More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
—Eso no se pregunta. ¿Qué quieres saber?
—Que la señora Nadine les llevó gente, que transportaba migrantes desde la frontera, que escondió a familias completas cuando había redadas.
—Supongo que tienes razón, pero nunca vi sus cuadernos —respondió Cruz.
No le parece raro que usara claves? Es como si la señora Nadine hubiera estado jugando al espionaje.
—En el Museo Mexicano de San Francisco, en una exposición sobre migrantes. Eran
—No. Ella ya estaba trabajando con la hermana Maureen y me reclutó a mí. Muchos de esos migrantes eran de Guatemala. Nadine tenía lazos afectivos
Protegió a mucha gente. A eso destinaba sus ingresos.
Pero creo que a él no le interesaba nada de eso, lo de él era la música. No hay peor ciego que el que
Lo que más lamento es que no pude despedirme de Nadine cuando ella se enfermó.
Creo que desde el comienzo de su matrimonio, ella aceptó que eran totalmente diferentes y abandonó la idea de compartir con él sus inquietudes.
Quedó tirado y sin aire, más del susto que del golpe. Temiendo que tuviera varios huesos quebrados o le diera un ataque,
—Igual. Te prohíbo mencionárselo a Camille, porque anda flotando en el aire la idea de que yo debería estar en una residencia de reposo.
—masculló
¿Sabes, Leticia? Eres la persona más alegre que he conocido, todo te divierte, cocinas cantando y pasas la aspiradora con ritmo de rumba.
—Así somos los salvadoreños. Antes decían que El Salvador...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
sonrisa, pero supongo que desde la guerra civil eso de andar son...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
—Veinte años. Me trajo Cruz Torres, el constructor que arregló la casa. Yo era joven cuando empecé a trabajar con usted y la señora Nadine.
escarbando
cachivaches
—Diles que bajen, aquí nadie las va a molestar. Y que traigan también a Nadine.
cipotes.
La verdad es que la señora María tenía muy poca paciencia y yo le caía mal. Creo que me odiaba. No nos echaron por culpa tuya, Claudia,
Me prestó unos muñequitos para que jugara un rato, pero le expliqué que eso es para niños chicos y yo voy a cumplir ocho años.
Hielera
porque eso no se usa aquí. Me dio permiso para decirle Susan, aunque a mí eso me suena un poco confianzudo.
Y a esos cipotes que no son mis hermanos, mejor no hablarles nada.
chupete
No es mi culpa si la comida sabe raro. La Susan dijo que nunca
Hay que hacer lo que dicen las maestras en el Zoom, porque no se puede ir a la escuela.
Mister Rick es la autoridad en esta casa. Conmigo trata de ser amable, pero no le resulta.
Le expliqué a la Susan que soy un poco ciega, pero no soy ignorante, puedo estar en una clase para niños de mi edad.
porque por el momento no estoy aprendiendo nada, estoy perdiendo mi tiempo.
Todos estos muchachos huelen mal, pero no todos
paciencia y también a tristeza. Mister Rick huele a algo quemado en el fondo de una olla. Puede ser el olor del correo.
Pero nunca, nunca, hay que usar la invisibilidad si mister Rick o uno de los cipotes más grandes o cualquier otro hombre o niño nos toca allá abajo, como
hizo ese Carlos una vez. Nadie nos puede tocar.
Lo que hacemos si nos ponen en la calle es llamar a la miss Selena. Yo tengo su número y
lo segundo peor que nos ha pasado es este hogar.
que no hago desorden y la ayudo con el aseo y el lavado, su vida sería mucho más aliviada, que está deprimida y cansada.
pringoso
Si la Tita Edu viera esto le daría un ataque.
Selena me dijo que era por poco tiempo, pero creo que hemos estado aquí como tres meses o tres años, ya ni me acuerdo.
seguimos esperando a la mama. Me parece raro que todavía no nos haya venido a buscar, ni siquiera nos ha llamado. Debe
Eso sentía cuando él andaba cerca y me daba dulces y me hacía cariños. No hacía nada de eso con los otros niños.
Después yo dije la verdad y la Susan se puso más rabiosa que nunca y mister Rick se fue con un portazo.
Parecía una catástrofe de ciencia ficción.
Samuel era consciente de que la gente de su generación se estaba muriendo, ya le quedaban pocos conocidos de su edad.
Desde que perdió a su mujer, la vejez se había acelerado.
erizadas
—La niña lo va a necesitar por lo menos diez años más, Mister Bogart, así es que no piense en morirse.

