Zoé Valdés's Blog, page 2953

October 6, 2011

Cubita la bella! Por Esteban Fernández.

¡CUBITA LA BELLA!


por Esteban  Fernández


Casi todos los cubanos, sin lugar a dudas, al escuchar el himno, ver nuestra bandera y nuestro escudo se emocionan intensamente. Eso es normal.. Sin embargo, también una vieja película de cowboy (sobre todo las de Hopalong Cassidy), ver un episodio del abogado Perry Maso (Raymond Burr) y I LOVE LUCY, nos lleva inevitablemente a la nostalgia por la televisión que  veíamos en la Isla.


La foto del Tocororo, pensar en un  azulejo revolotendo en un solar yermo nos hace recordar a la Patria perdida, y que alguien simplemente diga: "Pon tu pensamiento en mí"  ya eso es suficiente para acordarnos de "Clavelito" y del país añorado.


Sólo hay que mencionar delante de nosotros a "Roldán el Temerario, a Leonardo Moncada, Taguaurí y su pantera roja Yeti, Cruz Diablo, a Bacallao bailando un cha cha chá con la orquesta Aragón, a Kalixto Kilowatt, al hombre de la Casa Prado, a Tinguaro, a Salmoyedo, al Cesante, a Popa" e ifso facto "estamos en Cuba".


Vemos un Chevrolet del año 57, un Buick del 56 y la mente retrocede 50 años en un segundo. Un palo de trapear, un cielo estrellado, un poema de Ernesto Montaner, un arbolito de Navidad, un paisaje, el sabor de una guayaba verde con sal, ver a una persona tirando un cubo de agua para la calle un 31 de diciembre nos llevan a recordar aquel pasado cubano. Recordar melodías de los cantantes Barbarito Diez o Vicentico Valdés por Radio Progreso "La Onda de la Alegría" o la mención del joturo guantanamero, nos montan en una "cápsula espacial" rumbo a Cuba.


Un trago de guarapo y "ya nos retrotraemos al pasado". ¿Usted nunca se ha tomado una cucharada de melao de caña, cierra los ojos, y se siente como que ha retrocedido 50 años atrás y se encuentra en medio de un central azucarero cubano?


Recordar al dominicano Alberto "El negrito del Batey" Beltrán, al chileno Lucho Gatica, al Niño de Utrera, los payasos españoles "Gaby, Fofó y Miliki" nos traslada a Cuba. Alguien dice "¿Dónde me pongo?" y recordamos al argentino Pepe Biondi y a Cuba. Lo mismo nos pasa con la canadiense Vitola "la que se defiende sola". Dígame la verdad ¿usted puede escuchar el trinar de un sinsonte, ver a un colibrí, tomarse un Mojito, escuchar las palabras Baracutey, Guaracabuya, Siboney, Siguaraya, sin que le dé "un ataque de cubanía?


Mencione delante de un anciano cubano al Stadium del Cerro, al Río Cauto, la Bahía de Nipe, el rocío mañanero, a la C.M.Q., al Congo de Catalina, a la Manzana de Gómez, al Focsa, al Bidet de Paulina, al Cristo de La Habana, a La Virgen del Camino, al Aeropuerto José Martí, el río Yayabo, los panques de Jamaica,  y sus corazones brincan de alegría.


Una luciérnaga, la imagen de San Lázaro, una rosa blanca, una luna llena  reflejada en el océano, un viejo y deteriorado  radio RCA VICTOR, una lagartija, un grillo,  los muñequitos de El Pájaro Loco y La Pequeña Lulú, una carriola, unos mamoncillos, un batido de leche malteada, una barra de  dulce guayaba, una mata de chirimoya, de anón o  de guanábana, escuchar el grito de Tarzán, todo nos recuerda a la Cuba del pasado glorioso.


Unas viejas películas de Miguel Aceves Mejía, de Pedro Vargas, de Pedro Infante, de Tin Tan, de Cantinflas de Tom Mix, Roy Rogers, Tony Curtis, Rock Hudson, Johnny  Weissmuller, Bill Halley con su guitarra cantando "Al compás del reloj", llevan nuestras  mentes a los cines habaneros. Un buen helado de mantecado y ¡ya estamos en Santiago de las Vegas!


Unos niños en un parque jugando a la viola, una gaviota volando sobre el mar, el canto de un gallo al amanecer, el zumbido de una abeja, una amenazadora avispa, una Montaña Rusa, un cachumbambé, un "tío vivo", el olor a chapapote, una carroza en un carnaval, alguien  tirando una serpentina, una cucharada de azúcar  prieta,  el olor de un Habano, Gaspar, Melchor y Baltazar, las aguas cristalinas de un río, un aguacero, un rayo, un trueno, el ulular de una lechuza, los dados del  cubilete, una guayabera, un machete Collins, Cachucha y Ramón, una maltrecha foto del Caballero de París y 14 mil cosas mas nos recuerda a Cuba. ¡Casi siempre en los corazones, en las  almas y en los cerebros de los  cubanos!



(Amabilidad del autor).



Filed under: Cultura, Sociedad, Uncategorized Tagged: Cuba, Esteban Fernández
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Published on October 06, 2011 02:04

Cubita la bella! Por Esteban Fernandez.

¡CUBITA LA BELLA!


por Esteban  Fernández


Casi todos los cubanos, sin lugar a dudas, al escuchar el himno, ver nuestra bandera y nuestro escudo se emocionan intensamente. Eso es normal.. Sin embargo, también una vieja película de cowboy (sobre todo las de Hopalong Cassidy), ver un episodio del abogado Perry Maso (Raymond Burr) y I LOVE LUCY, nos lleva inevitablemente a la nostalgia por la televisión que  veíamos en la Isla.


La foto del Tocororo, pensar en un  azulejo revolotendo en un solar yermo nos hace recordar a la Patria perdida, y que alguien simplemente diga: "Pon tu pensamiento en mí"  ya eso es suficiente para acordarnos de "Clavelito" y del país añorado.


Sólo hay que mencionar delante de nosotros a "Roldán el Temerario, a Leonardo Moncada, Taguaurí y su pantera roja Yeti, Cruz Diablo, a Bacallao bailando un cha cha chá con la orquesta Aragón, a Kalixto Kilowatt, al hombre de la Casa Prado, a Tinguaro, a Salmoyedo, al Cesante, a Popa" e ifso facto "estamos en Cuba".


Vemos un Chevrolet del año 57, un Buick del 56 y la mente retrocede 50 años en un segundo. Un palo de trapear, un cielo estrellado, un poema de Ernesto Montaner, un arbolito de Navidad, un paisaje, el sabor de una guayaba verde con sal, ver a una persona tirando un cubo de agua para la calle un 31 de diciembre nos llevan a recordar aquel pasado cubano. Recordar melodías de los cantantes Barbarito Diez o Vicentico Valdés por Radio Progreso "La Onda de la Alegría" o la mención del joturo guantanamero, nos montan en una "cápsula espacial" rumbo a Cuba.


Un trago de guarapo y "ya nos retrotraemos al pasado". ¿Usted nunca se ha tomado una cucharada de melao de caña, cierra los ojos, y se siente como que ha retrocedido 50 años atrás y se encuentra en medio de un central azucarero cubano?


Recordar al dominicano Alberto "El negrito del Batey" Beltrán, al chileno Lucho Gatica, al Niño de Utrera, los payasos españoles "Gaby, Fofó y Miliki" nos traslada a Cuba. Alguien dice "¿Dónde me pongo?" y recordamos al argentino Pepe Biondi y a Cuba. Lo mismo nos pasa con la canadiense Vitola "la que se defiende sola". Dígame la verdad ¿usted puede escuchar el trinar de un sinsonte, ver a un colibrí, tomarse un Mojito, escuchar las palabras Baracutey, Guaracabuya, Siboney, Siguaraya, sin que le dé "un ataque de cubanía?


Mencione delante de un anciano cubano al Stadium del Cerro, al Río Cauto, la Bahía de Nipe, el rocío mañanero, a la C.M.Q., al Congo de Catalina, a la Manzana de Gómez, al Focsa, al Bidet de Paulina, al Cristo de La Habana, a La Virgen del Camino, al Aeropuerto José Martí, el río Yayabo, los panques de Jamaica,  y sus corazones brincan de alegría.


Una luciérnaga, la imagen de San Lázaro, una rosa blanca, una luna llena  reflejada en el océano, un viejo y deteriorado  radio RCA VICTOR, una lagartija, un grillo,  los muñequitos de El Pájaro Loco y La Pequeña Lulú, una carriola, unos mamoncillos, un batido de leche malteada, una barra de  dulce guayaba, una mata de chirimoya, de anón o  de guanábana, escuchar el grito de Tarzán, todo nos recuerda a la Cuba del pasado glorioso.


Unas viejas películas de Miguel Aceves Mejía, de Pedro Vargas, de Pedro Infante, de Tin Tan, de Cantinflas de Tom Mix, Roy Rogers, Tony Curtis, Rock Hudson, Johnny  Weissmuller, Bill Halley con su guitarra cantando "Al compás del reloj", llevan nuestras  mentes a los cines habaneros. Un buen helado de mantecado y ¡ya estamos en Santiago de las Vegas!


Unos niños en un parque jugando a la viola, una gaviota volando sobre el mar, el canto de un gallo al amanecer, el zumbido de una abeja, una amenazadora avispa, una Montaña Rusa, un cachumbambé, un "tío vivo", el olor a chapapote, una carroza en un carnaval, alguien  tirando una serpentina, una cucharada de azúcar  prieta,  el olor de un Habano, Gaspar, Melchor y Baltazar, las aguas cristalinas de un río, un aguacero, un rayo, un trueno, el ulular de una lechuza, los dados del  cubilete, una guayabera, un machete Collins, Cachucha y Ramón, una maltrecha foto del Caballero de París y 14 mil cosas mas nos recuerda a Cuba. ¡Casi siempre en los corazones, en las  almas y en los cerebros de los  cubanos!


(Amabilidad del autor. Perdonen los errores pero no estoy en mi computadora. Les debo tambien la foto del tocororo cubano enviada por Esteban Fernandez). Gracias.



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Published on October 06, 2011 02:04

Muere Steve Jobs, el hombre más brillante y sensible de los últimos tiempos.

Siento mucho esta noticia, no he podido evitar hundirme en el llanto. Steve Jobs es, a mi juicio, el hombre más brillante y más sensible de los últimos tiempos. Un poeta, un sabio. Gracias a Steve Jobs por su vida, su inteligencia, su amor y su libertad de creador.



[image error]


Gracias por el video a Klary.



Filed under: Ciencia, Cultura, Internet, Sociedad Tagged: Steve Jobs
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Published on October 06, 2011 00:56

October 5, 2011

Candidatos republicanos boicotean debate en Univisión.

Aquí. En respuesta a la manipulación y chantaje…



Filed under: Política Tagged: Estados Unidos, Miami, Univisión
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Published on October 05, 2011 13:04

Jorge Bolet toca Mendelssohn. Variaciones serias.

Para Tito y Klary.







Hoy estaré viajando, en tren, que como he venido diciendo desde 1986, es el viaje que más me gusta, el que se hace en tren. He recorrido casi toda Europa en tren. En esos trenes he hecho de todo, leo, escribo, duerno… Escribí un poemario en 1986, publicado en 1996, titulado Vagón para fumadores (editado por Lumen en España y Actes-Sud en Francia), cuyos poemas fueron todos escritos en esos vagones, cuando existían, para fumadores de todo tipo. Una buena parte de mi vida ha transcurrido en los trenes del mundo entero, incluídos los cacharreros de Cuba, como el tren de Jersey, en mis viajes a Matanzas, la Atenas de Cuba, o la Antena de Cuba.


Hasta más tarde. Espero que cuando regrese ya se haya caído el castrismo.



Filed under: Arte, Cultura, Música Tagged: Cuba, Francia, Jersey, Matanzas
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Published on October 05, 2011 00:37

África como destino cubano.

ÁFRICA COMO DESTINO CUBANO.


Recientemente algunos cubanos se han declarado muy felices al obtener la nacionalidad de la República Democrática del Congo (Cubanet). De alguna manera tiene su lógica, primero, los cubanos también somos de origen africano, segundo, los esclavos en los que ha convertido el castrismo a los cubanos sólo podrían encontrar felicidad en la tierra de aquellos ancestros, que fueron secuestrados, esclavizados, y enviados a Cuba, durante la colonización española. No lo harían de manera vengativa, de ninguna manera, eso sí que no tendría coherencia de ningún tipo, pero sí en tono de reconocimiento, de identificación.


Resulta curioso que tantísimos años más tarde, el cubano, que vivió épocas de gran prosperidad en la Cuba Republicana, se sienta mejor y más feliz siendo congolés en África, que en la Cuba "revolucionaria" que se hizo bajo los Castro supuestamente para el bien de todos, que también y fatalmente es su lugar de nacimiento. Y más extraño parecería, si somos sinceros y recordamos que antes del año 1959 los cubanos siempre fueron los seres más sedentarios del planeta, a quienes no gustaba viajar, y mucho menos salir de su isla ni para buscar centellas. "Afuera no se me ha perdido nada" expresaban airosos, y hasta altaneros.


En los últimos 52 años la mayor aspiración de los cubanos ha sido huir del castrismo, no del país. Fugarse lo más lejos posible de ese horror y error llamado Revolución Cubana ha constituido el sueño máximo. De este modo encontramos cubanos exiliados en los lugares más insólitos de la tierra: De taxista (con camellos) en el Sahara, de bailarina de vientre en El Cairo, de gastrónoma en Bangladesh, de maestro de cocina en Groenlandia, de médico y vendedor de tabacos en Haití, de animador de turismo en Santo Domingo, de ebanista en Tel Aviv, de salsero en El Líbano, y así sucesivamente… Los cubanos han inundado el planeta, huyendo del peor sistema social del mundo: el castrista.


Se sienten felices con ser congoleses, angolanos, bolivianos, guatemaltecos, argentinos, franceses, norteamericanos, paquistaníes, de todo, cualquier cosa, menos con ser cubanos. Sin embargo, hasta hace algunas décadas: cinco y más, los cubanos se sentían muy orgullosos de ser su nacionalidad. Tenían un país, una cultura, y vivían cómodamente dentro de sus valores. Luchaban por desarrollarse y contribuir al desarrollo de su isla. En el pasado hallaban el ejemplo de sus héroes, combatientes en la Guerra de Independencia, en el presente construían un país con enormes posibilidades sociales y económicas, e imaginaban el futuro con una alegría incomparable.


Pero llegó el Comandante y mandó a parar, llegó un hijito de latifundista extranjero, estudiado y leído con los jesuitas, aunque sin terminar su carrera de abogado se colocó la máscara del defensor de los pobres, se exiló por poco tiempo en México, hizo dinero con su exilio (se lo entregó la burguesía cubana, tan odiada por él), y eso que era un botellero de Batista, de ese modo abandonó a su esposa e hijo; regresó en un barco, vestido de guerrillero, amedrentó a los campesinos, secuestró a su hijo, separándolo de su madre para toda la vida (ahora al final ha permitido que esa señora regrese a Cuba a ver al hijo que le crió la Revolución), y se puso a arengar en contra de los norteamericanos, en contra del pueblo trabajador, arremetió en contra de la burguesía, expulsó a los religiosos, desmanteló la economía, hizo y deshizo, asesinó a inocentes, ejecutándolos como si fueran animales, robó y mató al pueblo, y el pueblo lo aplaudió. Se hizo el amo de una rebautizada finca, llamada Cuba, y por su culpa, los cubanos, los mismos que lo aplaudieron, han tenido que huir, en sucesivas generaciones de apaleados, torturados, amargados, y desmoralizados esclavos.


Aun así todavía la izquierda mundial invita a sus representantes a que den conferencias en nombre de la América Latina, sus escritores animan tinglados donde se defiende el derecho del castrismo a representar a un pueblo que ya no puede más vivir en la ignominia, y que prefieren irse a la África salvaje, pero democrática, que antes de vivir en la castro-comunista Cuba del capitalismo todavía más salvaje, puramente miserable y lo peor: Fea, vulgar, mentirosa, enana e inculta.


Zoé Valdés.


Publicado por El Economista.



Filed under: Política Tagged: Castrismo, Cuba, Fidel Castro, Groenlandia, Santo Domingo, Tel Aviv, Zoé Valdés
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Published on October 05, 2011 00:29

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