Alberto Bustos's Blog, page 39
October 6, 2015
‘Abordo’ y ‘a bordo’
A bordo es una expresión que significa ‘en el interior de una nave’ y se escribe siempre separada, como en el siguiente ejemplo:
(1) Yo estaba tan orgulloso de encontrarme a bordo del Santísima Trinidad que me llegué a figurar que iba a desempeñar algún papel importante en tan alta ocasión [Benito Pérez Galdós: Trafalgar].
No es necesario que nos estemos refiriendo a un barco. También puede ser un avión, un tren… Lo que me importa es que esta expresión se escribe siempre separada. No hay excepciones.
Abordo, en cambio, es una forma del verbo abordar: yo abordo. Como en el mundo actual no solemos andar al abordaje, hay pocas posibilidades de usar este verbo, como no sea en sentido figurado (e incluso así es raro). Vamos a ver un ejemplo de un uso figurado del verbo:
(2) […] la liviandad con que yo abordo la conversación me lleva a recordar la incapacidad chilena para tomarse en serio la Guerra Fría [Roberto Ampuero: Detrás del muro]
La clave está en el yo. Si no puedes ponerle el pronombre yo delante, no debes escribirlo en una sola palabra. Es una prueba que puedes aplicar para comprobar si lo estás haciendo bien.
En fin, a bordo (separado) y abordo (junto) son dos expresiones con significados completamente diferentes. Eso es lo que trata de reflejar la ortografía al darles tratamientos diferenciados. Si en algún momento te percatas de que estás escribiendo la forma abordo en una sola palabra, puedes dar por hecho que lo estás haciendo mal en el 95% de los casos. Ponle el pronombre yo delante y lo verás.
October 1, 2015
¡So golfo!
La forma coloquial so que encontramos en expresiones como so golfo, so mentiroso, etc., es un intensificador que sirve para darle más fuerza a un adjetivo que tiene un significado despectivo. Fijémonos en un ejemplo tomado de un texto literario:
(1) —Di, so golfo, ¿no te gustan las chicas? —Sí. —Pues si eres cómico, tendrás más mujeres que nadie [Fernando Fernán-Gómez: El tiempo de los trenes].
En (1) podríamos eliminar so y el significado sería el mismo:
(2) Di, golfo, ¿no te gustan las chicas?
Sin embargo, tiene más fuerza dirigirse a alguien como so golfo que como golfo a secas.
So aparece únicamente en expresiones vocativas, o sea, en las que utilizamos para hablar directamente a alguien. El porqué resulta evidente en cuanto conocemos su origen. So es la última degeneración de señor. Así es como se fue desgastando la palabra a lo largo de los siglos hasta llegar a la expresión actual:
Señor > seor > seó > so
De alguna manera, cuando estamos llamando a alguien so golfo o so guarro, se activa el recuerdo histórico de que eso en otro tiempo fue señor golfo, señor guarro.
Sin embargo, hoy señor y so se han convertido en palabras diferentes. Esto se nota en que los hablantes actuales no las asocian, pero también en el hecho de que so ha superado algunas limitaciones combinatorias de señor. Por eso se puede juntar con adjetivos femeninos sin necesidad de cambiar su forma. Es lo que ocurre en este otro ejemplo:
(3) ¿Qué has dicho tú, so golfa? [Ramón María del Valle-Inclán: Luces de Bohemia].
Lo que le ocurre a so es que ha entrado en el camino que siguen las palabras que van abandonando el léxico para pasar a formar parte de la gramática. Ya no tiene un significado concreto como el de señor, sino solamente uno abstracto que se empareja con el de otra palabra para enfatizarlo.
September 29, 2015
Las palabras terminadas en -aje se escriben con jota
En español, todas las palabras que terminan en -aje se escriben con jota. Vamos a mencionar solamente unos pocos ejemplos:
paisaje
abordaje
peaje
aterrizaje
dopaje
coraje
Podríamos aumentar la lista indefinidamente, pero da igual: si termina en -aje, se escribe con jota.
Hay que tener cuidado con los préstamos del francés. Una vez que se integran en nuestra lengua, se amoldan a nuestra ortografía. Por eso debemos escribir garaje, bricolaje, menaje, y nunca garage, bricolage, menage.
Las únicas palabras en las que encontraremos la terminación -age son extranjerismos crudos como backstage, homepage o vintage. No deberían plantear demasiados problemas.
Así que ya sabes: si te descubres escribiendo -age, hay muchas posibilidades de que estés metiendo la pata.
September 25, 2015
El primer párrafo en una entrada de blog
El primer párrafo de una entrada de blog es fundamental para las personas y para los buscadores. Ahí es donde cazas al lector o lo pierdes. Ahí es donde le dices al buscador de qué trata el artículo.
En estas pocas líneas debes anunciar a las claras el tema que se desarrollará en el resto del artículo. Si se te ocurre alguna manera de picar la curiosidad del lector, aquí es donde tienes que hacer uso de ella. Durante uno o dos segundos vas a disponer de toda la atención de una persona. Si la convences, se quedará; si no, saltará a otra página donde encontrará lo que quiere.
Anunciar el contenido correctamente es fundamental también para que los robots añadan tu escrito a su índice y, sobre todo, para que descubran de qué va. Eso es lo que le interesa al motor de búsqueda que los ha enviado porque así podrá ofrecer el contenido adecuado cuando un usuario le pregunte por el tema. Un fragmento del primer párrafo es lo que suele aparecer en los resultados de búsqueda justo debajo del enlace. Por tanto, es lo que van a encontrarse unos ojos humanos que están potencialmente interesados en tu contenido.
Este párrafo es de oro. Es moneda contante y sonante. Piensa bien en qué la gastas. Te doy unos ejemplos de lo que yo no haría: divagar, bromear, explayarme en consideraciones sobre entradas anteriores… Si no ofreces algo sustancial, los ojos humanos que se detuvieron en estas letras por un instante se apartarán y ya nunca recorrerán las líneas que faltan para llegar al segundo párrafo, que es donde decidiste empezar a contar algo que resultaba pertinente.
Este artículo forma parte del libro Escribir un blog y que te lean.
September 22, 2015
Etimología de ‘bikini’
La prenda de baño conocida como bikini toma su nombre de un atolón de las islas Marshall donde el ejército estadounidense andaba probando sus bombas nucleares allá por 1946.
Por aquella época, un diseñador francés llamado Louis Réard lanzó al mercado una creación que iba a revolucionar el panorama de la moda de baño femenina. Se trataba de una especie de bañador más bien escaso de tela y cortado en dos piezas.
No se sabe a ciencia cierta por qué le puso el nombre de aquel islote del Pacífico, pero se sospecha que pudo ser por la alegría explosiva que esperaba provocar en las playas del mundo.
La invención de Réard despertó el entusiasmo de amplios sectores del público. El bikini se convirtió en todo un éxito comercial y de este modo la palabra pasó del francés al resto de las lenguas del mundo, incluida la nuestra.
Las variantes monokini, trikini, sexykini, etc., se forman por reanálisis de la palabra original. Se reinterpreta el segmento inicial bi- como si fuera el mismo que encontramos en bi-cicleta, bi-sexual, etc. A partir de ahí ya se pueden crear nuevas formaciones como las mencionadas.
September 17, 2015
Diferencia entre ‘leer’ y ‘leerse’
Sobre los valores de me, se, etc., hay publicados libros enteros y suelen llegar la conclusión de que es más lo que ignoramos que lo que sabemos. Sin embargo, en el caso concreto de leer y leerse se puede explicar la diferencia de forma bastante clara.
Hay dos partes en la cuestión. Por un lado, encontramos un valor semántico que tiene que ver con una mayor implicación del sujeto. Me leí un libro, de alguna forma, toca más de cerca al que lo dice que Leí un libro. Por otra parte, leer un libro y leerse un libro difieren en otras propiedades semánticas que podemos observar indirectamente en los complementos de los que se rodean. Para no alargar innecesariamente el suspense, anuncio que leerse un libro implica que el objeto (o sea, el libro) se consume en su totalidad. Explico ahora los detalles.
Para empezar, el complemento directo es obligatorio con leerse, pero no con leer, que cuando aparece sin él, simplemente, tiene una interpretación general:
(1) Ayer leí.
(2) ???Ayer me leí.
Para que algo se pueda consumir en su totalidad, ese algo tiene que estar ahí.
El uno admite usos partitivos y el otro no:
(3) Los asistentes al acto leyeron en voz alta del Quijote.
(4) ???Los asistentes al acto se leyeron en voz alta del Quijote.
También tiene su lógica: leer admite que cada uno tome un trocito del texto y lo lea. Con leerse hay que consumir el texto íntegro (o, por lo menos, tener desde el principio esa intención). Fíjate en estos otros ejemplos:
(5) Ayer leí el Quijote durante dos horas.
(6) ???Ayer me leí el Quijote durante dos horas.
En (5) y (6) encontramos nuevamente el contraste entre una acción que se prolonga en el tiempo sin límites definidos y otra que tiene que alcanzar su punto final y darse por cerrada. Esto último es, precisamente, lo que vemos en (7) y (8):
(7) Leí el Quijote en una semana.
(8) Me leí el Quijote en una semana.
Aquí la acción se ha desarrollado y ha alcanzado su fin. Esto, que es una posibilidad más para leer, es imprescindible (implícita o explícitamente) para leerse.
Si haces la prueba, verás que la oposición entre leer un libro y leerse un libro tiene mucho en común con la que encontramos en comer un bocadillo frente a comerse un bocadillo.
Los lingüistas alemanes han trabajado bastante sobre estos valores, a los que suelen denominar Aktionsarten o, para que nos entendamos, ‘modos de acción’. Es más: el que nos encontramos aquí tiene un nombre: telicidad (que no es lo mismo que felicidad).
September 15, 2015
¿’Estados Unidos’ o ‘los Estados Unidos’?
El nombre del país norteamericano se puede utilizar con artículo (1) o sin artículo (2):
(1) Los Estados Unidos están dispuestos a ayudar a un gobierno de orden [Mario Vargas Llosa: Conversación en la catedral].
(2) En 1945 Estados Unidos se peleó con los rusos por el ingreso de Argentina en las Naciones Unidas [Abel Posse: La pasión según Eva].
Las dos posibilidades son igual de correctas, por lo que podemos seguir tranquilamente nuestras preferencias.
Lo que sí hay que tener en cuenta es que la versión con artículo funciona como plural. Por eso en el ejemplo (1) el verbo adopta el número plural: están dispuestos. En cambio, la variante sin artículo es singular. Lo podemos apreciar fijándonos en el verbo del ejemplo (2): se peleó.
Si te interesa esta cuestión, también querrás leer el artículo sobre el uso del artículo con nombres de países.
Nota: Los ejemplos (1) y (2) están tomados respectivamente del CORPES XXI y del CREA. Ambos corpus son propiedad de la Real Academia Española y se pueden consultar en línea en http://www.rae.es.
September 11, 2015
Escribir un blog: ve al grano
Di lo que tienes que decir y dilo pronto. Este es el primer mandamiento de la escritura en Internet. Esto, que es necesario casi siempre, se vuelve vital en los textos que escribimos para la Red.
En primer lugar, la cantidad de información que hay disponible en Internet es ingente. Por eso, nuestro lector no va a andar esperando a que tengamos a bien contarle algo interesante dentro de tres o cuatro párrafos. Si no captamos su atención inmediatamente, saltará a otro sitio donde podrá saciar su curiosidad. Además, la lectura en pantalla es muy diferente de la lectura en papel. Las condiciones de recepción resultan menos propicias para concentrarse, sobre todo hoy que gran parte de esta lectura se hace en teléfonos y otros dispositivos móviles mientras viajamos en el autobús o esperamos a un amigo. En otro apartado nos ocuparemos de la cuestión de la lectura en pantalla y las exigencias que esta plantea para el bloguero.
La información importante tiene que aparecer al principio. Tu escrito tiene que ser Crónica de una muerte anunciada y no una novela de detectives tipo Sherlock Holmes. Tienes que anunciar lo más importante de tu texto desde el principio. Después podrás ir desarrollándolo, matizándolo y aclarándolo. Debes tener presente además que muchos lectores abandonan antes de llegar al final. Por eso se relega lo secundario a las últimas posiciones.
Nota: Este artículo está tomado del libro Escribir un blog y que te lean. Las dos partes son igual de complicadas: la de escribir y la de conseguir lectores. Sin embargo, haciendo las cosas bien, deberían ser alcanzables. Échale un vistazo al libro.
September 8, 2015
Fulano, mengano y zutano
Fulano, mengano y zutano son tres alegres compañeros que aparecen en la lengua española cada vez que queremos referirnos a alguien sin dar un nombre concreto:
(1) [Rajoy] estuvo conmigo tres horas paseando por Bilbao de noche, examinándome: fulano, mengano, zutano, el quién es quién en el País Vasco, las actitudes, los problemas… [María Antonia Iglesias: Memoria de Euskadi].
(2) Aquí muchas veces la justicia debe intervenir para dictaminar si fulano o mengano tiene derecho a un tratamiento caro [El País (España), 6-10-2001].
A veces recurrimos a estas etiquetas para no nombrar a personas concretas, como en el ejemplo (1). Otras veces lo hacemos simplemente porque queremos referirnos a personas de manera genérica, sin individualizar. Tenemos un ejemplo de este uso en (2).
El orden que se suele seguir es el que encontramos en los ejemplos de arriba. Cuando hablamos de una sola persona, esta es fulano. Cuando nos referimos a dos, mentamos a fulano y a mengano. Y si se les une un tercero, la lista se amplía a fulano, mengano y zutano. Existe, incluso, un cuarto compañero, perengano; pero es raro que aparezca.
Estas denominaciones se escriben siempre en minúsculas. Únicamente admiten la mayúscula inicial cuando creamos un personaje ficticio como, por ejemplo, don Fulano Pérez.
También se usan a veces los diminutivos fulanito, menganito y zutanito. Veamos una muestra:
(3) Se dice, por ejemplo, entre ellos, que fulanito es novio de fulanita, sin saber por qué, y fulanito, por ese mero hecho, sin que le importe gran cosa de fulanita, va a esperarla con otros amigos a la puerta del colegio [Armando Palacio Valdés: Marta y María].
El ejemplo (3) también nos viene bien para señalar que son posibles las formas femeninas.
La palabra fulano admite el artículo: un fulano, el fulano. En ese caso se convierte en un sinónimo de tío en el sentido de ‘hombre’. Tiene connotaciones bastante despectivas, así que más vale utilizarlo con cuidado:
(4) ¿Tú conoces a un fulano rubio, con ojos de chiflado, que debe de ser extranjero? [José María Merino: Historias del otro lugar].
La versión femenina una fulana también existe, pero aquí conviene tener más precaución todavía porque lo que suele significar es ‘prostituta’:
(5) En cambio, si se alega infidelidad de la esposa, el marido aparece como un cornudo y ella como una fulana… si me permite la expresión [Juan Vilches: Te prometo un imperio].
Este no es un caso aislado. Ya he explicado en otro lugar lo diferente que es hablar en sentido figurado de un zorro o de una zorra.
Bueno, pues espero que este artículo sea de utilidad para todo el mundo y no solo para fulano, mengano o zutano.
August 27, 2015
Consultas lingüísticas 27-8-2015
Resolvemos la ultima tanda de consultas lingüísticas de la temporada como continuación de la emisión radiofónica.
Mónica se interesa por el uso del verbo remarcar como sustituto de ‘recalcar’ o ‘subrayar’. Este verbo entró en español como préstamo del francés remarquer. Últimamente se ha visto reforzado por el inglés remark. La Academia ya lo admite. Aun así, yo lo dejaría como último recurso, para utilizarlo cuando no quede más remedio. Antes echaría mano de alternativas como destacar, resaltar, recalcar o hacer hincapié.
Ángel se pregunta si es correcto el uso del condicional en expresiones como quien después sería nombrado ministro o que con el tiempo llegaría a ser campeón olímpico. ¿No sería preferible decir simplemente quien después llegó a ser nombrado ministro, que con el tiempo llegó a ser campeón olímpico?
Pues bien, Ángel, sí que son correctos los ejemplos que mencionas en primer lugar. El condicional es el futuro del pasado, o sea, nos sirve para hablar de acciones futuras en oraciones con verbos en pasado. Esto se ve muy bien en el estilo indirecto. Yo puedo afirmar lo siguiente:
(1) Juro que volveré.
Si después un tercero relata mi intervención, la convertirá en esto otro:
(2) Juró que volvería.
Como ves, en (2) ambos verbos se han desplazado hacia el pasado. Juro se convierte en juró, mientras que el futuro volveré es sustituido por el condicional volvería. De manera similar, cuando alguien dice que con el tiempo llegaría a ser campeón, lo que tiene en su cabeza es una expresión como esta, que le sirve de base: con el tiempo llegará a ser campeón.
Los valores de los tiempos verbales son riquísimos. El presente puede servir para hablar del presente, del pasado o del futuro. El tiempo de futuro apenas se usa para hablar del porvenir, pero nos permite dar órdenes, regañar o hacer conjeturas. Si fuéramos revisando uno por uno los diferentes tiempos verbales, nos encontraríamos con que permiten expresar en el discurso una amplísima gama de valores.
Juan Carlos quiere saber cómo se forma el plural de las siglas. Tengo un artículo escrito sobre esa cuestión que nos viene que ni pintado. Sigue el enlace y lo encontrarás.
Shanna me pregunta desde Estados Unidos por el uso de deber en español. Me propone este ejemplo, que le gustaría traducir:
(3) You should always leave the light on in the living room when you leave the house.
El verbo deber suele tener un tinte moral:
(4) Debes respetar a las personas mayores.
Por eso no sería la mejor opción aquí. Sí podríamos utilizar, en cambio, tener que:
(5) Tienes que dejar la luz encendida.
Una diferencia curiosa entre el español y el inglés es que nosotros somos mucho más mandones. No nos asusta utilizar el imperativo. Podemos decir esto tranquilamente:
(6) Deja la luz encendida.
Se le puede quitar un poco de hierro a ese imperativo añadiendo haz el favor o, simplemente, con la entonación.
También podemos recurrir a la expresión impersonal hay que:
(7) Hay que dejar la luz encendida.
Y con esto se cierra por el momento nuestro consultorio lingüístico. Quizás encontremos más adelante un medio de comunicación que lo pueda y quiera albergar.


