Silvia Zuleta Romano's Blog, page 22
May 19, 2016
Construir una novela: 7 lecciones que aprendí y algunas palabras como lectora
Llevaba tiempo queriendo escribir en el blog pero por una u otra razón no he sido capaz de sentarme un minuto. La contradicción (título provisional de mi segunda novela) avanza lentamente. He leído la primera versión en papel y ahora toca pasar todas esas correcciones (que son muchas) a la computadora. Me ha pasado algo curioso. El principio y el final se me atascan. Es como si la historia se volviera espesa. El problema está más en las formas que en el contenido. Ya he dicho en otros posts que me resulta difícil escribir un final. En efecto, la vida es un continuo de sucesos sin fin lo que genera que los finales resulten un poco artificiales. Me plantee en su momento dedicarme a escribir sagas o mini series pero ya sabemos lo que pasa con ese formato. Al final, las historias decaen y siempre nos terminará acosando la misma pregunta ¿Dónde poner el punto final? Tenemos en la cabeza demasiados ejemplos de series que degeneran después de la primera temporada. Y ahí entran los malditos dilemas humanos. ¿Matamos una historia cuando esté en la gloria? ¿O la obligamos a languidecer lenta y penosamente? El capitalismo aquí también hace de las suyas y a menudo lo tuerce todo. Me viene a la mente la saga Wallander de Henning Mankell. Para mi una de las mejores sagas policiales. Sin embargo, las ultimas novelas eran de una calidad…cuestionable (no quiero revelar nada). ¿Fue culpa del autor? No lo sabemos pero sí sabemos que su éxito se lo debe a esa saga y gracias a ella se volvió conocido en todo el mundo. Es por eso mismo que pocos recordarán que escribió El chino, una obra única y singular. Sin segundas partes. Para mi, perfecta y, sin embargo, lo que le ha otorgado fama al autor fue su Comisario Wallander. Podríamos buscar culpables o indagar en lo que debió hacer Mankell para evitar que degenerase la historia policial ¿debió matar la gallina de huevos de oro mucho antes? Nunca lo sabremos. Los momentos de los finales son insondables.Sin embargo, los comienzos de las novelas son igual de problemáticos: ¿Cómo determinar donde comienza una historia? ¿Debemos empezar por un hecho fortuito? ¿Una acción contundente? ¿Una pesada descripción? Soy consciente de que el éxito de mi novela depende en parte de este comienzo. Tener un mal final no penaliza: el lector ya se ha tragado tu historia y es posible que, aun así, recomiende tu novela. Pero si comienzas mal, por más que defiendas la historia vehemente, estás muerto. El lector no querrá continuar leyendo y eso es peor que tragarse una historia y hacer una serie de críticas. En efecto, las primeras páginas de mi novela han sido retocadas en numerosas ocasiones. No me convencen. No me atrapan. No me enamoran.En cuanto a mis lecturas, ya sabrán que he terminado mi etapa Franzen que concluyo con alivio. Después de haberme dado la panzada de leer sus tres obras seguidas (hace mucho que no hacía esto con un autor) siento el bálsamo del lector comprometido que ha terminado su labor al mismo tiempo que experimento un vacío importante. Los personajes de Franzen son fascinantes así como insoportables (aquí puedes leer mi reseña sobre Pureza, su última novela)
De estos tres libros que me regalaron en las fiestas, lei los dos de Franzen, el del medio lo perdí aunque dicen que es entretenido.
Pero hay algo más: ya saben que puse a parir su última novela. No me malinterpreten. No me gusta hablar mal de la obra de nadie pero dado que Franzen es un buen escritor y que ya ha triunfado ampliamente con sus dos novelas anteriores, me veo legitimada a expresar mi disconformidad sin que con ello mine su moral. Probablemente, ni sus lectores ni él leerán mi reseña. Pero lo que quería poner de manifiesto es que sentí cierto alivio al constatar que incluso un gran autor puede escribir una chapuza. Al fin y al cabo los que llevábamos menos tiempo en esto a menudo nos sentimos desmoralizados ante una gran obra. Pues eso, Pureza no es una gran obra y entonces, desde mi pequeño rincón de escritora independiente me reafirmo en mi empeño de seguir escribiendo. Ya ven, qué simple y rudimentaria es la la psiquis humana, señores.
Lo siento, hoy este post va en plan relajado y un poco neurótico. Solo cierro dejándoles unas máximas que extraigo desde mi humilde camino. No imiten. No repliquen que todo esto es muy subjetivo.1. Una vez escrita tu novela. Trabaja hasta la extenuación el comienzo. Es casi más importante que el final. Te dará visibilidad. ¿Un ejemplo? Te sorprenderá pero soy una de las pocas personas que se ha tomado el trabajo de leer El padrino de Mario Puzo antes de ver la película. Estamos de acuerdo en que no es una obra magistral pero cumple de sobra con las dos premisas que le pido a una novela: que enganche y que entretenga. Pues el comienzo invita a seguir leyendo desde el minuto 1. Directo. Al grano. Sin descripciones absurdas. 2. Intenta que cada capítulo sirva de gancho para leer el siguiente. Esto ayuda a que la historia tenga un hilo conductor claro. Claramente Pureza no cumple con esta premisa y fue la causa de que estuviera varias veces a punto de dejar la novela. No veía los nexos. Me perdía. Me aburría. 3. Durante el proceso creativo lee novelas que te inspiren. No necesariamente tienen que ser buenas. Incluso las malas sirven, en especial para subir la moral (y aprender de los errores ajenos). 4. Los blogs de autores autopublicados son entretenidos… al principio. Te dan pautas sobre el mundo que te toca enfrentar pero luego haz tu propio camino. Cada vida es diferente y el contexto inmediato influye mucho en los resultados. Esos que a veces nadie cuenta en un blog. Lo digo porque a menudo se pueden crear falsas expectativas. No nos adocenemos. A mí personalmente, me gusta compartir el conocimiento pero no necesariamente para que sea replicado es solo un punto de vista más sobre la vida. 5. Deja respirar la obra. Yo hago pausas de varias semanas para vaciar la mente de la historia. A mí me resulta. Cuando la agarro estoy mucho más motivada. Y hasta me sorprendo. 6. Escribe con la mente. Me refiero a que a veces tenemos poco tiempo para escribir pero es fácil imaginar posibles argumentos mientras hacemos otras cosas. Esto parece una estupidez pero se gana bastante tiempo: cuando te sientes a escribir irás al grano. 7. No caigas en la falsa creencia de que se puede escribir en lugares públicos y concurridos. Créeme lo he intentado. El mundo sirve para inspirarse y yo creo que un escritor debe ser parte activa de la vida cotidiana pero la tarea de escribir es muy mental y requiere de concentración. O al menos, eso me pasa a mí. Es lo más parecido a ponerte a hacer ejercicios de matemáticas sin parar. Está bien que el profesor te explique y que te juntes con tus compañeros a compartir dilemas pero las conexiones en la mente las tienes que hacer tú. Los miles de vínculos que requiere una novela solo pueden pensarse profundamente en soledad. 8. Y enlazando con lo anterior: me encantan los bares, señores, pero solo sirven para dos cosas: corregir en papel e inspirarse. Es decir, observar a los borrachos atentamente. Emborracharse es una tercera opción muy interesante pero probablemente tu productividad bajará ostensiblemente.
Los dejo. El sol de primavera promete. Tengo una cita con los mirlos de la sierra.
De estos tres libros que me regalaron en las fiestas, lei los dos de Franzen, el del medio lo perdí aunque dicen que es entretenido.Pero hay algo más: ya saben que puse a parir su última novela. No me malinterpreten. No me gusta hablar mal de la obra de nadie pero dado que Franzen es un buen escritor y que ya ha triunfado ampliamente con sus dos novelas anteriores, me veo legitimada a expresar mi disconformidad sin que con ello mine su moral. Probablemente, ni sus lectores ni él leerán mi reseña. Pero lo que quería poner de manifiesto es que sentí cierto alivio al constatar que incluso un gran autor puede escribir una chapuza. Al fin y al cabo los que llevábamos menos tiempo en esto a menudo nos sentimos desmoralizados ante una gran obra. Pues eso, Pureza no es una gran obra y entonces, desde mi pequeño rincón de escritora independiente me reafirmo en mi empeño de seguir escribiendo. Ya ven, qué simple y rudimentaria es la la psiquis humana, señores.
Lo siento, hoy este post va en plan relajado y un poco neurótico. Solo cierro dejándoles unas máximas que extraigo desde mi humilde camino. No imiten. No repliquen que todo esto es muy subjetivo.1. Una vez escrita tu novela. Trabaja hasta la extenuación el comienzo. Es casi más importante que el final. Te dará visibilidad. ¿Un ejemplo? Te sorprenderá pero soy una de las pocas personas que se ha tomado el trabajo de leer El padrino de Mario Puzo antes de ver la película. Estamos de acuerdo en que no es una obra magistral pero cumple de sobra con las dos premisas que le pido a una novela: que enganche y que entretenga. Pues el comienzo invita a seguir leyendo desde el minuto 1. Directo. Al grano. Sin descripciones absurdas. 2. Intenta que cada capítulo sirva de gancho para leer el siguiente. Esto ayuda a que la historia tenga un hilo conductor claro. Claramente Pureza no cumple con esta premisa y fue la causa de que estuviera varias veces a punto de dejar la novela. No veía los nexos. Me perdía. Me aburría. 3. Durante el proceso creativo lee novelas que te inspiren. No necesariamente tienen que ser buenas. Incluso las malas sirven, en especial para subir la moral (y aprender de los errores ajenos). 4. Los blogs de autores autopublicados son entretenidos… al principio. Te dan pautas sobre el mundo que te toca enfrentar pero luego haz tu propio camino. Cada vida es diferente y el contexto inmediato influye mucho en los resultados. Esos que a veces nadie cuenta en un blog. Lo digo porque a menudo se pueden crear falsas expectativas. No nos adocenemos. A mí personalmente, me gusta compartir el conocimiento pero no necesariamente para que sea replicado es solo un punto de vista más sobre la vida. 5. Deja respirar la obra. Yo hago pausas de varias semanas para vaciar la mente de la historia. A mí me resulta. Cuando la agarro estoy mucho más motivada. Y hasta me sorprendo. 6. Escribe con la mente. Me refiero a que a veces tenemos poco tiempo para escribir pero es fácil imaginar posibles argumentos mientras hacemos otras cosas. Esto parece una estupidez pero se gana bastante tiempo: cuando te sientes a escribir irás al grano. 7. No caigas en la falsa creencia de que se puede escribir en lugares públicos y concurridos. Créeme lo he intentado. El mundo sirve para inspirarse y yo creo que un escritor debe ser parte activa de la vida cotidiana pero la tarea de escribir es muy mental y requiere de concentración. O al menos, eso me pasa a mí. Es lo más parecido a ponerte a hacer ejercicios de matemáticas sin parar. Está bien que el profesor te explique y que te juntes con tus compañeros a compartir dilemas pero las conexiones en la mente las tienes que hacer tú. Los miles de vínculos que requiere una novela solo pueden pensarse profundamente en soledad. 8. Y enlazando con lo anterior: me encantan los bares, señores, pero solo sirven para dos cosas: corregir en papel e inspirarse. Es decir, observar a los borrachos atentamente. Emborracharse es una tercera opción muy interesante pero probablemente tu productividad bajará ostensiblemente.
Los dejo. El sol de primavera promete. Tengo una cita con los mirlos de la sierra.
Published on May 19, 2016 04:20
January 3, 2016
Construir una novela: 8 elementos para escribir la sinopsis definitiva (4)
Se terminó el año y casi cumplo mis objetivos en tiempo y forma. Creo que tengo la misma sensación que puede tener un corredor de maratón cuando llega último a la meta y todo sudado. Sí, llegué o casi llegué a la meta pero tengo tanto cansancio físico y mental que me impide ver todo este asunto en perspectiva. Es como estar caminando a ciegas por el Amazonas, rodeado de naturaleza y animales al acecho, sin visibilidad y sin saber si sobrevivir consiste en ser listo o simplemente mimetizarse con el ambiente. En cualquier caso, intentaré sacar algunas conclusiones. He trabajado suficientemente mi escaleta como para que tenga una visión global de la novela. Puedo ver de un vistazo, las falencias y virtudes. Puedo darme cuenta de cosas que pertenecen al subconsciente como por qué cuernos escribí esta novela. Qué quiero mostrar. Qué es lo que me mueve a contar una historia y dedicar infinitas horas de mi escaso tiempo a dejar por escrito una obra de ficción. La cuestión de la motivación, en mi caso, responde a la inmediatez. A la circunstancia y a la coyuntura. Soy un producto del presente. Es posible que en unos años o meses, ni siquiera me identifique con estas preocupaciones (es lo que me pasa ahora cuando releo Los viajes sonámbulos). La vida va a mil por hora y no soy capaz de identificarme ni con mi pasado más inmediato. Casi podría decir, sin ánimo de ofender, que tengo bastante repulsión al pasado. Pero volvamos al presente. Antes de adentrarme una vez más en las entrañas de mi novela, he decidido escribir la sinopsis. Esto consiste básicamente en mostrar en una carilla lo que quieres destacar de tu historia para que la gente se sienta motivada a comprar tu libro, o el editor a publicarte. No es un resumen. Es una manera de vender tu historia destacando tus motivaciones y lo que consideres importante.
La sinopsis de Los viajes sonámbulos. Es tu momento de demostrar si realmente eres capaz de seducir a tu audiencia. Es complicado ser un seductor sin mentir pero se puede y una buena sinopsis te puede catapultar al estrellato. Para esto, me he puesto a leer sinopsis de todo tipo. Las hay que dan mucha información y las hay más escuetas. Es decir, están los tímidos que pueden pasar por aburridos y los encantadores de serpientes. Es una pena porque ambos dos terminan decepcionando. Un tímido es una pérdida de tiempo y de recursos para la humanidad. Si eres tan valioso, ¡ten los santos cojones de manifestarte y deja de actuar como una ameba incomprendida! El mundo no quiere a los incomprendidos. Por otra parte, si solo eres un “canta mañanas” puede que logres engañar a algún editor o a algún lector pero solo tropezará con esa piedra una vez y con sus criticas puede terminar por hundir tu reputación. No sale a cuenta. Es como dedicarte a estafar a tus clientes dejando el trabajo a la mitad. A menos que des un golpe maestro y asaltes un banco tampoco compensa el engaño. No te salvará de pobre. Volviendo a las sinopsis. A mí personalmente, me gustan las de Anagrama, son largas pero cuando están bien escritas son geniales. Tusquets también tiene buenas sinopsis, un poco más cortas pero igual de efectivas. Estuve toda la semana pensando en si debía publicar o no mi sinopsis en el blog porque me interesa que otra gente la lea y me de sus impresiones. Creo que no arriesgo demasiado si lo hago y puedo recibir mucho a cambio. En cualquier caso, seguramente no será una sinopsis definitiva porque la novela no está cerrada pero esta primera aproximación me gustaría compartirla con mis lectores. Antes te doy mis tips para que triunfes escribiendo la tuya:
1. Dedica un rato a leer sinopsis de otras novelas. Este es el principal paso que debes dar. Un escritor aprende básicamente por imitación aunque sea de forma inconsciente.2. Como te comentaba antes, sé sincero, no engañes pero tampoco maltrates al lector. Quiérelo. Sedúcelo. 3. No hagas un resumen de toda la historia. No ese el objetivo. Destaca lo que consideres que puede atrapar al lector.4. Utiliza preguntas que puedan gatillar el interés en el lector. A menudo, esta técnica funciona y lo engancha definitivamente.5. No cuentes el final ni brindes demasiada información. Aquí es donde estoy dudando con la mía. Temo dar demasiados datos y que la sinopsis me quede un poco farragosa.6. Relata en presente y no seas literario. Limítate a dar información. Sé eficiente.7. Imagina que está contando la historia a un niño. Usa un lenguaje sencillo. No te líes.8. Si tienes un editor no pierdas el tiempo. Son ellos los que suelen escribir las sinopsis de los libros. Confía en ellos. Estos consejos son para los que se publican a sí mismos.
No quiero cansar al lector. En mi próxima entrega te prometo que publicaré mi sinopsis. Tengo muchas ganas de que mi público sepa de qué va mi siguiente historia.
Ahora es momento de descansar. Poner la novela en remojo y volver con todo después de Reyes. Disfruta de estos maravillosos días de invierno, neblina y ventisca intermitente. Ideales para sentarse frente a la pantalla y dejar volar tu imaginación.
Published on January 03, 2016 07:23
November 30, 2015
Construir una novela: 8 elementos que debes tener en cuenta para elegir el título y otros asuntos intrascendentes (3)
Tengo que confesarlo. Estoy llegando a esa fase de la novela en que, o tiras todo el trabajo por la borda y te haces un harakiri o sigues trabajando sin hacer caso a los fantasmas internos. Los externos están controlados. Lo bueno de este oficio es que los que escribimos libros y luego los ponemos a la venta nos enfrentamos a dos tipos de entornos: los que se fascinan y te apoyan por lo menos para quedar bien o los que no lo ven del todo claro que escribir y poner a la venta un libro sea un trabajo de verdad. En España y en otros países todavía predomina la mente de que si no eres funcionario o trabajas por cuenta ajena no estas realmente trabajando. Con este oficio sucede lo mismo y creo que eso es una ventaja para los que no nos gusta hablar de trabajo. Como todo escritor prefiero escuchar más que hablar así que todos contentos. O me rodeo de aduladores o me rodeo de silenciosos que pasan de preguntar qué tal va mi novela o que artículo escribo en mi blog. El mundo perfecto. Después de esta digresión paso a contarles en qué fase estoy. Antes de que la Navidad me aspire a su agujero negro de compromisos, familia y promoción de Los viajes sonámbulos quiero dejar cerrada esta etapa (en otro post hablaré de nuevas formas de trabajo en este mercado laboral que no para de transformarse). Ya he terminado la escaleta que me ha servido mucho (puedes leer aquí por qué la he hecho). Y antes de mandar a hibernar mi novela a un oscuro y fresco rincón quiero ponerle un título y pulir los primeros párrafos. Lo del título sé que no es lo prioritario pero quiero acercarme al Registro de la Propiedad Intelectual y es bueno que ya lo tenga aunque luego lo cambie. Un título debe reflejar y sintetizar en una frase o palabra la esencia del libro. En mi caso particular, Los viajes sonámbulos me pareció un título hermoso pero creo que no reflejaba de manera inequívoca la esencia del libro. Esta vez quiero que sea diferente por eso he hecho un repaso mental por algunos libros que he leído. Un viaje a mi pasado literario reciente. A continuación, listo algunos títulos que me han parecido perfectos:
· Sumisiónde Michel Houllebecq: refleja perfectamente lo que quiere mostrar la novela. Es corto. Es original y suena bien al oído.· El chinode Henning Mankell: es perfecto, efectivamente, porque cuenta la historia de un chino. No es poético. Es eficiente y original.· La decisión de Sophie de Willian Styron: va al meollo del asunto. Nos recuerda el nudo trascendental en la historia de la protagonista. Además, es sonoro. Es bello y es original.· La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joel Diecker: es largo y suena mal pero es eficiente. Sintetiza bien la idea del libro y es original. · Charlie y la fábrica de chocolate de Roald Dahl. al grano y muy evocador. Cualquier niño se fascina con solo escuchar el título.
No tan perfectos
· Las correcciones de Jonathan Franzen: esta gran novela la encuentro difícil de titular. Por la historia no encuentro evidente el título, solo en la sinopsis se hace alguna referencia. No suena bien aunque es original. · Con el agua al cuello de Petros Markaris: es poco original. Intenta reflejar la historia pero veo el título poco atrayente. En cualquier caso, creo que los lectores de sagas policiales no prestan atención a estos detalles.· V. de Thomas Pynchon: ok, Pynchon no se vende por sus títulos…ni por sus historias sino por una especie de culto que a mí se me escapa. En cualquier caso, es un título poco informativo y nada atrayente. Ni siquiera suena del todo bien.· 1984de George Orwell: vale, esta elección es polémica. Creo que el título es aleatorio. ¿Qué importa el año en la historia? Podría haber sido en 1985. No suena bien pero tiene el poder de ser medianamente original.· La insoportable levedad del ser de Milan Kundera Vale, el título es bonito pero, si no estuviéramos hablando de una obra maestra diríamos que el título es lo más pretencioso que hay. Podría seguir infinitamente con toda mi biblioteca pero no tiene sentido (el Canguro filósofo sería capaz de ponerse a hacer ese tipo de trabajos inútiles). En el fondo, como podemos comprobar, grandes novelas han tenido títulos estúpidos o aleatorios por lo que parece que no es tan importante. Sin embargo, no puedo de dejar de intentar buscar el mejor posible para mi novela. Sigamos.
Los primeros párrafos me tienen amargada. Ha sido la parte de la novela que más he cambiado. La leo y la leo y no me gusta. Es como pasar mil veces por la misma calle y seguir cometiendo los mismos errores: me salgo del carril, arranco y doy tirones para acelerar o simplemente se me muere el coche siempre en la misma loma. Ya me estoy cansando de esa dinámica de errores que se perpetúan en el tiempo. Y el árbol sigue en el mismo lugar una y otra vez. La estatua sigue en el mismo lugar. Es como una puta melodía que suena mal una y otra vez. No sé si es buscar la belleza o si la coherencia literaria tiene que ver con lo bello a los oídos del que lo lee en su mente pero lo que está claro que no lo estoy consiguiendo. Estas primeras líneas son fundamentales para atrapar al lector. Con esas frases decidirá si sigue leyendo o devuelve el ejemplar a la estantería de la librería. Eso si tengo suerte, porque también es importante a la hora de intentar vender la obra a un posible editor o agente. El mismo no tendrá tanta paciencia y su tiempo, como el mío, es escaso. Por lo tanto, tengo una gran responsabilidad con esas primeras líneas.¿Cómo llegar a la belleza absoluta en esas primeras lineas? Leo otras obras. Me inspiro en otras novelas. Pero hay trucos para todo. Las hay de todos los estilos y todas pueden funcionar. Arrancar de una con la historia. Hacer una descripción previa del entorno. Contar la primera acción del personaje principal. Y mil maneras más. No hay una receta y eso lo hace aún más difícil. Tengo que encontrar mi propio camino para que el lector no termine tirando el ejemplar por la ventana. Y volviendo al tema importante para algunos e intrascendente para otros, aquí te dejo las cuestiones que debes tener en cuenta a la hora de elegir un título. Se basan en mi propia experiencia y en la de miles de escritores que lo hacen todos los días pero esto no es una ciencia. Son algunas nociones, completamente discutibles y subjetivas que a otros escritores y a mí me han servido. Veamos · Haz una lista lo más libre posible sin reflexionar demasiado.· Ensaya combinaciones de palabras que suenen bien.· Busca en google: una vez tengas algunos títulos que te gusten chequea en Amazon o en sitios similares que no haya libros con ese mismo título. Esto a mí me sucedió mucho. En base a eso,· Juega con los sinónimos· Busca que el título refleje la esencia de la novela. Hay algunos que suenan hermosos pero que luego no tienen mucho que ver con la historia. · Habla con algún amigo o beta reader de confianza. Nunca decidas solo. A menudo, la gente cercana ve cosas que nunca tú verías como elegir un título que recuerde a los títulos de Corin Tellado (con todo respeto). Sí, eso me pasó a mí. · No te cierres a una estructura concreta. Hay títulos magníficos que son largos y otros que solo tienen una palabra. No tengas ideas preconcebidas. · Ante la duda, mejor ser vago que concreto. No des demasiada información. Que el lector descubra por sí solo como se desarrolla la historia.· Que sea fácil de pronunciar: esto varía según los países. Piensa en cómo quedaría el título en otros idiomas como el inglés. · Opcional: Usa la herramienta de Lulu para que te diga si tu título tiene posibilidades de convertirse en un best seller. http://www.lulu.com/titlescorer/. Esto es una chorrada de algoritmos que no lleva a ninguna parte pero a lo mejor estás entre dos títulos magníficos y tienes que decidir. Es una manera más de hacerlo.Como te dije. Al final, no es lo más importante pero igualmente tenemos que tomar una decisión por eso, ya que estamos, que sea lo más acertada posible.Los dejo. Luego les contaré cuáles serán los siguientes pasos y cómo solucioné el tema de los primeros párrafos. Espero que el agujero negro que me espera no sea tan profundo y me permita dar un manotazo y salir para seguir contándoles como construyo mi novela. Que tengan un gran diciembre.
· Sumisiónde Michel Houllebecq: refleja perfectamente lo que quiere mostrar la novela. Es corto. Es original y suena bien al oído.· El chinode Henning Mankell: es perfecto, efectivamente, porque cuenta la historia de un chino. No es poético. Es eficiente y original.· La decisión de Sophie de Willian Styron: va al meollo del asunto. Nos recuerda el nudo trascendental en la historia de la protagonista. Además, es sonoro. Es bello y es original.· La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joel Diecker: es largo y suena mal pero es eficiente. Sintetiza bien la idea del libro y es original. · Charlie y la fábrica de chocolate de Roald Dahl. al grano y muy evocador. Cualquier niño se fascina con solo escuchar el título.
No tan perfectos
· Las correcciones de Jonathan Franzen: esta gran novela la encuentro difícil de titular. Por la historia no encuentro evidente el título, solo en la sinopsis se hace alguna referencia. No suena bien aunque es original. · Con el agua al cuello de Petros Markaris: es poco original. Intenta reflejar la historia pero veo el título poco atrayente. En cualquier caso, creo que los lectores de sagas policiales no prestan atención a estos detalles.· V. de Thomas Pynchon: ok, Pynchon no se vende por sus títulos…ni por sus historias sino por una especie de culto que a mí se me escapa. En cualquier caso, es un título poco informativo y nada atrayente. Ni siquiera suena del todo bien.· 1984de George Orwell: vale, esta elección es polémica. Creo que el título es aleatorio. ¿Qué importa el año en la historia? Podría haber sido en 1985. No suena bien pero tiene el poder de ser medianamente original.· La insoportable levedad del ser de Milan Kundera Vale, el título es bonito pero, si no estuviéramos hablando de una obra maestra diríamos que el título es lo más pretencioso que hay. Podría seguir infinitamente con toda mi biblioteca pero no tiene sentido (el Canguro filósofo sería capaz de ponerse a hacer ese tipo de trabajos inútiles). En el fondo, como podemos comprobar, grandes novelas han tenido títulos estúpidos o aleatorios por lo que parece que no es tan importante. Sin embargo, no puedo de dejar de intentar buscar el mejor posible para mi novela. Sigamos.
Los primeros párrafos me tienen amargada. Ha sido la parte de la novela que más he cambiado. La leo y la leo y no me gusta. Es como pasar mil veces por la misma calle y seguir cometiendo los mismos errores: me salgo del carril, arranco y doy tirones para acelerar o simplemente se me muere el coche siempre en la misma loma. Ya me estoy cansando de esa dinámica de errores que se perpetúan en el tiempo. Y el árbol sigue en el mismo lugar una y otra vez. La estatua sigue en el mismo lugar. Es como una puta melodía que suena mal una y otra vez. No sé si es buscar la belleza o si la coherencia literaria tiene que ver con lo bello a los oídos del que lo lee en su mente pero lo que está claro que no lo estoy consiguiendo. Estas primeras líneas son fundamentales para atrapar al lector. Con esas frases decidirá si sigue leyendo o devuelve el ejemplar a la estantería de la librería. Eso si tengo suerte, porque también es importante a la hora de intentar vender la obra a un posible editor o agente. El mismo no tendrá tanta paciencia y su tiempo, como el mío, es escaso. Por lo tanto, tengo una gran responsabilidad con esas primeras líneas.¿Cómo llegar a la belleza absoluta en esas primeras lineas? Leo otras obras. Me inspiro en otras novelas. Pero hay trucos para todo. Las hay de todos los estilos y todas pueden funcionar. Arrancar de una con la historia. Hacer una descripción previa del entorno. Contar la primera acción del personaje principal. Y mil maneras más. No hay una receta y eso lo hace aún más difícil. Tengo que encontrar mi propio camino para que el lector no termine tirando el ejemplar por la ventana. Y volviendo al tema importante para algunos e intrascendente para otros, aquí te dejo las cuestiones que debes tener en cuenta a la hora de elegir un título. Se basan en mi propia experiencia y en la de miles de escritores que lo hacen todos los días pero esto no es una ciencia. Son algunas nociones, completamente discutibles y subjetivas que a otros escritores y a mí me han servido. Veamos · Haz una lista lo más libre posible sin reflexionar demasiado.· Ensaya combinaciones de palabras que suenen bien.· Busca en google: una vez tengas algunos títulos que te gusten chequea en Amazon o en sitios similares que no haya libros con ese mismo título. Esto a mí me sucedió mucho. En base a eso,· Juega con los sinónimos· Busca que el título refleje la esencia de la novela. Hay algunos que suenan hermosos pero que luego no tienen mucho que ver con la historia. · Habla con algún amigo o beta reader de confianza. Nunca decidas solo. A menudo, la gente cercana ve cosas que nunca tú verías como elegir un título que recuerde a los títulos de Corin Tellado (con todo respeto). Sí, eso me pasó a mí. · No te cierres a una estructura concreta. Hay títulos magníficos que son largos y otros que solo tienen una palabra. No tengas ideas preconcebidas. · Ante la duda, mejor ser vago que concreto. No des demasiada información. Que el lector descubra por sí solo como se desarrolla la historia.· Que sea fácil de pronunciar: esto varía según los países. Piensa en cómo quedaría el título en otros idiomas como el inglés. · Opcional: Usa la herramienta de Lulu para que te diga si tu título tiene posibilidades de convertirse en un best seller. http://www.lulu.com/titlescorer/. Esto es una chorrada de algoritmos que no lleva a ninguna parte pero a lo mejor estás entre dos títulos magníficos y tienes que decidir. Es una manera más de hacerlo.Como te dije. Al final, no es lo más importante pero igualmente tenemos que tomar una decisión por eso, ya que estamos, que sea lo más acertada posible.Los dejo. Luego les contaré cuáles serán los siguientes pasos y cómo solucioné el tema de los primeros párrafos. Espero que el agujero negro que me espera no sea tan profundo y me permita dar un manotazo y salir para seguir contándoles como construyo mi novela. Que tengan un gran diciembre.
Published on November 30, 2015 10:11
Construir una novela: 8 elementos que debes tener en cuenta para elegir el título y otras asuntos intrascendentes (3)
Tengo que confesarlo. Estoy llegando a esa fase de la novela en que, o tiras todo el trabajo por la borda y te haces un harakiri o sigues trabajando sin hacer caso a los fantasmas internos. Los externos están controlados. Lo bueno de este oficio es que los que escribimos libros y luego los ponemos a la venta nos enfrentamos a dos tipos de entornos: los que se fascinan y te apoyan por lo menos para quedar bien o los que no lo ven del todo claro que escribir y poner a la venta un libro sea un trabajo de verdad. En España y en otros países todavía predomina la mente de que si no eres funcionario o trabajas por cuenta ajena no estas realmente trabajando. Con este oficio sucede lo mismo y creo que eso es una ventaja para los que no nos gusta hablar de trabajo. Como todo escritor prefiero escuchar más que hablar así que todos contentos. O me rodeo de aduladores o me rodeo de silenciosos que pasan de preguntar qué tal va mi novela o que artículo escribo en mi blog. El mundo perfecto. Después de esta digresión paso a contarles en qué fase estoy. Antes de que la Navidad me aspire a su agujero negro de compromisos, familia y promoción de Los viajes sonámbulos quiero dejar cerrada esta etapa (en otro post hablaré de nuevas formas de trabajo en este mercado laboral que no para de transformarse). Ya he terminado la escaleta que me ha servido mucho (puedes leer aquí por qué la he hecho). Y antes de mandar a hibernar mi novela a un oscuro y fresco rincón quiero ponerle un título y pulir los primeros párrafos. Lo del título sé que no es lo prioritario pero quiero acercarme al Registro de la Propiedad Intelectual y es bueno que ya lo tenga aunque luego lo cambie. Un título debe reflejar y sintetizar en una frase o palabra la esencia del libro. En mi caso particular, Los viajes sonámbulos me pareció un título hermoso pero creo que no reflejaba de manera inequívoca la esencia del libro. Esta vez quiero que sea diferente por eso he hecho un repaso mental por algunos libros que he leído. Un viaje a mi pasado literario reciente. A continuación, listo algunos títulos que me han parecido perfectos:
· Sumisiónde Michel Houllebecq: refleja perfectamente lo que quiere mostrar la novela. Es corto. Es original y suena bien al oído.· El chinode Henning Mankell: es perfecto, efectivamente, porque cuenta la historia de un chino. No es poético. Es eficiente y original.· La decisión de Sophie de Willian Styron: va al meollo del asunto. Nos recuerda el nudo trascendental en la historia de la protagonista. Además, es sonoro. Es bello y es original.· La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joel Diecker: es largo y suena mal pero es eficiente. Sintetiza bien la idea del libro y es original. · Charlie y la fábrica de chocolate de Roald Dahl. al grano y muy evocador. Cualquier niño se fascina con solo escuchar el título.
No tan perfectos
· Las correcciones de Jonathan Franzen: esta gran novela la encuentro difícil de titular. Por la historia no encuentro evidente el título, solo en la sinopsis se hace alguna referencia. No suena bien aunque es original. · Con el agua al cuello de Petros Markaris: es poco original. Intenta reflejar la historia pero veo el título poco atrayente. En cualquier caso, creo que los lectores de sagas policiales no prestan atención a estos detalles.· V. de Thomas Pynchon: ok, Pynchon no se vende por sus títulos…ni por sus historias sino por una especie de culto que a mí se me escapa. En cualquier caso, es un título poco informativo y nada atrayente. Ni siquiera suena del todo bien.· 1984de George Orwell: vale, esta elección es polémica. Creo que el título es aleatorio. ¿Qué importa el año en la historia? Podría haber sido en 1985. No suena bien pero tiene el poder de ser medianamente original.· La insoportable levedad del ser de Milan Kundera Vale, el título es bonito pero, si no estuviéramos hablando de una obra maestra diríamos que el título es lo más pretensioso que hay. Podría seguir infinitamente con toda mi biblioteca pero no tiene sentido (el Canguro filósofo sería capaz de ponerse a hacer ese tipo de trabajos inútiles). En el fondo, como podemos comprobar, grandes novelas han tenido títulos estúpidos o aleatorios por lo que parece que no es tan importante. Sin embargo, no puedo de dejar de intentar buscar el mejor posible para mi novela. Sigamos.
Los primeros párrafos me tienen amargada. Ha sido la parte de la novela que más he cambiado. La leo y la leo y no me gusta. Es como pasar mil veces por la misma calle y seguir cometiendo los mismos errores: me salgo del carril, arranco y doy tirones para acelerar o simplemente se me muere el coche siempre en la misma loma. Ya me estoy cansando de esa dinámica de errores que se perpetúan en el tiempo. Y el árbol sigue en el mismo lugar una y otra vez. La estatua sigue en el mismo lugar. Es como una puta melodía que suena mal una y otra vez. No sé si es buscar la belleza o si la coherencia literaria tiene que ver con lo bello a los oídos del que lo lee en su mente pero lo que está claro que no lo estoy consiguiendo. Estas primeras líneas son fundamentales para atrapar al lector. Con esas frases decidirá si sigue leyendo o devuelve el ejemplar a la estantería de la librería. Eso si tengo suerte, porque también es importante a la hora de intentar vender la obra a un posible editor o agente. El mismo no tendrá tanta paciencia y su tiempo, como el mío, es escaso. Por lo tanto, tengo una gran responsabilidad con esas primeras líneas.¿Cómo llegar a la belleza absoluta en esas primeras lineas? Leo otras obras. Me inspiro en otras novelas. Pero hay trucos para todo. Las hay de todos los estilos y todas pueden funcionar. Arrancar de una con la historia. Hacer una descripción previa del entorno. Contar la primera acción del personaje principal. Y mil maneras más. No hay una receta y eso lo hace aún más difícil. Tengo que encontrar mi propio camino para que el lector no termine tirando el ejemplar por la ventana. Y volviendo al tema importante para algunos e intrascendente para otros, aquí te dejo las cuestiones que debes tener en cuenta a la hora de elegir un título. Se basan en mi propia experiencia y en la de miles de escritores que lo hacen todos los días pero esto no es una ciencia. Son algunas nociones, completamente discutibles y subjetivas que a otros escritores y a mí me han servido. Veamos · Haz una lista lo más libre posible sin reflexionar demasiado.· Ensaya combinaciones de palabras que suenen bien.· Busca en google: una vez tengas algunos títulos que te gusten chequea en Amazon o en sitios similares que no haya libros con ese mismo título. Esto a mí me sucedió mucho. En base a eso,· Juega con los sinónimos· Busca que el título refleje la esencia de la novela. Hay algunos que suenan hermosos pero que luego no tienen mucho que ver con la historia. · Habla con algún amigo o beta reader de confianza. Nunca decidas solo. A menudo, la gente cercana ve cosas que nunca tú verías como elegir un título que recuerde a los títulos de Corin Tellado (con todo respeto). Sí, eso me pasó a mí. · No te cierres a una estructura concreta. Hay títulos magníficos que son largos y otros que solo tienen una palabra. No tengas ideas preconcebidas. · Ante la duda, mejor ser vago que concreto. No des demasiada información. Que el lector descubra por sí solo como se desarrolla la historia.· Que sea fácil de pronunciar: esto varía según los países. Piensa en cómo quedaría el título en otros idiomas como el inglés. · Opcional: Usa la herramienta de Lulu para que te diga si tu título tiene posibilidades de convertirse en un best seller. http://www.lulu.com/titlescorer/. Esto es una chorrada de algoritmos que no lleva a ninguna parte pero a lo mejor estás entre dos títulos magníficos y tienes que decidir. Es una manera más de hacerlo.Como te dije. Al final, no es lo más importante pero igualmente tenemos que tomar una decisión por eso, ya que estamos, que sea lo más acertada posible.Los dejo. Luego les contaré cuáles serán los siguientes pasos y cómo solucioné el tema de los primeros párrafos. Espero que el agujero negro que me espera no sea tan profundo y me permita dar un manotazo y salir para seguir contándoles como construyo mi novela. Que tengan un gran diciembre.
· Sumisiónde Michel Houllebecq: refleja perfectamente lo que quiere mostrar la novela. Es corto. Es original y suena bien al oído.· El chinode Henning Mankell: es perfecto, efectivamente, porque cuenta la historia de un chino. No es poético. Es eficiente y original.· La decisión de Sophie de Willian Styron: va al meollo del asunto. Nos recuerda el nudo trascendental en la historia de la protagonista. Además, es sonoro. Es bello y es original.· La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joel Diecker: es largo y suena mal pero es eficiente. Sintetiza bien la idea del libro y es original. · Charlie y la fábrica de chocolate de Roald Dahl. al grano y muy evocador. Cualquier niño se fascina con solo escuchar el título.
No tan perfectos
· Las correcciones de Jonathan Franzen: esta gran novela la encuentro difícil de titular. Por la historia no encuentro evidente el título, solo en la sinopsis se hace alguna referencia. No suena bien aunque es original. · Con el agua al cuello de Petros Markaris: es poco original. Intenta reflejar la historia pero veo el título poco atrayente. En cualquier caso, creo que los lectores de sagas policiales no prestan atención a estos detalles.· V. de Thomas Pynchon: ok, Pynchon no se vende por sus títulos…ni por sus historias sino por una especie de culto que a mí se me escapa. En cualquier caso, es un título poco informativo y nada atrayente. Ni siquiera suena del todo bien.· 1984de George Orwell: vale, esta elección es polémica. Creo que el título es aleatorio. ¿Qué importa el año en la historia? Podría haber sido en 1985. No suena bien pero tiene el poder de ser medianamente original.· La insoportable levedad del ser de Milan Kundera Vale, el título es bonito pero, si no estuviéramos hablando de una obra maestra diríamos que el título es lo más pretensioso que hay. Podría seguir infinitamente con toda mi biblioteca pero no tiene sentido (el Canguro filósofo sería capaz de ponerse a hacer ese tipo de trabajos inútiles). En el fondo, como podemos comprobar, grandes novelas han tenido títulos estúpidos o aleatorios por lo que parece que no es tan importante. Sin embargo, no puedo de dejar de intentar buscar el mejor posible para mi novela. Sigamos.
Los primeros párrafos me tienen amargada. Ha sido la parte de la novela que más he cambiado. La leo y la leo y no me gusta. Es como pasar mil veces por la misma calle y seguir cometiendo los mismos errores: me salgo del carril, arranco y doy tirones para acelerar o simplemente se me muere el coche siempre en la misma loma. Ya me estoy cansando de esa dinámica de errores que se perpetúan en el tiempo. Y el árbol sigue en el mismo lugar una y otra vez. La estatua sigue en el mismo lugar. Es como una puta melodía que suena mal una y otra vez. No sé si es buscar la belleza o si la coherencia literaria tiene que ver con lo bello a los oídos del que lo lee en su mente pero lo que está claro que no lo estoy consiguiendo. Estas primeras líneas son fundamentales para atrapar al lector. Con esas frases decidirá si sigue leyendo o devuelve el ejemplar a la estantería de la librería. Eso si tengo suerte, porque también es importante a la hora de intentar vender la obra a un posible editor o agente. El mismo no tendrá tanta paciencia y su tiempo, como el mío, es escaso. Por lo tanto, tengo una gran responsabilidad con esas primeras líneas.¿Cómo llegar a la belleza absoluta en esas primeras lineas? Leo otras obras. Me inspiro en otras novelas. Pero hay trucos para todo. Las hay de todos los estilos y todas pueden funcionar. Arrancar de una con la historia. Hacer una descripción previa del entorno. Contar la primera acción del personaje principal. Y mil maneras más. No hay una receta y eso lo hace aún más difícil. Tengo que encontrar mi propio camino para que el lector no termine tirando el ejemplar por la ventana. Y volviendo al tema importante para algunos e intrascendente para otros, aquí te dejo las cuestiones que debes tener en cuenta a la hora de elegir un título. Se basan en mi propia experiencia y en la de miles de escritores que lo hacen todos los días pero esto no es una ciencia. Son algunas nociones, completamente discutibles y subjetivas que a otros escritores y a mí me han servido. Veamos · Haz una lista lo más libre posible sin reflexionar demasiado.· Ensaya combinaciones de palabras que suenen bien.· Busca en google: una vez tengas algunos títulos que te gusten chequea en Amazon o en sitios similares que no haya libros con ese mismo título. Esto a mí me sucedió mucho. En base a eso,· Juega con los sinónimos· Busca que el título refleje la esencia de la novela. Hay algunos que suenan hermosos pero que luego no tienen mucho que ver con la historia. · Habla con algún amigo o beta reader de confianza. Nunca decidas solo. A menudo, la gente cercana ve cosas que nunca tú verías como elegir un título que recuerde a los títulos de Corin Tellado (con todo respeto). Sí, eso me pasó a mí. · No te cierres a una estructura concreta. Hay títulos magníficos que son largos y otros que solo tienen una palabra. No tengas ideas preconcebidas. · Ante la duda, mejor ser vago que concreto. No des demasiada información. Que el lector descubra por sí solo como se desarrolla la historia.· Que sea fácil de pronunciar: esto varía según los países. Piensa en cómo quedaría el título en otros idiomas como el inglés. · Opcional: Usa la herramienta de Lulu para que te diga si tu título tiene posibilidades de convertirse en un best seller. http://www.lulu.com/titlescorer/. Esto es una chorrada de algoritmos que no lleva a ninguna parte pero a lo mejor estás entre dos títulos magníficos y tienes que decidir. Es una manera más de hacerlo.Como te dije. Al final, no es lo más importante pero igualmente tenemos que tomar una decisión por eso, ya que estamos, que sea lo más acertada posible.Los dejo. Luego les contaré cuáles serán los siguientes pasos y cómo solucioné el tema de los primeros párrafos. Espero que el agujero negro que me espera no sea tan profundo y me permita dar un manotazo y salir para seguir contándoles como construyo mi novela. Que tengan un gran diciembre.
Published on November 30, 2015 10:11
November 13, 2015
Construir una novela: seis elementos que no deben faltar en una escaleta (2)
Hoy estoy en plan “maestra ciruela” y voy a contarles cómo he aprendido de ciertos errores que he cometido como escritora. En el post anterior, te conté qué es una escaleta y para qué sirve. En resumen, es un recurso que usan los guionistas para contar una historia de manera resumida. Sin embargo, muchos novelistas confeccionan una antes de sentarse a escribir.Yo he seguido el camino inverso. He escrito un “esqueleto básico” y luego me he puesto a escribir la escaleta en paralelo a la labor de relleno de ese esqueleto. ¿Ventajas?. Vas adaptando el texto a las necesidades de coherencia de esa escaleta. Lo cual es muy importante a la hora de escribir novela. ¿Pero qué datos considero que debo incluir en la escaleta de una novela?Veamos.
Un pantallazo de mi escaleta
· Datos cronológicos. Meses. Años. Acontecimientos históricos que sitúen la historia. Incluso aunque luego en la novela no seas tan explícito es bueno que en tu mente (o en tu escaleta) tengas en cuenta esto para que no te salte una incoherencia. · El tiempo atmosférico. Parece una chorrada pero me he encontrado con una escena en donde al mismo tiempo llovía y salía el sol. Esto pasa especialmente con los escritores que sufren muchas interrupciones (como es mi caso). También pasa con las estaciones del año. Con este punto, que parece tan fácil, me vuelvo loca. Siempre encuentro algo que no cierra. La cosa se complica cuando tu historia transcurre en varios países con distintos climas. · Nombres de los personajes. Otra aparente chorrada pero me baso en hechos reales. Mi memoria es mala (por eso soy escritora) y puede pasar lo siguiente:
o Dejas la novela un tiempo porque te surge un trabajo o el niño tiene fiebreo Cuando la dejas no sabes si será por un día o por tres meseso Cuando vuelves pasa que debes situarte otra vez y es en ese punto en que me encontrado con que no me acuerdo cómo se llaman algunos personajes. En especial, pasa con los personajes secundarios. Es bueno incluir los nombres en la escaleta.· Rasgo y aspecto físico de los personajes. Este punto incluye la indumentaria. En mi novela, la ropa es importante ya que nos dice mucho sobre el humor, estado de ánimo y nivel socio cultural de nuestro personaje. A veces pueden surgir contradicciones que es bueno apuntarlas en la escaleta. · Extensión de cada capítulo. Este dato me sirve para controlar el tamaño de la novela o si debo alargar o acortar capítulos. Me gusta ver de un vistazo cuanto ocupa cada capitulo. Yo lo expreso en número de páginas pero puede ser también en número de palabras. Da igual siempre que uses la misma unidad de medida.· Descripción de la escena. Se supone que escribes la escena en presente. Lo que sucede en ese capítulo. Vale, parece de Perogrullo lo que te digo pero a menudo me encuentro escribiendo sobre lo que piensa el personaje o haciendo referencias a su pasado olvidando que debo volver al presente y tener en cuenta que estoy relatando una escena. Este punto es importantísimo y además es el punto qué más ayuda a dar coherencia a la novela. Por experiencia personal, me he encontrado con escenas inacabadas y gracias a la confección de la escaleta he podido:
o Relatar una escenao Ir al pasado (o al futuro) del personaje en cuestióno Volver a la escena y cerrarla
Bueno, esos son mis humildes consejos basados en mis errores pasados. Imagino que cada escritor tendrá lo suyos. Yo sigo avanzando y debo decir que estoy encantada.
Y ahora los dejo, vuelvo a mi novela. Ya les contaré más. pd: Disculpen la alineación del texto. Cuando lo paso del Word al Blog se desarma un poco. Cosas de las nuevas tecnologías.
Un pantallazo de mi escaleta· Datos cronológicos. Meses. Años. Acontecimientos históricos que sitúen la historia. Incluso aunque luego en la novela no seas tan explícito es bueno que en tu mente (o en tu escaleta) tengas en cuenta esto para que no te salte una incoherencia. · El tiempo atmosférico. Parece una chorrada pero me he encontrado con una escena en donde al mismo tiempo llovía y salía el sol. Esto pasa especialmente con los escritores que sufren muchas interrupciones (como es mi caso). También pasa con las estaciones del año. Con este punto, que parece tan fácil, me vuelvo loca. Siempre encuentro algo que no cierra. La cosa se complica cuando tu historia transcurre en varios países con distintos climas. · Nombres de los personajes. Otra aparente chorrada pero me baso en hechos reales. Mi memoria es mala (por eso soy escritora) y puede pasar lo siguiente:
o Dejas la novela un tiempo porque te surge un trabajo o el niño tiene fiebreo Cuando la dejas no sabes si será por un día o por tres meseso Cuando vuelves pasa que debes situarte otra vez y es en ese punto en que me encontrado con que no me acuerdo cómo se llaman algunos personajes. En especial, pasa con los personajes secundarios. Es bueno incluir los nombres en la escaleta.· Rasgo y aspecto físico de los personajes. Este punto incluye la indumentaria. En mi novela, la ropa es importante ya que nos dice mucho sobre el humor, estado de ánimo y nivel socio cultural de nuestro personaje. A veces pueden surgir contradicciones que es bueno apuntarlas en la escaleta. · Extensión de cada capítulo. Este dato me sirve para controlar el tamaño de la novela o si debo alargar o acortar capítulos. Me gusta ver de un vistazo cuanto ocupa cada capitulo. Yo lo expreso en número de páginas pero puede ser también en número de palabras. Da igual siempre que uses la misma unidad de medida.· Descripción de la escena. Se supone que escribes la escena en presente. Lo que sucede en ese capítulo. Vale, parece de Perogrullo lo que te digo pero a menudo me encuentro escribiendo sobre lo que piensa el personaje o haciendo referencias a su pasado olvidando que debo volver al presente y tener en cuenta que estoy relatando una escena. Este punto es importantísimo y además es el punto qué más ayuda a dar coherencia a la novela. Por experiencia personal, me he encontrado con escenas inacabadas y gracias a la confección de la escaleta he podido:
o Relatar una escenao Ir al pasado (o al futuro) del personaje en cuestióno Volver a la escena y cerrarla
Bueno, esos son mis humildes consejos basados en mis errores pasados. Imagino que cada escritor tendrá lo suyos. Yo sigo avanzando y debo decir que estoy encantada.
Y ahora los dejo, vuelvo a mi novela. Ya les contaré más. pd: Disculpen la alineación del texto. Cuando lo paso del Word al Blog se desarma un poco. Cosas de las nuevas tecnologías.
Published on November 13, 2015 04:27
October 31, 2015
Construir una novela: crónica de una experiencia (1)
Hace varios días que tenía ganas de volver al blog. A veces necesito descansar de la novela pero al mismo tiempo seguir escribiendo. Es muy loco. Es un tipo de tedio muy característico. Son ganas de seguir pero de descansar. Una pulsión por sacar algo de mi mente pero al mismo tiempo con ganas de desintoxicar de la historia. Evidentemente estoy perdiendo la razón. La verdad que no sé para dónde irá este blog. Me gustaría ser más prolífica pero siempre pasa lo mismo. El tiempo es escaso. Los recursos son escasos. ¿Las ideas? Son muchas pero se quedan en los muros de mi cabeza en el, digamos, 80% de las veces. Por eso he pensado que mejor ir de a poco. Metas cortas. Objetivos cercanos. Accesibles. Que se puedan lograr. Tangibles. De momento, me propongo relatar los avances de mi novela. No sé si interesará al lector. Pero tengo la suerte de ser todavía libre. Eso es lo que tiene ser desconocida. No deberle nada a nadie y, lo más importante, no ganar ni un duro con esta bitácora. Algún beneficio debía tener ¿no? Pues, la libertad es un gran beneficio que no pienso desperdiciar.Escribir una novela siempre es un alarde. Una declaración de intenciones fuerte. Contundente. Es decirle al mundo que vas a invertir una cantidad de energía más o menos importante en algo que es intangible, y probablemente, efímero.Lidiar con esta realidad no es para cualquiera. Hacer algo todos los días, aunque sea un rato, aparte de las obligaciones laborales, que genere tanta incertidumbre pero que al mismo tiempo hagas con ahínco requiere de una personalidad especial. O por lo menos de una actitud hacia el futuro bastante flexible (que me lo cuenten los coleccionistas, los amantes de los animales, en fin, o los corredores que si no corren todos los días se ponen nerviosos). Yo me pongo bastante nerviosa cuando no escribo por eso trato de hacerlo aunque sea en la ducha. Usando mi mente como papel.Nunca he sido de mirar el futuro como algo tangible, lógico, previsible. Sé que hay gente que logra ese estado de cosas entre las intenciones y los hechos. Yo soy como un barco a vela. Tengo una hoja de ruta pero me dejo llevar por el viento. Me divierte. Me estimula lo desconocido. Inconscientemente, siempre estoy buscando lo que no conozco. Se paga un precio, está claro. Pero si actuara de otra manera, también pagaría un precio y al final, la vida consiste en pagar los precios que creamos que merecen la pena. Vamos a los hechos.
Ya he comentado que estoy haciendo una escaleta de mi novela. Para los que no están familiarizados con el término, es como un resumen pequeño de cada capítulo que sirve para ordenar todo el documento. Lo usan mucho los guionistas y todo lo que se cuenta es en presente. No es una sinopsis. Se supone que se escribe antes de empezar a escribir realmente la novela. Te guía en el laberinto de historias, contextos, climas, relojes, etc. Yo no he seguido ese camino. Lo que he hecho es hacer la escaleta a posteriori, lo cual tampoco es una mala idea. Ayuda a dar coherencia a toda la historia. ¡Y es genial! Tomas nota de cosas muy simples como, el tiempo que hacía en una escena concreta, también te recuerda los nombres de los personajes (sí!! Soy una colgada y he cambiado los nombres de algunos por puro despiste).Otra ventaja de la escaleta es que te impulsa a mejorar la novela en sí porque para hacer la escaleta tienes que leer sí o sí todo el capítulo y en el ínterin, corriges y embelleces cosas. O por lo menos, lo intentas
Te dejo un link con una linda explicación sobre los usos de la escaleta http://www.tallerdeescritores.com/la-escaleta.phpY este otro blog sobre guión que mola http://www.guionistaenfurecido.com/
Ya he comentado que estoy haciendo una escaleta de mi novela. Para los que no están familiarizados con el término, es como un resumen pequeño de cada capítulo que sirve para ordenar todo el documento. Lo usan mucho los guionistas y todo lo que se cuenta es en presente. No es una sinopsis. Se supone que se escribe antes de empezar a escribir realmente la novela. Te guía en el laberinto de historias, contextos, climas, relojes, etc. Yo no he seguido ese camino. Lo que he hecho es hacer la escaleta a posteriori, lo cual tampoco es una mala idea. Ayuda a dar coherencia a toda la historia. ¡Y es genial! Tomas nota de cosas muy simples como, el tiempo que hacía en una escena concreta, también te recuerda los nombres de los personajes (sí!! Soy una colgada y he cambiado los nombres de algunos por puro despiste).Otra ventaja de la escaleta es que te impulsa a mejorar la novela en sí porque para hacer la escaleta tienes que leer sí o sí todo el capítulo y en el ínterin, corriges y embelleces cosas. O por lo menos, lo intentas
Te dejo un link con una linda explicación sobre los usos de la escaleta http://www.tallerdeescritores.com/la-escaleta.phpY este otro blog sobre guión que mola http://www.guionistaenfurecido.com/
Published on October 31, 2015 08:08
September 9, 2015
Foster Wallace, la filosofía y la búsqueda de la verdad
Primero que nada debo darles las gracias por el apoyo recibido con el relato La máquina de los deseos. Me ha servido para experimentar otras formas narrativas. Seguiré escribiendo más cuentos cuando haga pausas de la novela. Este verano me ha encontrado más ocupada de lo normal. No he podido escribir lo suficiente como para mantener un estado mental óptimo pero me las he arreglado para tener un equilibrio cercano a la cordura. En esta ocasión les quiero hablar de uno de los libros que más he disfrutado este verano: Todas las historias de amor son historias de fantasmas, editado por Debate.
Hace mucho que no leía una biografía tan inspiradora como la David Foster Wallace. No es que su vida haya sido especialmente interesante. Salió poco de Estados Unidos. No vivió grandes aventuras y tampoco tenía un gran compromiso social pero, de alguna manera, su autor se asegura de mostrarnos algunas facetas especialmente interesantes como su lucha contra el alcohol, su depresión, sus fuentes de inspiración y su gran capacidad de estudio. Foster Wallace no solo era un escritor: era un filósofo especializado en matemáticas con fuertes inclinaciones científicas. Eso hacía que concibiera la literatura no solo como entretenimiento sino como búsqueda de la verdad, como reflejo de la vida cotidiana y, sobre todo, como terreno para la experimentación. El libro es cronológico y empieza contando su infancia, la relación con su hermana, con su madre, sus éxitos académicos y su debut como escritor. Al mismo tiempo, el biógrafo adereza con un relato de su búsqueda por entender la sociedad americana del consumo en el que la televisión es su principal protagonista. Este camino de búsqueda lo explora a través de la filosofía y a través de la ficción.
Esa dicotomía entre lo creativo y lo sesudo es algo que me interesó especialmente ya que le otorga una especial profundidad a la obra literaria. Creo que en él se pelean esas dos partes en las que a veces me reconozco entre el ser creativo y el más analítico. Disfruté muchísimo leyendo esta obra, en especial los pasajes en los que relata sus clases y los consejos que da a sus alumnos y experimenté una cierta envidia por los ambientes literarios en los que se formó Wallace. Da la sensación de que en Estados Unidos se toman muy en serio esto de la “escritura creativa” y me hubiese gustado presenciar alguna de sus clases.
Ahora tengo pendiente leer algo de su obra y debo decir que no sé si seré capaz. Creo que él experimenta con la literatura. Se desmarca de la literatura realista e intenta decirnos que el lenguaje no sirve para explicar la realidad. Puede que tenga razón pero el lenguaje es una convención y, aunque no refleja fielmente los hechos, logra atraparme y entretenerme y es todo lo que le pido a la literatura. Al final, siempre estamos con el mismo dilema. Los lenguajes sirven para muchas cosas, ganamos eficiencia para comunicar ciertas cosas que son importantes pero se pierden matices. Puede que a veces necesitemos perder esos matices en aras de una vida más pragmática. No creo que esté mal siempre y cuando seamos conscientes de ello. Las matemáticas también han sido acusadas de eso mismo, de la perdida de realismo en sus supuestos. Pero algo nos aporta y a veces es importante dejar de lado los matices de la vida para centrarnos en un aspecto concreto.Wallace era más ambicioso. Quería llegar a la verdad por eso su prosa es complicada, partida, incoherente, con saltos temporales y otras cosas. Necesitaré energía para empezar pero de momento, su biografía me resultó atrapante. Su autor, no solo nos relata su vida privada sino que se atreve a hacer una interpretación de su obra y de su concepción de la literatura y de la ciencia.
Y un libro me lleva a otro. Estos dos son los siguientes. Todo culpa de Foster Wallace.
Solo me queda la sensación agridulce, una vez más, de que los grandes escritores son seres egoístas que no tienen una familia que mantener. Personajes dedicados en cuerpo y alma a escribir. Y una vez más me pregunto si otro mundo es posible. Si se puede escribir y estar en contacto con lo más mundano. Las obligaciones. Los amigos. La familia. El mercado y la televisión. Y ahora me enfrento a otros desafíos que me esperan: V de Pynchon, su gran maestro y Las correcciones de Jonathan Franzen, su gran amigo, su confidente y su rival literario. Y siento envidia otra vez. Yo no tengo amigos escritores, y de ese calibre, con los cuales compartir inquietudes. Aunque pensándolo bien, mucho mejor. Están pasando demasiadas cosas en el mundo como para detenerme a charlar con otro escritor.
Vuelve septiembre y vuelve la calma. Y ya les contaré en qué fase ando con mi segunda novela. Sigo adelante pero además quiero escribir relatos cortos. Necesito experimentar con ese formato y respirar un poco de la novela. En eso estoy: creando un personaje que sea atractivo y entretenga a los lectores. No pido más.
Hace mucho que no leía una biografía tan inspiradora como la David Foster Wallace. No es que su vida haya sido especialmente interesante. Salió poco de Estados Unidos. No vivió grandes aventuras y tampoco tenía un gran compromiso social pero, de alguna manera, su autor se asegura de mostrarnos algunas facetas especialmente interesantes como su lucha contra el alcohol, su depresión, sus fuentes de inspiración y su gran capacidad de estudio. Foster Wallace no solo era un escritor: era un filósofo especializado en matemáticas con fuertes inclinaciones científicas. Eso hacía que concibiera la literatura no solo como entretenimiento sino como búsqueda de la verdad, como reflejo de la vida cotidiana y, sobre todo, como terreno para la experimentación. El libro es cronológico y empieza contando su infancia, la relación con su hermana, con su madre, sus éxitos académicos y su debut como escritor. Al mismo tiempo, el biógrafo adereza con un relato de su búsqueda por entender la sociedad americana del consumo en el que la televisión es su principal protagonista. Este camino de búsqueda lo explora a través de la filosofía y a través de la ficción.
Esa dicotomía entre lo creativo y lo sesudo es algo que me interesó especialmente ya que le otorga una especial profundidad a la obra literaria. Creo que en él se pelean esas dos partes en las que a veces me reconozco entre el ser creativo y el más analítico. Disfruté muchísimo leyendo esta obra, en especial los pasajes en los que relata sus clases y los consejos que da a sus alumnos y experimenté una cierta envidia por los ambientes literarios en los que se formó Wallace. Da la sensación de que en Estados Unidos se toman muy en serio esto de la “escritura creativa” y me hubiese gustado presenciar alguna de sus clases.
Ahora tengo pendiente leer algo de su obra y debo decir que no sé si seré capaz. Creo que él experimenta con la literatura. Se desmarca de la literatura realista e intenta decirnos que el lenguaje no sirve para explicar la realidad. Puede que tenga razón pero el lenguaje es una convención y, aunque no refleja fielmente los hechos, logra atraparme y entretenerme y es todo lo que le pido a la literatura. Al final, siempre estamos con el mismo dilema. Los lenguajes sirven para muchas cosas, ganamos eficiencia para comunicar ciertas cosas que son importantes pero se pierden matices. Puede que a veces necesitemos perder esos matices en aras de una vida más pragmática. No creo que esté mal siempre y cuando seamos conscientes de ello. Las matemáticas también han sido acusadas de eso mismo, de la perdida de realismo en sus supuestos. Pero algo nos aporta y a veces es importante dejar de lado los matices de la vida para centrarnos en un aspecto concreto.Wallace era más ambicioso. Quería llegar a la verdad por eso su prosa es complicada, partida, incoherente, con saltos temporales y otras cosas. Necesitaré energía para empezar pero de momento, su biografía me resultó atrapante. Su autor, no solo nos relata su vida privada sino que se atreve a hacer una interpretación de su obra y de su concepción de la literatura y de la ciencia.
Y un libro me lleva a otro. Estos dos son los siguientes. Todo culpa de Foster Wallace.Solo me queda la sensación agridulce, una vez más, de que los grandes escritores son seres egoístas que no tienen una familia que mantener. Personajes dedicados en cuerpo y alma a escribir. Y una vez más me pregunto si otro mundo es posible. Si se puede escribir y estar en contacto con lo más mundano. Las obligaciones. Los amigos. La familia. El mercado y la televisión. Y ahora me enfrento a otros desafíos que me esperan: V de Pynchon, su gran maestro y Las correcciones de Jonathan Franzen, su gran amigo, su confidente y su rival literario. Y siento envidia otra vez. Yo no tengo amigos escritores, y de ese calibre, con los cuales compartir inquietudes. Aunque pensándolo bien, mucho mejor. Están pasando demasiadas cosas en el mundo como para detenerme a charlar con otro escritor.
Vuelve septiembre y vuelve la calma. Y ya les contaré en qué fase ando con mi segunda novela. Sigo adelante pero además quiero escribir relatos cortos. Necesito experimentar con ese formato y respirar un poco de la novela. En eso estoy: creando un personaje que sea atractivo y entretenga a los lectores. No pido más.
Published on September 09, 2015 02:51
June 5, 2015
Lo privado, la máquina y un relato para pensar
La novela sigue avanzando aunque cada tanto es bueno hacer un stop y encarar otras cosas. Como venía adelantando, he escrito un relato corto para el I Premio de Relato Corto sobre Impresión y Escaneado en 3D organizado por Masquecuentos. Se llama La máquina de los deseos . El periodo de votaciones está abierto y si te gusta puedes dejar tu voto en este link. Evidentemente, no lo hago por el premio pero me gusta participar de estas pequeñas convocatorias que sirven como excusa para escribir sobre premisas que a mí no se me hubiesen ocurrido.Así fue el caso de Los viajes sonámbulos: nació como un micro relato que escribí para una convocatoria de Renfe en una época en que pasaba muchas horas en el tren. De esa pequeña historia fue surgiendo una novela y me hizo pensar en ciertas cosas que yo no hubiese prestado atención. De alguna manera, es un buen ejercicio: escribir partiendo de consignas ajenas. En esta ocasión he tenido que escribir sobre las impresoras 3D. Nunca en mi sano juicio hubiese escrito una historia sobre este objeto. No es algo que esté al alcance de mi mano y me apaño bastante bien con mi pequeña y humilde impresora láser blanco y negro. La máquina de la felicidad surge en torno a mis inquietudes sobre la privacidad y las nuevas tecnologías. Ya algunos saben que vengo investigando estos temas (puedes ver algunos artículos interesantes en El canguro filósofo) en plan serio. 1984 de George Orwell planteaba un mundo horrible en donde todos nuestros movimientos eran controlados y donde no había libertad. Debo reconocer que sentí cierto alivio cuando cerré las páginas de ese libro. Es ese tipo de literatura que no agrada, que no es placentera pero aporta algo a la vida.
Una imagen de mi computadoraEn cualquier caso, la realidad que vivimos no se aleja demasiado del mundo que soñó Orwell. Tenemos más libertad que los protagonistas de esa historia pero la libertad consiste en poder elegir entre alternativas diferentes, por lo menos así lo plantean algunos economistas como Amartya Sen. No tengo claro hasta qué punto elegimos cómo queremos gestionar nuestra privacidad. Nuestros datos. En definitiva, la información sobre nuestros hábitos de consumo.Este asunto que me tiene ocupada estos últimos tiempos también se traduce en dilemas que se me presentan a la hora de escribir. Cuando paso el día recibiendo información y al mismo tiempo generando mi “huella” parece que somos sujetos autónomos pero cada vez somos menos humanos y más animales. Completamente previsibles y adocenados. Creo que ni siquiera me inquieta. Ya estamos demasiado acostumbrados. A consumir. A exigir lo mismo. Y a disfrutar de las mismas cosas. Por otra parte, el relato que he escrito plantea los peligros de cumplir todos nuestros deseos materiales. ¿Estamos preparados para tenerlo todo?Puede que La máquina de la felicidad solo sea una metáfora pero parece que, cada vez más, tenemos menos parcelas de privacidad. Menos espacios íntimos. Espero que el lector disfrute de su lectura. Aunque, para cubrirme, diré que es un ejercicio. Un experimento. Una ráfaga de inspiración que no sé si ha sido moldeada por el mundo que me rodea o, por el contrario, es un rapto de originalidad.
Que el lector lo juzgue.
Published on June 05, 2015 09:26
May 22, 2015
Confesiones desde la guarida: los escritores, el poder y otras reflexiones
Sol fulminante y vientos caprichosos que solo sirven para esparcir el polen en la ciudad. Ese es el panorama de la primavera que no acaba de cuajar. Que si viene el calor del Sahara. Que si estoy harto del polvo y la contaminación. En este revoltijo meteorológico me encuentro avanzando con mi segunda novela. Ya he hablado en otras ocasiones sobre el sentimiento que me produce escribir ficción. Y se parece bastante al clima que estamos viviendo. Algunos días me muero de frio, otros me atraganto y me pongo a toser. Otras veces las palabras fluyen como una brisa suave y húmeda. Pero ante todo reina la incertidumbre. El porvenir poco claro de seguir por este camino incierto y difícil. En cualquier caso, me aburren los quejosos y más cuando son escritores. Solo debo decir que, a pesar de todo eso, me la paso genial cuando me siento frente a la computadora y la sensación que predomina es la de que todo es posible. Un mundo de posibilidades se abre ante mí. Me siento como una super heroína de un comic barato que es capaz de alcanzar cualquier rascacielos solo vistiendo una capa comprada en el chino. ¿En qué momento me encuentro? No en el final pero sí en un estadio parecido al de la concreción. El grueso está escrito. Aunque no lo más importante. Las primeras cuarenta palabras son cruciales y no soy capaz de ponerlas de forma bonita. Las escribo. Las borro. Las reescribo. Y al final lo dejo para pasar a otra cosa.
El final ya es otra historia. Lo tengo en mi cabeza. Levemente sobrevolando mi cuero cabelludo. Sin embargo, no ha llegado a aterrizar en mi ordenador. Lo intuyo. Lo huelo. Eso es todo de momento. Y otras cosas más están pendientes y son importantes. Las detallo a continuación: · Precisar más los personajes. No tanto su perfil psicológico sino su apariencia física. Esto es algo que no hice bien en Los viajes sonámbulosy que quiero corregir. A veces no somos conscientes de lo importante que es describir bien el look de los protagonistas.· Corregir el borrador. Una y otra vez hasta el infinito. Aquí me puedo tirar meses y años. Soy una adicta a la corrección. Definitivamente tengo que encontrar a alguien que lo haga por mí. Alguien que esté familiarizado con los regionalismos. Y esto tiene que ver con mi siguiente punto.· Poner atención a los españolismos y argentinismos. Se mezclan mucho según qué personajes. En mi caso es particularmente difícil. Ya hablé de esto en otros posts pero se me mezclan las palabras. Ya no pertenezco a ninguna parte. · Ir pensando en el título y en la cubierta. Estas cuestiones son prematuras. Tengo tiempo para pensar en ello más adelante.Esas son algunas cuestiones que tengo en la cabeza. Pero hay muchas más. Algunas se me olvidan. Vuelven a aparecer con el tiempo. Se vuelven a ir. En fin. Ser escritor es olvidar la mitad de las tareas. Y repetir otras.Intentaré abstraerme de los debates y las cuestiones electorales para nutrir La guarida de ficción. No es que no me interese lo que pase en Madrid pero mis lectores están en muchos países y no sería justo explayarme mucho en cuestiones locales.En cualquier caso, un poco de literatura siempre es bueno para escapar de la mediocridad de la política. Cada vez estoy más convencida de que es imposible buscar el poder sin dejar de ser mediocre. La búsqueda de poder es como una droga. Cada vez que tienes un poquito, quieres más y más y más. Ser escritor es el camino inverso. Hay que estar un poco en el fango para decir algo medianamente interesante. Hay que descender a los infiernos. Tener una buena dosis de incomodidad en definitiva. Solo con un poco de molestia, humildad y una cuota de soledad es posible reflexionar y escribir algo medianamente legible. Y a veces ni siquiera. Todo lo contrario al mundo de los poderosos. Ellos necesitan un poco del destino de los otros en sus manos. El escritor no tiene nada de ello. Solo puede apropiarse de historias ajenas, imaginar otros mundos, fantasear. Y despertar de sus sueños en su cama de siempre. En el cordón de la vereda. O con un café en un bar. Pero de una cosa deben protegerse tanto escritores como poderosos: de los aduladores. Tal como nos recuerda Maquiavelo en El príncipe, un consejero debe dar su opinión aunque solo cuando el príncipe lo requiera y sobre la materia que el príncipe pregunte. Nada de irse por las ramas. Los escritores necesitamos críticos, opiniones. Gente que nos diga las cosas a la cara. Lo que para el político es su perdición es el tesoro del escritor. Los gustos de su audiencia. No soy Amazon, no tengo herramientas de big data para saber qué perfil tienen mis lectores o si les gustó el final de mi novela. Pero me encantaría saberlo. No para complacerlos. Lo siento, cuando escribo no quiero complacer. Sino para escribir mejor. Mejorar. O simplemente seguir por mi camino.Se acaba la semana. Se viene un fin de semana electoral en España. Y si estás harto de la política, es perfecta la ocasión para leer Los viajes sonámbulos. Desconectar y pensar en algo diferente. Disfruten la vida si pueden. Hasta pronto.
El final ya es otra historia. Lo tengo en mi cabeza. Levemente sobrevolando mi cuero cabelludo. Sin embargo, no ha llegado a aterrizar en mi ordenador. Lo intuyo. Lo huelo. Eso es todo de momento. Y otras cosas más están pendientes y son importantes. Las detallo a continuación: · Precisar más los personajes. No tanto su perfil psicológico sino su apariencia física. Esto es algo que no hice bien en Los viajes sonámbulosy que quiero corregir. A veces no somos conscientes de lo importante que es describir bien el look de los protagonistas.· Corregir el borrador. Una y otra vez hasta el infinito. Aquí me puedo tirar meses y años. Soy una adicta a la corrección. Definitivamente tengo que encontrar a alguien que lo haga por mí. Alguien que esté familiarizado con los regionalismos. Y esto tiene que ver con mi siguiente punto.· Poner atención a los españolismos y argentinismos. Se mezclan mucho según qué personajes. En mi caso es particularmente difícil. Ya hablé de esto en otros posts pero se me mezclan las palabras. Ya no pertenezco a ninguna parte. · Ir pensando en el título y en la cubierta. Estas cuestiones son prematuras. Tengo tiempo para pensar en ello más adelante.Esas son algunas cuestiones que tengo en la cabeza. Pero hay muchas más. Algunas se me olvidan. Vuelven a aparecer con el tiempo. Se vuelven a ir. En fin. Ser escritor es olvidar la mitad de las tareas. Y repetir otras.Intentaré abstraerme de los debates y las cuestiones electorales para nutrir La guarida de ficción. No es que no me interese lo que pase en Madrid pero mis lectores están en muchos países y no sería justo explayarme mucho en cuestiones locales.En cualquier caso, un poco de literatura siempre es bueno para escapar de la mediocridad de la política. Cada vez estoy más convencida de que es imposible buscar el poder sin dejar de ser mediocre. La búsqueda de poder es como una droga. Cada vez que tienes un poquito, quieres más y más y más. Ser escritor es el camino inverso. Hay que estar un poco en el fango para decir algo medianamente interesante. Hay que descender a los infiernos. Tener una buena dosis de incomodidad en definitiva. Solo con un poco de molestia, humildad y una cuota de soledad es posible reflexionar y escribir algo medianamente legible. Y a veces ni siquiera. Todo lo contrario al mundo de los poderosos. Ellos necesitan un poco del destino de los otros en sus manos. El escritor no tiene nada de ello. Solo puede apropiarse de historias ajenas, imaginar otros mundos, fantasear. Y despertar de sus sueños en su cama de siempre. En el cordón de la vereda. O con un café en un bar. Pero de una cosa deben protegerse tanto escritores como poderosos: de los aduladores. Tal como nos recuerda Maquiavelo en El príncipe, un consejero debe dar su opinión aunque solo cuando el príncipe lo requiera y sobre la materia que el príncipe pregunte. Nada de irse por las ramas. Los escritores necesitamos críticos, opiniones. Gente que nos diga las cosas a la cara. Lo que para el político es su perdición es el tesoro del escritor. Los gustos de su audiencia. No soy Amazon, no tengo herramientas de big data para saber qué perfil tienen mis lectores o si les gustó el final de mi novela. Pero me encantaría saberlo. No para complacerlos. Lo siento, cuando escribo no quiero complacer. Sino para escribir mejor. Mejorar. O simplemente seguir por mi camino.Se acaba la semana. Se viene un fin de semana electoral en España. Y si estás harto de la política, es perfecta la ocasión para leer Los viajes sonámbulos. Desconectar y pensar en algo diferente. Disfruten la vida si pueden. Hasta pronto.
Published on May 22, 2015 13:48
February 16, 2015
Los (ausentes) números del sector editorial español y mis avances como escritora indie
He estado un poco dispersa estas últimas semanas. Demasiadas cosas al mismo tiempo. Lo principal es que sigo con mi segunda novela. Al principio, siempre cuesta sentarse y dejar que la historia se escurra entre mi mente y mis dedos. Pero es solo un instante. En cuanto pongo algo de voluntad los resultados son inmediatos. No puedo quejarme. En general, termino satisfecha. Pero puede haber días malos. La mayoría, cuando no escribo. Y si sé que no puedo sentarme, por lo menos escribo con la mente. Dicen que hay que llevar una libreta. Es verdad pero yo no lo hago. Hago muy pocas cosas que hago de las que dicen que un escritor debe hacer. Solo me dejo llevar. Mi novela no tiene título aun y no se lo pondré hasta que no termine. Sigo en una fase muy prematura: quiero que la historia tenga un hilo conductor claro pero me cuesta. No sirvo para eso. Tengo una intuición y me dejo llevar por el mundo que me rodea. El problema es que todo a mi alrededor cambia y entonces cambia mi novela. No puedo abstraerme nunca. Es como vivir en una jalea viscosa, dulce, eterna. Así que, he decidido, una vez más, dejarme llevar. Ya he dicho que la historia transcurre en Madrid, Asturias y Buenos Aires. Hay un poco de ciencia ficción económica y otro poco de trama de gente joven y no tan joven. Aparecen algunos de los personajes de Los viajes sonámbulos aunque no es estrictamente una segunda parte. En otro orden de cosas, debo decir que he pasado un periodo de sequía literaria como lectora: no me engancho con nada y me aburre todo. Solo me entretengo leyendo noticias en Internet. Por momentos, solo la lectura ligera de los sucesos cotidianos ocupa mi mente. A veces me pasa. Por suerte, ayer se acabó. La Tablet me cansa los ojos y necesito del papel. La pantalla está muy bien pero es una fuente inagotable de ansiedad y de cuestiones no resueltas. Siempre hay una ventana emergente por abrir. En el papel ya está todo dirimido, resuelto, finalizado. Para bien o para mal, el papel es el principio y el fin. La pantalla solo es una ventana por donde mirar el horizonte infinito. Y dan ganas de explorarlo todo aunque seamos sabedores de que nunca terminará. Empecé un libro que promete. Es de la Editorial Funambulista y hablo de El museo del silencio de Yoko Ogawa. Ya escribiré una reseña en Goodreads pero de momento, me encanta la prosa y además engancha. La verdad que iba con prejuicio. Últimamente me pasa que desconfío de las ediciones lindas. En general, luego me clavo con el contenido. No porque sea malo. Es como que me parece que solo se publica un tipo de literatura que no me llega. Un poco experimental. Demasiado ambiciosa en las formas. Qué se yo. Es una tontería pero las ediciones de bolsillo o las clásicas de tapa dura son las que más coinciden con mi gusto literario. Qué tontería que digo. No tiene que haber ninguna relación entre la calidad de la edición y su contenido pero es lo que de verdad me pasa.
Una edición hermosa. Un tamaño perfecto. Y para rematar, la historia engancha.
En cuanto al país y a la vida y a la economía, no puedo decir que me mantenga ajena. Creo que nadie puede hacerlo y, de alguna manera, nos influye. Dicen que el cine español va bien. Debo confesar que me da un poco igual. (No tengo nada contra esa industria, ojo. No me linchen)En fin, dicen también que la economía española se reactiva. No me gusta entrar en plan pesimista o en plan critica poco constructiva pero para los escritores siempre hay crisis. Sea el país que sea. Nadie habla de ellos excepto cuando les va bien. Ojo, no es una queja. Me da igual. No soy nada corporativista pero no estaría mal contar algo de datos.Hoy consultaba los datos del Gremio de Editores y no hay datos más allá de 2012. Me parece un escándalo. Ya lo he dicho en otras ocasiones pero sin estadísticas no se puede trabajar. He encontrado un artículo de El País en donde se dan algunas cifras supuestamente del Gremio de Editores pero la realidad es que no tenemos datos oficiales desde el 2012. Y de nuevo tengo que hablar de Amazon. Algo de datos podemos sacar y a lo mejor también algunas conclusiones. Miro los diez libros más vendidos en español. En el primer puesto está Emocionario un libro infantil y la lista la lideran los libros para niños, los de ficción erótica tipo 50 sombras de Grey y los de ciencia ficción juveniles. Sigue la tendencia que veníamos sospechando hace tiempo: el mercado es de los jóvenes y de los niños (¿quién dice que los jóvenes no leen?). No sabemos si leen o no pero que son un negocio no cabe duda. Otro punto importante: el precio medio de los libros. Tenemos datos del 2012 del Gremio de Editores que lo sitúan en los 14 euros aproximadamente. Las medias son muy malas y nos dan muy poca información dada la heterogeneidad de los géneros y las calidades (los libros infantiles suelen ser caros y algunos juveniles también). Otro género que también despierta mucho interés en España por lo menos, es el histórico: Los últimos españoles de Mathausen ocupa el puesto número siete entre los más vendidos en España con un precio de los más altos de la lista: 23,75 euros y más de 600 páginas.En fin, no seguiré con los números. Mi novela no es juvenil aunque sé que algunos jóvenes se enganchan con ella. Espero en un par de meses tener un borrador para dar a leer a algún lector beta. Pobrecito. Los primeros borradores tienen mucho peligro.Bueno, me retiro a mi novela. Necesito avanzar. Y aprovechar estas últimas semanas de invierno. De soledad y de tranquilidad.
Una edición hermosa. Un tamaño perfecto. Y para rematar, la historia engancha. En cuanto al país y a la vida y a la economía, no puedo decir que me mantenga ajena. Creo que nadie puede hacerlo y, de alguna manera, nos influye. Dicen que el cine español va bien. Debo confesar que me da un poco igual. (No tengo nada contra esa industria, ojo. No me linchen)En fin, dicen también que la economía española se reactiva. No me gusta entrar en plan pesimista o en plan critica poco constructiva pero para los escritores siempre hay crisis. Sea el país que sea. Nadie habla de ellos excepto cuando les va bien. Ojo, no es una queja. Me da igual. No soy nada corporativista pero no estaría mal contar algo de datos.Hoy consultaba los datos del Gremio de Editores y no hay datos más allá de 2012. Me parece un escándalo. Ya lo he dicho en otras ocasiones pero sin estadísticas no se puede trabajar. He encontrado un artículo de El País en donde se dan algunas cifras supuestamente del Gremio de Editores pero la realidad es que no tenemos datos oficiales desde el 2012. Y de nuevo tengo que hablar de Amazon. Algo de datos podemos sacar y a lo mejor también algunas conclusiones. Miro los diez libros más vendidos en español. En el primer puesto está Emocionario un libro infantil y la lista la lideran los libros para niños, los de ficción erótica tipo 50 sombras de Grey y los de ciencia ficción juveniles. Sigue la tendencia que veníamos sospechando hace tiempo: el mercado es de los jóvenes y de los niños (¿quién dice que los jóvenes no leen?). No sabemos si leen o no pero que son un negocio no cabe duda. Otro punto importante: el precio medio de los libros. Tenemos datos del 2012 del Gremio de Editores que lo sitúan en los 14 euros aproximadamente. Las medias son muy malas y nos dan muy poca información dada la heterogeneidad de los géneros y las calidades (los libros infantiles suelen ser caros y algunos juveniles también). Otro género que también despierta mucho interés en España por lo menos, es el histórico: Los últimos españoles de Mathausen ocupa el puesto número siete entre los más vendidos en España con un precio de los más altos de la lista: 23,75 euros y más de 600 páginas.En fin, no seguiré con los números. Mi novela no es juvenil aunque sé que algunos jóvenes se enganchan con ella. Espero en un par de meses tener un borrador para dar a leer a algún lector beta. Pobrecito. Los primeros borradores tienen mucho peligro.Bueno, me retiro a mi novela. Necesito avanzar. Y aprovechar estas últimas semanas de invierno. De soledad y de tranquilidad.
Published on February 16, 2015 02:25


