Haz que muera este silencio que mora en mí. Que se evapore estruendosamente y me deje oír mi interior. Que mi corazón pueda hablar, que quite las manos que lo amordazan. Que lata con fuerza y se enorgullezca de su presencia.
Porque a veces no lo noto en mi pecho. Se hace pequeñito para no sentir. Siento que lo hace porque ha cogido miedo al dolor. Supongo que al final la culpa va a ser mía por no haberle ahorrado tanto pesar. Porque pesa aunque quiera desaparecer. Lo siento cargante e intenso, como si se apretujara contra mis pulmones para detener mi respiración. Es una llamada de atención. Es lo que tiene un corazón joven. Es asustadizo y tiene dudas. Intento decirle que todo está bien, que ya no hay nada que temer. Pero entonces enmudece y ya no sé ni qué sentir.
Published on January 15, 2016 05:12