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December 25 - December 30, 2024
Cowards die many times before their deaths; The valiant never taste of death but once.
praecones, esto es, funcionarios de justicia, esclavas, esclavos,
atrienses, legionarios, oficiales romanos, oficiales pónticos, ajustadores de clepsidras, ciudadanos romanos anónimos, etcétera.
Se sienten con derecho a todo y por encima de los ciudadanos, del pueblo de Roma, y también por encima de los socii, nuestros aliados en Italia.
hijo mío, sólo tu familia desciende directamente de Julo, del hijo de Eneas, sólo tú eres sangre de la sangre de Venus y Marte. Sólo tú eres especial. Sólo tú, mi pequeño. Sólo tú.
Ojalá seas, entonces, tan fuerte como Marte, tan victorioso como Venus.
Recuérdalo siempre, hijo mío: Roma eres tú.
un pequeño grupo de familias aristocráticas, reunidas en torno al Senado, acumulaban terrenos y dinero año tras año, mientras que a la inmensa mayoría de los habitantes de Roma y a los campesinos de las poblaciones vecinas apenas se les invitaba a aquel descomunal festín de riqueza y poder: las tierras quedaban en manos de unos pocos senadores latifundistas, a la par que el oro y la plata y los esclavos terminaban también en manos de aquellas mismas familias patricias senatoriales.
senatus consultum ultimum,
Roma estaba partida en tres: populares, optimates y socii. Apareció entonces un joven romano, patricio de origen, pero sensible a las reclamaciones de los populares y de los socii, que se percató de que había un cuarto grupo en liza, al que nadie prestaba atención aún: los provinciales, los habitantes de las nuevas provincias que Roma iba anexionándose desde Hispania hasta Grecia y Macedonia, desde los Alpes hasta África.
De hecho, muy pocos repararon en él hasta un juicio que tuvo lugar en el año 77 a. C., donde este hombre aceptó intervenir como fiscal acusador, pese a su juventud.
corruptio
Sólo un loco o un iluso podía aceptar ejercer la acusación en semejantes circunstancias.
Se trata más bien de unirnos a los que mandan o alejarnos de ellos, pero nunca, ¿me oyes, Cayo?, nunca enfrentarse a los senadores optimates.
aceptas, te masacrarán en el juicio, primero, y luego te asesinarán en cualquier calle oscura o a plena luz del día en el foro. No sería la primera vez.
te estarías enfrentando a Cota, a tu propio tío, al hermano de tu madre, a quien Dolabela ya ha contratado como defensor. ¿Es eso lo que quieres? ¿Obligar a tu madre a que se vea forzada a decidir, a elegir entre su propio hermano o su hijo?
ha perpetrado crímenes horribles, delitos aún más execrables en un senador que debería dar ejemplo con su comportamiento; crímenes, a fin de cuentas, por los que debería pagar un alto precio.
No eres lo bastante fuerte para enfrentarte a tu tío Cota y a Hortensio, que tienen mucha experiencia como abogados defensores; y a los jueces, que estarán comprados, sobornados, con toda seguridad —opuso Labieno con sentido común.
La compra de jueces era habitual en Roma cuando el acusado era un senador poderoso y rico.
Y el dinero era el que ganaba siempre en los juicios en Roma.
Era como si aquella matrona hubiera querido forjar en su joven hijo un líder nato, alguien que no se detuviera ante nada y ante nadie.
Sólo alguien que no temió a Sila en el pasado será capaz de enfrentarse a Dolabela y su dinero, sus artimañas y su crueldad presentes.
La diosa Fortuna estuvo contigo entonces, aunque no creo que sea inteligente vivir de nuevo al límite y que tengas que averiguar si los dioses, una vez más, van a salvarte o a abandonarte.
las guerras contra Yugurta en África y contra los cimbrios y teutones en el norte, le gustaba aquella mujer con la que se había desposado su cuñado.
Violencia contra violencia, eso es cierto, pero el Senado es siempre más fuerte si se trata de violencia
En tiempos de traiciones políticas constantes, encontrar una casa donde poder hablar con sosiego, donde ser escuchado y sentirse apoyado, era un bálsamo que Mario apreciaba sobremanera.
generó resquemor en el Senado, pero también entre los socii
de nuestras ciudades aliadas en Italia, pues
consideraban que los terrenos al norte del Po...
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—Pero cuando el Senado emite un senatus consultum ultimum suele encomendar a alguien la ejecución de lo que se ordena en ese decreto, ¿no es así?
Más allá de la cuestión moral de promover un asesinato, porque, además, es un error en este pulso brutal: Saturnino y Glaucia interpretan que el Senado está vencido, cuando yo creo que simplemente está midiendo sus tiempos, calculando cómo y cuándo contraatacar para volver a hacerse con el poder completo, situando en el tribunado de la plebe y en la pretura a hombres de su confianza que no promuevan estos repartos de tierras, riqueza o derechos y así, por fin, aislarme del todo antes de asestarme el golpe definitivo.
si sigo al lado de Saturnino y Glaucia y los protejo, o si me paso al bando de los optimates y doy cumplimiento al senatus consultum ultimum.
Y por eso estoy aquí, porque lo que decida va a afectar a toda mi familia y vosotros, desde que me casé con Julia, sois también mi familia.
La has tomado, por eso estás aquí. Has venido a advertirnos.
Gracias, Mario —dijo Cayo Julio César padre—. Por pensar en nosotros.
Y no sólo eso: voy a negociar hasta que les conmuten la pena de muerte por el exilio. Lo del juicio es sólo para ganar tiempo.
Preveo que el Senado va a recuperar todo el terreno perdido estos últimos años de dominio del propio Mario, Saturnino, Glaucia y otros populares.
Y se explicó, pues en la explicación estaba el divertimento—:
Arx Tarpeia Capitolii proxima.
La venganza no es cuestión de prisa. Es cuestión de determinación, de espera y de asestar un único y certero golpe en el momento adecuado. Ni un segundo antes, ni un segundo después.
En una lucha cuerpo a cuerpo contra veteranos, terminarían cediendo. Se retiró unos pasos.
Los socii —respondió Cota, y bebió un trago antes de explayarse—: Todos, desde siempre, desde los Gracos, han intentado cambiar las cosas promoviendo una redistribución de la riqueza concentrados en el enfrentamiento entre la plebe y el Senado, pero las ciudades aliadas y su reivindicación del derecho de ciudadanía romana será lo que lo desestabilice todo, lo que puede inclinar el fiel de la balanza en el favor de unos o de otros.
solium
Cicerón no se ha alineado aún ni con los optimates que protegen a Dolabela, ni con los populares que se enfrentaron a su terrible jefe Sila, como hizo mi tío o como sigue haciendo Sertorio en Hispania.
Era cierto que había estado poco hábil en la forma de expresarse y que se había trabado más de una vez en su discurso, pero no había dejado de aportar todos los datos que habían preparado la noche anterior.
Los nombres de los tribunos de la plebe en rebelión contra el Senado no merecían hueco en la memoria, según la mente fría y dura de Metelo.
Más cerca, a su izquierda, se hallaba su contrincante inesperado en aquella divinatio: Marco Tulio Cicerón y, junto a él, el viejo griego Arquias, su maestro en oratoria.
Quinto Cecilio Metelo hijo,
César lo observaba con atención: su contrincante dominaba la escena, no sólo eran sus palabras, era la forma de moverse por la sala, los silencios medidos, las pausas, la mirada.
macedonios,

