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abanicaba
re...
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hizo algunas confidencias, jactándose de ser apasionada, lo cual a Leticia no le parecía una ...
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y la edad para cometer tonterías por calentura es la juventud; hacerlo en la vejez es una indecencia,
Brunelli pertenecía al pasado, se había ido a vivir sus últimos años en su pueblo natal de Italia y había dejado su negocio en manos de su hijo.
Me dio a probar de su boca la pasta de almendras y la crema de vainilla, hicimos el amor sobre un mesón, llegué a casa con azúcar flor en la ropa». «¡Ay,
retozaba
«temeridades»,
vio las letras CT y la fecha coincidía con la época en que Cruz Torres estaba remodelando la casa.
somera
penurias
boquete
cañería
des...
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despr...
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las t...
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contratista
deportaron en 2008 Nadine comenzó a viajar a México con cierta regularidad.
Leticia calculaba que si Nadine LeBlanc y Cruz Torres fueron amantes, la aventura con Bruno Brunelli debió de haber sido relativamente breve.
fachosa,
alborotado,
co...
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pero de tanto casarse con blancos pobres, perdió el color y la fortuna.
inexorable.
dejó todo para acompañarla, se jubiló de la universidad y de la Sinfónica, abandonó el kayak y la bicicleta; pasaba día y noche junto a su mujer.
Antes de que Nadine enfermara, Leticia limpiaba la casa un par de veces por semana, pero después comenzó a ir a diario.
Nadine no podía hacer nada y su marido no intervenía en
Se hizo cargo de pagar cuentas, correr con los bancos, los remedios, los médicos y hasta lidiaba con Camille, quien siempre estaba dispuesta a opinar, pero no se daba tiempo para
acompañar a sus padres en esas tristes circunstancias.
Leticia empezó a interesarse en el resto de la casa; esas paredes habían sido el escenario donde transcurrió gran parte de la vida de Nadine LeBlanc.
garito
peludos
ociosos
—Cuando se acabó el dinero, los hippies se fueron, y Nadine partió con la niña a Bolivia.
Para entonces ya tomaba en serio el arte del telar. Estuvo en Bolivia un par de meses y después se fue a Guatemala. Allá los textiles son espectaculares.
En la década de los noventa Nadine regresó de visita a Guatemala y desde entonces se dedicó a promover los tejidos y telares de ese país;
zánganos
Nos casamos de nuevo. No sería la última vez.
—Nadine y yo nos casamos tres veces. Las dos primeras fueron en un registro civil y la última simplemente renovamos los votos. En cada ocasión nos pusimos de acuerdo para las nuevas normas de la relación.
—Sí, pero habíamos invertido tanto en nuestra pareja que valía la pena intentar salvarla. Mira, Leticia, la gente cambia y las parejas también. Nadine y yo vivimos varias etapas diferentes.
En la tercera etapa ella estaba dedicada a su arte y yo a mi trabajo y descuidamos la relación. Ya estábamos
—Mucho amor de mi parte. Nadine era una mujer fantástica. ¿Te acuerdas?
—Sí, esa fue la última vez que renovamos el compromiso de estar juntos.
—Tuve tres matrimonios, dos divorcios y un duelo. Los dos primeros maridos no cuentan para nada.
arrebató
ese hombre lo quiero hasta ahora y lo voy a querer hasta que me muera.
Sabía que eso le interesaba a Nadine: contribuía con dinero y trabajo voluntario al Santuario de la Bahía Este, un grupo instalado en el sótano de una iglesia,
ayudaba a gente indocumentada. Imaginó que las claves tenían relación con eso.
siempre mantuvo desde la distancia y con quien tenía tres hijos. La iba a ver de vez en cuando, pero a medida que el cruce ilegal de la frontera se hizo más difícil, las visitas se
—Tú sabes que fuimos amigos. —Más que amigos, ¿verdad?

