The Obscene Bird of Night Quotes
The Obscene Bird of Night
by
José Donoso4,514 ratings, 4.21 average rating, 686 reviews
The Obscene Bird of Night Quotes
Showing 1-21 of 21
“Yo no entiendo, Madre Benita, cómo usted puede seguir creyendo en un Dios mezquino que fabricó tan pocas máscaras, somos tantos los que nos quedamos recogiendo de aquí y de allá cualquier desperdicio con que disfrazarnos para tener la sensación de que somos alguien (...)”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“No estoy enamorado de ti. Ni siquiera despiertas en mí una de esas nostalgias aberrantes que los hombres de mi edad sienten con la proximidad de una vida joven: eres un ser inferior, Iris Mateluna, un trozo de existencia primaria que rodea a un útero reproductor tan central a tu persona que todo el resto de tu ser es cáscara superflua.”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“All my work will explode inside my body, each fragment of my anatomy will acquire a life of its own, outside mine, Humberto won’t exist, only these monsters, the despot who imprisoned me at La Rinconada to force me to invent him, Ines’s honey complexion, Brigida’s death, Iris Mateluna’s hysterical pregnancy, the saintly girl who was never beatified, Humberto Penaloza’s father pointing out Don Jeronimo dressed up to go to the Jockey Club, and your benign, kind hand, Mother Benita, that does not and will not let go of mine, and your attention fixed on these words of a mute, and your rosaries, the Casa’s La Rinconada as it once was, as it is now, as it was afterwards, the escape, the crime, all of it alive in my brain, Peta Ponce’s prism refracting and confusing everything and creating simultaneous and contradictory planes, everything without ever reaching paper, because I always hear voices and laughter enveloping and tying me up.”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“Why were you following me? Or were you after me? No, you weren't after me. It was just that someone, and the someone had to be you, was upsetting the balance of the emptiness of my nights, in which nothing could touch me - not even memories, not even desire - in which there was no other presence to threaten my vulnerability.”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“No sabía cuál era la realidad, la de adentro o la de afuera, si había inventado lo que pensaba o lo que pensaba había inventado lo que sus ojos veían. Era un mundo sellado, ahogante, como vivir adentro de un saco tratando de morder el yute para buscar una salida o darle una entrada al aire y ver si era afuera o adentro o en otra parte donde estaba su destino, beber un poco de aire fresco no confinado por sus obsesiones, dónde comenzaba a ser él y dejaba de ser los demás... por eso el dolor, el mordisco necesario para salir, o para dejar entrar el aire.”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“Quizá sea verdad que no piensas en nada, aunque no pensar en nada justamente en los momentos más íntimos es una defensa, Inés, una huida que te mantiene la mente en blanco, bloqueada por la ausencia de tu ser para que el miedo y las preguntas no se inscriban en ti...”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“The novel is ultimately about a frustrated, stunted identity: its main character—or uncentered polyphonous narrator—is an imbunche, a thwarted, mutilated man enclosed within various prisons both chosen and imposed, and he struggles to be seen and to communicate in a world that shifts from realistic to monstrous to sordid. He ultimately becomes the old crones’ swaddled baby, reduced to a toy, to memory and myth, to a grunt and a scream. Donoso,”
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
“I'm not even in love with you. You don't even awaken in me one of those aberrant nostalgia that men my age feel with the proximity of a young life: you are an inferior being, Iris Mateluna, a piece of primary existence that surrounds a reproductive uterus so central to your person that all the rest of your being is a superfluous shell…”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“Old women like Peta Ponce have the power to fold time over and confuse it, they multiply and divide it, events are refracted in their gnarled hands as in the most brilliant prism, they cut the consecutive happening of things into fragments they arrange in parallel form, they bend those fragments and twist them into shapes that enable them to carry out their designs.”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“Y porque se comenzaba a aburrir de comprobar que esas elegancias no eran más que subterfugios, Jerónimo regresó a su tierra americana, burda y primitiva, en busca de obligaciones que dieran nobleza a su libertad. ¿Pero cómo tomar la resolución de incorporarse a un mundo cuyas verdades más altas son decretadas por un guiso de congrio en escabeche?”
― El obsceno pájaro de la noche
― El obsceno pájaro de la noche
“Nothing can prepare you for this book—and attempts to logically connect its plot points will lead you to dead ends in this labyrinth—but the reader who can suspend her expectations will be rewarded with an indelible and unforgettable reading experience. This is a novel that will stay with you—you’ll never feel you’ve wrapped your head around it entirely, and for that very reason The Obscene Bird will remain alive inside you. It’s”
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
“Don Jerónimo saw to all these details, because nothing around Boy must be ugly, mean or ignoble. Ugliness is one thing. But monstrosity is something else again, something of a significance that was equal but antithetical to the significance of beauty and, as such, it merited similar prerogatives. Monstrosity was the only thing Don Jerónimo de Azcoitía would set before his son from his birth on. He”
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
“None? I’m convinced that the girl-saint of the Azcoitía family tradition, who’s the same as the girl-witch the father’s huge poncho whisked away from the center of the Maule River story to save her from any suspicion of evil, yes, I’m convinced that it was this being who finally whispered a clear plan in Peta’s hungry ear. It was at the suggestion of those two that Inés told me to meet her in her nursemaid’s room on election night.”
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
“today I’m myself and tomorrow no one can find me, not even I myself, because you’re what you are only for as long as the disguise lasts.”
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
“I’m not in love with you. You don’t even arouse one of those aberrant urges men my age feel around someone young; you’re an inferior being, Iris Mateluna, a blob of primary existence wrapped around a fertile womb that’s so much the center of your being that everything else in you is superfluous.”
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
― The Obscene Bird of Night: unabridged, centennial edition
“Jerónimo tuvo que desarrollar el fino trabajo de convencerlos de que el ser anómalo, el fenómeno, no es un estadio inferior del género humano frente al que los hombres tienen derecho al desprecio y a la compasión: éstas, explicó don Jerónimo, son reacciones primarias que ocultan la ambigüedad de sentimientos inéditos muy semejantes a la envidia, o erotismo inconfesable producido por seres tan extraordinarios como ellos, los monstruos. Porque la humanidad normal sólo se atreve a reaccionar ante las habituales gradaciones que se extienden desde lo bello hasta lo feo, que en último término no son más que matices de la misma cosa.”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“las viejas tienen poderes y prerrogativas que las jóvenes no conocen, una anarquía que todo lo permite, una falta de obligaciones que cumplir porque si las cumplen o no las cumplen no le importa nada a nadie.”
― El obsceno pájaro de la noche
― El obsceno pájaro de la noche
“cae demasiado rápido la sangre, cortarla un poco más, más, y me comienzo a entibiar, a enfriar, a helar, soy este trozo de hielo que gotea y gotea, gotea mi nariz y gotean mis manos y mis pies, un trozo de hielo que se está disolviendo y no queda nada.”
― El obsceno pájaro de la noche
― El obsceno pájaro de la noche
“Las viejas como la Peta Ponce tienen el poder de plegar y confundir el tiempo, lo multiplican y lo dividen, los acontecimientos se refractan en sus manos verrugosas como en el prisma más brillante, cortan el suceder consecutivo en trozos que disponen en forma paralela, curvan esos trozos y los enroscan organizando estructuras que les sirven para que se cumplan sus designios.”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
“Tu sueño realista es difícil de destruir, una encarnación que no quieres dejar, es lo que te pertenece, casi no es un sueño, eres naturalmente la pareja de Romualdo y lo sabes y no quieres dejarme destruir ese sueño para iniciarte en otro. El sueño de Romualdo lo comprendes entero, el que te propongo, no, te queda grande, pero yo lo puedo rebajar a tu medida, te puedo ir encajando poco a poco dentro de él. Estás urgida, no puedes más, salir, salir ahora es lo que quieres, no puedes postergar tu deseo de salir.
- Te vas a perder.
- No me importa.
- No vas a tener dónde dormir ni qué comer.
Te encoges de hombros con un gesto que desprecia mi temor de la intemperie que no quiero que desprecies porque necesito que lo hagas tuyo, por lo menos ahora, esta noche: te hablo, me escuchas, te explico que todo lo del Gigante fue una farsa porque el verdadero padre se escondía dentro de Romualdo, que no ere más que otra máscara como la del Gigante que ella vio que destruyeron, ahora hay que destruir la máscara de cartonpiedra de Romualdo para encontrar al otro adentro, al verdadero padre de tu hijo, vive en su palacio de fierro y cristal, lo puedes ver desde tu ventana, uno de esos palacios que despiden haces de luz que tratas de atrapar con tus manos para encaramarte a ellos, no tendrás para qué encaramarte a un haz de luces, Iris, yo destruiré la máscara de Romualdo y te traeré al verdadero padre, espérame aquí, las calles son terribles, hay hombres barbudos que acechan y médicos que hacen sufrir al extirparte órganos con sus bisturís finísimos, y los perros de los doctores persiguen a la gente que anda por la calle de noche y no tiene identificación ni domicilio conocido, la oscuridad de afuera no es como la oscuridad de esta Casa, Iris, esa oscuridad de allá es la de la gente que no tiene ni dónde caerse muerta como dicen y no tienen dónde caerse muerta porque esa oscuridad es el vacío que traga y uno cae gritando y nunca deja de caer gritando y gritando y cayendo y cayendo porque no hay fondo, hasta que la voz se pierde pero uno sigue y sigue cayendo en esa infinidad de calles vertiginosas con nombres que tú no conoces, llenas de caras de gentes que se reirán de ti, que viven en casas donde no te van a dejar entrar y hacen cosas que tú no entiendes, no te acerques más, Iris, no me toques así, no Humberto, no permitas que la Iris siga tocándote porque va a romper tus disfraces, si no huyese tendrás que volver a ser un tú mismo que ya no recuerdas dónde está ni quién es, acercas tus labios gordos a mi boca y tus muslos hurgan entre mis pobres piernas flacas que tiemblan, no le permitas que te transforme en Humberto Peñaloza con su carga de nostalgia intolerable, huye para que tu sexo no despierte con la presión de esas palmas carnosas, que no responda a su lengua que explora tu boca y tu lengua, mantenerte yerto en el rincón donde sus tetas y sus caderas te aprietan, Humberto no existe, el Mudito no existe, existe sólo la séptima vieja. Tu mano no encuentra nada.”
― El obsceno pájaro de la noche
- Te vas a perder.
- No me importa.
- No vas a tener dónde dormir ni qué comer.
Te encoges de hombros con un gesto que desprecia mi temor de la intemperie que no quiero que desprecies porque necesito que lo hagas tuyo, por lo menos ahora, esta noche: te hablo, me escuchas, te explico que todo lo del Gigante fue una farsa porque el verdadero padre se escondía dentro de Romualdo, que no ere más que otra máscara como la del Gigante que ella vio que destruyeron, ahora hay que destruir la máscara de cartonpiedra de Romualdo para encontrar al otro adentro, al verdadero padre de tu hijo, vive en su palacio de fierro y cristal, lo puedes ver desde tu ventana, uno de esos palacios que despiden haces de luz que tratas de atrapar con tus manos para encaramarte a ellos, no tendrás para qué encaramarte a un haz de luces, Iris, yo destruiré la máscara de Romualdo y te traeré al verdadero padre, espérame aquí, las calles son terribles, hay hombres barbudos que acechan y médicos que hacen sufrir al extirparte órganos con sus bisturís finísimos, y los perros de los doctores persiguen a la gente que anda por la calle de noche y no tiene identificación ni domicilio conocido, la oscuridad de afuera no es como la oscuridad de esta Casa, Iris, esa oscuridad de allá es la de la gente que no tiene ni dónde caerse muerta como dicen y no tienen dónde caerse muerta porque esa oscuridad es el vacío que traga y uno cae gritando y nunca deja de caer gritando y gritando y cayendo y cayendo porque no hay fondo, hasta que la voz se pierde pero uno sigue y sigue cayendo en esa infinidad de calles vertiginosas con nombres que tú no conoces, llenas de caras de gentes que se reirán de ti, que viven en casas donde no te van a dejar entrar y hacen cosas que tú no entiendes, no te acerques más, Iris, no me toques así, no Humberto, no permitas que la Iris siga tocándote porque va a romper tus disfraces, si no huyese tendrás que volver a ser un tú mismo que ya no recuerdas dónde está ni quién es, acercas tus labios gordos a mi boca y tus muslos hurgan entre mis pobres piernas flacas que tiemblan, no le permitas que te transforme en Humberto Peñaloza con su carga de nostalgia intolerable, huye para que tu sexo no despierte con la presión de esas palmas carnosas, que no responda a su lengua que explora tu boca y tu lengua, mantenerte yerto en el rincón donde sus tetas y sus caderas te aprietan, Humberto no existe, el Mudito no existe, existe sólo la séptima vieja. Tu mano no encuentra nada.”
― El obsceno pájaro de la noche
“El poder de las viejas es inmenso. No es verdad que las manden a esta Casa para que pasen sus últimos días en paz, como dicen ellos. Esto es una prisión, llena de celdas, con barrotes en las ventanas, con un carcelero implacable a cargo de las llaves. Los patrones las mandan a encerrar aquí cuando se dan cuenta de que les deben demasiado a estas viejas y sienten pavor porque estas miserables, un buen día, pueden revelar su poder y destruirlos. Los servidores acumulan los privilegios de la miseria. Las conmiseraciones, las burlas, las limosnas, las ayuditas, las humillaciones que soportan los hacen poderosos. Ellas conservan los instrumentos de la venganza porque van acumulando en sus manos ásperas y verrugosas esa otra mitad de sus patrones, la mitad inútil, descartada, lo sucio y lo feo que ellos, confiados y sentimentales, les han ido entregando con el insulto de cada enagua gastada que les regalan, cada camisa chamuscada por la plancha que les permiten que se lleven. ¿Cómo no van a tener a sus patrones en su poder si les lavaron la ropa, y pasaron por sus manos todos los desórdenes y suciedades que ellos quisieron eliminar de sus vidas? Ellas barrieron de sus comedores las migas caídas y lavaron los platos y las fuentes y los cubiertos, comiéndose lo que sobró. Limpiaron el polvo de sus salones las hilachas de sus costuras, los papeles arrugados de sus escritorios y sus oficinas. Restablecieron el orden en las camas donde hicieron el amor legítimo o ilegítimo, satisfactorio o frustrador, sin sentir asco ante esos olores y manchas ajenos. Cosieron los jirones de sus ropas, les sonaron las narices cuando niños, los acostaron cuando llegaron borrachos y limpiaron vómitos y meados, zurcieron sus calcetines y lustraron sus zapatos, les cortaron las uñas y los callos, les escobillaron la espalda en el baño, los peinaron, les pusieron lavativas y les dieron purgantes y tisanas para la fatiga, el cólico o la pena. Desempeñando estos menesteres, las viejas fueron robándose algo integral de las personas de sus patrones al colocarse en su lugar para hacer algo que ellos se negaban a hacer...y la avidez de ellas crece al ir apoderándose de más cosas, y codician más humillaciones y más calcetines viejos regalados como dádivas, quieren apoderarse de todo.”
― The Obscene Bird of Night
― The Obscene Bird of Night
