Sonia Lerones's Blog, page 10
January 15, 2016
Lo que en mis ojos no puedes ver
Haz que muera este silencio que mora en mí. Que se evapore estruendosamente y me deje oír mi interior. Que mi corazón pueda hablar, que quite las manos que lo amordazan. Que lata con fuerza y se enorgullezca de su presencia.
Porque a veces no lo noto en mi pecho. Se hace pequeñito para no sentir. Siento que lo hace porque ha cogido miedo al dolor. Supongo que al final la culpa va a ser mía por no haberle ahorrado tanto pesar. Porque pesa aunque quiera desaparecer. Lo siento cargante e intenso, como si se apretujara contra mis pulmones para detener mi respiración. Es una llamada de atención. Es lo que tiene un corazón joven. Es asustadizo y tiene dudas. Intento decirle que todo está bien, que ya no hay nada que temer. Pero entonces enmudece y ya no sé ni qué sentir.

December 31, 2015
El niño que nunca crece
Era el único niño que vivía en esa pequeña isla. No había colegios porque no había más niños. No había guarderías ni salas de recreativos. No había tiendas de chucherías ni parques infantiles.
Se acercaba todas las mañanas a la pequeña biblioteca y buscaba libros sobre ciencia, matemáticas, lengua… Porque se negaba a ser un niño sin estudios. Él quería conocer. Sin embargo los pocos ejemplares que encontraba no eran suficientes. Se sabía de memoria los tipos de flores de la isla, las plantaciones y cómo mejorar su crecimiento, los mineralesy fósiles, cómo construir fuentes y casas… Pero sus inquietudes eran mucho mayores que su satisfacción.
Hasta que, un día, encontró un libro para niños de su edad. Las aventuras de Peter Pan. Y así, por primera vez, la imaginación que guardaba y que pensaba que nunca usaría, se expandió. Soñó que él era Peter y esa, su isla de niños perdidos. Soñó que volaba, que luchaba contra piratas, que nadaba con sirenas y que daba con unos niños que sabían contar más historias.
Nunca había sido más feliz. Nunca había sido más niño que en ese momento. Por eso se quedó a vivir allí, entre esas hojas, en Nunca Jamás.

December 8, 2015
El hombre que se descubrió
Se sentó en su escritorio intentando desechar la tristeza de sus hombros. Cogió papel y lápiz y se escribió la carta de amor que nadie le había escrito jamás. No era hombre de palabras sensibles, pero se quiso de pronto tanto que plasmó un cariño que nunca imaginó que podía sentir por nadie. Su melancolía se transformó en un corazón latiendo ilusionado.
Se escribió, además, el poema más bonito que se puede escribir. Lo leyó en alto, entonando con una voz tan cálida que se le erizó el vello de los brazos. Después, orgulloso y con lágrimas en los ojos, lo rajó por la mitad una y otra vez lanzando los pedazos al fuego de la chimenea. En aquella destrucción sintió placer y , al fin, un poco de la calidez interior.

December 7, 2015
Pisar hojas en otoño
De otoño sus pestañas volaban abrazando cada recuerdo,
cada paso dado y olvidado, desandaba, al inicio de nuevo,
las palabras ya dichas resonaban en aquellos labios, en un eco
el camino se manchaba de perfume, de tacto y anhelo.
Sus ojos, que eran calma y madera, que los llamaba casa,
la hoguera que eran sus manos, aún calientan mi alma
y cosen con el hilo de la magia las escenas ya vividas
restaurando una historia de amor y tristeza desmedida.

December 2, 2015
¿Vas a enamorarte de ella?
Si vas a enamorarte de ella, deberías saber unas cuantas cosas que a mí nadie me dijo:
La primera y la más importante de todas:
“Si la pierdes, serás el hombre más infeliz del mundo.”
Y si con este primer aviso no te he dicho suficiente, voy a ir desmontándola pieza a pieza. Porque si no te destroza por dentro, lo hará por fuera.
Quiero que tengas en cuenta todo esto porque es lo más valioso que tendrá tu vida. Comprobarás que no tenías nada antes de ella, y si lo fastidias, sabrás de primera mano lo que es el vacío después de ternerla.
Amarás su lado oscuro. Porque todas las personas tienen uno, pero el de ella es magnético. Te atrapa de manera irrefrenable y te sumerge en su mundo de melancolía sana. En ella no hay nada malo ni triste, sólo recuerdos, añoranzas. Por eso es tan importante no dañarla. No puedes dejar que pierda su inocencia.
A veces pensaba que era como un hada. Que tenías que creer en ella para que no muriera, que tenías que alentarla, que quererla, que prestarle atención. Qué estúpido fui, pues en realidad sí lo era. Reparte su magia sin pedir nada a cambio. Te cubre de su polvo para que puedas volar, pero yo la perdí. Era hombre de tener los pies en el suelo.

October 31, 2015
Alguien que sepa frenar Noviembre
El 31 de Octubre dicen que es el día de la muerte. Quizás es el presagio del mes siguiente, que me anuncia que caminaré por sus días como un zombie. Sin alma, casi sin cuerpo y sin corazón.
Porque me había acostumbrado a los meses endulzados, y éste tendrá el sabor amargo de una despedida. Más que una despedida, será el sabor del hueco que nadie llena. De un eco de una voz que ya no me acompaña. Una mano combada esperando otra mano que no volverá a sostener. Una presencia fantasmal que ahora sólo me hace sentir frío.
Podría llegar Diciembre directamente. Que acabe el curso, que empiecen las compras de Navidad, que venga el turrón y que se llene de colores el árbol. Que se empiece a cantar, a agradecer las cosas buenas de este tortuoso año, que se pida el deseo de que mejore el siguiente. Que la esperanza surja como una estrella y surque el cielo inundándolo de luz.
Noviembre siempre ha sido un mes bonito. Y el recuerdo sirve para poderlo superar de nuevo.

October 30, 2015
Encuéntrame en la ciudad
Me he puesto a andar sin rumbo por esta ciudad. De noche se vuelve toda una extraña bajo mis pies. Sus calles arrastran murmullos de charlas que hace rato callaron. Las luces dispersas crean sombras en lugares inimaginables. El olor a restaurantes y polución lo llena todo.
Pero si decidiera perderme por esta ciudad, que tan bien te conoces, que tan bien nos conocía; incluso si no lo decidiera y lo hiciera de igual forma. ¿Me buscarías? ¿Querrías encontrarme?
A lo mejor con una señal…
Dime, si silbo, ¿vendrías? Si tú me llamaras yo sí acudiría. Si tú silbaras, y aunque no supieras y sólo saliese aire, iría veloz a por ti.

October 28, 2015
Era
Podría haberla querido para siempre. Porque era muy fácil hacerlo, casi tan natural como respirar. Era tan sencillo acercarse a ella, abrazarla y sentir su calor; dejarse contagiar por su humor y su eterna sonrisa. Podías contemplar esa ilusión que traía consigo y repartía.
Era ridícula a veces, pero tan tierna como el pan recién hecho. Sus ojos brillaban y si te los encontrabas de imprevisto, podías ver en ellos mil travesuras.
Era visceral. Y por eso quise andar con pies de plomo, pero no pude. Porque era demasiado fácil quererla y dejarse llevar por su cercanía. A veces me hacía reír tan alto que no lo podía evitar.
Era tan especial que se clavaba en tu pecho y te dolía.
Pero eso queda en el pasado porque ella se evaporó. Quebré todo aquello que me gustaba de cómo era. Y sin embargo sé que me ha perdonado por ser su verdugo.
Era demasiado buena, y por eso supongo que la querré siempre.

October 13, 2015
La isla donde siempre llueve
Cuando alguien se queda como ausente, es porque sus ojos están fijos en mi isla. Cuando alguien parece tener la mirada perdida, es porque me contempla.
En mi pequeña isla siempre llueve. Y hace un frío glacial. Da igual cuántos abrigos te pongas, cuántos paraguas sujetes. Tiritarás empapado sin remedio. Es sólo un círculo de hielo, tan blanco y duro como unos dientes de leche.
No llevo mucho viviendo aquí, pero ya estoy hecha al clima. No siento el agua, ni siento el frío. Puedo estar de pie en su centro mientras me sacude la peor de las tormentas, y seguir inmutable. Me he vuelto insensible. No soy capaz de sentir nada más que esta pasividad. No tengo nada dentro.
Así que cuando tu mente se desconecta y miras hacia mi isla, lo que contemplas es la nada. El vacío que he creado.

October 10, 2015
¿Y si…?
Y si no hubiésemos coincidido en esta vida, ¿qué habría sido de nosotros? ¿Qué clase de amor habríamos encontrado? ¿Qué clase de amor habríamos perdido? Quizás no habríamos sabido lo que es el dolor.
¿Qué hubiese pasado si hubiese sido más valiente? ¿Y qué si hubiese sido cobarde? Imagina que hubieses luchado y no me hubieses dejado marchar. Imagina si sólo hubieses dejado las riendas libres desde el primer momento. ¿Habría cambiado algo? No seríamos los mismos, ¿verdad?
Coincidir en esta vida no es coincidencia. Ha sucedido, ha sido maravilloso, y ha sido desgarrador. Y a pesar de todo, haber coincidido para dolernos ha valido la pena. Porque el recuerdo es intenso y feliz. Y porque andaría de nuevo por esa vereda que llenamos de sueños. Aunque luego duela, aunque luego me vuelva a romper.
