Hugo García Michel's Blog, page 48
December 28, 2020
29 años
Un año más sin la presencia física de mi padre. Mi papá Johnny se fue un 28 de diciembre como hoy, en 1991, hace ya 29 años. Lo extraño, pero está cerca de mí y de las personas que amó. De eso no tengo duda.
December 27, 2020
Cuando estoy solo
December 25, 2020
Niu Yor, Niu Yor
Llevaba tiempo detrás de esta monumental historia novelada de Nueva York. Anoche me tocó en el intercambio virtual de regalos de la familia.
December 22, 2020
Che Hugo
¿Por qué apareció el jazz?
Terminé de leer Why Jazz Happened?, el estupendo libro de Marc Myers que a mi modo de ver es más que una mera historia del jazz. Editado por la University of California Press en 2013, lo leí en su versión original en inglés (desconozco si existe en español) y me fascinó desde un principio.El texto abarca desde 1917 –concretamente desde el 26 de febrero de ese año, cuando la Original Dixieland Jass Band (sí, Jass), una agrupación integrada en exclusiva por músicos de raza blanca, realizó en Nueva York la primera grabación de jazz de la historia, con los temas “Dixieland Jass Band One-Step” y “Livery Stable Blues”–, hasta el año 1972, con la consolidación del jazz rock y el jazz de fusión. Sin embargo, se asoma –así sea someramente– a lo que ha sucedido a partir de ese año y hasta principios del siglo XXI.
Lo original de este libro es que Myers no se limita a recorrer la historia del jazz desde un punto de vista estrictamente musical, sino que contextualiza su desarrollo para mostrar cómo este fue respondiendo a los cambios históricos, sociales, culturales y tecnológicos que se dieron a lo largo de poco más de medio siglo. Desde la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos hasta la manera como fueron cambiando las técnicas de grabación, desde las luchas sindicales de los músicos hasta la forma en que influyó la electrificación de los instrumentos, desde los efectos de la Segunda Guerra Mundial y la postguerra en los músicos de jazz hasta la irrupción del rock ’n roll y la llegada de los Beatles a mediados de los años sesenta, desde por qué surgieron géneros como el be-bop y el hard-bop hasta por qué el jazz pasó de ser una música bailable y estruendosa en sus inicios a un género más íntimo e intelectualizado que se escuchaba sentado y en silencio durante las décadas de los cincuenta y sesenta. Es un recorrido riquísimo el que realiza el volumen a lo largo de sus casi 250 páginas.
Uno como lector habría querido, quizá, la propuesta de una discografía básica por parte del autor, pero se entiende que no era su intención manejarse en el mismo tenor de tantas otras historias del jazz. Como sea, un libro de prosa muy grata, lleno de interés informativo, con datos tan ilustrativos como sorprendentes; absolutamente recomendable para los interesados en este género.
December 21, 2020
Militares y chairolastras
Hoy hace tres años, entró en vigor la Ley de Seguridad Interior del gobierno de Peña Nieto que, según los chairos cantores, nos sumiría en la militarización. Nunca pasó eso. En cambio ahora, gracias al gobierno chairo, los militares tienen más prerrogativas y presencia que nunca en el país: apenas esta mañana, López anunció que las fuerzas armadas se harán cargo de tres aeropuertos en el sureste y de un tramo del Tren Maya. Lo curioso es que ante ello los chairolastras se quedan calladitos, calladitos.
December 9, 2020
La mujer del aviador
Sigo viendo el Mubi el ciclo sobre la serie de películas "Comedias y proverbios" que Eric Rohmer filmó durante los años ochenta del siglo pasado. Hoy terminé de ver La mujer del aviador (La femme de l'aviateur) que de hecho es la primera de dicha serie.Si la resumimos en pocas líneas, la cinta trata sobre un joven de 20 años (François, interpretado por Philippe Marlaud, quien poco después de su participación moriría trágicamente) que tiene una relación con una mujer un poco mayor que él (Anne, la peculiar actriz Marie Rivière) y de la que está muy enamorado. Un día muy temprano, la ve salir de su casa acompañada de un hombre y se dedica a seguir al tipo por las calles de París. He ahí la línea central del filme.
Siguiendo el estilo de las comedias de enredos, pero aderezada con algo de cine de espías (aunque el espía es un joven celoso que sigue a quien considera su rival de amores), la trama parte de un equívoco, pues el hombre a quien ve François con su novia en realidad acaba de romper con ella, debido a que está casado y quiere conservar su matrimonio, ya que su esposa acaba de quedar embarazada. Pero el muchacho no lo sabe y decide, sin saber bien a bien por qué y para qué, ir obsesivamente detrás de Christian (Mathieu Carrière), quien de hecho es el aviador del título.
Durante su misión de espía (que nos permite disfrutar de las hermosas calles del París ochentero), el chico se topa con una jovencita de 15 años, se hablan y ella decide acompañarlo en la aventura. La aparición de la preciosa Lucie (Anne-Laure Meury) le da un giro de gran frescura a la cinta, pues se trata de una muchacha llena de simpatía, inteligencia y belleza. Los largos y chispeantes diálogos entre ella y François resultan una delicia y no rompen en absoluto con el ritmo de la historia. Uno, como espectador, espera que entre los dos jóvenes "investigadores" se dé algún tipo de relación amorosa, pero sólo están juntos unas horas y ella termina por despedirse, ya que tiene que llegar a su casa para hacer las tareas escolares.
Al final, François visita a Anne, le cuenta todo lo sucedido y ella lo trata de manera muy ambigua, en un curioso estira y afloja que termina haciendo que él se vaya del apartamento de su ¿novia? y decida ir a buscar a Lucie, sólo para toparse con una sorpresa que no esperaba y que no revelaré.
Otra bella y sutil obra de Rohmer,
December 8, 2020
Si Lennon no hubiera muerto: imagina… a 40 años de su partida
Cuando en 1967 los Beatles incluyeron en el álbum
Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band
la canción “When I’m Sixty Four”, seguramente no imaginaron que sólo un par de ellos habría de llegar a los 64 años. Uno, el propio autor del tema: Paul McCartney. Otro, el menos brillante del cuarteto, al menos desde un punto de vista artístico: Ringo Starr.Los otros dos no corrieron con la misma suerte. George Harrison murió de cáncer en 2001, a los 58 años, mientras que John Lennon falleció víctima de la bala de un asesino en 1980, cuando apenas había cumplido 40.
Este 9 de octubre de 2020, el autor de “Imagine” y “Revolution”, de “Mother” y “Happiness Is a Warm Gun”, de “God” y “Across the Universe”, habría celebrado sus 80 años y hoy, martes 8 de diciembre, se cumplen 40 de su desaparición física.
Pero, ¿qué habría pasado si John Lennon no hubiera muerto?
Lo mejor estaba por venir
La famosa sentencia radical de Pete Townshend en su composición “My Generation” (“Prefiero morir antes que envejecer”) no se aplicaba a lo que Lennon pensaba y sentía en 1980. Meses antes de su inesperada y trágica muerte –baleado frente al edificio Dakota, donde vivía con su mujer, Yoko Ono, en pleno Manhattan, Nueva York–, en el disco Double Fantasy John cantaba en “Beautiful Boy (Darling Boy)” a su pequeño hijo Sean, de escasos cinco años: “Apenas puedo esperar para verte crecer / pero supongo que ambos deberemos ser pacientes / Sí, es un largo camino por transitar” (de esa misma canción es la famosa frase lennoniana: “La vida es justo eso que te sucede mientras estás ocupado en hacer otros planes”). Asimismo, a Yoko Ono le cantaba en “Grow Old with Me”, escrita también en 1980 pero aparecida en el álbum póstumo de 1984 Milk and Honey : “Envejece conmigo / lo mejor está por venir”.
“Es duro creer que hoy él tendría 70 años”, comentaba hace una década Elton John, al ser interrogado sobre quien fuera su gran amigo. “Es difícil pensar que John se perdió la computadora personal, el Twitter. Me pregunto qué habría hecho con todas esas cosas que ahora nos resultan tan habituales. Pero siento que él hubiese aprovechado muy bien esas herramientas y las usaría de un modo revolucionario. Él seguiría estando a la vanguardia de todo”.
Los últimos 40 años con Lennon
A cuatro decenios de distancia de la muerte del ex beatle, la perspectiva del tiempo nos permite apreciar la enorme cantidad de cambios que ha sufrido el mundo entre 1980 y 2020. A pesar de su fecunda imaginación, parece poco probable que Lennon hubiese vislumbrado la caída del muro de Berlín, la desaparición de la Unión Soviética y de casi todo el bloque socialista, el surgimiento de la Unión Europea y el nacimiento del euro como moneda única, la integración multirracial en Europa y buena parte de los Estados Unidos, el ataque contra las Torres Gemelas en la propia ciudad de Nueva York donde vivió y murió, la llegada a la Casa Blanca de un presidente afroamericano –y luego, de un presidente loco, racista y ultraderechista–, el acelerado deterioro ambiental, el amenazante calentamiento global y la delirante y destructora pandemia del Covid-19. Tampoco habría imaginado los extraordinarios avances tecnológicos y su uso en la vida cotidiana de buena parte de la humanidad: no llegó a conocer el disco compacto (difundido a nivel masivo a partir de 1981 y hoy prácticamente olvidado), la internet, los teléfonos celulares y mucho menos cosas como el iPod, la música digitalizada, el smartphone, el libro electrónico, las redes sociales, YouTube, la música, las series y el cine por streaming, etcétera, etcétera, etcétera.
En cuanto a los géneros musicales, no llegó a saber del grunge, el britpop, el hip-hop, el trip-hop, la actual electrónica, el post rock, la world music, el alt-country, el llamado indie y tantos géneros y subgéneros que surgieron a lo largo de las cuatro décadas más recientes (incluidos el reggeaton y el k-pop), algunos de los cuales le hubieran resultado fascinantes (otros no tanto) y muy posiblemente habría incursionado en ellos.
Sin duda, se sentiría orgulloso de la finísima música compuesta por su hijo Sean y casi de seguro seguiría abominando de los discos de Paul McCartney. Tal vez hubiera atemperado sus posiciones políticas cercanas a la ultraizquierda y en algún momento habría hecho migas con Barack Obama, lo mismo que con Bono (aunque quizá no le gustara del todo el protagonismo políticamente correcto del líder de U2). No lo veo en cambio contemporizando con Hugo Chávez, Evo Morales o Vladimir Putin).
Hace algún tiempo, Yoko Ono comentaba que “en los viejos días, el rock era rock, el jazz era jazz, el avant garde era avant garde, lo clásico era clásico. Hoy, en cambio, los músicos lo mezclan todo y no les importa hacerlo. Es algo hermoso”. Lennon pensaría de manera muy parecida y lo más factible es que sus composiciones, de 1980 a la fecha, habrían sorprendido a propios y extraños por su apertura y su absorción de las nuevas tendencias. No resulta difícil imaginarlo en colaboraciones lo mismo con raperos y hip-hoperos como Public Enemy, The Roots, The Streets, Dr. Dre, Jay Z y Kanye West que con diyéis como Dan the Automator o Danger Mouse (le habría encantado el Gray Album , en el que este DJ combinó las canciones del álbum blanco de los Beatles con el hip-hop y la electrónica) o con grupos experimentales como TV on the Radio, Dirty Projectors o The Fiery Furnaces. Sin embargo, es presumible que también se habría acercado a gente como Damon Albarn, Jarvis Cocker, Paul Weller y hasta Noel Gallagher o que a principios de los noventa hubiera tenido una estrecha relación con Kurt Cobain y Eddie Vedder.
No debemos descartar discos en colaboración con sus amigos de la vieja guardia como Bob Dylan, Neil Young, Eric Clapton, Elton John, Pete Townshend, Ray Davies, David Gilmour e incluso Mick Jagger y Keith Richards y filmaciones con Martin Scorsese, Woody Allen y David Fincher para Netflix o Amazon.
Por supuesto que hubiese grabado con Yoko Ono (aunque tal vez a estas alturas podrían haberse divorciado), su hijo Sean y en una de esas hasta con su hijo Julian. Con McCartney llevaría una relación amable pero distante, aunque difícilmente se habría llegado a conseguir una reunión de los Beatles, incluso cuando George Harrison aún vivía.
Imagino que Lennon seguiría viviendo en Nueva York, en el mismo edificio Dakota, y que mantendría su sentido del humor sardónico y mordaz, completamente irreverente. El FBI lo habría dejado en paz desde mucho tiempo atrás.
Este 8 de diciembre, muchos músicos seguramente lo recordarán y conmemorarán su fallecimiento con diversas transmisiones de homenaje vía Zoom y otros servicios de videoconferencias. Mientras tanto, desde el cielo (¿o el infierno?) del rock, guitarra en mano y haciendo gala de su gran sentido del humor y la ironía, John cantará con voz sardónica y estentórea: “When I’m eiiiiiighty!”. Tan tan.
(Publicado el día de hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos)
Las dos mejores noticias del año
Todo indica que el tercer álbum de The Warning aparecerá en febrero o marzo. Junto con lo de las vacunas, la mejor noticia en mucho tiempo.
December 2, 2020
¿Por qué vale la pena vivir? (actualizado)
¿Por qué vale la pena vivir? Es una buena pregunta... Mmmm... Bueno, hay varias cosas que creo que hacen que valga la pena... Eh, ¿como cuáles? Bien, para mí... Mmmm... Yo diría... Los Hermanos Marx... por decir una... Mmmm...
Manhattan
y
Annie Hall
de Woody Allen... El cine de Francois Truffaut y el de Eric Rohmer... Las películas de James Cagney y de Jimmy Stewart... Mucho del cine hollywoodense de los años treinta… Mucho del cine mexicano de la Época de oro… Marilyn Monroe... Tin Tan... La música de Mozart y de Haydn... El blues... El buen rock... El jazz... Frank Zappa... Los Beatles... Los Kinks... The Who... Los Rolling Stones… Bob Dylan... Donovan… Led Zeppelin… The Warning… Oscar Wilde... Voltaire... Jorge Ibargüengoitia... Borges y Rulfo…
Rojo y negro
de Stendhal...
Madame Bovary
y
La educación sentimental
de Flaubert...
Crimen y castigo
y
Los hermanos Karamasov
de Dostoievsky…
Anna Karenina
de Tolstoi…
Una historia de amor y oscuridad
de Amos Oz… La pintura de Modigliani y de Magritte y de Paul Klee...
Seinfeld
...
Shameless US
… Mis hijos Alain y Jan... Los libros que he escrito y los que aún quiero escribir… Mis canciones… Mi disco
Nunca es tarde
... El Barça, los Pumas de la UNAM y el futbol como una de las bellas artes... Messi... Tlalpan... París… México... Las tardes de noviembre... Mis guitarras… Mi antiguo depto... Las mujeres amigas… Las mujeres amantes… Las mujeres utópicas… La posibilidad de amar como si uno siguiera siendo un adolescente... La pasión, la entrega, la ternura, la libertad amorosa... Por eso y sólo por eso, sí que vale la pena vivir.(Paráfrasis renovada de mi escena favorita de Manhattan , mi película favorita de Woody Allen, en la que el personaje de Isaac Davis –Allen mismo–, recostado en un sofá, dicta en una grabadora los motivos por los que él siente que vale la pena vivir)
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