Alex Pler > Recent Status Updates

"Todo lo que él adoraba, lo veía escarnecido; las ceremonias que más le gustaban, las veía ridiculizadas; los dioses que habitaban su corazón día y noche eran insultados... pero no podía dia decir nada".

"Eres la tumba en que el amor pervive
con trofeos de amantes que he perdido;
cuanto de mí tenían te entregaron,
lo que de muchos fue ya es solo tuyo.
Sus rostros que yo amé veo en tu rostro.
Tú -todo ellos- de mí lo tienes todo".

"Ser sabio es una cosa más asequible e incluso más sencilla: basta valerse de pocas letras para lograr la mentalidad correcta, pero nosotros, tal como hacemos con otras cosas, desparramamos la propia filosofía en vanidades. Padecemos desmesura en las letras tal como en otros aspectos: no aprendemos para la vida sino para la escuela".

"¿De qué vale pasar al otro lado del mar y cambiar una ciudad por otra? Si quieres escapar de esas cosas que te abruman no tienes que estar en otra parte sino ser otro. Elige la ciudad que se te antoje: ¿qué importa que allí se sigan unas costumbres u otras? Llevarás las tuyas. (...) Corrígete, líbrate de tu carga y pon tus deseos entre límites saludables. Si quieres hacer viajes divertidos, cura a tu acompañante".

"Todas esas cosas que lloramos y nos espantan son los impuestos de la vida: no esperes que te eximan de ellos, querido Lucilio, tampoco lo solicites. Sientes molestos dolores de vejiga, te llegaron cartas poco agradables, sufres pérdidas continuas. ¿Y qué? ¿Ignorabas que pedías esas cosas cuando pedías llegar a viejo? Todo eso se da en una vida larga, tal como el polvo y el barro y la lluvia en un largo viaje".

"La ley conviene que sea breve, como voz salida de la boca de un dios: que mande, que no dé explicaciones. Nada me parece más insulso, nada más improcedente que una ley con preámbulo. Las leyes benefician; por eso verás que tienen malas costumbres las sociedades que tienen malas leyes".

"Nadie es refinado para sus propios ojos, ni siquiera para los de unos pocos o los de los íntimos, sino que incrementa la tramoya de sus vicios según la masa de los que los contemplan. El admirador y el cómplice son un acicate en nuestros desvaríos. Los que son felices según el dictamen del vulgo, esos tiemblan y se pasman, encaramados en sus envidiadas alturas. Lo que otros ven elevado para ellos son precipicios".

"Te lo ruego encarecidamente, Lucilio, hagamos que, como los objetos valiosos, así nuestra vida no se agrande mucho sino que pese mucho: midámosla por sus acciones, no por el tiempo. (...) ¿Quieres saber cuál es la duración mayor de una vida? Vivir hasta ser sabio".

"...tener la ocasión de decirle que se acabó. Hay siempre en ese anuncio un deseo de reconquista...".

"Me ocupo en el jardín, escardo la pendiente y me acuerdo de octubre pasado cuando, sumida en el dolor porque no me había llamado, estaba aquí, haciendo esa misma faena. Este recuerdo del dolor es ahora dulzura, porque sé que entonces me equivocaba (luego me mostraría con creces cuánto le importaba) . Y más profundamente, porque vuelvo a vivir lo mismo, pero sin el mismo dolor. Se parece a la escritura"

"Las últimas veces programadas poseen la belleza de las cosas que van a terminar".

"Y, sintiéndome ya poco alejado
del tiempo de partir, y aun muy vecino,
igual que, tras perderse, hace el viajero,
recuerdo en qué lugar dejé el sendero
derecho, que conduce al buen destino".

"No hay nada más imposible que imaginar el deseo, el sentimiento del Otro. Y, sin embargo, solo eso es hermoso. Sueño únicamente con esa perfección, sin estar todavía segura de alcanzarla: ser la última mujer, la que borra a todas las demás, en su atención, en la ciencia de su cuerpo, ser la historia sublime".

"Pienso que la ceremonia del té es una religión. Al estar en la sala de té, tanto el dueño como los invitados son la muerte. Cuando salimos de la sala de té, hay vida. Por eso, una vez salgan de aquí, han de seguir con vida, sin importar cuánto la rechacen".

"¿Por qué temes?, habló al pecho mi mente.
Mas no entró en él antes mi pensamiento
que los rayos en que ardo fatalmente.
Como con el fulgor truena al momento,
a la vez me alcanzaron la luciente
mirada y de un saludo el dulce acento".

"Y, al ir tras ella por las hierbas verdes,
oí una voz decir, alta y distante:
«¡Ay, cuántos pasos por la selva pierdes!».
Pensativo, gané el refugio umbroso
de un haya, y miré en torno: y comprendía
que era aquel viaje mío peligroso;
y atrás volví, casi a mitad del día".

"veremos claro que frecuentemente
lo que es dudoso es otro quien lo alcanza
y que, a menudo, en vano se suspira".

"Es imposible percibir la naturaleza de un objeto por el que no se siente afecto. Si lo que expresamos no viene del corazón, no recibiremos una respuesta pura".

"Los presagios poco claros son cosa
de trípodes y profetas de los dioses.
Quien busque la verdad entre las sombras,
quién se adentre valeroso entre los oráculos
de la implacable muerte,
ojalá obtenga más certidumbres.
No te guardes nada, te lo suplico.
Da nombre a las cosas y lugares. ¡Dame tuvoz
para que los hados puedan ha alarme!".

"Y luego se nos quitaron las ganas, conseguimos sublimar aquel deseo, fragmentar el eros para quedarnos solo con su dimensión espiritual —mejor así—: nuestra amistad valía más que un efímero cuerpo a cuerpo y, en cierta manera, esa amistad ya era amor, y quizás sea eso la amistad: una forma inacabada del amor".

"¿Cómo te sentirías cuando resuene la voz de otro en el agua? Creo que tiene que ser como si todo tu cuerpo se cubriera por los sentimientos del otro".

"Esperamos que los demás sientan lo que creemos y queremos gustosamente, y lo que nosotros mismos sentimos".

"La gran revelación no se había producido. Quizá no se produjera nunca. Había, en cambio, iluminaciones, cerillas repentinamente encendidas en la oscuridad, pequeños milagros cotidianos; acababa de tropezarse con uno. Esto, aquello y lo de más allá: Charles Tansley, ella y la ola rompiéndose; la señora Ramsay reconciliándolos; la señora Ramsay diciendo: «Aquí la vida permanece detenida»".