La verdad
Rate it:
Kindle Notes & Highlights
Read between April 18 - April 21, 2023
0%
Flag icon
El rumor se propagó por la ciudad como un fuego desatado (algo que se propagaba bastante a menudo por Ankh-Morpork desde que sus ciudadanos aprendieron las palabras «seguro contra incendios»). Los enanos pueden convertir el plomo en oro…
0%
Flag icon
Los enanos pueden convertir el plomo en oro… Llegó a las orejas puntiagudas de los enanos. —¿Podemos? —Y yo qué demonios sé. Yo no puedo. —Vale, pero si pudieras, no lo dirías. Yo no lo diría, si pudiera. —¿Tú puedes? —¡No! —¡Ajá!
1%
Flag icon
Y el rumor llegó a oídos de William de Worde, y en cierto sentido se detuvo allí, porque él lo escribió aplicadamente. Era su trabajo. Lady Margolotta de Uberwald le mandaba cinco dólares al mes para que lo hiciera. La duquesa viuda de Quirm también le mandaba cinco dólares. Igual que el rey Verence de Lancre y algunos otros notables de las Montañas del Carnero.
1%
Flag icon
Los enanos, por ejemplo. Los enanos siempre estaban llegando a la ciudad en busca de trabajo, y lo primero que hacían era mandar una carta a casa para contar lo bien que les iba todo. Se trataba de un acontecimiento tan predecible, aun si el enano en cuestión estaba tan en las últimas que se había visto obligado a comerse su casco, que William había encargado al señor Cripslock que produjera varias docenas de cartas modelo en las que solamente había que rellenar unos cuantos espacios para que resultaran perfectamente aceptables.
1%
Flag icon
Y por último, en un Tono más Alegre, se comenta que los Enanos Pueden Convertir el Plomo en Oro, aunque nadie sabe de dónde procede el rumor, y a los enanos que se dedican a sus asuntos legítimos en la Ciudad la gente les grita cosas como, p.ej., «¡eh, pequeñajo, a ver cómo haces un cacho de oro!», aunque esto solamente lo hacen los Recién Llegados, porque aquí todo el mundo sabe lo que pasa cuando llamas «pequeñajo» a un enano, a saber, que estás Muerto.
1%
Flag icon
El mundo se compone de cuatro elementos: Tierra, Aire, Fuego y Agua. Esto es algo que hasta el cabo Nobbs sabe muy bien. Y sin embargo, es falso. Hay un quinto elemento, al que por lo general se le llama Sorpresa. Por ejemplo, los enanos descubrieron cómo convertir plomo en oro haciéndolo de la manera difícil. La diferencia entre esta y la manera fácil es que la difícil funciona.
2%
Flag icon
Cerraron los portones de la ciudad. Aquella no era la actividad ominosa que podía parecer, ya que hacía mucho tiempo que se habían perdido las llaves, y la gente que llegaba tarde se limitaba a tirar piedrecitas a las ventanas de las casas construidas encima de la muralla hasta que encontraban a un amigo que les desatrancara la puerta. Se daba por sentado que los invasores extranjeros no sabrían a qué ventanas tirar piedrecitas.
2%
Flag icon
¿Sí? —¿Vas a invadir la ciudad o qué? Hubo otra pausa. Y después: —¿Qué? —¿Qué de qué? —dijo Colon, subiendo la apuesta. —¿Cuáles eran las otras opciones? —No me andes con líos… ¿Tú, el de ahí abajo en la barca, vas a invadir esta ciudad? —No. —Bueno, pues —dijo Colon, que en una noche como aquella estaba contento de aceptar la palabra de cualquiera—. Muévete, anda, que vamos a bajar la compuerta.
2%
Flag icon
William examinó la parrilla. Si Y-Voy-A-La-Ruina Escurridizo estaba vendiendo salchichas calientes, era señal segura de que uno de sus proyectos más ambiciosos se había vuelto a ir a freír wahoonis. Vender salchichas calientes con la parrilla venía a ser el estado más bajo de la existencia de Escurridizo, del que constantemente intentaba salir y al que constantemente regresaba cuando su última aventura empresarial se iba al carajo. Lo cual era una lástima, porque Escurridizo era un vendedor de salchichas extremadamente bueno. No le quedaba más remedio, dada la naturaleza de sus salchichas.
4%
Flag icon
¿El hombre flaco de las salchichas? —preguntó. —Ese mismo. ¿Ha quedado herido? —Creo que no —dijo el enano con cautela—. Le vendió al joven Hachatronante una salchicha en panecillo, eso lo sé seguro. William pensó en aquello. Ankh-Morpork estaba lleno de trampas para el recién llegado incauto. —Bueno, en ese caso, ¿se encuentra bien el señor Hachatronante? —quiso saber. —Probablemente. Hace un momento ha gritado desde el otro lado de la puerta que ya se encontraba mucho mejor, pero que por ahora se iba a quedar donde estaba
4%
Flag icon
¿Quiere hacer algún cambio antes de que vayamos a prensa? —preguntó—. Solo tiene que decirlo. ¿Le basta con un par de docenas de impresiones? —Oh, cielos —dijo William—. Esto es una imprenta, ¿verdad…?
4%
Flag icon
Además, llamar a una taberna el Cubo tampoco era precisamente una decisión destinada a figurar entre las Grandes Decisiones Comerciales de la Historia. Su propietario era el señor Queso, un hombre flaco, reseco y que solamente sonreía cuando oía noticias de asesinatos graves. Era una tradición del local que las cantidades servidas fueran cortas, pero para compensar también daba mal el cambio. El lugar, sin embargo, había sido adoptado por la Guardia de la Ciudad como el bar no oficial de policías, puesto que a la policía le gustaba beber en sitios donde no iba nadie más y nadie les recordaba ...more
4%
Flag icon
En cierta manera aquello había sido beneficioso. Ahora ni siquiera los ladrones con licencia intentaban robar en el Cubo. A los policías no les gustaba que los molestaran mientras bebían. Por otro lado, el señor Queso nunca había encontrado una panda más grande de criminales de poca monta que los que llevaban el uniforme de la Guardia. Durante el primer mes vio cruzar su barra más dólares falsos y monedas extranjeras extrañas que en diez años en el negocio. Resultaba verdaderamente deprimente. Pero algunas de las descripciones de asesinatos eran bastante graciosas.
5%
Flag icon
Pero a los trozos de metal y las máquinas no había que respetarlos. Las máquinas no estaban vivas. Allí era donde iban a empezar realmente los problemas. E iba a haber problemas. Los enanos habían parecido bastante despreocupados cuando él les había dicho cuántos problemas iba a haber.
5%
Flag icon
Muy de vez en cuando, se extraía una rana del vivario y se metía en un frasco bastante pequeño, donde durante un período muy breve se convertía en una rana muy feliz y luego se iba a dormir y se despertaba en la enorme selva del cielo.
6%
Flag icon
Ya sabes que yo siempre he querido una oficina sin papeles… —Sí, archicanciller, es por eso que los esconde usted todos en los armarios y los tira por la ventana de noche.
6%
Flag icon
Se dice que hay dos tipos de personas en el mundo. Están aquellos que, cuando se les presenta un vaso que está exactamente medio lleno, dicen: este vaso está medio lleno. Y están aquellos que dicen: este vaso está medio vacío. El mundo pertenece, sin embargo, a aquellos que pueden mirar el vaso y decir: «¿Qué le pasa a este vaso? ¿Perdone? ¡Perdone! ¿Este es mi vaso? Me parece a mí que no. ¡Mi vaso estaba lleno! ¡Y era un vaso más grande!».
6%
Flag icon
Y luego había llegado la guerra contra Klatch… Había sido una guerra insignificante, que se había terminado antes de empezar, la clase de guerra que ambos bandos fingían que nunca había tenido lugar, pero una cosa que sí tuvo lugar en los pocos días confusos de desgraciado alboroto fue la muerte de Rupert de Worde.
7%
Flag icon
Un De Worde siempre era el primero en ofrecerse cuando la ciudad llamaba. Era su razón de ser. ¿Acaso no era el lema de su familia Le Mot Juste? La Palabra Adecuada en el Sitio Adecuado, solía decir lord De Worde.
7%
Flag icon
Ah, por cierto —dijo el tesorero—, ¿ustedes celebran una Cena Anual? —Oh, sí. Por supuesto —afirmó el enano. —¿Cuándo es? —¿Cuándo le gustaría a usted?
7%
Flag icon
La opinión de un miembro prominente de la clase dirigente taumatúrgica de Ankh-Morpork… —¿Oh? —El tesorero vaciló—. Es la cosita esa que les manda usted a la duquesa de Quim y al duque de Sto Helit y a gente así, ¿no? —Sí, señor —dijo William. Los magos eran unos esnobs terribles. —Ejem. Pues bueno… puede decir que he dicho que es un paso en la dirección correcta que será… ejem… bienvenido por toda la gente progresista y que meterá a la ciudad de un empujón en el siglo del Murciélago Frugívoro.
8%
Flag icon
Dinwiddie,
8%
Flag icon
Y yo creía que usted tampoco estaba a favor de ello… —Hablando en términos generales, no —dijo el patricio—. Pero muchos años de gobernar esta ciudad, reverencia, me han enseñado que no se puede poner freno a un volcán. A veces es mejor dejar que estas cosas sigan su curso. Por lo general se vuelven a extinguir al cabo de poco tiempo.
8%
Flag icon
Ciertamente. Y lo que me gustaría que usted y su hermano entendieran ahora, reverencia, de forma flexible, es que esa empresa la están dirigiendo enanos. ¿Y sabe usted cuál es la mayor ciudad enana del mundo, reverencia? —¿Cómo? Oh… veamos… es ese sitio que hay en… —Sí, todo el mundo empieza diciendo eso. Pero de hecho, es Ankh-Morpork. En la actualidad tenemos aquí más de cincuenta mil enanos.
8%
Flag icon
Y por supuesto —continuó el patricio—, cada vez cuesta más pasar por alto este nuevo tipo, ja, ja, de impresión, cuando ya existen imprentas enormes en el Imperio Ágata y, seguro que no le digo nada nuevo, también en Omnia.
8%
Flag icon
¿Y estas son las razones de usted, milord? —¿Cree usted que tengo otras? —preguntó lord Vetinari—. Mis motivos, como siempre, son totalmente transparentes. Hughnon meditó que «totalmente transparentes» podía significar que se podía ver a través de ellos, o bien que no se podían ver en absoluto.
9%
Flag icon
Pero hoy en día el oro ha sustituido al acero y, caramba, el dólar de Ankh-Morpork parece ser la moneda preferida. Mañana… tal vez las armas no serán más que palabras. Las palabras más abundantes, las más rápidas o las últimas. Mire por la ventana. Dígame qué ve. —Niebla —dijo el sumo sacerdote. Vetinari suspiró. A veces el clima no tenía ningún sentido de la conveniencia narrativa.
9%
Flag icon
Y también que lo que una vez se consideró imposible ahora se consigue con bastante facilidad. Los reyes y los lores van y vienen y no dejan más que estatuas en medio de un desierto, mientras que un par de jóvenes que hacen trabajillos en un taller cambian el funcionamiento mismo del mundo.
9%
Flag icon
Hace un millar de años, creíamos que el mundo era un cuenco —dijo—. Hace quinientos años sabíamos que era un globo. Hoy sabemos que es plano y redondo y que viaja por el espacio a lomos de una tortuga. —Se dio la vuelta y le dedicó al sumo sacerdote otra sonrisa—. ¿No se pregunta usted qué forma resultará tener mañana?
10%
Flag icon
Pero diez mil dólares no parece la cantidad de dinero que te dan por hacer algo bueno —dijo—. Ni por decir unas cuantas palabras. —El señor Tulipán aquí presente una vez ganó más dinero que eso por decir unas cuantas palabras, Charlie —dijo el señor Alfiler en tono tranquilizador. —Sí, dije: «Dame todo el ’ido dinero o la chica se las carga»
10%
Flag icon
Casi se puede leer el texto en que está trabajando… —empezó a decir William. Buenamontaña levantó la vista. Frunció un momento los ojos. —«… Gane… más… dinero… en su… teimpo… libre…» —dijo—. Parece que el señor Escurridizo ha vuelto.
10%
Flag icon
Una página grabada era una página grabada, completa y única. Pero si alguien cogía las letras de plomo que se habían usado previamente para componer las palabras de un dios, y luego las usaba para componer un libro de cocina, ¿qué efecto tenía aquello sobre la sabiduría sagrada? Y ya puestos, ¿qué efecto tendría sobre el pastel? En cuanto a imprimir un libro de conjuros y luego usar los mismos tipos para un libro de navegación… bueno, el viaje podía ir a cualquier parte.
11%
Flag icon
—Ah, bien —dijo el patricio—. Ahora me gustaría solamente hacer una pregunta o dos, si es posible. Buenamontaña asintió. —En primer lugar, ¿está involucrado el señor Y-Voy-A-LaRuina Escurridizo en esta empresa con algún cargo directivo de importancia? —¿Cómo? —preguntó William. Aquello no se lo había esperado. —Un tipo sospechoso, que vende salchichas… —Ah, él. No. Solamente los enanos. —Ya veo. ¿Y acaso este edificio está construido sobre una fisura del espacio-tiempo? —¿Cómo? —preguntó Gunilla.
11%
Flag icon
Hace unos años hubo el fiasco aquel de las imágenes en acción de Holy Wood, ¿no es cierto? Y poco después, el asunto de la Música con Rocas Dentro, nunca llegamos al fondo de aquello.
11%
Flag icon
Y no tengo por qué aguantar que me hable así, señor. ¿Quién se cree que es, entrando aquí y diciendo esas chifladuras? William se adelantó un paso a una saludable fracción de la velocidad del terror. —Me pregunto si podría llevarme a un lado al señor Buenamontaña y explicarle un par de cosas —se apresuró a decir.
11%
Flag icon
Yo llamo a las cosas por su nombre —dijo—. Siempre lo he hecho y siempre lo haré… —¿Al pan, pan y al vino, vino? —preguntó lord Vetinari. —¿Cómo? Yo no bebo vino —dijo el enano con el ceño fruncido—. Yo bebo cerveza. Pero al pan de los enanos, lo llamo pan.
11%
Flag icon
Señor De Worde, ¿tiene un momento, por favor…? El patricio le pasó un brazo amigable por los hombros a William y lo acompañó con gentileza a cierta distancia de los vigilantes enanos. —Yo solamente le he dicho que hay gente que lo llama a usted… —empezó William. —A ver, señor
11%
Flag icon
En líneas generales, quiero evitar cualquier percance de poca importancia en este momento, teniendo en cuenta la situación de inestabilidad en Uberwald y toda la cuestión de Muntab. —¿Dónde está Muntab? —preguntó William. —Exacto. ¿Cómo está lord De Worde, por cierto? Tendría usted que escribirle más a menudo, ¿sabe?
12%
Flag icon
No era que tuviera una adicción a las drogas. Era que quería tener una adicción a las drogas. Lo que sí tenía era una adicción a la estupidez, que se le manifestaba cada vez que encontraba algo que se vendiera en bolsitas, y esto había resultado en que el señor Tulipán buscara el paraíso en la harina, en la sal, en el bicarbonato y en los bocadillos de ternera encurtida.
12%
Flag icon
Dos hombres espiando al patricio —comentó el perro—. Pero qué interesante. —Quesejodan —dijo el hombre, y partió la salchicha en dos mitades democráticas.
12%
Flag icon
Alguien había robado uno de los colmillos de oro de la estatua de Offler el Dios Cocodrilo. William le había prometido al sargento Colon una copa a cambio de la información, pero de todos modos ya había pagado parte de ella al añadir a su párrafo la frase: «La Guardia Ha Emprendido Formidable Per ecución Del Criminal y Espera Detenerlo En Muy Breve».
13%
Flag icon
Cualquier cosa que no fuera la verdad se le acababa desmontando. Hasta las mentirijillas piadosas, del tipo «el dinero lo tendré seguro a finales de semana», siempre acababan dando problemas. Se trataba de «andarse con cuentos», un pecado del compendio De Worde que era peor que mentir: era intentar que las mentiras parecieran interesantes.
13%
Flag icon
¿No lo querría tal vez más espaciado? —propuso Gunilla. William estudió la página impresa. Una idea lo asaltó. Pareció despegarse de la misma página. —¿Qué le parece —dijo— si le ponemos un titulito a cada artículo? Cogió un trozo de papel y garabateó: 5/6 Heridos en Pelea Tabernaria. Boddony lo leyó con solemnidad. —Sí —dijo al final—. Queda… apropiado. Le devolvió el papel por encima de la mesa. —¿Cómo llama usted a este boletín? —preguntó. —De ninguna manera —respondió William.
13%
Flag icon
Necesita algo un poco más general. Con un poco más de gancho. —¿Qué tal «Temas de Ankh-Morpork»? —propuso William—. Lo siento, pero no se me dan muy bien los nombres. Gunilla se sacó el pequeño capazo del delantal y eligió unas cuantas letras de uno de los cajones de la bandeja. Las colocó en posición, las entintó y les pasó por encima una hoja de papel. William leyó: «Times de Ankh-Morpork». —Me he equivocado en un par de letras. No estaba prestando atención
13%
Flag icon
El olor se había desarrollado hasta tal punto que ya llevaba una vida semiindependiente, y a menudo iba solo al teatro, o leía volúmenes cortos de poesía. Ron tenía menos clase que su olor.
14%
Flag icon
Las otras ocho personas eran Andrews Todosjuntos. Andrews Todosjuntos era un hombre con mucho más que una sola mente. En estado de reposo, es decir, cuando no tenía ningún problema en particular que afrontar, no había más señal de esto que una especie de parpadeo y estremecimiento de fondo cada vez que sus rasgos caían aleatoriamente bajo el control de Jossi, lady Hermione, Pequeño Sydney, el señor Viddle, Ricitos, el Juez y el Herrero Ambulante.
14%
Flag icon
Otra cosa que unía a la tropa —aunque probablemente nada pudiera unir a Andrews Todosjuntos— era su disposición a creer que un perro fuera capaz de hablar. El grupo que rodeaba el fuego candente creía haber oído hablar a muchas cosas distintas, como por ejemplo a las paredes. Comparado con aquello, un perro era fácil. Además, respetaban el hecho de que Gaspode tuviera la mente más astuta de todos ellos y que nunca bebiera nada que corroyese el envase.
15%
Flag icon
Con un dólar al día viviríamos como reyes, Arnold. —¿Cómo? ¿Quieres decir que alguien nos cortaría la cabeza? —No, digo… —¿Que alguien treparía por el retrete con un atizador al rojo vivo y…? —¡No! Quería decir… —¿Que alguien nos ahogaría en un tonel de vino? —No, eso es morir como reyes, Arnold.
16%
Flag icon
Mire esos ’idos trazos, por favor. ¿Ve la forma en que la línea de la mano atrae la ’ida mirada hacia la imagen? ¿Ve la cualidad de la luz sobre el paisaje que se divisa por esa ’ida ventana de ahí? ¿Ve la forma en que el hocico del hurón lo sigue a uno por la sala? Eso es ’ida genialidad, eso es lo que es. No me importa decirle que si estuviera aquí yo solo, estaría llorando como un ’ido crío.
17%
Flag icon
En algún lugar por debajo de todas las cicatrices autoinfligidas, en el corazón de toda aquella rabia escabrosa, habitaba el alma de un verdadero amante del arte con un instinto infalible para la belleza. Resultaba extraño encontrarla en el cuerpo de un hombre dispuesto a chutarse sales de baño.
« Prev 1 3 4 5