Aimar Rollán's Blog, page 4
December 25, 2017
Los 10 "no puedes" y los 7 crimenes
Hay veces que no tenemos mucho tiempo para leer o aprender cosas nuevas, también, y por lo general, el ser humano no tiene una gran capacidad de retentiva y de memoria. Por ello, os presento a continuación 17 simples frases a recordar. Pertenecen a William Boetcker, un influyente orador y motivador nacido en el siglo XIX.
Conviene leerlos a menudo, reflexionar sobre ellos y tratar de recordarlos, a modo de «10 mandamientos». Son de carácter conservador, y es posible que muchos «izquierdistas» se horroricen, pero están llenos de sentido común. Si todos los supiéramos y los pondríamos en práctica, sin duda construiríamos un mundo mejor y le daríamos una fuerte estocada a la estulticia (la estupidez humana).
Los 10 «no puedes»
No puedes crear prosperidad desalentando el ahorro. No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte.No puedes ayudar a los pequeños aplastando a los grandes.No puedes ayudar al pobre destruyendo al rico.No puedes elevar al asalariado presionando a quien paga el salario.No puedes resolver tus problemas mientras gastes más de lo que ganas.No puedes promover la fraternidad de la humanidad admitiendo e incitando el odio de clases.No puedes garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.No puedes formar el carácter y el valor de un hombre quitándole su independencia, libertad e iniciativa.No puedes ayudar a los hombres permanentemente realizando por ellos lo que estos pueden y deben hacer por sí mismos.
Los 7 crímenes
No pienso.No sé.No me importaEstoy demasiado ocupado.Dejemos las cosas como están.No tengo tiempo para leer ni para descubrir.No me interesa.
Aimar Rollán

Conviene leerlos a menudo, reflexionar sobre ellos y tratar de recordarlos, a modo de «10 mandamientos». Son de carácter conservador, y es posible que muchos «izquierdistas» se horroricen, pero están llenos de sentido común. Si todos los supiéramos y los pondríamos en práctica, sin duda construiríamos un mundo mejor y le daríamos una fuerte estocada a la estulticia (la estupidez humana).
Los 10 «no puedes»
No puedes crear prosperidad desalentando el ahorro. No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte.No puedes ayudar a los pequeños aplastando a los grandes.No puedes ayudar al pobre destruyendo al rico.No puedes elevar al asalariado presionando a quien paga el salario.No puedes resolver tus problemas mientras gastes más de lo que ganas.No puedes promover la fraternidad de la humanidad admitiendo e incitando el odio de clases.No puedes garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.No puedes formar el carácter y el valor de un hombre quitándole su independencia, libertad e iniciativa.No puedes ayudar a los hombres permanentemente realizando por ellos lo que estos pueden y deben hacer por sí mismos.
Los 7 crímenes
No pienso.No sé.No me importaEstoy demasiado ocupado.Dejemos las cosas como están.No tengo tiempo para leer ni para descubrir.No me interesa.
Aimar Rollán
Published on December 25, 2017 22:40
September 15, 2017
Libro ¿Qué es eso del yoga? en portugués
Estoy muy contento con la traducción de mi libro
¿Qué es eso del yoga?
al portugués, gracias a Katia Alves Lima Buffolo.
El libro puede encontrarse en formato electrónico en las principales librerías digitales, y también está disponible en papel tapa blanda, a la venta en Amazon.
Versión Kindle
Tapa blanda
El libro puede encontrarse en formato electrónico en las principales librerías digitales, y también está disponible en papel tapa blanda, a la venta en Amazon.

Versión Kindle
Tapa blanda
Published on September 15, 2017 09:53
June 24, 2017
Solsticio de verano
Llegamos a la época en la que los días son los más largos del año, y las noches las más cortas, en el Hemisferio Norte de este planeta nuestro, llamado Tierra.
Al igual que sucedía durante el solsticio de invierno, en un evento astronómico similar pero antagónico, el Sol llega al cenit de su recorrido el día 21 de junio, donde permanece estático (sol sistere) en pleno apogeo de su luminosidad. Durante varios días parece que no se mueve… ¿Seguirá ascendiendo? ¿comenzará a caer? Por ello en la víspera de la noche del 24 se celebra la fiesta del fuego, la noche mágica de San Juan.
En esta época todo está álgido, todo en plenitud… El calor la sangre altera, las posibilidades de ascenso son mejores que en el resto del año, las posibilidades de enamorarse, de emparejarse, de relacionarse con el sexo opuesto, de ascender en el trabajo o de encontrar uno nuevo, de emprender proyectos, de ser más feliz incluso, pues todo es más luminoso, más cálido, más esperanzador.
¡Pero cuidado! ¡Cuidado con las apariencias y mantén la guardia alta! Pues a partir de hoy el Sol empieza a caer; a partir de hoy las tinieblas le empiezan a ganar el pulso al Sol, hasta llevarlo a su ocaso en el solsticio de invierno, en un ciclo perfecto de renovación del tiempo.
En la plenitud se encuentra la degeneración; en la plenitud del Sol, las huestes de las tinieblas aprovechan el cegador brillo del Sol para rearmarse y orquestar su plan de victoria. El Maestro de Mentiras aprovecha la ceguera y embriaguez de los hombres para asestar su golpe fatal. No bajes la guardia, no obstante, disfruta del verano, de estas horas luminosas y cálidas del Sol de Dios (Sun of God or Son of God).
Desde tiempos inmemoriales el verano ha sido una época feliz, de festejo, disfrute y cosecha. Desde la era glacial, en la que esta era la única estación clemente del año hasta nuestros días, en los que la sangre alterada y el vigor acrecentado, nos hacen crear «más posibles» que durante el resto del año.
Pero recuerda también el simbolismo de la noche de San Juan, donde la gente era consciente de que el Sol comenzaba a perder fuerza y para frenar a las legiones del inframundo, encendían hogueras, no para quemar los libros del curso escolar pretérito, sino para darle fuerza al Sol, para acrecentar la luminosidad del mundo en una noche oscura y peligrosa.
Así que disfruta plenamente de estos días, semanas y meses que el Sol nos brinda, mas no prepárate para la caída. Mantén tu espada presta y afilada. No pierdas de vista al Maestro de Marionetas para que no te traicione y trata de rasgar el velo, para salir de este ciclo infinito de solsticios, de ascensiones y caídas, de penas y glorias, de apogeos y ocasos, de luz y de oscuridad.
Aimar Rollán
Al igual que sucedía durante el solsticio de invierno, en un evento astronómico similar pero antagónico, el Sol llega al cenit de su recorrido el día 21 de junio, donde permanece estático (sol sistere) en pleno apogeo de su luminosidad. Durante varios días parece que no se mueve… ¿Seguirá ascendiendo? ¿comenzará a caer? Por ello en la víspera de la noche del 24 se celebra la fiesta del fuego, la noche mágica de San Juan.

En esta época todo está álgido, todo en plenitud… El calor la sangre altera, las posibilidades de ascenso son mejores que en el resto del año, las posibilidades de enamorarse, de emparejarse, de relacionarse con el sexo opuesto, de ascender en el trabajo o de encontrar uno nuevo, de emprender proyectos, de ser más feliz incluso, pues todo es más luminoso, más cálido, más esperanzador.
¡Pero cuidado! ¡Cuidado con las apariencias y mantén la guardia alta! Pues a partir de hoy el Sol empieza a caer; a partir de hoy las tinieblas le empiezan a ganar el pulso al Sol, hasta llevarlo a su ocaso en el solsticio de invierno, en un ciclo perfecto de renovación del tiempo.
En la plenitud se encuentra la degeneración; en la plenitud del Sol, las huestes de las tinieblas aprovechan el cegador brillo del Sol para rearmarse y orquestar su plan de victoria. El Maestro de Mentiras aprovecha la ceguera y embriaguez de los hombres para asestar su golpe fatal. No bajes la guardia, no obstante, disfruta del verano, de estas horas luminosas y cálidas del Sol de Dios (Sun of God or Son of God).
Desde tiempos inmemoriales el verano ha sido una época feliz, de festejo, disfrute y cosecha. Desde la era glacial, en la que esta era la única estación clemente del año hasta nuestros días, en los que la sangre alterada y el vigor acrecentado, nos hacen crear «más posibles» que durante el resto del año.
Pero recuerda también el simbolismo de la noche de San Juan, donde la gente era consciente de que el Sol comenzaba a perder fuerza y para frenar a las legiones del inframundo, encendían hogueras, no para quemar los libros del curso escolar pretérito, sino para darle fuerza al Sol, para acrecentar la luminosidad del mundo en una noche oscura y peligrosa.

Así que disfruta plenamente de estos días, semanas y meses que el Sol nos brinda, mas no prepárate para la caída. Mantén tu espada presta y afilada. No pierdas de vista al Maestro de Marionetas para que no te traicione y trata de rasgar el velo, para salir de este ciclo infinito de solsticios, de ascensiones y caídas, de penas y glorias, de apogeos y ocasos, de luz y de oscuridad.
«No importa cuán oscura sea la noche, espero el alba, y aquéllos que viven en el día esperan la noche. Por tanto, regocíjate, y mantente íntegro, si puedes, y devuelve amor por amor». Giordano Bruno
Aimar Rollán
Published on June 24, 2017 07:02
March 16, 2017
Inventos que cambian la historia
En la lista de mejores inventos de la Humanidad, seguramente no aparecerá la aguja de coser, a pesar de que su invención fue crucial para nuestra supervivencia como especie.
Sí, quizá el fuego esté catalogado como el mejor invento de la historia, a pesar de que el fuego en realidad no fue inventado, sino descubierto. Internet es quizá la segunda maravilla creada por el ingenio humano, un invento que nos ha permitido estar intercomunicados y tener al alcance de nuestra mano toda la información del mundo. Pero hay un invento humilde, apenas insignificante, un detalle que cambió la historia y permitió que sobreviviésemos; ese invento es la aguja de coser.
Hubo varios momentos en nuestra historia en los que estuvimos al borde de la extinción, cuando un largo e inesperado invierno se abalanzó sobre nosotros hace miles de años. Nuestra especie era joven y el mundo cálido. Teníamos problemas por aquel entonces, muchos problemas seguramente, pero el frío no era uno de ellos; hasta que llegó el frío… Mucho frío.
La historia no guardó los nombres de nuestros antepasados; no guardó la imagen de sus rostros ni de las proezas de sus vidas; no guardó detalle alguno salvo su impronta genética en nosotros y el testimonio de su vida a través de la nuestra. Pero la historia sí que guardó el nombre y la forma de la aguja de coser, que hoy en día seguimos usando y que apenas ha cambiado en milenios. Antes las agujas de coser eran de hueso o de madera y hoy son de metal, pero siguen siendo prácticamente idénticas.
¿Cómo nos ayudó la aguja de coser? Pues nos ayudó a confeccionar nuestras primeras prendas de vestir, no para cubrir nuestras vergüenzas ni para estar más guapos ni a la moda, nos ayudo a protegernos del frío. ¿A quién se le ocurrió el invento? ¿Qué mente ideó el hacer un pequeño orificio en una fibra afilada de hueso, para después unir pieles de animales usando tendones a modo de hilo? La historia no guarda su nombre, pero sí los frutos de su ingenio: nosotros.
Por tal motivo, hay inventos, hay proezas, hay gestos, hay palabras e incluso pensamientos, hay detalles, que aun pareciendo insignificantes, cambian y salvan el mundo. Creemos que hay que hacer algo grande para que se note, para que el mundo y la historia lo recojan; creemos que solo lo grande hace efecto y eco en el devenir de la Humanidad; creemos que lo notorio ha de salir en los libros de historia, mas a veces lo pequeño, lo insignificante, lo aparentemente trivial, lo mundano, lo cercano, lo invisible, basta como detalle para cambiar el mundo, o por lo menos para hacerlo un poco mejor.
Cada uno de nosotros cuenta, cada uno de nosotros vale… Cada uno de nuestros gestos, de nuestras palabras, de nuestras creaciones, de nuestros hijos… Cada uno de nuestros detalles cuenta. Como dirían los religiosos, cada uno de los hombres tiene su propósito definido en el plan de Dios.
Por todo ello, no estés triste, regocíjate, sigue creando y actuando a tu manera en este mundo. Sé humilde como la aguja de coser, y con tus actos, a modo de puntada en esta piel llamada Historia y con este hilo llamado Humanidad, sigue adelante.
Aimar Rollán
Sí, quizá el fuego esté catalogado como el mejor invento de la historia, a pesar de que el fuego en realidad no fue inventado, sino descubierto. Internet es quizá la segunda maravilla creada por el ingenio humano, un invento que nos ha permitido estar intercomunicados y tener al alcance de nuestra mano toda la información del mundo. Pero hay un invento humilde, apenas insignificante, un detalle que cambió la historia y permitió que sobreviviésemos; ese invento es la aguja de coser.

Hubo varios momentos en nuestra historia en los que estuvimos al borde de la extinción, cuando un largo e inesperado invierno se abalanzó sobre nosotros hace miles de años. Nuestra especie era joven y el mundo cálido. Teníamos problemas por aquel entonces, muchos problemas seguramente, pero el frío no era uno de ellos; hasta que llegó el frío… Mucho frío.
La historia no guardó los nombres de nuestros antepasados; no guardó la imagen de sus rostros ni de las proezas de sus vidas; no guardó detalle alguno salvo su impronta genética en nosotros y el testimonio de su vida a través de la nuestra. Pero la historia sí que guardó el nombre y la forma de la aguja de coser, que hoy en día seguimos usando y que apenas ha cambiado en milenios. Antes las agujas de coser eran de hueso o de madera y hoy son de metal, pero siguen siendo prácticamente idénticas.
¿Cómo nos ayudó la aguja de coser? Pues nos ayudó a confeccionar nuestras primeras prendas de vestir, no para cubrir nuestras vergüenzas ni para estar más guapos ni a la moda, nos ayudo a protegernos del frío. ¿A quién se le ocurrió el invento? ¿Qué mente ideó el hacer un pequeño orificio en una fibra afilada de hueso, para después unir pieles de animales usando tendones a modo de hilo? La historia no guarda su nombre, pero sí los frutos de su ingenio: nosotros.

Por tal motivo, hay inventos, hay proezas, hay gestos, hay palabras e incluso pensamientos, hay detalles, que aun pareciendo insignificantes, cambian y salvan el mundo. Creemos que hay que hacer algo grande para que se note, para que el mundo y la historia lo recojan; creemos que solo lo grande hace efecto y eco en el devenir de la Humanidad; creemos que lo notorio ha de salir en los libros de historia, mas a veces lo pequeño, lo insignificante, lo aparentemente trivial, lo mundano, lo cercano, lo invisible, basta como detalle para cambiar el mundo, o por lo menos para hacerlo un poco mejor.
Cada uno de nosotros cuenta, cada uno de nosotros vale… Cada uno de nuestros gestos, de nuestras palabras, de nuestras creaciones, de nuestros hijos… Cada uno de nuestros detalles cuenta. Como dirían los religiosos, cada uno de los hombres tiene su propósito definido en el plan de Dios.
Por todo ello, no estés triste, regocíjate, sigue creando y actuando a tu manera en este mundo. Sé humilde como la aguja de coser, y con tus actos, a modo de puntada en esta piel llamada Historia y con este hilo llamado Humanidad, sigue adelante.
Aimar Rollán
Published on March 16, 2017 04:35
January 18, 2017
Coincidir en espacio y en tiempo
Coincidir con otra persona, en el tiempo presente, y en el presente de nuestro tiempo, es difícil, no hace falta que lo diga.
Somos siete mil millones de personas en el mundo, siete mil millones de almas encarnadas en el momento presente, en este planeta, que es uno entre miles de millones de los que hay en el universo; en este universo, que es uno entre miles de millones de los universos que pueblan el cosmos.
Coincidir con otro es difícil…
El ser humano está formado por cien mil millones de átomos, que según se cree es el mismo número de estrellas que conforman nuestra galaxia, la Vía Láctea. Cien mil millones pueden parecer mucho, pero si nos adentramos en el mundo subatómico, entre átomo y átomo, solo hay ingentes cantidades de espacio vacío… Distancia y separatividad… Y es difícil que dos átomos coincidan, en espacio y tiempo.
Podemos viajar y conocer mucha gente, y aun así coincidir es difícil. Podemos tener encuentros fugaces, breves o duraderos, no obstante, coincidir plenamente es difícil, condición para que surja el amor, pues es de amor de lo que estoy hablando.
Aun así, a pesar de esa dificultad, nos vamos encontrando a lo largo de nuestra vida con personas con las que coincidimos; con algunas de ellas, coincidimos plenamente incluso, algo tan raro que puede considerarse como un accidente cósmico… Pero entonces sucede que ha de cumplirse otro requisito, no solo que coincidamos en espacio, sino también en tiempo.
Se estima que hasta el momento presente han vivido sobre la faz de la Tierra ciento diez mil millones de personas… De todas ellas, indudablemente la gran parte están muertas, a excepción de los siete mil millones que aún continuamos con vida. Se estima también, que los que aún están por llegar y vivir en este planeta serán billones más. Por ello coincidir en tiempo es difícil. Hay muchas personas con las que quizá sí hubiéramos coincidido plenamente, pero que, o están muertas, o aún no ha nacido.
Pero hay otro tipo de tiempo, que es aquel que separa a las personas que coinciden en el espacio. Porque el tiempo para coincidir, el tiempo para amar, pasa, aunque sigamos vivos, aunque no hayamos muerto. Simplemente, pasa…
Es por ello tan frugal el coincidir, tan escasas las probabilidades de encontrar a alguien que coincida en nuestro espacio y en nuestro tiempo presente, que parece un milagro en algunas ocasiones.
Hay también algunos casos, raros por cierto, en los que surge un encuentro pleno, un encuentro verdadero y total en el tiempo, pero separado por la distancia. Se coincide en tiempo, y se coincide bien, pero largas distancias se interponen. Sucede sí, porque sucede, que después las cosas se invierten y esas mismas personas coinciden en el espacio, y se encuentran en el espacio, pero ya no coinciden en el tiempo… Ya no se aman en el tiempo presente en el que sus cuerpos coinciden en el espacio, bien sea porque el corazón de uno o de ambos está ocupado por otra persona, bien sea porque el tiempo para amar pasó.
A veces separa la distancia, a veces separa el tiempo.
Solo habrá una unión plena en nuestras vidas, con la única persona que coincidirá siempre con nosotros en espacio y tiempo: nosotros mismos. Esa es la relación que tenemos que cultivar a toda costa y por todos los medios. Después de ello, cultivar la relación con todas las demás personas que por nuestra vida pasen, ya sean frugales o duraderas.
La vida del hombre es relación, la química y la física se dan por la relación entre los átomos, el ser humano es un zoon politikon (animal social), todo en este mundo se resumen en la relación entre «yo» y «el otro», entre yo y tú, entre tú y yo; entre yo, tú y Él.
¡Qué importantes son las relaciones!
¡Y qué difícil es coincidir en espacio y en tiempo!
Espacio y tiempo… Dicen los más sabios, que el espacio y el tiempo no existen más allá de las fronteras de la mente. ¿Será verdad? Quizá… Pero como casi la gran mayoría de personas vivas estamos bajo los dominios de la mente y encarcelados en sus fronteras, el espacio y el tiempo sí existen; nos dominan y vivimos bajo su yugo.
El espacio y el tiempo son los tiranos que nos separan; los que propician los desencuentros, al igual que los encuentros.
Aimar Rollán
Somos siete mil millones de personas en el mundo, siete mil millones de almas encarnadas en el momento presente, en este planeta, que es uno entre miles de millones de los que hay en el universo; en este universo, que es uno entre miles de millones de los universos que pueblan el cosmos.

Coincidir con otro es difícil…
El ser humano está formado por cien mil millones de átomos, que según se cree es el mismo número de estrellas que conforman nuestra galaxia, la Vía Láctea. Cien mil millones pueden parecer mucho, pero si nos adentramos en el mundo subatómico, entre átomo y átomo, solo hay ingentes cantidades de espacio vacío… Distancia y separatividad… Y es difícil que dos átomos coincidan, en espacio y tiempo.
Podemos viajar y conocer mucha gente, y aun así coincidir es difícil. Podemos tener encuentros fugaces, breves o duraderos, no obstante, coincidir plenamente es difícil, condición para que surja el amor, pues es de amor de lo que estoy hablando.
Aun así, a pesar de esa dificultad, nos vamos encontrando a lo largo de nuestra vida con personas con las que coincidimos; con algunas de ellas, coincidimos plenamente incluso, algo tan raro que puede considerarse como un accidente cósmico… Pero entonces sucede que ha de cumplirse otro requisito, no solo que coincidamos en espacio, sino también en tiempo.
Se estima que hasta el momento presente han vivido sobre la faz de la Tierra ciento diez mil millones de personas… De todas ellas, indudablemente la gran parte están muertas, a excepción de los siete mil millones que aún continuamos con vida. Se estima también, que los que aún están por llegar y vivir en este planeta serán billones más. Por ello coincidir en tiempo es difícil. Hay muchas personas con las que quizá sí hubiéramos coincidido plenamente, pero que, o están muertas, o aún no ha nacido.
Pero hay otro tipo de tiempo, que es aquel que separa a las personas que coinciden en el espacio. Porque el tiempo para coincidir, el tiempo para amar, pasa, aunque sigamos vivos, aunque no hayamos muerto. Simplemente, pasa…

Es por ello tan frugal el coincidir, tan escasas las probabilidades de encontrar a alguien que coincida en nuestro espacio y en nuestro tiempo presente, que parece un milagro en algunas ocasiones.
Hay también algunos casos, raros por cierto, en los que surge un encuentro pleno, un encuentro verdadero y total en el tiempo, pero separado por la distancia. Se coincide en tiempo, y se coincide bien, pero largas distancias se interponen. Sucede sí, porque sucede, que después las cosas se invierten y esas mismas personas coinciden en el espacio, y se encuentran en el espacio, pero ya no coinciden en el tiempo… Ya no se aman en el tiempo presente en el que sus cuerpos coinciden en el espacio, bien sea porque el corazón de uno o de ambos está ocupado por otra persona, bien sea porque el tiempo para amar pasó.
A veces separa la distancia, a veces separa el tiempo.
Solo habrá una unión plena en nuestras vidas, con la única persona que coincidirá siempre con nosotros en espacio y tiempo: nosotros mismos. Esa es la relación que tenemos que cultivar a toda costa y por todos los medios. Después de ello, cultivar la relación con todas las demás personas que por nuestra vida pasen, ya sean frugales o duraderas.
La vida del hombre es relación, la química y la física se dan por la relación entre los átomos, el ser humano es un zoon politikon (animal social), todo en este mundo se resumen en la relación entre «yo» y «el otro», entre yo y tú, entre tú y yo; entre yo, tú y Él.
¡Qué importantes son las relaciones!
¡Y qué difícil es coincidir en espacio y en tiempo!

Espacio y tiempo… Dicen los más sabios, que el espacio y el tiempo no existen más allá de las fronteras de la mente. ¿Será verdad? Quizá… Pero como casi la gran mayoría de personas vivas estamos bajo los dominios de la mente y encarcelados en sus fronteras, el espacio y el tiempo sí existen; nos dominan y vivimos bajo su yugo.
El espacio y el tiempo son los tiranos que nos separan; los que propician los desencuentros, al igual que los encuentros.
Aimar Rollán
Published on January 18, 2017 11:47
December 26, 2016
Nuevo libro: Cuentos y desencuentros
Recientemente he publicado un nuevo libro, titulado
Cuentos y desencuentros
. Un libro compuesto por 30 relatos cortos de ficción, independientes entre sí y de temática variada.
Estoy muy contento con el resultado, ya que es mi primer libro de literatura de ficción, apto para todos los públicos y de un tamaño considerable (240 páginas).
En el libro hay relatos de amor, de desamor, de encuentros, de desencuentros, de historia, de filosofía, psicológicos, con simbolismo, mundanos, algunos que tratan sobre las pasiones humanas e incluso me atrevo con algunos relatos de ciencia ficción y de fantasía.
En cada relato, eso sí, trato de dejar mi sello personal, un sello simbólico, filosófico, algo enrevesado y con un doble o triple nivel de lectura. Trato de que en cada relato haya una idea atemporal, un arquetipo, algo que nos haga reflexionar.
Es un libro ameno y fácil de leer, ya que al ser cada historia independiente, se pueden leer en momentos puntuales: en el tren, en una cafetería, en el baño, en el sofá, en la cama antes de dormir...
Por ahora, está gustando mucho a la gente que lo ha leído, y estoy seguro de que tendrá éxito, se venderá bien y gustará al público en general.
Pues os animo a comprarlo y a leerlo, ahora está en oferta por el módico precio de 0,99 € en formato kindle y por 10 € en papel.
Presentación oficial del libro:
Aimar Rollán
Estoy muy contento con el resultado, ya que es mi primer libro de literatura de ficción, apto para todos los públicos y de un tamaño considerable (240 páginas).
En el libro hay relatos de amor, de desamor, de encuentros, de desencuentros, de historia, de filosofía, psicológicos, con simbolismo, mundanos, algunos que tratan sobre las pasiones humanas e incluso me atrevo con algunos relatos de ciencia ficción y de fantasía.
En cada relato, eso sí, trato de dejar mi sello personal, un sello simbólico, filosófico, algo enrevesado y con un doble o triple nivel de lectura. Trato de que en cada relato haya una idea atemporal, un arquetipo, algo que nos haga reflexionar.
Es un libro ameno y fácil de leer, ya que al ser cada historia independiente, se pueden leer en momentos puntuales: en el tren, en una cafetería, en el baño, en el sofá, en la cama antes de dormir...
Por ahora, está gustando mucho a la gente que lo ha leído, y estoy seguro de que tendrá éxito, se venderá bien y gustará al público en general.
Pues os animo a comprarlo y a leerlo, ahora está en oferta por el módico precio de 0,99 € en formato kindle y por 10 € en papel.
Presentación oficial del libro:
Aimar Rollán
Published on December 26, 2016 02:51
December 20, 2016
Solsticio de invierno
Como cada año, el Sol en su recorrido, llega a este punto invernal, a su momento más oscuro, al solsticio de invierno, donde, en el hemisferio norte, se produce la noche más larga, o el día más corto, según se mire.
Este día del año, 21 de diciembre, desde un punto de vista simbólico, es uno de los más importantes, y casi todas las culturas de todas las épocas, rinden homenaje a este día tan señalado.
La palabra «solsticio» deriva del latín sol sistere, y significa «sol quieto», y en este día, el Sol alcanza el apogeo de su caída; caída que comienza en el solsticio de verano, justo cuando llega a su cenit; como todo… Todo lo que alcanza su apogeo, cae inmediatamente, al igual que todo lo que alcanza su mayor caída, renace, y remonta el vuelo.
Sí, en este punto, el Sol ya no puede caer más bajo, y permanece durante unos días estático, sin moverse, quieto (solsticio), en una incertidumbre… ¿Seguirá cayendo?, ¿se parará eternamente?, ¿remontará…? Sí, después de tres días, en el amanecer del 25 de diciembre, siempre remonta, siempre renace, siempre comienza a elevarse y a acortar las noches (o alargar los días), tímidamente al principio, como niño, pero con fuerza y firmeza a medida que acaba el invierno. Sí, a partir de ese día comienza a ganarle el pulso a la oscuridad hasta que llega a su apogeo (el solsticio de verano), donde empieza a perder el pulso y la oscuridad comienza de nuevo a ganarle terreno. Esto sucede siempre, cada año, en un ciclo perfecto de renovación del tiempo.
Este año 2016, he sentido en mis propias carnes este viaje del Sol. Comencé a caer en verano, cuando el Sol estaba más alto y luminoso; y no fue una caída progresiva, no, fue una caída vertiginosa, casi en vertical. Fui cayendo durante semanas y meses, pensando que quizá no había fondo, que me había precipitado a los abismos más profundos. Pero siempre hay fondo, y la velocidad que había alcanzado, velocidad terminal por cierto, ya que no podía descender más deprisa debido al rozamientos con el aire, me empezaba a dar vértigo. Creía que cuando tocase fondo, el golpe sería mortal de necesidad.
Toqué fondo… Un poco antes del solsticio de invierno… Algo no cuadraba… El golpe fue monumental y sentí crujir todos mis huesos, al igual que un resquebrajo en mi corazón. Esperaba una herida más profunda, o era que tal vez mi cuerpo ya se había acostumbrado a las heridas en combate… Entonces descubrí lo que sospechaba, que no había tocado fondo todavía… Había ido a parar a un falso suelo, que se resquebrajó bajo mis pies para volver a caer en otra caída vertical.
Hoy sí he tocado fondo, hoy, en el umbral del solsticio de invierno, a la sombra de la noche más larga. El golpe ha sido tan doloroso que apenas me ha dolido… Mi cuerpo se ha desintegrado. Pero he visto, como otras veces a lo largo de mi vida, al ave Fénix que hay en mí salir de mi interior para preparar un pira con los restos de mi yo inferior. Con una chispa, procedente de mi corazón, se incendiará y se quemará durante los próximos días, para, en un nuevo amanecer, renacer de nuevo, más fuerte, bello y sabio que antes.
Así, me despido del 2016 con alguna cicatriz imborrable, pero con alegría, fe, esperanza y amor... Y espero al 2017 con fuerza renovada y con éxito asegurado.
Feliz solsticio de invierno, y feliz navidad.
Aimar Rollán
Este día del año, 21 de diciembre, desde un punto de vista simbólico, es uno de los más importantes, y casi todas las culturas de todas las épocas, rinden homenaje a este día tan señalado.

La palabra «solsticio» deriva del latín sol sistere, y significa «sol quieto», y en este día, el Sol alcanza el apogeo de su caída; caída que comienza en el solsticio de verano, justo cuando llega a su cenit; como todo… Todo lo que alcanza su apogeo, cae inmediatamente, al igual que todo lo que alcanza su mayor caída, renace, y remonta el vuelo.
Sí, en este punto, el Sol ya no puede caer más bajo, y permanece durante unos días estático, sin moverse, quieto (solsticio), en una incertidumbre… ¿Seguirá cayendo?, ¿se parará eternamente?, ¿remontará…? Sí, después de tres días, en el amanecer del 25 de diciembre, siempre remonta, siempre renace, siempre comienza a elevarse y a acortar las noches (o alargar los días), tímidamente al principio, como niño, pero con fuerza y firmeza a medida que acaba el invierno. Sí, a partir de ese día comienza a ganarle el pulso a la oscuridad hasta que llega a su apogeo (el solsticio de verano), donde empieza a perder el pulso y la oscuridad comienza de nuevo a ganarle terreno. Esto sucede siempre, cada año, en un ciclo perfecto de renovación del tiempo.
Este año 2016, he sentido en mis propias carnes este viaje del Sol. Comencé a caer en verano, cuando el Sol estaba más alto y luminoso; y no fue una caída progresiva, no, fue una caída vertiginosa, casi en vertical. Fui cayendo durante semanas y meses, pensando que quizá no había fondo, que me había precipitado a los abismos más profundos. Pero siempre hay fondo, y la velocidad que había alcanzado, velocidad terminal por cierto, ya que no podía descender más deprisa debido al rozamientos con el aire, me empezaba a dar vértigo. Creía que cuando tocase fondo, el golpe sería mortal de necesidad.
Toqué fondo… Un poco antes del solsticio de invierno… Algo no cuadraba… El golpe fue monumental y sentí crujir todos mis huesos, al igual que un resquebrajo en mi corazón. Esperaba una herida más profunda, o era que tal vez mi cuerpo ya se había acostumbrado a las heridas en combate… Entonces descubrí lo que sospechaba, que no había tocado fondo todavía… Había ido a parar a un falso suelo, que se resquebrajó bajo mis pies para volver a caer en otra caída vertical.

Hoy sí he tocado fondo, hoy, en el umbral del solsticio de invierno, a la sombra de la noche más larga. El golpe ha sido tan doloroso que apenas me ha dolido… Mi cuerpo se ha desintegrado. Pero he visto, como otras veces a lo largo de mi vida, al ave Fénix que hay en mí salir de mi interior para preparar un pira con los restos de mi yo inferior. Con una chispa, procedente de mi corazón, se incendiará y se quemará durante los próximos días, para, en un nuevo amanecer, renacer de nuevo, más fuerte, bello y sabio que antes.
Así, me despido del 2016 con alguna cicatriz imborrable, pero con alegría, fe, esperanza y amor... Y espero al 2017 con fuerza renovada y con éxito asegurado.
Feliz solsticio de invierno, y feliz navidad.
Aimar Rollán
Published on December 20, 2016 11:01
September 15, 2016
El adiós

No hay nada más doloroso que decir adiós a quien todavía quieres.
El adiós es algo definitivo, no es un «hasta luego», un «hasta otra» o un «hasta la vista».
Adiós significa despedirte, quizá para siempre, de alguien a quien amas, pues, ¿qué valor tiene decirle adiós a quien no amas?
«Adiós» es algo definitivo, a pesar de que se use habitualmente como algo no definitivo.
La palabra adiós deriva del «a Dios te encomiendo», de ahí su carácter lapidario.
El adiós tiene siempre el peso del «último adiós», que es solo uno, pues si así no lo fuera, sería un «hasta luego».
El adiós de las despedidas es doloroso y paradójico, pues a pesar de que algo se muere en nosotros cuando decimos adiós a quien queremos, esa persona vive por siempre en nuestro corazón, se vuelve eterna.
Aimar Rollán
Published on September 15, 2016 08:51
June 27, 2016
El cuento de la lechera
¿Quién no conoce el popular cuento de la lechera? Una fábula intemporal que describe la ambición y la fantasía del ser humano.
El cuento original es una fábula de Esopo, el genial fabulista griego cuyos cuentos han educado a cientos de generaciones. No obstante, la versión que más conocemos es la del escritor vasco Félix María de Samaniego, del siglo XVIII.
Este escritor, famosos por sus fábulas, fue también el alcalde de Tolosa (Gipuzkoa), pueblo en el que actualmente vivo.
Paco Ibáñez: Cuento de la lechera
La lechera
Llevaba en la cabeza
una lechera el cántaro al mercado
con aquella presteza,
aquel aire sencillo, aquel agrado,
que va diciendo a todo el que lo advierte
«¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!»
Porque no apetecía
más compañía que su pensamiento,
que alegre la ofrecía
inocentes ideas de contento,
marchaba sola la feliz lechera ,
y decía entre sí de esta manera:
«Esta leche vendida,
en limpio me dará tanto dinero,
y con esta partida
un canasto de huevos comprar quiero,
para sacar cien pollos, que al estío
me rodeen cantando el pío, pío.
Del importe logrado
de tanto pollo mercaré un cochino;
con bellota, salvado,
berza, castaña engordará sin tino,
tanto, que puede ser que yo consiga
ver cómo se le arrastra la barriga.
Llevarélo al mercado,
sacaré de él sin duda buen dinero;
compraré de contado
una robusta vaca y un ternero,
que salte y corra toda la campaña,
hasta el monte cercano a la cabaña».
Con este pensamiento
enajenada, brinca de manera
que a su salto violento
el cántaro cayó. ¡Pobre Lechera!
¡Qué compasión! Adiós leche, dinero,
huevos, pollos, lechón, vaca y ternero.
¡Oh loca fantasía!
¡Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría,
no sea que saltando de contento,
al contemplar dichosa tu mudanza,
quiebre su cantarillo la esperanza.
No seas ambiciosa
de mejor o más próspera fortuna,
que vivirás ansiosa
sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro;
mira que ni el presente está seguro.
Félix María de Samaniego
Siempre nos irá bien recordar esta fábula, para no construir tantos palacios en el viento.
Aimar Rollán
El cuento original es una fábula de Esopo, el genial fabulista griego cuyos cuentos han educado a cientos de generaciones. No obstante, la versión que más conocemos es la del escritor vasco Félix María de Samaniego, del siglo XVIII.

Este escritor, famosos por sus fábulas, fue también el alcalde de Tolosa (Gipuzkoa), pueblo en el que actualmente vivo.
«¡Oh loca fantasía! ¡Qué palacios fabricas en el viento!»
Paco Ibáñez: Cuento de la lechera
La lechera
Llevaba en la cabeza
una lechera el cántaro al mercado
con aquella presteza,
aquel aire sencillo, aquel agrado,
que va diciendo a todo el que lo advierte
«¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!»
Porque no apetecía
más compañía que su pensamiento,
que alegre la ofrecía
inocentes ideas de contento,
marchaba sola la feliz lechera ,
y decía entre sí de esta manera:
«Esta leche vendida,
en limpio me dará tanto dinero,
y con esta partida
un canasto de huevos comprar quiero,
para sacar cien pollos, que al estío
me rodeen cantando el pío, pío.
Del importe logrado
de tanto pollo mercaré un cochino;
con bellota, salvado,
berza, castaña engordará sin tino,
tanto, que puede ser que yo consiga
ver cómo se le arrastra la barriga.
Llevarélo al mercado,
sacaré de él sin duda buen dinero;
compraré de contado
una robusta vaca y un ternero,
que salte y corra toda la campaña,
hasta el monte cercano a la cabaña».
Con este pensamiento
enajenada, brinca de manera
que a su salto violento
el cántaro cayó. ¡Pobre Lechera!
¡Qué compasión! Adiós leche, dinero,
huevos, pollos, lechón, vaca y ternero.
¡Oh loca fantasía!
¡Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría,
no sea que saltando de contento,
al contemplar dichosa tu mudanza,
quiebre su cantarillo la esperanza.
No seas ambiciosa
de mejor o más próspera fortuna,
que vivirás ansiosa
sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro;
mira que ni el presente está seguro.
Félix María de Samaniego
Siempre nos irá bien recordar esta fábula, para no construir tantos palacios en el viento.
Aimar Rollán
Published on June 27, 2016 08:59
June 24, 2016
Semillas
Cada acción, por pequeña que pueda parecer, tiene sus consecuencias en el universo, y a modo de semilla potencial, florece algún día.
Todo lo que hacemos y decimos, incluso todo lo que pensamos según dicen algunos, regresa a nosotros de un modo u otro.
Con cada acción plantamos una semilla, que bien plantada y bien regada, suele dar un buen fruto. Hay semillas que incluso mal plantadas y mal regadas dan buen fruto igualmente, tal es la magnanimidad de la semilla (vida en potencia).
A veces desesperamos porque creemos que nuestros esfuerzos son en vano y caen en pozo vacío; creemos que nuestra acción no hace eco, no llega, no cala, no germina, no florece... Pero eso solo el tiempo y la providencia pueden testificarlo, pues el proposito de la semilla es germinar.
Hay semillas que germinan a los pocos días de ser plantadas; hay semillas empero, como el bambú, que tardan años en asomar sobre la superficie de la tierra.
Para escribir esto me he inspirado en una anécdota: En 1962, el cantautor Paco Ibáñez dio un concierto en Israel, donde cantó varias de sus canciones, entre ellas Pello Joxepe , una canción de cuna vasca, muy desconocida fuera del ambiente rural vasco... Entre los oyentes se hallaba Naomi Shemer, en cuya alma quedó prendada la melodía.
Pello Joxepe, canción popular vasca
Años después, en 1967, Naomi Shemer, que era cantante y poetisa, creó la canción israelí más famosa de todos los tiempos, Yerushalayim shel zahav (Jerusalén de oro), considerada casi como un himno nacional.
Yerushalayim shel zahav, canción popular israelí
Si habéis escuchado las dos canciones, veréis que no es un plagio, ni una versión; simplemente, la semilla que había plantado Paco germinó de una forma inesperada, y tal fue el hecho, que permaneció inadvertido hasta el año 2004, en el que antes de morir, la gran cantante confesó haberse inspirado en Pello Joxepe.
Así pues, no dejes de sembrar semillas positivas, pues nunca se sabe el alcance ni la duración que pueden llegar a tener.
Aimar Rollán
Todo lo que hacemos y decimos, incluso todo lo que pensamos según dicen algunos, regresa a nosotros de un modo u otro.
Con cada acción plantamos una semilla, que bien plantada y bien regada, suele dar un buen fruto. Hay semillas que incluso mal plantadas y mal regadas dan buen fruto igualmente, tal es la magnanimidad de la semilla (vida en potencia).

A veces desesperamos porque creemos que nuestros esfuerzos son en vano y caen en pozo vacío; creemos que nuestra acción no hace eco, no llega, no cala, no germina, no florece... Pero eso solo el tiempo y la providencia pueden testificarlo, pues el proposito de la semilla es germinar.
Hay semillas que germinan a los pocos días de ser plantadas; hay semillas empero, como el bambú, que tardan años en asomar sobre la superficie de la tierra.
Para escribir esto me he inspirado en una anécdota: En 1962, el cantautor Paco Ibáñez dio un concierto en Israel, donde cantó varias de sus canciones, entre ellas Pello Joxepe , una canción de cuna vasca, muy desconocida fuera del ambiente rural vasco... Entre los oyentes se hallaba Naomi Shemer, en cuya alma quedó prendada la melodía.
Pello Joxepe, canción popular vasca
Años después, en 1967, Naomi Shemer, que era cantante y poetisa, creó la canción israelí más famosa de todos los tiempos, Yerushalayim shel zahav (Jerusalén de oro), considerada casi como un himno nacional.
Yerushalayim shel zahav, canción popular israelí
Si habéis escuchado las dos canciones, veréis que no es un plagio, ni una versión; simplemente, la semilla que había plantado Paco germinó de una forma inesperada, y tal fue el hecho, que permaneció inadvertido hasta el año 2004, en el que antes de morir, la gran cantante confesó haberse inspirado en Pello Joxepe.
Así pues, no dejes de sembrar semillas positivas, pues nunca se sabe el alcance ni la duración que pueden llegar a tener.
Aimar Rollán
Published on June 24, 2016 09:51