More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
by
Adam Tooze
Read between
December 31, 2018 - January 18, 2019
Por una vez, se trataba de una crisis de la que no se podía culpar a la periferia. Era una crisis que «emanaba de la primera economía mundial». Durante décadas se había aleccionado a América Latina diciendo que «el mercado lo solucionaba todo». Wall Street se estaba hundiendo y el presidente Bush prometía que el Tesoro estadounidense acudiría al rescate. Pero ¿estaba Estados Unidos en condiciones de responder? Fernández de Kirchner señaló que «la presente intervención» no solo era «la más formidable de la que se tenga memoria», sino que la estaba llevando a cabo un Estado con un «colosal
...more
unilateralismo estadounidense, nadie pudo ignorar los ecos de 2003, de Irak y las luchas en torno a aquella catastrófica guerra. Fue un momento que había dividido profundamente a Europa y Estados Unidos, a los gobiernos y a los ciudadanos.7 Había revelado una alarmante distancia en materia de cultura política entre ambos continentes.
En connivencia con Tony Blair, habían engañado al mundo sobre las armas de destrucción masiva. Con sus descaradas apelaciones a la inspiración divina y su fervor de cruzados, habían hecho alarde de su desprecio por la concepción de la modernidad con la que tanto a la UE como a la ONU les gustaba alinearse: ilustrada, transparente, progresista, cosmopolita. Obviamente, se trataba de pura fachada, de su propio tipo de política simbólica.
símbolos son importantes. Son ingredientes esenciales para la construcción de significados y de hegemonía.
Mientras el mundo se enfrentaba a una crisis financiera de proporciones mundiales, los republicanos eligieron para la vicepresidencia en la candidatura de John McCain a la gobernadora de Alaska Sarah Palin, manifiestamente incompetente, cuya percepción pueril de los asuntos internacionales la convirtió en el hazmerreír del mundo. Y lo peor fue que una gran parte del electorado estadounidense no entendió el chiste. Adoraban a Palin.9
Por un lado, la impresionante exhibición olímpica de China dejó en ridículo a cualquier otra que se hubiera visto en Occidente, en especial a los funestos juegos de Atlanta de 1996, que conviene recordar que fueron interrumpidos por el atentado perpetrado con una bomba de fabricación casera por un fanático de extrema derecha.10
En realidad, la crisis no fue meramente estadounidense, sino mundial y, sobre todo, tuvo su génesis en Estados Unidos. Y de un modo polémico y problemático tuvo el efecto de volver a centrar la economía financiera mundial en Estados Unidos como el único Estado capaz de afrontar el desafío que planteaba.15 Esa capacidad es un efecto de su estructura: Estados Unidos es el único Estado con la capacidad de emitir dólares. Es también una cuestión de acciones, de decisiones políticas: positivas en el caso de Estados Unidos y desastrosamente negativas en el de Europa. Esclarecer el alcance de esta
...more
al doble déficit de Estados Unidos, el presupuestario y el comercial, y sus consecuencias para la dependencia de Estados Unidos de los préstamos del exterior. Las deudas contraídas por la administración Bush eran la bomba que se esperaba que estallara.
Las crisis de los mercados emergentes en los años noventa —México (1995); Corea, Tailandia, Indonesia (1997); Rusia (1998), y Argentina (2001)— habían enseñado con qué facilidad se podía perder la soberanía estatal y se había aprendido la lección. En 2008, tras una década acumulando reservas, ninguna de las víctimas de los años noventa se vio obligada a recurrir al Fondo Monetario Internacional. La respuesta de China a la crisis financiera que importó de Occidente fue de proporciones históricas mundiales y aceleró drásticamente el cambio en el equilibrio mundial de la actividad económica hacia
...more
Entre los mercados emergentes, los dos que más dificultades tuvieron con la crisis de 2008 fueron Rusia y Corea del Sur. Lo que tenían en común, además del auge de las exportaciones, era una profunda integración financiera en Europa y Estados Unidos. Esa sería la clave. Lo que experimentaron no fue solo un desplome de las exportaciones, sino una «parada súbita» de la financiación de sus sectores bancarios.17 Como consecuencia, países con superávits comerciales y enormes reservas de divisas, supuestamente los elementos esenciales de la autonomía económica nacional, sufrieron graves crisis
...more
En los debates sobre el comercio internacional ahora se admite ampliamente que lo importante ya no son las economías nacionales. Lo que impulsa el comercio mundial no son las relaciones entre las economías nacionales, sino las empresas multinacionales que coordinan amplias «cadenas de valor».21 Lo mismo sucede con el sistema monetario global.
Pese a todas las presiones que los clásicos «desequilibrios macroeconómicos» en los presupuestos y en el comercio pueden ejercer, un pánico bancario mundial moderno mueve mucho más dinero de forma mucho más abrupta.24
en Europa, no solo no existían reservas, sino que las dimensiones de los bancos y su negocio denominado en dólares hicieron que cualquier tentativa de autoestabilización autárquica fuera impensable. Ninguno de los principales bancos centrales había evaluado el riesgo con antelación. No previeron que las finanzas globalizadas podrían estar interconectadas con el boom hipotecario estadounidense. La Fed y el Tesoro calcularon mal el alcance de las consecuencias de la quiebra de Lehman el 15 de septiembre. Nunca antes, ni siquiera en los años treinta, un sistema tan grande e interconectado había
...more
los europeos y los estadounidenses no solo rescataron a sus bancos en dificultades a escala nacional. La Reserva Federal de Estados Unidos introdujo una innovación realmente espectacular. Se erigieron en proveedores de liquidez en última instancia al sistema bancario mundial. Proporcionaron dólares a todos los interesados en Nueva York, ya fueran bancos estadounidenses o no. A través de las llamadas líneas swap de liquidez,* la Fed autorizó a un grupo escogido de bancos centrales importantes para que concedieran créditos en dólares según las demandas del mercado. En un enorme despliegue de
...more
En realidad, el régimen de moderación y disciplina del neoliberalismo funcionaba con una salvedad. Ante una grave crisis financiera que amenazaba intereses «sistémicos», se descubrió que vivíamos en una época de gobiernos grandes, no limitados, de medidas ejecutivas a gran escala, de intervencionismo que tenía más en común con las operaciones militares o la medicina de urgencias que con la gobernanza sujeta a la ley. Esto puso de manifiesto una verdad esencial, pero desconcertante, cuya negación había determinado todo el desarrollo de la política económica desde los años setenta. Las bases del
...more
En la cúspide de la pirámide monetaria moderna se encuentra el dinero fiduciario.28 Creado y sancionado por los Estados, su único «respaldo» es su curso legal. Este hecho sorprendente se volvió literalmente cierto por primera vez en 1971-1973, con el derrumbe del sistema de Bretton Woods. En virtud del acuerdo de Bretton Woods de 1944, el dólar, en tanto que ancla del sistema monetario mundial, estaba vinculado al oro. Obviamente, no era más que una convención. Cuando a Estados Unidos le resultó demasiado difícil mantenerlo (para ello habría sido necesaria una deflación), el presidente Nixon
...more
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
Los rescates bancarios de 2008 suscitaron recriminaciones continuas y amargas, y con razón. Se utilizaron centenares de miles de millones de fondos de los contribuyentes para rescatar bancos codiciosos. Algunas intervenciones reportaron beneficios y otras, no.
En realidad, el sistema financiero no se compone de «flujos monetarios nacionales». Tampoco consiste en una masa de empresas pequeñas, anónimas y microscópicas: el ideal de la «competencia perfecta» y el equivalente económico al ciudadano individual. La inmensa mayoría de la generación de crédito privado se debe a una oligarquía empresarial muy cerrada: las celdas clave de la matriz interconectada de Shin. A escala mundial, son importantes veinte o treinta bancos. Si se tienen en cuenta los bancos con relevancia a escala nacional, la cifra mundial asciende a quizá un centenar de grandes
...more
La cruda verdad sobre la «histórica» política de inyección global de liquidez de Ben Bernanke era que implicaba entregar billones de dólares en préstamos a esa camarilla de bancos, a sus accionistas y a sus directivos con remuneraciones escandalosas. Como veremos, podemos desglosar con exactitud qué obtuvo cada uno.
Para agravar aún más el bochorno, aunque la Fed es un banco central nacional, al menos la mitad de su aporte de liquidez fue a parar a bancos cuya sede no estaba en Estados Unidos, sino en Europa en la inmensa mayoría de los casos. Si desde el punto de vista intelectual la crisis fue una crisis de la macroeconomía, y en la práctica fue una crisis de los instrumentos convencionales de la política monetaria, también fue una profunda crisis de la política moderna. Por muy inéditas y eficaces que puedan haber sido las medidas de la Fed, sus consecuencias prácticas apenas eran justificables incluso
...more
¿Cómo se explica la extraña transformación de una crisis de prestamistas en 2008 en una crisis de prestatarios después de 2010? Es difícil no sospechar de un juego de manos. Mientras los contribuyentes europeos lo pasaban muy mal, los bancos y otras entidades de crédito se financiaban con dinero inyectado en los países rescatados. Es fácil concluir que la lógica oculta de la crisis de la zona euro después de 2010 fue una repetición de los rescates bancarios de 2008, pero esta vez encubiertos.
Es cierto que se trataba de una lógica de clases, «proteger primero a Wall Street y preocuparse después por Main Street», pero al menos tenía una razón de ser y funcionó a gran escala. Atribuir esa misma lógica a la gestión de la zona euro equivale a reconocer demasiado mérito a los líderes europeos. La historia que aquí se cuenta no es la de un truco político con éxito, con el que las élites de la UE ocultaron con esmero sus intentos de proteger los intereses del gran capital europeo. Es la de un descarrilamiento, un caos de visiones opuestas, un desalentador drama de oportunidades perdidas,
...more
El inexorable descenso de la Europa empresarial en el ranking mundial es evidente para todos. Aunque podamos desear lo contrario, la economía mundial no está dirigida por medianas empresas «Mittelstand», sino por unos cuantos miles de corporaciones gigantescas con participaciones interrelacionadas controladas por un reducido grupo de gestores de activos. En ese campo de batalla de la competencia empresarial, las crisis de 2008-2013 depararon a la capital europea una derrota histórica. Sin duda, son muchos los factores que contribuyen a ello, pero uno fundamental es la situación de la propia
...more
Al menos tres veces, en la primavera de 2010, en el otoño de 2011 y de nuevo en el verano de 2012, la zona euro estuvo al borde de una ruptura desordenada y existió la cara posibilidad de que la crisis de deuda soberana absorbiera billones de dólares de deuda pública.
la crisis financiera y económica de 2007-2012 se transformó entre 2013 y 2017 en una crisis política y geopolítica mundial del orden posterior a la guerra fría.
La crisis agravó las tensiones ya existentes generadas por una desigualdad y una privación de derechos cada vez mayores, y las drásticas medidas adoptadas contra la crisis desde 2008, pese a su eficacia a corto plazo, tienen sus propios efectos secundarios negativos.
victoria de Donald Trump figura la extraordinaria y zafia versión de la política posverdad que personifica. No dice la verdad. No razona. No habla de manera coherente. El poder parece haberse desvinculado de los valores fundamentales de la razón, la coherencia lógica y las pruebas fehacientes. ¿Qué ha causado esta degeneración? Cabe mencionar un conjunto de factores. Evidentemente, la desaprensiva demagogia política, la degradación de la cultura popular y el cerrado mundo de la televisión por cable y las redes sociales son parte del problema, al igual que la personalidad de Trump.
lo que la historia de la crisis demuestra son dificultades profundamente arraigadas y persistentes para abordar «objetivamente» nuestra situación actual. No solo los tildados de populistas tienen un problema con la verdad. Va mucho más allá y es mucho más profundo, y afecta tanto al centro como a los márgenes de la política convencional.
Fue el actual presidente de la Comisión Europea quien anunció en la primavera de 2011: «Cuando las cosas se ponen serias, tienes que mentir».52 Se podría decir que, al menos, sabe lo que hace. Si creemos a Jean-Claude Juncker, lo que actualmente exige la gobernanza del capitalismo es simplemente un enfoque posverdad del discurso público.
Volver la mirada atrás no es un acto de negación. Es simplemente una aportación al necesario esfuerzo colectivo de aceptar el pasado, de averiguar qué falló. Y hacerlo no sustituye a indagar en el funcionamiento de la maquinaria financiera.
La Brookings es considerada por muchos como el centro de investigación en ciencias sociales más influyente del mundo. La
En junio de 2001, tras la caída de las puntocom y unas controvertidas elecciones, la administración Bush había aplicado una reducción fiscal que se estimaba que costaría al gobierno federal 1,35 billones de dólares en diez años.6 Esto benefició a sectores clave, pero también acabó con los superávits de Rubin y lo hizo intencionadamente. Los republicanos se habían convencido de que los superávits tendían a fomentar un mayor gasto público. Su enfoque fue el contrario, lo que los estrategas republicanos de la época de Reagan denominaron «matar de hambre a la bestia».7 Al consolidar los recortes
...more
Para 2008, la factura solo para Afganistán e Irak ascendía como mínimo a 904.000 millones. Los cálculos menos conservadores situaban la cifra en 3 billones de dólares. Era, sin duda, más de lo que Estados Unidos había gastado en cualquier guerra desde la segunda guerra mundial.8
es cada vez más insostenible en un entorno con déficits grandes y permanentes. Los déficits importantes continuos pueden afectar de forma grave y adversa a las expectativas y a la confianza, lo que, a su vez, puede generar un ciclo negativo que se retroalimente entre el déficit fiscal subyacente, los mercados financieros y la economía real.» En resumen, los análisis convencionales no eran suficientemente alarmistas. Lo que no «consideraban seriamente» era la posibilidad de que Estados Unidos se encaminara hacia un «desorden fiscal o financiero».
como Obama había insinuado, lo que más preocupaba a los rubinitas no eran los inversores nacionales. La principal preocupación eran los inversores extranjeros. Los déficits de la administración Bush fueron financiados en gran medida por la compra de bonos desde el extranjero. Como señalaba el documento de Orszag y Rubin, se seguía considerando que los bonos del Tesoro estadounidense eran la inversión más segura del mundo. No había ninguna posibilidad de impago o de un aumento repentino de la inflación. «Pero si esa expectativa cambiara y a los inversores les costara entender cómo el proceso de
...more
Si los inversores dejan de comprar bonos yanquis, el dólar se hundiría y los tipos de interés y la inflación se disparararian
La magnitud de los déficits de Estados Unidos hacía que fuera vulnerable a las presiones del mercado de bonos. El hecho de que los inversores extranjeros pudieran dar la espalda de repente a los títulos del Tesoro evocaba la pesadilla de una repentina paralización de la financiación externa de los desequilibrios estadounidenses. No obstante, era la identidad de los inversores extranjeros lo que hacía que este escenario suscitara verdadero terror. Hasta los años ochenta, los principales inversores extranjeros en Estados Unidos habían sido europeos. Después había tomado el relevo Japón, con sus
...more
China había sido una piedra angular de la geopolítica estadounidense desde los años setenta. Nixon y Kissinger habían trastocado los frentes de la guerra fría distanciando a China del abrazo soviético.
La administración Clinton había introducido China en la globalización. En noviembre de 1995, Washington animó a Pekín a solicitar su adhesión a la recién creada Organización Mundial del Comercio (OMC). Naturalmente, Estados Unidos ya lo había hecho antes, con Europa occidental después de 1945, con Japón y el este de Asia en los años cincuenta y sesenta, y con Europa del Este en los años noventa. La apertura de mercados era buena para los empresarios, los inversores y los consumidores estadounidenses. Los intereses económicos de Estados Unidos eran tan amplios, que coincidían, de facto, con el
...more
Para mediados de los años noventa, Washington ya había renunciado a desafiar frontalmente al régimen comunista chino por los derechos humanos, el Estado de derecho o la democracia. En su lugar, los globalistas de los Partidos Demócrata y Republicano apostaron por que la poderosa e impersonal fuerza de la integración comercial acabara convirtiendo con el tiempo a China en un dócil y afable «participante» en el orden mundial.16
El crecimiento de China era espectacular. Los inversores estadounidenses iban a obtener enormes beneficios. Los fabricantes estadounidenses como GM empeñarían su futuro en China.
Pekín aprovechó las oportunidades comerciales, pero nunca se adhirió a mercados totalmente abiertos. Decidía quién invertía y en qué condiciones. Controlaba la entrada y la salida de fondos, lo que, a su vez, permitía al Banco Popular de China fijar el tipo de cambio y, desde 1994, lo había hecho con respecto al dólar.
En muchos casos se fijaba un tipo de cambio sobrevaluado y deseable. Esto creaba ventajas a corto plazo: abarataba las importaciones y los oligarcas locales podían adquirir con descuento propiedades inmobiliarias de prestigio en el extranjero. Pero también entrañaba un riesgo enorme. La vinculación se podía romper y con frecuencia lo hacía de manera explosiva.
La apariencia de estabilidad que ofrecía un tipo de cambio fijo estimulaba una gran afluencia de fondos extranjeros, que ayudaban a impulsar la actividad económica nacional, creando una balanza comercial desequilibrada financiada desde el extranjero. Los bancos que actuaban como un conducto para los fondos extranjeros prosperaron. Esto desencadenó la crisis.22 Cuando los inversores internacionales perdieron la confianza, el resultado fue una parada súbita y devastadora. Las reservas de divisas del banco central se agotaron y no quedó otra opción que abandonar el anclaje al dólar. La
...more
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
China no tenía ninguna intención de convertirse en víctima de una parada súbita o en el necesitado receptor de ayuda estadounidense.26 Para invertir el balance de riesgos, cuando Pekín fijó su tipo de cambio eligió uno que no era demasiado elevado, sino demasiado bajo. Era lo que habían hecho Japón y Alemania en los años cincuenta y sesenta.27 Era una receta para el crecimiento basado en las exportaciones, pero generó sus propias tensiones. La subvaluación de la moneda hizo que las importaciones fueran más caras de lo necesario, lo que hizo descender el nivel de vida de los chinos. Al tener un
...more
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.