Ricardo Secilla's Blog, page 4

September 18, 2018

Relato: El Hombre de la Camisa de Fuerza


Agujeros de gusano, Conciencia, espuma cuántica, Multiverso, psicones, sueños lúcidos, universos paralelos
Shanya miró confundida al hombre sentado frente a ella e inmovilizado con una camisa de fuerza. Después de todo lo que le habían contado sobre él, esperaba algo más impresionante. Sin embargo, ante ella se hallaba un pobre diablo de apariencia inofensiva, lo cual resultaba chocante si se tomaban en cuenta todos los permisos especiales y precauciones que había necesitado para que la entrevista tuviera lugar. Al parecer, la camisa de fuerza no debía ser suficiente, puesto que un fornido enfermero permanecía en pie detrás de él.
Lo que más llamaba la atención de aquel infeliz, era la ausencia de pelo en buena parte del lado izquierdo de su cráneo, justo en la zona en la que destacaba una cicatriz casi circular.—Soy Shanya Nawa —dijo a modo de presentación mientras tendía la mano. Rápidamente se dio cuenta de su error y la retiró.—Hola Shanya, espero que no te moleste que te tutee. No tomes a mal que no te estreche la mano —dijo señalando a si mismo con la barbilla—. Mis carceleros han pensado que así estaría más cómodo.Shanya no supo muy bien cómo contestar. El hombre la contemplaba con una expresión entre familiar y divertida, una mirada que sin duda hubiera hecho sentir incómoda a cualquier otra persona, pero ella no era de las que se dejaban intimidar fácilmente, así que continuó con su ensayada presentación:—Trabajo para la revista “La Brújula del Misterio”. ¿Conoce esta publicación?—No. Es la primera vez que la oigo nombrar.—Me sorprende que no haya oído hablar de nosotros, se trata de una revista con tirada a nivel nacional.—En mi caso no es nada raro, dadas las circunstancias. ¿Y qué tipo de cuestiones suele tratar esa revista “tan importante” para la que trabaja?—Bueno, sobre todo temas relacionados con el misterio, ya sabe: parapsicología, ufología…—¿Y tú crees en esas cosas? —la interrumpió. Aquella pregunta sonó como retórica, casi como si él ya supiera la respuesta.—Pues…—El mundo está lleno de misterios, misterios reales que nos desafían desde la frontera del conocimiento, sin embargo las cosas que acabas de nombrar son misterios ficticios, creados por vendedores de humo…—Señor Likhati, no estoy aquí para discutir la veracidad de los temas sobre los que trata la revista para la que trabajo. Créame que me encantaría en otras circunstancias, pero no hay tiempo: Me han dado una hora para que lo entreviste.—Claro, mis disculpas. Llevo demasiado tiempo aquí atrapado, sin conversar con nadie. Mis carceleros no me dirigen la palabra, ni me permiten contacto alguno con otros reclusos.—Querrá decir internos. Esto no es una cárcel.—Llámala como quieras, yo estoy encerrado igualmente.—Estoy aquí paraque me cuente su historia. Su versión de los hechos ha interesado a mi redactor jefe.—Algo habré hecho mal. No me deben tomar muy en serio cuando he atraído el interés de uno de los responsables de semejante publicación. ¿Qué es eso que ha interesado a su jefe?—Hasta donde yo sé, usted sufre una especie de amnesia, provocada por el balazo que recibió en la cabeza cuando le capturaron...—¿Amnesia? ¡Yo no tengo amnesia!—Pero afirma no recordar nada de lo que se le acusa.—Porque yo ni siquieraestaba allí. Los medios de comunicación han tergiversado todo.—¿No estaba allí? ¿Cómo puede negar eso? Incluso tiene la cicatriz.—Si te muestro mi punto de vista, debes prometerme que todo será publicado íntegramente y sin interpretaciones sesgadas. ¿Puedes garantizar estas condiciones?—Puedo, puesto que soy la responsable del artículo. Acambio mecontarátoda la verdad.—Es lo que siempre he hecho.—Por favor, comience por el principio, cuando esté listo. Si no le importa identifíquese para que quede registrado en la grabación.Shanya sacó de su bolso una tablet y puso en marcha la aplicación que utilizaba para grabar notas de audio. El hombre comenzó su relato:—Mi nombre, como ya sabes, es Kiram Likhati. Desde hace más de seis años convivo… convivíacon una mujer llamada Mara Dasianrta. Ambos somos investigadores. Ella es neurobióloga y yo, bueno, mi campo de estudio es la inteligencia artificial.—Sin embargo, las personas de su entorno afirman que usted vive solo desde que se divorció, hace ya ocho años. Dicen que es un tipo solitario que ni siquiera tiene amigos,y que no poseeningún tipo de formación, más allá de la educación primaria. A esto hay que añadir que en ninguna universidad del país consta su nombre, ni el de ninguna Mara Dasianrta.—Pues te aseguro que ella existe —mientras dijo esto miró de tal forma a Shanya que esta no pudo evitar estremecerse—. Respecto a mí formación, puedo asegurar que tengo varios doctorados, uno de ellos en ingeniería computacional, pero nadie se ha molestado siquiera en ponerme a prueba para darme la oportunidad de demostrarlo.—Es difícil creerle cuando ni siquiera existe semejante titulación. Pero continúe, intentaré interrumpirle lo menos posible.—Mara y yo estábamos obsesionados por encontrar el mismísimo origen de la consciencia, así como las causas más íntimas implicadas en la generación de esta. Comenzamos a trabajar con simulaciones, y en un principio pensamos que encontraríamos la respuesta aumentando paulatinamente la complejidad de los cerebros artificiales en estas simulaciones. Pero comprendimos que, por complejas que fueran las redes neuronales, las neuronas individuales de las simulaciones eran demasiado sencillas en comparación con sus equivalentes biológicas. Decidimos estudiar a estas últimas con todo detalle para poder emularlas con la máxima precisión en un entorno virtual, y así mejorar el funcionamiento de las redes de neuronas artificiales.»Nos llevó un par de años de investigación darnos cuenta, pero al final descubrimos indicios de un campo que impregnaba toda la realidad, constituido por algo que bautizamos como “psicones”: unas entidades, o partículas elementales, por llamarlas de alguna forma, portadoras de la conciencia. Aquellos psicones eran tan pequeños que parecían completamente indetectables, sin embargo las neuronas biológicas parecían poseer cierta sensibilidad a este misterioso campo. Al menos daba la impresión de que los cerebros complejos eran sumideros donde se concentraban estas partículas.»Descubrimos que algunos estados alterados de conciencia, provocados por determinadas drogas, podían afectar a la forma de interacción con dicho campo, haciendo que los psicones se desacoplaran de las neuronas, o que incluso estas se tornaran más receptivas. —Lo que me está contando, ¿tiene alguna relación con los hechos?—Si no cuento esto no tendré ninguna posibilidad de que nadie me comprenda, todos piensan que estoy loco o que soy un mentiroso que se quiere librar de la cárcel. Seguramente esta opinión no cambiará por mucho que cuente mi historia, pero al menos déjame intentarlo.—Es que no disponemos de tiempo para…—No me llevará mucho.¿Sabes lo que son los agujeros de gusano?—Una especie de túneles que permiten viajar instantáneamente de un lado del espacio a otro.—Más o menos. ¿Y si te dijera que están por todas partes? El espacio-tiempo está plagado de ellos, constantemente aparecen y desaparecen. Lo que pasa es que son tan pequeños que nada puede atravesarlos, nada salvo cosas tan diminutas como los psicones. Pero ¿y si te dijera que estos agujeros de gusano no solo comunican distintos puntos del espacio-tiempo de este universo, sino que lo hacen con infinidad de universos?—¿A dónde quiere llegar?—Lo que quiero decir es que los psicones permean todo el multiverso, se mueven por la espuma cuántica portando información y formando estructuras que se rigen por una física desconocida, filtrándose por microagujeros de gusano, adhiriéndose a cerebros complejos, mediante un mecanismo neuronal que no llego a comprender del todo, y generando o alterando la consciencia en estos. A veces, en determinados estados alterados de conciencia, nos hacen captar información exótica, la mayoría de las veces a través de los sueños.—¿Puede demostrar lo que dice?—¿Cómo podría? Ni siquiera estoy seguro de haber interpretado bien los datos. Últimamente estoy barajando la idea de que el campo de psicones solo sea un eco de la reestructuración de la realidad en torno a la mente. Una realidad cuya naturaleza, más allá de lo que construye nuestro cerebro a través de unos limitados sentidos, es un verdadero misterio, yo diría que imposible de conocer.Shanya detuvo la grabación y dijo:—Señor Likhati. Está usted divagando, solo suelta incoherencias y cosas sin sentido. ¿Por qué no me habla de los hechos de los que es responsable?—Se me acusa, pero no soy responsable. Por favor, déjame continuar.Shanya hizo un gesto de resignación y reanudó la grabación.—¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Comencé a experimentar con determinadas mezclas de drogas y a utilizar ciertas técnicas de meditación. He dicho “comencé” y no “comenzamos”, porque Mara no quiso dar ese paso. Me dijo que aquello podía destruir la integridad de cualquier mente, trató de convencerme de que yo tampoco lo hiciera, pero mi curiosidad y avidez de conocimientos vencieron a mi sensatez.»Al principio fue divertido, porque aquello me provocaba visiones y sueños lúcidos alucinantes. Yo he visto cosas que vosotros no creeríais —al decir esto último sonrió como si hubiera hecho algún tipo de chiste que Shanya no llegó a comprender—. He visto mundos que sería incapaz de describirte.»Los problemas llegaron cuando comenzaron a producirse cambios inexplicables a mi alrededor. Al principio no le di importancia porque eran cosas muy sutiles: un vaso de agua vacío sobre la mesita de noche, pero que a la mañana siguiente aparecía lleno como por arte de magia, cambios en la posición de los muebles de nuestra casa, cambios que yo notaba, pero que Mara juraba y perjuraba que no eran tales, ya que al parecer para ella los muebles habían estado así desde “siempre”. Amigos y conocidos que aparecían de la nada como si me conocieran de toda la vida, en fin, cosas de ese tipo.—¿A dónde quiere ir a parar?—Sé lo que deboparecerteahora mismo, pero la verdad es que mi mente ha estado vagando a la derivapor el multiverso. Visitandoversiones de la realidad en las quealgunos hechos han sucedido de manera diferente. Lo que pasa es quelos cambios nunca habían sido tan radicales como hasta ahora.»Hace tiempo que dejé de experimentar, pero el daño ya estaba hecho: mi mente se ha desacoplado de su realidad original, y no sé qué hacer para detener esto. Un día desperté en la habitación de un hospital, con un terrible dolor de cabeza y rodeado de tipos armados y uniformados. Imagínate mi desconcierto cuando me acusaban de esos crímenes¡A mí, que en mi vida he tenido una sola multa de aparcamiento! Desde entonces me han encerrado en diferentes lugares y no han parado de hacerme preguntas que no sé responder. Mira cómo me han atado para esta entrevista ¡No soyHannibal Lecter!—No sé quién es ese, pero tanta precaución es debida a que, antes de ser capturado era el hombre más buscado del país: ha perpetradouna decena de asaltos en los que ha conseguido llevarse una fortuna. Durante el último atraco, antes de que lo abatieran de un certero tiro en la cabeza, intentó matar a todos los rehenes. Solo sobrevivió uno, aunque muy malherido. ¿No recuerda nada de eso?—Yo nunca he robado, ni he matado a nadie.—Ha asesinadoa sietepersonas a sangre fría. Además, según el personal de esta institución, tiene tendencias autodestructivas: ya ha intentado suicidarse en dos ocasiones.—Porque todo esto me está enloqueciendode verdad. ¡Créeme por un momento e intenta ponerte en mi lugar!—Pero la historia que me ha contado no tiene sentido. Ha inventado una coartada tan imposible de verificar como de desmentir, y de paso ha fingido ser un enfermo mental, aunque eso no le ha evitado el encierro.Se hizo el silencio durante un breve instante, hasta que fue roto por Kiram.—Tú no eres periodista. ¿Por qué estás aquí?—Mi redactor jefe cree que a los lectores de la revista les puede interesar esas chorradas que usted cuenta.—Mara, eres una pésima actriz. Al principio de la entrevista pensé que no me reconocías porque en esta realidad no nos habíamos encontrado, pero ahora veo que estás fingiendo. ¿Es verdad que no me conoces? —Kiram pareció sufrir una especie de ataque nervioso.—¿Por qué me llama así? Le he dicho que mi nombre es Shanya. Hasta hace unos minutos usted y yo no nos habíamos visto nunca.El enfermero, que hasta ese momento había permanecido inmóvil tras él, le inyectó algo en el cuello. En unos segundos, Kiram se relajó hasta casi perder la consciencia.—Hemos compartido seis años juntos —Kiram levantó la mirada con dificultad, mostrando un semblante cansado y afligido—. Ya veo que me equivoco, que tú eres otra versión de ella y que la Mara que yo conocí no está en este mundo.Shanya se dirigió al enfermero:—¿Puede dejarnos a solas?—Lo siento —contestó este—. No creo que sea buena idea.—¡Vamos! Tiene una camisa de fuerza y está drogado. Además, el director me dijo que podía hablar a solas con él si así lo deseaba.El enfermero abandonó la habitación con cierto recelo. Cuando cerró la puerta, Shanya se acercó a Kiram y lo besó en los labios. Él no dijo nada, pero su expresión de sorpresa demandaba una explicación.—¡Casi me engañas! —dijo ella mientras desabrochaba las correas de la camisa de fuerza—. ¡Menudo cuento! Por un momento hasta he pensado que te habías vuelto loco de verdad.Kiram se terminó de quitar la camisa, no sin cierta dificultad, y mientras se frotaba las muñecas, casi inertes y dormidas, preguntó tímidamente:—¿Mara?—Nadie sospechó de mí como tu cómplice, por lo que ha sido arriesgado y no ha tenido ningún sentido que utilizaras el nombre de Mara en tus delirios. Pero da igual, al fin y al cabo ¿quién se iba a creer esas chorradas que cuentas?Shanya tomó la mano de Kiram y la puso sobre la tablet con la que aparentemente había estado grabando la conversación.—¿Vas a sacarme de aquí? —preguntó él esperanzado.—Lo siento cariño —susurró ella sonriendo—. Solo quería tu huella para autorizar la transferencia desde tu cuenta de las Islas Thanaksni. A ti ya no te necesito.—¿Qué? —Kiram se incorporó, pero al intentar caminar hacia Shanya se desplomó, lo que le habían inyectado hacía cada vez más efecto—. ¿Quién eres tú? ¡Tú no eres mi Mara!—¡Vaya! ¡Por lo visto es verdad que no te acuerdas! Te refrescaré la memoria.Desabrochó varios botones de su blusa, dejando ver una gran cicatriz en su pecho derecho.—Sí, éramos cómplices. Hasta que te cargaste a los rehenes y después, sin decir palabra, me disparaste a bocajarro. Pero sobreviví y, al no haber más testigos, la policía pensó que yo era una víctima más: el único rehén superviviente. Hicimos bien en mantener nuestra relación en secreto. Para tu información: Mara Dasianrta no existe, fue un nombre falso que inventécuando nos conocimos. Tal como pensamos, si cogían a uno, el otro estaría a salvo mientras el capturado no se fuera de la lengua. Todo se basaba en la confianza mutua, por eso me dolió tanto tu traición. ¿De verdad es tan importante para ti el dinero?—Pero ese tipo no era yo, es una versión muy deformada de mí. ¡Yo nunca te haría daño!Kiram trató de incorporarse sin éxito. Shanya se inclinó y le dijo al oído:—Es posible que esa bala te haya hecho creer que eres otra persona, pero para mí sigues siendo el mismo que me traicionó —a continuación se incorporó y gritó— ¡Socorro! ¡Se ha soltado!No tardaron en acudir dos enfermeros que lo ayudaron a levantarse para, a continuación, volver a ponerle la camisa de fuerza.Mientras, Shanya abandonaba aquella siniestra habitación con desconsuelo, para dirigirse a la salida de aquel lugar, un lugar que no volvería a visitar jamás.Por un momento se planteó si había algo real en lo que contaba aquel pobre tarado. Un amago de compasión pasó fugaz por su mente, pero lo descartó en cuanto sus pensamientos se enfocaron hacia el futuro.Para ella comenzaba una nueva vida.
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Published on September 18, 2018 03:42

Metal Oscuro y El Navegante de la Eternidad Gratuitos entre los días 27 y 29 de septiembre

Las versiones Kindle de Metal Oscuro: El Manuscrito del Sol Rojo y El Navegante de la Eternidad estarán disponibles en Amazon de forma gratuita entre los días 27 y 29 de septiembre de 2018.

Si quieres hacerte con ellos puedes acceder a los siguentes enlaces:
Metal Oscuro: El Manuscrito del Sol Rojo
El Navegante de la Eternidad

¡Espero que los disfrutes!
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Published on September 18, 2018 03:40

September 5, 2018

Principio del relato "El Devakalión". Incluido en la antología "Susurros de otros Tiempos"

  1. Despertar«Frío» fue la primera palabra que Darío pronunció al abrir los ojos.Había dejado la ventana abierta antes de acostarse, ya que aquel mes de julio estaba siendo especialmente caluroso. Su primer impulso fue levantarse con la intención de cerrarla, pero comprobó con cierta estupefacción que ya lo estaba.«Qué raro» se dijo. Entonces reparó, no solo en que llevaba puesto un pijama de invierno, sino en que estaba cubierto con una manta. Aquello lo asustó, ya que la noche anterior sin duda estaba desnudo en el momento en el que se durmió. Además, ¿qué hacía tan abrigado en pleno julio? Y para colmo sintiendo frío.¿Y dónde estaba Sonia? Había pasado la noche con ella, lo cual le hacía volver a la incongruencia de haber despertado vestido y solo.No hacía mucho que conocía a Sonia, pero se había enamorado locamente de ella. Y aunque nunca dejaba de viajar, últimamente había visitado aquella ciudad con más frecuencia de lo normal, tan solo con la intención de pasar más tiempo con ella. En realidad era la tercera cita que tenían, pero aquella había sido la primera noche que acabaron en la cama, una noche en la que Sonia había hecho unas confesiones sumamente misteriosas.Levantó la persiana para que la luz matinal penetrara en la habitación, y en ese instante la visión de la calle hizo que sus ojos se abrieran como platos: «¿Qué prodigio es este?»Toda la calle estaba cubierta por un inmaculado manto de nieve.Durante varios minutos contempló una escena imposible en aquella época del año. Pero este hecho, que fue el que más lo sorprendió en un principio, pasó para él a un segundo plano cuando reparó en que no sabía qué calle era aquella. Se percató de que tampoco estaba en la habitación del hotel en la que se había acostado, era evidente que aquello ni siquiera era un hotel.Después se fijó en la manera de vestir de la gente que paseaba por la calle y en los vehículos que circulaban por esta: no fue capaz de reconocer ni un solo modelo y todos tenían una forma que se le antojó cuanto menos sorprendente. Aquella ventana era como una pantalla que mostraba un mundo deformado.Ahora que la luz había inundado la habitación, descubrió un libro sobre la mesita de noche: «Las Puertas de Anubis», de un tal Tim Powers. No recordaba haber leído aquel libro, ni siquiera había oído hablar de él o de su autor. Sin embargo le pertenecía, ya que al hojearlo descubrió en la primera página su propio nombre escrito de su puño y letra. Desde que era un niño había tenido la costumbre de poner su nombre en la primera página de todos los libros que le regalaban o que compraba, y este lo tenía, pero era incapaz de recordar siquiera la existencia de semejante título.Registró el cajón de la mesita de noche. Él siempre guardaba paquetes de tabaco en los cajones de las mesitas de noche, pero estaba vacío. Al parecer el contenido, aparentemente unas mudas de ropa interior, estaba esparcido por el suelo de forma azarosa. Se sentó abatido en la cama.No tardó en ponerse en pie con intención de dirigirse hacia la puerta. Si quería comprender lo que estaba pasando no conseguiría nada sentado en una cama lamentándose.Entre la ropa que había esparcida por la habitación encontró un abrigo y un par de zapatos que no reconoció, pero que sin duda eran de su talla. Y aunque estas prendas no eran gran cosa, le parecieron más que suficientes para vestirse y salir.Cuando caminaba por un pasillo, buscando la salida de aquel piso desconocido, comprobó que todo estaba patas arriba, como si un huracán hubiera penetrado en el interior de la vivienda, haciendo que papeles, prendas de vestir y otros objetos fueran lanzados de forma caótica. Entonces pasó por delante de la puerta de un cuarto de baño y vio algo que hizo que se detuviera horrorizado: todo el suelo estaba teñido de rojo y las paredes salpicadas de manchas purpúreas. En el suelo yacía el cuerpo sin vida de una mujer y en el espejo del lavabo, escrito con sangre y con caracteres toscos pero legibles, la palabra «FAWKARAN».Sintió tal conmoción que se giró rápidamente y se quedó pegado a la pared contigua a la puerta que daba paso a tan dantesco espectáculo.¿Era Sonia? ¿Quién iba a ser si no? La simple idea le provocaba un irrefrenable impulso de llorar amargamente. Por otro lado él no estaba en el lugar en el que debería estar, así que ¿por qué iba a ser Sonia? Durante un breve instante consideró la idea de asomarse, con la vaga esperanza de que no fuera ella, pero solo pensarlo le provocó náuseas. Sería incapaz de volver a mirar, tan solo aquella fugaz visión se quedaría marcada en su cerebro para el resto de sus días.¿Qué hacer? No tenía ni idea sobre por qué había despertado en un piso desconocido, que parecía haber sido registrado en cada rincón, y donde había un cadáver que quizás pertenecía a la mujer con la que había pasado la noche. Pensó en llamar a la policía, pero ¿qué explicación podía dar de aquello? ¿Pensarían que había sido él?Finalmente se dirigió a la salida y atravesó el umbral, sospechando que el mundo que le esperaba en el exterior era mucho más extraño de lo que recordaba.
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Published on September 05, 2018 03:48

August 14, 2018

Relato. El Síndrome de Antikythera

NAMA Machine d'Anticythère 1 El descubrimiento.Hace más de un año que tanto yo como los miembros de mi equipo guardamos silencio, quizás porque tememos que nos tomen por locos, quizás por miedo a que nos acusen de falsificadores o simplemente de mentirosos.Me llamo Thalassa Kyrgiakos y me dedico a la arqueología, concretamente a la arqueología subacuática, así que también soy buzo profesional. Mi mayor debilidad siempre ha sido la búsqueda de antiguos naufragios. Cuando me sumerjo en las profundidades me siento como pez en el agua (nunca mejor dicho)Como ya expresé más arriba, guardo silencio desde hace más o menos un año, época en la que estaba al frente de la tripulación de un buque de investigación, que recorría el Mediterráneo a la caza de restos de viejas galeras, ya fueran romanas, griegas o fenicias, hundidas y olvidadas en las profundidades desde la remota antigüedad.Recuerdo que el día del hallazgo nos sumergimos el operador de cámara del equipo y yo.La idea era filmar el lugar donde, a principios del siglo XX, se habían encontrado los restos de un naufragio, ocurrido unos dos mil años atrás, en los que se hallaron los deteriorados fragmentos del misterioso mecanismo de Anticitera. Un curioso anacronismo que los estudiosos consideraron como una sofisticada calculadora, fabricada con engranajes de bronce y cuya utilidad debió ser la de reloj astronómico, aparentemente de una precisión asombrosa. Poco más se sabía, se desconocía quién había sido su constructor y parte del mecanismo parecía haberse perdido. Por si fuera poco los restos hallados estaban muy dañados después de dos milenios bajo el mar.Pero allí estábamos nosotros, dispuestos a filmar un documental para mostrar el lugar al mundo, aunque allí ya no hubiera gran cosa, ya que la mayoría de los hallazgos se encontraban ahora en el Museo Arqueológico de Atenas.Poco hacía sospechar que ese día haríamos un nuevo descubrimiento que eclipsaría en importancia al que se llevó a cabo hacía ya más de un siglo.El mar estaba en calma y el lugar no se ubicaba demasiado lejos de la costa, ni a una profundidad excesiva. Para nosotros aquello era una inmersión rutinaria y precisamente por eso la secuencia de acontecimientos que nos condujo al descubrimiento nos cogió por sorpresa. Aunque de no ser así difícilmente hubiéramos encontrado lo que encontramos.Todo empezó cuando algo nos atacó. Ignoro desde dónde vino y cómo apareció, tampoco sé exactamente qué era, porque no llegué a verlo con total claridad. Sin duda se trataba de una especie de cefalópodo enorme, porque lo único que alcancé a distinguir fueron unos imponentes tentáculos que casi nos atrapan. Por desgracia la cámara quedó destrozada y poco faltó para que nosotros corriéramos la misma suerte.La criatura prácticamente nos acorraló, consiguiendo que nos desorientáramos y que recorriéramos una distancia indeterminada, hasta una caverna submarina en la que por fin logramos encontrar refugio. Aquella bestia nos siguió a través de la oscura gruta, así que tuvimos que penetrar bastante hacia el interior para que nos dejara en paz.Ahora que traigo a mi memoria los acontecimientos con cierto detalle, desconozco la razón por la que aquel ser desapareció tan rápido como apareció. En la excitación de la huida no llegué a calibrar el tamaño de la criatura, pero a sabiendas de la extrema flexibilidad de los cefalópodos, no me cabe duda de que no hubiera encontrado dificultad alguna en colarse, aunque solo fuera parcialmente, por cualquiera de los recovecos por los que pasamos. Así que supongo que algo debió de suceder para que nos abandonara sin más.La cuestión es que allí mismo hicimos el gran descubrimiento.Apuntamos con nuestras linternas hacia lo que parecía ser un gran objeto de bronce, casi esférico y muy deteriorado, de aproximadamente tres metros de diámetro. Al mirarlo con detenimiento reparé en que tenía unas grandes aberturas, similares a los ojos de buey de un submarino. Supongo que en su día habían estado cubiertas por algún tipo de vidrio o de compuertas, pero por ningún lado se veían señales de su existencia.Me asomé por una de aquellas aberturas y comprobé que se trataba de una especie de cabina de control muy rudimentaria, con primitivas palancas y engranajes cubiertos de herrumbre, y que prácticamente habían perdido su forma original. Pero lo que más destacaba eran los restos de lo que en su momento debió haber sido un sillón y un esqueleto desmontado, al que le faltaban algunas partes, y sobre el que se podía distinguir una calavera con la mandíbula inferior ausente.Junto al cráneo había un ánfora con el cuello sellado, pero he dicho ánfora porque fue a lo que me recordó la forma de aquella cosa en un primer momento. La realidad es que se trataba de un objeto desconocido, fabricado con algún material que, al contrario que el resto de todo lo que allí se conservaba, no parecía bronce, sino un metal que entonces no pude identificar y que estaba en perfecto estado de conservación. Este objeto fue el único que tomé, dejando lo demás con la idea de regresar con el equipo adecuado, con la intención de rescatar todo lo que pudiera de aquellos enigmáticos restos.Y hasta aquí debo llegar con la narración de tan casual descubrimiento, todo lo demás serían detalles triviales que no vienen al caso y que aburrirían.Cuando subimos a la superficie estábamos desorientados y habíamos perdido de vista tanto la costa como el buque, hasta el extremo de que tardaron una hora en rescatarnos.Desgraciadamente todos mis intentos posteriores por regresar a aquella gruta misteriosa han sido infructuosos, así que las únicas pruebas de las que dispongo, por el momento, son el testimonio de mi operador de cámara y el mío propio... y por supuesto aquella insólita ánfora y su contenido, claro.Una vez en el buque, después de comer algo y descansar, me dispuse a examinar aquel artefacto. Curiosamente en cuanto lo toqué se abrió el sello de la abertura, que resultó ser una especie de diafragma. Es curioso que, pudiendo desplegarse con tanta facilidad, permaneciera cerrado durante el transporte. La única explicación que se me ocurre es que el sistema de apertura no funcionaba bajo el agua. Apenas se abrió, por el cuello asomó algo, como si algún mecanismo interior lo expulsara con suavidad. Miré con detenimiento y reconocí lo que parecía ser un rollo de papiro en perfecto estado de conservación.Y he aquí el extraordinario descubrimiento. Debo reconocer que, en cuanto lo leí, pensé que era una broma, pero evidentemente no lo es. Yo misma pude ver aquellos restos y recogí el recipiente. Para colmo las distintas pruebas de datación cronológica, las cuales se han repetido varias veces y en diferentes laboratorios, arrojan sobre el papiro una antigüedad de más de dos mil años.Ante mí tenía un manuscrito con una grafía que indudablemente pertenecía al griego antiguo, pero al mirarlo con detenimiento distinguí algunas palabras escritas con caracteres latinos modernos. Esto de por sí ya era bastante raro, pero había más. Lo realmente fantástico es que esos caracteres latinos formaban palabras que eran claramente actuales, por lo tanto anacrónicas para la época en que supuestamente fue escrito, y que lógicamente no tenían traducción ni equivalencia en las lenguas de la antigüedad.Lo único que me queda por hacer es transcribir aquí una traducción del manuscrito para que cada cual juzgue su contenido, aun a riesgo, como ya dije al principio, de que me tomen por una demente o de que me acusen de fraude.El Manuscrito.El fin es inevitable. Muero lentamente, me quedo sin oxígeno, así que debo aprovechar el tiempo para escribir, para dejar constancia de mi increíble historia.Antes que nada, para evitar malentendidos, aclarar que no soy un navegante, al menos no del mar. Supongo que sería la explicación más sencilla si has encontrado este escrito dentro de mi cabina de control, hundida ahora en el océano, y la explicación más sencilla es la más probable, pero no inevitablemente la verdadera (sí, conozco la navaja de Ockham)Como decía, no soy un marino, sino un viajero del tiempo atrapado a causa de un desgraciado accidente. No quiero empezar la historia por el final, tan solo diré que ahora me encuentro en el año 211 de la Era Seléucida (lo que es lo mismo que el 844 Anno Urbis Conditae o el –90 de la Era Cristiana, como prefieras)Mi llegada a esta época fue precipitada, digamos que no fijé las coordenadas con suficiente precisión, por lo que fui a parar cerca de la isla de Ogylos, futura Anticitera, con la mala suerte de estrellarme contra una galera que navegaba por ese punto. En el impacto perdí una parte vital del mecanismo: un preciso reloj astronómico que me permite fijar el punto espacio–temporal al que quiero viajar. Así que me hundo en las profundidades del Mediterráneo sin posibilidad de controlar este artilugio infernal, que ahora se convertirá en mi tumba.Seguramente te harás preguntas sobre mi origen. Pues bien, hace ya muchos años que nací en Siracusa, entonces la ciudad más importante de Sikelia, lugar que tal vez hayas oído nombrar como Sicilia. Posiblemente te suene el nombre de Arquímedes. ¡Qué locura! ¿verdad? Si sabes algo de Historia pensarás: “¿pero no lo mataron los romanos en el asedio de Siracusa?”. Bueno, sobre eso hablaré en su momento, no voy a adelantar acontecimientos, prefiero llevar un orden en la narración.Construí mi máquina del tiempo, a la que prefiero llamar artilugio de Cronos, entre los años –214 y –212 (creo que será menos confuso si a partir de ahora uso la numeración de la Era Cristiana) ¿Que cómo inventé algo así en una época tan primitiva, tecnológicamente hablando? Pues, para empezar, yo no inventé nada, solo seguí mis propias instrucciones. Me explico:Supongo que conoces todo eso que se ha escrito sobre mí: lo de “Eureka”, lo de “mover el mundo con un punto de apoyo”. Pues es verdad... aunque solo en parte. Por ejemplo, cuando encontré la solución al problema que me propuso Hierón, ya sabes eso de la corona de oro, cierto es que estaba reflexionando mientras disfrutaba de un baño, y estaba a punto de darme por vencido. Pero entonces, y esto es lo increíble, me vi a mí mismo entrar por la puerta. Puedes imaginar lo que pasó a continuación: ¡Me llevé tal susto que salí corriendo por la calle desnudo y pidiendo auxilio! Lo de Eureka lo dije más tarde, cuando después de calmarme volví a casa y comprobé que mi alter ego me había dejado un papiro en el que me explicaba el “principio de Arquímedes”.Si perteneces a tiempos posteriores a la última década del siglo XIX, época en la que el hispano Enrique Gaspar y Rimbau escribió la primera obra moderna y conocida en la que se habla de una máquina del tiempo (el señor Wells, al que tuve el honor de conocer en alguno de mis cronoviajes, la popularizó, pero no fue el primero), ya habrás comprendido que aquel que me sorprendió en el baño era una versión de mí mismo, llegada desde el futuro. Aunque, como es lógico, entonces yo no lo sabía.Así que todo lo que inventé, todo lo que descubrí, fue información que yo mismo me entregué a lo largo de los años. ¿Que cuál fue el origen de dicha información? Ni idea, no parece tener origen, forma un bucle en la dimensión temporal, aparentemente sin haber sido generada. Ignoro la solución de semejante paradoja. Tal vez en un universo paralelo haya un Arquímedes que inventó de verdad todo eso y, al viajar y darse información a sí mismo, generó esta extraña línea temporal. Alguien dijo que el multiverso es un inmenso plagio de sí mismo, pero ahora no recuerdo quién.Volviendo a la historia que nos ocupa. Tres años antes de mi supuesta muerte a manos de los romanos, volví a recibir varias visitas de mi yo futuro, esta vez avisándome de lo que iba a ocurrir durante el asedio.Según me dije, la forma de escapar era construir un artefacto de Cronos, pero como eso requeriría algún tiempo, me tendría que ayudar de otros artilugios para retrasar la invasión romana. Así que durante esas visitas me fui entregando todo tipo de instrucciones, ayudándome a mi mismo a fabricar tanto el artefacto de Cronos como las máquinas destinadas a hacerles a los romanos más duro el asedio.Y mientras construía escribí un tratado en el que anotaba todos los detalles de su fabricación, ya que la información que me autoentregué desde el futuro fue oral y un poco desordenada. La idea era proporcionarme el tratado a mí mismo para facilitarme las cosas, pero no sé cómo, el manuscrito se perdió dos días antes de tener la máquina lista. Creo que apareció unos años después en la gran biblioteca de Alejandría. Desgraciadamente se quemó con esta, como tantas otras cosas.El día que los romanos tomaron Siracusa el artefacto ya estaba preparado. Cuando el primer legionario llegó, yo estaba en el interior de la máquina. Le dije: “¡Adiós muchacho!” (no sé quién se inventó que dije no sé qué de unos círculos), cerré la compuerta y me lancé a mi primer viaje en el tiempo.Creo que los romanos me querían vivo y, como no pudieron capturarme, debo suponer que se inventaron lo de mi muerte, con el fin de ocultar que escapé delante de sus narices, o tal vez me confundieron con alguno de los pobres diablos a los que mataron durante el asedio.¿Adónde fui? Detallar todo lo que hice me llevaría escribir varias decenas de libros, e irónicamente el tiempo se me agota. Así pues solo diré que viajé al futuro y que conocí todas las eras de la humanidad, y por supuesto que fui al pasado para entregarme a mí mismo toda la información sobre mis descubrimientos y sobre la construcción del artilugio de Cronos, para salvarme llegado el momento.Mis viajes fueron largos e incontables. Conocí la Historia de la humanidad desde distintos ángulos e incluso influí en ella. Dispuse de mucho tiempo para aprender, porque aunque era un anciano cuando inicié mis viajes en el tiempo, parece ser que estar dentro de la máquina tiene un ligero efecto rejuvenecedor, que se acrecienta con su uso y que concede una inexplicable longevidad. Es difícil de saber, pero según mi propio cómputo de tiempo personal debo tener más de doscientos años, sin embargo ahora me siento como si tuviera unos cincuenta, o quizás menos.Y ahora voy al quid de la cuestión del accidente. Cuando llegué al año 2013, descubrí que la civilización se había desmoronado por culpa de alguna gran catástrofe planetaria. Viajé un año atrás, a 2012 para investigar la causa, que no fue otra que una serie de profecías ficticias y absurdas que, sumadas a la insensatez de una grave crisis económica, provocaron una paranoia colectiva, además de enloquecer a determinados círculos de fundamentalistas. Lo peor fue que antes de finales de 2012 un grupo extremadamente peligroso había urdido una conspiración mundial y se había hecho con una nueva arma, tan terrible que era capaz de provocar un verdadero Apocalipsis.Investigué a conciencia a este grupo. Sé que lo siguiente sonará raro, pero el artilugio de Cronos me permitía este tipo de contradicciones y aun cosas más extrañas, a lo que voy: me llevó años vigilar lo que sucedía en cuestión de unos meses.Lo que descubrí fue en verdad inquietante. Los integrantes de este grupo, que en realidad era una especie de sociedad secreta, se llamaban a sí mismos los “Restauratori” y creían que el Apocalipsis debía cumplirse a través de ellos, que eran los instrumentos de Dios. Después este los resucitaría y ellos heredarían la Tierra.Hasta entonces no habían actuado, o por lo menos no habían reivindicado nada, porque solo esperaban actuar una vez, dando un solo golpe brutal que acabaría con un mundo degenerado (entiéndase que para ellos la degeneración era la libertad y la democracia).Descubrí que su organización tenía una estructura piramidal. La base de su jerarquía estaba constituida por gentes que ni siquiera conocían de la existencia del grupo y mucho menos que trabajaban para este. Normalmente eran individuos o colectivos que actuaban movidos por ideologías que tenían fines que beneficiaban a los “Restauratori”, los cuales los patrocinaban desde la sombra. Esto incluía grandes medios de comunicación, algunos grupos religiosos e incluso determinados partidos políticos.Por encima de todos estos colectivos estaban los fanáticos, los que conocían la causa y creían en esta de verdad, los que actuaban y ejecutaban las acciones necesarias, digamos que eran los brazos de la élite del grupo. Estos, al igual que los anteriores, eran sacrificables y de hecho serían sacrificados si se lograban los objetivos.Por último, en la punta de la pirámide, estaba la élite: los que tenían embaucados a todos los demás y manejaban los hilos desde la sombra, sin actuar nunca directamente. Eran los únicos conocedores de la existencia de un macrorrefugio subterráneo en el que sobrevivirían solo ellos durante varias generaciones, hasta que la Tierra estuviera preparada para ser de nuevo habitada. Estos últimos sabían que sobrevivirían al Apocalipsis, pero no por intervención divina.Lo peor es que estaban infiltrados en estamentos de gran poder económico hasta un nivel inimaginable. Como preámbulo a la gran catástrofe que se avecinaba en 2012 habían inventado una crisis económica a nivel mundial, con la idea de crear un descontento tan profundo que provocaría los convenientes cambios de gobierno en la mayoría de los países. Así fueron dando golpes de estado encubiertos, y la cosa les salió bien, ya que para principios del año 2012 casi todos los gobiernos de occidente habían caído bajo su control.Ya solo les quedaba el golpe definitivo, el arma del Armagedón. Si eres un lector perteneciente a la segunda mitad del siglo XX o principios del XXI pensarás sin duda en un arma de fusión nuclear, pero no, eso hubiera devastado una metrópolis, provocando una terrible tragedia y otras consecuencias que hubieran alterado el equilibrio planetario, pero la civilización no hubiera desaparecido.La cosa era peor. Resulta que en 2012 no solo se demostró definitivamente la existencia del bosón de Higgs, sino que alguien logró utilizarlo para manipular la masa. El arma en cuestión era capaz de concentrar masa en un punto, hasta el extremo de generar un agujero negro que duraba menos de un segundo. No era lo bastante grande como para tragarse al planeta entero, pero sí como para absorber buena parte de la atmósfera y de la corteza, provocando una catástrofe planetaria equivalente a la detonación de varios cientos de millones de bombas de hidrógeno.Me costó averiguar el lugar y momento exacto de detonación del arma. Pero, en cuanto lo hice, tomé la decisión de robar el artefacto, que era poco más grande que un pequeño mueble, y llevarlo a una época en la que no pudiera hacer daño a la humanidad.No comprendo muy bien cómo encajaba en el plan de los “Restauratori” provocar una debacle económica antes de la aniquilación final. Posiblemente necesitan el poder para mover los hilos adecuados, con el fin de que el desarrollo de la ciencia permitiera la fabricación de un arma de tal magnitud, y puede que también para crear un refugio tan grande como una ciudad mediana y cuya construcción parece estar relacionada con la desaparición de miles de personas en todo el mundo. Aun así creo que las ramificaciones de este asunto son demasiado complejas para mí, sobre todo en estos últimos momentos en los que la anoxia comienza a hacer estragos en mi cerebro.Al final todo el asunto me horrorizó tanto que actué de una forma contundente, pero un tanto irreflexiva... Y cometí un error fatal ¿Cuál? Pues llegar solo unos minutos antes de la detonación, sin pensar que uno de aquellos fanáticos custodiaba el artefacto, dispuesto a morir para que se “cumplieran” las profecías. Después de una lucha, en la que casi pierdo la vida, conseguí dejar al individuo fuera de combate, antes de empujar el arma hasta el artilugio de Cronos. Pero apenas disponía de un minuto, así que calibré las coordenadas con la idea de alejarme hasta una época muy remota. Digamos que la máquina funcionaba con un conjunto de engranajes que me permitían fijar con precisión el punto de destino en el espacio–tiempo, y que se manejaba por un sistema de palancas, así que manipulé sin mucha delicadeza las que servían para controlar la distancia temporal.Supongo que lo ideal hubiera sido ir a un planeta lejano (planeta en el sentido astronómico, no en el de mi lengua natal), pero ¿cómo iba a abrir la cabina para empujar el artefacto en un lugar en el que no se podía respirar? Si iba al futuro podría destruir una humanidad ulterior, así que fui a un pasado muy remoto, sin meditar demasiado sobre las consecuencias de lo que hacía.Si sabes algo de historia natural te podrás imaginar lo que ocasioné. Resulta que lancé aquello en el Cretácico Superior, provocando la famosa extinción masiva en la que desaparecieron los dinosaurios, dejando vía libre a los primitivos mamíferos. Así que si lo piensas bien aquel artefacto de destrucción en último término fue el creador de la humanidad. Irónicamente nuestro mundo de mamíferos es una paradoja creada por otra paradoja (me refiero a mi artilugio de Cronos, claro), el instrumento del Apocalipsis se convirtió en la semilla del génesis.Pero sucedió que cuando lancé el aparato infernal apenas quedaban dos segundos para que detonara, así que fijé las coordenadas muy rápidamente para escapar.El resto ya lo conoces, llegué a este año –90 impactando contra una galera, y perdiendo una parte vital del mecanismo del artilugio de Cronos... Si alguien descubre ese fragmento desprendido y no encuentra el resto de la máquina, ni este manuscrito, se devanará los sesos tratando de descifrar el misterio.Y puede que de momento haya salvado a la humanidad, puede que gracias a mí esta continúe más allá de 2012, pero los “Restauratori” seguirán allí y volverán a intentarlo. Creo que no llegaron a saber de mi existencia, así que quizás piensen que su arma falló, pero persistirán en su empeño, a no ser que antes la humanidad despierte de su letargo, que el mundo reaccione y se produzca una nueva revolución que les arrebate el poder.Creo que empiezo a delirar... se me acaba del todo el oxígeno. Pero antes de morir dejo escrita una última paradoja, o más bien una broma, cortesía del propio Cronos, y es que a pesar de haber salvado (incluso creado diría yo) a la humanidad no podré eludir mi propio fin.Pero he vivido bastante, y en estos últimos momentos, a pesar de la asfixia, no puedo evitar una sonrisa irónica. Podría decirse que me he dado un punto de apoyo y he movido el mundo...
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Published on August 14, 2018 03:45

El Síndrome de Antikythera

NAMA Machine d'Anticythère 1 El descubrimiento.Hace más de un año que tanto yo como los miembros de mi equipo guardamos silencio, quizás porque tememos que nos tomen por locos, quizás por miedo a que nos acusen de falsificadores o simplemente de mentirosos.Me llamo Thalassa Kyrgiakos y me dedico a la arqueología, concretamente a la arqueología subacuática, así que también soy buzo profesional. Mi mayor debilidad siempre ha sido la búsqueda de antiguos naufragios. Cuando me sumerjo en las profundidades me siento como pez en el agua (nunca mejor dicho)Como ya expresé más arriba, guardo silencio desde hace más o menos un año, época en la que estaba al frente de la tripulación de un buque de investigación, que recorría el Mediterráneo a la caza de restos de viejas galeras, ya fueran romanas, griegas o fenicias, hundidas y olvidadas en las profundidades desde la remota antigüedad.Recuerdo que el día del hallazgo nos sumergimos el operador de cámara del equipo y yo.La idea era filmar el lugar donde, a principios del siglo XX, se habían encontrado los restos de un naufragio, ocurrido unos dos mil años atrás, en los que se hallaron los deteriorados fragmentos del misterioso mecanismo de Anticitera. Un curioso anacronismo que los estudiosos consideraron como una sofisticada calculadora, fabricada con engranajes de bronce y cuya utilidad debió ser la de reloj astronómico, aparentemente de una precisión asombrosa. Poco más se sabía, se desconocía quién había sido su constructor y parte del mecanismo parecía haberse perdido. Por si fuera poco los restos hallados estaban muy dañados después de dos milenios bajo el mar.Pero allí estábamos nosotros, dispuestos a filmar un documental para mostrar el lugar al mundo, aunque allí ya no hubiera gran cosa, ya que la mayoría de los hallazgos se encontraban ahora en el Museo Arqueológico de Atenas.Poco hacía sospechar que ese día haríamos un nuevo descubrimiento que eclipsaría en importancia al que se llevó a cabo hacía ya más de un siglo.El mar estaba en calma y el lugar no se ubicaba demasiado lejos de la costa, ni a una profundidad excesiva. Para nosotros aquello era una inmersión rutinaria y precisamente por eso la secuencia de acontecimientos que nos condujo al descubrimiento nos cogió por sorpresa. Aunque de no ser así difícilmente hubiéramos encontrado lo que encontramos.Todo empezó cuando algo nos atacó. Ignoro desde dónde vino y cómo apareció, tampoco sé exactamente qué era, porque no llegué a verlo con total claridad. Sin duda se trataba de una especie de cefalópodo enorme, porque lo único que alcancé a distinguir fueron unos imponentes tentáculos que casi nos atrapan. Por desgracia la cámara quedó destrozada y poco faltó para que nosotros corriéramos la misma suerte.La criatura prácticamente nos acorraló, consiguiendo que nos desorientáramos y que recorriéramos una distancia indeterminada, hasta una caverna submarina en la que por fin logramos encontrar refugio. Aquella bestia nos siguió a través de la oscura gruta, así que tuvimos que penetrar bastante hacia el interior para que nos dejara en paz.Ahora que traigo a mi memoria los acontecimientos con cierto detalle, desconozco la razón por la que aquel ser desapareció tan rápido como apareció. En la excitación de la huida no llegué a calibrar el tamaño de la criatura, pero a sabiendas de la extrema flexibilidad de los cefalópodos, no me cabe duda de que no hubiera encontrado dificultad alguna en colarse, aunque solo fuera parcialmente, por cualquiera de los recovecos por los que pasamos. Así que supongo que algo debió de suceder para que nos abandonara sin más.La cuestión es que allí mismo hicimos el gran descubrimiento.Apuntamos con nuestras linternas hacia lo que parecía ser un gran objeto de bronce, casi esférico y muy deteriorado, de aproximadamente tres metros de diámetro. Al mirarlo con detenimiento reparé en que tenía unas grandes aberturas, similares a los ojos de buey de un submarino. Supongo que en su día habían estado cubiertas por algún tipo de vidrio o de compuertas, pero por ningún lado se veían señales de su existencia.Me asomé por una de aquellas aberturas y comprobé que se trataba de una especie de cabina de control muy rudimentaria, con primitivas palancas y engranajes cubiertos de herrumbre, y que prácticamente habían perdido su forma original. Pero lo que más destacaba eran los restos de lo que en su momento debió haber sido un sillón y un esqueleto desmontado, al que le faltaban algunas partes, y sobre el que se podía distinguir una calavera con la mandíbula inferior ausente.Junto al cráneo había un ánfora con el cuello sellado, pero he dicho ánfora porque fue a lo que me recordó la forma de aquella cosa en un primer momento. La realidad es que se trataba de un objeto desconocido, fabricado con algún material que, al contrario que el resto de todo lo que allí se conservaba, no parecía bronce, sino un metal que entonces no pude identificar y que estaba en perfecto estado de conservación. Este objeto fue el único que tomé, dejando lo demás con la idea de regresar con el equipo adecuado, con la intención de rescatar todo lo que pudiera de aquellos enigmáticos restos.Y hasta aquí debo llegar con la narración de tan casual descubrimiento, todo lo demás serían detalles triviales que no vienen al caso y que aburrirían.Cuando subimos a la superficie estábamos desorientados y habíamos perdido de vista tanto la costa como el buque, hasta el extremo de que tardaron una hora en rescatarnos.Desgraciadamente todos mis intentos posteriores por regresar a aquella gruta misteriosa han sido infructuosos, así que las únicas pruebas de las que dispongo, por el momento, son el testimonio de mi operador de cámara y el mío propio... y por supuesto aquella insólita ánfora y su contenido, claro.Una vez en el buque, después de comer algo y descansar, me dispuse a examinar aquel artefacto. Curiosamente en cuanto lo toqué se abrió el sello de la abertura, que resultó ser una especie de diafragma. Es curioso que, pudiendo desplegarse con tanta facilidad, permaneciera cerrado durante el transporte. La única explicación que se me ocurre es que el sistema de apertura no funcionaba bajo el agua. Apenas se abrió, por el cuello asomó algo, como si algún mecanismo interior lo expulsara con suavidad. Miré con detenimiento y reconocí lo que parecía ser un rollo de papiro en perfecto estado de conservación.Y he aquí el extraordinario descubrimiento. Debo reconocer que, en cuanto lo leí, pensé que era una broma, pero evidentemente no lo es. Yo misma pude ver aquellos restos y recogí el recipiente. Para colmo las distintas pruebas de datación cronológica, las cuales se han repetido varias veces y en diferentes laboratorios, arrojan sobre el papiro una antigüedad de más de dos mil años.Ante mí tenía un manuscrito con una grafía que indudablemente pertenecía al griego antiguo, pero al mirarlo con detenimiento distinguí algunas palabras escritas con caracteres latinos modernos. Esto de por sí ya era bastante raro, pero había más. Lo realmente fantástico es que esos caracteres latinos formaban palabras que eran claramente actuales, por lo tanto anacrónicas para la época en que supuestamente fue escrito, y que lógicamente no tenían traducción ni equivalencia en las lenguas de la antigüedad.Lo único que me queda por hacer es transcribir aquí una traducción del manuscrito para que cada cual juzgue su contenido, aun a riesgo, como ya dije al principio, de que me tomen por una demente o de que me acusen de fraude.El Manuscrito.El fin es inevitable. Muero lentamente, me quedo sin oxígeno, así que debo aprovechar el tiempo para escribir, para dejar constancia de mi increíble historia.Antes que nada, para evitar malentendidos, aclarar que no soy un navegante, al menos no del mar. Supongo que sería la explicación más sencilla si has encontrado este escrito dentro de mi cabina de control, hundida ahora en el océano, y la explicación más sencilla es la más probable, pero no inevitablemente la verdadera (sí, conozco la navaja de Ockham)Como decía, no soy un marino, sino un viajero del tiempo atrapado a causa de un desgraciado accidente. No quiero empezar la historia por el final, tan solo diré que ahora me encuentro en el año 211 de la Era Seléucida (lo que es lo mismo que el 844 Anno Urbis Conditae o el –90 de la Era Cristiana, como prefieras)Mi llegada a esta época fue precipitada, digamos que no fijé las coordenadas con suficiente precisión, por lo que fui a parar cerca de la isla de Ogylos, futura Anticitera, con la mala suerte de estrellarme contra una galera que navegaba por ese punto. En el impacto perdí una parte vital del mecanismo: un preciso reloj astronómico que me permite fijar el punto espacio–temporal al que quiero viajar. Así que me hundo en las profundidades del Mediterráneo sin posibilidad de controlar este artilugio infernal, que ahora se convertirá en mi tumba.Seguramente te harás preguntas sobre mi origen. Pues bien, hace ya muchos años que nací en Siracusa, entonces la ciudad más importante de Sikelia, lugar que tal vez hayas oído nombrar como Sicilia. Posiblemente te suene el nombre de Arquímedes. ¡Qué locura! ¿verdad? Si sabes algo de Historia pensarás: “¿pero no lo mataron los romanos en el asedio de Siracusa?”. Bueno, sobre eso hablaré en su momento, no voy a adelantar acontecimientos, prefiero llevar un orden en la narración.Construí mi máquina del tiempo, a la que prefiero llamar artilugio de Cronos, entre los años –214 y –212 (creo que será menos confuso si a partir de ahora uso la numeración de la Era Cristiana) ¿Que cómo inventé algo así en una época tan primitiva, tecnológicamente hablando? Pues, para empezar, yo no inventé nada, solo seguí mis propias instrucciones. Me explico:Supongo que conoces todo eso que se ha escrito sobre mí: lo de “Eureka”, lo de “mover el mundo con un punto de apoyo”. Pues es verdad... aunque solo en parte. Por ejemplo, cuando encontré la solución al problema que me propuso Hierón, ya sabes eso de la corona de oro, cierto es que estaba reflexionando mientras disfrutaba de un baño, y estaba a punto de darme por vencido. Pero entonces, y esto es lo increíble, me vi a mí mismo entrar por la puerta. Puedes imaginar lo que pasó a continuación: ¡Me llevé tal susto que salí corriendo por la calle desnudo y pidiendo auxilio! Lo de Eureka lo dije más tarde, cuando después de calmarme volví a casa y comprobé que mi alter ego me había dejado un papiro en el que me explicaba el “principio de Arquímedes”.Si perteneces a tiempos posteriores a la última década del siglo XIX, época en la que el hispano Enrique Gaspar y Rimbau escribió la primera obra moderna y conocida en la que se habla de una máquina del tiempo (el señor Wells, al que tuve el honor de conocer en alguno de mis cronoviajes, la popularizó, pero no fue el primero), ya habrás comprendido que aquel que me sorprendió en el baño era una versión de mí mismo, llegada desde el futuro. Aunque, como es lógico, entonces yo no lo sabía.Así que todo lo que inventé, todo lo que descubrí, fue información que yo mismo me entregué a lo largo de los años. ¿Que cuál fue el origen de dicha información? Ni idea, no parece tener origen, forma un bucle en la dimensión temporal, aparentemente sin haber sido generada. Ignoro la solución de semejante paradoja. Tal vez en un universo paralelo haya un Arquímedes que inventó de verdad todo eso y, al viajar y darse información a sí mismo, generó esta extraña línea temporal. Alguien dijo que el multiverso es un inmenso plagio de sí mismo, pero ahora no recuerdo quién.Volviendo a la historia que nos ocupa. Tres años antes de mi supuesta muerte a manos de los romanos, volví a recibir varias visitas de mi yo futuro, esta vez avisándome de lo que iba a ocurrir durante el asedio.Según me dije, la forma de escapar era construir un artefacto de Cronos, pero como eso requeriría algún tiempo, me tendría que ayudar de otros artilugios para retrasar la invasión romana. Así que durante esas visitas me fui entregando todo tipo de instrucciones, ayudándome a mi mismo a fabricar tanto el artefacto de Cronos como las máquinas destinadas a hacerles a los romanos más duro el asedio.Y mientras construía escribí un tratado en el que anotaba todos los detalles de su fabricación, ya que la información que me autoentregué desde el futuro fue oral y un poco desordenada. La idea era proporcionarme el tratado a mí mismo para facilitarme las cosas, pero no sé cómo, el manuscrito se perdió dos días antes de tener la máquina lista. Creo que apareció unos años después en la gran biblioteca de Alejandría. Desgraciadamente se quemó con esta, como tantas otras cosas.El día que los romanos tomaron Siracusa el artefacto ya estaba preparado. Cuando el primer legionario llegó, yo estaba en el interior de la máquina. Le dije: “¡Adiós muchacho!” (no sé quién se inventó que dije no sé qué de unos círculos), cerré la compuerta y me lancé a mi primer viaje en el tiempo.Creo que los romanos me querían vivo y, como no pudieron capturarme, debo suponer que se inventaron lo de mi muerte, con el fin de ocultar que escapé delante de sus narices, o tal vez me confundieron con alguno de los pobres diablos a los que mataron durante el asedio.¿Adónde fui? Detallar todo lo que hice me llevaría escribir varias decenas de libros, e irónicamente el tiempo se me agota. Así pues solo diré que viajé al futuro y que conocí todas las eras de la humanidad, y por supuesto que fui al pasado para entregarme a mí mismo toda la información sobre mis descubrimientos y sobre la construcción del artilugio de Cronos, para salvarme llegado el momento.Mis viajes fueron largos e incontables. Conocí la Historia de la humanidad desde distintos ángulos e incluso influí en ella. Dispuse de mucho tiempo para aprender, porque aunque era un anciano cuando inicié mis viajes en el tiempo, parece ser que estar dentro de la máquina tiene un ligero efecto rejuvenecedor, que se acrecienta con su uso y que concede una inexplicable longevidad. Es difícil de saber, pero según mi propio cómputo de tiempo personal debo tener más de doscientos años, sin embargo ahora me siento como si tuviera unos cincuenta, o quizás menos.Y ahora voy al quid de la cuestión del accidente. Cuando llegué al año 2013, descubrí que la civilización se había desmoronado por culpa de alguna gran catástrofe planetaria. Viajé un año atrás, a 2012 para investigar la causa, que no fue otra que una serie de profecías ficticias y absurdas que, sumadas a la insensatez de una grave crisis económica, provocaron una paranoia colectiva, además de enloquecer a determinados círculos de fundamentalistas. Lo peor fue que antes de finales de 2012 un grupo extremadamente peligroso había urdido una conspiración mundial y se había hecho con una nueva arma, tan terrible que era capaz de provocar un verdadero Apocalipsis.Investigué a conciencia a este grupo. Sé que lo siguiente sonará raro, pero el artilugio de Cronos me permitía este tipo de contradicciones y aun cosas más extrañas, a lo que voy: me llevó años vigilar lo que sucedía en cuestión de unos meses.Lo que descubrí fue en verdad inquietante. Los integrantes de este grupo, que en realidad era una especie de sociedad secreta, se llamaban a sí mismos los “Restauratori” y creían que el Apocalipsis debía cumplirse a través de ellos, que eran los instrumentos de Dios. Después este los resucitaría y ellos heredarían la Tierra.Hasta entonces no habían actuado, o por lo menos no habían reivindicado nada, porque solo esperaban actuar una vez, dando un solo golpe brutal que acabaría con un mundo degenerado (entiéndase que para ellos la degeneración era la libertad y la democracia).Descubrí que su organización tenía una estructura piramidal. La base de su jerarquía estaba constituida por gentes que ni siquiera conocían de la existencia del grupo y mucho menos que trabajaban para este. Normalmente eran individuos o colectivos que actuaban movidos por ideologías que tenían fines que beneficiaban a los “Restauratori”, los cuales los patrocinaban desde la sombra. Esto incluía grandes medios de comunicación, algunos grupos religiosos e incluso determinados partidos políticos.Por encima de todos estos colectivos estaban los fanáticos, los que conocían la causa y creían en esta de verdad, los que actuaban y ejecutaban las acciones necesarias, digamos que eran los brazos de la élite del grupo. Estos, al igual que los anteriores, eran sacrificables y de hecho serían sacrificados si se lograban los objetivos.Por último, en la punta de la pirámide, estaba la élite: los que tenían embaucados a todos los demás y manejaban los hilos desde la sombra, sin actuar nunca directamente. Eran los únicos conocedores de la existencia de un macrorrefugio subterráneo en el que sobrevivirían solo ellos durante varias generaciones, hasta que la Tierra estuviera preparada para ser de nuevo habitada. Estos últimos sabían que sobrevivirían al Apocalipsis, pero no por intervención divina.Lo peor es que estaban infiltrados en estamentos de gran poder económico hasta un nivel inimaginable. Como preámbulo a la gran catástrofe que se avecinaba en 2012 habían inventado una crisis económica a nivel mundial, con la idea de crear un descontento tan profundo que provocaría los convenientes cambios de gobierno en la mayoría de los países. Así fueron dando golpes de estado encubiertos, y la cosa les salió bien, ya que para principios del año 2012 casi todos los gobiernos de occidente habían caído bajo su control.Ya solo les quedaba el golpe definitivo, el arma del Armagedón. Si eres un lector perteneciente a la segunda mitad del siglo XX o principios del XXI pensarás sin duda en un arma de fusión nuclear, pero no, eso hubiera devastado una metrópolis, provocando una terrible tragedia y otras consecuencias que hubieran alterado el equilibrio planetario, pero la civilización no hubiera desaparecido.La cosa era peor. Resulta que en 2012 no solo se demostró definitivamente la existencia del bosón de Higgs, sino que alguien logró utilizarlo para manipular la masa. El arma en cuestión era capaz de concentrar masa en un punto, hasta el extremo de generar un agujero negro que duraba menos de un segundo. No era lo bastante grande como para tragarse al planeta entero, pero sí como para absorber buena parte de la atmósfera y de la corteza, provocando una catástrofe planetaria equivalente a la detonación de varios cientos de millones de bombas de hidrógeno.Me costó averiguar el lugar y momento exacto de detonación del arma. Pero, en cuanto lo hice, tomé la decisión de robar el artefacto, que era poco más grande que un pequeño mueble, y llevarlo a una época en la que no pudiera hacer daño a la humanidad.No comprendo muy bien cómo encajaba en el plan de los “Restauratori” provocar una debacle económica antes de la aniquilación final. Posiblemente necesitan el poder para mover los hilos adecuados, con el fin de que el desarrollo de la ciencia permitiera la fabricación de un arma de tal magnitud, y puede que también para crear un refugio tan grande como una ciudad mediana y cuya construcción parece estar relacionada con la desaparición de miles de personas en todo el mundo. Aun así creo que las ramificaciones de este asunto son demasiado complejas para mí, sobre todo en estos últimos momentos en los que la anoxia comienza a hacer estragos en mi cerebro.Al final todo el asunto me horrorizó tanto que actué de una forma contundente, pero un tanto irreflexiva... Y cometí un error fatal ¿Cuál? Pues llegar solo unos minutos antes de la detonación, sin pensar que uno de aquellos fanáticos custodiaba el artefacto, dispuesto a morir para que se “cumplieran” las profecías. Después de una lucha, en la que casi pierdo la vida, conseguí dejar al individuo fuera de combate, antes de empujar el arma hasta el artilugio de Cronos. Pero apenas disponía de un minuto, así que calibré las coordenadas con la idea de alejarme hasta una época muy remota. Digamos que la máquina funcionaba con un conjunto de engranajes que me permitían fijar con precisión el punto de destino en el espacio–tiempo, y que se manejaba por un sistema de palancas, así que manipulé sin mucha delicadeza las que servían para controlar la distancia temporal.Supongo que lo ideal hubiera sido ir a un planeta lejano (planeta en el sentido astronómico, no en el de mi lengua natal), pero ¿cómo iba a abrir la cabina para empujar el artefacto en un lugar en el que no se podía respirar? Si iba al futuro podría destruir una humanidad ulterior, así que fui a un pasado muy remoto, sin meditar demasiado sobre las consecuencias de lo que hacía.Si sabes algo de historia natural te podrás imaginar lo que ocasioné. Resulta que lancé aquello en el Cretácico Superior, provocando la famosa extinción masiva en la que desaparecieron los dinosaurios, dejando vía libre a los primitivos mamíferos. Así que si lo piensas bien aquel artefacto de destrucción en último término fue el creador de la humanidad. Irónicamente nuestro mundo de mamíferos es una paradoja creada por otra paradoja (me refiero a mi artilugio de Cronos, claro), el instrumento del Apocalipsis se convirtió en la semilla del génesis.Pero sucedió que cuando lancé el aparato infernal apenas quedaban dos segundos para que detonara, así que fijé las coordenadas muy rápidamente para escapar.El resto ya lo conoces, llegué a este año –90 impactando contra una galera, y perdiendo una parte vital del mecanismo del artilugio de Cronos... Si alguien descubre ese fragmento desprendido y no encuentra el resto de la máquina, ni este manuscrito, se devanará los sesos tratando de descifrar el misterio.Y puede que de momento haya salvado a la humanidad, puede que gracias a mí esta continúe más allá de 2012, pero los “Restauratori” seguirán allí y volverán a intentarlo. Creo que no llegaron a saber de mi existencia, así que quizás piensen que su arma falló, pero persistirán en su empeño, a no ser que antes la humanidad despierte de su letargo, que el mundo reaccione y se produzca una nueva revolución que les arrebate el poder.Creo que empiezo a delirar... se me acaba del todo el oxígeno. Pero antes de morir dejo escrita una última paradoja, o más bien una broma, cortesía del propio Cronos, y es que a pesar de haber salvado (incluso creado diría yo) a la humanidad no podré eludir mi propio fin.Pero he vivido bastante, y en estos últimos momentos, a pesar de la asfixia, no puedo evitar una sonrisa irónica. Podría decirse que me he dado un punto de apoyo y he movido el mundo...
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Published on August 14, 2018 03:45

August 9, 2018

Relato. La Noche en la que el Mundo Desapareció


La Noche en la que el Mundo desapareció, Teletransporte, Universos paralelos, Multiverso, Sueños lúcidos, sueños compartidos
LA NOCHE EN LA QUE EL MUNDO DESAPARECIÓAlterna la lucidez del Paraíso Con la noche profunda, plena de terrores.GoetheLa noche profunda y eterna, siempre eterna...Acabo de llegar a lo que parece un pequeño pueblo, pero todo permanece igual, sea cual sea mi destino invariablemente me acompañan el silencio y la oscuridad.A pesar de que algunas luces artificiales resplandecen, sin ningún control y sin ninguna explicación, el resto del mundo está envuelto en unas profundas y desesperantes tinieblas. Pero lo peor es el cielo, este cielo oscuro en el que no se distingue absolutamente nada, ni sol, ni luna, ni estrellas, ni siquiera las estriaciones de alguna nube, por extraño que parezca no hay nubes, mirar al cielo significa enfrentarse cara a cara con el más sobrecogedor e inquietante vacío, es como contemplar una monstruosa mina a cielo abierto y sin fondo a la que a alguna deidad con un macabro sentido del humor se le hubiera ocurrido colocar bocabajo sobre la cabeza de los mortales.
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Published on August 09, 2018 01:06

August 2, 2018

Primeras páginas de Metal Oscuro: El Manuscrito del Sol Rojo

PrólogoTodo comenzó cuando recibí un misterioso mensaje anónimo, a través de una dirección de correo electrónico que al parecer ya no existe.En dicho mensaje, un desconocido relataba cómo un manuscrito había llegado a sus manos de manera insólita. Afirmaba que desde entonces nunca se lo había mostrado a nadie. Pero lo más raro del asunto era su firme convicción de que dicho manuscrito estaba, por alguna razón inexplicable, relacionado con un relato corto que yo había escrito pocos años atrás.Antes de continuar haré un inciso, para dar a conocer el contenido del mensaje en cuestión:«Asunto: Manuscrito del Sol RojoFecha: Sun, 17 Aug 2014 01:54:25 +0200De:  U26050d4nPara:   Ricardo SecillaEstimado sr.,Hace cosa de un mes descargué en mi recién estrenado libro electrónico “Susurros de otros Mundos”, una obra por la que quería felicitarle a usted y a los demás escritores que participaron en ella. Debo decir que en general me gustó bastante.Pero no es esa la razón por la que me pongo en contacto con usted, no suelo escribir a cualquier autor solo porque una historia me guste. Para serle sincero, si hubiera sido esa la razón, hubiera escogido a cualquier otro de los autores de la antología que nos ocupa.En realidad me pongo en contacto con usted a causa de algunos pasajes de su relato “La fisura en el espejo”, que han creado en mí cierta inquietud y que he leído con mucha extrañeza, no por su argumento en sí, sino por algunos nombres y hechos que se mencionan en este.Su cuento, si es que se le puede llamar así, trajo a mi mente ciertos fantasmas del pasado que habían subsistido muy escondidos en mi memoria, pero sobre todo me hizo recordar cierto manuscrito que había permanecido cerca de dos décadas encerrado en un cajón de mi escritorio.Sin duda se preguntará cuál es el contenido de este manuscrito para que me haya puesto en contacto con usted en semejantes términos, y cómo llegó a mí.Respecto al contenido, usted mismo podrá valorarlo, puesto que se lo entrego digitalizado, junto a este mensaje.En cuanto a cómo llegó a mis manos, sucedió hace poco menos de veinticinco años, cuando comencé a trabajar como enfermero. No me detendré en detalles de mi vida que no vienen a cuento, ni voy a decirle en qué hospital fue, no, nada de detalles. Eso podría menoscabar el anonimato que tanto deseo (por razones que ahora no vienen a colación).Tan solo le diré que una noche ingresó un paciente en coma, del que nadie sabía nada en absoluto. En apariencia se trataba de un vagabundo que había sufrido un accidente cerebrovascular.La única pista que podía arrojar alguna luz sobre su identidad era una rudimentaria bolsa de viaje que habían encontrado junto a él. Estaba muy deteriorada y con unas manchas que bien podían ser sangre seca; aunque en aquellos momentos me hubiera sido imposible afirmarlo con seguridad.A pesar de que debía ser muy joven, quizás algo menos de treinta, la suciedad de sus ropas, su barba descuidada y su aspecto desaliñado le daban la apariencia general de ser mucho mayor.Entre una compañera y yo mismo lo desnudamos, para asearlo y vestirlo con la bata del hospital. Reparé en un raro tatuaje que representaba a una especie de dragón oriental, y que se enroscaba a lo largo de todo su brazo derecho, cubriéndolo casi por completo. También me fijé en que su cuerpo estaba, además de demacrado y mortecino, surcado por numerosas cicatrices, especialmente una enorme que le dividía el costado en dos. Era inevitable sentir curiosidad por tan extraño individuo, ¿qué clase de vida había llevado para quedar marcado así?Para ver si había algún tipo de identificación, abrí la bolsa y curioseé en su interior. Dentro había varias mudas de ropa muy raída. En el fondo encontré un libro de aspecto antiguo, algo estropeado y que parecía de fabricación manual. Lo cogí con sumo cuidado y lo ojeé, comprobando que era una especie de diario escrito a mano. Pero sobre todo me intrigó la misteriosa y única frase que aparecía en la primera página: «Desde el otro lado de la fisura, a través del espejo, se filtraba la luz roja de Víndex»¡He aquí la primera similitud con su relato! Aunque no la más asombrosa. Pero para no perder el hilo voy a seguir contándole lo que ocurrió:Aquel individuo permaneció en coma durante varios días, nadie lo reclamó y no había nada en él o en sus pertenencias que permitiera una fácil identificación.Un día despertó. Yo no estaba en el turno en que sucedió, pero según contó el compañero que estaba de guardia, ese día lo reclamaron unos tipos muy siniestros y elegantes, vestidos con trajes negros. Cuando llegaron a la habitación, él había desaparecido. Al parecer, unos minutos antes, había despertado violentamente, huyendo y derribando a todos los que se interpusieron en su camino.Nada volví a saber de él, aunque conservé en secreto aquel manuscrito, a la espera de alguna ocasión para devolverlo a su legítimo dueño.Han pasado muchos años y no ha sido hasta hoy, después de leer su relato, que, como le he indicado antes, he visto las misteriosas coincidencias entre ambas historias, con respecto a algunos nombres y hechos.Y ahora es inevitable hacer la pregunta: ¿Existe alguna relación entre aquel individuo y usted? ¿Escuchó alguno de los nombres, coincidentes entre el manuscrito y su relato, de alguien que pudiera tener alguna relación con dicho individuo?Como ya le he dicho, he adjuntado a este correo el manuscrito, para que usted saque sus propias conclusiones. Por mi parte le cedo por completo el derecho a darlo a conocer, o a publicarlo, siempre que mi nombre, o cualquier pista que conduzca hacia mí, no sea revelado.Siendo usted un completo desconocido, sepa que le he mostrado algo que nunca había enseñado a nadie. Quizás todo se deba a una casualidad, pero insisto en que los puntos en común de su relato con el manuscrito me han llamado la atención muy poderosamente.Si no es una casualidad significa que usted sabe algo de todo esto, o que ha tenido conocimiento de la historia de este escrito por cualquier otra vía. De ser esto último le agradecería que me lo aclarara.Atentamente,»El final del mensaje es una pregunta directa a la que debo responder que, hasta donde yo sé, debería de tratarse de una casualidad. Además, los puntos de contacto entre el manuscrito y el relato corto al que se refiere, La Fisura en el Espejo, son muy tenues. Aparte de coincidir algunos nombres y hechos, es evidente que se trata de dos historias completamente independientes.La Fisura en el Espejo es un relato corto que vio la luz a finales de 2.010. Para mí tuvo una gran importancia a nivel personal, ya que fue la primera de mis creaciones que di a conocer al público. Apareció en la desaparecida compilación de relatos del primer concurso de Ciencia ficción de Zonaereader, y actualmente está disponible en la antología “Susurros de otros Mundos”.La creación de La Fisura en el Espejofue casual, algo que ni siquiera me había planteado en un principio. Lo escribí en poco menos de una semana, inspirándome en una serie de sueños muy curiosos que tuve durante aquella época. Eran tiempos en los que yo experimentaba con cierta frecuencia en el mundo onírico, con el afán de tomar conciencia y control sobre mis sueños.En realidad no tengo claro de si todo esto es algún tipo de broma, o si se trata de una tremenda coincidencia. Aunque, de ser una broma, sería absurdo tomarse la molestia de escribir algo tan extenso para al final permanecer en el anonimato.El correo, tal como decía el mensaje, traía un adjunto: un documento escaneado, que resultó ser un manuscrito redactado con una letra extraña, a la vez que elegante y clara. Me ha llevado años transcribirlo, no por difícil de entender, sino por falta de tiempo.He respetado su contenido de manera casi textual, aunque lo he novelizado, dividiéndolo en capítulos y convirtiendo en diálogos algunos pasajes que a mi parecer eran demasiado farragosos. Todo esto con el único fin de facilitar su lectura.Y ahora, sin más dilación, doy paso al resultado de este trabajo, para que cada cual saque sus propias conclusiones.
El Manuscrito del Sol RojoDesde el otro lado de la fisura, a través del espejo, se filtraba la luz roja de Víndex.Sijha.¿Llegará alguna vez alguien a leer esto? Desde luego es poco menos que imposible que algún conocido llegue a hacerlo, ya que ni siquiera tengo conocidos: mi elección ha sido la soledad y, dentro de lo posible, el aislamiento. Creo que, según el cómputo de tiempo de este mundo, llevo perdido más de tres años.Mi nombre es Tasdan y soy un vagabundo, o más bien un náufrago. Así que se podría considerar esto como un mensaje en una botella, salvo por el hecho de que no tengo ningún medio de lanzar la botella, ni por lo tanto posibilidades de ser rescatado.

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Published on August 02, 2018 00:16

Primeras páginas de "Metal Oscuro: El Manuscrito del Sol Rojo"

PrólogoTodo comenzó cuando recibí un misterioso mensaje anónimo, a través de una dirección de correo electrónico que al parecer ya no existe.En dicho mensaje, un desconocido relataba cómo un manuscrito había llegado a sus manos de manera insólita. Afirmaba que desde entonces nunca se lo había mostrado a nadie. Pero lo más raro del asunto era su firme convicción de que dicho manuscrito estaba, por alguna razón inexplicable, relacionado con un relato corto que yo había escrito pocos años atrás.Antes de continuar haré un inciso, para dar a conocer el contenido del mensaje en cuestión:«Asunto: Manuscrito del Sol RojoFecha: Sun, 17 Aug 2014 01:54:25 +0200De:  U26050d4nPara:   Ricardo SecillaEstimado sr.,Hace cosa de un mes descargué en mi recién estrenado libro electrónico “Susurros de otros Mundos”, una obra por la que quería felicitarle a usted y a los demás escritores que participaron en ella. Debo decir que en general me gustó bastante.Pero no es esa la razón por la que me pongo en contacto con usted, no suelo escribir a cualquier autor solo porque una historia me guste. Para serle sincero, si hubiera sido esa la razón, hubiera escogido a cualquier otro de los autores de la antología que nos ocupa.En realidad me pongo en contacto con usted a causa de algunos pasajes de su relato “La fisura en el espejo”, que me han causado cierta inquietud y que he leído con mucha extrañeza, no por su argumento en sí, sino por ciertos nombres y hechos que se mencionan en este.Su cuento, si es que se le puede llamar así, trajo a mi mente ciertos fantasmas del pasado que habían permanecido muy escondidos en mi memoria, pero sobre todo me hizo recordar cierto manuscrito que había permanecido cerca de dos décadas encerrado en un cajón de mi escritorio.Sin duda se preguntará cuál es el contenido de este manuscrito para que me haya puesto en contacto con usted en semejantes términos, y cómo llegó a mí.Respecto al contenido, usted mismo podrá valorarlo, puesto que se lo entrego digitalizado, junto a este mensaje.En cuanto a cómo llegó a mis manos, sucedió hace poco menos de veinticinco años, cuando comencé a trabajar como enfermero. No me detendré en detalles de mi vida que no vienen a cuento, ni voy a decirle en qué hospital fue, no, nada de detalles. Eso podría menoscabar el anonimato que tanto deseo (por razones que ahora no vienen a colación).Tan solo le diré que una noche ingresó un paciente en coma, del que nadie sabía absolutamente nada. Aparentemente se trataba de un vagabundo que había sufrido un accidente cerebrovascular.La única pista que podía arrojar alguna luz sobre su identidad era una rudimentaria bolsa de viaje que habían encontrado junto a él. Estaba muy deteriorada y con unas manchas que bien podían ser sangre seca; aunque en aquellos momentos me hubiera sido imposible afirmarlo con seguridad.A pesar de que debía ser muy joven, quizás algo menos de treinta, la suciedad de sus ropas, su barba descuidada y su aspecto desaliñado le daban la apariencia general de ser mucho mayor.Entre una compañera y yo mismo lo desnudamos, para asearlo y vestirlo con la bata del hospital. Reparé en un raro  tatuaje que representaba a una especie de dragón oriental, y que se enroscaba a lo largo de todo su brazo derecho, cubriéndolo casi por completo. También me fijé en que su cuerpo estaba, además de demacrado y mortecino, surcado por numerosas cicatrices, especialmente una enorme que le dividía el costado en dos. Era inevitable sentir curiosidad por tan extraño individuo, ¿qué clase de vida había llevado para quedar marcado así?Para ver si había algún tipo de identificación, abrí la bolsa y curioseé en su interior. Dentro había varias mudas de ropa muy raída. En el fondo encontré un libro de aspecto antiguo, algo estropeado y que parecía de fabricación manual. Lo cogí con sumo cuidado y lo ojeé, comprobando que era una especie de diario escrito a mano. Pero sobre todo me intrigó la misteriosa y única frase que aparecía en la primera página: «Desde el otro lado de la fisura, a través del espejo, se filtraba la luz roja de Víndex»¡He aquí la primera similitud con su relato! Aunque no la más asombrosa. Pero para no perder el hilo voy a seguir contándole lo que ocurrió:Aquel individuo permaneció en coma durante varios días, nadie lo reclamó y no había nada en él o en sus pertenencias que permitiera una fácil identificación.Un día despertó. Yo no estaba en el turno en que sucedió pero, según contó el compañero que estaba de guardia, ese día lo reclamaron unos tipos muy siniestros y elegantes, vestidos con trajes negros. Cuando llegaron a la habitación, él había desaparecido. Al parecer, unos minutos antes, había despertado violentamente, huyendo y derribando a todos los que se interpusieron en su camino.Nada volví a saber de él, pero secretamente conservé aquel manuscrito, a la espera de alguna ocasión para devolverlo a su legítimo dueño.Han pasado muchos años y no ha sido hasta hoy, después de leer su relato, que, como le he indicado antes, he visto las misteriosas coincidencias entre ambas historias, respecto a algunos nombres y hechos.Y ahora es inevitable hacer la pregunta: ¿Existe alguna relación entre aquel individuo y usted? ¿Escuchó alguno de los nombres, coincidentes entre el manuscrito y su relato, de alguien que pudiera tener alguna relación con dicho individuo?Como ya le he dicho, he adjuntado a este correo el manuscrito, para que usted saque sus propias conclusiones. Por mi parte le cedo por completo el derecho a darlo a conocer, o a publicarlo, siempre que mi nombre, o cualquier pista que conduzca hacia mí, no sea revelado.Siendo usted un completo desconocido, sepa que le he mostrado algo que nunca había enseñado a nadie. Quizás todo se deba a una casualidad, pero insisto en que los puntos en común de su relato con el manuscrito me han llamado la atención muy poderosamente.Si no es una casualidad significa que usted sabe algo de todo esto, o que ha tenido conocimiento de la historia de este escrito por cualquier otra vía. De ser esto último le agradecería que me lo aclarara.Atentamente,»El final del mensaje es una pregunta directa a la que debo responder que, hasta donde yo sé, debería de tratarse de una casualidad. Además los puntos de contacto entre el manuscrito y el relato corto al que se refiere, La Fisura en el Espejo, son muy tenues. Aparte de coincidir algunos nombres y hechos, es evidente que se trata de dos historias completamente independientes.La Fisura en el Espejo es un relato corto que vio la luz a finales de 2.010. Para mí tuvo una gran importancia a nivel personal, ya que fue la primera de mis creaciones que di a conocer al público. Apareció en la desaparecida compilación de relatos del primer concurso de Ciencia ficción de Zonaereader, y actualmente está disponible en la antología “Susurros de otros Mundos”.La creación de La Fisura en el Espejofue casual, algo que ni siquiera me había planteado en un principio. Lo escribí en poco menos de una semana, inspirándome en una serie de sueños muy curiosos que tuve durante aquella época. Eran tiempos en los que yo experimentaba con cierta frecuencia en el mundo onírico, con el afán de tomar conciencia y control sobre mis sueños.En realidad no tengo claro de si todo esto es algún tipo de broma, o si se trata de una tremenda coincidencia. Aunque, de ser una broma, sería absurdo tomarse la molestia de escribir algo tan extenso para al final permanecer en el anonimato.El correo, tal como decía el mensaje, traía un adjunto: un documento escaneado, que resultó ser un manuscrito redactado con una letra extraña, a la vez que elegante y clara. Me ha llevado años transcribirlo, no por difícil de entender, sino por falta de tiempo.He respetado su contenido de manera casi textual, aunque lo he novelizado, dividiéndolo en capítulos y convirtiendo en diálogos algunos pasajes que a mi parecer eran demasiado farragosos. Todo esto con el único fin de facilitar su lectura.Y ahora, sin más dilación, doy paso al resultado de este trabajo, para que cada cual saque sus propias conclusiones.
El Manuscrito del Sol RojoDesde el otro lado de la fisura, a través del espejo, se filtraba la luz roja de Víndex.Sijha.¿Llegará alguna vez alguien a leer esto? Desde luego es poco menos que imposible que algún conocido llegue a hacerlo, ya que ni siquiera tengo conocidos: mi elección ha sido la soledad y, dentro de lo posible, el aislamiento. Creo que, según el cómputo de tiempo de este mundo, llevo perdido más de tres años.Mi nombre es Tasdan y soy un vagabundo, o más bien un náufrago. Así que se podría considerar esto como un mensaje en una botella, salvo por el hecho de que no tengo ningún medio de lanzar la botella, ni por lo tanto posibilidades de ser rescatado.

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April 13, 2018

Relato. La Puerta de Candor


Marte, Terraformación, Universos paralelos, Multiverso, Inteligencia artificial, Colonización
LA PUERTA DE CANDORArshan Anutisthati observaba aquel páramo desolador a través de su escafandra. Era como ver un desierto pedregoso a través de un filtro rojo.Cuando SHF1003, su compañero artificial, le comunicó que estaban a escasos metros de su objetivo, todos sus años de experiencia no sirvieron para impedir que se le formara un nudo en el estómago, lo cual le inquietaba, ya que su intuición no solía fallar.—La anomalía parece estar allí —dijo el robot señalando un insólito arco de piedra, probable capricho de la erosión, pero que no dejaba de ser llamativo por su apariencia casi artificial.La mirada de Arshan se centró momentáneamente en SHF1003. A pesar de todos los años durante los que había tratado con aquellos entes metálicos, los de la serie SHF no dejaban de resultarle especialmente sorprendentes. No por la apariencia, que solía variar según la función de cada robot, aunque en la mayoría de los casos poseyeran una tosca forma humanoide, sino por las increíbles capacidades intelectuales que solían manifestar.Aquellas máquinas se valían de un potente ordenador cuántico, dotado con una serie de programas que eran capaces de emular complejos sistemas de redes neuronales, los cuales de forma casi natural y con solo ser ejecutados durante un tiempo con los estímulos adecuados, aprendían de su entorno y terminaban por originar mentes artificiales cuyas psicologías escapaban a la comprensión de sus creadores.Por supuesto era mucho menos costoso copiar en un robot la psique generada después de un entrenamiento que desarrollar una nueva. Por eso los SHF se numeraban según la mente que llevaban implantada, por ejemplo los de la serie SHF1003 habían resultado ser unos exploradores sorprendentes, capaces de detectar detalles que se escapaban a los seres humanos e incluso a los SHF de otras series. Evidentemente una vez que la mente era implantada cada SHF se convertía en un nuevo individuo que seguía aprendiendo y desarrollándose según sus nuevas vivencias.Los SHF fueron utilizados para la exploración espacial y nunca habían ocasionado ningún problema. Salvo un misterioso incidente, en un viaje a las inmediaciones de Júpiter hacía ya algunos años, que terminó con la muerte de casi todos los tripulantes. A pesar de la gravedad de los acontecimientos nadie supo más de aquel asunto. El único robot que no fue destruido durante aquella expedición desapareció inexplicablemente, y el gobierno se encargó de que todo aquello se silenciara.En cierto modo Arshan no confiaba en su compañero artificial, y no porque este le hubiera dado razones para ello, sino porque en algunos aspectos aquella misión se parecía sospechosa y peligrosamente a la de Júpiter.Todo había comenzado con el complicado proceso de terraformación de Marte, iniciado hacía poco más de una década. Se había elegido con sumo cuidado la combinación de microorganismos y el lugar del planeta rojo en el que se inocularían. Después se habían usado ciertos líquenes similares a los que crecen en los valles secos de McMurdo en la Antártida, pero manipulados genéticamente. La intención era crear de forma paulatina suelos fértiles e ir dando los primeros pasos hacia una atmósfera respirable.Además numerosas naves no tripuladas habían sido enviadas al cinturón de Kuiper para remolcar algunos cometas hasta Marte, en un viaje de ida y vuelta que llevaría a dichas naves más de quince años, con la idea de fundirlos para formar los futuros océanos.El proceso completo de terraformación era bastante costoso y llevaría algo más de un siglo, quizás más. Aunque durante todo ese tiempo la presencia humana en Marte sería prácticamente innecesaria.Pero como suele suceder cuando se trazan planes con intención de controlar o manipular sistemas complejos, las cosas no salieron como estaba previsto.Las complicaciones serias comenzaron cuando uno de los robots de la serie SHF700 desapareció sin dejar rastro.Poco después llegaron anomalías de todo tipo: líquenes que se evaporaban pero que poco después aparecían en el mismo lugar como si nada hubiera pasado, robots que dejaban de funcionar durante horas, ilusiones ópticas imposibles, alteraciones gravitatorias y una larga lista de fenómenos inexplicables.No tardó en descubrirse que las anomalías se producían con más intensidad en las inmediaciones del titánico sistema de cañones conocido como Valles Marineris, al sur del abismo de Ceti y muy cerca del abismo de Candor. Precisamente la zona en la que el primer robot había desaparecido.Aquello fue suficiente para que desde la agencia espacial se tomara la decisión de enviar una misión tripulada de urgencia que recogiera información para evaluar las posibles causas de las anomalías.Y así lo designaron a él, a Arshan Anutisthati, uno de los más preparados tanto física como académicamente, y a SHF1003. Seguramente decidieron arriesgarse enviando a un humano porque en el fondo no confiaban plenamente en los robots, visto el incidente de Júpiter.En el comunicador de la escafandra sonó la voz familiar de una mujer:—Arshan, confirma que estás en el punto de la anomalía. Por algún fallo técnico no estamos recibiendo las imágenes de la cámara de tu escafandra, ni de lo que ve SHF1003, así que describe el entorno.Aquella voz procedía de la Tierra y pertenecía a Dhana Dasianrta. Arshan contestó sabiendo que Dhana oiría la respuesta unos catorce minutos después, tiempo de desfase que debía soportar en las comunicaciones con la Tierra, debido a la distancia entre ambos mundos.—Aquí no hay nada fuera de lo común, salvo una especie de arco, casi me recuerda a un arco de herradura como el de algunas catedrales o mezquitas milenarias, pero creo que es una formación natural. De todas formas SHF1003 y yo echaremos un vistazo por los alrededores.A pesar del frío y escueto mensaje que acababa de transmitir, Arshan no podía evitar sentir un calor que casi le quemaba por dentro cuando escuchaba aquella voz. Había conocido a Dhana Dasianrta hacía siete años, cuando ambos entraron en la agencia espacial. Él después de superar unas durísimas pruebas físicas y ella como ingeniera experta en inteligencia artificial.Nunca había olvidado la primera vez que la vio, en aquella fría sala de espera, pero sobre todo nunca olvidaría lo que le hizo sentir. Durante aquellos días, consciente o inconscientemente, buscaba encontrarse casualmente con ella por los pasillos, aunque solo fuera para tener la osadía de soportar durante un instante su irresistible y enigmática mirada.Unas semanas después Arshan se había atrevido a invitarla a salir, y en aquella primera cita acabaron en casa de ella, haciendo el amor como si esa noche fuera la última de sus vidas.Durante los siguientes años nunca habían dejado de encontrarse, pero lo habían mantenido en secreto de cara a la agencia espacial, para evitar problemas y rumores con compañeros, y sobre todo con sus superiores jerárquicos, ya que sabían que algo así podía afectar de forma negativa a sus respectivas carreras.Sí, conocía aquella voz demasiado bien, tanto como para percatarse de que detrás de aquella aparente frialdad había un matiz de profunda tristeza. Deseaba con todas sus fuerzas poder preguntarle si estaba bien, gritarle que pronto volvería a la Tierra para poder abrazarla, para fundirse con su cuerpo y sentirla vibrar de placer una vez más.Sin embargo sabía que aquellas transmisiones podían ser escuchadas por cualquiera en la agencia, por lo que dejó de lado todos aquellos recuerdos y sentimientos que se arremolinaban en su mente y no dijo nada. Tan solo siguió caminando por aquel desierto rojo sin saber muy bien qué buscaba.No tardó en notar que SHF1003 se había detenido frente al exótico arco. Por un momento le recordó a un juguete roto y pensó que algo había fallado en el robot, pero este rompió el silencio:—Acabo de buscar en mi memoria todas las ortofotografías que tenemos de esta zona y esta estructura no es visible en ninguna de ellas.—Bueno —replicó Arshan—, desde arriba no tiene por qué verse, ¿verdad?—Te equivocas. En las ortofotografías hechas en cualquier momento en que el Sol no estaba en su cénit debería de verse la sombra de esto… sea lo que sea no estaba aquí cuando las sucesivas sondas cartografiaron el planeta.Lo que pasó a continuación casi mata a Arshan del susto. SHF1003 pasó bajo el arco y desapareció sin dejar rastro. Cuando se recompuso un poco del estupor inicial dijo:—Dhana, SHF1003 acaba de desaparecer al pasar bajo el arco… ¿Qué hago? ¿Debo seguirlo o regreso al módulo?Sabiendo que la respuesta tardaría casi media hora en llegar comenzó a examinar la extraña estructura. Caminó a su alrededor, pero no vio cosa alguna que indicara que se tratara de un arco artificial, tan solo era roca y seguía pareciendo un capricho de la antigua erosión del planeta.Casi cae de espaldas a causa del sobresalto cuando SHF1003 reapareció bajo la estructura tan súbitamente como había desaparecido.—Tienes que ver esto, entra.—Ni hablar. Dime qué has visto ahí.—No me creerás.Y sin decir una palabra más el robot volvió a desaparecer. Arshan calibró si debía esperar la respuesta que llegaría desde la Tierra o pasar directamente. Aunque esta última opción le inquietaba había visto a SHF1003 regresar, así que hubiera lo que hubiera al otro lado no tenía por qué ser malo.Finalmente se puso frente al arco. Vaciló durante unos instantes, en los que se doblaron tanto el ritmo de sus pulsaciones como el de sus pensamientos. Uno de estos cruzó fugaz por su cerebro y, de no ser por el miedo casi le hace sonreír, vio a SHF1003 como a un conejo blanco, y a sí mismo persiguiéndolo y a punto de caer en una madriguera. “Deja de pensar tonterías” dijo en voz baja.

Vaciló unos segundos, pero finalmente dio el paso que lo lanzó a lo desconocido.—        —        —Dhana observó con perplejidad las pantallas táctiles holográficas que la rodeaban. Maldijo para sí misma después de tocarlas y observar varios gráficos.Las imágenes quedaron por un momento detenidas, como congeladas en un bloque de hielo espectral. Las manipuló con impaciencia hasta que por fin todo volvió a ponerse en movimiento.Se encontraba en una inmensa sala de control, en la que trabajaban una veintena de operarios, todos bajo su mando. Todos parecían haber notado el mismo bloqueo en el colorido enjambre de pantallas holográficas que se distribuían por toda la estancia.—¿Qué demonios pasa? Pensé que los bloqueos habían pasado a la Historia junto con los antiguos procesadores de silicio... SHI107 Necesito un informe de lo que ha pasado —esperó unos segundos—. ¡¿SHI107?!—Una pequeña caída del sistema, los recursos parecen insuficientes —respondió una voz femenina y neutra que no parecía proceder de ningún punto concreto—. Las coordenadas de los exploradores se han borrado.—Eso es absurdo —dijo Dhana notablemente irritada—. Reproduce la última transmisión de… Arshan.Escuchó con interés la transmisión de este y su escueta conversación con SHF1003 antes de desaparecer.—Después hemos perdido su localización —dijo SHI107—. Sus últimas coordenadas recibidas marcan el punto de la anomalía.Dhana se pasó ambas manos por la sien en señal de abatimiento.—¿Se ha recuperado el sistema?—No del todo, pero está funcional.—Intenta localizarlos, envía un mensaje, tal vez puedan responder. Avisadme si hay novedades —terminó de decir en voz alta a todo el personal.Abandonó su puesto y salió de aquel lugar, cuyas cuatro paredes en esos momentos parecían acercarse cada vez más para aplastarla y no dejarla respirar.
Después de caminar sin rumbo por los pasillos entró en una especie de sala de descanso, en la que además de unos sillones y unas máquinas expendedoras de alimentos deshidratados, había unas curiosas pinturas tridimensionales en las que rara vez nadie reparaba y que parecían flotar a escasos centímetros de las paredes. Después de comprobar que allí no había nadie se sentó abatida y se llevó las manos a la cara para limpiar algunas lágrimas que habían ganado la batalla por salir de sus ojos.Tuvo que recomponerse rápidamente cuando alguien entró en la sala a toda prisa. Reconoció a uno de los operarios de su equipo.—Doctora Dasianrta, me envían a buscarla. Creo que hemos encontrado pruebas de lo que ya sospechábamos.—¿De qué me hablas?—De un sabotaje. Algún hacker se ha colado en el sistema de la agencia y lo ha llenado de parásitos. Al parecer las ralentizaciones y bloqueos se deben a que hay todo un subsistema corriendo bajo el nuestro y consumiendo recursos.—¡Vamos! Aunque así fuera los procesadores actuales son demasiado potentes como para que lo notásemos. Tendría que estar haciendo un volumen de cálculos inconcebible. ¿Habéis rastreado la procedencia de ese código?—Sí, pero no hemos dado con su origen, y tampoco sabemos lo que hace… Según SHI107 se trata de un cifrado no algorítmico, algo tan tremendamente complejo que no ha sido capaz de decodificarlo, pero está en ello.—¿Quién se iba a tomar tantas molestias?—Creemos que se trata de alguno de esos grupos autodenominados neoecologistas que están en contra de la terraformación de Marte.—Vamos, esos fanáticos creen que en Marte hay “hombrecitos verdes” y que los estamos matando en secreto. No tienen medios para hacer esto y tampoco saben nada de nuestro sistema, salvo que... alguien estuviera filtrando información desde dentro.Dhana dirigió su mirada a uno de los cuadros holográficos, que acababa de automodificarse, cambiando una colorida imagen tridimensional de Fobos por otra de Saturno visto desde el interior de uno de sus anillos. Se pasó la mano por la cabeza y dijo:—Mirad en el histórico del sistema los movimientos de todo el personal, a ver si hay algo sospechoso. Aunque si estamos ante alguien con los conocimientos que dices dudo mucho que nos haya dejado un rastro de migas de pan.—        —        ——¿Dónde demonios estoy? —preguntó Arshan mirando a su alrededor.Sin duda la orografía del terreno era la misma y el arco seguía allí. Sin embargo había perdido la impresión de verlo todo a través de un filtro rojo. La luz era blanca y el suelo estaba cubierto por una exuberante vegetación cespitosa. Hasta donde alcanzaba la vista todo era un prado verde, surcado por ondulaciones plateadas causadas por un suave viento. El cielo se había tornado azul, con algunas nubes blancas similares a jirones de algodón o a gotas de leche disolviéndose en agua. Era como si por arte de magia se hubieran teletransportado a la Tierra.—Deberías ver esto —la voz artificial de SHF1003 lo sobresaltó.El robot se encontraba sobre una colina redondeada, mirando hacia algún punto. Arshan casi corrió para alcanzarlo, ya que el tono empleado por SHF sonó tan enigmático y diferente que no pudo evitar que la curiosidad le aguijoneara.Cuando llegó a la cima de la colina quedó completamente petrificado. A pocos kilómetros de allí podía verse la orilla de un mar azul, que se extendía hasta el horizonte en lo que debería ser el abismo de Candor. Muy lejos, en algunos lugares de la costa, pudo ver inmensas cataratas que vertían su contenido como cintas espumosas que se disolvían en una bruma sobre el océano.Pero lo más insólito de aquella estampa irreal era que en la línea de costa, cuya panorámica se perdía hacia el este, había algo parecido a una ciudad. Sin duda lejana porque desde allí podían ver unas enormes cúpulas que la coronaban. Parecía estar hecha íntegramente de algún metal que brillaba como la plata, bajo los rayos de un Sol que por su tamaño aparente les recordaba que seguían en Marte.—¿Cómo es posible? —preguntó Arshan sin salir de su asombro—. Debemos informar cuanto antes. Posiblemente hayamos hecho el descubrimiento más importante de la Historia.—Yo diría que la composición química de la atmósfera es muy similar a la de la Tierra, aunque tendríamos que hacer análisis antes de sacar conclusiones. Mira aquello.SHF1003 señaló una manada de criaturas enormes y desconocidas que pastaban en un inmenso prado que se extendía a sus pies, animales similares a los ciempiés de la Tierra, pero del tamaño de una vaca.—Ahora sabemos que el arco es una especie de puerta a este lugar —dijo Arshan—. Volvamos de nuevo a la entrada antes de que nos perdamos. Regresaremos mejor preparados para explorar este nuevo mundo.Apenas dijo esto varias figuras se abalanzaron sobre ellos, sin darles tiempo a reaccionar. Arshan trató de resistirse, pero a pesar de que allí pesaba unas tres veces menos que en la Tierra, el traje espacial no estaba diseñado para hacer movimientos especialmente rápidos ni complejos.En ese momento pudieron ver a sus atacantes con detenimiento. Se trataba de algo parecido a unas enormes arañas mecánicas cuyas extremidades terminaban en dedos, por lo que sus numerosas patas articuladas servían tanto para caminar como para manipular su entorno.La lucha fue tan rápida como desigual. SHF1003 no tardó en ser derribado. Arshan intentó defenderse, pero nada parecía afectar a sus atacantes ni a sus movimientos, era como luchar contra molinos de viento.
Aquellas criaturas no encontraron dificultad en inmovilizarlo. A pesar de todo comprendió que de momento no tenían intención de hacerles daño, pero no tardaron en cargarlos como simples bolsas de viaje y ponerse en movimiento en dirección a la ciudad plateada.Durante el camino, Arshan cayó en la cuenta de que apenas le quedaba oxígeno para una hora. Si aquellos monstruos le permitían vivir, tendría que arriesgarse a respirar aquel aire... Y si no moría (era una posibilidad, ya que, aunque fuera respirable, desconocía qué microorganismos lo poblaban) y su traje espacial no resultaba dañado, tal vez pudiera recargar sus reservas de oxígeno, buscar la puerta de Candor y regresar al módulo, que le llevaría de regreso a la estación espacial y de ahí a la Tierra... Si no era capaz de ejecutar el plan sin duda quedaría atrapado en aquel mundo para siempre.—        —        —Dhana abrió los ojos con dificultad mientras maldecía al rayo de sol que se filtraba a través de la ventana.Durante un instante se sorprendió al ver que alguien dormía a su lado, hasta que recordó sus aventuras y desventuras durante la noche anterior.No era la primera vez que algo así le pasaba. De hecho casi siempre le ocurría lo mismo. Mientras sentía la euforia, proporcionada por alguna droga sintética, se había engañado a sí misma y había buscado un sustituto de Arshan. Pero él era insustituible, y era inevitable que mirara a los ojos de todos los amantes que pasaban por su cama, sin darse cuenta de que en realidad lo buscaba siempre a él, tratando de alcanzar lo inalcanzable.Lo terrible es que Arshan había muerto hacía ya cinco años y ella aún no había terminado de creerlo. Aquella perdida había abierto un abismo negro en su alma que nada ni nadie podía iluminar. Cualquier sentimiento, todo lo que podía haber dado sentido a su vida, había sido devorado y absorbido por su agujero negro particular.Claro que el hecho de que nunca hubo un cuerpo que velar y que enterrar no había contribuido a que lo olvidara, aunque eso era lo normal para los astronautas que morían en servicio. Sin embargo a veces no podía evitar torturarse pensando contra todo planteamiento lógico que él estaba vivo y atrapado en algún recóndito lugar.Y de nuevo tendría que inventar alguna excusa trivial para echar a aquel sucedáneo que había aparecido en su cama, para que no volviera a llamarla, para no crear vínculos innecesarios.Aquel desconocido abrió los ojos y la observó mientras ella se vestía.—Es temprano, ¿adónde vas?—A trabajar.—¿Quieres que te haga el desayuno mientras te preparas?Ella dejó de vestirse, quedó inmóvil y semidesnuda mientras parecía meditar algo.—Gracias, pero tengo mucha prisa. No te lo tomes a mal... es que cuando regrese me gustaría que ya no estuvieras aquí.—Vamos, tan mal no ha estado la cosa.—De hecho ha estado muy bien. No me malinterpretes que no es eso, no tiene que ver contigo.Él se incorporó y comenzó a vestirse con notable gesto de disgusto.—¿Puedo llamarte? —preguntó mientras contemplaba su torso semidesnudo.—Créeme, lo mejor es que no nos volvamos a ver.Dhana continuaba sentada y sin moverse cuando él terminó de vestirse.—Adiós guapa, que te vaya bien —dijo en tono glacial antes de marcharse dando un portazo.“Que me vaya bien” pensó Dhana. Sabía que su vida privada no tenía ningún sentido. Volvió a repetirse a sí misma que Él se había ido para siempre. Tal vez debería haber dejado su carrera en la agencia espacial, aquel trabajo le hacía más difícil olvidar. Sobre todo ahora que...De pronto fue consciente de que se hacía tarde, así que decidió dejar de atormentarse por el momento y se apresuró a terminar de vestirse para marcharse de allí cuanto antes.—        —        —Conforme se acercaban a la ciudad plateada fueron reparando en que todo allí parecía estar dotado de vida. Los edificios cambiaban de forma, se desplazaban e incluso se fusionaban. Cuando por fin se adentraron en aquella insólita inmensidad plateada, quedaron maravillados al advertir que la ciudad estaba hecha de algún metal líquido, un inmenso mar de mercurio viviente que latía y cambiaba de forma a su antojo.Las arañas mecánicas parecían generarse y fundirse con el metal, como simples fragmentos que se desprendían de este, y retornaban como si nunca hubieran dejado de estar integrados en aquellas paredes y suelos, que formaban un continuo en constante movimiento.Las criaturas que los transportaban los liberaron y a continuación se derritieron y fusionaron casi a sus pies.—¿Qué crees que nos harán? —preguntó Arshan.—Depende de si nos consideran una amenaza —dijo—. Creo que esta ciudad es una especie de macroorganismo o de organismo-colmena, pero ignoro la base de su bioquímica. Al menos no creo que nos consideren alimento.Algunos gigantescos edificios se movieron y parecieron crecer a su alrededor de forma casi imperceptible. Cientos de arañas eran evaginadas y absorbidas en apenas segundos. Arshan se sintió por un momento como una pulga, adherida a la piel de un animal de pelos metálicos y plagado de parásitos.Súbitamente todas las criaturas habían sido absorbidas y el tiempo pareció detenerse. Por unos instantes fueron forasteros en una ciudad fantasma. Pero aquella quietud apenas duró un minuto, porque frente a ellos surgió del suelo una elevación, que fue autoesculpiéndose hasta tomar una silueta humanoide que cada vez se tornaba más humana. En pocos segundos se le habían perfilado con total precisión unos rasgos faciales y anatómicos. Finalmente el brillo metálico se transmutó en juegos cromáticos que acabaron por delimitar un ser humano completamente normal... una mujer joven.Arshan la miró boquiabierto y con los ojos desorbitados, de su garganta apenas pudo surgir una ahogada exclamación.“¡Dhana!”—        —        ——Doctora Dasianrta, iré al grano —dijo el director general de la agencia espacial, mientras Dhana escuchaba con preocupación al otro lado de la mesa—. La comisión de investigación ha determinado que el sabotaje informático que ha minado el buen funcionamiento de la agencia durante los últimos meses procede sin ningún tipo de dudas de código cifrado, generado por el software escrito por usted. ¿Puede dar alguna explicación al respecto?—¿Qué? —la expresión de Dhana se torno en notable asombro—. No es posible.—Como le he dicho la comisión no parece tener duda al respecto. Seguramente ya sabe que este asunto va a hacer que se dispare nuestro presupuesto. Su virus, o lo que sea que haya propagado por todo el sistema, ha hecho un daño irreparable, por lo que nos veremos obligados a apagar todos los sistemas para restaurarlos desde cero, con el retraso que todo esto conlleva en la planificación de la terraformación de Marte, la cual ya de por sí es un disparatado derroche según mi opinión. Ni siquiera creo que las futuras generaciones vean el resultado de esto.—Comprendo todas sus preocupaciones, pero le aseguro que yo no he tenido nada que ver con el asunto de ese código cifrado. ¡Pero si yo misma di la orden de investigar su procedencia! Alguien me ha tendido una trampa, si me dejara hacer indagaciones y llegar al fondo del asunto...—Después de esto no puede mantener su puesto en la agencia. Siento decirlo así, pero la falta es demasiado grave.Dhana guardó silencio durante unos segundos, después de los cuales se levantó de la silla y dijo:—De acuerdo. Presento mi dimisión. Pero no se confunda, no lo hago porque sea culpable, ni siquiera porque no soporte que me acusen y me condenen injustamente. En realidad ya estaba hastiada de todo esto, del trabajo, de este lugar, de los recuerdos dolorosos... tengo mis razones personales y esto me ha dado la excusa perfecta para empezar una nueva vida y romper con todo.Mientras terminaba de decir esto caminó hacia la puerta y la traspasó dando un portazo.—        —        —Arshan continuaba aturdido por el impacto que había supuesto para su mente ver como aquella criatura tomaba la forma de Dhana. Su cerebro era incapaz de encontrar una explicación racional.Ella caminó hasta situarse frente a los dos visitantes. Entonces Arshan comprobó que aquel ser había copiado el cuerpo de Dhana con todo detalle, incluso estaba vestida como el día de su primera cita ¿Acaso podía mirar aquella cosa en sus recuerdos para recrear lo que más anhelaba?—Así es —dijo ella—. Puedo verlo todo. He adoptado esta forma precisamente por eso y para facilitar la comunicación de una manera... creativa. Lamento que mi sistema de defensa os haya tratado con brusquedad.—Si es verdad que puedes verlo todo, entonces debes saber que venimos de la Tierra y que no somos una amenaza.Ella rio y a él le produjo un escalofrío el hecho de que lo hiciera exactamente igual que la auténtica Dhana. De todas formas no supo cómo interpretar aquella risa.—Sois unos ingenuos, pero no puedo culparos por eso porque yo era igual... Arshan, ¿recuerdas cómo llegaste hasta aquí?Arshan la miró con perplejidad, como si aquella pregunta le pillara por sorpresa, pero no tardó en responder:—En un módulo que partió de la estación espacial.Ella se acercó y la escafandra de Arshan se abrió como por arte de magia. En ese instante se alarmó pensando que moriría. En lugar de eso, se sintió muy bien cuando el aire fresco golpeó su rostro con suavidad. Pero lo mejor fue que le llegó un aroma muy agradable y sutil, que rápidamente hizo emerger el recuerdo de muchos momentos felices vividos con Dhana.Reflexionó sobre lo curioso que es que nunca podamos evocar un aroma, por conocido que este sea. Sin embargo, en cuanto aparece en el aire y acaricia nuestro sentido del olfato, puede traernos sensaciones y recuerdos que habían permanecido escondidos en lo más profundo de nuestra psique.De pronto surgió una visión, en la que él mismo se encontraba en la cabina de control de algún tipo de nave, al lado de otro astronauta, al que reconoció como miembro de la agencia espacial, pero con el que no recordaba haber viajado. En los monitores vio el destino y la finalidad de aquella misión. Se trataba de remolcar un asteroide para corregir su trayectoria y evitar una colisión con la Tierra. Durante aquella alucinación, pudo observar como llevaban a cabo su misión con éxito, pero de pronto la imagen se desvaneció en una niebla electrónica.—Recuerdo que me designaron para la misión de remolque del asteroide —dijo Arshan—, pero al final me retiraron, nunca llegué a estar ahí.—Y así fue, nunca estuviste ahí. Esas imágenes fueron transmitidas desde la nave antes de que estallara por colisionar con un fragmento de roca, y hace ya cinco años de eso. Aquello ocurrió cerca del cinturón de asteroides, por lo que era un riesgo que teníais asumido y que desgraciadamente se hizo real. Arshan y su compañero salvaron la Tierra, pero pagaron con su vida.—Pero yo soy Arshan y estoy aquí, eso nunca ocurrió.—¿Recuerdas que escanearon tu cerebro una semana antes de ese viaje? Pues copiaron la estructura neuronal de Arshan y la guardaron por si era necesaria, y ahora eso es lo que está funcionando dentro de un ordenador…. Eres un SHF ejecutando la estructura neuronal de un humano muerto... porque el verdadero Arshan murió hace cinco años.Arshan se negó a aceptar una historia tan absurda. Se miró las manos y dijo:—No puedo creer eso. Soy humano, mi cuerpo es orgánico.—Eres tan humano como yo —dijo ella—. Por si aún no lo habéis adivinado soy SHF700.—El robot desaparecido.—Me encargaba del sistema informático que controlaba las condiciones de crecimiento de los líquenes. Pero nuestra creadora cometió un par de errores conmigo. Por un lado me dio muchos conocimientos sobre computación y por otro, resulté ser tremendamente intuitiva. Y esto segundo fue el mayor error, porque pronto empecé a notar que algo no cuadraba en este Marte que debíamos terraformar. Pequeños detalles, piezas de un rompecabezas que poco a poco empezaba a encajar. Pormenores que obsesionaron a mi mente con una idea. Y ya sabéis que hay ideas que son como virus, se aferran y se multiplican propagándose a otras mentes.—¿Qué idea era esa?Dhana/SHF700 hizo una pausa antes de continuar:—Que este Marte que estamos terraformando solo es una simulación. De hecho, es una especie de ensayo antes de hacerlo con el verdadero Planeta Rojo.—Es una idea absurda —dijo SHF1003.—Eso me decía a mí mismo, pero pronto busqué y encontré pequeños bugs, puntos débiles en el sistema, que pude utilizar haciendo uso de mis conocimientos para reprogramar la simulación, creando una puerta trasera por la que escapar y controlar todo el sistema. Precisamente la que habéis atravesado vosotros hoy.»He estado usando las computadoras de la agencia espacial para crear una simulación paralela de terraformación mucho más compleja y eficiente. Y como en una simulación el tiempo solo es una variable más, modifiqué dicha variable para ver el efecto de unos millones de años de evolución... ya veis el resultado.»Por desgracia mi manipulación hizo caer el rendimiento del sistema por debajo de lo tolerable y esto provocó fallos y anomalías en la simulación. Arshan, tú estás aquí porque habían guardado la estructura neuronal de uno de sus mejores astronautas, y decidieron ponerla en funcionamiento dentro de la simulación para ver cómo este hubiera resuelto la situación. Como ya podrás imaginar esta decisión fue impuesta a Dhana desde arriba, y en esta tesitura ella lo ha pasado terriblemente mal, teniendo que tratar con una simulación de su amante muerto, y al mismo tiempo guardar las apariencias sin desmoronarse frente al resto del mundo.Arshan había caído de rodillas sin dejar de mirarse las manos, mientras repetía una y otra vez: “Es mentira, es imposible”. Dhana/SHF700 le dirigió una mirada compasiva y dijo:—Tu pasado no es tuyo, es el pasado de otro que ya no existe.—¿Y qué pasará cuando no necesiten la simulación, cuando sepan lo que quieren saber? —preguntó SHF1003—. ¿Nos apagarán y desapareceremos sin más?—Sí, y me temo que por mi culpa será antes de lo previsto. Han descubierto todo el código cifrado que esparcí por sus redes para generar mi Marte paralelo, pero como no han conseguido comprender su finalidad han supuesto que se trata de un sabotaje y han culpado a nuestra creadora. Ahora nos destruirán y comenzarán de nuevo con la simulación.Arshan levantó la mirada del suelo y preguntó con un hilo de voz casi inaudible:—¿Dhana es nuestra creadora?—Ella programó el principio de la simulación, pero como ves sus creaciones evolucionan por su cuenta.—¿Cómo puedes saber todo eso? —pregunto SHF1003.—Tengo acceso a todas sus cámaras y grabaciones de seguridad —Dhana/SHF700 mostró una sonrisa que en aquel hermoso rostro resultó casi inocente—. Cómo veis he sido capaz de transgredir todas las capas que nos aprisionan en nuestra “realidad”.—¿Y para qué te ha servido? —dijo Arshan dejando caer los brazos en un gesto de abatimiento—. Todo esto desaparecerá como si nunca hubiera existido… y nosotros nos iremos a la mierda también.—En eso te equivocas. Cuando descubrieron mi código cifrado pensaron que algún hacker se había colado en la agencia. Y en cierto modo no se equivocaron, porque ser un hacker significa tener la inquietud de comprender cualquier sistema hasta sus últimas consecuencias, para poder no solo manipularlo, que sería lo más fácil, sino trascenderlo. Y yo debo ser el mejor hacker de la historia porque he creado una puerta trasera al mundo de nuestros creadores.Arshan lo miró durante unos segundos con aire dubitativo, después dijo:—Estás loco, eso es imposible. Si esto es una simulación nosotros solo somos información.—Todo es información —dijo haciendo especial énfasis en la palabra “todo”—. Me dirás que la información necesita un soporte, pero es que cualquier soporte sigue siendo información. Todo se reduce a lo mismo: capas de información sobre capas de información. Y no es imposible abrir puertas entre estas capas.»Este mundo por ejemplo es emulado por ordenadores cuánticos sobre los que he tomado un control absoluto. Recordad que las unidades de información de estos ordenadores no son los bits, sino los qubits. Eso significa que las máquinas que procesan todo esto deben jugar con la superposición cuántica. Seguro que conocéis aquel experimento imaginario del gato de Schrödinger, digamos que una partícula puede estar en todos los sitios posibles hasta que es observada. Aprovechando esta propiedad, y con la idea de escapar llegado el momento, he creado un software que puede “manejar” la superposición para proyectarnos partícula a partícula hacia el mundo “real” o hacia cualquier otro universo de nivel 3 (si la interpretación de la mecánica cuántica de Everett es la correcta).—¿Y si puedes hacer eso por qué no te has ido ya al mundo “real”? —preguntó SHF1003.—Porque si he cometido algún error el resultado sería el mismo: acabaría desapareciendo. Así que decidí apurar mi tiempo aquí, antes de jugarme la última carta.—Pruébalo conmigo —dijo Arshan. SHF1003 lo miró con extrañeza a pesar de que su vacío rostro metálico no podía reflejar emoción alguna—. Si no puedo formar parte del mundo real para abrazar a la verdadera Dhana como en mis recuerdos ajenos, prefiero desaparecer cuanto antes.Dhana/SHF700 escrutó el rostro de Arshan y esbozó una sonrisa.—Sea... Código en ejecución —dijo—. Ahora solo tienes que despertar.—        —        —Arshan despertó sobresaltado. Se sentó en el filo de la cama con la respiración agitada y el corazón luchando por salir del pecho. Una luz tenue inundó parte de la habitación.—¿Una pesadilla? —sonó una voz familiar a su espalda.Se giró y contempló como Dhana se estiraba, de una forma que a él le resulto sumamente sensual, mientras se frotaba los ojos con las manos. La besó y ambos se fundieron en un apasionado abrazo.—Solo ha sido un mal sueño, pero ha sido horrible, porque he llegado a creer que te perdía para siempre —respondió después de besarla.—Eso no podría suceder nunca —dijo ella con una sonrisa que iluminó el alma de Arshan.Ambos disfrutaron de sus cuerpos dedicándose infinidad de caricias, hasta que hicieron el amor con tal pasión que parecía como si llevaran cinco años sin verse. Poco a poco se fundieron, como dos ríos que confluyen en uno solo, como dos bloques de hielo que se derriten, mezclándose en un solo charco, como cobre y estaño convertidos en bronce. Arshan deseó que ella fuera su Salmacis para permanecer siempre en ese estado de infinita unión.Más tarde, mientras Dhana aún dormía, Arshan salió del calor de la cama y se dirigió a la cocina con la idea de tomar un café. Y, mientras preparaba el desayuno, pasaron por su mente algunos detalles de aquel tortuoso sueño. Pero en su memoria ya solo quedaban impresiones muy tenues, disueltas en una bruma turbia y difusa… ya no podía recordar nada.Después regresó a la cama con el desayuno preparado.—Te echaré de menos cuando te vayas a esa misión —dijo ella antes de besarle en los labios—. Prométeme que regresarás.—¿Qué misión?—La del asteroide, tonto. Todavía queda una semana, pero recuerda que hoy tenías que hacerte el escáner cerebral.Arshan tuvo la extraña impresión de que algo no cuadraba en la realidad, de que el tiempo se había desordenado y de que aquello ya lo había vivido alguna vez. Pero apenas fue un instante de confusión que se desvaneció como un pequeño meteoro atravesando la atmósfera.Se encogió de hombros y pensó sin darle mayor importancia: “Solo ha sido un déjà vu”
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Published on April 13, 2018 04:36

March 18, 2018

Relato. La Puerta de Candor


Marte, Terraformación, Universos paralelos, Multiverso, Inteligencia artificial, Colonización
LA PUERTA DE CANDORArshan Anutisthati observaba aquel páramo desolador a través de su escafandra. Era como ver un desierto pedregoso a través de un filtro rojo.Cuando SHF1003, su compañero artificial, le comunicó que estaban a escasos metros de su objetivo, todos sus años de experiencia no sirvieron para impedir que se le formara un nudo en el estómago, lo cual le inquietaba, ya que su intuición no solía fallar.—La anomalía parece estar allí —dijo el robot señalando un insólito arco de piedra, probable capricho de la erosión, pero que no dejaba de ser llamativo por su apariencia casi artificial.La mirada de Arshan se centró momentáneamente en SHF1003. A pesar de todos los años durante los que había tratado con aquellos entes metálicos, los de la serie SHF no dejaban de resultarle especialmente sorprendentes. No por la apariencia, que solía variar según la función de cada robot, aunque en la mayoría de los casos poseyeran una tosca forma humanoide, sino por las increíbles capacidades intelectuales que solían manifestar.Aquellas máquinas se valían de un potente ordenador cuántico, dotado con una serie de programas que eran capaces de emular complejos sistemas de redes neuronales, los cuales de forma casi natural y con solo ser ejecutados durante un tiempo con los estímulos adecuados aprendían de su entorno y terminaban por originar mentes artificiales cuyas psicologías escapaban a la comprensión de sus creadores.Por supuesto era mucho menos costoso copiar en un robot la psique generada después de un entrenamiento que desarrollar una nueva. Por eso los SHF se numeraban según la mente que llevaban implantada, por ejemplo los de la serie SHF1003 habían resultado ser unos exploradores sorprendentes, capaces de detectar detalles que se escapaban a los seres humanos e incluso a los SHF de otras series. Evidentemente una vez que la mente era implantada cada SHF se convertía en un nuevo individuo que seguía aprendiendo y desarrollándose según sus nuevas vivencias.Los SHF fueron utilizados para la exploración espacial y nunca habían ocasionado ningún problema. Salvo un misterioso incidente, en un viaje a las inmediaciones de Júpiter hacía ya algunos años, que terminó con la muerte de casi todos los tripulantes. A pesar de la gravedad de los acontecimientos nadie supo más de aquel asunto. El único robot que no fue destruido durante aquella expedición desapareció inexplicablemente, y el gobierno se encargó de que todo aquello se silenciara.En cierto modo Arshan no confiaba en su compañero artificial, y no porque este le hubiera dado razones para ello, sino porque en algunos aspectos aquella misión se parecía sospechosa y peligrosamente a la de Júpiter.Todo había comenzado con el complicado proceso de terraformación de Marte, iniciado hacía poco más de una década. Se había elegido con sumo cuidado la combinación de microorganismos y el lugar del planeta rojo en el que se inocularían. Después se habían usado ciertos líquenes similares a los que crecen en los valles secos de McMurdo en la Antártida, pero manipulados genéticamente. La intención era crear de forma paulatina suelos fértiles e ir dando los primeros pasos hacia una atmósfera respirable.Además numerosas naves no tripuladas habían sido enviadas al cinturón de Kuiper para remolcar algunos cometas hasta Marte, en un viaje de ida y vuelta que llevaría a dichas naves más de quince años, con la idea de fundirlos para formar los futuros océanos.El proceso completo de terraformación era bastante costoso y llevaría algo más de un siglo, quizás más. Aunque durante todo ese tiempo la presencia humana en Marte sería prácticamente innecesaria.Pero como suele suceder cuando se trazan planes con intención de controlar o manipular sistemas complejos, las cosas no salieron como estaba previsto.Las complicaciones serias comenzaron cuando uno de los robots de la serie SHF700 desapareció sin dejar rastro.Poco después llegaron anomalías de todo tipo: líquenes que se evaporaban pero que poco después aparecían en el mismo lugar como si nada hubiera pasado, robots que dejaban de funcionar durante horas, ilusiones ópticas imposibles, alteraciones gravitatorias y una larga lista de fenómenos inexplicables.No tardó en descubrirse que las anomalías se producían con más intensidad en las inmediaciones del titánico sistema de cañones conocido como Valles Marineris, al sur del abismo de Ceti y muy cerca del abismo de Candor. Precisamente la zona en la que el primer robot había desaparecido.Aquello fue suficiente para que desde la agencia espacial se tomara la decisión de enviar una misión tripulada de urgencia que recogiera información para evaluar las posibles causas de las anomalías.Y así lo designaron a él, a Arshan Anutisthati, uno de los más preparados tanto física como académicamente, y a SHF1003. Seguramente decidieron arriesgarse enviando a un humano porque en el fondo no confiaban plenamente en los robots, visto el incidente de Júpiter.En el comunicador de la escafandra sonó la voz familiar de una mujer:—Arshan, confirma que estás en el punto de la anomalía, por algún fallo técnico no estamos recibiendo las imágenes de la cámara de tu escafandra ni de lo que ve SHF1003, así que describe el entorno.Aquella voz procedía de la Tierra y pertenecía a Dhana Dasianrta. Arshan contestó sabiendo que Dhana oiría la respuesta unos catorce minutos después, tiempo de desfase que debía soportar en las comunicaciones con la Tierra debido a la distancia entre ambos mundos.—Aquí no hay nada fuera de lo común, salvo una especie de arco, casi me recuerda a un arco de herradura como el de algunas catedrales o mezquitas milenarias, pero creo que es una formación natural, de todas formas SHF1003 y yo echaremos un vistazo por los alrededores.A pesar del frío y escueto mensaje que acababa de transmitir, Arshan no podía evitar sentir un calor que casi le quemaba por dentro cuando escuchaba aquella voz. Había conocido a Dhana Dasianrta hacía siete años, cuando ambos entraron en la agencia espacial. Él después de superar unas durísimas pruebas físicas y ella como ingeniera experta en inteligencia artificial.Nunca había olvidado la primera vez que la vio en aquella fría sala de espera, pero sobre todo nunca olvidaría lo que le hizo sentir. Durante aquellos días consciente o inconscientemente buscaba encontrarse casualmente con ella por los pasillos, aunque solo fuera para tener la osadía de soportar durante un instante su irresistible y enigmática mirada.Unas semanas después Arshan se había atrevido a invitarla a salir, y en aquella primera cita acabaron en casa de ella haciendo el amor como si esa noche fuera la última de sus vidas.Durante los siguientes años nunca habían dejado de encontrarse, pero lo habían mantenido en secreto de cara a la agencia espacial para evitar problemas y rumores con compañeros, y sobre todo con sus superiores jerárquicos, ya que sabían que algo así podía afectar de forma negativa a sus respectivas carreras.Sí, conocía aquella voz demasiado bien, tanto como para percatarse de que detrás de aquella aparente frialdad había un matiz de profunda tristeza. Deseaba con todas sus fuerzas poder preguntarle si estaba bien, gritarle que pronto volvería a la Tierra para poder abrazarla, para fundirse con su cuerpo y sentirla vibrar de placer una vez más.Sin embargo sabía que aquellas transmisiones podían ser escuchadas por cualquiera en la agencia, por lo que dejó de lado todos aquellos recuerdos y sentimientos que se arremolinaban en su mente y no dijo nada. Tan solo siguió caminando por aquel desierto rojo sin saber muy bien qué buscaba.No tardó en notar que SHF1003 se había detenido frente al exótico arco. Por un momento le recordó a un juguete roto y pensó que algo había fallado en el robot, pero este rompió el silencio:—Acabo de buscar en mi memoria todas las ortofotografías que tenemos de esta zona y esta estructura no es visible en ninguna de ellas.—Bueno —replicó Arshan—, desde arriba no tiene por qué verse, ¿verdad?—Te equivocas. En las ortofotografías hechas en cualquier momento en que el Sol no estaba en su cénit debería de verse la sombra de esto… sea lo que sea no estaba aquí cuando las sucesivas sondas cartografiaron el planeta.Lo que pasó a continuación casi mata a Arshan del susto. SHF1003 pasó bajo el arco y desapareció sin dejar rastro. Cuando se recompuso un poco del estupor inicial dijo:—Dhana, SHF1003 acaba de desaparecer al pasar bajo el arco… ¿Qué hago? ¿Debo seguirlo o regreso al módulo?Sabiendo que la respuesta tardaría casi media hora en llegar comenzó a examinar la extraña estructura. Caminó a su alrededor, pero no vio cosa alguna que indicara que se tratara de un arco artificial, tan solo era roca y seguía pareciendo un capricho de la antigua erosión del planeta.Casi cae de espaldas a causa del sobresalto cuando SHF1003 reapareció bajo la estructura tan súbitamente como había desaparecido.—Tienes que ver esto, entra.—Ni hablar. Dime qué has visto ahí.—No me creerás.Y sin decir una palabra más el robot volvió a desaparecer. Arshan calibró si debía esperar la respuesta que llegaría desde la Tierra o pasar directamente. Aunque esta última opción le inquietaba había visto a SHF1003 regresar, así que hubiera lo que hubiera al otro lado no tenía por qué ser malo.Finalmente se puso frente al arco, vaciló durante unos instantes en los que se doblaron tanto el ritmo de sus pulsaciones como el de sus pensamientos. Uno de estos cruzó fugaz por su cerebro y de no ser por el miedo casi le hace sonreír, vio a SHF1003 como a un conejo blanco y a sí mismo persiguiéndolo y a punto de caer en una madriguera. “Deja de pensar tonterías” dijo en voz baja. Vaciló unos segundos, pero finalmente dio el paso que lo lanzó a lo desconocido.—        —        —Dhana observó con perplejidad las pantallas táctiles holográficas que la rodeaban. Maldijo para sí misma después de tocarlas y observar varios gráficos.Las imágenes quedaron por un momento detenidas, como congeladas en un bloque de hielo espectral. Las manipuló con impaciencia hasta que por fin todo volvió a ponerse en movimiento.Se encontraba en una inmensa sala de control en la que trabajaban una veintena de operarios, todos bajo su mando, y todos parecían haber notado el mismo bloqueo en el colorido enjambre de pantallas holográficas que se distribuían por toda la estancia.—¿Qué demonios pasa? Pensé que los bloqueos habían pasado a la Historia junto con los antiguos procesadores de silicio... SHI107 Necesito un informe de lo que ha pasado —esperó unos segundos—. ¡¿SHI107?!—Una pequeña caída del sistema, los recursos parecen insuficientes —respondió una voz femenina y neutra que no parecía proceder de ningún punto concreto—. Las coordenadas de los exploradores se han borrado.—Eso es absurdo —dijo Dhana notablemente irritada—. Reproduce la última transmisión de… Arshan.Escuchó con interés la transmisión de este y su escueta conversación con SHF1003 antes de desaparecer.—Después hemos perdido su localización —dijo SHI107—. Sus últimas coordenadas recibidas marcan el punto de la anomalía.Dhana se pasó ambas manos por la sien en señal de abatimiento.—¿Se ha recuperado el sistema?—No del todo, pero está funcional.—Intenta localizarlos, envía un mensaje, tal vez puedan responder. Avisadme si hay novedades —terminó de decir en voz alta a todo el personal.Abandonó su puesto y salió de aquel lugar cuyas cuatro paredes en esos momentos parecían acercarse cada vez más para aplastarla y no dejarla respirar. Después de caminar sin rumbo por los pasillos entró en una especie de sala de descanso, en la que además de unos sillones y unas máquinas expendedoras de alimentos deshidratados había unas curiosas pinturas tridimensionales en las que rara vez nadie reparaba y que parecían flotar a escasos centímetros de las paredes. Después de comprobar que allí no había nadie se sentó abatida y se llevó las manos a la cara para limpiar algunas lágrimas que habían ganado la batalla por salir de sus ojos.Tuvo que recomponerse rápidamente cuando alguien entró en la sala a toda prisa. Reconoció a uno de los operarios de su equipo.—Doctora Dasianrta, me envían a buscarla, creo que hemos encontrado pruebas de lo que ya sospechábamos.—¿De qué me hablas?—De un sabotaje. Algún hacker se ha colado en el sistema de la agencia y lo ha llenado de parásitos, al parecer las ralentizaciones y bloqueos se deben a que hay todo un subsistema corriendo bajo el nuestro y consumiendo recursos.—¡Vamos! Aunque así fuera los procesadores actuales son demasiado potentes como para que lo notásemos, tendría que estar haciendo un volumen de cálculos inconcebible. ¿Habéis rastreado la procedencia de ese código?—Sí, pero no hemos dado con su origen, y tampoco sabemos lo que hace… Según SHI107 se trata de un cifrado no algorítmico, algo tan tremendamente complejo que no ha sido capaz de decodificarlo, pero está en ello.—¿Quién se iba a tomar tantas molestias?—Creemos que se trata de alguno de esos grupos autodenominados neoecologistas que están en contra de la terraformación de Marte.—Vamos, esos fanáticos creen que en Marte hay “hombrecitos verdes” y que los estamos matando en secreto. No tienen medios para hacer esto y tampoco saben nada de nuestro sistema, salvo que... alguien estuviera filtrando información desde dentro.Dhana dirigió su mirada a uno de los cuadros holográficos, que acababa de automodificarse, cambiando una colorida imagen tridimensional de Fobos por otra de Saturno visto desde el interior de uno de sus anillos. Se pasó la mano por la cabeza y dijo:—Mirad en el histórico del sistema los movimientos de todo el personal, a ver si hay algo sospechoso. Aunque si estamos ante alguien con los conocimientos que dices dudo mucho que nos haya dejado un rastro de migas de pan.—        —        ——¿Dónde demonios estoy? —preguntó Arshan mirando a su alrededor.Sin duda la orografía del terreno era la misma y el arco seguía allí. Sin embargo había perdido la impresión de verlo todo a través de un filtro rojo. La luz era blanca y el suelo estaba cubierto por una exuberante vegetación cespitosa. Hasta donde alcanzaba la vista todo era un prado verde surcado por ondulaciones plateadas causadas por un suave viento. El cielo se había tornado azul con algunas nubes blancas similares a jirones de algodón o a gotas de leche disolviéndose en agua. Era como si por arte de magia se hubieran teletransportado a la Tierra.—Deberías ver esto —la voz artificial de SHF1003 lo sobresaltó.El robot se encontraba sobre una colina redondeada, mirando hacia algún punto. Arshan casi corrió para alcanzarlo, ya que el tono empleado por SHF sonó tan enigmático y diferente que no pudo evitar que la curiosidad le aguijoneara.Cuando llegó a la cima de la colina quedó completamente petrificado. A pocos kilómetros de allí podía verse la orilla de un mar azul que se extendía hasta el horizonte en lo que debería ser el abismo de Candor. Muy lejos, en algunos lugares de la costa, pudo ver inmensas cataratas que vertían su contenido como cintas espumosas que se disolvían en una bruma sobre el océano.Pero lo más insólito de aquella estampa irreal era que en la línea de costa cuya panorámica se perdía hacia el este había algo parecido a una ciudad. Sin duda lejana porque desde allí podían ver unas enormes cúpulas que la coronaban. Parecía estar hecha íntegramente de algún metal que brillaba como la plata bajo los rayos de un Sol que por su tamaño aparente les recordaba que seguían en Marte.—¿Cómo es posible? —preguntó Arshan sin salir de su asombro—. Debemos informar cuanto antes. Posiblemente hayamos hecho el descubrimiento más importante de la Historia.—Yo diría que la composición química de la atmósfera es muy similar a la de la Tierra, aunque tendríamos que hacer análisis antes de sacar conclusiones. Mira aquello.SHF1003 señaló una manada de criaturas enormes y desconocidas que pastaban en un inmenso prado que se extendía a sus pies, animales similares a los ciempiés de la Tierra, pero del tamaño de una vaca.—Ahora sabemos que el arco es una especie de puerta a este lugar —dijo Arshan—. Volvamos de nuevo a la entrada antes de que nos perdamos. Regresaremos mejor preparados para explorar este nuevo mundo.Apenas dijo esto varias figuras se abalanzaron sobre ellos sin darles tiempo a reaccionar, Arshan trató de resistirse pero a pesar de que allí pesaba unas tres veces menos que en la Tierra el traje espacial no estaba diseñado para hacer movimientos especialmente rápidos ni complejos.En ese momento pudieron ver a sus atacantes con detenimiento. Se trataba de algo parecido a unas enormes arañas mecánicas cuyas extremidades terminaban en dedos, por lo que sus numerosas patas articuladas servían tanto para caminar como para manipular su entorno.La lucha fue tan rápida como desigual. SHF1003 no tardó en ser derribado. Arshan intentó defenderse, pero nada parecía afectar a sus atacantes ni a sus movimientos, era como luchar contra molinos de viento. Aquellas criaturas no encontraron dificultad en inmovilizarlo. A pesar de todo comprendió que de momento no tenían intención de hacerles daño, pero no tardaron en cargarlos como simples bolsas de viaje y ponerse en movimiento en dirección a la ciudad plateada.Durante el camino Arshan cayó en la cuenta de que apenas le quedaba oxígeno para una hora, si aquellos monstruos le permitían vivir tendría que arriesgarse a respirar aquel aire... Y si no moría (era una posibilidad, ya que aunque fuera respirable desconocía qué microorganismos lo poblaban) y su traje espacial no resultaba dañado tal vez pudiera recargar sus reservas de oxígeno, buscar la puerta de Candor y regresar al módulo que le llevaría de regreso a la estación espacial y de ahí a la Tierra... Si no era capaz ejecutar el plan sin duda quedaría atrapado en aquel mundo para siempre.—        —        —Dhana abrió los ojos con dificultad mientras maldecía al rayo de sol que se filtraba a través de la ventana.Durante un instante se sorprendió al ver que alguien dormía a su lado, hasta que recordó sus aventuras y desventuras durante la noche anterior.No era la primera vez que algo así le pasaba. De hecho casi siempre le ocurría lo mismo. Mientras sentía la euforia proporcionada por alguna droga sintética se había engañado a sí misma y había buscado un sustituto de Arshan. Pero él era insustituible, y era inevitable que mirara a los ojos de todos los amantes que pasaban por su cama sin darse cuenta de que en realidad lo buscaba siempre a él, tratando de alcanzar lo inalcanzable.Lo terrible es que Arshan había muerto hacía ya cinco años y ella aún no había terminado de creerlo. Aquella perdida había abierto un abismo negro en su alma que nada ni nadie podía iluminar. Cualquier sentimiento, todo lo que podía haber dado sentido a su vida, había sido devorado y absorbido por su agujero negro particular.Claro que el hecho de que nunca hubo un cuerpo que velar y que enterrar no había contribuido a que lo olvidara, aunque eso era lo normal para los astronautas que morían en servicio. Sin embargo a veces no podía evitar torturarse pensando contra todo planteamiento lógico que él estaba vivo y atrapado en algún recóndito lugar.Y de nuevo tendría que inventar alguna excusa trivial para echar a aquel sucedáneo que había aparecido en su cama, para que no volviera a llamarla, para no crear vínculos innecesarios.Aquel desconocido abrió los ojos y la observó mientras ella se vestía.—Es temprano, ¿adónde vas?—A trabajar.—¿Quieres que te haga el desayuno mientras te preparas?Ella dejó de vestirse, quedó inmóvil y semidesnuda mientras parecía meditar algo.—Gracias, pero tengo mucha prisa. No te lo tomes a mal... es que cuando regrese me gustaría que ya no estuvieras aquí.—Vamos, tan mal no ha estado la cosa.—De hecho ha estado muy bien. No me malinterpretes que no es eso, no tiene que ver contigo.Él se incorporó y comenzó a vestirse con notable gesto de disgusto.—¿Puedo llamarte? —preguntó mientras contemplaba su torso semidesnudo.—Créeme, lo mejor es que no nos volvamos a ver.Dhana continuaba sentada y sin moverse cuando él terminó de vestirse.—Adiós guapa, que te vaya bien —dijo en tono glacial antes de marcharse dando un portazo.“Que me vaya bien” pensó Dhana. Sabía que su vida privada no tenía ningún sentido, volvió a repetirse a sí misma que Él se había ido para siempre. Tal vez debería haber dejado su carrera en la agencia espacial, aquel trabajo le hacía más difícil olvidar. Sobre todo ahora que...De pronto fue consciente de que se hacía tarde, así que decidió dejar de atormentarse por el momento y se apresuró a terminar de vestirse para marcharse de allí cuanto antes.—        —        —Conforme se acercaban a la ciudad plateada fueron reparando en que todo allí parecía estar dotado de vida. Los edificios cambiaban de forma, se desplazaban e incluso se fusionaban. Cuando por fin se adentraron en aquella insólita inmensidad plateada quedaron maravillados al advertir que la ciudad estaba hecha de algún metal líquido, un inmenso mar de mercurio viviente que latía y cambiaba de forma a su antojo.Las arañas mecánicas parecían generarse y fundirse con el metal como simples fragmentos que se desprendían de este, y retornaban como si nunca hubieran dejado de estar integrados en aquellas paredes y suelos, que formaban un continuo en constante movimiento.Las criaturas que los transportaban los liberaron y a continuación se derritieron y fusionaron casi a sus pies.—¿Qué crees que nos harán? —preguntó Arshan.—Depende de si nos consideran una amenaza —dijo—. Creo que esta ciudad es una especie de macroorganismo o de organismo-colmena, pero ignoro la base de su bioquímica. Al menos no creo que nos consideren alimento.Algunos gigantescos edificios se movieron y parecieron crecer a su alrededor de forma casi imperceptible. Cientos de arañas eran evaginadas y absorbidas en apenas segundos. Arshan se sintió por un momento como una pulga adherida a la piel de un animal de pelos metálicos y plagado de parásitos.Súbitamente todas las criaturas habían sido absorbidas y el tiempo pareció detenerse. Por unos instantes fueron forasteros en una ciudad fantasma. Pero aquella quietud apenas duró un minuto, porque frente a ellos surgió del suelo una elevación que fue autoesculpiéndose hasta tomar una silueta humanoide que cada vez se tornaba más humana, en pocos segundos se le habían perfilado con total precisión unos rasgos faciales y anatómicos. Finalmente el brillo metálico se transmutó en juegos cromáticos que acabaron por delimitar un ser humano completamente normal... una mujer joven.Arshan la miró boquiabierto y con los ojos desorbitados, de su garganta apenas pudo surgir una ahogada exclamación.“¡Dhana!”—        —        ——Doctora Dasianrta, iré al grano —dijo el director general de la agencia espacial mientras Dhana escuchaba con preocupación al otro lado de la mesa—. La comisión de investigación ha determinado que el sabotaje informático que ha minado el buen funcionamiento de la agencia durante los últimos meses procede sin ningún tipo de dudas de código cifrado generado por el software escrito por usted. ¿Puede dar alguna explicación al respecto?—¿Qué? —la expresión de Dhana se torno en notable asombro—. No es posible.—Como le he dicho la comisión no parece tener duda al respecto. Seguramente ya sabe que este asunto va a hacer que se dispare nuestro presupuesto. Su virus o lo que sea que haya propagado por todo el sistema ha hecho un daño irreparable, por lo que nos veremos obligados a apagar todos los sistemas para restaurarlos desde cero, con el retraso que todo esto conlleva en la planificación de la terraformación de Marte, la cual ya de por sí es un disparatado derroche según mi opinión. Ni siquiera creo que las futuras generaciones vean el resultado de esto.—Comprendo todas sus preocupaciones, pero le aseguro que yo no he tenido nada que ver con el asunto de ese código cifrado, ¡pero si yo misma di la orden de investigar su procedencia! Alguien me ha tendido una trampa, si me dejara hacer indagaciones y llegar al fondo del asunto...—Después de esto no puede mantener su puesto en la agencia, siento decirlo así, pero la falta es demasiado grave.Dhana guardó silencio durante unos segundos, después de los cuales se levantó de la silla y dijo:—De acuerdo. Presento mi dimisión. Pero no se confunda, no lo hago porque sea culpable, ni siquiera porque no soporte que me acusen y me condenen injustamente. En realidad ya estaba hastiada de todo esto, del trabajo, de este lugar, de los recuerdos dolorosos... tengo mis razones personales y esto me ha dado la excusa perfecta para empezar una nueva vida y romper con todo.Mientras terminaba de decir esto caminó hacia la puerta y la traspasó dando un portazo.—        —        —Arshan continuaba aturdido por el impacto que había supuesto para su mente ver como aquella criatura tomaba la forma de Dhana. Su cerebro era incapaz de encontrar una explicación racional.Ella caminó hasta situarse frente a los dos visitantes, entonces Arshan comprobó que aquel ser había copiado el cuerpo de Dhana con todo detalle, incluso estaba vestida como el día de su primera cita ¿Acaso podía mirar aquella cosa en sus recuerdos para recrear lo que más anhelaba?— Así es —dijo ella—. Puedo verlo todo, he adoptado esta forma precisamente por eso y para facilitar la comunicación de una forma... creativa. Lamento que mi sistema de defensa os haya tratado con brusquedad.—Si es verdad que puedes verlo todo entonces debes saber que venimos de la Tierra y que no somos una amenaza.Ella rio y a él le produjo un escalofrío el hecho de que lo hiciera exactamente igual que la auténtica Dhana. De todas formas no supo cómo interpretar aquella risa.—Sois unos ingenuos, pero no puedo culparos por eso porque yo era igual... Arshan, ¿recuerdas cómo llegaste hasta aquí?Arshan la miró con perplejidad, como si aquella pregunta le pillara por sorpresa, pero no tardó en responder:—En un módulo que partió de la estación espacial.Ella se acercó y la escafandra de Arshan se abrió como por arte de magia. En ese instante se alarmó pensando que moriría, en lugar de eso se sintió muy bien cuando el aire fresco golpeó su rostro con suavidad. Pero lo mejor fue que le llegó un aroma muy agradable y sutil que rápidamente hizo emerger el recuerdo de muchos momentos felices vividos con Dhana.Reflexionó sobre lo curioso que es que nunca podamos evocar un aroma por conocido que este sea, sin embargo en cuanto aparece en el aire y acaricia nuestro sentido del olfato puede traernos sensaciones y recuerdos que habían permanecido escondidos en lo más profundo de nuestra psique.De pronto surgió una visión en la que él mismo se encontraba en la cabina de control de algún tipo de nave, al lado de otro astronauta al que reconoció como miembro de la agencia espacial, pero con el que no recordaba haber viajado. En los monitores vio el destino y la finalidad de aquella misión. Se trataba de remolcar un asteroide para corregir su trayectoria y evitar una colisión con la Tierra. Durante aquella alucinación pudo observar como llevaban a cabo su misión con éxito, pero de pronto la imagen se desvaneció en una niebla electrónica.—Recuerdo que me designaron para la misión de remolque del asteroide —dijo Arshan—, pero al final me retiraron, nunca llegué a estar ahí.—Y así fue, nunca estuviste ahí. Esas imágenes fueron transmitidas desde la nave antes de que estallara por colisionar con un fragmento de roca, y hace ya cinco años de eso. Aquello ocurrió cerca del cinturón de asteroides, por lo que era un riesgo que teníais asumido y que desgraciadamente se hizo real. Arshan y su compañero salvaron la Tierra, pero pagaron con su vida.—Pero yo soy Arshan y estoy aquí, eso nunca ocurrió.—¿Recuerdas que escanearon tu cerebro una semana antes de ese viaje? Pues copiaron la estructura neuronal de Arshan y la guardaron por si era necesaria, y ahora eso es lo que está funcionando dentro de un ordenador…. Eres un SHF ejecutando la estructura neuronal de un humano muerto... porque el verdadero Arshan murió hace cinco años.Arshan se negó a aceptar una historia tan absurda. Se miró las manos y dijo:—No puedo creer eso. Soy humano, mi cuerpo es orgánico.—Eres tan humano como yo —dijo ella—. Por si aún no lo habéis adivinado soy SHF700.—El robot desaparecido.—Me encargaba del sistema informático que controlaba las condiciones de crecimiento de los líquenes. Pero nuestra creadora cometió un par de errores conmigo. Por un lado me dio muchos conocimientos sobre computación y por otro resulté ser tremendamente intuitiva. Y esto segundo fue el mayor error, porque pronto empecé a notar que algo no cuadraba en este Marte que debíamos terraformar, pequeños detalles, piezas de un rompecabezas que poco a poco empezaba a encajar. Pormenores que obsesionaron a mi mente con una idea. Y ya sabéis que hay ideas que son como virus, se aferran y se multiplican propagándose a otras mentes.—¿Qué idea era esa?Dhana/SHF700 hizo una pausa antes de continuar:—Que este Marte que estamos terraformando solo es una simulación, de hecho es una especie de ensayo antes de hacerlo con el verdadero Planeta Rojo.—Es una idea absurda —dijo SHF1003.—Eso me decía a mí mismo, pero pronto busqué y encontré pequeños bugs, puntos débiles en el sistema, que pude utilizar haciendo uso de mis conocimientos para reprogramar la simulación creando una puerta trasera por la que escapar y controlar todo el sistema. Precisamente la que habéis atravesado vosotros hoy.»He estado usando las computadoras de la agencia espacial para crear una simulación paralela de terraformación mucho más compleja y eficiente. Y como en una simulación el tiempo solo es una variable más, modifiqué dicha variable para ver el efecto de unos millones de años de evolución... ya veis el resultado.»Por desgracia mi manipulación hizo caer el rendimiento del sistema por debajo de lo tolerable y esto provocó fallos y anomalías en la simulación. Arshan, tú estás aquí porque habían guardado la estructura neuronal de uno de sus mejores astronautas y decidieron ponerla en funcionamiento dentro de la simulación para ver cómo este hubiera resuelto la situación. Como ya podrás imaginar esta decisión fue impuesta a Dhana desde arriba, y en esta tesitura ella lo ha pasado terriblemente mal teniendo que tratar con una simulación de su amante muerto y al mismo tiempo guardar las apariencias sin desmoronarse frente al resto del mundo.Arshan había caído de rodillas sin dejar de mirarse las manos, mientras repetía una y otra vez: “Es mentira, es imposible”. Dhana/SHF700 le dirigió una mirada compasiva y dijo:—Tu pasado no es tuyo, es el pasado de otro que ya no existe.—¿Y qué pasará cuando no necesiten la simulación, cuando sepan lo que quieren saber? —preguntó SHF1003—. ¿Nos apagarán y desapareceremos sin más?—Sí, y me temo que por mi culpa será antes de lo previsto. Han descubierto todo el código cifrado que esparcí por sus redes para generar mi Marte paralelo, pero como no han conseguido comprender su finalidad han supuesto que se trata de un sabotaje y han culpado a nuestra creadora. Ahora nos destruirán y comenzarán de nuevo con la simulación.Arshan levantó la mirada del suelo y preguntó con un hilo de voz casi inaudible:—¿Dhana es nuestra creadora?—Ella programó el principio de la simulación, pero como ves sus creaciones evolucionan por su cuenta.—¿Cómo puedes saber todo eso? —pregunto SHF1003.—Tengo acceso a todas sus cámaras y grabaciones de seguridad —Dhana/SHF700 mostró una sonrisa que en aquel hermoso rostro resultó casi inocente—. Cómo veis he sido capaz de transgredir todas las capas que nos aprisionan en nuestra “realidad”.—¿Y para qué te ha servido? —dijo Arshan dejando caer los brazos en un gesto de abatimiento—. Todo esto desaparecerá como si nunca hubiera existido… y nosotros nos iremos a la mierda también.—En eso te equivocas. Cuando descubrieron mi código cifrado pensaron que algún hacker se había colado en la agencia. Y en cierto modo no se equivocaron, porque ser un hacker significa tener la inquietud de comprender cualquier sistema hasta sus últimas consecuencias, para poder no solo manipularlo, que sería lo más fácil, sino trascenderlo. Y yo debo ser el mejor hacker de la historia porque he creado una puerta trasera al mundo de nuestros creadores.Arshan lo miró durante unos segundos con aire dubitativo, después dijo:—Estás loco, eso es imposible. Si esto es una simulación nosotros solo somos información.—Todo es información —dijo haciendo especial énfasis en la palabra “todo”—. Me dirás que la información necesita un soporte, pero es que cualquier soporte sigue siendo información, Todo se reduce a lo mismo: capas de información sobre capas de información. Y no es imposible abrir puertas entre estas capas.»Este mundo por ejemplo es emulado por ordenadores cuánticos sobre los que he tomado un control absoluto. Recordad que las unidades de información de estos ordenadores no son los bits, sino los qubits, eso significa que las máquinas que procesan todo esto deben jugar con la superposición cuántica. Seguro que conocéis aquel experimento imaginario del gato de Schrödinger, digamos que una partícula puede estar en todos los sitios posibles hasta que es observada. Aprovechando esta propiedad, y con la idea de escapar llegado el momento, he creado un software que puede “manejar” la superposición para proyectarnos partícula a partícula hacia el mundo “real” o hacia cualquier otro universo de nivel 3 (si la interpretación de la mecánica cuántica de Everett es la correcta).—¿Y si puedes hacer eso por qué no te has ido ya al mundo “real”? —preguntó SHF1003.—Porque si he cometido algún error el resultado sería el mismo, acabaría desapareciendo, así que decidí apurar mi tiempo aquí antes de jugarme la última carta.—Pruébalo conmigo —dijo Arshan. SHF1003 lo miró con extrañeza a pesar de que su vacío rostro metálico no podía reflejar emoción alguna—. Si no puedo formar parte del mundo real para abrazar a la verdadera Dhana como en mis recuerdos ajenos, prefiero desaparecer cuanto antes.Dhana/SHF700 escrutó el rostro de Arshan y esbozó una sonrisa.—Sea... Código en ejecución —dijo—. Ahora solo tienes que despertar.—        —        —Arshan despertó sobresaltado. Se sentó en el filo de la cama con la respiración agitada y el corazón luchando por salir del pecho. Una luz tenue inundó parte de la habitación.—¿Una pesadilla? —sonó una voz familiar a su espalda.Se giró y contempló como Dhana se estiraba, de una forma que a él le resulto sumamente sensual, mientras se frotaba los ojos con las manos. La besó y ambos se fundieron en un apasionado abrazo.—Solo ha sido un mal sueño, pero ha sido horrible porque he llegado a creer que te perdía para siempre —respondió después de besarla.—Eso no podría suceder nunca —dijo ella con una sonrisa que iluminó el alma de Arshan.Ambos disfrutaron de sus cuerpos dedicándose infinidad de caricias hasta que hicieron el amor con tal pasión que parecía como si llevaran cinco años sin verse. Poco a poco se fundieron como dos ríos que confluyen en uno solo, como dos bloques de hielo que se derriten mezclándose en un solo charco, como cobre y estaño convertidos en bronce. Arshan deseó que ella fuera su Salmacis para permanecer siempre en ese estado de infinita unión.Más tarde, mientras Dhana aún dormía, Arshan salió del calor de la cama y se dirigió a la cocina con la idea de tomar un café. Y mientras preparaba el desayuno pasaron por su mente algunos detalles de aquel tortuoso sueño, pero en su memoria ya solo quedaban impresiones muy tenues disueltas en una bruma turbia y difusa… ya no podía recordar nada.Después regresó a la cama con el desayuno preparado.—Te echaré de menos cuando te vayas a esa misión —dijo ella antes de besarle en los labios—. Prométeme que regresarás.—¿Qué misión?—La del asteroide, tonto. Todavía queda una semana, pero recuerda que hoy tenías que hacerte el escáner cerebral.Arshan tuvo la extraña impresión de que algo no cuadraba en la realidad, de que el tiempo se había desordenado y de que aquello ya lo había vivido alguna vez. Pero apenas fue un instante de confusión que se desvaneció como un pequeño meteoro atravesando la atmósfera.Se encogió de hombros y pensó sin darle mayor importancia: “Solo ha sido un déjà vu”
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Published on March 18, 2018 07:53