Hugo García Michel's Blog, page 164

December 26, 2016

Diamond Dogs

Ziggy Stardust sin The Spiders from Mars. ¿Una mala combinación? No necesariamente. Cuando menos no se notó en este primer disco sin Mick Ronson et al. Diamond Dogs (1974) es como la continuación musical de Aladdin Sane (1973) y el proseguir conceptual de The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972).
  Basado en las visiones premonitorias de George Orwell en su novela 1984, este álbum contiene letras pesadillezcas y un espíritu teatral en medio de melodías estupendas y composiciones impecables. Desde la inicial “Diamond Dogs” (luego de la escalofriante introducción llamada “Future Legend” con su grito-proclama: “¡Esto no es rock and roll, esto es genocidio!”), con su stoniana guitarra ejecutada impecablemente por el propio Bowie, hasta la enorme y contagiante “Rebel Rebel”, pasando por las bellísimas “Sweet Thing” y “Rock ‘n’ Roll with Me”, la sorprendente “Candidate” (una joya injustamente poco conocida), las directamente orwellianas “Big Brother”, “We Are the Dead” y “1984” (extraordinariamente operístico-soulera) y la concluyente y bizarra “Chant of the Ever Circling Skeletal Family”, los temas de Diamond Dogs poseen una riqueza que merece ser reconsiderada.

(Reseña que escribí para el Especial No. 10 de La Mosca en la Pared, dedicado a David Bowie y aparecido en abril de 2004)
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Published on December 26, 2016 15:52

December 25, 2016

El rock del 2016

La curva descendente que viene dándose en el rock a partir de 2013 prosiguió en 2016 y dejó pocas (aunque muy honrosas) obras discográficas en verdad memorables. Tal como sucediera a lo largo de los tres años anteriores, la mediocridad continuó imperando y la carga del mainstream y de lo comercial parece resultar demasiado pesada para quienes persisten en hacer rock.
  Vuelvo a hacer las mismas preguntas que me hice hace exactos doce meses: ¿se agotó la creatividad? ¿El rock se volvió tan promiscuo que al aceptar mezclarse con cualquier otro género está terminando por diluirse? ¿La subcultura del “sencillo” en detrimento del álbum, favorecida por la descarga individual de canciones, empobreció el panorama? ¿La oferta musical es ahora tan vasta y tan gratuita que ante la falta de control de calidad se ha depreciado la música hasta niveles miserables? ¿Estamos en un impasse, en un periodo de transición o de plano asistimos a la decadencia definitiva del rock a sus 60 y pico años de existencia?
  Y para colmo, se nos fueron David Bowie, Leonard Cohen, Prince, George Martin, Keith Emerson, Greg Lake, Leon Russell, Paul Kantner, Glenn Frey, Sharon Jones y varios más.
  Esta es mi propuesta, absolutamente subjetiva, para los doce mejores álbumes de rock del 2016:

  1.- David Bowie. Blackstar. El álbum póstumo de Bowie, su testamento artístico y musical, un disco que duele por lo que significa y, sin embargo, un trabajo extraordinario, profundo, al mismo tiempo oscuro y luminoso, deprimente y esperanzador. David Bowie murió dos días después de la aparición de Blackstar. Una tragedia, pero con un dejo exultante.

  2.- Leonard Cohen. You Want It Darker. Otro disco testamentario, aparecido cuando Cohen había cumplido 82 años y se encontraba muy enfermo. Tres semanas después falleció, pero se despidió con esa poética elegancia de la que siempre hizo gala. Grandísimo álbum que provoca sentimientos agridulces y conmueve desde la belleza y, sí, también, desde la ironía.

  3.- Iggy Pop. Post Pop Depression. Pop insinuó que este sería su último disco en estudio, su obra de despedida. Francamente no lo creo. Sobre todo por la alta calidad que no sólo mantiene, sino que sigue en aumento con profundidad y finura. Un gran trabajo en homenaje a su amigo David Bowie (la presencia de Josh Homme es un plus).

  4.- Nick Cave and the Bad Seeds. Skeleton Tree. Un disco duro, crudo, terrible, negro, desgarrador como la pérdida de un hijo, algo que le sucedió a Cave mientras grababa y su hijo Arthur, de escasos 15 años, fallecía en una caída al vacío. Austero y casi minimalista, Skeleton Tree resuma sangre, dolor y lágrimas.

  5.- The Rolling Stones. Blue & Lonesome. El disco que nos debían los Stones. Un álbum de blues puro, grabado con crudeza y frescura. El mejor homenaje que pudieron hacer a sus raíces musicales primigenias.

  6.- Brian Eno. The Ship. Una obra impresionante. No sé si llamarlo rock, pero Eno viene de ahí y otorga a los sonidos electrónicos un cuerpo y un alma como sólo él sabe hacerlo. Minimalismo a ultranza.

  7.- Paul Simon. Stranger to Stranger. ¿Recuerdan Graceland (1986), el disco de Simon que dio a conocer urbi et orbe la música sudafricana? Treinta años después, Stranger to Stranger recupera esa etapa del neoyorquino con algunas canciones más en su vena tradicional.

  8.- Angel Olsen. My Woman. Un gran disco de esta joven cantautora de San Luis, Misuri. Entre el folk y el grunge, diez canciones sin desperdicio para un álbum más que entrañable.

  9.- Solange. A Seat at the Table. Finísima mezcla de soul, jazz, hip-hop y, sí, rock. Como si tomara la estafeta de Janelle Monáe, Solange (hermana de Beyonce, por cierto) es una gratísima sorpresa en este su álbum debut.

  10.- Parquet Courts. Human Performance. Un grupo joven que recupera mucho de lo que fue el rock alternativo de los noventa con algo del la new wave setentera-ochentera. Inventiva, sentido del humor y notable espíritu rocanrolero en un disco muy divertido.

  11.- Radiohead. A Moon Shaped Pool. Un magnífico regreso de los de Oxfordshire, con un trabajo que no se parece a ningún otro de su discografía. Más orgánico, menos electrónico, más cálido en lo que cabe de un grupo tradicionalmente frío y cerebral.

12.- Canshaker Pi. Canshaker Pi. Nadie los conoce. La información sobre ellos resulta mínima. Sólo sé que son muy jóvenes, que son holandeses, que se les puede escuchar en Spotify y que suenan de puta madre.

PD: ¿El rock en México? Creo que ya podemos ir expidiendo su certificado de defunción.

(Publicado hoy en "El ángel exterminador" de Milenio Diario)
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Published on December 25, 2016 13:33

December 24, 2016

Al fondo a la izquierda

Estoy leyendo uno de los libros más divertidos con que me he topado en mucho tiempo. Me refiero a Memorias de un comunista, del recientemente fallecido René Avilés Fabila. En este ameno texto, el escritor nos narra con desenfado y sentido del humor las vicisitudes que vivió a su paso por el Partido Comunista Mexicano, en los años sesenta y setenta del siglo pasado.
  Así, lo mismo nos cuenta cómo un grupo de comunistas decidió irse a la guerrilla y se perdió en el bosque, para ser rescatado por unos boy scouts, que nos divierte al referir la ocasión en que el escritor Gerardo de la Torre, el actor Claudio Obregón y el propio Avilés Fabila, siendo muy jóvenes, fueron enviados por el Comité Central del PCM a “concientizar” obreros en la zona fabril de Naucalpan y cómo los tres tuvieron que salir por piernas, cuando los desconfiados trabajadores los vieron con aversión. Escribe René: “Nuestras ropas no eran precisamente las de unos pobres esclavos del capitalismo: íbamos domingueros, como para departir en Plaza Satélite, además, yo llevaba un suéter medio rosa y Claudio el pelo teñido porque estaba representando en teatro el papel de Maximiliano... Pronto una voz anónima, en lugar de acusarnos de comunistas, dijo con acento de indignación: ¡Son protestantes! Mientras que otra más agitada explicó convencida: No, ¡son putos!”.
  En seguida sobrevino la graciosa huida con “los obreros que deseábamos salvar, corriendo atrás de nosotros”.
  Cuando criticamos a ese engendro medio bastardón que es lo que hoy se autodenomina como izquierda, de pronto olvidamos la tragicomedia que ha representado nuestra gauche a lo largo de su historia (y para documentarse, les recomiendo también El libro negro de la izquierda mexicana, de mi querido amigo y compañero de páginas Julio Patán).
  Dos ilustrativas lecturas para este fin de año. Feliz Navidad.

(Mi columna "Cámara húngara" de hoy en Milenio Diario)
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Published on December 24, 2016 17:15

December 23, 2016

Fugazi / Repeater & 3 Songs (1990)

Para muchos el último grupo verdaderamente punk de la historia, el cuarteto liderado por Ian McKaye debutó con este disco de hardcore punk francamente escalofriante, pleno de inventiva, poderío e inteligencia. Uno de los grandes discos ignorados de los noventa.

Mejor tema: “Repeater”


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Published on December 23, 2016 16:01

December 22, 2016

Mi novela en edición independiente

Ya no hay marcha atrás. Me reuní con Jocelyn Pantoja, mi amiga de Libro a la carta, para encargarle la edición de mi nueva novela, Emiliano. Dado que ninguna editorial me la puede editar en febrero, sacaré está edición independiente para homenajear como se debe a mi abuelo paterno, ya que el 5 de febrero próximo se cumple un siglo de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en cuyo Congreso, en la ciudad de Querétaro, él participó en 1917 como diputado constituyente por el estado de Sinaloa.
  Será una experiencia interesante esta incursión en la edición independiente. Cierto que tendré que invertir algo de dinero, pero creo que lo podré recuperar poco a poco. El sistema de edición es interesante, según me lo explicó Jocelyn. Además, mi hijo Jan diseñará la portada y mi amiga Paulina me ofreció hacer una página para promover el libro. Insisto: va a ser interesante.
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Published on December 22, 2016 14:31

December 21, 2016

Sesión con Jaime López

Ayer por la tarde tuvimos nuestra doceava sesión de grabación en el estudio de Jehova Villa Monroy e Iris Bringas y esta vez el invitado fue el gran Jaime López. Me vi con él en el Metro y luego nos recogieron Iris y Jehová para llevarnos al estudio. Todo salió de perlas. Grabamos la guitarra, la armónica y las voces de dos canciones mías: "Esta puta ciudad" y "Es riesgoso", la primera con la voz de Jaime y la mía y la segunda con los mismos, más Iris. En ambas toqué la guitarra y López las armónicas. Estuvo todo muy divertido y quedó muy padre. El disco va lento pero va.
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Published on December 21, 2016 20:30

December 20, 2016

Al azar, Baltasar

El título de la columna de hoy no se refiere a la preciosa película homónima del gran realizador francés Robert Bresson (todo un clásico del cine del siglo pasado, filmado en 1966), sino a lo que hoy significa descubrir música gracias a las herramientas que proporcionan internet en general y plataformas como YouTube, Spotify, Soundcloud y muchas otras en particular.
  Así, por ejemplo, el domingo pasado estaba revisando en mi computadora los discos que muy diversos medios impresos y digitales han designado como los mejores del 2016, cuando en el sitio de la revista británica Uncut vi que enlistaban a una cantautora desconocida para mí, de nombre Amber Arcades. La busqué en Spotify y me puse a escuchar su disco debut, Fading Lines. A decir verdad, no me pareció la gran cosa. Sin embargo, al ver a la derecha de la pantalla la lista “Artistas relacionados” vi que el primero era un grupo llamado Canshaker Pi. No sé por qué, algo me dijo que lo abriera y me topé con un disco homónimo, grabado este año. Darle clic a la primera canción fue lo mejor que pude hacer. De mis audífonos surgió un rock sólido, potente, enérgico y lleno de humor. No pude dejar de escuchar el álbum de principio a fin, sin saber de dónde provenía la sorprendente agrupación. Por supuesto, había que guglearlo, pero la información era escasísima. Sólo después de navegar por distintas páginas pude descubrir que se trata de un cuarteto de la ciudad de Amsterdam, Holanda, que graba para una disquera llamada Excelsior Recordings. Más tarde hallé algunos videos suyos en YouTube y me sorprendió la juventud de sus integrantes, casi adolescentes.
  Por supuesto que lo recomiendo a los lectores, sobre todo aquellos que aún aprecien a los grupos que hacen rock de verdad, rock de guitarras, sin mezcolanzas promiscuas y desnaturalizantes.
  Di con ellos al azar (random, dirían algunos en inglés). Las maravillas que permite la red.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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Published on December 20, 2016 17:58

December 19, 2016

Benítez, el porfirismo y los primeros años de la revolución

Terminé de leer el primer tomo de Lázaro Cárdenas y la revolución mexicana, la trilogía de Fernando Benítez editada por el Fondo de Cultura Económica. Ya había leído el tomo dos, dedicado al caudillismo, y ahora termino éste, con el tema del porfirismo, aunque llega hasta 1914, cuando la celebración de la convención de Aguascalientes. Aún me espera el tomo tercero, dedicado al cardenismo.
  Respecto a este volumen uno, es tan ameno e ilustrativo como el segundo (y seguro igual lo será el tercero). Creo que se trata de una perfecta introducción al tema de la revolución, ya que Benítez poseía una prosa limpia y clara, llena de datos concretos pero también de anécdotas y de retratos de personajes individuales. El único pero que le pongo es a su escritura: don Fernando estaba peleado al parecer con el buen uso de las comas. Le fallaban en demasía. Las ponía muchas veces donde no debía y, por el contrario, solía no ponerlas en donde era necesario. Eso quizá no lo note el lector común, pero me pregunto si en el FCE no tienen correctores de estilo que pudieran ver errores tan elementales y que le hubieran dado al autor una presencia estilística mucho más elegante.
  Pero en fin, fuera de eso, desde el punto de vista historiográfico y desde el narrativo, se trata de una obra espléndida.
  Muy recomendable, tanto para neófitos como para quienes ya conocen bien el tema.
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Published on December 19, 2016 21:52

December 18, 2016

Los detectives salvajes

Estructuralmente portentosa, narrativamente entretenidísima, intertextualmente más que interesante, escrituralmente con algunas deficiencias, Los detectives salvajes me pareció en resumen una gran novela.
  Mucho tiempo hace que la tenía como una de mis lecturas pendientes. Se hablaba tan bien de ella que sentía una especia de escepticismo, ese escepticismo que me sobreviene cada vez que todo el mundo tiene una opinión uniforme acerca de algo. Así que le entré dudoso, pero muy pronto me atrapó.
  En principio, me gustó mucho la manera como Roberto Bolaño estructuró la historia. Con esas primera y tercera parte más o menos breves y esa segunda parte que constituye el núcleo de la narración, con una larga serie de testimonios multinacionales acerca de sus dos personajes centrales: los poetas vanguardistas Arturo Belano y Ulises Lima (se dice que representan al propio Bolaño y a Mario Santiago Papasquiaro, respectivamente). Aunque quizás el personaje por antonomasia sea la poetisa Cesárea Tinajero.
  A pesar de ser una novela larga (cercana a las 600 páginas), la narración resulta en general amena y hasta divertida, con pocos momentos de tedio. Hay decenas (¿o cientos?) de anécdotas y muchos personajes secundarios que se vuelven entrañables (Garcia Madero que es narrador en la primera y la tercera parte, Lupe, Angélica y María (¿Angélica María?) Font, Joaquín Font, Amadeo Salvatierra, Piel Divina...).
  La intertextualidad es vasta, con muchísimas referencias reales o disfrazadas, lo cual constituye otra parte entretenida del libro.
  Sólo encuentro algunos peros en la cuestión de la escritura. Hay frases parentéticas que no se cierran, un uso ligeramente fallido del habla chilanga de los años setenta y la aparición repentina de horrores de mala conjugación del verbo haber (como “han habido” o “en mis dedos habían restos de telarañas”) o cosas como “así transcurrió la primera y la segunda semana”. 
  Con todo y a final de cuentas, una novela entrañable.
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Published on December 18, 2016 14:46

December 17, 2016

2017-2018, el reto de la izquierda

Se nos va 2016 como arena entre los dedos y ya tenemos enfrente dos años políticos cruciales: 2017 y 2018. Años de elecciones trascendentes: la del Estado de México el año próximo y la presidencial el que le sigue.
  Si este fuese un país más o menos normal, uno podría preguntarse cuál será el papel de la izquierda ante el reto de ambas anualidades. Sin embargo, como lo-nuestro-lo-nuestro no es la normalidad, lo primero que habría que preguntarse es si en México existe aún eso que durante el siglo pasado conocíamos como “la izquierda”.
  Desde mi punto de vista, el pensamiento de gauche se diluyó aquí desde hace mucho tiempo, en aras del oportunismo, el eclecticismo y el pragmatismo más aberrantes. Lo que hay es una serie de organizaciones confusas, obtusas y difusas que navegan como izquierdistas, aunque carezcan de ideología o cuando menos de principios más o menos definidos.
  ¿Es de izquierda el Partido de la Revolución Democrática? ¿Es de izquierda Morena? ¿Lo son Movimiento Ciudadano o el Partido del Trabajo? ¿Es de izquierda la CNTE o lo son quienes se aprovechan de la palabra Ayotzinapa para medrar con ella? Yo no veo un pensamiento medianamente progresista en una sola de esas organizaciones y desorganizaciones. El PRD es una serie de tribus en constante pugna interna. Morena es la caja chica y la caja grande de un solo individuo mesiánico, obsesionado por la presidencia de la república. El MC y el PT son dos chistes que se cuentan solos. La CNTE es un grupo de presión en busca de canonjías, ya no digamos los ayotzis.
  ¿Qué puede ofrecer esa “izquierda” para los procesos electorales del 17 y el 18? Aparte de demagogia, gritería, palabras huecas y promesas vanas, no encuentro alguna propuesta política real, un verdadero programa de gobierno, ni siquiera en el plan de 50 puntos que propuso AMLO recientemente. 
  Inanición política. Eso es lo que se vislumbra en la autodenominada izquierda. Triste panorama. Un horizonte lamentable y grotesco.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio)
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Published on December 17, 2016 17:29

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Hugo García Michel
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