planeta/Joaquín Mortiz, 2003), La vida sin Pixie (Planeta/Joaquín Mortiz, 2005), Pixie y los románticos de clóset (Penguin Random House, 2009 — publicado originalmente como Pixie 3), Hackers de arcoíris, vol. I — Código: Garuda (Amazon KDP, 2011 y Lulu Press, 2012), Hackers de arcoíris, vol. II — Código: Indra (Amazon KDP, 2013 y Lulu Press, 2014), Hackers del fin del mundo: Operación Overlook (Planeta/Destino, 2015) y Hackers de arcoíris, vol. III — Código: Shiva (Amazon KDP, 2016). Este es el listado definitivo de todos los libros que ha escrito a la fecha (incluye publicados e inéditos).

Es aficionado de los Dallas Cowboys, la cerveza y los videojuegos, y podcastea semanalmente sobre cultura pop en El Hype.

A Ruys le gusta escribir libros. A veces de ciencia ficción, a veces de gente suburbana neurótica. was originally published in rx.com on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.

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Published on January 28, 2018 22:37