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“Un tiempo ilimitado y un tiempo limitado contienen el mismo placer, si uno mide los límites de éste mediante la reflexión”
Epicuro

las peores faltas son las que aparentemente están olvidadas

Because this is America. You’re supposed to pretend that you don’t notice certain things.

Un tiempo ilimitado y un tiempo limitado contienen el mismo placer, si uno mide los límites de éste mediante la reflexión

Las conciencias callan más de lo que debía, por eso se crearon las leyes

En efecto, el miedo es un sufrimiento. La perspectiva de nuestra muerte nos hace temblar porque valoramos como escaso lo que hemos hecho o lo que las circunstancias nos han permitido vivir. La vida nos parece demasiado corta o demasiado injusta, y sufrimos por todo lo que supuestamente la muerte nos robaría.

a familiar joke that, like comfort food, they would reach for from time to time.

las vidas son como los cuadros, conviene siempre mirarlos cuatro pasos atrás, incluso si un día llegamos a tocarles la piel, a sentirles el olor, a probarles el gusto.

Whenever she felt this way, panic would slice into her at the slightest thing, and mundane events would become arbiters of doom.

en fin, que lo que da verdadero sentido al encuentro es búsqueda y que es preciso andar mucho para alcanzar lo que está cerca.

En rigor, no tomamos decisiones, son las decisiones las que nos toman a nosotros. La prueba la encontramos en que nos pasamos la vida ejecutando sucesivamente los más diversos actos, sin que cada uno vaya precedido de un período de reflexión, de valoración, de cálculo, al final del cual, y sólo entonces, nos declararíamos en condiciones de decidir.

She rested her head against his and felt, for the first time, what she would often feel with him: a self-affection. With him, she was at ease; her skin felt as though it was her right size.

La filosofía (…) nos enseña que las vidas, como los jardines, nunca pueden darse por acabadas y perfectas. Eso es lo que querían expresar las sabias palabras de un epicúreo como Montaigne: “que la muerte me encuentre plantando coles, pero no preocupándome por ella y aún menos de l imperfección de mi jardín”.

las personas son tan celisas de su identidad, por vaga que sea, y de su autoridad, por poca que tengan, que prefieren dar a entender que reflexionaron antes de dar el último paso, que ponderaron los pros y los contras, que sopesaron las posibilidades y las alternativas, y que, al cabo de un intenso trabajo mental, tomaron finalmente la decisión. Hay que decir que estas cosas nunca ocurren así.

La sociedad de los dioses es un modelo para la vida feliz: los dioses carecen de las preocupaciones de los débiles, no sufren por lo que indigna a la multitud, saben procurarse lo que les da placer, son sabios y cultivan una relación de amistad entre ellos que les permite ser felices. El individuo feliz vive “como un dios entre los hombres”.

Epicuro nos está proponiendo (…) otro modo de concebir que los humanos puedan estar “religados”: (…) sintiéndose unidos a la humanidad en su conjunto, en lo que la humanidad tiene de superior sobre el resto de los seres vivos.

alguns detalls d’algunes històries no haurien de ser desvetlats del tot, perquè hi ha d’haver un badall per a la suposició i la sospita, per a imaginar que va ser així sense buscar la confirmació.

Els noms no s’oculten ni tampoc no es dissimulen, si no es que busquem una altra identitat o preferim ser coneguts amb malnoms i àlies, viure amb una altra identitat —leben, Ihr sollt leben!— o amb una modificació de la nostra personalitat a través del nom; amb altres noms que no van ser els nostres, però que els preferiríem als nostres.

què hi ha més revelador que un nom; aquelles síl·labes que ens fan evocar el rostre que hi ha darrere, la personalitat, la història viscuda? Els noms és el que no canviem, com sí que canviem els números dels teléfons o les adreces dels llocs en què anem vivint succesivament.

De tant en tant les ganes de saber menen a continuar estirant el fil i a seguir la veta com Teseu, perquè entendre on comença i on acaba el laberint és imperiós.

Puc entendre que els culpables d’alguns crims hagen de restar en l’anonimat, perquè de vegades el silenci dels noms és més just, malgrat que les històries es queden sense final. Tanmateix, de tant en tant el desig de saber és tan gran que no atén a les advertències, ni pot evitar fer llum sobre els racons inexplicats.

Es normal no voler evocar les històries tràgiques (...). Puc entendre els detalls que s’ometen, els secrets i les mentides quan revelar no transmet (...) joia (...). Puc entendre l’ofici d’oblidar, la renúncia a recordar, a deixar que s’esgote la memòria i que els llibres no arrepleguen allò que se sabia i que mai no es va contar.

Els nens que no han nascut no tenen rostre, però en tindran (...) . En canvi, aquells que se n’anaren però que no coneguèrem no tenen rostre, tot i que el veiem en una foto i en sapiguem el nom, perquè no sabem com reien, ni hem sentit bategar els seus cors. De la mort no volem parlar sovint, quan és l’únic segur a la vida.

Son los humanos los que hacen un espejo en el que reflejarse, haciendo a los dioses a imagen y semejanza de lo más elevado que hay en ellos. Por eso, si la ciencia recorta las distancias entre lo divino y lo humano, (…) Entonces el espejo es un dios humanizado, concebido a partir de lo que hay de mejor en los humanos, de lo más noble, de lo más sabio, de lo más feliz.

La consigna epicúrea es: no dejarse abatir por los sucesos porque todos tienen siempre una explicación racional.

To call him humble was to make rudeness normal. Besides, humility had always seemed to him a specious thing, invented for the comfort of others; you were praised for humility by people because you did not make them feel any more lacking than they already did. It was honesty that he valued: he had always wished himself to be truly honest, and always feared he was not.

Jo era un poc aquell vell cansat que atresora un secret que ningú no sap, que escriu el que altres no anoten, que ha aprés a mirar els detalls i pot deduir amb la mirada de falcó i la ment sagaç perquè des de nen s’ha entretingut a mirar en les arrugues de les coses, en els sécs de la memòria, en les paraules que quasi no es diuen i en les cartes que no lliguen.

They fascinated him, the unsubtle cowering of the almost rich in the presence of the rich, and the rich in the presence of the very rich; to have money, it seemed, was to be consumed by money.

Big Men and Big Women, Obinze would later learn, did not talk to people, they instead talked at people.