Eduardo Lima Águila > Recent Status Updates

Qué capitalazos son el 4 y 5 de la segunda parte. Disculpas y proposiciones aparte el miedo que Myshkin siente ante un ataque de epilepsia, me recordó escalofriantemente al miedo y angustia que me dan ante un episodio de migraña.

Igual que con Pushkin, es la primera vez que leo algo de Túrguenev. Los personajes de sus cuentos son individuos muy… interesantes. Por un lado, quizás su cuento más importante, el hombre superfluo como una ¿crítica-parodia? Del individuo del romanticismo y por el otro el francés del otro cuento como personaje de época que desaparece con la misma. Tengo pendiente y ganas de leer Padres e hijos

Me sorprende el ritmo con el que voy leyéndolo. Pero no solo es que lo lea más rápido de lo que leí otros libros de este calibre, sino que además siento que lo voy leyendo mejor. A este paso quizás sea el primero de estos que termine antes de que llegue enero.

¿Es el príncipe Myshkin el opuesto de Raskolnikov?

Primera vez que leo algo de Nikolai Gogol. Muy chistoso y en eso de una tristeza patética que deja pensando.

Los cuentos de Pushkin están muy lindos. Uno incluso tiene una extraña conciencia de género que no esperaba.

“En nuestro furor por ver la depresión como un problema médico, hemos tendido a sugerir que la depresión «real» no tiene relación alguna con la realidad externa. Esto no es verdad. Muchos pobres de Estados Unidos sufren depresión, y no me refiero simplemente a un estado de abatimiento […] sino a la enfermedad clínica”

“Muchos depresivos nunca llegan a suicidarse, y son muchas las personas no deprimidas que se suicidan. Estas dos cuestiones no son los términos de una única y lucida ecuación en la que una daría lugar a la otras sino entidades autónomas que a menudo coexisten, y cada una de las cuales influye a la otra”

“La depresión -su severidad, sus síntomas y la manera de salir de ella- está determinada por quiénes somos, dónde nacimos, qué creemos y cómo vivimos, es decir, fuerzas externas a nuestra bioquímica cerebral.”

“Y entonces una tabla se rompió en la razón,/ y yo me hundí, y me hundí/ y golpeé contra un mundo y contra otro,/ y terminé de entender al fin”

Emily Dickinson

Maximiliano llevaría a Carlota por sus changuitos miones de Chapultepec

En “Irás y no volverás”, Pacheco afianza su estilo y ahonda con más insistencia en el tema del paso del tiempo que junto con la función de la poesía y la literatura, constituyen las columnas vertebrales de este título, menos social que su antecesor.

“No me preguntes cómo pasa el tiempo” implica un cambio de tono radical con respecto a los dos anteriores. Aquí Pacheco encuentra, a mi parecer, la que es su voz definitiva. Y un tono más social.

Los primeros dos libros de poesía de Pacheco son los que menos me gustan. Aunque tienen los mismos tema que plantea a lo largo de su obra, su tratamiento es mucho más abstracto y denso, contrario al tono conversacional que adopta a partir de No me preguntes cómo pasa el tiempo.

Pisando el acelerador lo más que puedo jaja

Más chismecito ruso

Chismecito ruso

El pobre de Túrin Turambar era como el Yuyin de Tolkien

Fëanor golpeaba las paredes cuando se enojaba. No tengo pruebas pero tampoco dudas. Y Morgoth era El Cizañas.

Puro e disposto a salire a le stelle.

La despedida de Virgilio en el canto XVII y su desaparición silenciosa en el XXX ante la llegada de Beatriz, con un Dante emocionado y enmudecido por el asombro, es creo unos de los pasajes más bellos y tristes de toda la obra

“E quindi uscimmo a riveder le stelle”. Los últimos versos del Infierno, y en realidad los últimos de cada parte, terminando con la misma palabra, “estrellas” siempre me parecerán de los más bellos de toda la literatura. Luego de todo el horror de lo visto en el Infierno, la imagen dulce, como un respiro, una brisa de ternura luego del dolor, la imagen de las estrellas.